Está en la página 1de 2

A Brevidade da razão alienadora.

A efemeridade da vida, é como um inocente piscar;


Nossas jornadas existenciais é um simples caminhar.
Iniciamos com resistentes armaduras, contra a perversidade,
Contudo, nada durará, saímos assim somente com a maldade.

Mergulhamos nesta transição para a vida adulta,


Mas se afogamos nesta substituição jovial.
Perdemos a branquecidade angelical.
Encontramos a enegrecidade infernal.
Paraísos há de nos condenar,
Enquanto, os infernos há de libertar.
Ideias sufocantes, são artes que não vê,
Se mantemos cegos a inteligência,
Pois com frequência a ignoramos .

Óh sentido! Que bagunça apronta comigo?


Óh destino! Que jamais será compreendido!

Me permites trabalhar sem criatividade;


Se esvai minha racionalidade,
Transformo em um produto comercializável.
Assim como meus ancestrais colonizável.

Óh vida! Por que nos transforma em peças más?


Óh dia! Que deixem nossas relações enfermas!

Nestes momentos, só meu café tomarei,


Para meu ciclo concluir, eu chorarei.
Um cigarro acesso, na varanda
Juntamente com ventanias brandas,
Hábitos costumam me entrelaçar,
Em sombras profundas, pareço me perder.
Jamais saberei porque meus vícios são como reis,
Que governam minhas inseguranças e as demandam.
Meus dias sufocantes, assim se alienam.
.
La brevedad de la razón alienante.
Estudiante: Gustavo Taksch.

Lo efímero de la vida es como un inocente parpadeo;


Nuestros viajes existenciales son un simple paseo.
Comenzamos con una armadura fuerte, contra la perversidad
Sin embargo, nada durará, nos vamos con sólo la maldad.

Nos sumergimos en esta transición a la edad adulta,


Pero nos ahogamos en esta sustitución juvenil.
Perdemos la blancura angelical
Encontramos la negrura infernal.
Los paraísos nos condenarán
Mientras que los infiernos nos liberarán.
Ideas sofocantes, son artes que no pueden ver,
Si mantenemos ciega nuestra inteligencia,
Pues a menudo la ignoramos.

¡Oh sentido! ¡Qué lío me estás haciendo!


¡Oh destino! ¡Que nunca será comprendido!

Me permites trabajar sin creatividad;


Mi racionalidad se desvanece,
Me convierto en un producto comercializable
Igual que mis antepasados colonizables.

¡Oh vida! ¿Por qué nos conviertes en obras malvadas?


¡Oh día! ¡Deja que nuestras relaciones enfermen!

En estos momentos, sólo beberé mi café,


Para concluir mi ciclo, lloraré.
Un cigarrillo encendido, en el balcón
Junto a suaves ráfagas de viento,
Los hábitos suelen entrelazarme,
En sombras profundas, parezco perderme.
Nunca sabré por qué mis vicios son como reyes
Que gobiernan mis inseguridades y las exigen.
Mis días sofocantes así se enajenan.
.

También podría gustarte