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[…]
Alarcón — Ya veo que es fácil distraerte, ¿eh?, no respondas, tranquilo, esta niña ya lo
ha demostrado.
Bildrac, algo sorprendido comenzará a ponerse rojo de furia, pero antes de poder hablar será
nuevamente interrumpido.
— Dime, ¿funcionan esos postureos con tus hombres? No nos habías encontrado, tus
hombres habían fallado y no tenías como solucionarlo.
Con una sonrisa pícara y mucha frialdad en la mirada Zachary fulmina al asesino mientras se
toma la libertad de dar unos pasos hacia el centro de la sala. Los asaltantes no lo detienen,
sorprendidos por su enfrentamiento con su líder.
Con una expresión desencajada y mirando a sus hombres Bildrac tratará de imponerse a
Zachary, incluso comenzará a aproximarse a él enarbolando la alabarda de DeWitt.
En este punto Lawrence podría darse cuenta de que Rebecca está cargando el peso de su
cuerpo sobre una de sus piernas, haciendo resaltar sus caderas y echando un poco hacia
adelante sus senos, acto que está distrayendo completamente al bandido que los amenazaba a
ambos con su espada corta.
— Tengo que confesar, que planeaste bien todo lo anterior a esto, incluso dejaste
marcas de garras para inculpar a los clanes goldarianos, una buena farsa, mejor que tu
mascara de ladino al menos.
Tras este comentario el asesino parará en seco y comenzará a dibujar una malévola mueca de
felicidad en su rostro.
Retrocediendo Bildrac se aproximará hasta una puerta en el fondo del salón, esta, de doble
hoja y acero, al ser golpeada por su puño y emitir un metálico tañido seguirá con una ristra de
violentos envites y arañazos contra la misma desde el otro lado de la puerta.
— N-no puede
ser…
— Vaya, es
maravilloso ver
como te callas
de una vez. —
Riendo
nuevamente el
asesino
presencia como Zachary se derrumba y queda de rodillas, con la mirada cubierta por
sus rizos— Se ve que lo tuyo si era falso valor, una farsa.
En ese momento la criatura comienza ha avanzar hacia Zachary quien ni siquiera se mueve,
pero su voz se escucha alta y clara.
Al tiempo de decir eso Zachary sacará de entre sus ropas un voluminoso junco de bambu
totalmente cubierto de aros de diversas texturas y rematado en un pequeño tambor. En un
solo instante DeWitt ya habrá comenzado a correr hacia Rebecca y Lawrence sorprendiendo al
bandido que los retenía.
Rápidamente saldrán de la estancia y sin detenerse llegarán al exterior, allí, Lawrence podrá
ver a su lado a Alarcón y a Dewitt, han conseguido huir con éxito.
[…]
Deberán pensar rápido que hacer y huir, si no quieren ser capturados. En su huida por Eron las
murallas de los sectores de la misma comenzarán a cerrarse, intentando atrapar al grupo quien
ira viendo reducido el número de caminos que puede tomar.
Finalmente llegarán a un tramo cerrado. Bildrac aparecerá tras ellos seguido de su bestia y un
par de hombres. Reflejando una furia primitiva en su semblante. No le importará revelar lo
mucho que les ha costado introducirse en Eron sin levantar las alarmas y que todo se estaba
torciendo demasiado rápido. También se ensañará verbalmente con Rebecca antes de
referirse a ella como “nuestra Lider-Cabeza de Turco”.
Ante cualquier pregunta respecto a eso Bildrac avanzará hacia ellos, De Witt nuevamente se
adelantará evitando que se acerque a Rebecca, apoyándose en su superioridad numérica el
asesino rodeará al grupo.
Es un buen momento para que Lawrence quiera, instintivamente, llevar su mano hacia su
espada, será detenido por Alarcón, quien le advertirá que piense muy bien lo que va ha hacer,
lo que está pasando no es un juego y entonces se dirigirá a Bildrac.
Rebecca al mirar en la bolsa sacará de ella varias láminas de un material cristalino de color añil.
Las llamará Lotos con incredulidad y sin separar la vista de estos preguntará a viva voz que
como han puesto sus zarpas en ellos. A lo que el asesino responderá con prepotencia hacia
Alarcón.
Con eso último Rebecca comenzará a sollozar y dejara de moverse, completamente destrozada
los asesinos intentarán ejecutarlos.
[…]
Dewitt incapacitará a Bildrac, quien mal herido ordenará a la criatura devorarlos a todos.
Jessabell y Renata serán incapaces de vencer a la bestia y pese a superarla en número es
demasiado peligroso enfrentarse a ella.
Dada la encerrona en Eron huir será imposible con la bestia amenazando y es cuestión de
tiempo que la guardia aparezca. En esa situación un perno silbador pasará rozando a la criatura
quien furiosa buscará el origen del ataque, resguardada en un sendero de arcos en la mitad de
la muralla Bambi Suartss es la ejecutora de los ataques, quien ira alejándose en dirección
contraria al final de la calle mientras sigue atrayendo a la bestia con pernos silbadores. Su
hermano Frederick habrá avanzado hacia el final de calle, donde llamará la atención de su
hermana desde el sendero y descolgará una improvisada escalerilla.
Mientras el grupo se acerca a ella, surgirán las preguntas obvias, qué harán ahora, DeWitt
estará cargando a la destrozada Rebbeca, quien no podrá decir nada. Dada la situación,
entregarse puede no surtir efecto, el daño por La Hoz ya está causado y será difícil demostrar
la inocencia del grupo.
Una vez sobre la muralla Bambi volverá junto a sus hermanos, a nivel de calle la bestia volverá
intentando trepar la muralla sin éxito, entre rugidos y zarpazos retrocederá y siguiendo el
trayecto de los arcos se alejará al trote.
— Has crecido mucho en estos meses Renatita. —Sobresaltada por ese apelativo la
general dará un paso al lado alejándose del viajante— Más importante, ¿no sería tu
deber capturarnos?
— No voy a hacer nada que perjudique a Lawrence. —Dirá con la vista fija en el joven
mientras el grupo llega a un punto muerto en la muralla— El Comandante Imperial
Kirill estaba al cargo de la seguridad del envío de dinero a Eron y no tiene duda de la
culpabilidad de los goldarianos, aunque quedó claro que “este” asunto no es culpa
suya, y quiere lanzar una ofensiva contra ellos. Encontraron pruebas de que los
vándalos de Goldar fueron contratados por la familia Belfour y rápidamente fuisteis
incluidos en los planes bélicos de Kirill.
— ¡Tonterías! Los clanes de Goldar nunca han mostrado interés en el dinero, solo en el
pillaje menor y los envíos de armas. —Exclama Alarcón indignado— Ni siquiera
cruzaron nunca más allá de Pernov ¿y ahora se infiltran en Eron en el centro del país?
— Al Knovel ha intentado disuadir a Kirill al ver los mismos indicios que tú, pero con todo
esto estamos al borde de un conflicto armado. —A la respuesta de Renata le sigue
un largo suspiro de Alarcón.
Ahora es momento de que los distintos personajes se conozcan. Jessabell actuara como una
figura madura y serena en consonancia con Bambi, animada e intuitiva. Renata está centrada
en proteger a Lawrence y evitar la guerra. DeWitt, sin embargo, solo querrá poner a salvo a su
señora, y que salga del Shock.
Ante preguntas sobre cómo les encontraron, lo ocurrido es tal como sigue: