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Voces:
ACCION DE AMPARO ~ CONSTITUCION NACIONAL ~ CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE
LA NACION ~ DEFENSOR DEL PUEBLO ~ EFECTO ERGA OMNES ~ EFECTOS DE LA
SENTENCIA ~ EJECUCION DE SENTENCIA ~ INTERESES DIFUSOS ~ LEGITIMACION ~
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD ~ PROCEDENCIA DEL RECURSO ~ RECURSO
EXTRAORDINARIO ~ SENTENCIA DEFINITIVA ~ SERVICIO PUBLICO
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación(CS)
Fecha: 11/08/2009
Partes: Defensor del Pueblo de la Nación c. Estado Nacional - PEN - Ministerio de Economía y Obras y
Servicios Públicos
Publicado en: LA LEY 28/08/2009, 28/08/2009, 7 - Sup. Adm.2009 (setiembre), 61 - DJ28/10/2009, 3040 - LA
LEY 26/10/2009 , 9, con nota de Andrés Gil Domínguez; LA LEY 2009-F , 299, con nota de Andrés Gil
Domínguez; LA LEY2009-E, 624
Cita Online: AR/JUR/25134/2009
Hechos:
El Defensor del Pueblo de la Nación y una usuaria del servicio de provisión de agua potable y desagües
cloacales promovieron acción de amparo, a los efectos de obtener la declaración de nulidad de diversos artículos
del decreto 787/93, de las resoluciones 8/94 y 12/94 del Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios y de
toda norma que autorice la facturación del componente medido en forma global, con cargo al consorcio de
copropietarios respectivo, en los casos de edificios afectados al régimen de propiedad horizontal que no
poseyeran conexiones independientes. La Cámara, al revocar el fallo de primera instancia que había
desestimado el amparo, hizo lugar solamente a la pretensión vinculada a la declaración de nulidad de las
resoluciones del ente. Interpuesto recurso extraordinario federal, la Corte Suprema, por mayoría, confirmó la
decisión. En la etapa de ejecución, la jueza de primera instancia intimó a la empresa prestadora del servicio para
que acreditara haber cumplido el pronunciamiento. Esta última manifestó que así lo hizo con respecto a la
afectada, sosteniendo que no podía asignarse efectos erga omnes a la sentencia. La jueza, por el contrario,
entendió que el fallo alcanza a todos los usuarios y, en consecuencia, intimó nuevamente a la empresa para que
acreditara su cumplimiento. Apelada la decisión, la Cámara la dejó sin efecto. Disconforme, el Defensor del
Pueblo interpuso recurso extraordinario, que fue concedido. El Tribunal, por mayoría, hizo lugar al remedio
intentado.

Sumarios:
1. Corresponde dejar sin efecto la sentencia que no asignó efectos erga omnes al fallo de la Corte Suprema que
declaró la invalidez del sistema de facturación de consumos globales del servicio de aguas, con cargo a los
consorcios de propietarios, al considerar que la falta de tratamiento de la legitimación del Defensor del Pueblo
—aceptado como parte actora junto con la usuaria afectada— importaba que el pronunciamiento sólo producía
efectos para los inmuebles supuestamente "individualizados", pues ,el reconocimiento implícito de su carácter
de legitimado activo supone la existencia de una especial vinculación con la cuestión debatida y que el éxito de
su pretensión reportará alguna utilidad o beneficio a quienes representa o evitará un perjuicio o un menoscabo
en sus derechos (del dictamen de la Procuradora Fiscal que la Corte, por mayoría, hace suyo)
2. Cabe asignar efecto erga omnes a la sentencia de la Corte Suprema, en cuanto confirmó la nulidad de las
resoluciones del Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios relativas a la facturación de consumos globales
del servicio de aguas, con cargo a los consorcios de propietarios, aunque sin pronunciarse en forma expresa
acerca de la intervención en autos del Defensor del Pueblo, pues, corresponde interpretar que su participación
resultaba conducente —al margen de los derechos de la usuaria afectada—, ya que sus planteos se vinculaban a
la protección de derechos de incidencia colectiva, los cuales adquieren una particular dimensión social por
tratarse de la defensa de usuarios de un servicio esencial, función constitucional que fue invocada por dicho
órgano desde el inicio de las actuaciones (del dictamen de la Procuradora Fiscal que la Corte, por mayoría, hace
suyo)
3. Carece de razonabilidad lo requerido por el a quo al admitir el reclamo de la demandada, en cuanto a que para
tener efectos erga omnes la sentencia de la Corte Suprema que declaró la nulidad de las las resoluciones Ente
Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios 8/94 y 12/94 se debió emitir un pronunciamiento que "en forma
expresa e indubitable" contemplara su inaplicabilidad a todos los inmuebles afectados al régimen de propiedad
horizontal cuya provisión de agua potable sea prestada por aquélla, pues, lejos de precisar el alcance con que
debe ejecutarse la sentencia del Tribunal que juzgó en forma definitiva las cuestiones planteadas por la usuaria y
el Defensor del Pueblo, se apartó palmariamente del verdadero sentido que correspondía atribuirle,
restringiendo indebidamente sus alcances y obstaculizando su cumplimiento (del dictamen de la Procuradora

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Fiscal que la Corte hace suyo).


4. Tratándose de la participación del Defensor del Pueblo en una acción de amparo en la que un usuario de un
servicio público alega una afectación de sus derechos en forma directa, no corresponde interpretar que esa
intervención se limita a acompañar al afectado, pues, ello privaría de contenido a la actuación procesal de quien,
pese a encontrarse habilitado a procurar una adecuada tutela judicial a tenor de lo dispuesto por los arts. 43 y 86
de la Constitución Nacional, sólo obtendría sentencias sin mayor eficacia que meras declaraciones de carácter
teórico en caso de que sus pretensiones fueran admitidas, con total desconocimiento de las funciones
encomendadas por la Ley Fundamental (del dictamen de la Procuradora Fiscal que la Corte, por mayoría, hace
suyo)
5. Corresponde declarar mal concedido el recurso extraordinario interpuesto por el Defensor del Pueblo contra
la decisión adoptada en la etapa de ejecución de sentencia, mediante la cual se determinó que los efectos del
pronunciamiento definitivo dictado con anterioridad —que confirmó lo resuelto por la Cámara respecto de la
nulidad de las resoluciones del Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios relativas a la facturación de
consumos globales del servicio de provisión de agua potable con cargo a los consorcios de propietarios— se
circunscriben al inmueble propiedad de la co-actora afectada y no alcanzan a la totalidad de los usuarios, en
tanto no se dirige contra una sentencia definitiva y no le causa al apelante un gravamen de imposible reparación
ulterior (del voto en disidencia de los doctores Lorenzetti, Highton de Nolasco y Argibay)
Texto Completo:
Dictamen de la Procuración General de la Nación:
Suprema Corte:
-I-
A fs. 1/7, el Defensor del Pueblo de la Nación y Adriana Manetti -en calidad de usuaria del servicio de
provisión de agua potable y desagües cloacales- promovieron acción de amparo, ampliada a fs. 51/53, a fin de
obtener la declaración de nulidad de los arts. 5° y concordantes del capítulo I, anexo VII, del decreto 787/93, de
las resoluciones 8/94 y 12/94 del Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios (en adelante el ETOSS) , así
como de toda norma que autorice la facturación del componente medido en forma global, con cargo al consorcio
de copropietarios respectivo, en los casos de edificios afectados al régimen de propiedad horizontal que no
poseyeran conexiones independientes.
A fs. 465/469, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal (Sala III)
revocó el fallo de primera instancia -que había desestimado el amparo- e hizo lugar solamente a la pretensión
vinculada a la declaración de nulidad de las resoluciones del ETOSS.
Disconformes, el ETOSS, Aguas Argentinas S.A. y el Estado Nacional interpusieron los recursos
extraordinarios de fs. 476/490, fs. 492/542 y fs. 543/555, respectivamente, que dieron lugar al fallo de V.E.
(confr. fs. 850/861) que, por mayoría, confirmó la decisión de la Cámara.
A fs. 911, la jueza federal de primera instancia intimó a Aguas Argentinas S.A. para que acreditara haber
cumplido el mencionado pronunciamiento. Esta última manifestó que así lo hizo con respecto a la coactora
Adriana Manetti y sostuvo que el fallo de la Corte no tenía mayor alcance, porque no podía asignarse efectos
erga omnes al pronunciamiento en que hubiera intervenido como parte actora el Defensor del Pueblo (fs.
974/980). A fs. 1058/1060, la magistrada entendió, por el contrario, que la "sentencia dictada en autos y pasada
en autoridad de cosa juzgada alcanza a todos los usuarios afectados por las normas cuya nulidad declara" e
intimó a la codemandada Aguas Argentinas S.A. para que acreditara, en el plazo de cinco días, haber dado
cumplimiento a la sentencia, bajo apercibimiento de aplicarle sanciones conminatorias.
Contra este último pronunciamiento, Aguas Argentinas S.A. planteó el recurso concedido a fs. 1072 e hizo
saber que había suspendido las facturaciones, según lo establecido en las resoluciones ETOSS 8/94 y 12/94 (fs.
1073/1085). A fs. 1087/1088, el Defensor del Pueblo dedujo revocatoria contra el auto que concedió la
apelación, el cual fue desestimado a fs. 1089.
A fs. 1113/1116, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal (Sala III)
hizo lugar al recurso articulado por Aguas Argentinas S.A. y dejó sin efecto la decisión de primera instancia de
fs. 1058/1060. Para así resolver, en lo que aquí interesa, entendió que el fallo de la Corte Suprema, al confirmar
sin más la sentencia de dicha Sala, había adquirido carácter firme en su integridad.
Aclaró que en el sub examine no se debatía la legitimación procesal activa del Defensor del Pueblo in
abstracto -por no haber sido ello materia de examen en el pleito- sino los efectos de la sentencia de fs. 465/469 y
consideró que en esa oportunidad se habían circunscripto tales efectos a un inmueble individualizado, a la vez
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que se había intimado a Aguas Argentinas S.A. para que acreditara el cumplimiento del fallo, sin que surgiera
del expediente que aquélla estuviera aplicando las resoluciones ETOSS 8/94 y 12/94 a dicho inmueble. Por ello,
dijo que, en el proceso de ejecución de sentencia, debía atenerse al contenido del pronunciamiento, pues lo
contrario implicaría desvirtuar la eficacia de la cosa juzgada y menoscabar el principio constitucional de
inviolabilidad de la propiedad.
-II-
Disconforme, el Defensor del Pueblo de la Nación interpuso el recurso extraordinario de fs. 1118/1147, que
fue concedido por el a quo a fs. 1157.
Afirma, en sustancia, que el alcance del fallo de la Corte Suprema de fs. 850/861, al confirmar la sentencia
apelada, estuvo dirigido a la totalidad de los usuarios y que la distinta interpretación que ahora efectúa la
Cámara de "una cuestión crucial que jamás estuvo en tela de juicio" deja sin protección al colectivo de usuarios
del servicio público de provisión de agua potable que habitan consorcios afectados a la ley 13.512 en cuyo
nombre y representación actuó, con independencia del inmueble residencial individualizado en el expediente
por el que se presentó la doctora Manetti.
Señala que de la primera sentencia dictada por el a quo surge claramente que se dispuso la nulidad de las
resoluciones del ETOSS al hacer lugar a las pretensiones deducidas por los actores con efectos erga omnes en
virtud de que el Defensor del Pueblo de la Nación, por mandato constitucional, protege los derechos del
conglomerado de usuarios aludidos. Reitera que Aguas Argentinas S.A. pretende desconocer lo resuelto en la
sentencia de la Corte y que, al haber desaparecido aquellas resoluciones del universo jurídico, dicha empresa ha
quedado huérfana de todo apoyo legal para justificar su conducta.
Asimismo, asevera que lo decidido por la Cámara en forma sorpresiva y extemporánea en cuanto a que la
sentencia únicamente aprovecha a la coactora Manetti, carece de todo fundamento lógico y jurídico, así como
también viola las garantías de defensa en juicio, debido proceso y legitimación procesal (arts. 18, 43 y 86 de la
Constitución Nacional), pues su actuación en representación de quienes ven afectados derechos de incidencia
colectiva importa que el efecto de la sentencia sea erga omnes en todo el territorio de la República Argentina.
-III-
Ante todo, corresponde señalar que V.E. tiene dicho que, si bien las decisiones recaídas en procesos de
ejecución de sentencias, en principio, no revisten el carácter definitivo que exige el art. 14 de la ley 48 como
requisito de procedencia del recurso extraordinario, cabe hacer excepción a esa regla cuando lo resuelto importe
un apartamiento palmario de los términos del fallo final de la causa (Fallos: 308:122; 316:3134, entre otros), o
cuando ocasiona al apelante un agravio de imposible reparación ulterior, supuestos que, a mi entender, se
encuentran configurados en el sub lite por las razones que se expondrán a continuación.
Por lo demás, se halla en tela de juicio la inteligencia que corresponde atribuir a un pronunciamiento de la
Corte recaído en la propia causa, en cuyo mérito el recurrente funda el derecho que estima asistirle (Fallos:
317:201) y si bien son los integrantes del Tribunal los que se encuentran en mejores condiciones para
desentrañar el alcance de sus propios fallos, entiendo que la significativa trascendencia de las cuestiones que
aquí se plantean impone que este Ministerio Público se expida en cumplimiento de funciones que le son propias
(art. 12 0 de la Constitución Nacional)
-IV-
En atención a que las sentencias de la Corte deben ajustarse a las circunstancias existentes al momento de su
dictado aun cuando sean sobrevinientes a la interposición del recurso extraordinario, corresponde señalar que el
tratamiento de las cuestiones planteadas en el sub lite no carece de virtualidad, pues aunque la prestación del
servicio de provisión de agua potable y desagües cloacales en el área que atendía Aguas Argentinas S.A. en la
actualidad se encuentra a cargo de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos Sociedad Anónima, creada
mediante el decreto 304/06, ratificado por la ley 26.100, lo cierto es que el alcance que se otorgue a la
declaración de nulidad de las resoluciones ETOSS 8/94 y 12/94 que contiene la sentencia cuya ejecución se
pretende determinará los efectos jurídicos producidos para las partes durante el lapso anterior a esa
modificación, esto es, mientras Aguas Argentinas S.A. mantuvo su carácter de concesionaria del aludido
servicio.
La subsistencia del interés también queda demostrada en tanto el ETOSS planteó su inquietud al respecto
ante la Procuración del Tesoro de la Nación, lo que dio origen al dictamen 367 del 1o de octubre de 2002 y,
posteriormente, dispuso aplicar una multa a dicha empresa por no haber acatado la decisión de operar el cambio

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del sistema de facturación en aquellos inmuebles que se facturaban en forma global medida con cargo al
consorcio de propietarios (v. manifestaciones de fs. 1085 y resolución ETOSS 27/03). Si bien esta sanción ha
sido recurrida por Aguas Argentinas S.A., el trámite fue suspendido mediante la resolución ETOSS 126/03, en
la cual también se le ordenó que se abstuviera de producir modificaciones en determinados consorcios afectados
al régimen de propiedad horizontal. Igual suerte corrió el recurso de reconsideración interpuesto contra esta
última decisión, pues fue suspendido su trámite por la resolución ETOSS 18/06, que dispuso la elevación de las
actuaciones al Poder Ejecutivo.
-V-
Sentado ello, cabe recordar que el Alto Tribunal, en su pronunciamiento de fs. 850/861, comenzó
efectuando un detenido examen del marco normativo en el que se llevó a cabo la privatización de la empresa
Obras Sanitarias de la Nación a fin de evaluar la validez de las resoluciones ETOSS 8/94 y 12/94. Sostuvo que
mediante éstas se estableció un sistema de medición global y consiguiente cobro a los consorcios de
propietarios, no sólo por los servicios prestados a las partes comunes, sino también por los correspondientes a
las unidades funcionales que conforman un edificio, cuyos propietarios son los reales usuarios de aquéllos, y no
el consorcio.
En dicho fallo, asimismo, puso de relieve que al ETOSS le fue acordada la posibilidad de instituir al
consorcio de propietarios como responsable por deuda ajena, lo cual sólo tiene por objeto que éste efectúe el
pago de los servicios, mas de ninguna manera habilitaba al ente a disponer una medición global del consumo de
todo el edificio, cuyo pago sería prorrateado de acuerdo a la extensión de cada unidad funcional, y no de
conformidad al servicio efectivamente prestado y consumido, con grave afectación del derecho de propiedad de
los propietarios, constitucionalmente garantizado (art. 17 de la Constitución Nacional). Se destacó, además, que
el consorcio no es el sujeto de la obligación sino que lo son los "usuarios" y que el ente debía ejercer sus
atribuciones de acuerdo con las facultades que le han sido otorgadas (capítulo III del anexo I del decreto 999/92)
. Por esas razones, V.E. concluyó en que el ETOSS no pudo, en consecuencia, dictar las resoluciones anuladas
por la Cámara, ya que sólo puede ejercer sus funciones dentro de los límites de las normas que le encomiendan
sus facultades, sin desvirtuar el sentido del régimen de tarifas mediante el establecimiento de obligaciones no
previstas en él.
Finalmente, al rechazar un agravio esgrimido por Aguas Argentinas S.A., señaló el Tribunal que los
amparistas dejaron claramente expresada su postura opuesta al régimen establecido por las resoluciones ETOSS
8/94 y 12/94, al afirmar que el sistema de medición que se pretende implantar obligará a cada usuario a pagar
por el servicio "en proporción a los metros de los que sea propietario en el edificio (en) que habite, con el
agravante de que corre el serio riesgo de quedarse sin el servicio para el supuesto (de) que el consorcio no
cancele, por el motivo que sea, la factura de la que resulte responsable".
En el referido marco interpretativo, entiendo que, tal como pone de manifiesto el a quo, no se encuentra aquí
en tela de juicio la legitimación del Defensor del Pueblo de la Nación, pues desde el inicio del proceso fue
aceptado como parte actora conjuntamente con la doctora Manetti sin que ello fuera materia de debate. Sin
embargo, la falta de tratamiento de esta cuestión de manera alguna conduce necesariamente a concluir en que la
sentencia dictada sólo producía efectos para los inmuebles supuestamente "individualizados", tal como juzgó la
Cámara, toda vez que, precisamente, el reconocimiento implícito de su carácter de legitimado activo supone la
existencia de una especial vinculación con la cuestión debatida y que las consecuencias de lo resuelto, pese a
que se trata de un sujeto diferente de los afectados, producirá de todos modos efectos jurídicos, pues al haber
tenido éxito su pretensión, reportará alguna utilidad o beneficio a quienes representa o, desde otra perspectiva,
evitará un perjuicio o un menoscabo en sus derechos.
En efecto, si bien la sentencia dictada por V.E. a fs. 850/861 confirmó lo resuelto en el anterior fallo de la
Cámara respecto de la nulidad de las resoluciones impugnadas por los amparistas sin pronunciarse en forma
expresa acerca de la intervención en autos del Defensor del Pueblo, ello no puede sino interpretarse en el sentido
de que su participación resultaba conducente -al margen de los derechos que la doctora Manetti reclamó con
relación a su propiedad- en la inteligencia de que sus planteos se encontraban vinculados a la protección de
derechos de incidencia colectiva, los cuales adquieren una particular dimensión social en el sub lite por tratarse
de la defensa de usuarios de un servicio esencial, función constitucional que fue invocada por dicho órgano
desde el inicio de las actuaciones.
Estimo que ello es así, por un lado, pues de lo contrario la participación del Defensor del Pueblo se vería
limitada a acompañar al usuario que alega una afectación de sus derechos en forma directa y, de este modo, se
privaría de contenido a la actuación procesal de quien, pese a encontrarse habilitado a procurar una adecuada

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tutela judicial a tenor de lo dispuesto por los arts. 43 y 86 de la Constitución Nacional, sólo obtendría sentencias
sin mayor eficacia que meras declaraciones de carácter teórico en caso de que sus pretensiones fueran admitidas,
con total desconocimiento de las funciones encomendadas por la Ley Fundamental.
Por otro lado, de las constancias obrantes en la causa surge claramente que las cuestiones en debate fueron
planteadas de modo genérico, pues no se advierte en ellas referencia alguna acerca de que la invalidez del
régimen de facturación de consumos globales con cargo al consorcio tuviera fundamento en alguna
característica esencial de algún edificio en particular o que el régimen resultara in-justo por alguna causa
específica referida a una situación individualizada, sino que su nulidad fue alegada sobre la base de la
ilegitimidad que llevaba ínsita (v. al respecto los considerandos de la resolución 27/03 del propio ETOSS,
criterio que fue confirmado en la resolución 18/06, donde sostuvo que las disposiciones declaradas nulas por el
Alto Tribunal deben ser dejadas de lado y que las facturaciones deben ajustarse a derecho). Tales circunstancias,
a mi modo de ver, son concordantes con el modo en que resolvió la Corte, cuyo pronunciamiento no atañe a un
afectado en particular sino que, de acuerdo con el esquema instaurado a partir de la reforma constitucional de
1994, está destinado a trascender los límites subjetivos del proceso clásico.
Habida cuenta de lo expuesto, pienso que carece de razonabilidad lo requerido por el a quo en cuanto a que
para tener efectos erga omnes se debió emitir un pronunciamiento que "en forma expresa e indubitable"
contemplara la inaplicabilidad de las resoluciones ETOSS 8/94 y 12/94 a todos los inmuebles con afectación al
régimen de propiedad horizontal cuya provisión de agua potable sea prestada por Aguas Argentinas S.A. Por lo
tanto, al admitir la Cámara el reclamo de esta empresa tendiente a que la declaración de nulidad de las
resoluciones citadas sólo produzca efectos respecto de un inmueble residencial individualizado, lejos de precisar
el alcance con que debe ejecutarse la sentencia de la Corte que juzgó en forma definitiva las cuestiones
planteadas por los amparistas, se apartó palmariamente del verdadero sentido que correspondía atribuirle,
conducta que importa una restricción indebida de sus alcances y demuestra una clara obstaculización en su
cumplimiento, sin que los argumentos vertidos en el fallo que actualmente se recurre -claramente incompatibles
con la solución acordada por V.E. a las cuestiones en litigio-justifiquen el temperamento adoptado. Máxime,
cuando el Tribunal tiene dicho que tan incuestionable como la libertad de juicio de los jueces en el ejercicio de
su función propia es que la interpretación de la Constitución Nacional por parte de la Corte Suprema tiene
autoridad definitiva para toda la República, lo que impone el reconocimiento de la superior autoridad de que
está institucionalmente investida (v. doctrina de Fallos: 212:51 y 324:3025)
-VI-
Opino, por tanto, que corresponde hacer lugar al recurso extraordinario interpuesto y dejar sin efecto la
sentencia apelada. — Buenos Aires, 28 de septiembre de 2006. —Laura M. Monti.
Buenos Aires, agosto 11 de 2009.
Vistos los autos: "Defensor del Pueblo de la Nación c/ Estado Nacional - P.E.N. - M° de Eco. Obras y Serv.
Púb. y otros s/ amparo ley 16.986".
Considerando:
Que esta Corte comparte los fundamentos y conclusiones del dictamen de la señora Procuradora Fiscal de la
Nación, a los que cabe remitirse en razón de brevedad.
Por ello, se hace lugar al recurso extraordinario interpuesto y se revoca la sentencia apelada. Con costas.
Notifíquese y remítase. — Ricardo Luis Lorenzetti (en disidencia). — Elena I. Highton de Nolasco (en
disidencia). —Carlos S. Fayt. —Enrique Santiago Petracchi. —Juan Carlos Maqueda. —E. Raúl Zaffaroni. —
Carmen M. Argibay (en disidencia).
Disidencia del señor presidente doctor don Ricardo Luis Lorenzetti, de la señora vicepresidenta doctora
doña Elena I. Highton de Nolasco y de la señora ministra doctora doña Carmen M. Argibay:
Considerando:
1) Que los antecedentes del caso y la descripción del recurso interpuesto por el señor Defensor del Pueblo de
la Nación, han sido resumidos adecuadamente en los capítulos I y II del dictamen de la señora Procuradora
Fiscal, a los que cabe remitirse por razones de brevedad.
2) Que como se advierte del relato de la señora Procuradora, la cuestión traída a conocimiento de este
Tribunal se refiere a una decisión adoptada en la etapa de ejecución de sentencia por la Sala III de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, mediante la cual se determinó que los

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efectos de la sentencia definitiva dictada con anterioridad se circunscriben al inmueble propiedad de la co-actora
Adriana Manetti y no alcanzan a la totalidad de los usuarios como lo pretende el recurrente.
3) Que corresponde declarar mal concedido el recurso extraordinario interpuesto por el Defensor del Pueblo,
en tanto no se dirige contra una sentencia definitiva o equiparable a tal (art. 14 de la ley 48).
En efecto, es sabido que las resoluciones recaídas en los procedimientos de ejecución de sentencia —tal
como sucede en autos— no configuran la sentencia definitiva requerida por el art. 14 de la ley 48 (Fallos:
302:517; 322:3133; 327:1697, entre gran cantidad de precedentes). Si bien, tal regla no es absoluta (Fallos:
323:3909; 327:5723, entre muchos otros), el recurrente no ha demostrado que en autos concurran circunstancias
que justifiquen clasificar el caso dentro de alguna de las excepciones admitidas.4) Que mayor abundamiento,
entienden los infrascriptos que lo decidido en la causa no irroga al recurrente un agravio de imposible
reparación ulterior, por cuanto el tema debatido en autos podrá ser objeto de un nuevo planteamiento en un
juicio ordinario posterior.
Ello es así porque la decisión impugnada, al expedirse respecto del alcance de la sentencia pronunciada con
anterioridad, simplemente aclaró que la nulidad de las resoluciones 8/94 y 12/94 del ETOSS se circunscribía al
caso de la demandante Adriana Manetti y al inmueble de su propiedad. En esta medida, ninguna parte interesada
tendrá restringida la posibilidad de entablar las acciones judiciales orientadas a defender sus derechos con el
alcance que lo estime adecuado.
5) Que, entonces, en la medida en que la resolución recurrida ha sido dictada durante la etapa de ejecución y
no le causa al apelante un gravamen de imposible reparación ulterior, corresponde declarar mal concedido el
recurso extraordinario interpuesto por el señor Defensor del Pueblo de la Nación.
Por ello, oída la señora Procuradora Fiscal, se declara mal concedido el recurso extraordinario. Notifíquese y
devuélvase. —Ricardo Luis Lorenzetti. —Elena I. Highton de NoLasco. —Carmen M. Argibay.

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