PRIMERO: Que, ante esta sala del Sexto Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal de Santiago, constituida por los jueces doña Laura Torrealba Serrano, quien presidió la audiencia, don Hernán García Mendoza y por don Clemente Winn Vergara, se llevó a efecto el juicio oral en causa R.I.T N° 312-2022, seguida en contra de EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, cédula de identidad N° 15.349.382-0, comerciante, de 41 años de edad, nacido el 28 de julio de 1982 en Santiago, soltero, domiciliado en Dos Sur 0614, La Granja. Sostuvo la acusación el Ministerio Público, que fue representado por las Fiscales Adjuntas doña Claudia Alvarez Lister y doña Claudia Castro Monsalve. La querella particular fue sostenida por la abogada María Elena Santibañez. La defensa del acusado estuvo a cargo del defensor penal público don José Mauricio Quiroga Robles; con formas de notificación registradas en el tribunal. SEGUNDO: Que, el Ministerio Público dedujo acusación en contra del acusado, según se lee en el auto de apertura del juicio oral, fundándola en los siguientes hechos:
“El día 12 de octubre de 2020, alrededor de las 14.30
horas, la víctima LUZ de 21 años de edad, se encontraba esperando locomoción colectiva en la intersección de calle Combarbalá esquina Cardenal Raúl Silva Henríquez en la Comuna de La Granja, momento en que fue abordada por el imputado EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, quien comenzó a hablarle y de manera imprevista y con mucha fuerza la tomó de la mano, obligándola de esa forma a sentarse en el lugar, exigiéndole violentamente la entrega de sus especies, oportunidad en que la víctima, que se sintió aterrada y con mucho miedo, le entregó su teléfono celular y sus audífonos entre otras especies. Posteriormente, el imputado, también por la fuerza y mediante intimidación obligó a la víctima a trasladarse a calle Temuco aproximadamente frente al número 7950 en la misma Comuna, en las cercanías del mencionado paradero, donde había unos camiones estacionados, donde mediante intimidación, el imputado procedió a accederla carnalmente por vía bucal, vaginal y analmente en reiteradas oportunidades, eyaculando en el lugar, y siempre manteniéndola intimidada señalándole que la iba a matar. Inmediatamente concluidos los hechos señalados, el imputado señalado, manteniendo sus amenazas y fuerza constantes en el tiempo, obligó a la víctima ya individualizada a caminar siempre mirando hacia el suelo y a realizar actos físicos que simularan una relación sentimental entre ambos, hasta un paradero de la locomoción colectiva del sector, obligándola mediante esta intimidación a abordar un bus y de esa forma a trasladarla hasta el Servicentro Pronto Copec, ubicado en Avenida Trinidad con calle Santa Raquel, en la Comuna de La Florida. En dicho lugar, el imputado individualizado donde mediante fuerza e intimidación, obligó a la víctima a realizar actos que simularan una relación sentimental entre ambos, y en ese contexto le exigió extraer dinero desde un cajero automático que existe en el lugar, apropiándose de esta forma con ánimo de lucro y contra la voluntad de su dueña, de la suma de $200.000, pudiendo posteriormente la víctima hacer gestos a personas que transitaban a su lado, quienes se lanzaron sobre el imputado, lo que permitió a la víctima zafar y huir. A pesar de esto, el imputado logró huir del lugar.” Que, a juicio de la fiscalía los hechos descritos configuran un delito de robo con violación, previsto y sancionado en el artículo 443 n°1 del Código Civil; y un delito de robo con violencia e intimidación, previsto y sancionado en el artículo 436 inciso 1° del Código Penal: ambos en grado de desarrollo consumado. Agrega, que a su entender le cabe al acusado participación en calidad de autor, en consideración al artículo 15 N° 1 del Código Penal, al haber tomado parte en la ejecución de los hechos, de forma inmediata y directa. Según el Ministerio Público concurre en la especie la agravante del artículo 12 n° 16 del Código Penal, esto es, haber sido condenado anteriormente por delito de la misma especie. Mientras que la querellante agrega la agravante del agravante del artículo 12 N°14 del Código Penal, a saber, “cometer el delito mientras cumple una condena o después de haberla quebrantado y dentro del plazo en que puede ser castigado por el quebrantamiento”.
La Fiscalía y querellante solicita se condene al acusado
a las siguientes penas:
- Por el delito de ROBO CON VIOLACIÓN una pena de
PRESIDIO PERPETUO CALIFICADO, más las accesorias del artículo 27 del Código Penal, esto es, la inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos por el tiempo de la vida del acusado y la sujeción a la vigilancia de la autoridad por el maximun que establece la ley; - Por el delito de ROBO CON INTIMIDACIÓN una pena de VEINTE AÑOS (20) de PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MAXIMO, más las accesorias del artículo 28 del Código Penal, esto es, la inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena. Todo ello CON EXPRESA CONDENACIÓN EN COSTAS, según lo señala el artículo 47 del Código Procesal Penal Solicita también la querellante se ordene la determinación de la huella genética del acusado y su incorporación en el registro de condenados conforme lo dispone el artículo 17 inc. 2º de la Ley 19.970, oficiando al efecto al Servicio Médico legal.
TERCERO: Alegatos del Ministerio Público y querellante.-
Que, en el alegato de apertura la Fiscalía indicó que muchas mujeres sufren de violencia sexual a manos de hombres desconocidos. Que esto afecta la libertad e integridad sexual de las mujeres. Que aquí hay una apropiación bajo amenaza y luego una violación en un espacio temporal próximo en el tiempo. Esto, a manos de un hombre, solo tiene la finalidad de poder controlar la libertad sexual de la mujer. Que hay que aplicar perspectiva de género al analizarlos hechos y el comportamiento de víctima y agresor, reconociendo la existencia de circunstancias asimétricas entre víctima y victimario. Acotó que durante el juicio escucharemos a la víctima. Que se probarán las acciones reprochables contenidas en la acusación, solicitando que se consideren las características físicas y psicológicas de la víctima, el lugar en que ocurrieron los hechos, el comportamiento antes, durante y luego de los hechos por parte del imputado, y el trauma de por vida que sufrió la víctima en su cuerpo y mente. Finalizando al indicar que por estos elementos es que se solicitan las penas contenidas en la acusación. En la clausura expuso que de los medios de prueba se ha logrado acreditar más allá de toda duda razonable los hechos de la acusación y la participación del imputado. Que por el modo en que se desarrollaron los hechos es solo la victima quien puede dar cuenta de estos. Que su relato tendría tres elementos que lo hacen verosímil: la claridad de este, que no es fantasioso y que se ha mantenido armónico durante todo el proceso, siendo el mismo que entregó en carabineros, en PDI, ante el médico del Servicio Médico Legal, ante la psicóloga y ante el tribunal. Que sus dichos se ven corroborados por al menos un dato objetivo, que se encontraron espermatozoides y fluido seminal en la ropa de la víctima. Que estos solo podrían haber llegado allí al haber sido penetrada previamente. Que las cámaras nos permiten tener por establecida la fecha y hora de los hechos. Si bien aquellas ubicadas en calle Temuco no permiten apreciar la agresión sexual, si nos dan un rango de veintiún minutos dentro del cual esta ocurrió. En cuanto al segundo hecho, las cámaras de vigilancia y las declaraciones de tres testigos civiles no relacionados a la víctima ni al imputado permiten tener por acreditada la apropiación del dinero. Agregó que la víctima no conocía al imputado, por lo que se descarta ganancia secundaria Continuó recalcando la relevancia de la polera y el pantalón de la víctima, que estas evidencias logran vincular al imputado con la víctima. La perito Ximena Godoy indicó que en los puntos 1, 2 y 3 de la polera se observan cabezas de espermatozoides, y si bien, el perito Patricio Reyes, que identifico el ADN del imputado en la polera, indicó que no podría determinar de qué fluido provenía el material genético, al cruzar sus conclusiones con las de la perito anterior es evidente que este proviene de los es permios. En el pantalón, por otra parte, en el punto 4 se encontraron cabezas de es permios, permitiendo la vinculación del imputado con la víctima. Que el perito Mauricio Silva del Servicio Médico Legal indicó que la penetración por vía oral no deja huella y que no toda penetración vaginal rompe el himen, y que estando la víctima en su periodo, la sangre amortigua el roce de la penetración pudiendo no quedar marca. Prosiguió su alegato sosteniendo que el segundo hecho se produce una vez agotado el primero, que en ese momento se genera una nueva idea en la cabeza del imputado. Que mediante intimidación obligó a la víctima a trasladarse hasta un cajero fingiendo ser su pareja. Que una vez allí, continuando la simulación, se ponen en la fila del cajero automático bajándose la mascarilla para pedirle besos a la víctima. Que en esta situación ella logró hacerle señas a una mujer que se encontraba ahí, la testigo Evelyn. Que tras lograr la apropiación de los $200.000, al ir saliendo del cajero dicha testigo junto a otras personas del lugar le prestaron ayuda a la víctima. Que las cámaras del cajero y del servicentro muestran como el imputado es interceptado por personas e intentan atraparlo, sin lograr el cometido. Que el imputado es reconocido por testigos que ven su rostro cuando se bajó la mascarilla, que es reconocido por el tatuaje de su brazo izquierdo, por sus ropas. Estos testigos lo identifican luego en sets fotográficos exhibidos por PDI bajo los protocolos establecidos. Que la defensa no ha cuestionado la participación, ni las fotografías de redes sociales en donde se observa al imputado con su tatuaje ni la veracidad de los hisopados bucales. Finalizó concluyendo que se acreditó que el doce de octubre del dos mil veinte el imputado violó a la víctima a quien previamente había robado y luego volvió a robar con intimidación, Por estos hechos reiteró la solicitud de penas de la acusación. En su réplica sostuvo que la defensa estaba entregando medias verdades sobre situaciones que le convienen a él. Que no solo hubo penetración oral, sino que también vaginal y anal. Que no es el imputado quien entrega la evidencia, fue la víctima quien entrego el pantalón y la polera. Que en cuanto a la apropiación del dinero del cajero, el tribunal vio las cámaras donde se muestra al imputado y víctima en una actitud en la que él la controlaba rodeada con sus brazos, que incluso se le habrían caído $5.000 cuando escapa, además se encontraron especies de la víctima en la mochila de este. Que si bien la defensa señala que el relato de la víctima no es tan claro, hay que tener presente que ella está haciendo el esfuerzo de hablar superando su estreses post traumático. Que en su declaración el imputado prácticamente dice que el hisopado bucal que se le tomó fue ilegitimo, no se puede decir que está colaborando. Por su parte, la querellante sostuvo en su alegato de apertura que es difícil pensar en un caso más grave que este para una sanción penal. Que estamos ante un delito complejo que daña bienes jurídicos personalísimos además de la propiedad. Que este caso refleja en la mayor medida la violencia de género, en donde la mujer es transformada en un objeto. Recalcó que el imputado hizo caso omiso de la desesperación de la víctima, sin conciencia ni compasión, traslada a la víctima a otro lugar, en donde vuelve a realizar un delito de robo en su contra. Indicó que la diferencia con la acusación fiscal es la invocación de la agravante del artículo 12 n°14 del Código Penal y la solicitud de registro de la huella genética del imputado. También resaltó el daño psicológico sufrido por la víctima, quien es una sobreviviente, que su vida fue quebrada ese día y las secuelas la acompañaran toda su vida. Que esto se verá tanto de sus propios dichos, como de testigos familiares y pareja de ella, así como también de la pericia psicológica que se presentara. Remarcó que el registro de cámara del cajero automático desde donde la victima sacó dinero resultó esencial para la identificación del imputado. Que hay testigos presenciales que rescataron a la víctima y reconocen el rostro del imputado. Que finalmente hay prueba científica que da cuenta de la presencia de material genético del imputado en la ropa de la víctima y en una mascarilla. Concluyendo que la prueba es sólida. Que, como ya se señaló, este es uno de los delitos más graves, acompañado además por otro delito contra la propiedad. Que esto no fue buscado por la víctima de forma alguna, sin embargo esta vio su vida cambiada definitivamente con el solo propósito de transfórmala en un objeto para la satisfacción del placer sexual del imputado. En su alegato de clausura indicó que primero hablara sobre cuestiones fácticas y posteriormente sobre calificación jurídica. Que se han acreditado todos los supuestos facticos mencionados en alegato de apertura. Que llama la atención de la calidad del testimonio de la víctima, el que impresiona por su claridad, precisión y contundencia. Así también, la magnitud y crueldad de los hechos. Que esto convierte el testimonio en un medio probatorio de la más alta calidad, calificado por la persistencia del relato y la corroboración periférica. En efecto, la víctima habría entregado el mismo relato tanto a los testigos Maricela Silva, Francisco Ceballos y Maximiliano Castro, como a la perito Romy Espinoza y al perito Mauricio Silva del Servicio Médico Legal. Que el relato se ha mantenido invariado durante estos años en cuanto a horas, fechas, caminos recorridos, intimidación, sustracción de los bienes, el hecho de encontrarse con la regla y vías de acceso en la penetración. Indicó que la corroboración periférica implica que existen elementos objetivos en torno a la declaración que sirven para confirmarla. Que esto se da con la perito Romy Espinoza quien da cuenta de sintomatología de la víctima compatible con el relato. Su pareja, la testigo Macarena, da cuenta del miedo que esta siente respecto de los gorros de pescador, lo que coincide con el gorro que usaba el imputado el día de los hechos; videos de cámaras de seguridad que los sitúan en el lugar de los hechos, se encontró material genético del imputado en el lugar y en la polera de la víctima, además de testigos presenciales que reconocen al sujeto y otros que dan cuenta de la afectación emocional de la víctima. Que la prueba biológica es de gran relevancia. Que se determina que existe material genético del imputado en la mascarilla con ositos y en la mochila que este dejo en el lugar del suceso al huir. Así también, la perito Ximena Godoy encontró espermios y proteína P30 en la polera, la misma polera que posteriormente se determinó por peritos que tenía material genético del imputado en al menos tres puntos. En cuanto a la calificación jurídica. El primer delito es un delito complejo por decisión del legislador. Que debe haber una violación “con motivo” o “con ocasión” de un robo. Que aquí estaríamos en la segunda hipótesis. Cita sentencia ROL 1885-2015 de la Ilustrisima Corte de Apelaciones de Santiago en la que se sostiene que esto ocurre cuando “el injusto patrimonial otorga una oportunidad para realizar la penetración”. Que Garrido Montt entiende que se necesita cierta coetaneidad temporal. Collado sostiene que es necesaria una cercanía temporo-espacial entre ambos hechos. Que aquí no hay duda de que se presentan estos elementos: el robo entrega la oportunidad y existe una cercanía temporal y espacial entre ambos hechos. Que con esto se colma completamente el tipo penal. Continua indicando que luego viene el segundo delito que corresponde al robo en el servicentro. Un contexto temporal y espacial distinto, que debe ser sancionado de forma diferente ya que el otro delito ya estaría colmado y satisfecho por completo con la sustracción y acceso carnal. Para el segundo delito, el imputado y víctima llegan al servicentro a las 15:43 horas según los fotogramas de las cámaras del recinto, existiendo una distancia temporal con el primero, además se trasladan en micro durante quince minutos, incluso existiendo un cambio de comuna, todo lo que se traduce en una diferencia espacial. Agregando que tampoco existe una relación especial entre el segundo robo y el acceso carnal. Señaló que quedaron acreditados más allá de toda duda razonable que los hechos ocurrieron y que le cupo participación culpable al imputado. Que transformó a la víctima en un objeto para su satisfacción sexual luego de haberse apropiado de sus especies, para luego hacerla víctima de otro ataque y sustracción en el cajero automático. Finalizó diciendo que esto no es un error del imputado, como el señalo al disculparse, sino que de hechos gravísimos que permiten resaltar con énfasis la reprochabilidad del imputado, por lo grave de los hechos y por el ánimo frio y despiadado que mostro al realizarlos. Hechos que marcaron a la víctima probablemente para toda la vida. En su réplica argumentó que el perito Mauricio Silva dijo que lo común son las lesiones en las violaciones, pero también indico que aquí hay lubricación natural por la sangre de la menstruación de la víctima lo que contribuye a facilitar la penetración. Respecto de la sustracción del dinero en el segundo delito, que al imputado se le cayó dinero al huir y que además tenemos el relato contundente de la víctima respecto de los $200.000. Que el relato del imputado no es esencial para encontrar los espermios en la polera de la víctima, que para eso está la prueba científica.
CUARTO: Alegatos de la defensa.- Que en la apertura
dicha parte indicó que no estamos ante el psicópata de Alto Hospicio. Que el imputado declarará y colaborará y lo que se buscará es que se aplique una condena proporcional a los hechos. Recalca que en nuestro sistema solo hay responsabilidad por los actos que efectivamente se realizan. Que esto no está teñido por violencia de género. En el alegato de cierre recalcó que como se planteó en la apertura se realizó una defensa colaborativa. Que la declaración del imputado ha allanado el camino a la fiscalía y la querellante. Que el imputado reconoció haberse acercado a la víctima en el paradero, haberle hablado, haberse apropiado de especies mediante intimidación, además del acceso carnal mediante intimidación. Que en la acusación no se dice que el imputado haya eyaculado en la boca de la víctima, ese es un hecho que agrega el imputado, lo que demuestra que dice la verdad. Que el imputado no dice haber penetrado anal ni vaginalmente a la víctima. No obstante la víctima dice haber sido penetrada analmente con dolor en más de una ocasión, el perito Mauricio Silva, que examinó a la víctima el mismo día de los hechos, dice que no encontró lesiones anales ni cicatrices. Que al ser esto una violación y no existir consentimiento de la mujer, no habrá lubricación. ¿Cómo puede entonces no haber lesiones anales? Sostiene que no hubo penetración anal. Indicó que tampoco hay prueba concluyente de que existiera penetración vaginal, que el mismo perito relató que el himen no presentaba desgarros ni lesiones, Que si bien especulo que podía ser por la lubricación producida por la menstruación, esa es solo una teoría. Continuo indicando que respecto del robo de los $200.000 la declaración del imputado es de suma relevancia ya que no hay evidencia de aquella sustracción. Las cámaras no muestran la sustracción, los testigos solo los ven entrar y salir del cajero y no se presentaron las cartolas bancarias que podrían haberlo demostrado. Que por estos motivos la declaración seria de suma relevancia. Que la presencia de espermatozoides en la polera también se vincula con la declaración del imputado, ya que este indicó libremente que se habría limpiado con esta. En la réplica argullo que el aporte del imputado fue sustantivo. Que los $5.000 que se le cayeron al escapar podrían haber sido de los $8.000 que sustrajo del primer hecho y no necesariamente de los $200.000 del segundo
QUINTO: Convenciones probatorias. Que, conforme se
desprende del auto de apertura de juicio oral los intervinientes no arribaron a ninguna convención probatoria.
SEXTO: Declaración del Acusado. Que el acusado EDUARDO
MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, previa advertencia de su derecho a guardar silencio y de las consecuencias de la renuncia al mismo, manifestó que le gustaría esclarecer los hechos. Que deseaba comenzar pidiendo perdón a las personas que pudo haber lastimado en su pasado, que nunca fue su intención causar ese tipo de daño. Que había conocido a Dios, quien lo corrigió de las cosas malas que había hecho en su pasado. Que nunca habría matado a nadie, ni privado a nadie de la posibilidad de seguir viviendo, y como dice Dios, donde hay vida hay esperanza. Que el 12 de octubre estaba en la población “La Bergica” (sic). Que tomó rumbo a Combarbalá en dirección Los Vilos para buscar a un amigo que no habría encontrado, Que entonces decidió volver a su casa. En el camino, en la Plaza Los Vilos con Serena, se encontró con una mujer a quien preguntó si estaban demorando mucho las micros, a lo que ella habría respondido que sí, pero que habían pasado hace poco una. Que era tiempo de pandemia y no había nadie más en el lugar. Que cree que ella vestía de jeans azules, polera ancha y clara, quizás blanca. Que nunca antes la había visto. Luego de eso él se presentó diciendo que se llamaba Matías, tendiéndole su mano. En ese momento él la agarró con fuerza y dicho que solo quería su dinero y especies, y que si no la agrediría. Que la hizo sentarse junto a él, tomando su celular, ocho mil pesos, una tarjeta de cuenta RUT y unos papeles; que no recuerda si algo más. Que ahí le preguntó si tenía dinero en la cuenta RUT, amenazándola si le mentía. Que le preguntó dónde estaba el cajero más cercano para sacar plata. Siguió su relato indicando que se levantaron y dado la vuelta por la calle detrás de Serena, agregando que no sabe el nombre de esta porque no sabe leer ni escribir, pero que estaría como a una cuadra del paradero. Que allí había una escuela a la izquierda. Casas a la derecha y un camión de carga. Indicó que primero orinó contra el camión y que luego le pidió que le hiciera sexo oral, que luego le dijo que se diera vuelta para penetrarla, pero que ella le habría dicho que estaba con la regla. Por esto, él la habría tocado y se habría dado cuenta que era cierto. Que tocó su vagina con el pene, pero no más adentro. Que le volvió a decir que se diera vuelta y le hiciera sexo oral hasta eyacular en su boca. Que se limpió en su polera. Que todo esto no habría durado más de siete minutos. Continuó su declaración señalando que siguieron caminando y que le dijo que no hiciera señas a la gente o ella se vería perjudicada. Que tomaron la locomoción colectiva hacia Vicuña Mackenna. Que unos cinco minutos después, al llegar la micro a calle Trinidad con Santa Raquel, vio una bomba. Que se bajaron ahí y dirigido al cajero, Que en la bomba habían entre quince y veinte personas. Que la hizo sacar 200 mil pesos. Que le dijo que simularan que eran pareja, le tomaba la mano, le daba besos. Que al ir saliendo del cajero se le abalanzaron como tres personas por la espalda. Que lo abrían agarrado de la mochila, logrando sacársela y arrancado por calle Serena. Que allí se le cayó parte del dinero robado, pero el teléfono lo habría mantenido. Que no conoce bien los nombres de las calles. Que bajó por Coronel hacia Los Pensamientos. Que luego de la Pasarela de Vespucio se fue a “La Berjica” (sic) donde se quedó como un mes en casa de su amiga Angélica a quien llama “Pepa”. Agregó que solo habrían sido palabras, que nunca agredió a la víctima. Que no le hizo daño de golpes. Señaló que luego de cómo un mes, sin saber que lo estaban buscando, su ex pareja le dijo que se juntaran porque uno de sus cinco hijos quería verlo. Que se juntaron en la casa de los padres de él hasta como las ocho o nueve de la noche. Que en la madrugada llegó investigaciones y los esposaron a todos en la casa, sus hermanas, sus hijos. Que él dijo que lo andaban buscando a él y que no esposaran a su familia. Que no le dijeron hasta la comisaria por qué lo andaban buscando. Que no le dijeron sus derechos y que no firmó nada porque no sabe leer ni escribir. Que dijo que quería esperar a su abogado, pero ellos habrían contestado que no importaba, que lo iban a hacer igual. Que le hicieron exámenes con palos en la boca. Que lo dejaron desnudo en la celda porque la ropa era medios de prueba. Finalizó pidiendo perdón de corazón y diciendo que conoció a Dios en la cárcel. Que sabe que solo él puede darle una oportunidad- Que sabe que debe pagar las cosas malas que hizo. Que solo pide misericordia y piedad con su condena. Que aún está vivo. Ante las preguntas de la fiscal agregó que nunca antes había declarado, que habría intentado declarar cuando lo detuvieron, pero que no lo habría hecho por temor ya que estaba junto con otros treinta imputados en la sala, Que nunca declaró ante fiscalía, ni tampoco ante un juez, y esta es la primera vez que cuenta esta versión de los hechos. También indicó que mide 1.75 metros y pesa 77 kilos aproximadamente, pero que al momento de los hechos pesaba uno 72 kilos. Que tiene tatuado el nombre de su madre en su brazo izquierdo, una rosa en el hombro y otro en el ombligo. Que el día de los hechos vestía short floreados de colores negro, rojo, verde; polera blanca, sombrero verdoso de milico, como para safari, puntudo por delante y atrás y doblado por los costados; y mochila y zapatillas plomas Ante las preguntas de la querellante agregó que la policía llegó a su casa entre las nueve y diez de la noche. Que pensó que lo buscaban por no estar cumpliendo con la firma por “la condicional” que le dieron en Colina 1 por un delito de violación. Que no ha sido condenado por otro delito de la misma naturaleza. A las preguntas de su defensor respondió agregando que la persona a cargo del proceso de detención era una mujer, que no habló con ella, pero se habría dado cuenta por la forma en que la trataban. Que en el lugar de detención lo sentaron en una silla, tiraron la cabeza hacia atrás y dicho “vos violador no teni derecho de nada así que abre la boca o te la abrimos a la fuerza”. Que le pasaron seis u ocho palos por dentro de la boca. Que no otorgó su autorización para esos exámenes, pero le habrían dicho que como era un violador no tenía derecho a nada. Que habría advertido que no sabe leer ni escribir y que no habría firmado ningún acta o autorización para estos exámenes, Que solo firmó un documento cuando salió del cuartel, pero sin leerlo ni saber que decía. Que en la penitenciaria le tomaron una muestra de sangre. Que no le tomaron fotos de su cuerpo. La fiscalía hizo uso de la facultad contenida en el artículo 329 del Código Procesal Penal, respondiendo el imputado que quiso hacer estas denuncias en el control de detención, pero que había treinta imputados y que el defensor le habría dicho que hablarían después y después no lo vio más.
SÉPTIMO: Prueba rendida. Que, para acreditar los hechos
de la acusación, compareció en estrado a prestar su declaración la víctima de identidad reservada a quien se nombrara únicamente como Luz, quien indicó como el día 12 de octubre del 2020, entre las 14 y 15 horas salió de su domicilio para dirigirse donde su pareja, que en el paradero ubicado en Av. La Serena con calle Combarbalá se encontraba un individuo de sexo masculino que habría llegado unos minutos antes que ella. Que se trataría de un hombre delgado, moreno, de unos 1.70 a 1.75 metros, de pelo oscuro, sin muchos músculos, cara muy delgada, barba y un tatuaje de letras negras en su brazo izquierdo, quien vestía una polera de manga corta con un estampado que no recuerda, shorts, un gorro y mochila. Que este sujeto le preguntó si es que sabía cuánto se iba a demorar una micro, que tras decirle que no él habría estirado su mano, que creía que era para saludarla, pero que cuando la tomo él la agarró con fuerza y la hizo sentarse en el banco del paradero que estaba entre ellos. En ese momento él la amenazó diciendo que tenía un arma en la mochila y que le hiciera caso en todo lo que le digiera. Que abrió su mochila y la ha hizo meter en ella su chaqueta y cargador de celular, que tomó su celular y audífonos, Que no recuerda si llevaba consigo dinero en efectivo. Continuó indicando que luego de esto él la tomó de la mano y diciéndole que fingiera ser su pareja la habría llevado por Combarbalá a la calle Temuco, que sería la calle detrás de donde se encontraban. Que allí habían casas por la izquierda y unos camiones. Que al llegar al primero de estos la hizo bajarse los pantalones y los de él. Que la hizo arrodillar y le dijo “que se la chupara”. Que con esto ella vomitó. Que luego la hizo darse la vuelta, momento en que ella mencionó que estaba con su periodo, esperando que le diera asco y la dejara ir. Que en ese momento él la penetró por el ano. Que ella le dijo que le dolía, pero no recuerda si él le respondió algo. Que él le preguntó si ya había tenido relaciones sexuales, si tenía pareja. Que luego la penetró por la vagina. Que volvió a hacerla practicar sexo oral. Que luego la volvió a penetrar vaginalmente. Que la habría penetrado en más de una ocasión por vía anal y por vía vaginal. Que finalmente le volvió a exigir que le practicara sexo oral hasta eyacular dentro de su boca. Que ella escupió el semen. Que él se habría limpiado con la polera de ella y ella también. Aclaró que la agresión sexual debe haber durado unos cuarenta y cinco minutos. Continuó indicando que tras la agresión sexual el sujeto se puso a revisar sus documentos y tarjetas, preguntándole si tenía dinero en su cuenta, diciéndole que si le mentía la iba a agredir. Que debido al miedo ella confeso que tenía $235.000 en su cuenta, su sueldo de guardia de seguridad. Que le preguntó dónde había un cajero y ella habría respondido que no sabía. Que la llevó hasta el paradero ubicado en Quilpué con Linares, diciéndole durante el trayecto que él ya había estado ocho años preso, que era de la población Yungay y que no le asustaba que lo fuera a denunciar. Que allí tomaron una micro hasta que encontraron una bomba de bencina en la comuna de La Florida, en la esquina de Santa Raquel con otra calle que no recuerda el nombre. Que estuvieron de quince a veinte minutos en la micro. Que al subir a esta el micrero les hizo ponerse la mascarilla. Que en la bomba se pusieron en la fila para el cajero automático, Que ella habría logrado hacerle señas con los ojos a una mujer que se encontraba en un furgón blanco a unos dos metros y medio de ella. Que la miraba y luego al imputado y hacia un gesto de negativa con la mano que tenía libre. Que el imputado la tenía abrazada y le hacía darle besos como si fueran pareja. Que la mujer le habría gesticulado con la boca preguntándole si el hombre venía con ella, pero solo podía responder con gestos de ojos y su mano. Que entraron al cajero del servicentro y el la hizo sacar el máximo de dinero, $200.000. Que él se mantenía detrás de ella en el cajero, apoyado en este. Que el hizo que le entregara el dinero y luego la tomo de la mano y la hizo salir del cajero. Que ella pensó que algo podría pasar porque alguien había entendido sus señas, por lo que se habría echado hacia atrás todo lo que daba el brazo. Que en ese momento unas personas se abalanzaron sobre el imputado. Que no sabría cuántas, quizás cuatro o cinco. Que ella aprovechó ese momento para correr hacia donde se lavan los autos. Que una de las niñas del furgón le dijo que se subiera, que cree que fue la que estaba atrás. Que les dijo que le robaron y abusaron, Que la llevaron hasta la comisaria. Que ahí llamó a su hermano quien habría llegado luego. Que después fue al Servicio Médico Legal a que le tomaran muestras biológicas. Indicó que unos días después fue contactada para hacer peritajes y para hacer el recorrido de ese día. Que realizó un retrato hablado y un reconocimiento facial. Que le mostraron unas veinte fotografías y lo habría logrado reconocer. Señaló que luego de estos hechos se sintió bastante mal. Que dejó sus estudios, y que hasta la fecha no habría podido reanudarlos. Que no podía salir de su casa sola, ni siquiera al frente a comprar el pan. Que tenía miedo que volviera a ocurrir. Que tenía que estar siempre acompañada. Que tenía miedo incluso en su casa. Que tuvo que cambiarse de casa porque tenía miedo de encontrarse con él. Que se demoró casi un año en volver a poder salir sola de la casa. Que tenía crisis de pánico. Que habría tenido pensamientos suicidas. Que hasta el día de hoy continua con apoyo psicológico. Esta declaración es la misma que la víctima ha entregado desde el día mismo de los hechos. Es la misma declaración que indicó en la comisaria cuando hizo su denuncia y la que dio ante policía de investigaciones, como se observa de lo declarado por el testigo Mauricio Esteban Escudero Contreras, oficial mayor de Carabineros, jubilado este año tras treinta y un años de servicios, oficial que se encontraba de guardia en la 36° Comisaria de La Florida cuando a las 16:20 horas del día 12 de octubre del 2020 llegó una niña llamada Luz acompañada de tres personas manifestando que había sido violada. Que ella estaba muy mal. Que la hizo ingresar a su oficina para tomar su denuncia mientras otros colegas tomaban las declaraciones de los acompañantes. Que ella le relató cómo ese día se encontraba en un paradero en la comuna de La Granja, en calle Combarbalá, cuando se le acercó un sujeto preguntándole cuando pasaba una micro. Que ahí la habría agarrado de la mano y llevado a un lugar donde habían unos camiones. Que la sentó en la pisadera de un camión, le bajó sus pantalones y calzones, para luego violarla. Que a continuación le pidió dinero, pero como ella solo tenía tarjeta se la habría llevado en micro a una estación de servicio donde la hizo retirar del cajero $200.000. Que la víctima habría hecho señas a personas que estaban allí en la bomba de bencina, quienes la rescataron y llevaron a la comisaría. Aclarando que la víctima también mencionó la sustracción de un teléfono celular. Indicó que se tomó contacto con la fiscalía quienes dispusieron que se trasladara a la víctima al Servicio Médico Legal para los procedimientos de rigor, lo que se realizó esa misma tarde. Idéntico relato entregó la víctima al perito Mauricio Andrés Silva Molina, médico del Servicio Médico Legal, quien señaló en la anamnesis de su peritaje realizado el doce de octubre del dos mil veinte a las 20:55 horas que LUZ refirió que ese mismo día, a las 15:00 hora aproximadamente, fue abordada por un tercero desconocido, amenazada de forma verbal, para luego ser traslada a una calle colindante solitaria donde la penetra oralmente, luego vaginalmente y luego analmente, para finalmente eyacular en su boca. Este perito informó no haber encontrado lesiones en genitales ni en la zona anal de la víctima. Que se encontraba con su periodo menstrual. Que muestra de fluido vaginal, anal y bucal dio negativo para presencia de líquido seminal y para espermatozoides. Que la menstruación actúa como lubricante, por lo que es altamente probable que no se encuentren lesiones a nivel vaginal. Que puede que no hayan lesiones a nivel anal porque el pene pudo no estar completamente erecto o por haberse encontrado lubricado con sangre. Que durante el periodo menstrual aumenta la elasticidad de la zona del piso pélvico. Que si la regla es abundante arrastra los espermios y fluido seminal. Que la presencia de espermios y fluido en zona rectal depende del hábito rectal, que por arrastre se elimina casi todo fluido corporal. Que nunca ha encontrado espermatozoides o liquido seminal en la boca de un paciente. Que si toma agua o enjuaga la boca la probabilidad de encontrar algo es menor al diez por ciento, casi nada. Así también, entregó el mismo relato de los hechos al testigo Francisco Ceballos Espinoza, psicólogo, subprefecto de Policía de Investigaciones, quien trabaja en Apoyo de Salud Mental de la institución. Este testigo indicó que en octubre del 2020 era subjefe de unidad en la Brigada de Delitos Sexuales Metropolitana, que en dicha función habría tomado declaración a LUZ con fecha trece de octubre, que ella indicó que el día anterior salió de su casa, que en un paradero cercano a esta, en La Serena con Combarbalá, un sujeto se le acercó y preguntado si se demoraba mucho la micro en pasar. Que era un hombre de 1,70 a 1,75 metros de altura, moreno, de barba, con polera blanca con un diseño que no recordaría, con shorts con diseño que no recordaría y zapatillas. Que él la habría tomado con fuerza y hecho sentar. Que le habría pedido que entregara sus especies y guardado estas en su mochila. Que luego la trasladó hasta calle Temuco fingiendo ser su pololo. Que allí había un camión. Que la hizo sentarse y obligado a practicar sexo oral. Que esto ocurrió en unas cuatro ocasiones ya que el sujeto tenía problemas para lograr una erección. Que la habría agredido sexualmente de forma oral, vaginal y anal, exigiéndole que practicara sexo oral después de cada penetración; todo bajo amenazas de que tendría un arma y que él ya habría estado detenido. Que habría mantenido un dialogo violento durante toda la agresión, preguntándole si es que era virgen y si tenía pareja. Que la obligó a decir que le gustaba y que estaba mojada. Que habría vomitado con el sexo oral ya que la obligo a realizarlo después del sexo anal y porque él lo hacía muy fuerte. Que, luego de terminar, él se habría limpiado con su polera. Que luego de la agresión sexual él le preguntó si tenía dinero en el cajero automático, a lo que, ante las amenazas, ella habría respondido que sí. Que la llevó hasta el paradero de Quilpué con Linares a tomar una micro. Que entraron por la puerta de en medio y el conductor les habría pedido que se pusieran la mascarilla. Que la mascarilla de él tenía unos ositos. Que descendieron en Santa Raquel con Trinidad donde había una COPEC. Que se habrían dirigido hasta el pronto COPEC y puesto en la fila del cajero automático simulando ser pareja. Que una vez adentro, el imputado la obligó a retirar $200.000 quedando un saldo de $30.000 en la cuenta, por lo que le habría hecho intentar retirar lo que quedaba sin tener éxito. Que al llegar al lugar vio una camioneta blanca con tripulantes hombres y mujeres, a quienes intentó hacer señas, pero no se habría podido asegurar de que ellos lo notaran. Que al salir del cajero el acompañante hombre de la camioneta se abalanzó sobre el imputado y ella corrió. Que no sabría que pasó en ese momento, pero el sujeto huyó. Que las personas dela camioneta la auxiliaron y trasladaron a la comisaría. Así también, es el mismo relato que entregó a la perito Romy Espinoza Natalia Martínez, psicóloga, quien realizó con fecha dieciséis de febrero del 2021 el informe de daño psico- emocional de LUZ. Que aquella le indicó que estaba allí por haber sufrido una violación. Que se encontraba en un paradero cuando un hombre se le acercó y preguntó a qué hora pasaba una micro. Que la agarró con fuerza de la mano e hizo sentar. Que ella habría pensado que se trataba de un asalto. Que le quitó el celular, su chaqueta y audífonos. Que la habría tomado y llevado a la calle Temuco donde había poco tránsito y unos camiones. Que durante el camino en la abrazaba y actuaba como si fueran pololos. Que la habría amenazado diciéndole que tenía un arma y que si hacía algo le pasaría algo malo. Que allí la hizo practicarle sexo oral, que la penetró anal y vaginalmente. Que posteriormente le habría insistido preguntando si tenía más dinero, a lo que respondió que sí, pero en su tarjeta. Que la llevó a tomar la micro 204. Que intentó pedir ayuda a la gente de la micro, pero no le entendían. Que se bajaron en la calle Santa Raquel, donde habría una COPEC, para sacar dinero. Que intentó pedir ayuda a unas personas en una camioneta y que una mujer habría entendido que se encontraba en situación de riesgo. Que en el cajero habrían sacado $200.000. Que salieron fingiendo ser pareja, cuando unas personas la ayudaron a zafarse del imputado, quien habría huido. Que luego esas personas la llevaron a la comisaría. La perito agrego que no existe ningún tipo de ganancia secundaria por la víctima, que existía un correlato entre lo que la víctima decía y el lenguaje no verbal del cuerpo de esta, y que el relato tendría coherencia y consistencia, siendo muy similar al entregado el día de los hechos. En cuanto al resultado de su peritaje, informó que la peritada vio afectada su vida en diversas formas, que dejo sus estudios, que sentía que nada tenía valor o importancia en su vida, que comenzó con actitudes evitativas de contacto social, que tenía miedo de salir de su casa. Que a la aplicación del Inventario de Depresión de Beck, se obtuvo que la víctima sufre de un cuadro depresivo grave. Mientras que del test de Estrés Post Traumático, se determinó que padece de estrés post traumático crónico. Que el pronóstico es complejo, que puede estar bien un tiempo, pero cualquier evento podría reactivar la sintomatología. Como puede observarse de las diversas declaraciones transcritas, el relato de los hechos que ha contado Luz se ha mantenido constante e inalterado desde el día de los hechos hasta la fecha de su declaración en este juicio. Ella indicó la misma progresión de acontecimientos, los mismos actos intimidatorios de mencionar que tenía un arma, que no hiciera nada, que ya había estado en la cárcel, que venía de la población Yungay. Acotó los mismos detalles sobre la agresión sexual señalando siempre las mismas vías de penetración, la reiteración del sexo oral, la calle y alrededores del lugar; el traslado en transporte público hasta la gasolinera siempre simulando ser su pareja, el pedir ayuda a una mujer en un auto, el extraer $200.000 y finalmente el ser auxiliada al retirarse del cajero. El relato de LUZ es detallado y congruente, además de haberse mantenido prácticamente invariado durante los dos años que han transcurrido desde el día de los hechos. Todas estas características le otorgan verosimilitud y colaboran a otorgarle considerable poder de convencimiento. Por otro lado, el testimonio de la víctima también goza de antecedentes objetivos que ayudan a confirmarlo, lo que se conoce como corroboración periférica. En efecto, este se ve respaldado por las imágenes obtenidas de cámaras de seguridad que se encontraban en los lugares de ocurrencia de los hechos. La testigo Marcela Silva Alarcón, comisario de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales Metropolitana y funcionaria a cargo del grupo investigativo a cargo del caso en conocimiento, indicó que el equipo investigador verificó que en el inmueble ubicado en callé Temuco 7970 existían cámaras de seguridad en su exterior. Que al acceder a dichas cámaras se observó en Cámara n°1 que el doce de oct dos mil veinte a las 15:04 horas se aprecia como en calle Temuco vereda poniente hacia el norte camina una mujer de jeans azules y polera burdeo con un hombre que viste un short, polera blanca, un gorro y mochila negra, que se observa cuando van caminando hasta una rampa con cabina destruida y luego se pierden de foco. Que en otra cámara que apunta en sentido contrario se distingue que a las 15:04:32 horas estas personas llegan hasta un camión blanco y permanecen ahí veintiún minutos. Que esta cámara no lograría apreciar lo que sucede entre ellos, pero si la existencia de movimiento. Que se retiran caminando por la misma calle Temuco hacia el norte y que él lleva abrazada por el cuello a la mujer. Que también habrían observado que en esa calle estaba el portón de acceso al estación amiento de profesores de la Escuela Poeta Oscar Castro, donde también existía una cámara de seguridad. Que en ellas se vería que a las 15:05 horas llegan hasta el camión blanco 2 personas que permanecen en el lugar alrededor de veintiún minutos. Esta cámara tampoco logra apreciar lo que sucede entre ellos, pero si se ve como al retirarse se retiran por la misma vereda poniente y se ve transitar a la víctima acompañada de un sujeto que era desconocido para los investigadores. Indicó que lograron también acceder a cámaras de seguridad de servicentro COPEC y de Punto COPEC, observando que el doce de octubre del dos mil veinte victima e imputado llegan alrededor de las 15:50 horas al servicentro, que se observa como se posicionan en la fila del cajero automático, que luego ingresan al Punto COPEC donde habría quedado grabado cuando sacan dinero y cuando se retiran del Punto COPEC, él llevándola de la mano y ella detrás. Que en las imágenes del servicentro se ve cuando individuos se abalanzan sobre el sujeto y como este finalmente huye con rumbo desconocido. Agregó que conforme a las cámaras el recorrido habría durado una hora desde que el sujeto aborda a victima hasta que esta logra liberarse. Aclaró también, al serle exhibido el set de fotografías identificado como otros medios de prueba n°1 en el auto de apertura, en particular la fotografía n°3; que en la Av. La Serena ahora se llama Av Cardenal Raúl silva Enrique, pero que todos la conocerían aun como La Serena. Posteriormente, el testigo Nicolás Riquelme Álvarez, subinspector de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales Metropolitana de la Policía de Investigaciones, quien señaló haber estado a cargo de realizar el recorrido de cámaras de seguridad y la confección de sets de fotografías respectivo; tras referirse a las mismas cámaras de seguridad agregó que en las cámaras del colegio Poeta Oscar Castro se ve como el imputado y víctima se retiran de calle Temuco a las 15:25 horas, veintiún minutos después de su llegada. Por su parte, al interrogar al testigo Maximiliano Castro Herrera, comisario de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales Metropolitana de la Policía de Investigaciones de Chile; se le exhibió el set fotográfico identificado como “otros medios de prueba n°3” en el auto de apertura. Que el testigo aclaró que las imágenes son fotogramas de las cámaras de seguridad que se levantaron. Que en las fotografías 1, 2, 3 y 4 se observa la calle Temuco de diferentes ángulos, pudiendo verse un camión blanco, lugar en que, señala el testigo, habría ocurrido la violación de la víctima. Que la fotografía n°6 muestra la bomba COPEC de la intersección de las calles Santa Raquel con Trinidad en la comuna de La Florida. Que en la fotografía n°7 se observa el estacionamiento del Punto COPEC donde se ve un furgón blanco donde habrían tres testigos, dos mujeres y un hombre. En la fotografía n°8 se puede ver al imputado y la víctima haciendo la fila para entrar al cajero del Punto COPEC, que están muy juntos, abrazados, que el hombre viste polera blanca, gorro como de pescador verde militar, mochila negra, bermudas o shorts, y mascarilla. En la fotografía n°9 describe ver al imputado y la víctima sacando dinero del cajero automático, que el imputado se encuentra detrás de ella, envolviéndola con sus brazos. En la fotografían n°10 se ve también a ambos sacando dinero, el imputado al parecer indicando algo y se le ve un tatuaje en el brazo izquierdo. En la fotografía n°11 se muestra un acercamiento al tatuaje, el cual diría algo como “Deneris” o “Berenis”. Que en la fotografía n°12 y n°13 se observa a ambos saliendo del cajero. Él iría por delante llevándola de la mano. En la fotografía n°14 describe ver tres hombres y una mujer que intentan reducir al imputado, agregando el testigo que según el fotograma serían las 15:49:02. En la fotografía n°15 se muestra al sujeto escapando sin gorro ni mochila. Que la fiscalía exhibió a la testigo Maricela Silva Alarcón la evidencia rotulada como otros medios de prueba n°14, n°15 y n°16 que corresponden a la NUE NUM000, y que contienen un jeans azul, una polera burdeo de algodón y una mascarilla negra, todas de la víctima. Que estas prendas fueron analizadas por diferentes peritos científicos. La perito Loreto Arias Calderón, bioquímica del Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones de Chile, informó que la polera burdeo presentaba una mancha pardorojiza en su zona inferior la que se levantó como MPR Polera. Que el jeans azul presentaba una mancha pardorojiza en zona frontal superior la que se levantó como MPR pantalón, y se levantó también una mancha amarillenta en entrepierna y pierna derecha cercana a la entrepierna. Señaló también que la mascarilla con diseño de osos contenida en NUE NUM001 se le realizó barrido por cara interno y externo. Así también se realiza barrido en cierre de mochila negra marca Xtreme contenida en NUE NUM002. Que las manchas pardorojizas correspondían a sangre humana. Que tanto las muestras MPR pantalón, MPR polera y manchas amarillentas de pantalón tiene contribución de más de un individuo de sexo diverso. Que barrido interno de mascarilla osos y de los cierres de la mochila tienen contribución de al menos dos individuos, descartándose a la víctima como uno de ellos. Que en un segundo paso se comparó estos resultados con una muestra indubitada de hisopado bucal del imputado, dando como resultado que es de altísima probabilidad que él sea contribuyente de mascarilla osos y de cierres de mochila. La fiscalía le exhibió set de fotos identificado como “otros medios de prueba n°11”, donde la perito describió reconocer la polera, pantalón y mascarilla negra que perició, indicando los cortes que se habrían obtenido de las prendas y la posición de las manchas observadas en ellas. Luego, la perito Ximena Gema Godoy Ávila, químico farmacéutico del Servicio Médico Legal, quien informó que al revisar las prendas con luz forense azul, se encontró en la cara frontal interna de la polera una mancha de la que se tomaron tres puntos, en el contorno frontal del jeans azul se encontraron cuatro puntos. En estos se realizó “tinción de árbol de navidad” para buscar espermatozoides, encontrando presencia en los tres puntos de la polera y solo en uno del pantalón. Que envió estas muestras a genética forense para su revisión. Se le exhibió también el set fotográfico rotulado como “otros medios de prueba n°11”, ya exhibido, explicando en las fotografías n° 17, 18, 19 y 20 que se observan cabezas de espermatozoides, que aparecen rojas por la tinción de árbol de navidad. Que estas fotos corresponden a los puntos 1, 2 y 3 de la polera y al punto 4 del pantalón, respectivamente. Finalmente, el perito Patricio Reyes Rifo, bioquímico y químico farmacéutico del área de genética forense del Servicio Médico Legal, quien indico ser perito revisor del informe respectivo y no el ejecutor, quien estaría de vacaciones en aquel momento. Este perito indicó que le tocó revisar los informes según los protocolos de genética forense. Que se realizaron dos informes. En el primero se recibió una muestra de sangre del imputado y un trozo de tela del calzón de la víctima con una mancha de semen. Que las células epiteliales encontradas en esta muestra corresponden a un genotipo femenino, probablemente de la víctima. Que la parte masculina de la muestra tiene una coincidencia de veintidós de veintitrés aplotipos con el imputado, pero al ser una mezcla de material genético no fue concluyente la identificación. Que se realizó una segunda extracción de material genético masculino, descartando la presencia de material del imputado en dicha extracción. Continuó señalando que en el segundo informe se realizó el mismo proceso pero con muestras de la polera y jeans de la víctima. Que en el caso de la polera se estableció con una altísima probabilidad la presencia de material genético del imputado en las manchas enviadas a análisis. En el caso del pantalón se excluyó al imputado como contribuyente. En el caso del barrido interno de la mascarilla osos y cierres de mochila negra, existe también una altísima probabilidad de que la mezcla de material encontrada sea del imputado con alguien más.
Así podemos ver como todos estos elementos objetivos
vienen a ratificar los dichos de la víctima. Primero las cámaras de vigilancia de la calle Temuco muestran como llega al lugar abrazada por el imputado, el que, tal como ella había relatado, la llevo hasta tras de un camión en donde permanecieron por veinte un minutos. Si bien estas cámaras no muestran la agresión sexual, la testigo Maricela Silva Alarcón indicó que si es posible ver movimiento entre la víctima e imputado durante ese lapso de tiempo. Luego, las cámaras del servicentro COPEC y del Punto COPEC que captan toda la secuencia allí vivida y referida por la víctima de forma invariable durante estos años. Adicionalmente, las pruebas científicas que establecieron la presencia de espermatozoides tanto en la polera como en el pantalón de la víctima, e identificando más allá de cualquier duda razonable la presencia de material genético del imputado en las manchas de la polera, ratificando así lo que relató Luz. Finalmente, el testimonio entregado por la víctima ante el estrado se ve apoyado no solo por elementos objetivos, sino que también por evidencia de carácter subjetivo, a saber, la declaración de tres testigos que presenciaron el segundo hecho y de testimonios de personas cercanas a LUZ. La testigo Macarena, de identidad reservada, quien indicó ser la pareja de LUZ. Que el doce de octubre el dos mil veinte habrían quedado de juntarse, pero LUZ nunca habría llegado. Que en la noche la víctima la había llamado y dicho que tenían que hablar, pero en persona. Que unos días después la testigo fue a la casa de su pareja y esta le entregó unos papeles de la PDI y se puso a llorar. Que no le dijo nada. Que de los papeles habría entendido que se trataba de un robo con violación. Que la víctima habría quedado destrozada: que bajó 10kg en una semana. Que toda su vida habría cambiado, que ya no saldría, que habría tenido miedo de salir incluso a comprar frente a su casa. Que no quería que la abrazaran ni que nadie se le acercara, que tenía desconfianza a todo el mundo. Que dejó de trabajar y de estudiar, porque sentía que su vida se había acabado y porque tenía miedo de salir de su casa. Que al pasar los meses la víctima se fue a vivir con la testigo a DIRECCION000, tenía miedo de seguir viviendo en DIRECCION001. Que se intentó suicidar dos o tres veces, que solo pensaba en ella misma y lo que le pasó, que habría sentido que no podía más. Que tenía crisis de pánico todos los días. Que volvió a trabajar hace cuatro meses, pero que todavía no volvía a estudiar, Que cuando ve un tipo de gorro se desesperaría, un gorro contra el sol que tapa todo alrededor de la cabeza. Señaló que de LUZ solo habría escuchado que al principio el sujeto se le acercó y le robo y que luego la habrían ayudado en la bomba. Que hasta este día no conoce los detalles de lo que le hicieron. De similar forma, el testigo Claudio, de identidad reservada, quien dijo ser hermano de la víctima, señaló que hasta el día de hoy su hermana continua insegura. Mejor que antes, pero igual insegura. Que cambió su forma de ser, antes era muy alegre, cariñosa, motivada, le gustaba hacer cosas; pero después de los hechos dejó de estudiar, trabajar, no habría hecho nada durante mucho tiempo, solo habría estado encerrada en la casa. Que habría tenido que irse de la casa y necesitado apoyo de psicólogos. Por otro lado, el testigo Gonzalo, de identidad reservada, de veintiocho años de edad, indicó que el trece de octubre del 2020 llegó en su vehículo furgón Chevrolet blanco hasta la COPEC de Santa Raquel con Trinidad, que se puso en la fila para el cajero automático, que habían dos personas antes que él. Que se encuentra nervioso y no recordaría bien la fecha. Que estaba con su pareja Janette y la ex cuñada de esta, Ana. Que se estacionó como a cuatro metros de la entrada del Punto COPEC. Que estando allí se pusieron detrás de él un sujeto y una niña, que le habría llamado la atención la diferencia de edad entre ellos, pero como él le pedía besos a ella, pensó que eran pareja. Que él era de unos 1,70 metros, moreno, llevaba una mascarilla con monitos, un gorro de pescador y tenía un tatuaje desde la muñeca hasta el hombro. Que estaban entre medio metro o un metro tras de él. Señaló que cuando volvió a su vehículo tras haber sacado dinero, su pareja le dijo que la niña que estaba detrás de él en la fila le estaba haciendo señas con los ojos y las manos, que le habría estado pidiendo ayuda. Que Su polola se bajó del furgón y acercó a un bombero para solicitar su ayuda, pero este no habría ayudado. Que después fueron él con su polola a pedir ayuda a los muchachos que estaban en la fila. Que en eso salió la niña con el hombre del cajero y se lanzaron sobre él para intentar agarrarlo. Que este habría escapado, pero dejó su mochila y se le cayeron $5.000. Que luego auxiliaron a la niña. La subieron al auto donde ella les habría dicho que la habían violado, que habían abusado de ella, que la tenían secuestrada desde la mañana y que le habían robado su plata. Que la llevaron a la comisaría donde les tomaron sus declaraciones. El Ministerio Público exhibió el set fotográfico “otros medios de prueba n°3”, en donde el testigo señaló ver en la fotografía n°7 su furgón estacionado en el Punto COPEC. En la fotografía n°8 al sujeto con el gorro de pescador y polera blanca retirando dinero junto a la niña, reconociendo el tatuaje del brazo del sujeto sin poder entender que es lo que dice. Que en la fotografía n°11 ve el acercamiento al tatuaje. Que como dos semanas más tarde lo llamaron desde la Policía de investigaciones señalando que la declaración que hicieron ante Carabineros estaba mal hecha, que le faltaba información. Que él y sus acompañantes fueron hasta la PDI en San Miguel y volvieron a dar sus declaraciones. Que además reconoció al imputado en unos sets fotográficos. Que la testigo Ana, de identidad reservada, testificó que el doce de octubre del dos mil veinte, entre las 15:30 y 16:00 horas, llegó acompañada de Gonzalo y Janette a la COPEC de Trinidad con Santa Raquel. Que ella iba sentada atrás, Janette iba de copiloto y Gonzalo conducía su furgón. Que Gonzalo se bajó a sacar dinero del cajero y Janette le dijo a ella que había una niña con un tipo que le estaba haciendo señas con manos y ojos. Que el sujeto era moreno, delgado, cara de “pato malo”, desaseado, de polera blanca, shorts con palmeras, gorro de pescador color verde carabinero, lentes y mascarilla. Que cuando volvió Gonzalo, Janette, le comento que la niña estaba pidiendo ayuda. Que esta se bajó a hablar con unas personas de la fila y contarles la situación. Que en eso salió la víctima con el tipo del cajero, momento en que los hombres de la fila se tiraron sobre el sujeto e intentaron agarrarlo del cuello. Que ella y Janette llevaron a la niña al furgón quien les habría contado que le habrían robado, que el tipo la habría interceptado en la mañana en un cajero, que habría dicho que tenía un arma y si no hacía caso algo malo le iba a pasar, que la habría llevado a un peladero junto a un camión y que la habría violado, que luego la habría llevado en micro hasta el servicentro donde le habría sacado $200.000 desde un cajero. Que también le habrían robado su celular. Continuó relatando que llevaron a la víctima hasta la comisaría donde contaron esto mismo. Que unos siete u ocho días más tarde la contactaron de PDI para tomar una declaración más detallada. Que la hicieron reconocer al sujeto en unas fotografías. Que se veía más delgado en las fotos. Que Gonzalo y Janette hicieron lo mismo. Pero en oficinas separadas. Del mismo modo, la testigo Janette, de identidad reservada, indicó que el doce de octubre del dos mil veinte llegó junto a su pareja, Gonzalo, y su amiga, Ana, alrededor de las 15:30 a la COPEC. Que Gonzalo bajó a sacar plata y habría visto a LUZ con el sujeto. Que él la tenía bien tomada, de la mano o de la cintura, como pololos. Que se bajaba la mascarilla y le estiraba la boca para pedirle besos. Que entonces habría visto bien su rostro. Que el andaba con una mascarilla de monitos, gorro como de pescador, polera blanca y shorts, pinta de “pato malo”; alto, delgado y con tatuaje en su antebrazo izquierdo. Que estaban como a tres o cinco metros de ellos. Que la víctima le hizo un gesto con los ojos cuando cruzaron miradas, como que apuntaba al sujeto con los ojos y luego hacia un gesto con la mano. Que habría entendido que estaba en peligro. Que intentó pedir ayuda a un bombero del lugar, pero que se habría hecho el tonto y se habría ido. Que cuando volvió Gonzalo le contó la situación y que no podían dejar las cosas así. Que cuando LUZ y el sujeto entraron al servicentro ella se bajó del furgón y se acercó a dos hombres que estaban en la fila para pedirles ayuda. Que en eso salieron la víctima y el imputado, y que entre tres intentaron agarrarlo, pero este se habría liberado de la mochila por donde lo tomaron y habría corrido en dirección a Avenida Uno. Que subieron a LUZ al furgón y les habría dicho que la habrían violado y robado $200.000, que la habría agarrado en un paradero y amenazado. Que la testigo cree que la amenaza fue con un cuchillo. Prosiguió diciendo que llevaron a LUZ a la 36° Comisaría, en calle Sótero. Que allí tomaron sus declaraciones y prestó su celular para que LUZ llamara a su hermano quien llego un tiempo después. Agregó que como una semana después fue contactada por PDI, que necesitaban otra declaración. Que también tuvo que reconocer al imputado en unos libros con fotos.
Así, no solo podemos ver que la víctima volvió a relatar
la misma serie de hechos a los testigos, sino que también observamos del relato de estos una confirmación del testimonio de LUZ. Tanto Macarena como Claudio dan cuenta de la afectación de esta y de los cambios en su vida, lo que es congruente con lo informado por la perito Romy Espinoza Martínez, quien concluyó que la periciada sufre de un cuadro de depresión grave y de estrés post traumático crónico; lo que es coherente con el relato recibido de la víctima. Los tres testigos presenciales indican que habrían estado en un furgón blanco, tanto Gonzalo como Janette observaron como el imputado pedía besos a la víctima y aparentaba ser su pareja, Janette vio con claridad como LUZ realizaba gestos con sus ojos y manos intentando pedir auxilio sin que el imputado lo notara, y finalmente fue la misma testigo Janette quien dio a conocer la situación en que se encontraba la víctima y movilizó a las otras personas que estaban en la fila para lograr su intervención y la liberación de LUZ del control de RODRIGUEZ ROMERO; todos elementos que se encuentran en el relato de la víctima que ya ha tomado tintes de veracidad por su corroboración periférica y por su homogeneidad y persistencia en el tiempo. A mayor abundamiento, el testimonio del mismísimo EDUARDO RODRIGUEZ ROMERO confirma lo señalado por la víctima y los testigos y peritos. Su testimonio es particularmente relevante respecto del segundo hecho, ya que admitió libremente la apropiación de los $200.000 que la víctima habría retirado en el cajero bajo amenaza. Sobre este punto no existe otro elemento que sirva para acreditarlo directamente, toda vez que los testigos e imágenes aportadas solamente demuestran la presencia del imputado y victima en el cajero automático del servicentro COPEC ubicado en la intersección de Santa Raquel con Trinidad, pero no el retiro del dinero ni la apropiación de este por RODRIGUEZ ROMERO. Si bien, respecto del primer hecho, el imputado se limita a reconocer la penetración por vía oral –configurando ya así una violación- y no dice haber penetrado a LUZ por vía anal y vaginal, y el perito Mauricio Andrés Silva Molina informó no haber encontrado lesiones en el ano o vagina de LUZ, ni presencia de líquido seminal ni espermatozoides en las cavidades analizadas; estos sentenciadores consideran que el testimonio de la víctima posee tal nivel de detalles, que se ha mantenido incólume por más de dos años y que ha sido ratificado por pruebas científicas que demuestran más allá de toda duda razonable la presencia de espermios en la ropa que ella vestía el día de los hechos y de material genético del imputado en las mismas manchas; que es capaz de generar convicción en su totalidad en estos jueces, que no encuentran motivo alguno que pudiera explicar una exageración o falta a la verdad en dicho punto en el testimonio de LUZ cuando todo el resto de su declaración parece estar libre de aquellos, habiendo sido confirmado y ratificado por los elementos objetivos y subjetivos ya reseñados. Por lo demás, el mismo perito Silva Molina adelanto- teorías que pueden explicar la falta de lesiones en el cuerpo de LUZ y no pudo descartar la posibilidad de haber existido una penetración.
OCTAVO: Participación. Que, para acreditar la
participación del imputado en los hechos tenemos la declaración ya analizada de la víctima, quien vio claramente al imputado, estuvo en su compañía por alrededor de una hora y luego lo reconoce en los sets de fotografías que le fueron exhibidos por la Policía de Investigaciones. Del mismo modo, los testigos presenciales, Gonzalo, Janette y Ana; lo identificaron en similar diligencia ante la PDI. Adicionalmente, todos los testigos realizaron descripciones del imputado, de sus características físicas y vestimentas. Si esto no fuera suficiente, existe la descripción de un tatuaje de letras góticas negras en el antebrazo izquierdo del imputado por parte de los testigos, Mismo tatuaje que se ve en las fotografías n°8 y 11 del set identificado como “otros medios de prueba n°3. Este mismo tatuaje fue encontrado en la fotografía n°9 de “otros medios de prueba n°8”, exhibido al testigo Maximiliano Castro Herrera, obtenida del Facebook de uno de los hijos del imputado en donde se observa a este con el tatuaje en su brazo izquierdo junto a su hijo. Dicho testigo agregó que si bien en las fotografías no se puede descifrar del todo la palabra tatuada, esta pareciera ser “Deneris” o “Beneris”, lo que es muy cercano al nombre de la madre fallecida del imputado, quien se llamaría “Berenice”, según el certificado de nacimiento de EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO. Así también, existe la prueba científica reseñada que encontró material genético del imputado en tres puntos de una mancha con espermatozoides obtenida de la polera que utilizó LUZ el día de los hechos. Todo esto entre otras evidencias como son diversas imágenes de las ropas del imputado obtenidas de cámaras de vigilancia y del short que vestía el día de su detención, las que coinciden con las descritas por la víctima y testigos. Finalmente, el mismo RODRIGUEZ ROMERO reconoce su participación en los hechos y esta no fue cuestionada de forma alguna por su defensa. Todos estos elementos sirven para convencer más allá de toda duda razonable a este tribunal de que a EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO le ha cabido una participación de autor en los términos del artículo 15.|1 del Código Penal en los hechos objeto de este juicio.
NOVENO: Hechos acreditados. Que, conforme a la
valoración de la prueba que presentó el Ministerio Público, realizada libremente, sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, el Tribunal considera que los persecutores han logrado acreditar, más allá de toda duda razonable, el siguiente hecho:
Que el día 12 de octubre de 2020, alrededor de las 14.30
horas, la joven LUZ de 21 años de edad, se encontraba esperando locomoción colectiva en la intersección de calle Combarbalá esquina Cardenal Raúl Silva Henríquez en la Comuna de La Granja, momento en que fue abordada por EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, quien comenzó a hablarle y de manera imprevista y con fuerza la tomó de la mano, obligándola de esa forma a sentarse en el lugar, exigiéndole violentamente la entrega de sus especies, oportunidad en que LUZ, que se sintió aterrada y con mucho miedo, le entregó su teléfono celular y sus audífonos entre otras especies. A continuación, EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, siempre por la fuerza y con amenazas obligó a LUZ a trasladarse a calle Temuco aproximadamente frente al número 7950 en la misma Comuna, en las cercanías del mencionado paradero, donde había unos camiones estacionados, donde sin dejar de amenazarla, procedió a accederla carnalmente por vía bucal, vaginal y analmente en reiteradas oportunidades, eyaculando en el lugar.
Concluidos los hechos señalados, EDUARDO MARCELO
RODRIGUEZ ROMERO, ejerciendo nuevas amenazas y fuerza constantes en el tiempo, obligó a LUZ a caminar simulando una relación sentimental entre ambos, hasta un paradero de la locomoción colectiva del sector, haciéndola abordar un bus y de esa forma a trasladarla hasta el Servicentro Pronto Copec, ubicado en Avenida Trinidad con calle Santa Raquel, en la Comuna de La Florida. En dicho lugar, EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, con fuerza y amenazas la obligó a realizar actos que simularan una relación sentimental entre ambos, y le exigió extraer dinero desde un cajero automático que existe en el lugar, apropiándose de esta forma de la suma de $200.000, pudiendo LUZ hacer gestos a personas que transitaban a su lado, quienes se lanzaron sobre el imputado, permitiéndole zafar y huir. A pesar de esto, el imputado logró huir del lugar.”
DECIMO: Calificación Jurídica. Que los hechos descritos
en el considerando precedente de esta sentencia, como se resolvió en la deliberación, son constitutivos de un delito de robo con violación y de un robo con intimidación, de los artículos 443 n°1 en relación al 361 N° 1, 432 y 439; y 436 inciso primero del Código Penal, respectivamente. En efecto, durante el juicio se acredito la sustracción por parte del imputado del teléfono celular de la víctima en el paradero donde fue abordada, junto con su chaqueta y cargador de celular. Especies que poseen un indudable valor comercial, dando lugar así al ánimo de lucro de RODRIGUEZ ROMERO. Todo esto bajo amenazas de que tenía un arma y que si la víctima no obedecía le pasaría algo malo. Se acreditó también, que inmediatamente después de esto, es decir, en una relación temporo-espacial próxima, el imputado accede por vía oral, anal y vaginal a la víctima, valiéndose la intimidación para lograr su objetivo. En consecuencia, de los antecedentes probatorios aparece que hubo un atentado contra la propiedad y contra la libertad sexual, como lo requiere el artículo 433 N °1 del Código Punitivo. Así, la actividad delictiva del ejecutor constituyó actos en que concurrieron el dolo de apropiación y la intención de atentar sexualmente contra la afectada, existiendo proximidad entre ambas actuaciones, utilizando el hechor permanentemente la intimidación en la víctima, tanto para la sustracción de especies como para el acceso carnal de la mujer. Así podemos verificar que la violación ocurre “con ocasión” del robo, existiendo una relación entre ambas acciones, ya que existe una cercanía de tiempo y espacio, y los actos intimidatorios estaban encaminados tanto al robo como a la violación. En cuanto al segundo delito, se acreditó en juicio que el imputado, manteniendo siempre los actos intimidatorios de palabra, trasladó a la víctima en locomoción colectiva a otra comuna, en donde la forzó a retirar $200.000 del cajero automático de un servicentro para luego hacerse de estos, habiendo así una nueva apropiación de bien mueble ajeno, con ánimo de lucro y mediante el uso de la intimidación. Es relevante recalcar que este segundo hecho se trata de un delito diferente del primero y no su continuación. Esto, toda vez que tras la apropiación de las especies en el paradero y el acceso carnal a la víctima se ha agotado el tipo penal de robo con violación. Aún más, entre estos hechos y los ocurridos en la bomba COPEC, existe una distancia física de consideración, habiendo sido la víctima trasladada por alrededor de quince minutos en locomoción colectiva, verificándose además, una distancia temporal que impide crear una unidad entre las conductas desplegadas en ambos sitios. Por estos motivos es que nos encontramos ante un concurso real de delitos, el que deberá resolverse conforme al artículo 74 del Código Penal.
DECIMO PRIMERO: Debate sobre determinación de pena. Que,
en esta instancia el Ministerio Público volvió a solicitar las penas de la acusación, arguyendo que el imputado no tiene irreprochable conducta anterior y que estos hechos consisten en un acto violento en contra de una mujer, carentes de empatía, que muestran una patente resistencia al cambio y nulo respeto por la autoridad. Que la conducta refractaria del mismo queda plasmada en el extracto de filiación y antecedentes que pasó a incorporar mediante su lectura. En este se señala que el imputado fue condenado a la pena única de diez años y un día de presidio mayor en su grado medio el 25 de enero del 2002 por robo con intimidación y robo en dependencias de lugar habitado, en causa n° 42.910-2002 del 27° Juzgado del Crimen de Santiago. Pena cumplida el 19 de diciembre del 2019. El 5 de octubre del 2020 existe una anotación que indica haber sido beneficiado con libertad condicional por el amparo 2610-2018 de 12 dic 2018. Con la misma fecha de 5 de octubre del 2020 existe otra anotación que indica la revocación del beneficio mediante resolución n°4190-2019 de fecha 10 sept 2019 de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago. Una segunda condena se señala en causa 3270-2011 del 9° Juzgado de Garantía de Santiago, condenado a cuarenta y un días de prisión en su grado máximo por porte de elemento conocidamente destinado para el robo. Con fecha 18 de noviembre del 2011 fue condenado en causa 5762-1011 del 9° Juzgado de Garantía de Santiago, a noventa y siete días de presidio menor en su grado mínimo por el delito de amenazas simples. Esta pena se tuvo por cumplida con el tiempo que estuvo privado de libertad, desde el 1 de agosto del 2011. En causa rit 24-2013 del 2° Tribunal de Juicio Oral de Santiago, se condenó al imputado, con fecha 20 de abril del 2013, a ocho años de presidio mayor en su grado mínimo por el delito de violación propia. Con fecha 31 de julio del 2020 existe una anotación que indica, que por resolución de fecha 29 de julio del 2020, del 9° Juzgado de Garantía de Santiago, se informa revocación de libertad condicional resuelta el 10 de septiembre del 2019 por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago. Finalmente, con fecha 25 de mayo del 2022, fue condenado a cuatro años de presidio menor en su grado máximo y a sesenta y un días de presidio menor en su grado mínimo y multa de 1 UTM, por los delitos de robo en lugar habitado y receptación, respectivamente; en causa 568-2020 del Juzgado de Garantía de La Ligua. La fiscal aclaró que este delito es posterior a los hechos de este juicio. Con estos antecedentes, la fiscalía invocó la agravante de responsabilidad de reincidencia especifica contenida en el artículo 12 n°16 del Código Penal, particularmente, con la condena por violación de la causa 24-2013. Argumentó en que hay una conducta refractaria de RODRIGUEZ ROMERO, ya que se le beneficio con libertad condicional y aun así insiste en delinquir. Agregó que no se configura la atenuante del artículo 11 n°9 del Código Penal, ya que no existió una confesión espontanea al ser detenido, ni posteriormente durante la investigación ante el fiscal de la causa ni ante el tribunal. Que tampoco fue sustancial su colaboración en el juicio, que no sirvió para reducir prueba ni para establecer su participación. Finalmente, solicitó que se considere la extensión del mal causado, que se expuso a LUZ a un trauma con pocas posibilidades de reparación, que tuvo ideas recurrentes de suicidio y se afectó su sexualidad. En la réplica, corrigió la información entregada, incorporando un certificado del 5° Tribunal Oral en lo Penal de Santiago que da cuenta de que la causa 24-2013 por la violación es de dicho tribunal y no del 2° Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, encontrándose firme la sentencia. La querellante, por su parte, reitero su solicitud de penas y argumentó que no procede atenuante de colaboración sustancial, ya que no prestó antecedentes durante la investigación y que se llegó a un veredicto condenatorio con la evidencia presentada por los persecutores, sin necesitar su confesión. Citó la resolución rol 1086-2016 de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, en donde se indica que si ya hay antecedentes suficientes sobre la participación del imputado en los hechos, no procede la atenuante del 11 n°9 del código. Señaló que concurren dos agravantes, la del artículo 12 n°16 –reincidencia especifica- y del 12 n°14 –cometer delito mientras se cumple con una condena- del Código Penal. Que con fecha 12 de diciembre del 2018 se le concedió la libertad condicional en causa de violación. Que con fecha 10 de septiembre del 2019 se revoca la libertad condicional, regresando a cumplir el día 5 de noviembre del 2020. Que habría cometido este delito mientras cumplía con su condena por violación, ya que la libertad condicional es una forma de cumplimiento. Agregó que, incluso si se concede una atenuante, esta se debería compensar con la agravante que se invoca y es posible aplicar las penas solicitadas en la acusación. Finalmente, que hay que considerar la extensión del mal causado. Que se han afectado los bienes jurídicos de libertad en la determinación sexual, la libertad ambulatoria, el patrimonio y la integridad física y psíquica. Que estos hechos motivaron diversos intentos de suicidio por parte de la víctima y una serie de temas profundos re inseguridad y miedo, que han imposibilitado que continúe su vida con normalidad. En la réplica arguyó que si hay reincidencia específica, que el imputado también ha sido condenado por delitos en contra de la propiedad. Además, la parte principal del delito es la que atenta contra la libertad sexual. Agregó que la libertad condicional no es una suspensión de la pena, sino que una forma de cumplirla. La defensa indicó que no se debe juzgar al imputado por sus características de personalidad, sino que por los actos que efectivamente realizó. Que no existe ningún motivo para denegar la atenuante de colaboración sustancial. Que prestó declaración ante el estrado, ubicándose en el sitio de los hechos y reconociendo en lo esencial la conducta contra la víctima. Que sería sustancial ya que entrego una versión concordante con la acusación antes de que se escuchara cualquier evidencia. Que de nada importa que no haya declarado durante la investigación ya que la sentencia es el acto en donde se fijan los hechos. Solicitó que se rechace la agravante de reincidencia, ya que el bien jurídico es lo que determina si un delito es o no de la misma especie, y el delito en cuestión es uno complejo que afecta diversos bienes jurídicos, mientras que la violación afecta solamente el aspecto sexual. Respecto de la asegunda agravante invocada, tampoco se dan los requisitos, ya que solamente se acompañó el extracto de filiación y no las sentencias que den cuenta de que el imputado efectivamente se encontraba en la hipótesis invocada. Además, se había revocado la libertad condicional al momento de los hechos. El imputado no se encontraba cumpliendo condena de ninguna naturaleza. Insistió que concurriría una atenuante y ninguna agravante, por lo 6que solicita quince años y un día por el robo con violación y cinco años y un día por el robo con intimidación. Que el presidio perpetuo calificado debe reservarse para los delitos de la más alta gravedad contra la vida. Agregando que no se condene en costas por la naturaleza pública de la defensa. En su réplica insistió en que la libertad condicional estaba revocada al momento de los hechos. Que el 29 de julio del 2020 se habría citado a una audiencia para discutir sobre el tema, pero el imputado no habría comparecido.
DECIMO SEGUNDO: Determinación de pena. Que, en cuanto a
las modificatorias de responsabilidad invocadas. Para resolver si procede la agravante de reincidencia especifica comprendida en el artículo 12 n°16 del código del ramo es esencial conocer la fecha de ocurrencia de los hechos por los que el imputado fue condenado en el pasado. Esto es así toda vez que existe la posibilidad de que estas condenas se encuentren prescritas. Sin embargo, las persecutoras que invocan la agravante solamente acompañaron el extracto de filiación y antecedentes, en donde consta las fechas de condena, pero no las fechas de los hechos. Para dicho propósito habría sido necesario que acompañaran copias de las respectivas sentencias, lo cual no se hizo. Así las cosas, no es posible tener por acreditados los presupuestos necesarios para la concurrencia de la agravante en comento. En cuanto a la agravante de haber cometido un delito durante el cumplimiento de una condena, se presentan diversos problemas para su configuración en el caso sub lite. Al respecto, no se acompañaron las resoluciones que conceden y revocan la libertad condicional, creando situaciones de incertidumbre respecto de las fechas y alcances del beneficio. Nuevamente se limitaron a incorporar el extracto de filiación y antecedentes, en donde aparecen notas respecto a este beneficio. Sin embargo, se indicó en el juicio que este beneficio se concedió respecto del delito de violación, pero en la información relativa a la causa 24-2013 solo aparece una nota del 5 de octubre del 2020 relativa a la revocación del beneficio, pero nada sobre su otorgamiento, La única nota relativa al otorgamiento de un beneficio de esta especie aparece dentro de las notas de la causa 42.910-2002 del 27° Juzgado del Crimen de Santiago. Una causa a toda luz diversa y muy anterior a los hechos en conocimiento. Si bien esto puede ser un error, la verdad es que no lo sabemos y no queda claro debido a la falta de información, quedando dudas más que razonables respecto de este punto. Por estos motivos tampoco se reconocerá la agravante del artículo 12 n°14 del Código Penal. En cuanto a la atenuante invocada por la defensa, el tribunal, por mayoría. consideró que la declaración prestada por RODRIGUEZ RAMOS si tuvo un efecto de colaboración sustancial en el esclarecimiento de los hechos. Particularmente porque solamente de sus propios labios tenemos antecedentes que nos permiten tener por acreditado más allá de toda duda razonable la apropiación de los $200.000 que la víctima extrajo del cajero automático del servicentro. Los persecutores fácilmente podrían haber acompañado el video que muestre la extracción del dinero o la cartola de cuenta RUT de LUZ que confirme el giro por el monto indicado en la fecha y hora de los hechos, pero no lo hicieron. De aquí que lo confesado por el imputado en juicio haya sido sustancial para poder determinar los hechos. Respecto del primer delito, el imputado se sitúa en el lugar de los hechos en día y hora, además reconoce el contenido sustancial de las imputaciones realizadas, todos elementos que vienen a coadyuvar al convencimiento del tribunal. Por estos motivos es que se reconocerá por mayoría la atenuante del artículo 11 n°9 del Código Penal. Pues bien, el imputado ha sido encontrado culpable de un delito de robo con violación del artículo 433 n°1 del Código Penal y de un delito de robo con intimidación del artículo 436 inciso 1° del mismo código, los que tienen aparejado, respectivamente, las penas de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, y de presidio mayor en cualquiera de sus grados. Al concurrir una atenuante y ninguna agravante, y conforme a lo establecido en el artículo 68 inciso 2°, se deberá excluir el grado máximo en ambos casos. De particular relevancia parece a estos sentenciadores la extensión del mal causado por el delito de robo con violación. Si bien la violación se configura bastando el acceso carnal por sólo una vía, en este caso se ha acreditado que RODRIGUEZ ROMERO penetro a LUZ por vía oral, anal y vaginal, no solo una, sino múltiples veces; conforme al relato de la víctima. Esto aumenta el trauma y la afectación a la libertad sexual e integridad psíquica y física. Dichas consecuencias las podemos ver no sólo de sus propios dichos, donde nos habló de cómo durante largo tiempo vivió en constante miedo, no pudiendo salir de su casa sola y sintiendo que su vida no tenía sentido; sino que también del peritaje de Romy Natalia Espinoza Martínez, quien informó al tribunal que la peritada presenta un cuadro depresivo grave y estrés post traumático crónico coherente con el relato que recibió de la víctima, y como estos hechos han afectado todas las dimensiones de la vida de aquella y como las consecuencias de estos la perseguirán toda la vida. En una línea similar se encuentra lo declarado por la testigo Macarena, pareja de la víctima, quien declaró que LUZ presenta ataques de pánico recurrentes, que se ha intentado suicidar en dos ocasiones y que hasta el día de hoy no ha podido retomar sus estudios. Esto revela la gran extensión del daño sufrido por LUZ, cuya vida se vio remecida hasta lo más profundo, perdiendo cualquier semblante de sentido que pudiera haber tenido y llevándola al extremo de querer terminar con todo. Si bien el imputado insistió en sus declaraciones que no había acabado con la vida de nadie y que donde hay vida hay esperanza, la verdad es que estuvo muy cerca. Con las vulneraciones sufridas, la pérdida del sentido y del autoestima, las acciones del imputado llevaron a LUZ al borde de la muerte. Teniendo esto en consideración, así como el efecto de la atenuante reconocida, es que el tribunal decidió condenar a EDUARDO RODRIGUEZ ROMERO a la pena de presidio perpetuo simple por su autoría en el delito de robo con violación. En lo que se refiere al robo con intimidación, considerando que conforme a los hechos que se han acreditado, el actuar del imputado no se limitó a afectar los bienes jurídicos propios protegidos por este tipo penal, sino que también afectó de forma relevante la libertad de desplazamiento de la víctima al tenerla bajo su poder durante alrededor de una hora, obligándola primero a ir a calle Temuco donde la retuvo por veintiún minutos, para luego trasladarla hasta un paradero y tomar una micro hasta la gasolinera COPEC de Santa Raquel con Trinidad, trayecto que demoró alrededor de quince minutos y finalmente obligarla a entrar a el cajero del servicentro. Esta limitación ilegitima, y bajo amenaza, de la libertad de desplazamiento excede el marco básico de un robo con intimidación habitual y hace a estos jueces pensar que el rango inferior de la pena no es el adecuado a la extensión del daño causado, y es por este motivo que el tribunal ha decidido condenarlo a una pena de diez años y un día de presidio mayor en su grado medio por su autoría en el delito de robo con intimidación. Por otra parte, y cumpliéndose con los supuestos legales establecidos en el artículo 17 de la ley 19.970, se ordenara también el registro de la huella genética del imputado en el registro regulado en dicho cuerpo legal.
DECIMO TERCERO: Modo de cumplimiento de la pena. Que, en
consideración de la magnitud de las penas que se impondrán al imputado, y no teniendo derecho a una pena sustitutiva, el cumplimiento de estas sanciones será de carácter efectivo. DECIMO CUARTO: Prueba no reseñada. Que la prueba que no ha sido expresamente mencionada, ha sido sin embargo considerada y sopesada para alcanzar a la convicción a la que el tribunal ha llegado. En efecto, la prueba documental n°1 busca acreditar la propiedad de un vehículo, lo cual no es relevante para el caso en estudio. La documental n°3 es tan solo un oficio remisor. La documental n°4 informa sobre las fechas de ingreso y salida del imputado de recintos penitenciarios, no habiendo duda de que el imputado se en centraba en libertad el día de los hechos. La prueba rotulada como otros medios de prueba n°2 corresponde a un mapa que ilustra el recorrido de la víctima, lo que quedo suficientemente claro con su declaración e imágenes acompañadas. El n°4 muestra la fuga del imputado, lo que no es relevante para configurar el tipo penal, el n°6 es otro mapa que muestra el recorrido de la víctima, ahora desde su casa, lo cual tampoco fue necesario;, y el n°8 corresponde a set de fotos de shorts del imputado, que no fue necesario ya que existía suficiente información para acreditar su participación.
DECIMO QUINTO: Costas.- Que, al haber sido defendido el
encartado por la Defensoría Penal Pública, encontrándose además, privado de libertad, no será condenado al pago de las costas del procedimiento, atendida la facultad que confiere al Tribunal el inciso final del artículo 47 del Código Procesal Penal.
POR ESTAS CONSIDERACIONES y lo dispuesto en los
artículos 1, 7, 11 n°9, 14 N° 1, 15 N° 1, 18, 21, 24, 25, 50, 361 N°1, 432, 433 N°1 y 436 del Código Penal; 1, 45, 46, 47, 52, 275, 281, 295, 296, 297, 306, 307, 309, 323, 325, 328, 329, 333, 334, 338, 339, 340, 341, 342, 343, 344, 346, 348 y 351 del Código Procesal Penal; se declara: I.- Que se CONDENA, al acusado EDUARDO MARCELO RODRIGUEZ ROMERO, ya individualizado, a la pena de PRESIDIO PERPETUO SIMPLE, como autor de un delito de robo con violación, en grado consumado, perpetrado el 12 de octubre de 2020 en la comuna de La Granja; y a la pena de DIEZ AÑOS Y UN DIA de PRESIDIO MAYOR EN SU GRADO MEDIO, como autor de un delito de robo con intimidación consumado, perpetuado el mismo día 12 de octubre del 2020 en la comuna de La Florida. El sentenciado cumplirá las penas en orden sucesivo, principiando por la más grave, esto es, la de presidio perpetuo simple, debiendo satisfacer a continuación la de diez años y un día de presidio mayor en su grado medio. Que el modo de cumplimiento de estas penas será de carácter efectivo. Conforme al certificado suscrito por el jefe de Unidad de Administración de Causas de este tribunal, se le reconocen al imputado 383 días de abono por el tiempo que permaneció privado de libertad en prisión preventiva por esta causa, desde el 11 de mayo del 2021 al 30 mayo del 2022, fecha en la que comenzó a cumplir condena en calidad de rematado en causa RIT 568-2020 del Juzgado de Garantía de La Ligua. Que deberá iniciar el cumplimiento de las condenas impuestas en esta sentencia al momento de recuperar su libertad en dicha causa, sin solución de continuidad. II.- Que se condena al imputado ya individualizado a las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos u oficios públicos, y derechos políticos por la vida del penado, así como la de sujeción a la vigilancia de la autoridad por el máximo legal, esto es, cinco años; por el delito de robo con violación. Por el delito de robo con intimidación, se le condena a las penas accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos públicos y derechos políticos, y a la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena. III.- Que se condena al imputado ya individualizado al registro de su huella genética en conformidad al artículo 17 de la ley 19.970. IV.- Que no se condena al sentenciado al pago de las costas del procedimiento, según lo explicitado en el motivo décimo quinto de este fallo. Ejecutoriada que sea la presente sentencia, ofíciese al Juzgado de Garantía correspondiente, a fin de dar cumplimiento a lo previsto en el artículo 468 de Código Procesal Penal, en lo pertinente. En su oportunidad, devuélvase la prueba documental, material y las fotografías aportadas por el Ministerio Público. La magistrado Laura Torrealba Serrano estuvo por no reconocer como concurrente, respecto de ninguno de los dos delitos, la atenuante Novena del artículo 11 del Código Penal, por cuanto del análisis que efectuó de la declaración de Eduardo Marcelo Rodríguez Romero, no advirtió en ella colaboración alguna al esclarecimiento de los hechos. Mal podría entonces haberla calificado de sustancial, como lo exige la norma antes señalada. Si bien ella fue extensa y él respondió todas las preguntas formuladas por los intervinientes, con ello no hizo más que relatar - aceptándolos- algunos de los hechos que, a la luz de la prueba rendida, resultaban ser innegables. Sin embargo negó haber penetrado a la víctima por vía vaginal y anal, en circunstancias que la prueba rendida -en especial los dichos de la víctima, por su credibilidad- lo estableció más allá de toda duda razonable. Por otro lado, disiente del criterio de la mayoría en cuanto a que solamente fueron los dichos del acusado los que informaron acerca de la sustracción de los doscientos mil pesos desde la cuenta bancaria de la ofendida. En su criterio, los dichos de esta última resultaron suficientes -atendida la credibilidad que le mereció el total de su declaración- para lograr convicción respecto de la efectividad de tal hecho, al igual que respecto de todos sus dichos, sin distinción. A mayor abundamiento, refrendando ese punto, se contó con las imágenes de las cámaras de seguridad del cajero automático que muestran la acción por ella relatada, en términos tales que no podría atribuírsele otra explicación sino la de que efectivamente estaba, intimidada por el acusado, sustrayendo aquella suma que él le exigió, la que según es de público conocimiento, es el máximo que se puede girar en esos cajeros. Exigir una cartola bancaria que refleje dicha operación, en la opinión de quien sustenta este voto, sería acercarse al antiguo procedimiento probatorio que hacía necesaria una acreditación de preexistencia y dominio, lo que hoy está reñido con las normas de libertad de prueba que nos rigen y que entrega la responsabilidad de convicción a los sentenciadores, en base a los criterios del artículo 297 del Código Procesal Penal. De tal manera, estima que la declaración del acusado fue acomodaticia, orientada a disminuir su responsabilidad penal. En el criterio de quien disiente, él tuvo la libertad de orientar así sus dichos y no está en el ánimo de este voto hacerle un reproche. Sin embargo, la minorante solicitada por la Defensa no tiene sustento alguno. De tal modo, estuvo por condenarlo precisamente a las penas que en cada caso pidieron los acusadores, haciendo uso de la facultad de recorrer toda la extensión de las contempladas por la ley, pues en su convicción, no concurre ninguna atenuante y ninguna agravante en tales delitos y porque estima que conforme a la proporcionalidad de las penas, no merece unas menores. Para ello ha tenido en cuenta desde luego, la extensión del mal causado, que resultó de toda evidencia. La repugnancia que a la víctima le produjo el sexo oral a que la obligó el acusado, el dolor de la penetración anal, la indignidad de ser accedida por su vagina mientras menstruaba, son acontecimientos que la perturbarán por toda su vida y alterarán la relación que mantiene actualmente con una persona de su mismo sexo y cualquier otra que eventualmente pueda sostener. Situación esta última que da cuenta de su preferencia sexual, que extiende con mucho el mal causado pues desde esa perspectiva, las acciones a las que fue sometida por una persona de sexo masculino, necesariamente debieron resultar más injustas, ofensivas y gravosas. Las terapias psicológicas y psiquiátricas a que pueda tener acceso quizá podrán morigerar su aflicción, pero esta permanecerá. No es posible olvidar que funcionarios policiales experimentados, sostuvieron haberse impactado por la forma de comisión del delito. Así también resulta evidente que en el robo con intimidación, existe una extensión del mal causado, que excede el injusto propio del tipo, pues fue sometida a un pánico tan extremo, que a cualquier persona le deja un registro dolorosamente imborrable.
Regístrese y Comuníquese.
Redactada por el magistrado (s) Clemente Winn Vergara. El
voto fue redactado por su autora.
RUC N° 2001041723-7 RIT N° 312 -2022
Sentencia dictada por esta sala del Sexto Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal de Santiago, integrada por Laura Torrealba Serrano, como juez presidenta; Hernán García Mendoza, como juez integrante; y Clemente Winn Vergara, como juez (s) redactor.