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Funcionalismo

Bronisław Malinowski
Bronislaw Malinowski (1884-1942) es considerado el padre del método etnográfico. Fue un físico polonés que, durante una enfermedad, leyó
La rama dorada, que lo fascinó e inició en el mundo de la antropología. En seguida se marchó a Inglaterra para estudiar Antropología. Sin
embargo, durante su estancia en las islas Trobriand, estalló la Primera Guerra Mundial, y su imposibilidad de volver a Inglaterra, donde sería
visto como un enemigo, lo obligó a quedarse en Papua Nueva Guinea durante un tiempo prolongado.
Malinowski propuso la aproximación a la cultura y las sociedades desde dentro, para entender qué significa la cultura para los propios nativos.
No había suficiente con quedarse a vivir en las administraciones coloniales y, de vez en cuando, repartir cuestionarios u observar los nativos un
rato. Dijo que eso era una etnografía “desde la barandilla”.

Modernidad antropológica
La modernidad antropológica apareció con Malinowski y la aplicación del método científico Malinowski se esforzó en explicar por qué la
antropología es una ciencia. En la época moderna (industrialización), Malinowski pensaba que era posible identificar unas instituciones
universales en cada cultura, traducir estas instituciones de las tribus al código occidental.
La idea de la cultura se presentaba limitada por una frontera, del Estado-Nación, que había sido el gran proyecto de la modernización;
márgenes también, de lo correcto o lo incorrecto, etc. era una época de encerrarse mucho en hospitales, universidades, etc. De hecho,
Malinowski es el paradigma de la modernidad antropológica, porque construyó la antropología como una ciencia: un saber consolidado en una
academia.
El primer trabajo de campo histórico se hizo en una isla, que era la imágen perfecta de la modernidad ya que estaba bien limitada. Porque
dentro de la isla todo está delimitado por una clara frontera del terreno. El aislado primitivo es ideal para poder estudiar y conocer todas sus
instituciones.
La modernidad también unificó las lenguas en modelos únicos y correctos, elevando la categoría del estándar lingüístico y relegando las demás
a dialectos. Pero en el mundo postmoderno se ha visto que las lenguas no se mantienen estables.
Los procesos de globalización, finalmente, han cuestionado estas ideas. Actualmente, con la posmodernidad, estos márgenes ya no son tan
precisos: ya no existen escuelas, sino diferentes autores. No se trata de una cultura estática, pues va cambiando de forma a lo largo del
tiempo.

Funcionalismo de Malinowski
Malinowski fundó la escuela del funcionalismo. Hablamos del funcionalismo como una escuela de antropología social. En el funcionalismo se
considera la cultura como un conjunto complejo de instituciones sociales interdependientes, orientadas a satisfacer las necesidades
humanas, ya sean biológicas o psicológicas.
Son interdependientes entre sí porque tienen un comportamiento sincrónico. Funcionan todos a la vez y, si falla uno, se colapsa todo (idea del
cuerpo humano). De modo que la sociedad es como una entidad cohesionada, coherente, sincrónica y armónica. Es coherente porque sigue
una lógica interna; es armónica porque no hay conflicto, es sincrónica porque funciona todo a la vez y nada falla (metáfora del cuerpo y los
órganos). Y es un todo complejo porque está elaborado. En el funcionalismo, ya no se habla de una única cultura en evolución, sino que parte
del relativismo y habla de que todas las culturas son igual de complejas, recuperando el universalismo de Lévi-Strauss: existen unos
universales, pero el aspecto con el que se desarrollan en cada cultura es distinto. Estos universales pueden ser necesidades, funciones o
instituciones. Por ello podemos traducir (y no interpretar).
Para entender este todo complejo, el antropólogo tiene que adoptar una mirada holística, que abarque la vista sobre todos los aspectos de la
sociedad ya que todos están ligados entre sí. En realidad, él antropólogo también es traductor para los mismos nativos porque con la visión
holística, consigue una visión completa de las instituciones, que una persona no tiene de su propia cultura. Cuando estás dentro del sistema,
no lo ves en toda su integridad.

Las instituciones (ciencias, religión, gobierno, matrimonio, valores, creencias, moral, etc) organizan nuestra red de relaciones sociales, hasta el
punto de mediatizarlas. Pues todos formamos parte de estas instituciones y, en función de la institución en la que nos encontremos, tenemos
un comportamiento u otro.
En los argonautas del pacífico Occidental aparece esta idea expresada como “relaciones embebidas en las instituciones”. No hay, por lo tanto,
nada fuera de las instituciones, porque estas son la cultura.
Según Malinowski, la institución se vive mediante el psicologismo, pues sólo con la observación, es imposible entender su estructura. Hay que
ser parte de ellas. Por todo esto, la misión de la antropología desde el funcionalismo es identificar las instituciones sociales, explicarlas y
describirlas, así como encasillarlas. Lo que busca el antropólogo es ver qué hay de fijo en cada cultura, topografiar las regularidades, etc.
Sólo así podremos conocer la estructura social que caracteriza esa sociedad.
Esta mirada de la sociedad nos proporciona una imagen cohesionada, armónica, coherente y sincrónica.

En conclusión, podemos resumir Malinowski en tres puntos:


● Funcionalismo, que determina la cultura como un conjunto de instituciones interrelacionadas que dan respuesta a necesidades
humanas (biológicas y psicológicas).
● Esta interrelación nos lleva a definir la sociedad como un todo orgánico, cohesionado, sincrónico (cuerpo humano como metáfora).
● Las personas son mediatizadas por estas instituciones, porque nos movemos entre ellas.

El enfoque funcionalista de Malinowski se basa en:


● La función social de cada institución y el mantenimiento de la sociedad.
● La compleja interrelación entre las instituciones, las costumbres y la cultura material.
● El interés por la dimensión psicológica de los hechos sociales, Cultura como satisfacción de las necesidades humanas.
● Trabajo de campo en las islas Trobriand (intercambio ceremonial del kula).

Las claves del trabajo etnográfico aplicados por Malinowski son las convivencia prolongada con los nativos (mínimo 12 meses); la realización
de un diario de campo; conocer el desarrollo teórico de la disciplina y la sociedad a estudiar, y la aplicación de técnicas etnográficas como la
observación participante o las entrevistas abiertas. (Es importante participar para entender los procedimientos aplicados de cada institución).
Lo cierto es que, a quien le interesaba conocer esos patrones fijos era al colonizador que quería administrar las colonias. De hecho, el
antropólogo era el servicio de inteligencia del colonialismo. Como dijimos en el tema pasado, la antropología no nace en un momento inocente.
Esta visión de la sociedad nos da una imagen limitada de la realidad, gesticulada. Con estas ideas estratificamos al otro y consideramos que
“tiene que ser así”.

Malinowski nos habla del isolado primitivo, pero también del “aislamiento del antropólogo” para que pueda realizar su trabajo de campo.
Malinowski realizó muchas paradojas sin darse cuenta, fueron las siguientes:
- El isolado primitivo. La llegada del colonial implica que ya no está isolado, de modo que ya no estaba aislado porque pasaba a
formar parte de un sistema colonial. Y lo cierto es que antes de eso tampoco lo habría estado, porque todas las culturas dialogan.
- Cuando llegamos al método con el que etnografiar, los primitivos en sí ya no existen. Lo que se etnografiaba, a la práctica, era
el primitivo condicionado por la presencia del occidental y el sometimiento.
- La técnica de observación participante. No sólo había que describir, sino también participar (embody) para vivir la dimensión
psicológica de las prácticas y rituales. Pero no se puede observar y participar a la vez.
- El uso del lenguaje científico y del lenguaje literario. ¿Podemos ser objetivos usando un lenguaje subjetivo?
- La etnografía como proceso o búsqueda y como resultado cerrado. Se escribe en presente continuo, porque es algo que está
sucediendo.
- La desigualdad. Es cierto, hay que observar y participar; vivir la vida del nativo. Pero el que interpreta y tiene una mirada sobre todo
es el antropólogo. Dicotomía entre analista y analizado.
- Conocer a los demás para conocerse a sí mismo: si entendemos esto, quizás podremos entendernos a nosotros mismos.
- Diario privado que refuta su trabajo de campo publicado. Con esto emergió la reflexividad en la literatura etnográfica, que se
basa en la importancia de la experiencia personal del antropólogo a la hora de desarrollar un trabajo de campo. Cobra importancia
la figura del que está detrás de esas observaciones, porque son el producto de una interacción social, y pueden variar según la
identidad de ese antropólogo. Esta identidad, que varía según el género, la edad y la étnica, da acceso a unos aspectos u otros, y
priva de unos otros.

Él no era consciente de ello, pero estos conceptos condicionaron la Antropología. Así, las debilidades de Malinowski se convirtieron en las
fortalezas de esta disciplina, que nos permiten entrar en la relatividad del propio conocimiento.

Radcliffe Brown
“La irresponsabilidad del profesor Malinowski ha tenido tristes resultados, y ha sembrado el campo de la antropología con el confuso debate
sobre el “funcionalismo”.” Culpa a Malinowski de que se lo considere el padre del funcionalismo. De hecho, rechaza el término “escuela”,
reivindicando una perspectiva científica, pues la “cooperación entre científicos [...] no da como resultado la formación de escuelas.
Está de acuerdo, en cambio, en denominar esta materia “sociología comparativa”. “Hay asociación de animales en un rebaño, de una gata
con sus crías. Estos son fenómenos sociales; pero nadie los llamaría fenómenos culturales. En antropología, evidentemente, nos ocupamos
sólo de los seres humanos, y en la antropología social, lo que tenemos que investigar son las formas de asociación que existen entre los seres
humanos [...]. La observación directa nos revela que los seres humanos están conectados por una compleja red de relaciones que tienen una
existencia real.” A esto lo llama “estructura social”.
Radcliffe-Brown es considerado el padre del funcionalismo estructural. Fue profesor en Oxford y en muchas otras universidades alrededor
del mundo, así como conferenciante. Era el político de la antropología, e intentaba instituir dicha disciplina como ciencia, aun con más ímpetu
que Malinowski. No obstante, se alejó del trabajo de campo.
Radcliffe-Brown hizo énfasis en la idea de sociedad y de la estructura social, cada vez más abstractas, mientras que el concepto de cultura
desaparece con él. Las estructuras sociales, según él, tienen como función la reproducción de la sociedad. De hecho, si para Malinowski
estaban al servicio del individuo (necesidades psicológicas y necesidades biológicas), para Radcliffe-Brown las instituciones lo atraviesan. La
dimensión psicológica desaparece para el autor. Radcliffe-Brown se interesó en las estructuras abstractas, mientras que Malinowski se
preocupó más por la psicología. La base del funcionalismo estructural es la comparación de estructuras sociales.
Son, entonces, los individuos quienes se encuentran con estas instituciones y las reproducen. Por este motivo, dice que la antropología es una
sociología comparada: no debe explicar la diversidad de las sociedades humanas, sino descubrir las leyes generales que las regulan. Para
hacer esto, hay que seguir el mismo método que las ciencias naturales y descubrir las leyes que nos regulan a todos.

“Los fenómenos sociales que observamos en cualquier sociedad humana no son el resultado inmediato de la naturaleza de los seres humanos
individuales, sino el resultado de la estructura social por medio de la cual están unidos”.
“La ciencia no se ocupa de lo particular, de lo único, sino de lo general, de los sucesos que se repiten. [...] A lo largo de la vida de un
organismo, su estructura se renueva constantemente, y del mismo modo la vida social renueva constantemente la estructura social. [...] Pero
mientras la estructura real cambia de este modo, la forma estructural general puede permanecer relativamente constante durante un período de
tiempo más largo o más corto. [...] los tipos de relaciones que puedo observar han experimentado muy pocos cambios respecto a los
observados diez años antes”. La forma estructural cambia poco.
Implica, entonces, que las formas de conducta están reguladas socialmente por estas instituciones. Al final, se trata de pautas de
comportamiento; convenciones sociales y no existe nada fuera de las instituciones. Malinowski había expresado el mismo concepto, pero no
entraba tanto en la estructura social.
La estructura social, entonces, es la red de relaciones que trama las instituciones las unas con las otras. Podemos decir, entonces, que estas
instituciones regulan el comportamiento social, pues, por ejemplo, la relación entre un alumno y un profesor está regulada por la institución, por
la edad y el género. De esto entendemos que los individuos forman las instituciones que, a su vez, forman la estructura social. En definitiva,
son conglomerados de intereses particulares.
Esta característica conlleva una superioridad por parte de la institución frente al individuo. [Pero poco cambio social puede haber si enfatizamos
tanto el mantenimiento de la sociedad - idea de la reproducción de la sociedad por parte de las instituciones].

Para Radcliffe-Brown, la función de la antropología es la comparación de estas estructuras sociales para ver cómo contribuyen a la
reproducción.
Estas ideas, a priori, pueden parecer conservadoras ya que se fijan en las regularidades, en lo que hay que conservar. A pesar de esto,
Radcliffe-Brown no tiene que ser considerado como conservador, pues lo que le interesa es ver cómo las instituciones sociales se reproducen
para explorar los mecanismos de cohesión entre los individuos por encima de los intereses particulares, propio de las sociedades
pre-capitalistas; donde no hay ni ricos ni pobres, y toda la sociedad progresa a la vez.
Esta noción está vinculada a las obras del precursor Émile Durkheim (1858-1918), el padre de la sociología. Su obra más importante fue Las
fórmulas elementales de la vida religiosa (1912). Radcliffe-Brown hizo una lectura antropológica de su tesis, por lo tanto, su pensamiento se
inspira en él.

Durkheim se centró en el estudio de las formas primitivas de la religiosidad, que son las mismas que organizaban la estructura social.
La organización más primitiva de la sociedad es el totemismo australiano, como sistema clasificatorio, pues organiza la sociedad en
agregaciones y disgregaciones (une y separa; podemos ver quiénes forman parte del clan y quiénes no; lo que está prohibido y lo que
podemos hacer). Este sistema va más allá de la religión, llegando a construir una cosmogonía. Es, sencillamente, una representación colectiva;
la expresión tangible de algo intangible (relaciones, sentimientos que vinculan los individuos más allá de sus intereses particulares). Para
Radcliffe-Brown, el tótem simbolizaría el clan o la nación, al igual que una bandera.
Una clasificación es un sistema cuyas partes están dispuestas según un orden jerárquico. Hay carácteres dominantes y otros que están
subordinados a los primeros; las especies y sus propiedades distintivas dependen de los géneros y de los atributos que las definen; o aun más,
las diferentes, especies de un mismo género se conciben situadas al mismo nivel las unas y las tropas [...]. (Durkheim, 1912).
Esta relación entre lo tangible y lo intangible se puede relacionar con la ecuación del signo de Saussure: el significado y el significante. El
significado sería la idea de clan, mientras que el significante sería el tótem (la palabra escrita o su sonido). El significado y el significante están
unidos de una manera arbitraria, sincrónica y fija según Saussure (porque una vez establecida, la reconoceremos toda la vida). Realmente,
entonces, no hay nada que una la idea de “perro” con la palabra perro. Establecemos, entonces, una relación no natural, destinada a ser,
supuestamente, fija, que se puede equiparar a la estructura social y su carácter fijo: cambian las los individuos, pero no las instituciones.

A partir de esta relación arbitraria, podemos constatar que un significado puede englobar distintos niveles de significantes. Por ejemplo,
nosotros sólo concebimos una “nieve” mientras que, para los Inuit, “nieve” implica muchos tipos de nieve. De la misma manera, si existe un
lazo arbitrario entre el signo lingüístico y la realidad, podemos decir que el lenguaje construye la realidad. Así, pues, nos condiciona y
orienta.
Saussure nos ha llevado a cuestionarse, a partir de esta arbitrariedad, las ideas fijas con las que habíamos categorizado distintas cosas.
Además, con el paso del tiempo se ha comprobado que el sentido nunca es fijo, porque está inscrito en una derivada continua donde una
definición remite a otra y así sucesivamente; es inestable por definición. Saussure decía que, una vez establecida la relación, sería siempre
reproducida de la misma manera, pero con esto vemos que puede haber cambios.

Edward Evans Evans-Pritchard


Y aquí entra Edward Evans Evans-Pritchard (1902-1973). Catedrático de antropología en Oxford, fue alumno de Radcliffe-Brown.
Nos presenta el funcionalismo estructural con un cambio diacrónico: introduce el cambio social; para de una dimensión estática, sincrónica,
para introducir este eje histórico. Es cierto que las ciencias naturales aportan el método científico, pero eso es todo.
Con los evolucionistas conocimos las tribus pre-colonizadas; durante el funcionalismo analizamos las tribus ya colonizadas. Hay testigos,
entonces, de que estas han evolucionado, de modo que no se puede seguir hablando del isolado primitivo. Es más, muchos de ellos ya viven
integrados en la metrópolis.
Se necesita la historia para entender la antropología. De hecho, Edward llegó al extremo de considerar que la antropología es más cercana al
arte que a las ciencias sociales.

Sistema colonial

El sistema colonial, con el Imperialismo, empezó a tener lugar entre los siglos XIX y XX a partir de una legitimación basada en el
evolucionismo. Los europeos se encontraron con un seguido de tribus que consideraron “inferiores” o “primitivas” y se sintieron responsables.
Había que ayudarlos a evolucionar, a llegar al estadio civilizado. Por eso hablamos de protectorados.
En este proceso hay dos figuras clave: el colonizador y el colonizado. Estas dos figuras deben mantener siempre una distancia antagónica: el
colonizador es el modelo, el original, mientras que el colonizado es el que lo debe imitar; la copia. Con este proceso convertimos al colonizado
en una versión autorizada de alteridad.
Esto significa que debe copiarnos para llegar a ser civilizado, como nosotros, pero sólo podrá lograr ser una copia autorizada. Es decir, esa
distancia antagónica no se puede perder nunca, pues cuanto mejor imite el colonizado al colonizador, puede implicar la pérdida de privilegios
del colonizador. En ese momento el colonizador tiene que saber conservar esa distancia.
A la práctica vemos este hecho al observar que el mundo se ha occidentalizado, en efecto, pero también que los “otros” nunca llegarán a ser
occidentales. Son sólo versiones autorizadas. El sistema colonial tiene interés en que el colonizado siga siendo un colonizado puro. Podrán
llegar a ser casi lo mismo, pero no del todo (almost the same, but not quite) (H.K. Bhabha, 1994).
Esto lleva a un desequilibrio de identidad en el que las tribus han dejado de ser lo que eran, y no pueden volver atrás, porque su sociedad tal
como era ya ha sido destruida. Se le promete, además, que llegarán a ser “algo mejor”, no obstante, nunca acaban de llegar a eso.

“Al esfuerzo del colonizado por superar el desprecio (que merecen su atraso, su debilidad, su otredad, tienen que admitirlo), a su sumisión
administrativa, a su empeño aplicado de confundirse con el colonizados, de vestirse igual que él, de hablar y comportarse como él, incluso en
sus tics y en su manera de cortejar a las mujeres; el colonizador opone un segundo desprecio: la ridiculización. [...] Más brutalmente, llegará a
decir que el colonizado es sólo un mono, y cuanto más sutil es el mono, cuanto mejor imita, más se solivianta el colonizador. Con la precisión y
el olfato agudizado que desarrolla la malevolencia, rastreará el matiz revelador de las ropas y el lenguaje, la “falta de gusto” que siempre acaba
por descubrir. Un hombre a caballo entre dos culturas difícilmente está bien sentado, y es lógico que el colonizado no encuentre siempre el
tono exacto (A. Memmi, 1957).

La modernidad sólo se puede definir en términos occidentales. Por ejemplo, en la época de la industrialización, Meiji en Japón, allí
quisieron modernizarse, lo que implicaba occidentalizarse. El gran proyecto de Japón fue, entonces, conciliar la modernidad con el espíritu
japonés. Esto es lo que ha dado lugar a instituciones reinventadas, siguen siendo tradicionales, pero están modernizadas. Sería el caso de
vestir al emperador con la ropa de un líder de ejército occidental.
Este es, entonces, el gran enigma al que se han tenido que enfrentar los pueblos colonizados, y todavía hoy en día sigue así: ¿Cómo ser
moderno sin ser occidental? Porque saben que, por mucho que imiten Occidente, nunca llegarán a ser aceptados como un occidental.
Ejemplos de estos pensamientos los encontramos en la obra de Pierre Loti, un almirante francés. Dos de sus obras son Madame
Chrysanthème (1887) y Japoneries d’automne (1889). En uno de sus textos describe unas japonesas vestidas con ropa occidental en el salón
de baile Rokumeikan. Relata que van bien vestidas, que no hay nada imperfecto teóricamente en su vestimenta pero que, aun así, algo no
pega. Lo que pasa es que, como no son occidentales, no las pueden aceptar. En otro, describe a su mujer durmiendo, tumbada con los brazos
estirados, La compra con una libélula y describe a su mujer durmiendo, tumbada con los brazos estirados. La compara con una libélula y dice
que ojalá estuviese siempre durmiendo, porque así al menos es decorativa y no le molesta.

Lo cierto es que, a pesar de todo ese desprecio por aquello que consideran inferior, igualmente se sienten tentados a lo oriental. Esto recibe el
nombre de orientalismo; es una posibilidad de escapismo en la que pueden dejarse perder, pues ven en ellos lo que les falta (harem,
princesas, etc.). Ven lo oriental como un fetiche. En realidad, no les interesa cómo sean los orientales, sino que los miran y confirman su
inferioridad; su incapacidad de parecerse a nosotros.

Naturalizamos la desigualdad cuando no nos planteamos cuestiones sobre la desigualdad, cuando no hacemos el esfuerzo de darle la vuelta a
lo que vemos.
La teoría dominante en la interpretación del sistema colonial es la de la copia, la distancia, que llega un momento en que se solivianta y el
colonizador tiene que marcar la distancia de nuevo. Le promete algo que no llegará a ser nunca. Versión autorizada de alteridad.
Pero la realidad es más compleja que esto: estamos dentro de las limitaciones del marco colonial (fronteras): en realidad si, nos sirve esta
teoría, pero hay más que esto.

Orientalismo

“Oriente” es una construcción. Edward Said en 1978 Orientalism: se pregunta porqué los que estudian “oriente” lo nombran así. Con esto
invalida el concepto de oriente, académicamente.
Orientalismo es tres cosas:
● Sistema representacional. Es un discurso, una construcción ideológica sobre una parte del planeta definida por otra parte del planeta.
Hay tres tipos de orientalismo: el académico, otro como estilo de pensamiento, y otro como institución administrativa. El orientalismo
académico es todo aquello que existía antes de que se establecieran los estudios orientales, pero dónde empieza y dónde acaba
oriente? Existe una necesidad de dicotomizar el mundo, para así poder definir las cosas: no puede existir “occidente” sin “oriente”.
Seguramente, occidente inventó oriente para definirse y establecerse como superior. No obstante hoy en día se ha construido un
“occidentalismo” por parte de oriente (procesos de invalidación de la geopolítica: oriente es una reacción a occidente). Orientalista:
cualquier que estudie oriente. Los estudios orientales empiezan por la filología, luego se añade la historia. Más adelante se forman
los estudios de área (eao), pero está relacionado con estrategias políticas. Hoy en día son “global studies”, que se hacen en inglés,
pues quienes definen estos conocimientos son la primera potencia.
● Como estilo de pensamiento: es la articulación ontológica (del ser) y epistemológica (del conocimiento), que distingue entre oriente y
occidente como dos realidades que existen por separado, delimitables. Incluye literatura, estilo de pensamiento, obras, sensualidad,
etc.
● Como institución corporativa: desde finales del siglo 18 sirve al proyecto de la ocupación colonial de oriente, por parte de occidente.
Es el orientalismo de la administración, del sistema colonial; de la metrópoli a la colonia.

¿Oriente que es? No solo es todo lo que no es occidente. Hay una desigualdad fundacional, porque oriente es el campo de operaciones de
occidente, el lugar donde se sitúan sus mejores colonias.
Para ellos, venir aquí es como una esperanza, en cambio para nosotros ir allí es como para perderse a sí mismo.
Cuando se pasa de occidentalizado a occidental? Nunca. Es una promesa que nunca llegará a ser.
Said: “oriente sería orientalizado, no solo porque fue descubierto como oriental con todos sus lugares comunes, que en la imaginación de los
medios de europa casaban con el estereotipo oriental, sin porq… Fue orientalizado porque podía ser orientalizado por occidente. Porque tenían
el poder para hacerlo”.
Los japoneses se creyeron los elegidos para salvar a Asia del yugo de la colonización europea. Eran el “occidente” de oriente. Por eso crean la
esfera de la coprosperidad.
Oriente ha sido reorganizado por occidente, en parte para tener poder sobre oriente.

Occidente no es nada más que una particularidad es devenida categoría universal. Es una lengua particular como cualquier otra, pero se ha
convertido en universal, debido a la geopolítica de esa época.

Si pensamos con estas gafas de oriente/occidente, nunca saldremos de este encasillamiento. La realidad es mucho más compleja que esto.
Latino america, australia, qué serían? El problema es ser prisioneros de esta estructura, porque una vez hemos entrado, ¿cómo lo aplicamos?
Intentamos buscar una lógica dentro de esta estructura de la que nos hemos hecho prisioneros y lo que tenemos que hacer es imaginar la
realidad sin estas categorías.
Hemos de ser conscientes de que las desigualdades existen, pero también tenemos que saber que hay mucho mundo además de esto.
A ver, no hay que prescindir de estos conceptos, solo hay que tener en cuenta lo que implica.

● Ruth Benedict. El crisantemo y la espada


Su maestro fue Franz Boas. Antropóloga nord-americana. Es el último eslabón de toda una cadena de representaciones orientalistas
en la cual ella intentó restablecer la igualdad en el desequilibrio oriente-occidente. Esto empezó en el siglo 16, con las primeras
narraciones sobre cómo era Japón: llegaron los primeros misioneros, jesuitas, que empezaron a describir una sociedad paradoxa,
pues era muy civilizada (estructuras de gobierno, conocimiento, pensamiento, dominio de la escritura, sistemas rituales profundos)
pero, a la vez, ignoraba la fe verdadera: que quieren mucho a los hijos pero practican el aborto; habñia relaciones homosexuales, etc.
Estas contradicciones se multiplicaron en el hecho de que Japón sería presentado como un “mundo al revés” de occidente.

● Texto Luis Frois


Fascinación de la diferencia. Se plantean una serie de contrastes, todavía no existe el concepto oriente occidente (S. XIX), donde el
otro es “nuestro contrario”, pero precisamente por esto puede ser nuestro igual.
En el s. XIX, esta idea del “otro al revés” entra en un giro que lo empieza a considerar ridículo y grotesco. “El mundo patas arriba”. A
partir de aquí se habla en términos de desigualdad, de superioridad por parte occidental.
El último eslabón de esto es precisamente la obra de Ruth Benedict. El mismo título es una paradoja interna que funda la sociedad
japonesa: “quieren a sus niños pero practican en aborto”.
Todos los humanos somos contradicciones, este es el encuentro en esta obra. Tanto japoneses como nosotros.
Benedict introduce el “estudio de la cultura a distancia”. Otros antropólogos harían lo mismo intentando entender el fascismo italiano
o nazismo alemán a través de películas, de obras, etc. Finalidad: entender y poder luchar contra ellas desde el democratismo.
En su primera obra, Patterns of culture, Benedict dice que basándose en Nietzsche hay dos polos: apolinicos (racionales, lógicos) y
dionisíacos (excesivos, lo queman todo, lo han dado todo, hay juerga). Aplica este moderno de Nietzsche, entender estos pueblos
desde la perspectiva teórica de la escuela de cultura y personalidad (patrones de cultura forman parte de ello) y años más tarde,
realiza estudio de cultura a distancia. Lo que hace es aplicar estos patrones de cultura al estudio de Japón: pero se da cuenta con
esto que seño y rauxa (apolíneos y dionisíacos) forman parte del mismo.
Cada cultura elige un repertorio de todo el repertorio de comportamientos, y un individuo de esta cultura será representante de su
cultura.
Existen dos tipos de cultura, en conclusión con este libro: culturas de la vergüenza y culturas del miedo. La cultura de la vergüenza
se expresa públicamente, a un nivel grupal, pues lo que piensen los otros es lo que importa; el grupo pesa más que el individuo,
porque lo que piensen los otros me condiciona. En cambio, las culturas de la culpa; la sientes dentro, es un remordimiento, pero
nadie la ve por fuera. Esta es la gran aportación de Benedict.
Aplica la escuela de cultura y el concepto de patrones de cultura.
El concepto de patrones de cultura es básico en la escuela de cultura y personalidad (cuyo padre es Franz Boas).
Franz Boas es el padre de la antropología cultural. Cultural enfrente la antropología social.
Franz Boas, alemán, hizo trabajo de campo para recoger contribuciones a la comprensión del color del agua (psicofísica) (era trabajo
de campo anterior a Malinowski): los Inuit distinguen varios colores del agua, significa que el determinismo racial tiene que ser
invalidado: porque todo un pueblo (inuit-raza) tiene muchas culturas distintas.
También invalida el determinismo ambiental ecológico: el entorno físico determina la percepción del mundo.
El 1892 se celebró la (-) precolombina (400 años del descubrimiento de América), pues entonces él se fue allí a colaborar y de esto
se presentaría a NY donde se enfrentará a los pensamientos clásicos del evolucionismo.
Lo interesante es que nos encontramos con un antropólogo moderno que critica las generalizaciones del evolucionismo y el
difusionismo. Introdujo rigor científico e invalidó las generalizaciones sin base científica, pero sí que donde pueda verse una
evolución, sí que puede explicarse con evolucionismo. Invalida la noción de raza como noción científica: no es la raza lo que
determina su percepción del mundo.
En 1932, a cuatro años de jubilarse, publicó un artículo en el que dice que la raza tiene que ver con las tradiciones culturales. Sus
libros fueron quemados en el nazismo, porque lo del racismo realmente no estaba superado por la sociedad. El racismo basaría los
movimientos que habría como nazismo y fascismo.
La gran aportación de Boas es: las particularidades históricas de cada cultura (particularismo histórico), porque sólo a partir de esto
podemos entender su patrón cultural. Toda cultura es única y tiene que ser estudiada a partir de sus particularidades, de su
desarrollo histórico. El particularismo histórico sería el precedente del relativismo cultural.
La antropología que se inventa Boas es, no sólo cultura, sino que tiene 4 brancas:
● Necesitamos conocer la historia. Entra la arqueología.
● Entra la cultura, el gran legado de la antropología norteamericana
● Entra la física, en cuanto a la evolución, medir los huesos, ver si la alimentación condiciona, etc
● La antropología lingüística: el idioma nos da un modelo de realidad que finalmente, es la cultura.

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