Está en la página 1de 2

EL CORAZÓN DE UNA MUJER

Te comparto que desde hace ya varios días he estado orando, pidiendo a Dios perdón por todo lo
malo que hay en mi corazón, le digo: Padre ayúdame a agradarte, quiero hacerlo. Sólo sé que
necesito de ti y de tu ayuda, necesito cambios urgentes en mi corazón, en mi carácter, en mi
forma de hablar y expresarme, en mi ser interior, necesito más amor dentro de mí para amarte y
para amar a mi prójimo.

Y esta mañana te invito a que lo hagas tú también. Cada día necesitamos buscar y conocer a Dios,
porque si no lo hacemos jamás conoceremos qué es el amor. Necesitamos sumergirnos en la
presencia de Dios y dejar que Él haga su obra en nosotros. Sólo así sabremos amar a Dios y a
nuestro prójimo.

¿Como crece el bambú?

Aunque se siembra y requiere los cuidados normales de cualquier semilla, durante 7 años no surge
de la tierra. Pareciera que fuera infértil. Sin embargo, luego de esos 7 años, germina, sale a la luz y
no para de crecer, hasta que, en tan solo 6 meses, puede llegar a una altura de 30 metros

PERDONA

debemos pedir perdón, pero no es solamente “pedir perdón”, eso lo podemos hacer de la boca
hacia afuera, pero el Señor es quien mira el corazón. Podemos engañarnos a nosotras mismas y
entre nuestro grupo de amigas o de la iglesia y hasta a nuestra familia, pero al Señor no lo
podemos engañar. En Isaías 29:15 leemos, !Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el
consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce!

PERDONA porque entiende que también a ella mucho se le perdonó.

En el Salmos 51:3-5, leemos como David le hablaba a Dios desde lo más profundo de su corazón.
“Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti
solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu
palabra, Y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me
concibió mi madre.”

También en el Salmos 38:17-18 dice; “Pero yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está delante de mí
continuamente. Por tanto, confesaré mi maldad, Y me contristaré por mi pecado”.

En esta mañana escoge lo que es más importante; ponerle fin a tu ocupación de anfitriona y así
detener todo lo que estas haciendo; echar a un lado las cosas secundarias, para poder así
concentrarte y ocuparte por completo en el Señor.

escoge la parte que es verdaderamente importante. aprende que nada debe tomar el lugar de
ese tiempo reservado para recibir y disfrutar de la presencia de Dios. El tiempo que
usamos para estar a sus pies equilibra y enfoca todos los actos de servicio
con un corazón humilde. Es un tiempo que gana dividendos permanentes y eternos Ella
sabía que lo que iba a recibir en ese encuentro con Jesús, a la larga valía más que ser una buena
anfitriona.

Elijamos aquello que es necesario; tal vez en nuestro día a día tan ajetreado no podemos parar
todo lo que estamos haciendo de un tirón pues muchas tenemos horarios que cumplir, tareas
programadas, pero mientras hacemos aquellas tareas, mientras estamos dirigiéndonos a algún
lugar, ese tiempo que nuestra mente esta “libre”, elijamos ese tiempo para orar, meditar en la
Palabra, o tal vez en el sermón o la clase del domingo pasado. Usemos ese tiempo que tenemos y
que como mujeres (que tenemos esa extraña pero única habilidad de hacer cinco cosas a la vez),
para orar en nuestra mente, o meditar en la Palabra, oír un sermón o cantar himnos o coros,
escuchar la Biblia en audio, etc. La tecnología puede ser un arma poderosísima para destrucción o
para edificación, sepamos elegir.

Nosotras somos mujeres fuertes y activas y de carácter, debemos aprender a escoger aquellas
cosas que reflejen a Dios en nosotras y mostrar al mundo cuál es nuestra prioridad más
importante. Después de todo, la palabra “prioridad” significa “preferir”. Nosotras deseamos
escoger en forma prioritaria el camino de Dios en todas las cosas y en todos los tiempos.

En Proverbios 3:6 leemos, “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Si le
pedimos su dirección y le confesamos que deseamos hacer las cosas a Su manera y no a la nuestra,
Él va a dirigir nuestro camino, nos va a instruir y nos enseñará el camino que debemos seguir. En el
Salmos 32:8 dice: Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré
mis ojos. Isaías 30:21 nos reafirma, Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este
es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.

Pidámosle al Todopoderoso que nos ayude a agradarle, que sea Él quien guíe nuestros pasos y
enderezca nuestras sendas (Proverbios 3:6, Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus
veredas), pues si Él es quien nos guía, Él también pondrá en nuestro corazón ese deseo; lo pondrá
conforme al suyo.

También podría gustarte