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1. ¿SABES QUIEN ES DIOS?

Conocemos al Señor como una existencia personal definida, un Dios real,


infinitamente más real que las cosas que se ven y se tocan, más real aun que
nosotros mismos, pues no somos sino sombras; sólo Él es el YO SOY,
siempre el mismo por los siglos de los siglos.
Creemos en un Dios de propósitos y planes, que no ha dejado que un destino
ciego tiranice el mundo, y mucho menos que una casualidad sin objetivo lo
lleve de aquí para allá. Ni somos fatalistas, ni dudamos de la providencia y
predestinación. Somos creyentes en un Dios «que hace todas las cosas según
el designio de su voluntad». No concebimos que el Señor se haya ido del
mundo abandonándolo, y con él a los habitantes del mismo; creemos que Él
preside continuamente todos los asuntos de la vida. (CHARLES SPURGEON
– PREDICADOR. TEOLOGO).
Dios se revela a sí mismo porque quiere ser conocido, pero es imposibles para
nosotros conocer a Dios completamente. Como dice la Escritura: “¡Tan grande
es Dios que no lo conocemos! ¡Incontable es el número de sus años!” Esto no
es una sorpresa. No tenemos conocimiento de algo o alguien en su totalidad.
Como las criaturas finitas, todo nuestro conocimiento es limitado. Pero incluso
aunque no conocemos a Dios completamente, eso no significa que no lo
conocemos en absoluto.
El Salmo 19:1 dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento
proclama la obra de sus manos.” En otras palabras, la creación habla; nos
dice algo acerca de cómo es Dios. Al igual que una pintura revela algo sobre
el alma del artista o un soneto revela el corazón de un poeta, de la misma
manera la creación revela algo de la naturaleza esencial de Dios.
Considera esto: Lo que sea que veamos que tiene poder, Dios tiene más. Lo
que sea que veamos que es bueno o hermoso, Dios es mejor y mucho más
hermoso. Donde vemos creatividad, sabemos que comenzó con Dios. Como
escribió el apóstol Pablo, “Cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno
poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él
creó.”
2. ¿QUE ES ORAR Y COMO SE HACE?
La oración es la emanación natural de un alma en comunión con Jesús. De la
misma manera que la hoja y el fruto brotan de la rama de la vid, sin ningún
esfuerzo consciente de parte de la rama, sino simplemente a consecuencia de
su unión viva con el tronco, de igual manera brotan de las almas que
permanecen en Jesús, los capullos de la oración y las flores y los frutos.
No hay duda alguna que orando aprendemos a orar y cuanto más oramos, con
más frecuencia podemos orar y mejor oramos. El que sólo ora de tarde en
tarde nunca puede alcanzar aquel estado valioso de la oración fervorosa.
Debemos orar en espíritu, orar sinceramente y decir cosas verdaderas
que provengan de nuestros corazones.

Todos sabemos que Dios es fiel. Con Dios no hay traición ni hipocresía ni
mentira. Dios es sincero con todos y cada uno de nosotros. Dios también
espera que oremos sincera y honestamente a Él.

Cuando Dios ve que nuestros corazones están completamente expuestos ante


Él y que no le estamos ocultando nada y, además, que estamos diciendo cosas
que vienen directamente de nuestros corazones y que estamos hablando muy
honestamente con Él, Dios nos guiará para que entendamos Sus intenciones y
entendamos todos los aspectos de la verdad. Esto nos dará una senda para
caminar.
 Orar con un corazón sincero:
Jesús dijo: “Cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que
le adoren” (Juan 4:23). Las palabras de Dios nos han mostrado cómo
debemos orar para adorar a Dios según Sus intenciones. En lo que Dios
más se enfoca es si tenemos un corazón sincero cuando estamos ante Él y
si le decimos palabras sinceras y verdaderas.
 Orar a Dios con racionalidad:

Gran parte del tiempo, cuando oramos a Dios, exigimos a ciegas cosas de Dios
o tenemos todo tipo de peticiones extravagantes para Dios. Por ejemplo: si no
tenemos trabajo, le pedimos a Dios que nos provea trabajo. Si no tenemos un
hijo, le pedimos a Dios que nos conceda un hijo.  Si nuestras familias están
experimentando dificultades, le pedimos a Dios que nos ayude.

Cuando las personas creen en Dios, esperan que Dios satisfaga todas sus
peticiones y deseos. Básicamente esto es entrar en un acuerdo comercial con
Dios y no tiene una pizca de conciencia ni racionalidad. Este tipo de personas
no tienen una fe y un amor genuinos por Dios, ni tampoco obedecen ni
reverencian genuinamente a Dios. Más bien están usando a Dios para alcanzar
sus metas. Esto es precisamente como Dios dijo: “Este pueblo con los labios
me honra, pero su corazón está muy lejos de mí” (Mateo 15:8). Por lo
tanto, Dios no escucha las oraciones que las personas hacen con intenciones
inapropiadas.

 Cuando oremos a Dios debemos mantenernos firmes en nuestra posición


como creaciones y buscar la voluntad de Dios con una actitud devota y sumisa
ante Dios. No debemos tener ninguna exigencia para Dios. Por ejemplo,
cuando nos encontramos con dificultades y no sabemos qué hacer, podemos
orar así: “¡Dios! No entiendo la verdad con respecto a este asunto. No sé
cómo debo hacer las cosas según Tus intenciones. Sin embargo, estoy
dispuesto a buscar en Tus palabras y hacer las cosas según Tus peticiones y
satisfacer Tus intenciones. Por favor esclaréceme y guíame. ¡Amén!”. 

 Una vez que le hayas dicho todo lo que querías decir, puedes


terminar diciendo, “En el nombre de Jesucristo, Amen”.

Lo hacemos así porque Jesús nos mandó orar en Su nombre y todo lo que
hacemos debe ser hecho en Su nombre.  
Si el hijo de Dios se presentaba en oración, mucho más nosotros. Todo lo que
hacemos, nuestros proyectos, cada decisión a tomar debemos presentarla ante
Dios, pedir su dirección y confirmación sobre las acciones que tomamos en
nuestras vidas.
En Lucas 5:15-16 leemos que, con frecuencia, Jesús pasaba tiempo a solas en
oración y eso responde la pregunta sobre cuánto tiempo debemos orar, pues,
frecuentemente. Y no necesariamente debe ser arrodillado, podemos hacerlo
en una sala de espera, en el transporte público y a la hora del descanso.
Nosotros desperdiciamos mucho tiempo en tonterías en vez de llenarnos de
Dios.

Dios de los cielos, gracias te doy porque no existe oración demasiado breve e
insignificante
que tus atentos oídos no escuchen. Amén.

3. ¿PORQUE ES IMPORTANTE LA BIBLIA Y PORQUE ES


IMPORTANTE LEERLA?
La Biblia cristiana tiene mucho que decir acerca de quién es Dios. A lo largo
de la historia, los cristianos han recurrido a la Biblia como fuente autorizada
para conocer a Dios.

 LEE & DEPENDE:


Es de suma importancia que no “simplemente” abramos nuestras Biblias, las
leamos y las cerremos. Jesús declaró en Juan 14:26 que, “…Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho…”
Debemos de depender del Espíritu Santo mientras leemos. Hacer una petición
a corazón abierto delante de Dios antes, durante y después de leer es una
declaración necesaria de nuestra dependencia del Espíritu Santo para
ayudarnos.
 LEE & MEDITA:
Leer la Biblia es un gran comienzo, pero nuestras almas se nutren al máximo
al meditar en las Escrituras. Mucha de la fuerza del Rey David venía de la
practica de la meditación. Él reveló su corazón cuando escribió en el Salmo
119:15, “En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos.” Nosotros
también debemos ir mas lento y hacer preguntas acerca de lo que estamos
leyendo. Si fallamos en meditar en la Palabra, entonces podemos leer
demasiado rápido y olvidaremos lo que leímos.

 LEE & APLICA:


Santiago da una advertencia a los creyentes al escribir, “Pero sed hacedores
de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros
mismos.” (Santiago 1:22). El verdadero entendimiento de la Palabra nos
guía a aplicar la Palabra a nuestras vidas por medio de la obediencia
práctica. Cambiar nuestros caminos para seguir los caminos de Dios es
como comienza la transformación. Pídele a Dios la gracia que necesitas
para arrepentirte y vivir conforme a su Palabra.
 LEE & PRACTICA:
Al comenzar a aplicar la Palabra en privado, ¡también debemos buscar
oportunidades para aplicarla en público! El Apóstol Pablo nunca redujo su
ministerio a escribir cartas ni a predicar en iglesias solamente. Él escribió
en Hechos 20:20 que él, “…enseñó públicamente…”
 LEE & ORA:
Al descubrir el corazón de Dios en la Palabra escrita, podemos utilizar las
Escrituras para iniciar conversaciones que animen y edifiquen nuestra relación
con Dios. Nada le brinda más vida a la Palabra que la oración. El salmista
deseaba intimidad con Dios mientras clamaba en oración, “Escucha mi
oración, oh Dios, y no te escondas de mi suplica.”
 LEE E INTENTA:
Debemos examinar nuestras creencias personales y culturales a la luz de las
Escrituras y ver si representan una manera buena y correcta de vivir. (Salmo
12:6). Pon todo a prueba como en Hechos 17:11.

 LEE & CUENTA:


Ser generoso con lo que Dios te ha dado por medio de su Palabra, se convierte
en una manera muy eficaz de recordar lo que Dios no ha hablado cada día.
Encuentra la manera de compartirlo, y bendecirás a tu prójimo al igual que
Dios (Romanos 10:15). Convierte en un habito el discutir la Palabra cada
mañana con tu familia o con tus compañeros de trabajo durante la hora de la
comida.

4. ¿COMO ACERCARME A DIOS?


Aunque la tecnología ha avanzado mucho, Dios no tiene un número de
whatsapp, un email o una dirección física en donde podamos enviar nuestras
ORACIONES y darle gracias por las bendiciones recibidas.
Dios es el dueño del mundo y el creador de todas las cosas, Él está en todas
partes, podemos acceder a Él en cualquier momento y a cualquier hora sin
necesidad de herramientas adicionales. La forma establecida
para comunicarnos con Dios es mucho más sencilla que todo esto, es
simplemente hablarle, abrir a Él nuestros corazones.
 Establecer un lugar para tener intimidad con Dios.
 Determinar una hora del día.
 Ora en cualquier tiempo y lugar.
 Toma nota de tus acciones de gracia y peticiones, especialmente si le
prometes a alguien que le llevarás en oración. (Honra tu palabra)

5. ¿QUE ESPERA DIOS DE MI?


Nadie quiere vivir su vida y pensar que está agradando a Dios y darse
cuenta que ha desperdiciado toda su vida y que no ha logrado lo que Dios
espera.
MIQUEAS 6:8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué
pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y
humillarte ante tu Dios.
 Practicar la justicia significa amar el bien y odiar el mal de manera que
va a influenciar tus pensamientos y tus acciones a los demás.
 Es interesante que no dice que debemos “practicar la misericordia”
como si fuera simplemente un hecho, dice “amar la misericordia” es un
afecto del corazón. La misericordia es compasión mostrada a alguien
que no la merece.
 Es un estilo de vida: andar diariamente humillándonos ante nuestro
Dios, recordando que Dios es Dios y que nosotros somos sus criaturas,
pecadores que necesitan de su gracia, pero pecadores que han recibido
Su gracia en Cristo Jesús.
Lo que Dios quiere de nosotros es nuestro bien, aquello que nos permita
alcanzar una vida plena, sana, justa, bella. Si hacemos lo que Él nos dice
en su Palabra podemos empezar el camino que nos permita descubrir lo
que Dios quiere de cada uno de nosotros.

6. ¿CUAL ES LA IMPORTANCIA DE CONGREGARSE?


 Charles Spurgeon dijo que, para Dios, “La iglesia es el lugar más preciado en
la tierra.” Para el Señor es tan valiosa la iglesia que la compro con su propia
sangre. En Hechos 20:28 dice: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el
rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la
iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” La iglesia mis
hermanos es el cuerpo de Cristo, la novia de Cristo, los miembros de la familia
de Dios. Si la iglesia es tan importante para Dios, ¿Que tan importante es para
ti?
Hebreos 10.24–25
“24. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las
buenas obras; 
25. no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
El Espíritu Santo nos llama a los miembros de la iglesia local a “estimularnos
al amor y a las buenas obras.” Implícito está en nuestro texto la importancia de
la vida de la iglesia para motivarnos al amor y a las buenas obras. Es decir, en
el plan de Dios para la iglesia uno no puede ser un “buen cristiano” y vivir una
vida separada de sus hermanos o la iglesia local. Dios nos llama a vivir en una
relación constante con los miembros de nuestra iglesia con el fin de poder
motivarnos a las buenas obras y el amor.
Podemos concluir que el Espíritu Santo por este pasaje nos dice que nuestro
corazón y nuestras vidas deben estar intrínsicamente relacionadas con los
hermanos de la iglesia para exhortarnos y animarnos en los caminos del Señor.
7. ¿CUAL ES MI PROPOSITO EN LA TIERRA?
Jesús tenía claro cuál era su propósito en la vida, pues dijo: “Para esto he
nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la
verdad” Juan 18:37. De ahí que se volcara en enseñar la verdad acerca de
Dios y sus propósitos.
Nuestra vida también cobrará verdadero sentido si seguimos su ejemplo.
El propio Jesús nos anima a aprender de él Mateo 11:29.
Mandó a sus discípulos que enseñaran lo que habían aprendido. “Vayan, por
lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a
observar todas las cosas que yo les he mandado.” Mateo 28:19, 20.
Quienes satisfacen su necesidad espiritual estudiando la Biblia y poniendo en
práctica lo que han aprendido notan que su vida cambia para mejor. Y si
además enseñan a otros lo que aprenden, pueden estar seguros de que su vida
tendrá verdadero propósito.
El propósito del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo por siempre.
Glorificamos a Dios temiéndole y obedeciéndole, manteniendo nuestros ojos
en nuestro futuro hogar en el cielo, y conociéndole íntimamente. Disfrutamos
a Dios al seguir Su propósito para nuestras vidas, lo cual nos permite
experimentar gozo verdadero y duradero, la vida abundante que Él desea para
nosotros.

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