Está en la página 1de 4

LOS VIAJES MAGICOS DE PEPITO

Pepito era un lindo niño juguetón y risueño, a quien siempre le gustaba jugar y
divertirse sin tener alguna responsabilidad, aunque muy buen niño olvidaba
muchas cosas que debía hacer. Un día mientras imaginaba tantas cosas en su
habitación, jugaba con todos sus muñecos y perdía la noción del tiempo, su madre
lo llamo

 -Pepito, Pepito, vamos Pepito, ven aquí que te necesito.

Su madre era una señora muy dedicada a las cosas de su hogar, limpiaba siempre
limpiaba y mantenía su casa bastante bonita, a Pepito le gustaba que así se
mantuviese, pero no se percataba de cuanto esfuerzo requería. Con cara de
fastidio, Pepito contesto y rápidamente llego a la sala:

-  Mamá, pero estoy jugando

Pepito sale de su cuarto para hablar con su mamá que se encontraba con una
escoba y ropa para lavar

- Pepito, todos tenemos que ayudar, yo estoy barriendo y lavando la ropa. Tú


debes ayudarme a limpiar los vidrios de la ventana.

- ¡Ay mamá! Nunca me dejas jugar

- Ven Pepito, ten este pañito para que limpies y cuando termines puedes jugar.

Pepito estaba aburrido de limpiar y limpiar, entonces observó el pañito y pensó


que jugaría a que era una alfombra mágica y que podría viajar a donde quisiera.
Pero su imaginación voló, transformando el pañito en una hermosa alfombra
mágica, volvió a ser feliz, cerró los  ojos y se trasladó al lugar donde mejor se
sentía, un mundo de juegos, donde se hallaban toda clase de juguetes,
muñecos grandes   y pequeños, pelotas , carritos y muchos y muchos más, jugo
y jugo, corrió sin pensar en el tiempo ni  nada más; tuvo amigos nuevos que la
llevaban de un lugar a otro donde cada vez habían más juguetes, pero pasado un
largo rato, se comenzó a sentir cansado, deseaba descansar al menos un poco,
pero los otros muñecos la tomaban de  los brazos y la obligaban a jugar, hacían
que corriera pero el ya no quería.

Viendo la insistencia de todos, tomo rápidamente su alfombra mágica y


montándose sobre ella cerro los ojos y deseo ir a un lugar donde pudiese
descansar sin que nadie le hiciera el menor ruido, movió su mano despidiéndose
de todos.

 Abriendo nuevamente   sus ojos, se dio cuenta de que estaba en un mundo


donde todo era paz y tranquilidad, en el mundo del sueño, del descanso, allí vio
muchas personas dormidas, en camas hamacas, sofás, puff, y encontró una cama
solo para el, cómoda, fresca, y decidió recostarse y rápidamente y sin pensarlo
mucho se quedó plácidamente dormido. Durmió y durmió pues nada había que le
quitara el sueño.

Después de un descanso merecido por haber   jugado tanto, estuvo listo para
hacer más de las suyas y sintió que todos ya habría descanso también y comenzó
a llamarlos y gritarles:

-  Holaaaaa, ¿porque siguen durmiendo? Pepito gritaba muy fuerte y de pronto


escucho que alguien le respondía

-  Que niño tan molesta, ¿No te das cuenta que estamos durmiendo?

-  Si, aquí solo dormimos, por eso este mundo es el del sueño.

Pepito estaba muy aburrida de dormir y comenzó a darle hambre; así que de
nuevo sacó su alfombra y dijo:
-  Alfombra, alfombrita es hora de comer y dejar de estar aburrido

Pepito comenzó a volar y se detuvo finalmente en el mundo de la comida donde


encontró todo tipo de comida. Pepito comió mucho y probó todas las comidas
posibles hasta que ya no pudo más, se sentía muy lleno de comer tanto y recordó
que trabajar también es importante.

Llego entonces al mundo del trabajo y vio a muchas personas trabajando, observo
a una secretaria, a un señor sembrando, a un hombre construyendo una casita, y
quiso ayudar para poder decirle a su mama que ella ya había trabajado.

Tomo herramientas del agricultor y le ayudo, pero se cansó rápido porque el sol le
molestaba, y las palas eran muy pesadas.

Fue a donde el constructor y tomo bloques para pasárselos al maestro de la obra,


pero también se cansó rápido porque eran trabajos muy forzados para un pequeño
niño.

Pensó en ir con la oficinista talvez eso era más descansado, y le pregunto a la


muchacha que era lo que hacía, y ella le contesto:

 - pues llevo la administración, llevo recados al jefe, estoy pendiente de las


llamadas, asisto a reuniones, anoto todo lo que se dice, escribo las cartas, en fin,
hago todo lo que puedo y estoy casi todo el día paso sentada aquí pendiente de
todo.

 - es mucho para una sola persona, verdad

Entonces quiso ayudarla, se sentó con ella, pero se cansó pues era muy aburrido
estar ahí todo el día. Se fue a ver otros trabajos y observo a una mujer ya mayor
limpiando unas ventanas con cara triste y recordó que su mama  le había pedido
que por favor limpiara las ventanas.
Pepito se sintió triste pues no había ha ayudado a su mama y seguro estaría en
casa haciendo todos los deberes sola, y tendría la misma cara que todos allí.
Pepita se sentó en su alfombra, cerró sus ojos y deseó con todas sus fuerzas
regresar a su casa:

-Alfombra, alfombrita llévame ahora mismo con mi mamita

Pepito estaba muy ansioso por ver de nuevo a su mamá porque la extrañaba
mucho. Cuando llegó le dio un fuerte abrazo y le dijo

- ¡Mamá te extrañé tanto, me hiciste mucha falta! Viajé a muchos lugares, pero
nada es mejor que estar en mi hogar con mi familia

-  Claro Pepito, no siempre puedes jugar, también es importante, estudiar, trabajar,


comer y sobre todo compartir con tu familia.

-  Si mamá, muchas gracias, por eso te amo tanto o tanto

Y así fue como Pepito muy alegre comenzó a ayudar a su mamá. Y colorín
colorado, este cuento ha terminado…

También podría gustarte