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José Olaya

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José Olaya
Retrato por el pintor José Gil
de Castro
Información personal
Nombre José Silverio
completo Olaya Balandra
Nacimie 1782 o 1795
nto Villa San Pedro de
Chorrillos, Lima, 
Virreinato del
Perú
Fallecimi 29 de junio de
ento 1823
Lima, Perú
Residenc Villa San Pedro de
ia Chorrillos
Nacional
Peruana
idad
Familia
Padres José Apolinario
Olaya y Córdoba
Melchora
Balandra
Información profesional
Ocupaci Pescador, emisario
ón al servicio de los
patriotas
Conocid Mártir de la
o por Independencia del
Perú
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José Silverio Olaya Balandra (Chorrillos, 1782 o 1795-Lima, 29 de
junio de 1823) fue un mártir en la lucha por la Independencia del Perú.
Pescador de oficio, se ofreció como emisario secreto entre el gobierno
independiente refugiado en los castillos del Callao y los patriotas de Lima,
ciudad ocupada entonces por los realistas. Fue descubierto, apresado y
sometido a tormento para que revelara los nombres de los patriotas implicados
en las misivas, pero permaneció callado. Fue fusilado y antes torturado en
un pasaje que hoy lleva su nombre, y que se halla en las inmediaciones de
la Plaza Mayor de Lima.

Biografía[editar]
Según datos recogidos por Ismael Portal, José Olaya Balandra nació en la villa
de Chorrillos, en 1782, como hijo de un pescador chorrillano apellidado Olaya,
y de Melchora Balandra, siendo sus hermanos Cecilio, Mercedes, Narcisa,
Josefa y Manuela. Portal se basó en informaciones de los parientes del mártir
que todavía vivían en la época en que publicó su libro (1899). 1 Otro de los
biógrafos de Olaya, Luis Antonio Eguiguren, que investigó en diversos archivos,
sostiene que los padres del mártir se llamaban José Apolinario Olaya y
Melchora Balandra, ambos chorrillanos, que tuvieron doce hijos en total, el
segundo de los cuales fue José Olaya.2
Existen sin embargo dudas sobre el año del nacimiento. Al parecer, Portal solo
se limitó a copiar el año que aparece grabado en el retrato del mártir, pintado
por el maestro José Gil de Castro, que fue contemporáneo de Olaya. Eguiguren
no se ocupa del asunto del natalicio y supone que la partida de bautizo que
aclararía la duda debió desaparecer durante el incendio de
Chorrillos ocasionado por las tropas chilenas en 1881. Daba así por hecho que
Olaya fue bautizado en la iglesia de Chorrillos.2 Existe otra versión que afirma
que el año de su nacimiento fue 1795.3
Otro asunto controvertido ha sido su apellido. El marino y geógrafo Germán
Stiglich (1877-1928), al revisar los cuadernos de matrícula de los puertos
peruanos, no encontró ningún Olaya (apellido español), pero si varios Laya
(nombre de origen prehispánico). Stiglich llegó incluso a afirmar que el
verdadero nombre del mártir era José O. Laya, afirmación que fue recogida y
difundida por el historiador Juan José Vega.
Olaya era de cuna humilde, de raza indígena, y vivía de la pesca artesanal en
la villa de San Pedro de Chorrillos, una ranchería de pescadores al sur de la
ciudad de Lima, que era célebre por sus baños adonde acudían las personas
de la clase alta limeña.4
Se dice que su padre José Apolinario simpatizó con pasión por la causa
independentista, al punto que no le gustaba mencionar al pejerrey por su
nombre, por ser de reminiscencia monárquica, y llegó incluso a bautizar a su
mejor red de pesca como «red de pejerreyes de la patria», nombre más acorde
a su ideología. Murió en 1822, legando a su hijo su oficio y su amor a la patria
libre.2
Se dice que Olaya era un excelente nadador y que en una pequeña balsa
cubría la ruta de Chorrillos a la isla de San Lorenzo, y de allí al Callao, llevando
pescado para su venta.5
También una versión asegura que empezó a servir a la causa patriota desde
muy temprano, cuando arribó a las costas peruanas la Escuadra Libertadora al
mando de Thomas Cochrane en 1820. En esa ocasión visitó las naves de dicha
escuadra y se ofreció a llevar correspondencia para los patriotas del Callao, y
luego para los de Lima.4
La independencia del Perú, declarada por primera vez en Huaura en el mes de
noviembre de 1820 y el 28 de julio de 1821 en Lima, por el general José de
San Martín, solamente se hizo efectiva en Lima y en el norte; pero Cuzco,
la sierra central y el sur aún estaban bajo el dominio del ejército realista -en su
mayoría conformado por indígenas y mestizos leales al Rey-; estos en más de
una ocasión volvieron a amenazar Lima y el Callao. Cuando San Martín
regresó de Guayaquil después de una conversación secreta con Simón Bolívar,
instaló el Congreso Constituyente de 1822, e inmediatamente renunció a su
cargo de Protector del Perú. El Congreso nombró como Presidente de la
República a José de la Riva Agüero. El ejército realista, al mando de José
Ramón Rodil, aprovechando que las tropas patriotas se encontraban lejos,
tomó Lima. Los miembros del Congreso se refugiaron en la Fortaleza del Real
Felipe en el Callao. Allí se encontraba también el general venezolano Antonio
José de Sucre, que enviara el Libertador Bolívar con una avanzada de su
ejército.
Fue en ese contexto que ocurrió el sacrificio de José Olaya. Sucre necesitaba
imperiosamente comunicarse con los patriotas de Lima, ya que quería conocer
los movimientos de los realistas y los pertrechos con los que contaban. Olaya
se ofreció una vez más a ser el portador de los mensajes. Se contactó en Lima
con Juana de Dios Manrique, una aristócrata y patriota que era sobrina de
Antonio Riquero, antiguo contador mayor y uno de los refugiados en el Callao;
este personaje era el nexo con Sucre.46
Olaya llevaba ocultamente los mensajes escritos, cubriendo la ruta entre
Chorrillos y Lima, simulando llevar pescado para su venta en la ciudad; esa
ruta, de 15 km, estaba muy vigilada por los realistas, de modo que el riesgo era
muy grande. No obstante, Olaya hizo el recorrido muchas veces; se ignora
cuántas exactamente. Los realistas empezaron a sospechar que alguien filtraba
informaciones y redoblaron la vigilancia. 7
El 27 de junio de 1823, cuando llevaba, entre otros recados, una carta de Sucre
para Narciso de Colina (un patriota limeño), Olaya fue descubierto (se dice que
por una delación[cita requerida]). Emboscado por un piquete de soldados realistas -
indígenas y mestizos- en la calle de Acequia Alta (actualmente en el cruce de la
cuadra 5 de los jirones Caylloma y Moquegua), antes de ser apresado arrojó
las cartas en una acequia; otra versión, menos creíble, dice que se comió las
misivas.4

«De nada sirvieron halagos, promesas,


apaleamientos, extracción de las uñas,
trituración de pulgares, ni la presencia
dolorosa de su madre. ¡Que terrible
dilema!: escoger entre el afecto
entrañable a la madre o la seguridad de
los patriotas. Era preferible que su madre
lo llorase muerto a que se avergonzara de
verlo vivo, manchado por la traición».
Enrique F.Gómez Espinoza, Manual de
Educación Patriótica. Edit.Atlántida S.A.
Lima,pág.137.
Llevado al Palacio del Virrey ante la presencia de Rodil, éste intentó que
delatara a los patriotas comprometidos con las cartas, ofreciéndole a cambio
premios y mucho dinero; como no diera efecto, recurrió a las amenazas. Como
Olaya permaneciera incólume, fue torturado. Sufrió doscientos palazos, le
arrancaron las uñas y lo colgaron de los pulgares. Pero Olaya no se amilanó
ante el dolor y permaneció en silencio.6 Incluso le llevaron ante su presencia a
algunas personas arrestadas por sospecha de estar comprometidas con los
patriotas del Callao (una de ellas era Antonia Zumaeta de Riquero), pero ante
cada una de ellas Olaya negó conocerlas.7 También su madre fue llevada a su
presencia, pero ni aún con eso se quebró. Se dice que, en medio de las
torturas, pronunció su célebre frase:

«Si mil vidas tuviera gustoso las perdería,


antes de traicionar a mi patria y revelar a
los patriotas».
Finalmente, fue sentenciado a pena de muerte por fusilamiento bajo el cargo de
traición. A las once de la mañana del 29 de junio de 1823, fue llevado a un
pasaje aledaño a la Plaza Mayor de Lima, llamado entonces Callejón de los
Petateros, y que ahora tiene su nombre: Pasaje Olaya. Sus verdugos, según la
costumbre, le preguntaron si tenía un último deseo. Olaya pidió que se le
sepultara con la escarapela rojiblanca, el emblema de su patria libre, deseo que
se le concedió. Luego, se procedió a su fusilamiento. Su cadáver fue arrastrado
a la Plaza de Armas y allí decapitado por el verdugo. Permaneció toda la tarde
en exhibición pública, hasta que, por la noche, unos pescadores chorrillanos lo
pusieron en una carreta y se lo llevaron a sepultar a su tierra natal, con su
escarapela bicolor prendida en su pecho.3 Actualmente se desconoce en que
parte de Chorrillos está su cuerpo.

Homenajes[editar]

Pasaje Olaya, visto desde la Plaza de


Armas de Lima.
El Presidente José Bernardo de Tagle, expidió un Decreto Supremo el 3 de
septiembre de 1823, destinado a honrar la memoria del héroe. Dicha norma
establece:

«Por 50 años pasará revista del comisario


José Olaya como Sub Teniente vivo de la
Infantería del Ejército en el Estado Mayor
de la Plaza;
Cuando sea nombrado en dicho acto, el
Sargento Mayor de dicha plaza
responderá: ¡Presente en la mansión de
los héroes!
En la Municipalidad de esta capital se
formará un libro en que, con precedente
conocimiento y decreto del gobierno se
escriban los hechos patrióticos dignos de
eterna memoria, y en su primera página
se copiará este decreto para que la fama
del patriota Olaya se trasmita también a
los siglos.
La Municipalidad del pueblo de Chorrillos
deberá celebrar todos los años el 29 de
Junio unas solemnes exequias en la
iglesia de la misma población a beneficio
del alma del patriota Olaya, y
concurriendo a ella la misma
Municipalidad; tendrá en aquel acto
asiento entre los alcaldes el pariente más
cercano del referido Olaya.
En la sala de la Municipalidad del pueblo
de Chorrillos se podrá un lienzo en el que
se halle escrito lo siguiente:
EL PATRIOTA JOSÉ OLAYA SIRVIÓ
CON GLORIA A LA PATRIA Y HONRÓ
EL LUGAR DE SU NACIMIENTO».
El Ejército del Perú lo proclamó «Patrono del Arma de Comunicaciones». 4
Sus principales biógrafos han sido Ismael Portal, autor de Morir por la patria, el
mártir José Olaya (1899), y Luis Antonio Eguiguren, autor de El mártir pescador
José Silverio Olaya y los pupilos del Real Felipe (1945).4
El pintor peruano José Gil de Castro (1785-1841), su coetáneo, es autor de un
retrato suyo, que se exhibe en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología
e Historia del Perú.7
Olaya fue fusilado el mismo día en que su lugar de residencia, Chorrillos, se
encontraba celebrando la festividad al patrón de los pescadores, San Pedro.
Chorrillos viene celebrando todos los años, en su homenaje, un concurrido
desfile cívico-militar, donde participan innumerables instituciones de todo Lima,
en el malecón Grau, frente al mar.

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