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LA CARCAJADA Montevideo 1897 Nro 1
LA CARCAJADA Montevideo 1897 Nro 1
(Hay un nello)
1
CONSTITUCIÓN
TITULO 1.
Art. '< Su duración será tanta, como tanto el tiempo en que los socios quieran sostenerla.
TITULO 2 . °
DE LOS S O C I O S - D E R E C H O S Y D E B E R E S
Art. 4 ? Tres serán las categorías de sus socios, a saber:
A -Suscniorcs.
B—l'onoranos.
Art. 5 ? Pertenecerán á la categoría de socios suscritores, todos aquellos que al fin del mes, no
dejen'al cobrador, con dos cuartas de narices, . .. t-ójí
v g kJl¡ , *
Art. 6.° Serán socios honorarios, todos los que á juicio del S. G. puedan gozar de esa primicia,
como desde hoy se les dá títulos de tales, á los colaboradores literarios y artísticos,
Art. 7 . ° De ojito han de ser los zánganos, los que sin tener compasión del prójimo, piden todo
lo que pedir puedan, y no dan nada en retribución,
Art. 8 ? . Los socios en general, por supuesto, tendrán derecho^ á leer el periódico, y en particular:
1,° Los socios suscritores gozarán:
A De una CARCAJADA semanal,—rogándoseles que cuando no la sientan por sus casas, se sirvan reclá-
maria á la Administración, á menos que hayan infringido el inciso A del art 8, no cabiendo
entonces reclamación alguna,";'
R Exigir del S. G. del periódico, que ordene el destierro de la tijera por todo tiempo, del despacho de re-
dacción.
c De todas aquellas reformas y regalos, que en un futuro podrán efectuarse.
Art. 9 p Los honorarios tendrán los mismos derechos otorgados á los suscritores,
Art. 1 0 Los de ojito, á recibir el periódico, siempre que la Administración lo crea oportuno
y cuando sobren ejemplares; entendiéndose que el día en que L A CARCAJADA no les halague por
sus lares, no han de aportar por el local administrativo á reclamarla, ;
pues se les dará con las
puertas en las narices. ... . I'Á ^ >¿4; W 0 >:<-T^ i
Á'rl. 11 Loe socios quedan sujetos á los siguientes deberes:
Suscritores A—Abonar con la puntualidad de un inglés, la cantidad de $ 0.60 mensuales, como
cuota para el mantenimiento de LA CARCAJADA. - .
Quejarse siempre que no reciban la publicación puntualmente.
Honorarios C—Coadyuvar al sostenimiento del periódico, aumentando con nuevos nombres las
listas de suscrición.
Q—Escribir ó. dibujar gratis pro Deo siempre que lo ruegue la Dirección.
De ojito E—Aguantar con la paciencia que tuvo el Job de la Biblia, las determinaciones
La Carca/arfa. ,
Art. 12 El socio, cualquiera que sea su categoría, dejará de serlo:
A Smcritor cuando infrinja el inciso A del art. 11.
% *
Honorario, cuan lo deje de cumplir l<> manifestado en el inciso D del mismo artícu'nl/ 3
C El de o/i/o. cuando haga caso omiso de la observación del art. 10.
TITULO 3.°
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 13 Los artículos de los socios honorarios, pasarán de sus manos, directamente á
tipográlicas. • ¡ y'i¿
Art. 14 Todo articulo de procedencia extranjera, observará una prolija desinfección ó
previa, antes de ser convertidos en leirns de molde,
Art. 15 Las presentes bases tendrán fuerza de ley durante el tiempo de la existencia de Car»
cayada.
En la sala de sesionas de La (Jarra ja Ja, á 1 ? de Enero del año 1897.
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AH-
l ."•IKKCTOK GERENTE
DIRECTOR ARTÍSTICO
(l'or no snhcr firmar.
CORRECTOR
El análisis de la vida de una mujer coqueta, puede parangonarse ron el resultado que
ofrece la fiscalización del libro de caja, de un concretante fraudulento.
LEYES EN VIGENCIA
•«IT© s e p-vxedle a n c l a r cota To-voltos p o r l a
aniel artinez
(Fragmentos de una carta)
Q quien soy?.
Soy un viajero que está por llegar
á la mitad de la escabrosa jornada
de la vida; escasean mis ilusiones, y
siento que el cansancio, la enervación,
se van paulatinamente apoderando de
mi ánimo y de mi cuerpo. Me veo
más pobre de fortuna que el Job del
estercolero, aunque no como él le-
proso y cornudo, y más rico en
ambiciones que Rothschüd en cum-
quibus. Escuéceme más de un duro
disciplinazo aplicado por ese cómi-
tre llamado la suerte, y no le
miento si le digo que me he forma-
do una idea pésima del mundo, y
más pésima aún de la humanidad, ma-
nada de lobos, según el pensar de
Hobbes. Ahora bien, ¿no le parece á
V. que la única salida, la única escapatoria de burladeio que le queda á un hombre de tales
LA CARCAJADA
C O L M O S
El de un poeta pobre: calentarse los pies en invierno, con el fuec;o de su inspiración
El de uno de buenos pulmones: apagar de un soplido la luz de la existencia.
El de una tijera: cortar las uñas de la pesada mano de la lógica.
El de un doméstico: hacer el cocido con el fuego divino.
El de cualquiera: comerse á besos una moza bonita.
El de estos gobiernos: hacer cumplir y cumplir con la Constitución,—ó lo que
mejor: hacer buena gobernación,—que sería el mayor colmo visto. P, \V B. A
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¡No hag o en hi regista, n) qiuen la a»asaltéI
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LA CARCATADA
C O N F E S I Ó N
DEFINICIONES ILUSTRADAS
ADMINISTRACIÓN ACROBATA
l a CARCAJADA
A N O 1 OTRO AN MAS.... LOS MISMOS!
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IO LA CARCAJADA
primera ocasÍH^í|p que mis progenitores me dejan salir á corr' ' r por el mundo, tan sola,
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como solo salió el caballero de la Triste Figura en su primera salida, á pesar que yo como
él, hago mi primer campaña, acompañada por un mundo de ilusiones. Con el tiempo,
cuando e m p i e z e á conocerte|j|fondM á fondo comprenda tu carácter y las predilecciones
de tu gusto; cuando alternando con damas m u distinguidas é ilustradas que é s t a , tu joven
amiguita, conquiste el aplomo y savoir/aire que solo el tiempo nos puede dar, entonces, no
,0 dudeSj me comprometo y te rjeometo el sei audaz como ninguna y segura como la
mensualidad que me puedas adeudar.
Por otra p a r t e , repara que nosotras las hijas de padres jóvenes, unas nacemos raquiti-
cas , dejando de vivir ;il mes de nuestra existencia v otras por risueño contraste admiran
muy ¡Monto á t-'.los, ppr su Salud \ riqueza.
Espero contarme entre estas últimas, pues bien sé que tú no serás tan grosero para
rechazarme, máxime, sabiendo que está en tí, en gran parte el conseguir_que viva.
Hablando de todo un poco, como por-
tera charlatana, me pregunto que tal vez mi
nombre te haya parecido algo... y estoy por
manifestarte bastante pretencioso. ' ' ^ 4 .^C%
La Carcajada!—dirás tú, al leerme,— ( ^ ^ ¡ l ^ ^ f e ^
hoy, á lo menos, nada has hecho ni dicho
que pueda confirmar tu nombre....
Poco á poco, mío caro, aclaremos las Vf
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T 7 2sT IsA. O 25 O P B E S X J M I D O
EPINll LO, como familiarmente llaman sus amigos al conocido joven José X X X,
sí por las ausencias y presencias elogiosas que los miembros de su
:cn de su talento y prepará< ion literaria se ha creído ^n puridad que
su cráneo, encierra abundante y rica masa gris, como para asombrar á sus contempo-
ráneos, y distribuyela á destajo en* forma de artículos de diarios, nov.elitas, zarzuelas
Oro en bruto y Schetzos.
Y'el mundo, que de por sí es mal intencionado, que' lee los productos de SU
intelecto, ya por saber el mote cariñoso de José X X X,—ó quizás por intuición,—
LA CARCA [ADA
Por la infidencia de un amigo, poseedor de la hermosa composición que al pie de estas lineas publica-
mos, hoy podemos ofrecer á nuestros lectores algo de lo mucho bueno de Rodó.
Los deseos de su autor eran conservarla entre sus cosas ignoradas cor eli público,
público. pero, en vista del
mérito de ella, aplaudimos la humilde infidencia de Daniel Martínez Vigil. (Se a os escapó el nombre del
culpable. Pardon!)
A. «t m. m. t »
LA C A RCÁTADA
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TARJETERO DE LA CARCAJADA
traño, decía, que me permita llamar amigo á una persona que tan amablemente me saluda acusándose
de ser delincuente de la pasión por las letras, .humorísticas . ,, :