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PUEBLA.
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•I IMPRENTA DEL HOSPITAL DE SAN Q
PEDRO.
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1837.
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(3)
Hedieatowia.
EXMO. Sn. PRESIDENTE, GENERAL DE
DIVISIÓN D. ANASTASIO BUSTAMANTE.

ir el año de 1831 se formó el Banco Nacional


de Jivio: este debió haber puesto las bases, y organi*
zado la industria nacional: el espíritu de empresa co-
nociendo caminos seguros y ventajas palpables para pro-
gresar, se hubiera nutrido y crecido para beneficio de
nuestra sociedad: la ilustración, la paz y la riqueza,
hubieran ya puesto á México en estado de figurar
entre las naciones cultas, con todo el prestigio que sus
grandes propoi dones naturales le designan.
Causas que es doloroso recordar, trastornaron los
mejores planes de prosperidad, que se formaron en él
primer periodo gubernativo de V. E. La Providencia
y la voz libre de sus conciudadanos, ha colocado á
V. E., por segunda vez, en la primera silla de la
Nación, y esta espera que V. E. siga aquel plan só-
lido de felicidad pública, que por medio de un minis-
terio sabio y verdaderamente patriótico, empezó en el-
undécimo año de nuestra independencia política. Será
tanto mas seguro el écsito de dicho plan, cuanto, que
ya se están recibiendo en esta ciudad, y otros puntos
de la República (as benéficas influencias que algunos
establecimientos modernos, que entonces se empezaron bajo'
la protección del Banco Nacional de Avio, están produ-
ciendo sobre la moral y prosperidad publica, particular-
mente en Puebla, México, Costa de Veracriiz y del Sur.
Nada es esto para lo que se espera, si el Su-
premo Gobierno sigue ocupándose, como actualmente lo
hace, del mas importante objeto que constituye, á una
nación poderosa y civilizada, y un gobierno sabio.
El Soberano Congreso que ha finalizado su pe-
riodo, y el Ministerio presente, merecerán siempre las
bendiciones de sus compatriotas, por haber fijado el
término para la prohibición de ingresos de los articu-
(4)
los ordinarios de algodón extrangeros; la circulación
libre de derechos en la'República de todos los artefac-
tos indígenas dé esta materia, lana y seda, y el re-
cargo que por ahora sufren los renglones de algodón
extrangeros. Mucho importa ló hecho, está puesta la
base moral .de la industria mexicana, que tal comi-
;

dero el arreglo del comercio extrangero en las intro-


ducciones de los productos de su industria. Ahora, en
mi juicio, es necesario fijar • la base viateriat de ella,
y levantar un pían formal para organizar la industria
de un modo seguro e ilustrado.
A estos dos interesantísimos objetos se dirige el
opúsculo, que con el tiiulo de Pensamientos para la
regeneración industrial de México, tengo el honor de
dedicar & V% E., y respetuosamente le suplico, lo ad-
mita bpnjgno, disimulando los grandes defectos que de
presente y mas en lo futuro se encontrarán en mis jui-
cios, qve si algo merecen en la consideración de V. E.
y en la de todos mis compatriotas, será por la mma
bondad del carácter mexicano, desde el primero hasta
$1 Último de sus individuos, y porque están persaudi-
das, que mis producciones no son resultados de lecturas
qe autores de otros países, porque no puedo hacerlas,
sino originalmente nacidas en mí, por la observación y
por mi ainor patria: asegurando asimismo ó V. E., que
cada una de sus párrafos es un sacrificio tan cruel,
como voluntario, que mi quebrantada salud ha ofrecido
á mi adorada Patria; por cuyos adelantos estoy dis-
puesto d feaecer. ¡Dichoso yo si asi sucediese! ¡Di.--
chpso si mis compatriotas se persuaden de mis pensa-
mientos! ¡jQichosa sin fin, si agradase á quien de todo
say deiidov!'!!
Repita á V. E. me dispense su alta protección
en, el caso'presente, y que reciba en su persona los tri-
buto» qy,e WH. la mas libre voluntad ofrece á sus con-
ciudadanos el, menor de ellos.... y es de V. E. muy
afecto, y respetuoso subdito, servidor y constante amigo
que con /« mayor atención L. B. L. M.—ESTEVAN DE
ASTtTJjíAlJtOV
Puebla Septiembre 2 2 de 18SZ.
PENSAMIENTOS
PARA LA REGENERACIÓN INDUSTRIAL

DE MÉXICO.

INTRODUCCIÓN.

ESDÉ que tengo uso de raíon, he oído á todos los h o m -


bres de todas calidades asegurar, que en México no es posible;
establecer Gosa alguna de la industria, con la economía y per-
fección que se acostumbra en Europa; en razón de que abun-
dando por la naturaleza la plata en nuestro país, este metal
tiene menos valor estimativo en México que en Europa, y que
por esto la moneda de plata también lo tiene, de que resulta,
que la cantidad de plata moneda, que señala el estipendio d e
la mano de obra, es mayor que en Europa, y que por esto
el costo de nuestra industria siempre ha de ser mayor que en
aquellos países.
No obstante que ya han pasado algunos años, desde
que gozamos de independencia y libertad, aun se conserva esta
creencia en la generalidad de los mexicanos, con exepcion de
algunos sabios, particularmente de los que han desempeñado
empleos altos, los cuales de buena fé, después de haber ocu-
pado su memoria en aprender los principios y preceptos de
la economía política por la lectura de los autores ultramarinos,
se han apasionado tanto á estas teorías, que no solo se per-
suaden de que es posible fija* en México la economía manu-
facturera, al tanto que se halla en las antiguas y expertas sa-
ciedades atlánticas, sino que esto se puede conseguir acá, SÍR
que las leyes nacionales favorezcan los primeros pasos de la
industria: esperara que esta por si sola se ha de crear, sin mas
estímulo que la necesidad personal; y como que por desgracia
ésta abunda en México, de ahí quiza deducen la posibilidad:
esta nimia confianza ha causado grandes atrazos á nuestros pro-
gresos industriales: hubiera sido disculpable al segundo año de
nuestra emancipación; pero que después de 17 años de inde-
pendencia, de atrazos y desengañas se sostengan estas opinio-
nes * . . . ¡es lamentable! El sentido público, los datos que e x -
hiben los nuevos establecimientos y la buena fé de los opinan-
tes, hará que abjuren tan perniciosas creencias; y yo por ahora,
después de tributar, debidamente, á los Sres. del Congreso
pasado y del Ejecutivo presente las gracias, (á nombre de la in-
dustria patria) por haber fijado el tiempo para la prohibición
de artefactos gordos de algodón, haber gravado la hilaza y man-
tas extrangeras, y declarado libres de derechos en la circulación
interior to>las las manufacturas de algodón, lana y seda del país;
paso á ensayar un raciocinio, dirigido á desengañar en la primera
parte á los que creanque en México nada económico se puede esta-
blecer en industria; porque el poco valor estimativo de la plata no
permite la baratura de los jornales. Presentaré los apuntes sobre
las providencias legislativas y gubernativas, que en mi concepto
son necesarias para formar el plan económico político de Mé-
xico. Y por último, en la segunda parte de este escrito, es-
pondré las ventajas que en mi concepto sacarán la riqueza,
civilización y poder de México por la explotación del hierro
indisena, y por el establecimiento de las fábricas de construc-
ción de máquinas é instrumentos finos, para el uso de las a r -
tes y de la a g r i c u l t u r a . . . . ¡Compatriotas! la materia es tan
interesante como ardua; mis talentos cortos; p e r o . . . . JOS j u r o
que mi intención es sana! por esto pido vuestra atención ó
indulgencia.
(7)

PRIMERA PARTE.
.Apuntes para formar el plan eccnÓmico • político de
México, tomando por principio el valor de la moneda^
con relación á la cuota de los jornales, .

a moneda de plata está escasa?


R. Esta escasa, comparativamente á la que algún tiempo cir-
culó; pero siempre es mayor su ecsistencia en México,
que en cualquiera otra parte del mundo, en proporción dé-
los moradores y sus consumos.
P, ¿Pues siendo asi, como que aquí ecsede la cantidad de
moneda de plata con respecto á otros países, y que la
plata es un artículo representativo de todos los objetos,
según los economistas, permutable como cualquiera otro, y
que baja ó sube, según su escasez ó abundancia; de aqiii
provendrá que la moneda de plata goce entre nosotros
poco valor estimativo, por esto la mano de obra será mas
cara, y por consecuencia todos los objetos de comodidad
y necesidad del hombre, cuesten mas que en otros pueblos?
E. Concederé que en México se estima menos la moneda de
plata, porque está mas abundante; pero esto se entienda
solo, cuando representa su propio ser físico, esto es, metal
precioso, v. gr., una copa ó un caudelero de plata maciza,
tiene mas mérito para un europeo, que para un mexicano;
pero en cuanto á su valor como signo legal ó moneda,
n o vale menos, en todos los cambios por artículo de nece-
sidad ó comodidad; porque en México, aunque circula mas
moneda de plata, no ecsiste mas moneda que en cualquie-
ra otra Nación de las de Europa; porque allá abunda mas
la de cobre y otros metales y muchísimo papel moneda,
los cuales tienen también un valor convencional represen-
tativo y legal, como la moneda de plata, para permutarlo
por cualquiera objeto de vida, ó de comodidad: luego la
moneda de plata no vale menos en México para el mer-
cado, que en otros paises, y por rigorosa consecuencia» la
cuota de los jornales no es mas cara que en aquellos, (1)
luego el mayor valor de los artículos de vida y de co-
modidad, que generalmente se cree ecsiste en nuestro país
(8)
con respecto á otros, si acaso fuera cierto, no provendría
del poco valor estimativo dé la moneda d e plata, ó ca-
restía de los jornales, sino de otras, causas naturales 6 a c -
cidentales. Una opinión particular contra la común. E n
México, son generalmente mas caros los artículos para el
vestido; pero los mas acostumbrados é interesantes para
el alimento y la habitación, cuestan acá menos que allá.
El Barón de Humbólt, comparando los jornales del campo
de'México, con los de Francia y tos Es-tados Unidos, saca,
que en México son mas bara tos con respecto á Francia,
á saber: 10 en. México 12 en Francia: 10 en México 23
en los Estados-Unidos. (Ensayo pqlkliio tom.2 pag. 301,)
Si los jornales del campo son mas baratos, deben serlo
sus frutos. Probado esto por una declaración fidedigna,
n o puede creerse, que el poco valor estimativo de la plata
en nuestro suelo, ó la carestía de los jornales, sea la
causa directa del mayor costo de las ropas en él.
P. ¿Pues de qué nace el que los alimentos y la, habitación
sean acá mas baratos que a!Iá ?

R. De una razón irrecusable, porque proviene de la n a t u r a -


leza, esta es, que nosotros habitamos y trabajamos sobre
una superficie muy estensa y pingóle, para corta pobla-
ción, y por esto abundan mas qué en otros pueblos, el
pan, las carnes y las legumbres para el alimento, (2) y por
los mismos principios, abundan también para, la habitación,
maderas, caí y piedras, y esto es una nueva prueba de
q u é la moneda no tiene absolutamente para todos los obje-
tos necesarios, un demérito comparativo entre nosotros y
otros pueblos, y por ello se hace indudable, que la cuota
de los jornales no es mayor que en otros países fabrican-
tes: luego es un error haber creído, que la abundancia d e
plata en nuestro suelo, sea causa de los mayores precios,
absolutamente, de todos los objetos de vida y de co-
modidad, con respecto á otras sociedades, y según esto
parece muy obvio y racional convenir, que las telas, que
entre nosotros están íñas caras que en otras naciones, n o
influye en su alto precio la abundancia d e la moneda da
plata, ó la cuota de los jornales.
P. ¿Pues por qué contando con un terreno tpn fértil, que
produce en grande abundancia, todo lo necesario para el
alimento y la habitación, y que por este mismo, princi-
pio, da muchos y puede ofrecer todas las primeras m a -
terias para eL vestido, y cuando, se ha probadp,. que la
«anudad d* moneda circulante no es aquí mayor que en
otros países fabricantes, y que por esto no presenta obs-
táculo para la economía jornalera, vale acá tanto la ropa?
R. La respuesta salta sola y se presenta convenciendo: están
en México mas caras las ropas que en Francia é Ingla-
terra, que son las naciones que mas construyen, no por-
que el precio de los alimentos, de la habitación, de las pri-
meras materias para la construcción, el valor de la m o -
neda y el precio de los jornales no permitan economía
para el de las manufacturas; sino porque estamos muy atra-
sados en las artes, mecánicas.
P. Pues acá conocemos las mas útiles, hilamos, tegemos, &c.
R. Es verdad; pero desconocemos muchas, y mas que toda
obramos en ellas con apatía y.torpeza: nos ocupamos m e -
nos tiempo del que en aquellos países se ocupan los h o m -
bres, y carecemos de dirección ó maestros, y de instru-
mentos, y por esta causa hacemos poco y malo; porque
no obramos con constancia y con ahorro de tiempo,
fatiga y brazos: en las antiguas é ilustradas naciones, se
opera con todas estas economías y ventajas, y por esto
s¿'caií sus artefactos tan baratos, que les permite venir á
vendérnoslos, aun á mas corto precio que lo que nosotros,
no obstante nuestras regalías naturales, podemos hoy cons-
truirlos, y esto es apesar de los grandes gastos que tie-
nen que erogar para conducirlos á nuestro país, después
de los cuales todavía retoman al suyo, no solo sus costos
principales, sino una utilidad liquida capaz de.alimentarlos,
vestirlos y alojarlos mejor que nosotros; sin embargo de que
la moneda, genéricamente tomada, no vale menos acá que
allí, y no obstante, que como se ha probado, el alimento,
la habitación, los jornales, y aun (as primeras miaterias
para la construcción, son para ellos mas costosos, por una
razón natural, inversa á la que á nosotros favorece, ella
es, mas corto y menos fértil terreno, para numerosa po-
blación.
P . ¿Luego es posible el establecimiento de las artes mecáni-
cas con la misma economía que las naciones ilustradas,
por medio de lo cual abaratarán las ropas, y se echará el
colmo á nuestra felicidad?
R. No solo es posible, sino qué nuestras ocupaciones fabriles,
pueden llegar algún día á ser mas productivas para n o -
sotros, que para ellos lo son las suyas, en razou de que
trabajaremos con menos costo que ellos, por la mayor ven-
taja, que nos da la naturaleza para los artefactos, en un
2
exhuberante y extenso terreno y benigno clima; éste, no
motiva tantas necesidades en el alimento, habitación y ves-
tidos, y aquel produce lo que satisface estas necesidades,
y también las primeras materias á precios muy cómodos,
de lo cual resultará, precisamente jornales y artefactos ba-
ratos. También nos hallamos mas distantes que ellos, de
los disturvios que se originan en el grupo de las na-
ciones civilizadas de Europa, que á cada rato perjudican
los progresos de la industria, y mas inmediatos á mer-
cados ricos, y hasta ahora destituidos é ignorantes en la
industria fabril. Por medio d¿ los progresos en esta nues-
tra agricultura cereal y tropical, hasta hoy redundante por
falla de consumos, y nuestro -comercio de lo interior pa-
ralitico por escrcez de producciones propias, que le den
acciun, tendrán un crecimiento asombroso; asi como toda
la sociedad seguirá una marcha lirme, magestuosa y se-
rena por medio de la población, ilustración, riqueza y el
buen gusto que en ningún país han tenido otro origen, prin-
cipalmente, que la perfección de las artes mecánicas; en una
palabra, podemos lograr perfección, abundancia y baratura
en los articules que cubieu la necesidad y comodidad riel
hombre, y además nos quedará de muchos un sobrante,
que unido á los metales y frutos cereales y preciosos que
también nos sobren, los permutaremos con nuestros h e r -
manos, de otras partes del mundo, por aquellos artículos
que á nosotros nos falten; pero ¡aun estamos muy
distantes de llegar á presentar este cuadro alhagüeño que
he d e l i n e a d o ! . . . . ¡tenemos antes muchos obstáculos que
remover, y gran constancia que probar, para llegar al a p o -
geo de la felicidad que me he figurado!.... no obstante,
¡nada hay imposible al hombre cuando procura los medios!
¿Pues qué, no bastará para poner nuestra industria fabril,
en el grado de prosperidad necesaria, el hacer venir maes-
tros y máquinas?

Mucho haremos trayendo maestros y máquinas; pero esto


no basta; es menester simultáneamente poner en acción los
elementos que nos son propicios, y remover los obstáculos
que se presentan.
¿Pues cuales son unos y otros?
Por ahora me ceñiré á apuntar los mas principales, (y
son las siguientes), exponiendo después acerca de la que
yo considero la base material, el instrumento mas análogo
para obrar en la regeneración industrial de México.
(11)
APUNTES.
1. ° ¿ ¿ ^ a creación de las juntas directoras de la industria, por-
que ellas han de dirigir las operaciones de la industria
agrícola y fabril, cosa indispensable en nuestros atrazos
económicos.
2. ° La colonización de las costas para aumentar los consumos
y la agricultura tropical, y sacar las ventajas con que la
naturaleza y la localidad brindan.
3..° El aprecio y remuneración á los que" con acierto y cons-
tancia se dediquen ó aventajen en descubrimientos y fo-
mento de la industria, para despertar por el m a s poderoso
. estímulo, que es el interés, el fecundo ingenio mexicano
en favor de objetos productivos y nobles.
4. ° La propagación de las plantas y animales exóticos, y de
los no cultivados y procreados utilmente hasta aqui, para
que crezcan los ramos del campo, y proporcionar baratas
las primeras materias á la industria fabril.
5 . ° Los caminos y canales, porqué sin ellos es imposible t e -
ner una económica y provechosa comunicación, y se harían
inútiles los esfuerzos de las artes, de la agricultura y del
comercio;
6 . ° La formación de una estadística de población, productos y
consumos con un mapa geográfico, para conocer el ori-
gen de nuestras necesidades y recursos, y aplicar reme--
dios oportunos.
7. ° La relajación absoluta de las leyes sobre el mutuo usura-
rio; para poner en circulación productiva los grandes ca-
pitales depositados en monedas y alhajas, que boj uada fruc-
tifican, ni á sus dueños, ni á la riqueza pública; y t o r -
tar con sus propios filos ese tráfico usurario, que egercen
unos pocos capitalistas, tan destructor del erario público
y de todo individuo laborioso, cuando se halla obligado á
ocurrir á préstamos y enagenaciones de créditos contra la
hacienda pública.
8 . ° La clausura de algunos puertos., cruceros marítimos y le-
yes muy severas, para minorar el contrabando, que repre-
senta la insondable fosa donde se sumergen los esfuerzos
de nuestros artistas principiantes, y el tesoro y crédito na-
cional.
9 . ° La reducción de los días festivos, para no perder tiempo
en los asuntos de la industria honesta y productiva; a u -
(12)
mentar los recursos de subsistencia, abaratar las manufac-
turas y mejorar las costumbres religiosas, civiles é indus-
triales, precaviendo los vicios de nuestros trabajadores.
10. Conservar • la moneda de cobre en la circulación con el
tipo que hoy goza, para que nuestra industria mecánica,
contando con mayor cantidad de moneda sobre que cam-
biarse, con menos demérito que la industria extrangera,
pueda alternar con esta mientras aquella sea incipiente é
imperfecta y no económica; y bajo esta salvaguardia vaya
progresando en términos de ir excluyendo aquella de nues-
tros mercados en muchos renglones. (3).
11. El dividir el cobro de los derechos marítimos para difi-
cultar el contrabando, para beneficio directo del erario na-
cional, é indirecto de la industria.
12. Formar tratados de comercio con España para poder i m -
portar en la Isla de Cuba y demás antillas españolas, los
artículos de industria rural (principalmente las harinas) bajo
derechos cortos. Tal VPZ convendría hacer los mismos tra-
tados con 'as repúblicas independientes, situadas en el ter-
reno que fué conocido por costa firme. Por estos medios
nuestra agricultura cereal gozaría de un mercado mas a m -
plio para espender lo mucho que le sobra de sus p r o -
ductos. (4).
13. El estancamiento del aguardiente ú otra medida para dis-
minuir el uso de este veneno paulatino pero effctivo, de
que provienen las mayores desgracias á la ¡jeme artesana
con grandísimo detrimento de todi la industria, no me-
nos que de la moral religiosa, de la salud particular y
de la paz y bien estar de las familias.
14. El establecimiento de fábricas de construcción de instru-
mentos modernos y la explotación del fisrrp, porque esto
debe considerarse el preliminar, la introducción, la base
material de toda la industria. Hablaré con extensión sobre
este párrafo en la segunda parte.
15. El que las f-ibricas de hilados y tegidos no puedan fijarse
sino á 25 leguas de las costas, para quitar la ocasión de
abusos de contrabandear los hilos ú telas estraños, a m p a -
rados por las f.bricas cercanas á los mares, y de lo que
se seguiría gran detrimento á las demás fábricas naciona-
les y al erario público.
16. La persecución á la ociosidad es medida indispensable en
un pueblo, que ubicado en un suelo por estremo fértil y
que careciendo de ideas y de estímulos para usar en su
beneficio la munificencia divina, acaba de salir de la t u -
(13)
tela capciosa de una metrópoli, que consignaba 1* segu-
ridad de su dominio sobre la holgazanería, que siempre
produce la ignorancia, la pobreza y la degradación.
17. La prohibición absoluta de todas las manufacturas estra-
ñas, que probadamente nosotros podemos construir de un
modo fácil y barato, es la base de toda la reforma eco-
nómica de México. La prohibición de dichos efectos, es p r o -
piamente el arreglo del comercio exlrangero: ella es el
mas eficaz estímulo, la única garantía que se puede p r e -
sentar á los mexicanos para adelantar en las arles me-
cánicas, moviéndolos á empresas tan costosas, como a r -
riesgadas y desconocidas, siendo asimismo la mejor p r e -
caución, que se puede oponer al escandaloso y muy r u i .
noso contrabando, que se hace por toda nuestra larga lí-
nea circumbalar, y del cual ha venido secundariamente el
aniquilamiento de nuestra tierna y torpe indo^tria, y el
estado angustiado y bochornoso en que está el erario na-
cional, y de todo junto, la revolución, la ignorancia y la
pobreza que nos ha asistido y nos acompañará, en tanto
que el pueblo no halle abundante ocupación útil y honesta,
y que el gobierno solo cuente, para hacerse respetar, con
los auxilios precarios que le ministran las mercancías fo-
rasteras, constantemente cercenadas por los contrabandos y
por las repetidas negociaciones agióticas. La prohibición
por último, es la base moral da la industria.
?. ¿Sería muy conveniente hacer en seguida de lo .espuesto,
un análisis critico del estado que guardan hoy en México
cada uno de los puntos señalados?
R. Algunos de ellos ya se hallan circunspectamente esplicados
en un cuaderno titulado: «DISCURSO ANALÍTICO DE AL-
GUNOS PUNTOS DE MORAL Y ECONOMÍA POLÍTICA ME
MEXICO." La exposición sobre los otros apuntes se omite
en obsequio de no molestar con la difusión. Baste por
ahora haber probado:—1. ° Que la moneda no abunda mas
en nuestro país que en cualquiera otro fabricante — 2 . °
Que no es cierto que los jornales son mas caros acá.
3 . ° Que los alimentos y la habitación cuestan menos en
nuestro suelo,—4 ° Que las primeras materias para fabri-
car telas, algunas ya son mas baratas que en Europa, y
que las que faltan lo podrán ser con el tiempo — 5 °
Que la causa porque entre nosotros las ropas están caras,
es porque nos hallamos ignorantes en las artes mecánicas,
porque nos dedicamos poco á ellas, y porque carecemos
de instrumentos y conocimientos.—6. ° Se ha dado una
idea fundada en la naturaleza de que algún dia nosotros
podremos sobreponernos en manufacturas á todas las po-
tencias que hoy las poseen en grado e m i n e n t e . — 7 . ° ¡Se
ha manifestado que no obstante nuestras prerogativas na-
turales, nada podremos adelantar en nuestra industria, ilus-
tración, quietud civil y riqueza, mientras no se atienda
con mucho esmero por el gobierno, el poner en acción
los elementos favorables ya indicados, y en remover los
obstáculos unos y otros comprendidos en los apuntes asen-
tados, y se insiste que el cardinal de todos ellos es el ar-
reglo del comercio exlrangero 6 sea la prohibición de los
renglones que nosotros podamos construir fácil y econó-
micamente.
Voy desde luego á exponer sobre las fábricas de cons-
trucción de máquinas y explotación de hierro como antes he
-ofrecido.

\
(15)
SEGUNDA PARTE.
Exposición de las ventajas que deben resultar á la
industria y riqueza de México por la explotación del
hierro, y por el establecimiento de las fábricas de cons-
trucción de máquinas é instrumentos finos para el uso de
las artes y de la agricultura.

^J¿JA explotación del fierro es tan necesaria para formar la


riqueza nacional, que imposible sería, que ningún país hiciese
grandes progresos en sus artes y en su agricultura, ú no se
dedicase á este objeto primordial de la riqueza; porque el
hierro es la materia general, casi única, la mas económica
para construir todos los instrumentos, con que el entendi-
miento humano, por medio de los sentidos, _ pone en egecu-
cion sus ideas útiles. La Inglaterra, no obstante que com-
pone un terreno estéril, y un clima duro; es indudablemente
.¡a nación mas rica, y si averiguamos el origen de esta riqueza,
la hallaremos, puntualmente, en la abundantísima explotación
de minerales de hierro, lo cual ha dado ocasión á sus natu-
rales, de hacer repetidos ensayos, sobre los modos de obrar en
las artes y la agricultura, con suma economía y perfección por
medio de instrumentos análogos.;
En México, las mas .palpables ventajas que ofrecería á
sus hijos la explotación de este metal, vista esta operación ais-
ladamente sería la de ocupar en ella alganos miles de perso-
nas, y gran número de animales en su deseutrañamiento, y con-
ducción a los lugares de beneficio; y entiéndase, que estas
ventajas públicas no serían mezquinas, en un país, en donde
la carencia de buenos instrumentos, es casi absoluta.
A pesar de esta escacez de instrumentos, bien puede
calcularse, que anualmente damos al extrangero cerca de un m i -
llón de pesos, por el hierro y acero que le compramos. ¡Ver-
gonzoso es volver la cara hacia los tres siglos que hemos p a -
s a d o ! . . . . Nadie creerá, que Jeniendo minerales abundantísi-
mos de hierro en varios puntos de nuestro suelo, siendo su
elaboración sencilla, hayamos pasado por épocas de guerras e x -
teriores é interiores en que un quintal de este metal haya va-
lido en nuestro mercado cien p e s o s ! . . . . ¡Abran los ojos nues-
tros gobernantes, y averigüen la verdad de lo que acabo de
decir! Tenemos indudablemente minerales de liierrp en varias
situacioues ¿y aun consentimos expatriar un millón de pesos
(16)
para pagar -el hierro e x t r a n g e r o ? . . . . si tal siguiera sucedien-
do, justamente se nos podria calificar de imbéciles.
La ciencia y arte mineralógico, que son regionales en
México, ganarian mucho por descubrimientos sobre el metal
m a s interesante al hombie.
La explotación del hiero motiva la de los adelantos en
la construcción de los instrumentos: este es el grande interés
de la explotación: ella no puede tener otro fin, que el de
fundir este metal, batirlo y tornearlo en formas útiles, aplica-
bles para proporcionar mas descanso al hombre, y mas eco-
nomía y perfección en los artefactos, asi como en las opera-
ciones rurales.
¿Qué seria la rica, fuerte y generosa nación inglesa, qué
serla la Francia y todas las potencias civilizadas del antiguo con-
tinente, si los instrumentos que usan en sus operaciones industria-
les, no fuesen mas finos, si no proporcionaren mas economía y
perfección, que los que usaban estos pueblos en principios del
siglo pasado? Es tan diverso y aventajado el estado de la industria
Europea, comparado aquel tiempo con el presente, que no pa-
rece temeridad el asentar, que la parte meridional de Europa
que hoy se ostenta tan rica, civilizada y poderosa, debe todo
su engrandecimiento á sus felices descubrimientos sobre la ma-
quinaria, ó sea instrumentos fines para operaciones fabriles y
agrícolas
Los mexicanos sobre un suelo extensísimo y feraz, com-
ponemos una nación pobre y no fuerte, y si se toma gene-
ralmente, ignorante. Si atentamente se reflecsiona sobre sus atra-
zos, se concluirá creyendo, que ellos provienen principalmente
de la torpeza y escacez de nuestros instrumentos, para obrar
en las ocupaciones útiles, porque es iniudable que, honesta-
mente hablando, el hombre tiene en proporción de lo que pro-
duce, y siendo los instrumentos, que para la producción usan
los mexicanos, torpes y escasos, es preciso que su estado sea
pobre, y acompañado de los demis def.ctos que son como na-
turales al que no sabe; porque no tiene aquella porción de r i -
queza y de tiempo, para dedicarlo a la instrucción.
En las fábricas de construcción de instrumentos, se ocu-
parla un número grande de mexicanos, directamente y en la
misma proporción aumentaría la riqueza, el censo y la mora-
lidad del pueblo por medio de la ocupación útil y honesta.
Grande debe ser el número de fábricas de construcción
que se necesitan para cubrir nuestra escacez de instrumentos
finos y su reparación, y considérese ¿cuánta seria la porción
de metales y otras materias, empezando por el hierro nacional,
la madera, & c , qué se necesitarla para abastecer estos esta-
blecimientos? y ¿cuánta sería la riqueza nacional que .se . m o -
:

vería directa ó indirectamente por estas, causas? .


La idea de fijar la primera fábrica de construcción con
hierro del país, envuelve forzosamente la de traer^ á. él artistasr
hábiles de . los diferentes oficios de la construcción de instru-
mentos finos, radicando y vulgarizando la ciencia y arte de cons*
truirlos, y de la baratura, abundancia y c e r c a n i a . d e ellos, se
sigue !a de REGENERAR, variando los, modos, toda la indus-,
tria. Me esplicaré nuevamente: el establecimiento de las fabricas
de construcción, nos proporcionará Crear fácilmente bunios ar-
tistas indígenas de todos l.os oficios, buenos instrumentos- para
todos ellos; y últimamente, dar á .nuestros; productes; fabriles y
rurales economía muy aventajada.¿ la que hoy^ tienen:.por esta
economía mayor facilidad .para su ¡expendio, por él mayor i m -
pulso á nuestro comercio .interior, y por todo junto una c o -
losal sabiduría, riqueza y poder á. nuestra 'sociedad. .
. El afán de fomentar la industria mecánica y rural intro-
duciendo del extrangero instrumentos, como se ha, empezado á
egecutar desde el año d e 3 1 , sobre ser-poco económico, es p r e -
cario y moroso, y nunca podría llenar plenamente Ja idea de
abaratar las manufacturas, ocupar gran número de brazos, e m -
plear gran cantidad de.; materias, fomentando su .cultivo, y final-
mente, enriquecer, civilizar y fortalecer nuestra república, por-
que J a Europa está, muy distante .de, npsotr.p$, El comunicar-
nos con ítlla para estraer intsrumentps, ecsige grandes riesgos,
gastos, y demora que pocos quieren; arrostrar, porque asi. lo
aconséjala prudencia y lo repugna.nuestro carácter no acostum-
brado á las empresas largas' y difíciles.. Los costos, d e los.ins-
trumentos traídos de Europa y. el Norte son enormes, y por:
esta, no debe esperarse q u e . nosotros; emprendamps .obrar .so-
bre industria, con la actividad y abundancia que es necesaria.
Mientras no tengamos en el país fabricas de, construc-
ción, ni se introducirán en él artesanos, extrangerqs,-.como con-
viene, ni podrán formarse buenos maquinistas, que atiendan á
la reparación de Mas piezas que diaiia.mfip.te sé inutilizan .en los
establecimientos de nueva orden, de, consiguiente, ,.,es^as no pp*
drán conservarse, ni par ellas formarse,|a-riqueza; pacional,.. ni
la civilización, ni el poder. ¡ . V • )
Mientras no tengamos fábricas d e , construcción-de ins-
trumentos, las materias para los usos de la industria no pueden,
ser baratas^ porque careciendo de abundancia <je instrumentos
lmo<s y baratos, es preciso que todos los oficios que contribuyen
& crear la materia, á transportarla y á darla diferentes m a -
neras artísticas y rurales, que requieren las hechuras de la i n -
dustria, obren sin economía.
E n las fábricas de hilados, que hoy se hallan estable-
cidas por el estilo moderno, se palpan cada dia grandes p r u e -
bas en favor de la economía manufacturera, que proporcionan
las fábricas de construcción: por egemplo, los desperdicios en la
filatura que quedan diariamente y montan á mas de un diez por
ciento del algodón que entra en las máquinas, se pierde ahora
porque no hay fabricas de papel y otra clase de artefactos k
que en Europa y en el Norte se dedican estos relieves. Si
hubiera fábricas de construcción, la maquinaría para hacer p a -
pel seria barata, y habiendo abundante materia en los desper-
dicios de las casas de hilados, la economía de estas sería m a -
yor, al paso qué fomentarían la construcción de papel, que es
u n renglón de mucha importancia en todo país civilizado, p o r -
que su. abundancia obra tanto en favor de la ilustración pública.
No es menos atendible para radicar en México la cons-
trucción dé instrumentos, si se considera la poca estabilidad, la
precaución y alguna vez la superchería que la política de los
gabinetes presenta muy á menudo contra los adelantos de otros
pueblos. La, Inglaterra es la que da al mundo mas egemplo
de filantropía, y nunca ha consentido extraer dé sos abundan-
tísimas fábricas las muchas máquinas qué para hilar y teger
el algodón le sobran, y que -vivificarían la' industria de otros
países. Hoy la Francia, los Estados. Unidos y otras potencias
permiten dicha extracción; pero mañana por razones de política
ú otras causas, como guerra, &c. impedirán á los mexicanos el
traer los ihstrumentos de su industria desde aquellos países, y
en tal evento, ni deberían esperarse progresos en ella, ni aun
conservársela ya establecida; p e r o . . . . ¿no se puede tener m u y
justamente por ignominioso á México, que contando con todas
l a s materias para la construcción de las máquinas, hombres
abundantes é idóneos, y materiales para muchos artefactos, está
sujeto para siempre á implorar la protección de pueblos estre-
nos y sujeto á las medidas de política, á los accidentes d e
los elementos y á la mala fe de los hombres para proveerse
p o r precios caros de los instrumentos mas necesarios para sus
ocupaciones productivas?
¡¡Mengua del carácter nacional sería no ensayar el l e -
vantar alguna fábrica de construcción de instrumentos finos, que
usase precisamente desde cierto tiempo el hierro y otras m a -
terias nacionales y los brazos de estos!!
(19)
Ciertamente que las primeras empresas de esta calidad
han de ser muy costosas, difíciles y arriesgadas; pero no falta-
r á n mexicanos, que poseídos de un ardiente espíritu patrio, darán
pruebas de aptitud y carácter para estos trabajos. El que sus-
cribe, algún dia á la vez de haber consumido un considerable
caudal propio en la erección de una gran fábrica de hilados
de algodón, que opera expedita y benéficamente á inmedia-
ciones de esta ciudad, fué por mucho, tiempo zaherido y d e -
primido altamente; pero los efectos de sus trabajos y sacrificios
han demostrado, que un, hombre puede mucho cuando sobre u n
regular fondo de capacidad intelectual y un carácter firme^estáL
inflamado en un noble interés personal y público.
E n virtud de todo lo expuesto, exhorto y suplico r e s -
petuosa y encarecidamente á la augusta y soberana Asamblea
Nacional, á que para conseguir por el mas pronto y seguro
medio, el fijar sobre bases sólidas el regenerar la industria útil,
se dicten leyes y providencias gubernativas, bajo los principios
& apuntes que tenga asentados en la primera parte de éste
escrito, y que se- faculte al egeeutivo, para que osando, si fuere
preciso, de la munificencia, y caudales públicos, promueva
el establecimiento.de una ó mas fábricas-, de construcción de
instrumentos modernos para las .ocupaciones rurales y fabriles,,
siempre que para la dicha construcción se use de materias J
brazos indígenas desde tiempo determinado.

Puebla Septiembre U de 1837.

Estevan de Jlntuñano.

i*
(20)
JVOTrfS.

(!•) JEL o he incurrido en creer que la abundancia de


'plata en nuestro país, hacia demeritar el valor estimativo de
la moneda, y por esto los artefactos que necesiten mucha ma-
no de obra, los Consideraba poco convenientes para ocupar
'nuestros brazos de un modo que subiendo los jornales mas
'de lo que ahora son, las manufacturas siempre pudieran darse
'á un precio equitativo y favorable al consumidor: asi lo he
asentado en mis opúsculos sobre industria; pero habiendo re*
'jlecsionado reformo mis ideas.
(2) En París vale la carga de trigo del mismo peso
'de la nuestra 6 pesos: en el Bagio d Celaya vale de 4 d 5 ,
'es verdad, que conducido á las poblaciones mayores aumen-
tarían considerablemente su precio, en razón de los malos ca-
minos; pero esto debe considerarse para nuestro cálculo, ac-
cidental, no natural. ¿Suvirtiéndose, que el maiz, frijol y
demás legumbres que forman el principal alimento de los jor-
naleros, tienen aqúi unos valores tan ínfimos, como en ningún
'otro país, y cuando la agricultura, consiguiendo expendio, se
Hlüstre en sn modo de obrar, y los caminos mejoren; todos
los alimentos bajarán de preció, y entonces, los menestrales amt
con la misma cuota diaria que hoy gozan, tendrán mejor
pasar, y las manufacturas serán mas baratas.
(3) Se dice que se va d concluir un préstamo para
amortizar la moneda de cobre. Este ha sido vn gmit mal
para nuestra sociedad: entonces un banco de amortización hu-
biera evitado enorme quebranto á los particulares, y el des-
crédito del gobierno; pero ahora debemos tenerlo mayor si
ella falta. Reducida hoy á un i)a!or' aprocsimalivo á su in-
trínseco, no hay que temer ya los abusos de la criminal acu-
ñación: esta moneda para nosotros es un signo convencional
q"e basta para esplicar el valor de los objetos de nuestra
industria, y animar á ésta con ventajas á la extrangera, qus
admite con disgusto y demérito nuestras señales de este metal r

representativas de valares d.e su industtia: es decir, los ex-


travgeros quieren solo moneda de plata en cambio reciproco
de sus nacionales productos, nns conformamos con reci-
bir moneda de cobre, porque asi nos cotí viene mediante á
que el precio nacional convencional de ésta ya se oprocsima
al intrínseco, y que con él circula fácilmente en cantidades
en los puntos de nuestro territorio,, y de aqui resultará, que los
(21)
productos de nuestra industria nos serán mas lucrativos ente
sucesivo, y recebirán grande impulso contra las de ellos, por-
gue cuentan aquellos con mayor cantidad de numerario para
su cambio. Si la moneda de cobre se amortizase nos vacia-
rían de plata los extrangeros, y la. mayor parte de nuestros
artefactos, mas destituidos por ahora del mérito de la econo-
mía y de presencia, se harían invendibles, porque no habrá
moneda de demérito que facilite su expendio, y porque nues-
tta pobre industria fabril no podrá en mucho tiempo aspirar
á cambiar en plata en alternativa con la estraña. Según lo
espuesto, el negociar un préstamo con perjuicio en él, con el
objeto de quitar la moneda de cobre de la circulación, equi-
valdría á comprar á carísimo precio un fino instrumento para
agotar con él la sangre de su propio cuerpo. Mi opinión,
aunque torpemente manifestada, es, que la moneda de cobre
no debe moverse del valor que hoy le da la ley, el público
la va apreciando mas, d proporción que se va adquiriendo
confianza, de que ya no es temible la falsa amonedación y
de que el precio legal no bajará mas: ella debe considerarse
el parapeto tras el cual solamente puede nuestra industria
fabril, mientras sea débil, contener la invasión de de la es-
traña. Se me podrá decir, que mientras la moneda, de cobre
tenga algún demérito, este lo reciente sin compensación, lo
mas menesteroso de la población, el jornalero, que si la mo-
neda de cobre ha de quedar circulando, seria preciso aumen-
tar los jornales. Respondo: si á los jornaleros no les alcan-
zase la cuota del jornal pagado en cobre por el demérito de
la moneda, ellos tendrían buen cuidado de reclamar su au-
mento, y cuando no lo han hecho, cuando esta moneda desme-
recía mucho de su valor legal, fué sin duda, porque no halla-
ban estos interesados dificultad en conservarse; y fué así, porque
ios artículos de primera necesidad para la mantención, principal-
mente los del campo, nunca subieron de precio mucho, aun cuan-
do la moneda de cobre, sobre que se cambiaban, perdía mucho.
Visto por otro aspecto ¿qué nación del mundo usa en
su circulación vulgar moneda de plata esclusioamente? Todas
las de Europa bien podrían hacerlo con la enormísima canti-
dad de moneda de plata que ha pasado de las Américas:
¿por qué tiene circulación tanta moneda de metales ordinarios
y papel? No en valde, porque si recogiesen la moneda or-
dinaria á cada momento, se hallarían por falta de numera-
rio en una crisis comercial, como hoy dir.en, que están nues-
tros vecinos del Norte por la misma causa; y nosotros ¿no
debemos tener igual suceso si se amortiza la moneda de co-
(22)
•iré cuando ya el público la admite con gusto, y cuando se
está palpando que la industria del país saca ventajas á la
extrangera á favor de esta moneda? No, no debemos temer
nosotros la crisis comercial, porque nos hallamos habitual-
mente sufriendo este mal: las fiebres mas fácilmente atacan
á los robustos y no á los débiles esta es puntualmente
nuestra enfermedad política, por la falta de protección que
hasta aqui se ha dado á nuestra industria.
(4) Se sabe recientemente y de un modo positivo, qut
en la Habana aun se acuerdan con aprecio de las harinis
y otros frutos de México. Algún tiempo se extraía para
aquella isla 2 5 mil tercios de harina y gran cantidad de
otros frutos rurales; pero nuestra harina hoy pagaría allí el
enormísimo derecho de diez pesos por tercio; por cuya causa
no puede ofrecer cuenta mandar allá la mucha que en los
departamentos que cultivan el trigo les sobra. Aqui y en
Veracruz hay considerable ecsistencia de trigos en momen-
tos en que se está haciendo la cosecha del presente año.
Creo muy interesante y muy dijieil formar tratados con Es-
paña para admitir en nuestros puertos su cera y otros artí-
culos de la Habana, que nada podrían perjudicar d nuestra
industria, por tal de que en aquella isla y demás españolas
del seno, se recibiesen nuestras harinas y demás productos de
nuestros campos, bajo derechos también muy moderados, pues
bien arreglado este cálculo, el ingreso de nuestro erario no
disminuiría por la importación, y nuestra industria rural po-
dría descargarse anualmente de 500 mil pesos de sus pro-
ductos rurales que de presente se hacen invendibles á precios
regulares, y por cuya causa principalmente la agricultura está
reducida, los propietaiios de ella apurados y los jornaleros
llenos de miseria.
Yo creo que el punto del cálculo de nuestro gobierno,
debería hacer poner nuestras harinas en la misma cuota de
derechos que las harinas de Santander, de modo que alter-
nasen con éstas y se sobrepusiesen á las de Orleans; bajo
estos principios deberíamos contar con exportar para la Ha-
bana mas de un millón de pesos en los artículos menciona-
dos, porque si algún tiempo salia anualmente, según el varón
de Humbolt, 450 mil pesos, hoy deberá ser mas que doble
porque en esta proporción ha crecido la población y riqueza
de aquella isla.
Este Cuaderno estaba escrito en su mayor parte hace
mas de un año,
.-(23)
APÉNDICE A L A SEGUNDA PARTE.

En comprobación de l o q u e sé ha expues-
t o ^ * l a ' s e g u n d a pkrte sobre la. necesidad ur-
g e n t e :de fijar fábricas•'• de construcción, debo
hacer presente: que habiendo despachado des-
de mayo de 836 los dueños de la fabrica de
hilado-La* C o n s t a n c i a ' m e x i c a n a un maquinista
al Norte América para hacer construir y traer
una gran colección de máquinas de hitados:
desiie que llegó éste á aquellos países, se halló
con la dificultad de la mucha ocupación que
á las fábricas de construcción de máquinas asis-
tía, por lo cual no pudo verificar contratas sino
á largo tiempo. En el mes de febrero del pre-
sente año, navegaba en la fragata americana
Alfredo la primera remesa de dichas máquinas
acompañada de otras dos colecciones menores
también para México, y dicho buque maufragó
en Cayo H u e s o cerca de la Havana. Se com-
pró la parte útil de la maquinaria naufragada
y se embarcó en el Bergantín Goleta Argos y
este también naufrago en Cayo alcatraces, per-
diéndose por último este resto de maquinaria
y el valor de su rescate. Se volvió á construir
esta en Filadelfia, y embarcada en el mes do
agosto último, en el Bergantín americano De-
laware, naufragó también sobre la Carolina, con
cuyo hecho* han quedado frustradas las mas efi-
caces medidas de los interesados para concluir
pronto su establecimiento, y por esto han su-
frido y están sufriendo los interesados y la in-
dustria grandes pérdidas, en términos que si no
(24)
estuviera tan bien establecida la parte de nía-
quinaria que opera en- la febrica Constancia,
seria inevitable la ruina de esta negociación;
todo ío que se puede precaver muy fácilmente
fijando en el país fábricas de construcción de
máquinas.
Estevan de Antuñano.

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