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fenomenología y el diálogo serían los otros dos). En suma, la teoría de campo invita al
profesional Gestalt a un pensamiento no lineal (saboteando nociones simples de causa-
efecto). Honra la naturaleza específica de las situaciones y de la gente (ningún campo
experiencial de un individuo es igual al de otro). Es partidaria del relativismo y es no-
dicotómica (por el contrario, los campos se interconectan, se superponen, y se co-
influyen unos a otros).
Como Wheeler (1991) urge a sus lectores, los gestálticos necesitan trabajar con la
elucidación de las “estructuras del fondo”, con la red de identificaciones que afectan a la
vida de la gente y que raramente reciben atención. (Al investigarlas, claro está, se
convierten temporalmente en “figura”, como Philippson [1991] ha señalado).
Como profesionales, los gestaltistas podrían volverse más curiosos, invitando a aquellos
que les cuentan algo, a que le den más sentido de campo. “Saberlo todo es perdonarlo
todo” es un viejo dicho pero es también un útil recordatorio de la naturaleza
multicontextual de la mayoría de los fenómenos de la vida. Explorar los
acontecimientos primero desde un ángulo y después desde otro puede descubrir capas
de significado. Un terapeuta “enganchado-a-la-figura” puede perdérselas fácilmente. Y
el considerar las cosas desde una “nueva luz” -como una nueva e inesperada
configuración del campo- es a menudo lo que tiene más valor.
Si lo personal y lo situacional no están divididos, sino que son vistos juntos como una
única realidad (isomorfismo), entonces los cambios en una parte del campo llevarán
también, automáticamente, a cambios en otras partes del campo. Las condiciones
nuevas alimentan cambios en el desarrollo. Las circunstancias que cambian y las
situaciones novedosas requieren -desafiándolo - que el individuo experimente y amplíe
sus posibilidades. La gente literalmente inventa nuevas formas de ser/estar para
manejarse con las nuevas contingencias. Como pasa en la vida generalmente, los
cambios en patrones habituales de conducta ocurren solo si hay en el campo suficiente
apoyo que acompañe, y que esté ligado a una invitación que empuje a “arriesgarse a
hacer algo diferente”. En la ausencia de estas condiciones necesarias en el campo, el
individuo va, probablemente, a replegarse, proyectando patrones familiares del pasado
en el presente y experimentando pérdida de contacto o vergüenza.
Lic. Nicolás Genovecio Lucía
La siguiente imagen es conocida como Ilusión de Ebbinghaus, una ilusión óptica que
pretende demostrar cómo nuestro cerebro procesa incorrectamente cierta información
del ambiente. A simple vista, el círculo naranja de la derecha parece más grande que el
de la izquierda, sin embargo, ambos poseen el mismo tamaño (mídanlos por su cuenta si
no me creen). ¿A qué se debe esto? Al contexto, en este caso, al número, tamaño y
disposición de los círculos grises.
Este fenómeno puede traspolarse a la psicología, tomando a los círculos grises como
"puntos de referencia" y concluyendo que nuestras mentes no codifican la información
("no piensan") en términos absolutos, sino relativos, haciendo constantes comparaciones
con el entorno.
demás. Lo bueno de esto es que una vez que aprendemos que los dos círculos naranjas
son del mismo tamaño podemos forzar a nuestra percepción para que los vea de la
misma manera, costándonos menos esfuerzo con cada intento, hasta el punto en que
salga naturalmente. Lo mismo podemos hacer con nuestras acciones y logros, aprender
a valorarlos por su valor intrínseco y lo que significan para nosotros sin fijarnos
constantemente en los de los demás. Se debe obrar de la misma manera cuando son los
otros los que obtienen un desempeño inferior, porque la próxima vez podrían invertirse
los roles. Esto puede aplicarse a cualquier situación cotidiana y puede servir como un
mecanismo para sentirse bien con uno mismo, sin ver a los otros como competencia ni
obstáculos. También permite delimitar las propias potencialidades y reconocer un
espacio para el crecimiento, sin creer que, porque nos desempeñamos correctamente, no
se pueda mejorar con esfuerzo y dedicación