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“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA DE DERECHO

PROYECTO DE TESIS

DOCENTE: Gladys Margarita Luján Espinoza

CICLO: IX

ALUMNOS:

● Sanchez Arce, Brisa del Cielo 1050602619 bdsancheza@unitru.edu.pe


● Uriol Morales, Fernando Jose 1510602419 furiol@unitru.edu.pe

TRUJILLO – PERÚ
2023
TAREA N° 1 : TRABAJO COLABORATIVO

1. Fundamentos para calificar al Derecho como ciencia o pseudociencia.

En primer lugar, abordaremos el porqué consideramos que el Derecho califica como una
ciencia. Para ello, es necesario saber que la Real Academia de la Lengua Española
define a la ciencia como: “es un conjunto de conocimientos obtenidos mediante la
observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se
deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables
experimentalmente”.

Al iniciarse la década de los años cincuenta, segunda mitad del siglo XX, Alf Ross
propuso la construcción de una Ciencia Jurídica. Él concibe a la Ciencia del Derecho
como un conjunto de proposiciones verificables empíricamente que requieren verse
avaladas por las decisiones de superiores como jueces y magistrados, constituyendo
así el comportamiento de los tribunales. García (2011) añade que:
Las proposiciones de la Ciencia del Derecho, según Ross, no pueden pretender
nunca una absoluta certeza, sino que tan solo pueden sostenerse con un mayor
o menor grado de probabilidad, que puede ir desde la virtual certeza a la
probabilidad escasa. La probabilidad será alta y la aserción poseerá un
correspondiente alto grado de validez, si la predicción se basa en una doctrina
muy asentada y se sustenta en una serie continua de precedentes
jurisprudenciales indiscutidos.

Posteriormente, Carlos Alchourrón y Eugenio Bulygin proponen un modelo mejorado de


Ciencia Jurídica que el presentado por Alf Ross. Señalan dos tipos de operaciones que
la Ciencia Jurídica desarrolla, entre ellas tenemos la tarea empírica de determinar qué
enunciados constituyen la base de un orden jurídico y determinar las operaciones
lógicas de sistematización del derecho.

Por otro lado, Mario Bunge (2006), a través de “La filosofía tras la pseudociencia”,
señala cuatro características distintivas en toda ciencia auténtica:
1. La mutabilidad, como la primera condición, deriva del hecho de que no existe
ninguna ciencia “viva” sin investigación, y la investigación suele enriquecer o
corregir el fondo de conocimientos. En suma, la ciencia se va modificando, es
eminentemente mutable.
2. La compatibilidad con el grueso de los conocimientos precedentes, segunda
condición, se basa en que para que una idea merezca la atención de una
comunidad científica, no puede ser ni tan obvia ni tan extravagante que rompa
(aunque sea parcialmente) con los conocimientos previos. Efectivamente, la
validez de una hipótesis de un diseño experimental está parcialmente
determinada por su grado de conformidad con los conocimientos previos
razonablemente consolidados
3. La intersección parcial con alguna otra ciencia, tercera condición, usa o alimenta
a otras áreas de investigación, deriva del hecho de que la clasificación de las
ciencias genuinas es, de algún modo, artificial.
4. El control por parte de la comunidad científica, cuarta condición, se puede
entender cuando se toman prestados problemas o descubrimientos, y se pide
que se les critique y si tienen algo interesante que decir, reciben opiniones, hasta
sin haberlas solicitado.
Al considerar al Derecho como ciencia, Ross (1994), asigna a la misma, el estudio de
los siguientes temas:
1. La interpretación del Derecho: que consiste en establecer el verdadero sentido
y alcance de una o varias normas jurídicas.
2. La integración del Derecho: mediante las construcciones jurídicas para las
relaciones sociales no previstas expresamente en el Derecho Positivo.
3. La sistematización: consistente en la ordenación coherente y lógica de acuerdo
con ciertos criterios clasificatorios del conjunto de normas jurídicas.
4. La Aplicación del Derecho.

Al considerar al Derecho como ciencia, se le atribuye que, como toda ciencia, posee un
objeto propio y un método de estudio para cumplir con el mismo. Asimismo, considerar
que, el conocimiento obtenido con el estudio respectivo se sistematiza dando lugar a un
conocimiento ordenado.
Orna (2011) señala que: “La ciencia del Derecho es aquella cuyo objeto es el Derecho
entendido como Derecho en sentido lato. Es la disciplina que estudia el Derecho”. Es
decir, que el objeto de estudio de la ciencia del Derecho es el mismo Derecho, pues
dependiendo el punto de vista en el que se observa, sea material, jurídico, político o
valorativo, se puede llegar a conclusiones muy diferentes.

En el caso de la pseudociencia, la podemos definir como subalterna de la ciencia. El


Diccionario de la Real Academia Española no recoge tal término; sin embargo,
Vasquez-Portomeñe (2021) define a la pseudociencia como: “es aquella que se
presenta o postula como ciencia, pero no lo es y si se le adscribe dicha naturaleza es
por error —cuando quien la postula de tal modo está falsamente persuadido de su
condición de ciencia— o engaño —cuando es plenamente consciente de su naturaleza
falsaria-”.

Vázquez-Potomeñe (2021) precisa que: “su relevancia para el Derecho pasa por que
haya sido usada para engañar e inferir perjuicios, cosa que (esta sí) determinadas
normas prohíben y castigan”. Asimismo, añade que la pseudociencia, junto a su falsa
apariencia de rigor y veracidad científica, puede alimentar las conductas que están en la
base de transgresiones legales, haciendo referencia delitos como la estafa, la publicidad
ilícita o ciertas infracciones de consumo.

El problema que algunos autores señalan es que, la pseudociencia logrará adquirir


relevancia jurídica si es usada como medio de falseamiento, engaño o simulación en
perjuicio para terceros o de los intereses generales. Pues la misma, a efectos del
derecho, abarca un conjunto de tesis y afirmaciones que reclaman falsamente carácter
de ciencia por no observar los procedimientos ni revestir los caracteres que confieren a
esta su fehaciencia.

Bunge (1998) considera como prácticas frecuentes de la pseudociencia, los siguientes:


a) Rompe totalmente con nuestra herencia científica.
b) Reticencia a ser sometidas a contrastación o refutación
c) Se acentúan los mecanismos de autocorrección y no se toma en cuenta la nueva
información, nuevos descubrimientos, críticas, es decir que no es un sistema
abierto como se requiere de la ciencia.
d) El objetivo principal de la pseudociencia no es la producción de conocimiento,
sino influir en la conducta humana.
Bunge (s.f.), menciona que para el caso de la pseudociencia: “su propósito no es la
búsqueda de la verdad sino la persuasión: pues simula llegadas, sin salidas y sin
viajes”, ello se ve reflejado pues las pseudociencias no evolucionan o, si lo hacen, sus
cambios no provienen de investigación alguna. Por otro lado, la ciencia está llena de
problemas, y cada uno de sus hallazgos trae consigo problemas nuevos. En otras
palabras, menciona Mario Bunge, la ciencia engendra más ciencia, pero la
pseudociencia es estéril, puesto que no genera problemas nuevos. A su vez señala que
el principal problema de la pseudociencia está en que su investigación es defectuosa o
en cierto casos, inexistente.

2. Apoyándose de un Pleno Casatorio Civil, explique la cientificidad de la doctrina


jurisprudencial

Para efectos del presente trabajo, tomaremos como apoyo al Tercer Pleno Casatorio
Civil, de modo que, desarrollaremos en qué medida este precedente vinculante posee
cientificidad.
Ahora bien, la doctrina jurisprudencial adquiere relevancia científica y se relaciona con
la ciencia en la medida que el legislador (tomado como miembros de las instituciones
jurisdiccionales elabora una previa investigación jurídica, haciendo que el producto de la
misma, sea precisamente dicha jurisprudencia, que adquiere un carácter de precedente
vinculante.
Todo ello, conforme ha sustentado Dora García Fernández, los legisladores son
considerados como creadores del Derecho, pero también son quienes aplican el
Derecho; en consecuencia, a través de preceptos jurídicos generales, pueden encajar lo
concreto (elementos, situaciones o conductas), apoyándose en técnicas específica de la
interpretación. (2015) Si se habla de la interpretación, la autora considera que “no se
puede aplicar el Derecho, sin antes haberlo interpretado”, así pues, considerando lo
expresado por el autor Luis Ramos, la interpretación será aquella interpretación
intelectual por medio de la cual, se logra atribuirle sentido o un significado a algo. Por
otro lado y. en consideración a lo sostenido por Witker y Larios, el legislador tendrá tres
métodos de interpretación a su disposición (2006):

1. Exegético: Este método considera que la norma es algo perfecto y estático


siendo inobjetable lo que el legislador diga y, en consecuencia, toda controversia
encontrará respuesta en los textos de la ley.

2. Sistemático: Este método considera que el derecho es un conjunto de normas


que conforman un sistema, el cual no acepta la captación de las normas de
manera aislada, así pues, la validez de una norma siempre está en otra norma y
nunca en un hecho. Dicho método fue utilizado por los magistrados que
convocaron el Tercer Pleno Casatorio Civil, de modo que, a través de las mismas
normas pertenecientes al mismo Código Civil, fueron desarrollando criterios
básicos de aplicación, que servirán para los casos concretos.
3. Sociológico: Para dicho método, un aspecto jurídico que no puede ser
solucionado con las fuentes formales, requiere que un intérprete cree o elabore
por sí mismo el principio en función de la realidad social, pues se ve al Derecho
como un producto social.

En este sentido, es preciso señalar que el tercer pleno casatorio fue convocado en aras
de constituir un precedente vinculante en materia de familia, en lo que respecta a la
indemnización en los casos de divorcio por causal de separación de hecho;
considerando que, existían ejecutorias de distinto criterio o eran contradictorias entre sí,
en tanto que, mientras algunos órganos jurisdiccionales consideraban que en estos
casos debía fijarse una indemnización al cónyuge que consideraban perjudicado, otros
tenían un criterio distinto y no fijaban indemnización alguna.

Fijada esa tarea y considerando que el Derecho es una ciencia que debe emplear en
sus estudios y tiene una metodología que le posibilita abordar al ser humano en su
entorno para entender la subjetividad de sus acciones, describirlas e interpretarlas,
queda claro que en momento en que el Pleno Casatorio fue conformado por la Sala
Suprema Civil, de conformidad con el artículo 400° del Código Procesal Civil, aquellos
magistrados que lo conformaron, primero tuvieron que analizar el caso en concreto
generador de la convocatoria. De esta manera, se tendrán en cuenta los aspectos
principales que se desprenden del caso, de modo que, si bien como profesionales del
Derecho, tiene muchos conocimientos, en vano no se pide que se analice la realidad
concreta:

- Se trata de un divorcio por la causal de separación de hecho planteado por


el cónyuge varón, el cual indica que contrajo matrimonio con la demandada en
diciembre de 1989, habiendo procreado 4 hijos. El demandante indicó también,
que además de estar separado de hecho de la demandada desde el año 1997,
se encontraba al día en las pensiones alimenticias, siendo 2 de sus hijos
menores de edad, solicitando de manera accesoria que se le conceda un
régimen de visitas.

- Al momento de contestar la demanda, la emplazada afirma que se encuentra


separada de hecho del demandado desde la fecha que éste indica, pero señala
que ella era la que trabajaba y le enviaba dinero al demandado para que pueda
cubrir sus estudios, alimentación y otros gastos, acreditando dicha afirmación a
través de cartas. Señala también, que tuvo que demandar por alimentos al
demandante, alegando que éste no se preocupaba por sus hijos, siendo ella sola
la que se dedicó a la crianza de los hijos. Asimismo, la demandada formula
reconvención, con la finalidad de que se fije una indemnización por daño moral y
personal por la suma de 250,000 Nuevos Soles; debido a que sufrió agresiones
físicas y verbales por parte del demandante, con la precisión de que el éste se
llevó diversos bienes de la sociedad conyugal, incluyendo dinero ahorrado, e
indicó que se encontraba con problemas de salud.

- A nivel de primera instancia, se declaró fundada la demanda, se disolvió el


vínculo matrimonial, se estableció un régimen de visitas, y con respecto a la
reconvención, se declaró fundada en parte y se ordenó que el demandante
indemnice a la demandante con la suma de 10,000 Nuevos Soles, debido a que
el Juez consideró que existió daño moral, porque quedó demostrado que el
demandante recibió ayuda económica de la demandada para sus estudios,
existió violencia familiar en agravio de la demandada, y que el demandante no
cumplió su obligación alimentaria con sus hijos.

- Al ser apelada la sentencia por el demandante, la Sala Superior confirmó la


sentencia de primera instancia, en relación al extremo que declaró fundada la
demanda y la reconvención, por considerar que la demandada es la cónyuge
que resultó perjudicada; sin embargo, la revocaron en el extremo de la
pretensión del régimen de visitas y reformándola, declararon sin objeto de emitir
pronunciamiento al respecto, por existir sustracción de la pretensión del ámbito
jurisdiccional, también declararon el cese del derecho de la mujer a llevar el
apellido del cónyuge y la pérdida del derecho hereditario entre las partes.

- Finalmente, es el demandante quien interpone recurso de casación por


aplicación indebida del artículo 345 A del Código Civil y por contravención al
artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, considerando la Sala
Suprema conceder el recurso de casación en el primer extremo.

Es así como, al margen de estas consideraciones previas, se da paso a una


interpretación por parte de los magistrados, respecto al artículo 345-A, respecto a la
indemnización en caso de perjuicio y, según se desarrolla en el Pleno Casatorio, a nivel
judicial se han dado diversas interpretaciones a este artículo, así tenemos los siguientes
fallos, que constituyen los antecedentes del tema en cuestión que es objeto de análisis:

a) Casación N° 208 – 2004 – Piura: “El juez tiene la obligación de velar por la
estabilidad económica del cónyuge que resulte perjudicado a causa de la
separación de hecho. En este sentido, éste establecerá un monto de
indemnización por daños, el cual debe incluir el daño personal, e incluso deberá
ordenar la adjudicación preferentemente de un bien social. Por su parte, la
pensión alimenticia es un concepto independiente respecto a la indemnización”.

b) Casación N° 2003 – 1284 – 00 – 1SC: “El A quo sostiene que en caso de no


haberse probado responsabilidad de alguno de los cónyuges en la separación,
no corresponde la aplicación del segundo parágrafo del Artículo 345 – A del
Código Civil; sin embargo,, en el fallo ordena que el demandado pague una
indemnización de daños y perjuicios, constituyendo una incoherencia respecto
de lo señalado. De esta manera, el colegiado, considera que la demandante al
subsanar su demanda, solicitó la indemnización por daño personal, sin haber
fundamentado tal daño, no habiéndose acreditado cómo fue perjudicada por la
separación de hecho, y mucho menos, el nexo causal entre este y el daño
irrogado; por lo que no corresponde fijar indemnización por tal concepto”.

c) Casación N° 2178 – 2005 – Lima: “Si bien los jueces deben pronunciarse
necesariamente, aun cuando no haya sido solicitado, respecto del cónyuge que
ha resultado más perjudicado por la separación, a efectos de fijar una
indemnización a cargo de la parte menos afectada; sin embargo, en este caso se
advierte que la demandada no acredita su condición de cónyuge perjudicada,
además que su conducta procesal no hizo notar esa condición a efectos de
verse beneficiada con alguna indemnización”.

d) Casación N° 2449 – 2006 – Cusco: “La norma imperativa es aquella que exige
a su destinatario un comportamiento definido en determinado sentido. Siendo
que, el segundo párrafo del artículo 345 – A del Código Civil, le exige al juez de
forma imperativa el velar por la estabilidad económica del cónyuge que resulte
perjudicado por el daño personal o moral que se le cause (todo ello debidamente
probado), con la finalidad de cuantificarlo vía indemnización; por lo tanto, es
cierto que el juzgador tiene la obligación de fijar una indemnización, siempre y
cuando se acredite el daño ocasionado”.
Podemos colegir que, en las casaciones antes indicadas, se evidencia que, a pesar de
que fueron emitidas en procesos de divorcio por la misma causal de separación de
hecho, poseen orientaciones diferentes. Sin embargo, antes de interpretar el artículo
345 A del Código Civil, el Pleno Casatorio analiza la naturaleza de los procesos de
familia y concluye en que estos procesos no solo tienen la finalidad de resolver un
conflicto de intereses o de eliminar una incertidumbre jurídica y lograr la paz social en
justicia, sino que además debe aplicarse el principio de socialización del proceso, para
evitar que las desigualdades puedan afectar el proceso en su tramitación o en la
decisión final. Empero, se considera que en estos procesos, deben superarse los
formalismos y las cuestiones técnicas, para dar paso a los componentes flexibles y es
así como los principios de congruencia, preclusión y eventualidad deben flexibilizarse en
los procesos de familia, y específicamente en los procesos de indemnización. La
consecuencia de dicha flexibilización en torno a los principios procesales, determina
que, si la parte interesada en cualquier etapa del proceso expresa hechos claros y
concretos referidos al supuesto perjuicio sufrido como consecuencia de la separación o
del divorcio, la tarea del Juez es reconocer que se encuentra frente a un pedido
explícito, por lo que debe emitir pronunciamiento sobre ese extremo en la sentencia
final.

Respecto al punto de la indemnización, el pleno concluye que esta tiene el carácter


de una obligación legal que puede ser cumplida de dos modos: con el pago de una
suma de dinero o con la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal, se
trata de dos soluciones de carácter alternativo, excluyente y definitivo. El pleno precisa
que esta indemnización no tiene por finalidad el resarcir daños sino el de equilibrar las
desigualdades económicas que resulten de la ruptura matrimonial, por ello no tiene un
carácter alimentario pues la indemnización se da por una sola vez. Dichas
desigualdades deben ser constatadas por el Juez durante el proceso, en base a los
medios probatorios presentados por las partes, pero teniendo en cuenta que la
separación de hecho no haya sido ocasionado por culpa exclusiva del cónyuge que
resultó más perjudicado, siendo necesario que exista una relación o nexo de causalidad
entre los perjuicios sufridos por el cónyuge y la separación de hecho.

En cuanto a la adjudicación de los bienes al cónyuge que resulte perjudicado, se


ha precisado que se hará de manera preferente sobre la casa en la que habita la familia,
o en su defecto, sobre el establecimiento agrícola, artesanal, industrial o comercial de
carácter familiar. En estos casos, el Juez puede disponer la adjudicación del menaje
diario del hogar.

Así mismo, a través de la resolución jurisdiccional emitida por los magistrados, se


advierte aquello que CONSTITUYE PRECEDENTE JUDICIAL VINCULANTE, el cual
será de cumplimiento obligatorio para los jueces en procesos pendientes de resolver,
cuando resuelvan casos similares y también en procesos de naturaleza homóloga
(proceso de divorcio por la causal de separación de hecho y proceso de separación de
cuerpos por la causal de separación de hecho según lo dispuesto por los artículos 333°
inciso 12, 345°-A y 349° del Código Civil), determinando la eficacia procesal de la
presente labor jurídica:

1. En los procesos de familia, como en los de alimentos, divorcio, filiación,


violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades tuitivas y, en
consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas procesales como
los de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, eventualidad, preclusión,
acumulación de pretensiones, en atención a la naturaleza de los conflictos que
debe solucionar, derivados de las relaciones familiares y personales, ofreciendo
protección a la parte perjudicada, ello de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que reconoce,
respectivamente, la protección especial a: el niño, la madre, el anciano, la
familia y el matrimonio, así como la fórmula política del Estado democrático y
social de Derecho.
2. En los procesos sobre divorcio -y de separación de cuerpos- por la causal de
separación de hecho, el Juez tiene el deber de velar por la estabilidad
económica del cónyuge que resulte más perjudicado por la separación de
hecho así como la de sus hijos, de conformidad con lo dispuesto por el articulo
345-A del Código Civil. En consecuencia, a pedido de parte o de oficio señalará
una indemnización por daños, el que incluye el daño a la persona, u ordenará
la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal,
independientemente de la pensión de alimentos que pudiera corresponderle. El
daño moral es indemnizable y se halla comprendido en el daño a la persona.
3. Respecto a la indemnización por daños o la adjudicación preferente de bienes
la sociedad conyugal:
A pedido de parte, podrá formularse tal pretensión en los actos
postulatorios, ya sea en la demanda como pretensión accesoria o en la
reconvención, según sea el caso, salvo renuncia expresa del interesado.
El pedido también es procedente después de los actos postulatorios.
De oficio, el Juez de primera instancia se pronunciará sobre estos
puntos, siempre que la parte interesada haya alegado o expresado de
alguna forma hechos concretos referidos a los perjuicios resultantes de
la separación de hecho o del divorcio en sí. Aquellos hechos pueden ser
alegados o expresados incluso después de los actos postulatorios. En
estas hipótesis, el Juez concederá a la otra parte la oportunidad
razonable de pronunciarse sobre aquellos hechos y de ofrecer la prueba
pertinente. Si ya se llevó a cabo la audiencia de pruebas, los medios
probatorios que se ofrezcan serán de actuación inmediata.
En el estado correspondiente del proceso, y de ser el caso, el Juez debe
fijar como parte de los puntos controvertidos los extremos ya
mencionados.
En todo caso el Juez se pronunciará sobre la existencia de la condición
de cónyuge más perjudicado de una de las partes según se haya
formulado – y probado- la pretensión o la alegación respectiva, o sobre
la inexistencia de aquella condición, si no existiera elementos de
convicción necesarios para ello.
En el trámite señalado, se garantizará el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva y el debido proceso, particularmente el derecho de
defensa de las partes, el principio de contradicción y el derecho a la
instancia plural.
4. Para una decisión de oficio o instancia de parte sobre la indemnización o
adjudicación de bienes, del proceso debe verificarse y establecerse las
pruebas, presunciones e indicios que acrediten la condición de cónyuge más
perjudicado a consecuencia de la separación de hecho o del divorcio en si. El
Juez apreciará, en el caso concreto, sí se ha establecido algunas de las
siguientes circunstancias: a) el grado de afectación emocional o psicológica; b)
la tenencia y custodia de hecho de sus hijos menores de edad y la dedicación
al hogar; c) si dicho cónyuge tuvo que demandar alimentos para él y sus hijos
menores de edad, ante el incumplimiento del cónyuge obligado; d) si ha
quedado en una manifiesta situación económica desventajosa y perjudicial con
relación al otro cónyuge y a la situación que tenía durante el matrimonio, entre
otras circunstancia relevantes.
5. El Juez Superior integrará la resolución impugnada de primera instancia
cuando se haya omitido pronunciamiento expreso sobre la existencia o
inexistencia del cónyuge más perjudicado, siempre que la fundamentación
respectiva aparezca de alguna forma en la parte considerativa de la sentencia
apelada, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 370 del Código
Procesal Civil.
6. La indemnización o la adjudicación de bienes tiene la naturaleza de una
obligación legal, cuya finalidad es corregir un evidente desequilibrio económico
e indemnizar el daño a la persona, resultante de la separación de hecho o del
divorcio en sí; su fundamento no es la responsabilidad civil contractual o
extracontractual sino la equidad y la solidaridad familiar.

REFERENCIAS

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http://astrofrelat.fcaglp.unlp.edu.ar/filosofia_cientifica/media/papers/Bunge-La_Filosofia
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- Corte Suprema de Justicia de la República. (2003). Casación No. 1284 – 2003 – 1SC.
- Corte Suprema de Justicia de la República. (2004). Casación No. 208 – 2004. Piura.
- Corte Suprema de Justicia de la República. (2005). Casación No. 2178 – 2005. Lima.
- Corte Suprema de Justicia de la República. (2005). Casación No. 2449 – 2006. Cusco.
- Corte Suprema de Justicia de la República. (2011). III Pleno Casatorio Civil:
Indemnización en el proceso de divorcio por causal de separación de hecho. Casación
4664-2010. Puno.
- García Fernández, D. (2015). La importancia de la investigación jurídica en el siglo XXI
(pp. 449 - 465). Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
http://biblio.juridicas.unam.mx
- García, S. (2001). El Derecho como Ciencia. Universidad de la Rioja.
​https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4219719
- Matias Camargo, S. (2010). Investigación y derecho. Centro de Investigaciones Socio
Jurídicas-Instituto de Posgrados de la Facultad de Derecho.
- Orna Sánchez, O. (2011). ¿Qué es el Derecho?¿El Derecho es una ciencia?.
Universidad Nacional de San Marcos
- Ramos Peña, L. A. (2013). La interpretación y aplicación del derecho. La importancia
de la argumentación jurídica en un estado de derecho. http://www.juridicas.unam.mx/
- Ross, A.(1994). Sobre el Derecho y la Justicia. Eudeba
- Vázquez-Portomeñe Seijas, J. (2021). El Derecho Frente a la pseudociencia. Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
- Witker Velasquez, J., & Larios Velasco, R. (2006). Metodología jurídica (3a. ed.). Mc
Graw Hill.

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