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Tu empresa en un folio
Desengáñate. Aunque te parezca que tu idea de negocio es maravillosa, lo peor que
puedes hacer es presentarla en el resumen ejecutivo como “es el Google de” o “no
tenemos competencia”. Son frases grandilocuentes que pueden resultar tentadoras
para quien escribe, pero que al inversor le echan para atrás, como reconoce Rodolfo
Carpintier, fundador de la incubadora de empresas DaD. “Este tipo de expresiones
pueden provocar que pierda el interés por seguir leyendo el plan de empresa que
tengo delante”, explica.
Fuera retórica. Para Luis Martín Cabiedes, socio fundador de Cabiedes & Partners,
“uno de los peores errores que puede tener un resumen ejecutivo es no decir en
lenguaje llano, claro y sin retórica qué vendes. Usar palabras vacías como
‘soluciones’, ‘experiencia’… me espantan. Bullshit ¿qué narices vendes? ¿Qué pones
en tus facturas? ¿A quién se las envías?”. Y es que ya se sabe, nuestro niño es el más
guapo y el más listo y en esto de las empresas, el sentimiento del emprendedor es
igual que el de un progenitor, lo que a menudo le resta objetividad para poder
explicar con realismo, no exento de pasión ni entusiasmo por supuesto, las claves de
su proyecto de negocio.
Extensión, la justa. Pero aún hay más. El resumen ejecutivo debe ser eso: un resumen.
“He visto modelos horrorosos que se extienden páginas y páginas. El empresario no
se da cuenta de que si de algo carecemos todos es de tiempo para leer, por eso yo
siempre recomiendo a mis alumnos que no se extiendan más de una cara”, señala
Ceferí Soler, profesor de ESADE. Y aunque no es tan estricto sobre el número de
hojas, Javier Martín, fundador de Loogic.com (blog sobre negocios en la Red), lo
corrobora:
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"Me llaman mucho la atención los resúmenes ejecutivos que son casi el plan de 2
negocio completo. De alguna manera, me transmiten la impresión de que el
emprendedor no está seguro de lo que tiene entre manos y tiende a meter mucho
contenido esperando que de esa forma su proyecto se venda mejor."
Daniel Soriano, profesor de Gestión Emprendedora del IE, lo define muy bien: “El
resumen ejecutivo es el currículum vitae del plan de negocio. Tiene que vender la
empresa, no describirla. Sería como el tráiler de una película: no te cuenta todo lo que
pasa, pero te engancha para verla. En el caso del resumen ejecutivo, el inversor tiene
que tener ganas, una vez leído, de continuar leyendo del plan de empresa o de
conocer al emprendedor”.
Es importante recalcar que el resumen ni puede limitarse a ser un índice del plan de
negocios ni debe añadir información nueva que no aparezca en el plan. Tampoco
puede ser un copia y pega de algunos párrafos del informe extendido. Ha de ser un
compendio de las cinco ideas claves que se desarrollan en el trabajo posterior,
redactado ex profeso para dar una primera impresión de la compañía y del
emprendedor. Esta filosofía es válida tanto si el plan de empresa es para atraer
inversores, como si se trata de captar socios o proponer cambios en la organización.
o La idea: cuál es la propuesta de valor que presentamos. En qué consiste nuestra idea y
cuál va a ser la clave del éxito de nuestro proyecto. Como explica Guy Kawasaki en
The Art of Executive Sumary, debe presentar el gran problema para el que hemos
encontrado la gran solución. En este párrafo no está de más explicar –aconseja Martí
Pachamé, profesor asociado de Finanzas de EAE–, “si estamos ante un océano azul o
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un océano rojo, para ayudar al lector a situarse en un entorno concreto”. Es decir, si 3
estamos ante un mercado en crecimiento o consolidado y a quién dirigimos nuestra
propuesta, aunque la explicación detallada del público potencial y objetivo la
desarrollemos a continuación, algo que debe resolverse como mucho en dos o tres
líneas.
o El estado del producto y el desarrollo tecnológico: cuando existe algún tipo de valor
añadido relacionado con la innovación y desarrollo tecnológico es importante
avanzarlo aquí de manera breve, incluyendo si es necesario un pantallazo o una
imagen sobre el tipo de tecnología que incorporamos, pero “sin entrar en excesivos
detalles técnicos, a no ser que formen parte de tu valor añadido, y si es así deben ser
explicados de forma muy sucinta”, insiste Soriano. También es importante destacar en
qué fase de desarrollo está el negocio o el producto: si está en creación, si está a
punto de lanzarse al mercado o si ya lleva un tiempo. Es muy importante destacar si
se ha conseguido algún tipo de alianza, si se cuenta con partners, si se ha hablado ya
con proveedores, si hay algún prototipo. Se trata de reflejar que el proyecto ya está
adquiriendo visos de realidad.
El equipo: todos los expertos son unánimes en este punto. Interesa más el equipo que
está detrás de la idea que la idea en sí, porque de su experiencia, profesionalidad,
preparación y compenetración es fácil deducir si el proyecto va a llegar a buen puerto
o no. No se trata de incluir aquí el currículum, si no de realizar una pequeña
descripción de aquella parte de la formación o experiencia de los integrantes.
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modelo y de gastos para ver cómo es de intensivo en capital y cómo es la estructura 4
de costes”. Han de ser números atractivos, pero realistas. Si caemos en la
autocomplacencia o en las quimeras, el inversor va a desechar el informe sin ni
siquiera detenerse a analizar el plan financiero. También debe incluirse en este
apartado la forma en que se va a compensar la aportación del inversor. No es
necesario plantear porcentajes ni plazos concretos, si no exponer grosso modo cuál
va a ser la forma de participación en el accionariado y cómo y cuándo va a poder
recuperar la inversión.
Elección de los verbos: Mejor con verbos de acción y en forma positiva. Agiliza mucho
la lectura e imprime dinamismo al texto.
Lenguaje sencillo: Cuanto más corta es una palabra más clara es y más información
transmite. Evitemos la proliferación de sustantivos y la sustantivación de adjetivos y
verbos que no aportan nada al escrito y entorpecen la comprensión del lector.
Trabaja los sinónimos: Esfuérzate por encontrar el término preciso que mejor se
adecúe a la idea que quieres transmitir y evita las repeticiones de palabras y el abuso
de verbos auxiliares.
Hay que evitar los extranjerismos y los neologismos: A no ser que sean estrictamente
necesarios por el tipo de negocio o el sector en el que esté inmerso el proyecto.
También hay que evitar el lenguaje preciosista.
Utiliza el estilo formal, pero sin dejar de transmitir el entusiasmo por la idea: Es
importante apelar a términos que sean estimulantes y persuasivos: logros, beneficios,
rentabilidad, resultados…
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Cuidado con las faltas de ortografía: Aunque estemos buscando financiación y se 5
suponga que lo importante son los números, no podemos olvidar que es la primera
imagen que vamos a transmitir al futuro inversor sobre nosotros mismos y sobre
nuestra empresa y una falta de ortografía puede dar al traste con esa primera
impresión.
Tipografía: Elige un tipo de letra que se lea bien, como Arial, Courier o Times New
Roman, en cuerpo 11 o 12 y con un interlineado entre 1,15 y 1,5.
Destacados: Puedes usar la negrita para destacar las ideas clave, de manera que el
lector pueda encontrar rápidamente la información relevante. Pero, ojo, ya hemos
dicho que las ideas clave no deben ser más de cinco, con lo cual no deberían ir más
destacados que esos cinco.
Dividirlo en cuatro o cinco apartados, encabezando cada uno de ellos con un titulito:
Idea, Equipo, Ventaja, Logros, Rentabilidad, por ejemplo.
Presentarlo como si fuesen tablas esquemáticas con los principales ítems de cada
apartado.
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Sólo es justificable si acompañamos las ideas claves de elementos gráficos para 6
representarlas. Y aquí enlazamos con la siguiente pregunta: ¿Con gráficos o sin ellos?
“Si con ellos la idea se transmite con más claridad, puede ser importante incluir algún
elemento gráfico”, señala Pachamé.
Lo normal es que el resumen ejecutivo se haga en pdf o Word y se deje el Power Point
para el resto del plan de empresa, pero cada vez se está extendiendo más la fórmula
de los slides para esta parte. En cualquier caso, lo importante es que esté bien
estructurado y resulte visualmente atractivo. Y un último consejo: debe elaborarse
siempre después de redactar el plan de empresa.
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en la explicación del mercado o del canal de distribución que contradiga tal 7
idea. Lo mismo ocurre con los números: deben justificarse muy bien las
cuentas con la información que estamos aportando.
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