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Segunda etapa (julio 1835-octubre 1837): Se producen expediciones carlistas de los generales
Miguel Gómez y Ramón Cabrera. Destacó la Expedición Real (Carlos María Isidro) para imponer
un pacto a Mª Cristina. Estas tropas llegaron a Madrid, pero el ejército isabelino (Espartero) les
obligó a retirarse (punto de inflexión en la guerra).
Tercera etapa (octubre 1837-agosto 1839): Hubo dos corrientes carlistas: intransigentes (seguir
con la lucha) y transaccionistas, menos radicales (General Maroto), querían negociar un acuerdo
con los liberales. Maroto firmó una paz con Espartero (Abrazo de Vergara, 1839).
El Carlismo provocó la Segunda Guerra Carlista (1846-1849), ante el fracaso de la boda entre
Isabel II y Carlos VI. Mª Cristina de Borbón se inclinó al lado liberal, contribuyó al protagonismo
político de los militares (Espartero) y sumió a la hacienda en una crisis que se intentó solucionar
con la Desamortización de Mendizábal.
Partidos políticos:
Durante el período isabelino surgieron los primeros partidos políticos liberales:
Partido Moderado: liderado por Narváez, defendía la soberanía compartida, el catolicismo
y una limitación de derechos civiles y políticos (sufragio censitario).
La Unión Liberal de O’Donnell se caracterizó por su indiferencia ideológica.
Partido Progresista: liderado por Espartero, defendía los intereses de la mediana y pequeña
burguesía, la soberanía nacional, la ampliación de los derechos políticos (sufragio censitario)
y civiles (libertad de imprenta), y libertad religiosa.
El Partido Demócrata defendía el sufragio universal masculino, la soberanía (popular)
nacional, y total libertad de culto.
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Segunda Evaluación Carmen Ruiz-Jiménez
La caída de la monarquía de Isabel II se debió al monopolio del poder político por el Partido
Moderado que negaba la participación política a otros grupos, además de la crisis agraria y la de
las compañías de ferrocarriles.
Los Progresistas (Prim), Demócratas y la Unión Liberal (Serrano), firmaron el Pacto de Ostende
(1866) para derrocar a Isabel II y crear un sistema más democrático. La Revolución de 1868 (La
Gloriosa) se inició con el pronunciamiento del Almirante Topete en Cádiz, al que se le unieron
Prim y Serrano, y derrotaron a Isabel II en Alcolea, que huyó a Francia.
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Segunda Evaluación Carmen Ruiz-Jiménez
La propiedad de la tierra era de la nobleza y del clero. La nobleza no podía ni vender ni dividir
sus propiedades, tenía que transmitirlas al primogénito. Los municipios eran propietarios de
tierras que tenían su origen en concesiones reales (tierras de aprovechamiento común y tierras
de propios).
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Segunda Evaluación Carmen Ruiz-Jiménez
Transformaciones sociales:
La nueva división en clases sociales se basaba en diferencias de riqueza que distinguían a unos
grupos de otros.
El clero católico disminuyó su poder con las desamortizaciones y la llegada de los liberales
al poder, aunque continuó siendo una importante fuerza ya que influía en la sociedad.
La nobleza reorientó sus intereses en actividades bancarias e industriales y se sintieron
cómodos en el sistema político, ya que no estaba amenazada su influencia social y su poder
económico.
Los burgueses consiguieron adquirir grandes posesiones territoriales establecer relaciones
políticas y obtener títulos nobiliarios.
Hubo una confluencia de intereses entre nobleza terrateniente y burguesía: los nobles buscaban
acercarse a los poderosos a través de matrimonios o participación en el consejo de las empresas,
y los burgueses trataban de acercarse a las formas aristocráticas.
Clases medias rurales y urbanas, era un grupo compuesto por labradores propietarios
medianos no terratenientes, la mayoría en una situación de enorme inseguridad en sus
puestos de trabajo. Fue un grupo cada vez más influyente y con un gran compromiso
político, ya que su papel fue fundamental en la construcción del Estado liberal.
Clases bajas, la mayoría de la población. El mantenimiento de formas anacrónicas de
propiedad y de sistemas de producción arcaicos, hizo que la vida del campesinado español
fuera muy dura y el mundo rural siguiera anclado al pasado. Cerca del 55% de la población
agraria era jornalera, otro 11% era arrendataria y un 34% era propietaria. Los conflictos se
manifestaron de forma violenta.
El principal cambio social del siglo XIX fue la aparición de la clase obrera industrial, que hizo afluir
a las ciudades a miles de trabajadores agrícolas en paro, con salarios bajos, explotación infantil
y paro.
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Segunda Evaluación Carmen Ruiz-Jiménez
Gobierno provisional: con la marcha de Isabel II, se constituyó un Gobierno provisional que se
prolongó hasta 1871, integrado por progresistas y unionistas, presidido por Serrano y con Prim
y Topete como ministros. Se convocaron elecciones a Cortes y se redactó una Constitución.
La regencia de Serrano: Serrano fue proclamado regente y Prim, presidente del gobierno. Prim,
en busca de un nuevo rey, tanteó a las principales familias reales europeas. El nuevo rey no
debía ser ni un Borbón ni un carlista. Por lo que el elegido fue Amadeo de Saboya, con una idea
democrática de la monarquía y miembro de una dinastía artífice de la unificación de Italia.
Guerra de Cuba (1868-1878): en 1868 se inició la Guerra Larga de Cuba. La insurrección dirigida
por algunos propietarios criollos, junto con el apoyo popular, defendieron el fin de la esclavitud
y se convirtió en un grave problema durante la Primera República y los primeros años del reinado
de Alfonso XII.
Tercera guerra carlista (1872-1876): en 1872 los carlistas se sublevaron con expectativas de
sentar en el trono a Carlos VII, nieto de Carlos Mª Isidro. Se inició en el País Vasco y se extendió
por Navarra y Cataluña. Lo más destacado fue el sitio de Bilbao con victoria liberal.
Fin del reinado: Sin apoyos, Amadeo se encontró en el conflicto del cuerpo de Artillería, cuyos
oficiales se negaban a aceptar el nombramiento del general Hidalgo como capitán general de la
Vascongadas, por lo que renunció a la corona. El 10 de febrero firmó el acta de abdicación.
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Segunda Evaluación Carmen Ruiz-Jiménez
Suspensión del impuesto de consumos, reclamada por las clases más populares, agravó el
déficit de Hacienda.
Eliminación de las quintas, que propició el debilitamiento del Estado republicano frente a
la insurrección carlista.
Reducción de la edad de voto a los 21 años.
Reglamentación del trabajo infantil. Prohibición de emplear a niños menores de diez años
en fábricas y minas.
Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.
Proyecto constitucional para instaurar una República Federal.
Los gobiernos republicaos tuvieron que hacer frente a conflictos ya existentes, a conspiraciones
militares alfonsinas y a las nuevas sublevaciones cantonales.
Golpe del general Pavía y el camino a la Restauración: el 4 de enero de 1874, el general Pavía
encabezó un golpe militar. Las Cortes republicanas fueron disueltas y se estableció un gobierno
presidido por Serrano, suspendió la Constitución y los derechos y libertades. La dictadura de
Serrano fue un paso previo a la restauración de los Borbones que planeaban los alfonsinos con
su líder Cánovas del Castillo. La restauración se vio precipitada por el golpe militar del general
Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874. Alfonso XII, hijo de Isabel II, fue proclamado rey
de España. Se iniciaba la Restauración.