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25 DE MAYO DEL 2022

DIPLOMATURA SUPERIOR EN
VIOLENCIA DE GENERO
TRABAJO FINAL: MONOGRAFÍA
Integrantes:

➢ Bizarro Martina Deyanira; DNI: 27.347.163


Escuela N* 709. El Sombrero.
➢ Coutino Da Silva Alicia, DNI: 30.094.573
Colegio secundario para adolescentes y
adultos, Alvear
➢ Isaurralde Yanina Teresita; DNI:
32.759.207 Escuela N° 88 del Centenario.
Escuela N°645 Pedro Romulo Tuoty.
Monte Caceros.
➢ Ojeda Ana Sol; DNI: 37.212.055 Escuela
Normal "Remedios Escalada de San
Martín".
➢ Schmidt Nelida Emilce DNI: 17.813.281
Escuela Nº 13 “Republica del Perú”.
Corrientes.

Tutor: Silvia Carolina Acosta


Índice:

❖ Introducción………………………………………………………Pag.2

❖ Desarrollo

• Las desigualdades de género……………………………. Pág. 3


• El derecho a la igualdad……………………………………. Pág. 3
• Conceptualización: Sexo y género……………………….Pág. 3
• Violencia de género en el sistema educativo………..Pág. 5
• Nuestra tarea: Educar en sociedad………………………Pág. 6
• Un punto importante: el currículo………………………..Pág. 6
• Toda realidad se construye socialmente………………Pág. 7
• Los vínculos en la familia…………………………………….Pág. 8
• Aspectos a considerar en nuestras prácticas………..Pág. 8
• La educación es la clave……………………………………..Pág. 9

❖ Conclusiones ……………………………………………………………...Pág. 9

❖ Bibliografía ……………………………………………………………….Pág. 10

❖ Anexo……………………………………………………………………….Pág. 11

1
INTRODUCCIÓN

La violencia escolar por razones de género, es un fenómeno que afecta a millones de


niños de ambos sexos. Esta violencia implica maltrato sexual, físico o psicológico
dentro y alrededor de las escuelas cometido contra quienes no se ajustan a las
normas sexuales y de género predominantes, y tiene su origen en la dinámica de
relaciones desiguales de poder.

La calidad de los contextos pedagógicos y aprendizaje es también crucial, requieren


de estrategias escolares integrales implementadas por los órganos de gobierno y los
que rigen la gestión educativa conjuntamente con las esferas de la comunidad escolar
en general.

La violencia de género en el ámbito escolar es compleja y polifacética, se define como


actos o amenazas de violencia sexual, física o psicológica que se producen en los
establecimientos educativos, en sus alrededores u online. Las distintas formas de
violencia de género en la escuela se superponen y se refuerzan y rara vez se
desarrollan como acontecimientos aislados. Asimismo, estos actos tienden a estar
profundamente arraigados en las relaciones desiguales de género, estereotipos y
normas de género y prácticas discriminatorias.

Las niñas son más propensas a experimentar violencia sexual por parte de sus
compañeros de clase y sus maestros. Los varones son objeto de violencia física más a
menudo. La violencia suele estar dirigida a aquellos cuya identidad de género no se
ajusta a las normas binarias de género.

Éste tipo de violencia no se denuncia y queda impune por diferentes razones, entre
ellas la falta de mecanismos de denuncia y de confidencialidad, el temor a nuevas
represalias, la estigmatización, la falta de apoyo, los tabúes y la falta de conocimiento
de los propios derechos.

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DESARROLLO

Las desigualdades de género


La desigualdad de género se define como un fenómeno social, jurídico y cultural en el
que se presenta discriminación entre las personas a razón de su género. Ocurre
cuando un colectivo tiene privilegios por encima del otro, vulnerando los derechos de
este último. La desigualdad de género emanaría de las concepciones sociales sobre
los roles de las mujeres y los varones y estaría fuertemente imbricada en leyes,
regulaciones y políticas públicas.

Son manifestadas de diversas maneras como ser, acciones, palabras, actitudes, de


forma privada o en la vía pública. A través de las siguientes expresiones las
ejemplificamos: “Mmmm Los hombres no lloran”, “Las mujeres no sirven para eso…”,
“Los hombres tenemos más fuerza”, “Eso es trabajo de hombre/mujer”.

El derecho a la igualdad:

Cuando hablamos del derecho a la igualdad estamos hablando de igualdad de


derechos, de libertades y de oportunidades. Ello implica el derecho de igualdad ante la
ley, la igualdad de trato y el derecho a una igual protección. Los principios de igualdad
y no discriminación son conceptos democráticos que favorecen la igualdad y
presuponen el deber del Estado de adoptar medidas especiales en favor de los
derechos de las personas o grupos de personas que son víctimas de discriminación e
intolerancia, en cualquier esfera de actividad, sea privada o pública. El concepto de
igualdad se encuentra asociado al concepto de equidad, pero no significan lo mismo.
La equidad implica tomar en cuenta las desventajas que proceden de las
desigualdades existentes. La equidad es una dimensión complementaria de la
igualdad y que además contribuye a su logro.

Conceptualización: sexo y género.


Los términos sexo y género, no indican lo mismo, el primero se refiere al aspecto
biológico de la persona, diferenciándolo en varón o mujer por poseer órganos
reproductores distintos; en cambio, el segundo, son todas las características no
biológicas asignadas a hombres y mujeres; es una construcción social y cultural que

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se les asigna a las personas, dependiendo de sus gustos, creencias, deseos u
orientaciones.

En los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral seleccionamos


propósitos formativos y algunos contenidos directamente relacionados con este eje:

Propósitos formativos de ESI vinculados en forma directa con: “Reconocer la


perspectiva de género”

• Ofrecer oportunidades de ampliar el horizonte cultural desde el cual cada niño, niña
o adolescente desarrolla plenamente su subjetividad reconociendo sus derechos y
responsabilidades y respetando y reconociendo los derechos y responsabilidad de las
otras personas.

• Promover una educación en valores y actitudes relacionados con la solidaridad, el


amor, el respeto a la intimidad propia y ajena, el respeto por la vida y la integridad de
las personas y con el desarrollo de actitudes responsables ante la sexualidad.

• Promover aprendizajes de competencias relacionadas con la prevención de las


diversas formas de vulneración de derechos: maltrato infantil, abuso sexual, trata de
niños.

• Propiciar aprendizajes basados en el respeto por la diversidad y el rechazo por


todas las formas de discriminación

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VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL SISTEMA EDUCATIVO
La cultura marca a los seres humanos con el género, y el género marca la percepción
de todo lo demás: lo social, lo político, lo religioso, lo cotidiano. Marta Lamas (1995),
retoma las ideas de Bourdieu, que plantea que existe gran dificultad para analizar la
lógica del género, ya que se trata de una asociación que ha estado inscrita por
milenios en la objetividad de las estructuras sociales y en la subjetividad de las
estructuras mentales. El contexto escolar constituye uno de los espacios que más
poderosamente influye en la construcción de la identidad personal de hombres y de
mujeres, y de su futuro proyecto de vida. En cada contexto social se construye un
conjunto de rasgos de pensamiento, de valoraciones, de afectos, de actitudes y de
comportamientos, que se asumen como típicos y como referentes del deber ser y de
pertenencia, según se sea hombre o mujer. Estos rasgos que revelan la identidad de
las personas, contienen a la vez elementos asociados a los atributos, a los roles, a los
espacios de actuación, a los derechos y obligaciones y a las relaciones de género. Se
plantean de manera explícita a través del proyecto educativo, de la normativa y de la
reglamentación, es decir, parten del discurso de la institución escolar, o, por lo general,
son fragmentos del currículo oculto o escondido. En el campo de las interacciones en
la escuela, ésta debe ser vista como una agencia socializadora, compleja y dinámica,
en la que conviven en tensión representaciones de género diversas; como un ámbito
de lucha, de resistencia y de creación de normativas, de valores y de prácticas
legítimas, normales y transgresoras. Para ello, es necesario reconocer que resulta
difícil que pueda operar como un dispositivo de disciplinamiento social basado en la
represión explícita y en la inculcación de obediencia a ciertos valores, porque debe
apelar mucho más a otros estímulos como la persuasión, y, sobre todo, a la
construcción racional del sentido común. La escuela perfila y legitima ciertos ideales y
deseos, instituye criterios de realidad y de verdad, y participa en la formación de las
«promesas de felicidad» de la época, con lo cual va conformando una trama de
representaciones que persuaden a los/as estudiantes a desear ocupar determinados
lugares sociales, y a aceptar un orden social y de género que se presenta como
natural, verdadero y racional. Tampoco se debe concebir a los sujetos como tablas
rasas, tal como afirmaban las teorías tradicionales de la socialización de los roles
sexuales. Dichos sujetos están atravesados por un repertorio de discursos de género,
que, aunque limitado y con desigual poder normativo y prescriptivo, les ofrecen
distintas formas de percibirse, de percibir al otro género y de actuar desde diversas
posiciones genéricas. De ahí que, en cada sujeto, sea masculino o femenino, convivan

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distintos modelos de género, que, a su vez «ganan» diferentes predominios según los
contextos, los vínculos y los momentos de la vida.

Nuestra tarea: Educar en sociedad


La tarea educativa debería ser considerada como una de las actividades humanas con
mayor trascendencia e impacto en la sociedad. Además, está obligada a ofrecer una
formación integral, libre y responsable, apta como preparación real para la vida diaria y
que pueda dar respuesta a las necesidades de una sociedad en continuo desarrollo.

La educación, como derecho público, debería estar presidida por el principio de la


equidad. Para ello, las estrategias compensadoras tendrían que ser reforzadas para
conseguir una mayor igualdad y el desarrollo pleno e integral del alumnado, sin
renunciar a la calidad educativa. Este principio debería estar garantizado en todo
momento por un sistema educativo que fomente una escuela inclusiva que cuente con
los medios y recursos necesarios para hacer efectiva las finalidades establecidas.

“Las familias pueden ser el ámbito del amor, la intimidad, la seguridad, y


simultáneamente los de la opresión, tanto en las relaciones de género como en las
entre generaciones, estabilizando conflictos surgidos de la naturalización de las
relaciones de subordinación (como la violencia y abuso hacia mujeres, niños o
personas mayores)”

Un punto importante: el currículo


El currículo, desde la perspectiva de género, nos permite diferenciar entre el currículo
explícito y el currículo oculto o escondido (Stromquist, 1998). El explícito (o formal),
hace referencia al documento escrito, que, por lo común, provee a docentes y a
directivos del marco teórico orientador de un determinado proyecto educativo, de sus
objetivos, de sus contenidos, y, a veces, de sus estrategias educativas. El oculto está

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constituido por todos los mensajes que se transmiten y se aprenden en la escuela sin
que medie una pretensión explícita o intencional, y de cuya transmisión pueden ser
conscientes o no los docentes y el alumnado.

El currículo oculto está formado, entre otros elementos, por creencias, por mitos, por
principios, por normas y por rituales, que, de manera directa o indirecta, establecen
modalidades de relación y de comportamiento de acuerdo con una escala de valores
determinada.

En el ámbito educativo se deben plantear interrogantes acerca de los modelos, de los


valores y de las expectativas de género que se enseñan y que se aprenden a través
de la experiencia educativa; acerca de cómo se articulan con otros valores que
circulan en las aulas, relacionados con el nivel socioeconómico, con lo étnico, con lo
rural, etc.

Toda realidad se construye socialmente


Es necesario debatir sobre la incidencia de este marco cultural para el desarrollo
integral, para el rendimiento de los estudiantes y para su futuro desempeño social. De
acuerdo con la Teoría de los Roles, toda realidad se construye socialmente sobre la
base de las interacciones entre personas que constituyen roles; algunos de ellos se
fijan, se estereotipan, ahorrando a los sujetos la tensión y la inestabilidad que produce
la incertidumbre.

Cada persona posee un acervo infinito de roles, entre los cuales elige uno de acuerdo
con el contexto, con el tipo de relaciones que en dicho contexto se generan. Desde
esta perspectiva, en las diversas instituciones uno aprende a ser hombre o mujer, es
decir, aprende los roles y las actitudes asociados a los sexos (Stromquist, 1998). La
sala de clase es un ámbito en el que niñas y niños dependen de una persona adulta
dotada de mucho poder, y que está relacionada de forma directa con el futuro de
dichos niños/as a largo plazo, por lo que difícilmente puede evitar participar en los
procesos en los que las relaciones normales y las clasificaciones entre los sexos son
definidas en todo momento (Stanworth, 1981). En ese sentido, el género de una
persona no debe impactar sobre cuáles materias tiene derecho a estudiar
(matemáticas, ciencias, pensamiento crítico), pero sí su género puede impactar en la
pedagogía que se usa para enseñar a esa persona. La búsqueda de maneras de
enfrentar las limitantes de género en la educación formal ya tiene sus precedentes,
cuando Miske y van Belle-Proty (1997) empiezan con el aula como fuente de
información sobre el papel del género en el aprendizaje.

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Los vínculos en la familia

Para el desarrollo equilibrado y armónico de la personalidad es necesario el impulso


de la identidad, de la autoestima y de la confianza en sí mismo, aspectos que están
formados tanto por la calidad del afecto recibido en los primeros vínculos en la familia,
como en la relación establecida con otros/as significativos. Surge entonces la
importancia de la profesora o del profesor en el crecimiento de la personalidad y del
proceso de socialización.

Aspectos a considerar en nuestras practicas

Es necesario, entonces, fomentar el respeto y el cuidado del propio cuerpo y el del otro
sexo, aspectos importantes para el desarrollo de la autoestima, de la autoimagen y de
la construcción de la identidad sexual. En esta etapa hay que tener muy en cuenta
aprender a valorar las diferencias biológicas de uno y otro sexo.El sexismo actual

puede y debe ser superado y la escuela puede contribuir a crear una sociedad en la
que ni las mujeres ni los hombres vean limitadas sus posibilidades personales en
función de su sexo, ni las actividades que realicen sean valoradas y medidas por la
atribución a uno u otro género. (Subirats y Brullet, 1999, pp. 217-218).

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La educación es la clave
“Una educación básica de buena calidad y el aprendizaje y la capacitación ulteriores
son fundamentales para que los individuos y las comunidades puedan adaptarse a los
cambios ambientales, sociales y económicos en el plano local y mundial. Pero el
aprendizaje tiene una importancia vital también con miras al empoderamiento y al
desarrollo de capacidades para llevar a cabo una transformación social. De hecho, la
educación puede hacer su aportación a la dificilísima tarea de cambiar nuestra
mentalidad y nuestra cosmovisión. La educación es clave para desarrollar las
capacidades que se necesitan para ampliar las oportunidades que la población precisa
para poder vivir una vida con sentido y con igual dignidad.”

CONCLUSIÓN
La violencia de género escolar afecta el bienestar y el aprendizaje de los estudiantes.
Las consecuencias pueden incluir daños graves para la salud física y mental,
embarazo, VIH u otras infecciones de transmisión sexual. La violencia puede dar lugar
a la pérdida de interés en la escuela, a la interrupción de los estudios o al abandono
escolar temprano. En Honduras, el 55% de las niñas revelaron que en ciertas
ocasiones no asistieron a la escuela debido a la violencia física perpetrada por los
maestros, mientras que el 22% de los estudiantes de Malawi faltaron a clase como
consecuencia de experiencias sexuales no deseadas. Según los datos de PISA del
año 2018, los estudiantes que sufrieron bullyingen los países de la OCDE adquirir, en
promedio, 21 puntos menos en lectura en comparación con sus compañeros que no
experimentaron este tipo de violencia.

Desde el ámbito educativo se deberían fomentar medidas y objetivos tales como:

a) La atención especial en los currículos y en todas las etapas educativas al principio


de igualdad entre mujeres y hombres.

b) La eliminación y el rechazo de los comportamientos y contenidos sexistas y


estereotipos que supongan discriminación entre sexos, con especial consideración a
los libros de texto y materiales educativos.

c) La integración del estudio y aplicación del principio de igualdad en las actividades


de formación inicial y permanente del profesorado. d)La promoción de la presencia
equilibrada de ambos sexos en los órganos de control y de gobierno y de coordinación
docente de los centros escolares.

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e) La cooperación entre administraciones y centros educativos para el desarrollo de
proyectos y programas dirigidos a fomentar el conocimiento y la difusión del principio
de coeducación y de igualdad efectiva entre los miembros de las comunidades
educativas de los centros escolares.

f) El establecimiento de medidas y actividades educativas destinadas al


reconocimiento y enseñanza del papel de las mujeres en la Historia.

g) La atención a la diversidad del alumnado de manera equitativa y equilibrada para


ambos sexos por igual.

Evidentemente, si se requiere un cambio orientado hacia la igualdad de géneros la


práctica educativa debe reformarse y es responsabilidad de todos dar pasos, aunque
en principio pequeños, para lograrlo. Se deben plantear estrategias que incluyan a
todos los involucrados en la educación, donde, mediante un trabajo colaborativo, se
puedan eliminar las diferencias que se han construido entre ambos sexos y permitan
desarrollar una educación sin discriminación.

BIBLIOGRAFIA

MODULO I: Clase 1

MODULO I Clase 2: Seguimos conceptualizando…

Acker, Sandra. (2003). Género y educación. Reflexiones sociológicas sobre mujeres,


enseñanza y feminismo. Madrid, España: Narcea, S.A. de Ediciones.

ROSSETTI, J. (1987): En la escuela también nos enseñan a ser mujeres.

Salomone, Rosemary. (2007). Igualdad y diferencia. La cuestión de la equidad de


género en la educación. Revista Española de Pedagogía, LXV(238), 433-446.

Tomé, Amparo. (1999). Un camino hacia la coeducación (instrumentos de reflexión e


intervención). En Carlos Lomas (Comp.) ¿Iguales o diferentes? Género, diferencia
sexual, lenguaje y educación (pp. 171-197). España: Ediciones Paidós Ibérica, S.A.

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ANEXO

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