Está en la página 1de 2

El León y La Espada.

El león, es el corazón. Lleno de luz y al mismo tiempo, del fuego de la pasión. Es el puente hacia las
energías más terrenales, así como la escalera hacia la corona de lo etéreo. El león a veces parece
apacible y tranquilo, pero, su profundo rugido, nos recuerda la potencia y autoridad que yacen en
él. El león es la conexión con el propio poder, el cual se manifiesta a través del suave cariño a
quienes lo respetan, así como por medio de la feroz confrontación hacia quienes, consciente o
inconscientemente, buscan dañarlo. El león, es valentía confianza y determinación, no agacha su
cabeza una vez que ha fijado su ígnea mirada en su objetivo.

La Espada, es la propia mente. A veces tendremos que usarla como un espejo, para mirarnos y ver
a otros a través de su plateada y nítida cuchilla, pero en otras ocasiones, deberemos alzarla para
alejar a quienes cobardemente, se vuelven prófugos de los valores y las virtudes. Algunas veces, La
Espada refleja la luz para enseñar el camino, y otras, desprende grandes llamaradas de fuego, para
despertar a los ignorantes de espíritu y ciegos de corazón. La Espada, no es para buscar atacar o
dañar, sino para librar una defensa legítima hacia lo injusto. La Espada cuida las espaldas de
quienes aman y sacude con toda fuerza, a quienes se entregan a las múltiples máscaras ausentes
de amor.

En este mundo, ser coherente, es manifestar la bilateralidad de ambas esferas, tanto de la mente
como del corazón. La coherencia no se da en la tibieza, porque lo tibio lo “vomita Dios”. Quien
reconoce la luz y la flama de su fuego, así como la pureza y lo puntiagudo de su espada, puede
decir entonces que se conoce a sí mismo. Solo quien se conoce a sí mismo, no es dominado
secretamente por aquello que maquilla, evade o reprime. Aquéllos que manifiestan su carácter
suavemente ante los humildes y como relámpago ante los necios, aquéllos que expresan su voz
como armonía dulce hacia quienes saben escuchar, y como temible bramido a quienes
ensimismados, solo se oyen a sí mismos, aquéllos cuya presencia sana a los honestos e
intranquiliza a los hipócritas…todos aquéllos que saben usar en coherencia los dos polos de su
fuerza unitaria, son guerreros y protectores de La Verdad y La Justicia. La Verdad no puede ser
defendida por quienes carecen de pasión, de entrega, de valor, de inteligencia, de ímpetu, de
carácter. La Verdad no cabe en la prisión de las mentiras y la simulación a conveniencia. La balanza
de La Justicia no puede ser sostenida por los miedosos, por los avariciosos ni los soberbios.

Justicia es dar a cada quien lo que le corresponde. Verdad es liberarnos a nosotros y a otros de los
sutiles e imperceptibles límites, conscientes o inconscientes, que alimentan a la mentira y la
ilusión. Así que, la labor del León con La Espada, es saber cuándo sabiamente observar o
instintivamente reaccionar, cuándo contemplar con paciencia o saltar inesperadamente, cuándo
estar en silencio o rugir con fiereza, cuándo ignorar o imponerse apasionadamente para ser
respetado. La labor del León con La Espada, es cuidar y propagar La Verdad y La Justicia, a través
de una cálida luz o un abrazante fuego, a través de amigables destellos o intensas flamas.
La gente, a menudo tiene miedo de las fuerzas que habitan en sí, no sabe usarlas. Cree que la
“ferocidad y el rugido” son malos, pero, si uno reconoce la polaridad de su fuerza dentro de sí, si
uno ha logrado ya un constante estado de alerta y consciencia, si uno logra estar observándose en
todo momento, si lo que más le importa es salvaguardar La Luz que hay en Uno y en su alrededor,
entonces, no tiene nada a qué temer, porque la sabiduría y la potencia de la Unidad, siempre le
asistirán.

Al final, El León con La Espada, es un guerrero de luz que ha venido a confrontar con pasión a las
múltiples sombras, a los diversos rostros de la oscuridad que yacen en el interior, propio y de los
demás. Solo así, la libertad y el amor que moran en La Verdad pueden ser resguardados, solo así,
los valores y las virtudes que conducen a La Justicia, pueden ser siempre enaltecidos y cuidados.

También podría gustarte