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Ensayo de TOK, Título 5:

¿Cómo podemos distinguir entre las buenas y las malas interpretaciones? Discuta esta pregunta

haciendo referencia a las artes y a otra área de conocimiento

Palabras en total: 1600

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«La interpretación es un proceso de comunicación, diseñado para revelar los significados y las

relaciones de nuestro patrimonio cultural y natural, con el uso y exhibición de objetos, artefactos, y

la visualización de paisajes y lugares». ((EVE), 2017)

El interpretar consiste en reconstruir la realidad material a la que se refiere una representación de la

realidad. Por bueno y malo damos a conocer conceptos relativos al sentido, al valor o las

consecuencias de la actuación humana. Fernando Savater, un filósofo especializado en ética, afirma

que el bien es todo lo que está de acuerdo con lo que somos y lo que conviene al ser humano, y el

mal es lo opuesto: lo que significa la negación de quien somos. La pregunta de este título hace

referencia al mal relacionado de manera específica con una valoración ética o estética, y no se define

en función de sí mismo, sino que se hace por ser lo opuesto a algo que constituye una valoración

positiva. Al calificar algo como bueno o malo lo hacemos desde nuestra propia conciencia personal.

Mediante este ensayo, se analizará ¿Cómo podemos distinguir entre las buenas y las malas

interpretaciones? Para profundizar en esta pregunta, evaluaremos si se interpreta diferente según el

área de conocimiento, puntualmente el Arte y de las Ciencias Humanas, y, ¿hasta que punto el poder

de la interpretación nomina nuestra manera de percibir y conocer?

En el caso del Arte dentro de la disciplina de pintura, una mala interpretación es aquella que se basa

meramente en la subjetividad de quien lo interpreta. Se para en sí mismo sin poner en contexto la

obra. En contraste, una buena interpretación es aquella que está justificada ya sea por el análisis de

los aspectos formales, y también el contexto actual (una obra del pasado pudo haber tenido otro

mensaje o interpretación que el de ahora). Una hipótesis sobre la interpretación del arte es que a

todos nos tiene que impactar, el primer elemento para interpretar una obra de arte es el gusto, la

emoción, la percepción inicial y luego viene la explicación: el concepto de lo percibido. En ese

momento, entrarían en juego nuestros conocimientos artísticos. También se puede considerar el papel

del público en las artes. Esto puede incluir si el arte requiere la respuesta de un público o una

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interacción emocional con este, cuál es el papel de los críticos y expertos, y si todo el mundo tiene la

misma competencia para juzgar las artes.

Es evidenciado en la obra surrealista ‘La persistencia de la memoria’ (dali, 1931) por Salvador Dalí

dos interpretaciones diferentes entre el artista y el espectador. Se trata de relojes en formato de

derretimiento donde el público asumió que estos representaban una visión subjetiva de la

temporalidad y de sus implicaciones, la validación y la noción subjetiva del tiempo (Imaginario,

2020), aunque el artista solo los dibujó de esa manera porque había visto unos quesos derritiéndose

en su casa: “no son otra cosa que el queso camembert del espacio y el tiempo” (Dali, 1935). Las

obras del estilo surrealista dan pie a diferentes interpretaciones, ya que están cargadas de gran

simbolismo y poseen pocas representaciones convencionales de la realidad. Acá se desvela si el

poder de la interpretación del arte esta en el espectador o el artista. ¿Quién decide que obra es

buena o mala? Muchos expertos asumen que hubo una transición de las bellas artes al arte disruptivo

u ordinario. El ‘mal’ arte interpretan que es un resultado de un pensamiento o idea con

incompetencia, realizado de manera mediocre; aquello que tiende a alejarse de la virtud con maestría,

de alejarse de la objetividad de lo que define y significa la palabra arte. Otro problema a mencionar

es la medida en que separamos la obra con el artista.

En contraste con la declaración dentro de la pregunta, la interpretación de esta segunda obra

‘Madonna Sixtina’ (Sanzio, 1514) por Rafael Sanzio (1513-1514) es más del lado clásico y la época

del Renacimiento. Es famosa por un segmento de dicha, unos ángeles/querubines a los pies de la

Virgen, y los interpretadores creen que San Sixto I a su izquierda nos está señalando al público.

Aunque en realidad, su propósito inicial es que delante de esta obra estaba la crucifixión de Jesús, y

este se imagina el futuro del bebe a manos de la virgen. Hay un debate y controversía generalizada

acerca de la autenticidad sobre que es categorizado como buen arte. Esto es influenciado por el

supuesto artista y el potencial de su trabajo. Expertos consideran un rango de variables y factores que

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juzgan la técnica y sentimiento. La técnica analizada determina si el trabajo artístico es consistente

con la época y el estilo del artista. Hay evidencia demostrada a través de sombras, el tipo de material,

y hasta las pinceladas. Esto incrementa las preguntas sobre si los individuos sin suficiente

conocimiento en el área son justificados para hacer críticas acerca del gusto, y no acerca de los

hechos. ¿La intención del artista es lo que determina el significado? Expertos han tenido un

entrenamiento considerable y experiencia acerca de como se juzga una obra. Esto es justificado por

sus infalibles sentidos humanos de percepción y sus ingresos de gran cantidad de dinero. Como

críticos hay que considerar la medida por la cual el conocimiento artístico ha influido en nuestros

valores morales. Los puntos internos de la ética en el arte son: la creación, la intención, el impacto y

el reconocimiento de una obra artística.

Entonces, en el caso del Arte podemos concluir que es imposible distinguir entre buenas y malas

interpretaciones ya que el poder de la interpretación se encuentra tanto en el autor como en el

espectador. Por consiguiente, existen tantas interpretaciones como espectadores, haciendo que nunca

haya una respuesta certera.

Si abordamos las Ciencias Humanas y más puntualmente, la disciplina de la Economía, vemos la

interpretación en términos de como los individuos se comportan. Un ejemplo dentro de esta

disciplina que nos ayuda a responder sobre cómo podemos distinguir entre la buenas y las malas

interpretaciones nos lo brinda la teoría de la elección racional. Según esta teoría, por un lado,

tenemos la economía del comportamiento, donde la gente no actúa siempre racionalmente (siendo

mas realístico), y la economía racional, el mundo ideal. La teoría de la elección racional es utilizada

para entender y modelar formalmente el comportamiento social y económico (microeconomía), con

el fin de “maximizar su utilidad y beneficio, y reducir costos o ingresos” (Rational choice theory,

2020). Sin embargo, si tomamos como ejemplo la teoría clásica de la economía vemos una buena

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interpretación. La teoría económica clásica es parte del concepto de Homo economicus, creado por

John Stuart Mill hace dos siglos, el cual trata de explicar que el hombre económico es un individuo

racional, que se supone tiene una información perfecta de la realidad y que basado en esto toma sus

decisiones, potencializando su utilidad con un esfuerzo mínimo. El Homo economicus se considera

una persona perfectamente racional. La decisión correcta es aquella que maximiza el beneficio

económico y disminuye sus costos. Doscientos años después, Richard Thaler, entre otros, destruye

esta teoría argumentando que los consumidores somos más emocionales que racionales. De acuerdo

con Thaler, la racionalidad es limitada y las preferencias sociales, así como la falta de autocontrol

afectan constantemente las decisiones individuales, lo cual influye directamente en los resultados del

mercado. Entonces, ¿el conocimiento durante la historia nos da una oportunidad para mejorar la

economía actual? La evolución de la economía mundial, así como la crisis financiera del año 2008

han demostrado que la economía neoclásica tiene fallos por lo cual hay que replantear conceptos

como el Homo economicus (Carvajal, 2019), dando así una mala interpretación sobre cómo iba a

ser manejada la economía neoclásica en un futuro. Ellos señalaban que el valor se determinaba por la

utilidad que la mercancía reportaba a los consumidores y su escasez relativa. De esta forma, a mayor

utilidad, los consumidores estarían dispuestos a pagar más: mientras más escaso sea un bien, mayor

valor tendrá (Roldán, 2016). Para discutir acerca la buena interpretación de la pregunta, el

comportamiento planteando un rol en la economía ha aumentado el manejo de información y de las

métricas, y un mejor conocimiento de los ciudadanos en conjunto, tanto sus emociones como la toma

de decisiones. Gracias a esto, durante el gobierno de Barak Obama, se creó la oficina de Ciencias

Sociales y Comportamentales y el Banco Interamericano de Desarrollo para los ciudadanos de Latino

América (Carvajal, 2019).

En el caso de las ciencias humanas, podemos concluir que si existen buenas y malas

interpretaciones debido al rol que el conocimiento sobre la humanidad tomó en el crecimiento

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económico en la economía mundial, siendo una buena interpretación, y la economía neoclásica sin

tomar en cuenta la importancia que nuestras emociones y derechos abarcan en la economía.

Retomando la pregunta ¿Cómo podemos distinguir entre las buenas y las malas interpretaciones?,

podemos concluir que en ambas disciplinas hay buenas y malas interpretaciones, pero el contraste

en las artes ha demostrado una mayor dificultad en términos de la interpretación, dado por la

libertad de opinión e imaginación que uno tiene al momento de juzgar una obra de arte, ya sea por

parte del espectador o pintor. Por otro lado, las ciencias humanas son menos difíciles de interpretar

ya que tienen de apoyo la Historia para manejar mejor sus decisiones en el tipo de economía actual.

La economía neoclásica ha sido una mala interpretación de como podían sustentar los bienes

materiales que satisfacen necesidades humanas, y ese conocimiento ha atribuido una mejora en la

economía presente de hoy en día.

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Trabajos citados

(EVE), E. V. (20 de diciembre de 2017). Filosofía de la Interpretación. Recuperado el septiembre de

2021, de EVE Museos e Innovacion : https://evemuseografia.com/2017/12/20/filosofia-de-la-

interpretacion/

Ricoeur. (1969). Objetividad y subjetividad en la historia. Obtenido de Memoria Academica:

http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.1130/pr.1130.pdf

Imaginario, A. (26 de noviembre de 2020). La persistencia de la memoria. Obtenido de Cultura

Genial: https://www.culturagenial.com/es/persistencia-de-la-memoria-dali/

Dali, S. (1935). La conquista de lo irracional. Obtenido de LA PERSISTENCIA DE LA

MEMORIA (1931): https://www.marisolroman.com/publicaciones/la-persistencia-de-la-

memoria-1931

Carvajal, A. (9 de diciembre de 2019). Semana.com. La economía del comportamiento: cómo

manejar nuestra conducta irracional.

Rational choice theory. (10 de octubre de 2020). Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Teor

%C3%ADa_de_la_elección_racional

Roldán, P. N. (2 de diciembre de 2016). Ecomipedia. Obtenido de Economía neoclásica:

https://economipedia.com/definiciones/economia-neoclasica.html

dali, S. (1931). La persistencia de la memoria. Historia del Arte, España.

Sanzio, R. (1514). Madonna Sixtina. Historia del Arte, Italia.

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