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Cículo de Influencia y de Preocupación

Existen muchas formas de lidiar con el estrés, que muchas veces se ve traducido con la frase
“no me alcanza el tiempo”: gestionar correctamente nuestros asuntos, aprender a decir que
no, crear un equilibrio entre los distintos roles de nuestra vida, etc. Sin embargo, todas ellas
entran en el campo de la gestión (de organizarse, de hacer las cosas) y no en el campo del
liderazgo, que es de donde nacen la planificación y la ejecución. Una de las formas más
efectivas que conozco de lidiar con el estrés (y que entra en el liderazgo) es diferenciar el
círculo de la preocupación del círculo de la influencia.  

El círculo de preocupación engloba todas las cosas


que nos preocupan: desde el hambre mundial, el clima, la presentación de un nuevo proyecto,
la tapa del inodoro que alguien dejó levantada, o la comida que tiene mucha sal. La mayoría
de personas tienen cosas así de dispares y amplias en su círculo de preocupación: les
preocupan los temas enormes, los medianos, los pequeños o los que ni siquiera tienen
relación con ellos. Preocuparse por ciertos temas no está mal de ningún modo, el problema
ocurre cuando ocupa casi todo mi tiempo y queda muy poco para aquello en lo que sí tengo
influencia.
El círculo de influencia engloba todas las cosas sobre las que podemos influir; es decir, todo
sobre lo que podemos hacer algo para modificarlo. Por ejemplo, la conducta de sus hijos está
dentro de su círculo de influencia. También su desempeño laboral, la relación con sus colegas
y su esposo(a). Todos forman parte de las cosas sobre las que usted realmente puede hacer
algo.

Tanto el círculo de preocupación como el de influencia pueden crecer o reducirse. Si


ampliamos nuestro círculo de preocupación mientras reducimos el de influencia nuestra vida
será un caos que no se desea a nadie. Por ejemplo, la conducta de sus hijos originalmente está
dentro de su círculo de influencia; pero si no construye una buena relación con ellos ni los
educa con el ejemplo y sin violencia terminará por perder su influencia sobre ellos; su
conducta dejará de formar parte de su círculo de influencia y se trasladará al de preocupación.
El primer círculo se habrá reducido y el segundo se habrá ampliado. Y así viven muchos
padres, desesperados porque perdieron influencia sobre sus hijos.

Lo ideal es que nuestro círculo de influencia crezca mientras el de preocupación se reduce. Por
ejemplo, formar una relación sólida y de largo plazo con sus hijos desde pequeños aumenta su
círculo de influencia sobre ellos y lo dejará preparado(a) para las etapas difíciles de la
adolescencia; que es cuando escuchan menos y se vuelven rebeldes. Así se tienen hijos con
mejor conducta, su círculo de influencia estará en crecimiento constante y su preocupación se
habrá reducido notablemente y podrá llevar una vida más plena.
Lamentablemente, la mayoría de personas vive ampliando su círculo de preocupación;
pasando mucho tiempo en pensar por la forma en que les habló un compañero de trabajo o
enojado(a) desproporcionadamente si sus hijos no terminan la tarea. Definitivamente, esa no
es una forma agradable de vivir. Así que no se Pre-Ocupe y Ocúpese (tome acción) por las
cosas si están bajo su control o capacidad de acción.

Así que pregúntese:

  ¿Vive ampliando su círculo de preocupación o de influencia?

 ¿Cuántas cosas que le preocupan están fuera de tu influencia y no puedes hacer


nada para cambiarlas?

 ¿Cuántas están dentro de su círculo de influencia y viene postergando?

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