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MEXICO
PLANTEL DE ATLACOMULCO 08
CIENCIAS DE LA SALUD II
PROYECTO FINAL
Fractura de huesos
CG 1.3 Elige alternativas y cursos de acción con base en criterios sustentados y en el marco de
un proyecto de vida.
COMPETENCIAS DISCIPLINARES
CDECE16. Aplica medidas de seguridad para prevenir accidentes en su entorno y /o para
enfrentar desastres naturales que afecten su vida cotidiana.
Objetivo
El objetivo del tratamiento es colocar las partes del hueso de nuevo en su lugar, controlar el dolor, darle
al hueso tiempo de soldar, prevenir complicaciones y restablecer el uso normal del área fracturada.
Una fractura es la solución de continuidad del tejido óseo en cualquier hueso del cuerpo se
produce como consecuencia de un esfuerzo excesivo que supera la resistencia del hueso, es decir
es la consecuencia de una sobrecarga única o múltiple y se produce en milisegundos Los extremos
fracturados producen una lesión de las partes blandas lo que se aumenta por el proceso de
implosión de la fractura.
Introduccion
Una fractura es una grieta o una rotura de un hueso. La mayoría de las fracturas son
consecuencia de la fuerza aplicada a un hueso.
También pueden estar presentes o desarrollarse con posterioridad otras lesiones, como
las lesiones de los vasos sanguíneos y nervios, el síndrome compartimental, infecciones y
problemas articulares a largo plazo.
A veces los médicos pueden diagnosticar las fracturas basándose en los síntomas, las
circunstancias causantes de la lesión y los resultados de la exploración clínica, pero por
regla general se necesitan radiografías.
La mayoría de las fracturas cicatrizan bien y ocasionan pocos problemas, pero el tiempo
que tardan en curarse varía, dependiendo de muchos factores, como la edad del paciente,
el tipo y la gravedad de la lesión y la presencia de otros trastornos.
Los huesos forman parte del sistema musculoesquelético, que también incluye los músculos y
los tejidos que los conectan (ligamentos, tendones y otros tejidos conjuntivos, llamados tejidos
blandos). Estas estructuras proporcionan al cuerpo su forma y su estabilidad, haciendo que
pueda moverse.
Los huesos de las articulaciones pueden estar totalmente separados unos de otros (lo que
se denomina luxación) o sólo parcialmente fuera de su posición (lo que se
denomina subluxación).
Los ligamentos (que unen los huesos entre sí) se pueden romper (esguince).
Los esguinces, las distensiones y los tendones rotos se llaman lesiones de tejidos blandos .
Esguinces y distensiones (tirones)
3D MODEL:
Las fracturas (y las demás lesiones musculoesqueléticas) varían mucho tanto en gravedad como
en el tipo de tratamiento requerido. Por ejemplo, las fracturas pueden ir desde una fisura
pequeña en un hueso del pie, que fácilmente pasa inadvertida, hasta una importante fractura
pélvica que pone en peligro la vida.
Una fractura puede romper la piel (denominada fractura abierta) o no (fractura cerrada).
VIDEO
Fracturas (diferentes clasificaciones)
VIDEO
Un traumatismo que rompe un hueso también puede dañar seriamente otros tejidos, incluyendo
la piel, los nervios, los vasos sanguíneos, los músculos y diversos órganos. Estas lesiones
pueden complicar el tratamiento de la fractura y/o causar problemas de forma temporal o
permanente.
En la mayoría de los casos las extremidades están fracturadas, pero pueden producirse fracturas
en los huesos de cualquier parte del cuerpo, como las siguientes:
Cabeza
Cara
Ojos
Costillas
Columna vertebral
Cómo consolida el hueso
Cuando la mayoría de los tejidos, como los de la piel, los músculos y los órganos internos se
lesionan de forma considerable, se autoreparan mediante el reemplazo del tejido sano por tejido
cicatricial. El tejido cicatricial suele tener una apariencia diferente de la del tejido normal, o altera
de algún modo su funcionalidad. En contraste, el hueso se cura (consolida) mediante la
formación de tejido óseo.
Cuando un hueso se regenera después de una fractura, esta suele resultar prácticamente
indetectable al cabo de un tiempo. Incluso huesos que han presentado lesiones muy graves,
cuando se tratan adecuadamente, a menudo consolidan y llegan a funcionar con cierta
normalidad.
Inflamación
Repararación
Remodelación
La etapa inflamatoria alcanza su actividad máxima al cabo de un par de días, pero tarda
semanas en desaparecer. Este proceso causa la mayor parte del dolor que experimenta al
principio la persona que ha sufrido una fractura.
Durante esta etapa y la etapa de reparación, a menudo es necesario evitar que la parte
fracturada del cuerpo se mueva (inmovilización), por ejemplo, con un yeso o una férula.
La etapa de reparación comienza pocos días después de la lesión y puede durar entre semanas
y meses. Para reparar la fractura se forma hueso nuevo (denominado callo óseo). Al principio
este nuevo tejido óseo, denominado callo externo, no contiene calcio (el mineral que proporciona
al hueso su resistencia y densidad). Este tejido nuevo es blando y elástico. Por lo tanto, se
puede dañar con facilidad y puede permitir que la fractura se mueva (se desplace). Además, no
puede detectarse en las radiografías.
En la etapa de remodelación, el hueso se destruye, se reconstruye y se restaura hasta una
situación similar a la previa. La remodelación tarda muchos meses. El calcio se deposita en el
callo, con lo que aumenta su rigidez y resistencia, y es más fácil de ver en las radiografías,
conforme se restablece la forma y estructura del hueso.
Durante esta etapa, la persona afectada puede comenzar a usar poco a poco la parte lesionada
con normalidad. Debe reanudar gradualmente sus actividades normales y aumentar de forma
progresiva la cantidad de fuerza o de peso que carga sobre la parte lesionada.
Fuerza moderada repetida, como puede ocurrir en los corredores de larga distancia o en
los soldados que marchan con una carga pesada en la espalda (estas fracturas se
denominan fracturas por sobreesfuerzo )
La gravedad de la fracturas depende en parte de la intensidad del traumatismo. Por ejemplo, una
caída desde la propia altura suele causar fracturas menores, pero una caída desde un edificio
alto puede causar fracturas graves que afectan a múltiples huesos.
Ciertas infecciones
Tumores óseos (que pueden ser cancerosos o no), incluidos los cánceres que se han
diseminado (metástasis) desde cualquier parte del cuerpo hasta el hueso
Osteoporosis
Las personas con uno de estos trastornos también son más propensas a romperse un hueso,
incluso cuando la fuerza ejercida es leve. Este tipo de fracturas se denominan fracturas
patológicas.
Dolor
La parte lesionada duele, especialmente cuando el sujeto trata de cargar peso o mover la
extremidad. La zona que rodea a la fractura es dolorosa al tacto. Otros síntomas incluyen
Hinchazón
Hematomas o decoloración
Las fracturas generalmente causan hinchazón, pero ésta puede tardar horas en aparecer y, en
algunos tipos de fracturas, es muy leve.
Cuando los músculos que rodean la zona lesionada tratan de mantener el hueso fracturado en su
posición se pueden producir espasmos musculares, causando un dolor adicional.
Se producen hematomas cuando existe un sangrado por debajo de la piel. La sangre puede
provenir de los vasos sanguíneos del hueso fracturado o de los tejidos circundantes. Al principio,
el moratón es de color negro violáceo y se va tornando entre verde y amarillo a medida que la
sangre se descompone y el organismo la reabsorbe. Esta puede desplazarse a bastante
distancia de la fractura, lo que causa un hematoma de grandes dimensiones o bien un hematoma
a cierta distancia de la zona lesionada. La sangre puede tardar semanas en reabsorberse. La
sangre acumulada produce dolor temporal y rigidez en las estructuras circundantes. Por ejemplo,
las fracturas del hombro pueden causar moratones en todo el brazo y provocar dolor en el codo y
en la muñeca.
El dolor, igual que la fractura misma, impiden a menudo que la persona afectada mueva la parte
fracturada con normalidad.
Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no
quiere realizar movimientos. Si el paciente no puede hablar (como en niños pequeños o
ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una fractura. Sin
embargo, algunas fracturas no impiden a la persona afectada mover la zona lesionada. El hecho
de que la zona lesionada pueda moverse no significa que no haya fractura.
Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios, el síndrome
compartimental, la embolia grasa, y las infecciones) se producen durante las primeras horas o
días después de la lesión. Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de
consolidación) se desarrollan con el tiempo.
Lesión neurológica
A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se fractura un hueso. Un
traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Estas lesiones suelen curarse por sí
mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la gravedad de la enfermedad.
Algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo.
En raras ocasiones, los nervios se rompen, a veces debido a la presencia de fragmentos afilados
de hueso. Es más fácil que se produzca una laceración nerviosa cuando la piel está rota. Los
nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica.
Embolia pulmonar
La embolia pulmonar es la complicación grave más frecuentemente asociada a las fracturas
graves de la cadera o la pelvis. Se produce cuando tras formarse un coágulo sanguíneo en una
vena, éste se desprende (convirtiéndose en un émbolo), alcanza el pulmón y allí bloquea una
arteria. Como resultado, es posible que el cuerpo no reciba suficiente oxígeno.
Una fractura de cadera aumenta en gran medida el riesgo de embolia pulmonar, ya que implica
Alrededor de un tercio de las personas que mueren después de una fractura de cadera lo hacen
a causa de una embolia pulmonar. La embolia pulmonar es mucho menos frecuente en las
fracturas de la zona inferior de la pierna y muy poco frecuente en las fracturas del brazo.
Embolia grasa
En raras ocasiones se produce una embolia grasa. Puede ocurrir cuando se fracturan los huesos
largos (como el fémur) y se libera la grasa del interior del hueso (médula ósea). La grasa puede
desplazarse a través de las venas, alojarse en los pulmones y obstruir allí un vaso sanguíneo,
causando una embolia pulmonar . Como resultado, el organismo no recibe suficiente oxígeno, y el
paciente puede presentar una sensación de falta de aire y dolor torácico. La respiración puede
llegar a ser rápida y superficial, y la piel puede adquirir un aspecto moteado o un color azul.
Síndrome compartimental
En raras ocasiones, se produce un síndrome compartimental . Por ejemplo, cuando los músculos
lesionados se hinchan mucho después de una fractura del brazo o de la pierna. Debido a que la
inflamación ejerce presión sobre los vasos sanguíneos cercanos, el flujo de sangre a la
extremidad lesionada se reduce o se interrumpe. Como resultado, los tejidos de la extremidad
pueden lesionarse o morir, y el miembro puede tener que ser amputado. Si no se trata con
rapidez, el síndrome puede ser mortal. El síndrome compartimental ocurre con mayor frecuencia
en personas que presentan determinadas fracturas en la parte inferior de la pierna ,
determinadas fracturas del brazo o una fractura de Lisfranc (un tipo de fractura del pie).
Infecciones
Si al producirse la fractura se desgarra la piel la herida puede infectarse, y la infección puede
propagarse al hueso (lo que se denomina osteomielitis que es muy difícil de curar).
Problemas articulares
Las fracturas que afectan a una articulación por lo general lesionan el cartílago articular de los
extremos óseos en las superficies de la articulación. Normalmente, este tejido de protección liso
y resistente permite que las articulaciones se muevan sin problemas. El cartílago lesionado suele
cicatrizar, lo que produce artrosis, que a su vez provoca rigidez en las articulaciones y limita su
rango de movimiento. La rodilla, el codo y el hombro son particularmente propensos a desarrollar
rigidez después de una lesión, especialmente en personas mayores.
Generalmente es necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación
se mueva lo más normalmente posible. Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para
reparar el cartílago dañado. Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una
incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave.
Algunas fracturas pueden hacer que una articulación sea inestable, lo que aumenta el riesgo de
lesiones repetidas y artrosis. El tratamiento adecuado, que a menudo incluye un yeso o una
férula, puede ayudar a prevenir problemas permanentes.
Miembros desiguales
En los niños, si la placa (o cartílago) de crecimiento de una pierna se fractura, es posible que la
pierna afectada no crezca normalmente y sea más corta que la pierna no afectada. Las placas de
crecimiento, que están formadas por cartílago, permiten que los huesos crezcan hasta que el
niño alcanza su estatura máxima. Si una fractura no afecta el cartílago de crecimiento, puede
estimular el crecimiento óseo desde el propio lugar de la fractura. Si estimula el crecimiento, la
pierna fracturada puede crecer demasiado y ser más larga que la otra pierna.
En los adultos, la cirugía para reparar el fémur puede dar como resultado que una pierna sea
más larga que la otra.
Los extremos cicatricen muy lentamente (lo que se denomina retardo de consolidación)
Los huesos fracturados no se mantienen uno junto al otro y no se protegen del movimiento
(lo cual indica que no están inmovilizados con un yeso o una férula).
Si una persona cree que se ha fracturado un hueso, debe acudir (o hacer que le lleven) de
inmediato a una unidad de emergencias. Las posibles excepciones son algunas lesiones en los
dedos de los pies o en las yemas de los dedos de la mano.
Si las lesiones son el resultado de un accidente grave, la primera prioridad del médico es
Comprobar si hay lesiones graves y complicaciones, como una herida abierta, una lesión
nerviosa, pérdida importante de sangre, alteración del flujo sanguíneo o un síndrome
compartimental
Por ejemplo, el médico hace lo siguiente:
Mide la presión arterial: la presión arterial es baja en personas que han perdido mucha
sangre.
Comprueba los pulsos y el color y la temperatura de la piel: los pulsos ausentes o débiles
y la piel pálida y fría pueden indicar que el flujo sanguíneo está interrumpido. Estos
síntomas pueden significar que una arteria está dañada o que se ha producido un
síndrome compartimental.
Si alguna de estas lesiones y complicaciones están presentes, el médico las trata según sea
necesario, y luego continúa con la evaluación.
Descripción de la lesión
El médico pide a la persona afectada (o a alguien que presenciara la situación) que describa lo
que pasó. A menudo, el paciente no recuerda cómo se produjo una lesión o no lo puede describir
con precisión. Saber cómo tuvo lugar la lesión puede ayudar al médico a determinar de qué tipo
de lesión se trata. Por ejemplo, si el paciente comenta que se produjo un chasquido o un
estallido, la causa puede ser una fractura (o una lesión de un ligamento o de un tendón).
Además, el médico pregunta en qué dirección se forzó la articulación en el momento de la lesión.
Esta información ayuda al médico a determinar qué huesos y demás estructuras están afectados.
Exploración física
La exploración física incluye los siguientes aspectos (en orden de prioridad):
Explorar las articulaciones situadas por encima y por debajo de la parte lesionada
El médico palpa con cuidado la zona lesionada para determinar si los huesos se han astillado, si
se han desplazado de su lugar habitual y si la zona es dolorosa al tacto. El médico también
comprueba si hay inflamación y hematomas. Si no aparece hinchazón dentro las primeras horas
posteriores a la lesión, la fractura es poco probable.
Los médicos también preguntan al paciente si puede utilizar, apoyar y mover la parte lesionada.
El médico también comprueba las articulaciones localizadas por encima y por debajo de la
articulación lesionada y busca la presencia de lesiones en los ligamentos, los tendones y los
músculos.
Pruebas
Las pruebas de diagnóstico por la imagen utilizadas para el diagnóstico de las fracturas son
Radiografías
Suelen tomarse radiografías desde dos ángulos distintos como mínimo, para mostrar cómo están
alineados los fragmentos del hueso. Las radiografías de rutina pueden no mostrar pequeñas
fracturas cuando los fragmentos óseos permanecen en su posición (es decir, cuando los
fragmentos no se separan). Estas fracturas se denominan fracturas ocultas. Así que a veces se
obtienen radiografías adicionales desde diferentes ángulos. De vez en cuando, el médico espera
varios días o incluso semanas para hacer nuevas radiografías, porque algunas fracturas ocultas,
como las fracturas costales, las fracturas por fatiga y las fracturas del escafoides (el hueso de la
muñeca), se hacen visibles en las radiografías sólo después de que la fractura ha comenzado a
consolidar y se deposita calcio en el hueso nuevo.
Cuando una fractura no se visualiza en las radiografías pero los médicos todavía la sospechan,
pueden aplicar una férula y volver a examinar a la persona días más tarde. Si los síntomas
siguen siendo preocupantes se puede obtener otra radiografía. Las fracturas pueden ser más
fáciles de ver en los rayos X después de que hayan estado sanando durante un tiempo.
Si las radiografías muestran una fractura en un hueso que parece anómala (por ejemplo, si
algunas zonas del hueso aparecen adelgazadas), probablemente la fractura se produjo debido a
una enfermedad (como la osteoporosis) que debilita el hueso.
Pueden realizarse una TC o una RMN cuando
Los resultados del examen sugieren una fractura pero las radiografías no la ponen de
manifiesto.
La TC y la RMN también pueden utilizarse para obtener detalles de una fractura que no podrían
detectarse mediante una radiografía convencional. La TC muestra los detalles sutiles en la
superficie de una articulación fracturada y zonas de una fractura oculta por una zona ósea no
dañada. La TC y la RMN en particular pueden mostrar las partes blandas, que generalmente no
son visibles en las radiografías. La RMN muestra los tejidos situados alrededor del hueso, lo que
ayuda a detectar lesiones en los tendones, los ligamentos, los cartílagos y los músculos
circundantes. Puede mostrar alteraciones causadas por un cáncer. La RMN también puede
revelar lesiones (hinchazón o hematomas) en el interior del hueso y de esa forma mostrar
pequeñas fracturas visibles antes de que puedan detectarse en las radiografías.
TABLA
Descifrando la terminología médica relacionada con las fracturas
Descifrando la terminología médica relacionada con las fracturas
Tipo Descripción
Una fractura por fatiga tiene lugar cuando el hueso sufre presión
repetidamente como consecuencia de ciertas actividades, como
caminar con una mochila pesada o correr. Las fracturas por fatiga
suelen ser fisuras pequeñas en un hueso (a veces denominadas
Estrés
fracturas fisurarias o fracturas óseas capilares). Las fracturas por
fatiga son habituales en los huesos que cargan peso, como los del
pie y los de la zona inferior de la pierna.
Protección, reposo, hielo, compresión y elevación (PRICE, por sus siglas en inglés)
Las fracturas graves y, si están presentes, las lesiones y complicaciones graves relacionadas, se
tratan de inmediato (por ejemplo, choque o bien síndrome compartimental). Sin un tratamiento
oportuno, tales lesiones pueden empeorar, llegando a ser más dolorosas, siendo más probable
que ocasionen una pérdida de función. Estas lesiones pueden causar problemas graves o
incluso la muerte.
Si una persona cree que tiene una fractura u otra lesión grave, debe acudir a un centro de
urgencias. Si no puede caminar o presenta varias lesiones, debe ser trasladado en ambulancia.
Hasta que pueda conseguirse asistencia médica, se debe hacer lo siguiente:
Elevar la extremidad, si es posible por encima de la altura del corazón, para limitar la
inflamación
Aplicar hielo (cubierto por una toalla o un trapo) a la zona lesionada para controlar el dolor
y la inflamación
En los niños, a menudo es preferible el tratamiento con yeso a la cirugía debido a que
Los niños desarrollan menos rigidez después de llevar un yeso que los adultos.
Son más propensos a ser capaces de moverse con normalidad después de llevar un yeso.
La cirugía cerca de una articulación puede dañar la parte del hueso que permite a los
niños crecer (placa de crecimiento).
Tratamiento de las lesiones graves
En el servicio de urgencias, los médicos determinan la presencia de lesiones que requieran
tratamiento inmediato.
También se reparan quirúrgicamente los nervios cortados, pero esta cirugía se puede retrasar
hasta varios días después de la lesión, si es necesario. Si los nervios están comprimidos o
contundidos, pueden sanar por sí solos.
Protección
Reposo
Hielo
Compresión (presión)
Elevación
El tratamiento PRICE también puede ser eficaz para las personas que, además de una factura,
presentan lesiones de partes blandas. El tratamiento PRICE se utiliza para tratar los músculos,
los ligamentos y los tendones lesionados.
Ciertas fracturas en los niños no necesitan ser realineadas porque el hueso, que sigue
creciendo, puede corregir el defecto de alineación.
Si es posible, la reducción se lleva a cabo sin necesidad de cirugía (lo que se denomina
reducción cerrada), mediante manipulación de los huesos o de los fragmentos óseos para volver
a colocarlos en su lugar. Después de realizar la reducción, el médico suele solicitar radiografías
para determinar si los huesos fracturados están en su posición normal.
Algunas lesiones deben ser realineadas quirúrgicamente (lo que se denomina reducción abierta ).
Debido a que la reducción suele ser dolorosa, antes del procedimiento se suelen administrar al
paciente analgésicos, sedantes y/o un anestésico. Los tipos de fármacos que se utilizan
dependen de la gravedad de la lesión y de cómo se debe llevar a cabo la reducción:
Reducción cerrada de fracturas menores (tales como las de los dedos de la mano o del
pie): puede que únicamente sea necesario inyectar un anestésico local, como la lidocaína,
cerca de la parte lesionada.
Reducción cerrada de las fracturas importantes (como las del brazo, el hombro o la
pierna): pueden administrarse un sedante y analgésicos intravenosos. El sedante adormila
el sujeto, pero no le sumerge en un estado de inconsciencia. También se puede
administrar un anestésico local mediante una inyección. Por ejemplo, si el paciente tiene
una luxación de hombro, se puede inyectar lidocaína en la articulación del hombro.
Inmovilización
Después de realinear la lesión, se debe evitar que esta se desplace (es decir, necesita ser
inmovilizada).
Por lo general después de una reducción cerrada de una fractura se utiliza un yeso, una férula o
un cabestrillo.
Durante una reducción abierta de una fractura a menudo se utiliza material de osteosíntesis,
como clavos, tornillos, varillas y placas. Esta intervención se denomina reducción abierta y
fijación interna (RAFI).
La inmovilización reduce el dolor y ayuda a la curación al prevenir que se produzcan más
lesiones en los tejidos circundantes. Si se fractura un hueso de una pierna o un brazo, la
inmovilización puede ayudar a prevenir una embolia grasa. La inmovilización es útil para la
mayoría de las fracturas moderadas o graves. Se inmobilizan las articulaciones situadas a ambos
lados de la fractura.
Si la inmovilización dura demasiado tiempo (por ejemplo, durante más de un par de semanas en
adultos jóvenes), la articulación puede volverse rígida, a veces de forma permanente, y los
músculos pueden acortarse (provocando contracturas) o disminuir su volumen (atrofiarse). Se
pueden formar coágulos de sangre. Estos problemas pueden desarrollarse rápidamente, y las
contracturas pueden llegar a ser permanentes, por lo general en las personas mayores. En
consecuencia, el médico recomienda que el paciente mueva la parte afectada tan pronto como la
fractura consolide. También se tiende a utilizar tratamientos que permiten a las personas
mayores caminar tan pronto como sea posible (por ejemplo, la reparación quirúrgica de una
fractura de cadera), en lugar de los que les obliga a ser inmovilizados durante mucho tiempo
(como el reposo en cama o un yeso).
El fisioterapeuta puede aconsejar a la persona afectada sobre lo que puede hacer, mientras su
parte lesionada está inmovilizada, para mantener la fuerza, la amplitud de movimiento y la
funcionalidad tanto como sea posible. Una vez finalizada la inmobilización, el fisioterapeuta
puede ayudar a la persona afectada con ejercicios para fortalecer y estabilizar la parte lesionada.
Estos ejercicios pueden ayudar a prevenir futuras lesiones y discapacidades.
La mayoría de las fracturas se inmovilizan con un molde de yeso (escayola), una férula o un
cabestrillo hasta que se curan. Sin inmovilización, los extremos fracturados tienen mayor
tendencia a moverse, la curación es más lenta, y puede que la fractura no consolide. Si los
huesos rotos se han separado o se encuentran desalineados, por lo general se deben realinear
(reducir) antes de inmovilizarlos.
Los yesos se utilizan generalmente para las lesiones que deben mantenerse inmovilizadas
durante semanas.
Funda de escayola comercial
IMAGEN CORTESÍA DE DANIELLE CAMPAGNE, MD.
Para aplicar un yeso, el médico envuelve la zona lesionada en una tela, a la que después aplica
una capa de un material de algodón suave para proteger la piel de la presión y el roce. Sobre
este vendaje se aplica unas vendas de yeso o de fibra de vidrio que se endurecen cuando se
secan. A menudo se utiliza un yeso para inmovilizar las fracturas desplazadas ya que se moldea
bien y es menos probable que roce la piel. Las inmovilizaciones con fibra de vidrio son más
fuertes, más ligeras y más duraderas. Después de aproximadamente una semana disminuye la
hinchazón. A continuación, la férula de yeso a veces puede ser reemplazada por una
inmovilización con fibra de vidrio que en esta fase se adapta más fácilmente a la extremidad.
A los pacientes a los que se les coloca un yeso se les proporcionan instrucciones específicas
para su cuidado. Si un yeso no se cuida adecuadamente, pueden aparecer problemas. Por
ejemplo, si se moja un yeso, el acolchado protector bajo el yeso puede empaparse, siendo
imposible secarlo por completo. Como resultado, la piel puede reblandecerse y erosionarse, y
pueden formarse úlceras. Además, si un yeso se moja, puede reblandecerse y, por lo tanto, no
proteger e inmovilizar la zona lesionada.
En las fracturas de los dedos se utilizan habitualmente férulas (tablillas) de aluminio cubiertas de
gomaespuma.
Durante el baño, se envuelve el molde de yeso en una bolsa de plástico y se sella muy
cuidadosamente la parte superior con bandas de goma o esparadrapo; también puede
utilizarse un recubrimiento impermeable especialmente diseñado para proteger un
molde de yeso del agua. Existen fundas de protección comercializadas, cómodas de
usar, y más fiables. Si un molde de yeso se moja, el alcochamiento interior puede
retener la humedad. Parte de esta humedad puede eliminarse con un secador de pelo.
Si no es posible, debe cambiarse el molde de yeso para evitar el desprendimiento de la
piel.
Nunca se debe introducir un objeto dentro del molde de yeso (por ejemplo, para
rascarse).
Hay que vigilar la piel que rodea el molde de yeso a diario y acudir al médico ante
cualquier enrojecimiento o llaga.
Revise los bordes del yeso todos los días, y si están ásperos, coloque esparadrapo,
gasas, algodón u otro material blando para acolcharlos y que no lesionen la piel.
Durante el reposo, hay que colocar cuidadosamente el molde de yeso sobre una
almohada pequeña o una almohadilla para prevenir que el borde del molde pellizque la
piel o se clave en ella.
Es necesario contactar con el médico si el yeso desprende mal olor o si aparece fiebre.
Estos síntomas pueden indicar una infección.
Si el molde de yeso ocasiona un dolor que empeora a medida que pasa el tiempo o un
entumecimiento o debilidad de nueva aparición, debe contactarse con el médico. Estos
síntomas pueden indicar un síndrome compartimental.
Las fracturas abiertas: dado que la piel se rompe, las bacterias y los residuos pueden
entrar en el organismo. El médico debe limpiar cuidadosamente el área alrededor de la
fractura para eliminar cualquier rastro de residuos. Llevar a cabo esta acción reduce el
riesgo de infección.
Las fracturas desplazadas que no se pueden reducir o mantener reducidas (en su
posición) mediante maniobras cerradas: cuando un fragmento óseo se ha desplazado o
queda un tendón interpuesto, el médico puede no ser capaz de realinear los huesos rotos
mediante la manipulación desde el exterior (reducción cerrada). O bien, la fractura se
puede realinear mediante reducción cerrada, pero los músculos, al traccionar de los
fragmentos óseos, impiden que los extremos permanezcan en su posición.
Las fracturas superficiales conjuntas: estas fracturas se extienden hacia la articulación,
fracturando el cartílago articular en los extremos óseos. Para evitar que el paciente
desarrolle con posterioridad una artrosis, el médico debe reducir casi perfectamente el
cartílago fracturado. La reducción puede ser más precisa cuando se hace
quirúrgicamente.
Las fracturas patológicas en un hueso debilitado por un cáncer: el hueso debilitado
por un proceso canceroso puede no consolidar normalmente después de una fractura. La
cirugía puede ser necesaria para evitar que los fragmentos óseos se desplacen. Además,
la estabilización de la articulación de forma quirúrgica disminuye el dolor y permite al
sujeto utilizar la articulación con mayor rapidez.
Fracturas que se sabe que requieren tratamiento quirúrgico: se sabe que ciertos tipos
de fracturas (como las de cadera y las de fémur) consolidan más rápidamente y tienen
mejor pronóstico cuando se reparan quirúrgicamente.
Las fracturas que de otro modo requerirían un largo período de inmovilización o
reposo en cama: la cirugía reduce el tiempo que el paciente necesita permanecer
encamado. Por ejemplo, el tratamiento quirúrgico permite que los pacientes con fractura
de cadera comiencen a levantarse de la cama y caminar poco después de la operación,
con frecuencia incluso al día siguiente de la cirugía (con la ayuda de un andador).
Fracturas complicadas: la cirugía puede ser necesaria para tratar ciertas lesiones que se
producen con la fractura, como una lesión arterial o una sección nerviosa.
Se lleva a cabo una reducción abierta con fijación interna (RAFI), para restaurar la forma y la
alineación original del hueso. Los cirujanos utilizan los rayos X para ver cómo alinear los huesos.
Después de hacer una incisión para exponer la fractura, el cirujano usa instrumentos especiales
para mantener alineados los fragmentos de hueso. Después se fijan los fragmentos en el lugar
correspondiente utilizando una combinación de cables metálicos, clavos, tornillos, varillas y
placas. Por ejemplo, puede darse forma a las placas metálicas según sea necesario, y estas
pueden fijarse con tornillos en la parte exterior del hueso. Las varillas metálicas pueden
insertarse desde un extremo del hueso hacia el interior de este (médula ósea). Estos dispositivos
implantables son de acero inoxidable, de una aleación metálica altamente resistente o de titanio.
Los dispositivos fabricados en los últimos 15-20 años son compatibles con los potentes imanes
que se emplean en la RMN. La mayoría de ellos no hacen sonar la alarma de los dispositivos de
seguridad de los aeropuertos. Algunos de estos dispositivos se dejan en el hueso de forma
permanente, y otros se extraen tras la curación de la fractura.
Puede ser necesaria una sustitución articular (artroplastia) cuando la fractura lesiona de
gravedad la parte alta del fémur, que forma parte de la articulación de la cadera, o del hueso de
la parte superior del brazo (húmero), que forma parte de la articulación del hombro.
Cuando el médico utiliza injerto óseo, extrae fragmentos de hueso de otra parte del cuerpo
(como la pelvis). Este procedimiento se puede realizar de entrada si el espacio que existe entre
los fragmentos óseos es demasiado grande. También se puede hacer más adelante, si el
proceso de consolidación es lento (retardo de consolidación) o no se produce (seudoartrosis).
Rehabilitación y pronóstico de las fracturas
La mayoría de las fracturas se curan bien y causan pocas complicaciones. Sin embargo, algunas
no se curan por completo a pesar de que se haya hecho un diagnóstico acertado y se haya
seguido el tratamiento adecuado.
El tiempo requerido para que la fractura se cure oscila entre semanas y meses, dependiendo de
Tipo de fractura
Localización de la fractura
Por ejemplo, los niños se curan mucho más rápido que los adultos, y ciertos trastornos
(incluyendo los que causan problemas de circulación, como la diabetes y la enfermedad vascular
periférica) retrasan la velocidad de cicatrización.
Generalmente el sujeto siente molestias al realizar algunas actividades, incluso después de que
las fracturas ya estén lo suficientemente curadas como para cargar todo el peso corporal sobre la
zona afectada. Por ejemplo, después de aproximadamente 2 meses, una fractura de muñeca
puede ser lo suficientemente fuerte como utilizar la muñeca. Sin embargo, el hueso todavía se
está reconstruyendo (remodelado de la fractura). Así, el dolor al apretar con fuerza utilizando la
muñeca puede persistir hasta un año. Algunos pacientes también notan dolor y rigidez en la zona
lesionada cuando el clima es frío.
Para evitar o reducir al mínimo la rigidez y para ayudar a la persona afectada a mantener la
fuerza muscular, el médico puede recomendar el tratamiento quirúrgico (reducción abierta y
fijación interna [RAFI]), ya que después de la cirugía, el paciente puede mover la parte lesionada
de manera relativamente precoz. El médico también puede recomendar la práctica de ejercicio
diario, incluyendo los ejercicios de aumento del grado de movilidad y ejercicios de fortalecimiento
muscular. Mientras se cura la fractura, la persona afectada puede ejercitar el resto del cuerpo.
Después de que la fractura ha cicatrizado lo suficiente, se puede retirar el yeso, y el paciente
puede empezar a ejercitar la extremidad lesionada. Al realizar ejercicios, se debe prestar
atención a las sensaciones procedentes del miembro lesionado y evitar realizar ejercicios
demasiado enérgicos. Si los músculos están demasiado débiles para que el paciente los ejercite
o si los ejercicios pudieran desplazar los fragmentos óseos, un fisioterapeuta puede mover la
extremidad (lo que se denomina ejercicios pasivos, véase la figura Aumentar el grado de
movilidad del hombro ). Sin embargo, en última instancia, para recuperar la fuerza plena de una
extremidad lesionada, el paciente debe mover sus músculos (lo que se denomina ejercicios
activos).
Edad y salud: lesiones de músculos, huesos y otros tejidos
Edad y salud: lesiones de músculos, huesos y otros tejidos
Los mayores de 65 años tienen más probabilidad de sufrir una fractura por las razones
siguientes:
Además, tienen más probabilidad de sufrir efectos secundarios con los fármacos (como
somnolencia, pérdida del equilibrio y mareo), lo que hace que las caídas sean más
probables.
En las personas mayores, las fracturas suelen afectar a los extremos de los huesos largos,
como los del antebrazo, brazo, pierna y muslo. Las fracturas de la pelvis, la columna
(vértebras) y las muñecas también son frecuentes en las personas de edad avanzada.
En las personas mayores, la recuperación suele ser más complicada y más lenta que en los
jóvenes porque
Los ancianos suelen curarse más despacio que los adultos más jóvenes.
Las personas de edad avanzada suelen tener menos fuerza general, menos flexibilidad
y más problemas de equilibrio que las personas más jóvenes. Por lo tanto, compensar
las limitaciones causadas por una fractura resulta más duro, y volver a realizar las
actividades diarias es más difícil.
Cuando las personas mayores están inactivas o inmovilizadas (por yesos, férulas, o el
reposo en cama), pierden tejido muscular más rápidamente que los adultos jóvenes.
Por lo tanto, la inmovilización puede ocasionar debilidad muscular. A veces, los
músculos se acortan de forma permanente, y se forman cicatrices en los tejidos
situados alrededor de la articulación, como ligamentos y tendones. Este trastorno
(denominado contracturas articulares) limita el movimiento de la articulación.
Las personas mayores son más propensas a sufrir otros trastornos (como artritis o mala
circulación) que pueden interferir con la recuperación o enlentecer la curación.
Para acortar el tiempo de inmovilización y ayudar al paciente a retomar sus actividades diarias
de forma precoz, el médico utiliza cada vez más la cirugía para reparar o reemplazar una
cadera rota. Se aconseja al sujeto que se mueva y camine (por lo general con la ayuda de un
andador), a menudo tan pronto como el día siguiente a la cirugía. También se inicia la
fisioterapia (por ejemplo, después de una fractura de cadera ). Si las fracturas de cadera no se
tratan quirúrgicamente, es necesario inmovilizar a la persona en cama durante meses antes de
que tenga la fuerza suficiente como para soportar su propio peso.
Conclusión
El papel de enfermería es fundamental para la mejora de la calidad de los cuidados del paciente
postquirúrgico de fractura de cadera. Con este plan de actuación, se pretende prevenir los riesgos
de padecer, infecciones, caídas, fracturas periprotésicas, desinformación, dudas y disminuir así los
periodos de hospitalización (colateralmente favoreceremos a la disminución de coste- gasto)Así el
paciente podrá ser dado de alta con la mayor brevedad posible a su ámbito habitual, habiendo
conseguido la mayor autonomía posible para el paciente y los cuidadores del mismo , tanto en la
deambulación , como administración de medicación, cuidados en general .
Una fractura es una ruptura parcial o total del hueso. Hay muchos tipos diferentes de
fracturas.
Las fracturas de los huesos pueden ser consecuencia de caídas, traumatismos o resultado de
un golpe directo o patada al cuerpo. El uso excesivo o los movimientos repetitivos pueden
causar fracturas por esfuerzo. También puede deberse a enfermedades que debilitan los
huesos. Entre ellas se incluyen la osteoporosis o el cáncer de huesos.
El objetivo principal del tratamiento es volver a colocar las partes del hueso en su lugar para
que puedan soldar. Esto puede lograrse con una férula, un yeso, cirugía o tracción.
Debe consultar a un proveedor de atención médica en cualquier momento en que crea que
tiene un hueso fracturado.
BIBLIOGRAFIAS
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q=factiura+de+huesos+&source=hp&ei=6bWIZO7rId7mkPIP5Y6UgAg&iflsig=AOEireoAAAAAZIjD-
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act=5&oq=factiura+de+huesos+&gs_lcp=Cgdnd3Mtd2l6EANQii9Y8EZg_UhoAnAAeACAAQCIAQCSA
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https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=fractures-85-P04012