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COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE

MEXICO
PLANTEL DE ATLACOMULCO 08

CIENCIAS DE LA SALUD II

PROYECTO FINAL

Fractura de huesos

DOCENTE: DRA. IRMA VELÁZQUEZ MIRANDA


COMPETENCIAS
CG 1 Se conoce y valora a sí mismo y aborda problemas y retos teniendo en cuenta los objetivos
que persigue.

CG 1.3 Elige alternativas y cursos de acción con base en criterios sustentados y en el marco de
un proyecto de vida.

CG 1.5 Asume las consecuencias de sus comportamientos y decisiones.


3. Elige y practica estilos de vida saludables
CG 3.1 Reconoce la actividad física como un medio para su desarrollo físico, mental y social.
CG 3.2 Toma decisiones a partir de la valoración de las consecuencias de distintos, hábitos de
consumo y conductas de riesgo.

COMPETENCIAS DISCIPLINARES
CDECE16. Aplica medidas de seguridad para prevenir accidentes en su entorno y /o para
enfrentar desastres naturales que afecten su vida cotidiana.
Objetivo
El objetivo del tratamiento es colocar las partes del hueso de nuevo en su lugar, controlar el dolor, darle
al hueso tiempo de soldar, prevenir complicaciones y restablecer el uso normal del área fracturada.

Una fractura es la solución de continuidad del tejido óseo en cualquier hueso del cuerpo se
produce como consecuencia de un esfuerzo excesivo que supera la resistencia del hueso, es decir
es la consecuencia de una sobrecarga única o múltiple y se produce en milisegundos Los extremos
fracturados producen una lesión de las partes blandas lo que se aumenta por el proceso de
implosión de la fractura.
Introduccion
Una fractura es una grieta o una rotura de un hueso. La mayoría de las fracturas son
consecuencia de la fuerza aplicada a un hueso.

 Las fracturas suelen ser consecuencia de lesiones o de un uso excesivo.

 La zona lesionada duele (especialmente cuando se usa), generalmente está hinchada, y


puede estar contundida, distorsionada, angulada o fuera de su posición.

 También pueden estar presentes o desarrollarse con posterioridad otras lesiones, como
las lesiones de los vasos sanguíneos y nervios, el síndrome compartimental, infecciones y
problemas articulares a largo plazo.
 A veces los médicos pueden diagnosticar las fracturas basándose en los síntomas, las
circunstancias causantes de la lesión y los resultados de la exploración clínica, pero por
regla general se necesitan radiografías.

 La mayoría de las fracturas cicatrizan bien y ocasionan pocos problemas, pero el tiempo
que tardan en curarse varía, dependiendo de muchos factores, como la edad del paciente,
el tipo y la gravedad de la lesión y la presencia de otros trastornos.

 El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la fracturas y puede incluir analgésicos,


PRICE (protección, reposo, hielo -ice-, compresión y elevación), maniobras o
procedimientos para colocar las piezas dañadas de nuevo en su posición normal
(reducción), inmovilización de la parte lesionada (por ejemplo, con un yeso o una férula), y
a veces cirugía.

Los huesos forman parte del sistema musculoesquelético, que también incluye los músculos y
los tejidos que los conectan (ligamentos, tendones y otros tejidos conjuntivos, llamados tejidos
blandos). Estas estructuras proporcionan al cuerpo su forma y su estabilidad, haciendo que
pueda moverse.

Sistema del tejido conjuntivo


Los tejidos del sistema musculoesquelético pueden dañarse de diversas maneras además de las
fracturas, como las siguientes:

 Los huesos de las articulaciones pueden estar totalmente separados unos de otros (lo que
se denomina luxación) o sólo parcialmente fuera de su posición (lo que se
denomina subluxación).
 Los ligamentos (que unen los huesos entre sí) se pueden romper (esguince).

 Los músculos se pueden romper (roturas fibrilares, distensiones o esguinces musculares).

 Los tendones (que unen el músculo al hueso) se pueden romper.

Los esguinces, las distensiones y los tendones rotos se llaman lesiones de tejidos blandos .
Esguinces y distensiones (tirones)
3D MODEL:
Las fracturas (y las demás lesiones musculoesqueléticas) varían mucho tanto en gravedad como
en el tipo de tratamiento requerido. Por ejemplo, las fracturas pueden ir desde una fisura
pequeña en un hueso del pie, que fácilmente pasa inadvertida, hasta una importante fractura
pélvica que pone en peligro la vida.

Una fractura puede romper la piel (denominada fractura abierta) o no (fractura cerrada).

Fracturas (incompletas o completas)

VIDEO
Fracturas (diferentes clasificaciones)

VIDEO
Un traumatismo que rompe un hueso también puede dañar seriamente otros tejidos, incluyendo
la piel, los nervios, los vasos sanguíneos, los músculos y diversos órganos. Estas lesiones
pueden complicar el tratamiento de la fractura y/o causar problemas de forma temporal o
permanente.

En la mayoría de los casos las extremidades están fracturadas, pero pueden producirse fracturas
en los huesos de cualquier parte del cuerpo, como las siguientes:

 Cabeza
 Cara
 Ojos
 Costillas
 Columna vertebral
Cómo consolida el hueso
Cuando la mayoría de los tejidos, como los de la piel, los músculos y los órganos internos se
lesionan de forma considerable, se autoreparan mediante el reemplazo del tejido sano por tejido
cicatricial. El tejido cicatricial suele tener una apariencia diferente de la del tejido normal, o altera
de algún modo su funcionalidad. En contraste, el hueso se cura (consolida) mediante la
formación de tejido óseo.

Cuando un hueso se regenera después de una fractura, esta suele resultar prácticamente
indetectable al cabo de un tiempo. Incluso huesos que han presentado lesiones muy graves,
cuando se tratan adecuadamente, a menudo consolidan y llegan a funcionar con cierta
normalidad.

La rapidez con que se regenera el hueso depende de la edad de la persona y de la presencia de


otros trastornos. Por ejemplo, los huesos de los niños se regeneran mucho más rápido que los
de los adultos. Los trastornos que afectan el flujo sanguíneo (como la diabetes y la enfermedad
arterial periférica ) retrasan la regeneración.
Las fracturas se curan en tres etapas superpuestas:

 Inflamación

 Repararación

 Remodelación

En la fase inflamatoria, el proceso de reparación comienza inmediatamente después de la


fractura. Las células del sistema inmunológico  se desplazan al área lesionada para eliminar el
tejido dañado, los fragmentos óseos y la sangre extravasada de los vasos sanguíneos rotos.
Las células inmunitarias liberan sustancias que atraen más células inmunitarias, aumentan el
flujo de sangre a la zona, y hacen que entre más líquido en la zona lesionada. Como resultado,
el área alrededor de la fractura se inflama (adquiere una coloración roja, y está hinchada y
sensible).

La etapa inflamatoria alcanza su actividad máxima al cabo de un par de días, pero tarda
semanas en desaparecer. Este proceso causa la mayor parte del dolor que experimenta al
principio la persona que ha sufrido una fractura.

Durante esta etapa y la etapa de reparación, a menudo es necesario evitar que la parte
fracturada del cuerpo se mueva (inmovilización), por ejemplo, con un yeso o una férula.

La etapa de reparación comienza pocos días después de la lesión y puede durar entre semanas
y meses. Para reparar la fractura se forma hueso nuevo (denominado callo óseo). Al principio
este nuevo tejido óseo, denominado callo externo, no contiene calcio (el mineral que proporciona
al hueso su resistencia y densidad). Este tejido nuevo es blando y elástico. Por lo tanto, se
puede dañar con facilidad y puede permitir que la fractura se mueva (se desplace). Además, no
puede detectarse en las radiografías.
En la etapa de remodelación, el hueso se destruye, se reconstruye y se restaura hasta una
situación similar a la previa. La remodelación tarda muchos meses. El calcio se deposita en el
callo, con lo que aumenta su rigidez y resistencia, y es más fácil de ver en las radiografías,
conforme se restablece la forma y estructura del hueso.
Durante esta etapa, la persona afectada puede comenzar a usar poco a poco la parte lesionada
con normalidad. Debe reanudar gradualmente sus actividades normales y aumentar de forma
progresiva la cantidad de fuerza o de peso que carga sobre la parte lesionada.

Causas de las fracturas


La causa más frecuente de las fracturas es un traumatismo. El traumatismo incluye

 Un traumatismo directo, como sucede en caídas o accidentes de tráfico

 Fuerza moderada repetida, como puede ocurrir en los corredores de larga distancia o en
los soldados que marchan con una carga pesada en la espalda (estas fracturas se
denominan fracturas por sobreesfuerzo )
La gravedad de la fracturas depende en parte de la intensidad del traumatismo. Por ejemplo, una
caída desde la propia altura suele causar fracturas menores, pero una caída desde un edificio
alto puede causar fracturas graves que afectan a múltiples huesos.

Algunas fracturas se producen durante la actividad deportiva (véase Lesiones deportivas).


Algunos trastornos pueden debilitar el hueso. Entre estos factores se incluyen los siguientes

 Ciertas infecciones

 Tumores óseos (que pueden ser cancerosos o no), incluidos los cánceres que se han
diseminado (metástasis) desde cualquier parte del cuerpo hasta el hueso
 Osteoporosis
Las personas con uno de estos trastornos también son más propensas a romperse un hueso,
incluso cuando la fuerza ejercida es leve. Este tipo de fracturas se denominan fracturas
patológicas.

Síntomas de las fracturas


El síntoma más claro de una fractura es

 Dolor

La parte lesionada duele, especialmente cuando el sujeto trata de cargar peso o mover la
extremidad. La zona que rodea a la fractura es dolorosa al tacto. Otros síntomas incluyen

 Hinchazón

 Una parte que se ve deformada, doblada o fuera de su posición

 Hematomas o decoloración

 Incapacidad para usar la parte lesionada con normalidad

 Posiblemente pérdida de la sensibilidad (entumecimiento o sensaciones anómalas)

Las fracturas generalmente causan hinchazón, pero ésta puede tardar horas en aparecer y, en
algunos tipos de fracturas, es muy leve.

Cuando los músculos que rodean la zona lesionada tratan de mantener el hueso fracturado en su
posición se pueden producir espasmos musculares, causando un dolor adicional.

Se producen hematomas cuando existe un sangrado por debajo de la piel. La sangre puede
provenir de los vasos sanguíneos del hueso fracturado o de los tejidos circundantes. Al principio,
el moratón es de color negro violáceo y se va tornando entre verde y amarillo a medida que la
sangre se descompone y el organismo la reabsorbe. Esta puede desplazarse a bastante
distancia de la fractura, lo que causa un hematoma de grandes dimensiones o bien un hematoma
a cierta distancia de la zona lesionada. La sangre puede tardar semanas en reabsorberse. La
sangre acumulada produce dolor temporal y rigidez en las estructuras circundantes. Por ejemplo,
las fracturas del hombro pueden causar moratones en todo el brazo y provocar dolor en el codo y
en la muñeca.

El dolor, igual que la fractura misma, impiden a menudo que la persona afectada mueva la parte
fracturada con normalidad.

Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no
quiere realizar movimientos. Si el paciente no puede hablar (como en niños pequeños o
ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una fractura. Sin
embargo, algunas fracturas no impiden a la persona afectada mover la zona lesionada. El hecho
de que la zona lesionada pueda moverse no significa que no haya fractura.

Complicaciones de las fracturas


Las fracturas pueden ir acompañadas de otros problemas (complicaciones) u ocasionarlos. Sin
embargo, las complicaciones graves no son frecuentes. El riesgo de complicaciones graves
aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los nervios.

Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios, el síndrome
compartimental, la embolia grasa, y las infecciones) se producen durante las primeras horas o
días después de la lesión. Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de
consolidación) se desarrollan con el tiempo.

Lesiones de los vasos sanguíneos


Muchas fracturas causan un sangrado visible alrededor de la lesión. En raras ocasiones, el
sangrado dentro del cuerpo (sangrado interno) o a través de una herida abierta (sangrado
externo) es lo suficientemente importante como para causar una disminución peligrosa de la
tensión arterial (shock, choque). Por ejemplo, se puede producir un choque (shock) cuando una
fractura del fémur o de la pelvis causa una hemorragia interna grave. Si una persona está
tomando un medicamento para prevenir la formación de coágulos sanguíneos (un
anticoagulante), una lesión relativamente menor pueden causar un sangrado importante.
Una luxación de cadera o rodilla puede interrumpir el flujo de sangre a la pierna. Por lo tanto, los
tejidos de la pierna no pueden obtener sangre suficiente (lo que se denomina isquemia) y pueden
morir (lo que se denomina necrosis). Si muere suficiente tejido, parte de la pierna puede tener
que ser amputada. Algunas veces, las fracturas del codo o del húmero pueden interrumpir el flujo
sanguíneo al antebrazo, causando problemas similares. La interrupción del suministro de sangre
puede no causar ningún síntoma hasta varias horas después de la lesión.

Lesión neurológica
A veces los nervios se estiran, se lesionan o se aplastan cuando se fractura un hueso. Un
traumatismo directo puede contundir o aplastar un nervio. Estas lesiones suelen curarse por sí
mismas a lo largo de semanas, meses o años, en función de la gravedad de la enfermedad.
Algunas lesiones nerviosas nunca sanan por completo.

En raras ocasiones, los nervios se rompen, a veces debido a la presencia de fragmentos afilados
de hueso. Es más fácil que se produzca una laceración nerviosa cuando la piel está rota. Los
nervios lacerados no sanan por sí solos y pueden necesitar una reparación quirúrgica.

Embolia pulmonar
La embolia pulmonar  es la complicación grave más frecuentemente asociada a las fracturas
graves de la cadera o la pelvis. Se produce cuando tras formarse un coágulo sanguíneo en una
vena, éste se desprende (convirtiéndose en un émbolo), alcanza el pulmón y allí bloquea una
arteria. Como resultado, es posible que el cuerpo no reciba suficiente oxígeno.
Una fractura de cadera aumenta en gran medida el riesgo de embolia pulmonar, ya que implica

 Un traumatismo en la pierna, donde se forman la mayoría de los coágulos que causan la


embolia pulmonar
 Inmovilidad forzada (obligando al paciente a permanecer en cama) durante horas o días,
disminuyendo el flujo sanguíneo, lo que favorece la formación de coágulos

 Inflamación alrededor de la fractura, lo que también disminuye el flujo de sangre en las


venas

Alrededor de un tercio de las personas que mueren después de una fractura de cadera lo hacen
a causa de una embolia pulmonar. La embolia pulmonar es mucho menos frecuente en las
fracturas de la zona inferior de la pierna y muy poco frecuente en las fracturas del brazo.

Embolia grasa
En raras ocasiones se produce una embolia grasa. Puede ocurrir cuando se fracturan los huesos
largos (como el fémur) y se libera la grasa del interior del hueso (médula ósea). La grasa puede
desplazarse a través de las venas, alojarse en los pulmones y obstruir allí un vaso sanguíneo,
causando una embolia pulmonar . Como resultado, el organismo no recibe suficiente oxígeno, y el
paciente puede presentar una sensación de falta de aire y dolor torácico. La respiración puede
llegar a ser rápida y superficial, y la piel puede adquirir un aspecto moteado o un color azul.
Síndrome compartimental
En raras ocasiones, se produce un síndrome compartimental . Por ejemplo, cuando los músculos
lesionados se hinchan mucho después de una fractura del brazo o de la pierna. Debido a que la
inflamación ejerce presión sobre los vasos sanguíneos cercanos, el flujo de sangre a la
extremidad lesionada se reduce o se interrumpe. Como resultado, los tejidos de la extremidad
pueden lesionarse o morir, y el miembro puede tener que ser amputado. Si no se trata con
rapidez, el síndrome puede ser mortal. El síndrome compartimental ocurre con mayor frecuencia
en personas que presentan determinadas fracturas en la parte inferior de la pierna ,
determinadas fracturas del brazo o una fractura de Lisfranc (un tipo de fractura del pie).
Infecciones
Si al producirse la fractura se desgarra la piel la herida puede infectarse, y la infección puede
propagarse al hueso (lo que se denomina osteomielitis  que es muy difícil de curar).
Problemas articulares
Las fracturas que afectan a una articulación por lo general lesionan el cartílago articular de los
extremos óseos en las superficies de la articulación. Normalmente, este tejido de protección liso
y resistente permite que las articulaciones se muevan sin problemas. El cartílago lesionado suele
cicatrizar, lo que produce artrosis, que a su vez provoca rigidez en las articulaciones y limita su
rango de movimiento. La rodilla, el codo y el hombro son particularmente propensos a desarrollar
rigidez después de una lesión, especialmente en personas mayores.
Generalmente es necesaria la fisioterapia para prevenir la rigidez y ayudar a que la articulación
se mueva lo más normalmente posible. Suele ser necesario el tratamiento quirúrgico para
reparar el cartílago dañado. Después de la cirugía, es menos probable que se produzca una
incongruencia articular (un escalón), y si se produce tiende a ser menos grave.

Algunas fracturas pueden hacer que una articulación sea inestable, lo que aumenta el riesgo de
lesiones repetidas y artrosis. El tratamiento adecuado, que a menudo incluye un yeso o una
férula, puede ayudar a prevenir problemas permanentes.

Miembros desiguales
En los niños, si la placa (o cartílago) de crecimiento  de una pierna se fractura, es posible que la
pierna afectada no crezca normalmente y sea más corta que la pierna no afectada. Las placas de
crecimiento, que están formadas por cartílago, permiten que los huesos crezcan hasta que el
niño alcanza su estatura máxima. Si una fractura no afecta el cartílago de crecimiento, puede
estimular el crecimiento óseo desde el propio lugar de la fractura. Si estimula el crecimiento, la
pierna fracturada puede crecer demasiado y ser más larga que la otra pierna.
En los adultos, la cirugía para reparar el fémur puede dar como resultado que una pierna sea
más larga que la otra.

Problemas relacionados con la curación


A veces, los extremos de un hueso fracturado no cicatrizan como se esperaba. Es posible que

 No se unan los extremos (lo que se denomina seudoartrosis)

 Los extremos cicatricen muy lentamente (lo que se denomina retardo de consolidación)

 Cicatricen en una posición incorrecta (lo que se denomina consolidación viciosa)

La probabilidad de que aparezcan estos problemas es mayor cuando

 Los huesos fracturados no se mantienen uno junto al otro y no se protegen del movimiento
(lo cual indica que no están inmovilizados con un yeso o una férula).

 El suministro de sangre se interrumpe.

Algunos trastornos, como la diabetes y la enfermedad vascular periférica , y ciertos fármacos,


como los corticosteroides, pueden retrasar o interferir con la cicatrización ósea.
Osteonecrosis
Cuando se interrumpe el flujo de sangre a un hueso, parte del hueso puede morir, lo que da lugar
a una osteonecrosis . Algunas lesiones (como las fracturas del hueso escafoides de la muñeca y
las fracturas de cadera en las que los huesos rotos están fuera de sitio) tienen una mayor
probabilidad de causar una osteonecrosis.
Diagnóstico de fracturas
 Evaluación médica

 Radiografías para identificar las fracturas

 A veces resonancia magnética nuclear o tomografía computarizada

Si una persona cree que se ha fracturado un hueso, debe acudir (o hacer que le lleven) de
inmediato a una unidad de emergencias. Las posibles excepciones son algunas lesiones en los
dedos de los pies o en las yemas de los dedos de la mano.

Espinilla rota (tibia)


Se debe llevar al paciente al servicio de urgencias, a menudo en ambulancia, si presenta
cualquiera de los siguientes casos:

 El problema es evidentemente grave (por ejemplo, si es el resultado de un accidente de


tráfico o si el paciente no puede mover la parte del cuerpo afectada).

 Sufre varias lesiones.

 Tiene síntomas de presentar alguna complicación, por ejemplo, pérdida de sensibilidad en


la parte del cuerpo afectada, incapacidad para mover con normalidad la parte afectada,
piel fría o azulada, o pérdida de fuerza en la parte afectada.

 No puede apoyarse sobre la extremidad afectada.

 Inestabilidad de la articulación lesionada.

Si las lesiones son el resultado de un accidente grave, la primera prioridad del médico es
 Comprobar si hay lesiones graves y complicaciones, como una herida abierta, una lesión
nerviosa, pérdida importante de sangre, alteración del flujo sanguíneo o un síndrome
compartimental
Por ejemplo, el médico hace lo siguiente:

 Mide la presión arterial: la presión arterial es baja en personas que han perdido mucha
sangre.

 Comprueba los pulsos y el color y la temperatura de la piel: los pulsos ausentes o débiles
y la piel pálida y fría pueden indicar que el flujo sanguíneo está interrumpido. Estos
síntomas pueden significar que una arteria está dañada o que se ha producido un
síndrome compartimental.

 Comprueba la sensibilidad de la piel para determinar si la persona afectada puede sentir


con normalidad: el médico pregunta al paciente si nota sensaciones anómalas, como una
sensación de pinchazos, hormigueo o entumecimiento. Las sensaciones anómalas
sugieren una lesión nerviosa.

Si alguna de estas lesiones y complicaciones están presentes, el médico las trata según sea
necesario, y luego continúa con la evaluación.

Descripción de la lesión
El médico pide a la persona afectada (o a alguien que presenciara la situación) que describa lo
que pasó. A menudo, el paciente no recuerda cómo se produjo una lesión o no lo puede describir
con precisión. Saber cómo tuvo lugar la lesión puede ayudar al médico a determinar de qué tipo
de lesión se trata. Por ejemplo, si el paciente comenta que se produjo un chasquido o un
estallido, la causa puede ser una fractura (o una lesión de un ligamento o de un tendón).
Además, el médico pregunta en qué dirección se forzó la articulación en el momento de la lesión.
Esta información ayuda al médico a determinar qué huesos y demás estructuras están afectados.

El médico también pregunta cuándo ha comenzado el dolor y cuál es su intensidad:

 Si se inicia inmediatamente después de la lesión, la causa puede ser una fractura o un


esguince severo.

 Si el dolor comenzó horas a días después, la lesión suele ser menor.

 Si el dolor es más intenso de lo esperado para el traumatismo o si empeora de forma


progresiva durante las primeras horas después de la lesión, se puede haber desarrollado
un síndrome compartimental o puede haberse interrumpido el flujo sanguíneo.

Exploración física
La exploración física incluye los siguientes aspectos (en orden de prioridad):

 Comprobar la existencia o no de una lesión de los vasos sanguíneos próximos a la zona


lesionada, comprobando por ejemplo el pulso, la temperatura y el color de la piel

 Comprobar la presencia de lesiones en los nervios (por ejemplo, explorando la


sensibilidad) próximos a la zona lesionada

 Examinar y mover la parte lesionada

 Explorar las articulaciones situadas por encima y por debajo de la parte lesionada
El médico palpa con cuidado la zona lesionada para determinar si los huesos se han astillado, si
se han desplazado de su lugar habitual y si la zona es dolorosa al tacto. El médico también
comprueba si hay inflamación y hematomas. Si no aparece hinchazón dentro las primeras horas
posteriores a la lesión, la fractura es poco probable.

Los médicos también preguntan al paciente si puede utilizar, apoyar y mover la parte lesionada.

El médico comprueba la estabilidad articular moviendo suavemente la articulación, pero si existe


la posibilidad de que exista una fractura, solicita en primer lugar radiografías para determinar si
es seguro mover la articulación. El médico comprueba si existe crepitación cuando se mueve la
parte lesionada. Estos sonidos pueden indicar una fractura.

El médico también comprueba las articulaciones localizadas por encima y por debajo de la
articulación lesionada y busca la presencia de lesiones en los ligamentos, los tendones y los
músculos.

Si el dolor o los espasmos musculares interfieren con el examen, se puede administrar al


paciente un calmante y/o un relajante muscular por vía oral o mediante una inyección, o bien se
le puede inyectar un anestésico local en la zona lesionada. También se puede inmovilizar la
parte lesionada hasta que los espasmos se detengan, generalmente durante unos días, y luego
examinarla.

Pruebas
Las pruebas de diagnóstico por la imagen utilizadas para el diagnóstico de las fracturas son

 Radiografías

 Resonancia magnética nuclear (RMN)

 Tomografía computarizada (TC)

Las radiografías son la prueba más importante para diagnosticar una fractura, y en muchas


ocasiones la primera y la única prueba que se lleva a cabo para alcanzar el diagnóstico.
Sin embargo, las radiografías no siempre son necesarias, en función de la parte del cuerpo
afectada y el diagnóstico supuesto por el médico. Por ejemplo, si la parte del cuerpo lesionada
(como los dedos de los pies, con excepción del dedo gordo) se tratara de la misma manera,
independientemente de si está o no fracturada, por lo general no son necesarias las radiografías.

Suelen tomarse radiografías desde dos ángulos distintos como mínimo, para mostrar cómo están
alineados los fragmentos del hueso. Las radiografías de rutina pueden no mostrar pequeñas
fracturas cuando los fragmentos óseos permanecen en su posición (es decir, cuando los
fragmentos no se separan). Estas fracturas se denominan fracturas ocultas. Así que a veces se
obtienen radiografías adicionales desde diferentes ángulos. De vez en cuando, el médico espera
varios días o incluso semanas para hacer nuevas radiografías, porque algunas fracturas ocultas,
como las fracturas costales, las fracturas por fatiga  y las fracturas del escafoides  (el hueso de la
muñeca), se hacen visibles en las radiografías sólo después de que la fractura ha comenzado a
consolidar y se deposita calcio en el hueso nuevo.
Cuando una fractura no se visualiza en las radiografías pero los médicos todavía la sospechan,
pueden aplicar una férula y volver a examinar a la persona días más tarde. Si los síntomas
siguen siendo preocupantes se puede obtener otra radiografía. Las fracturas pueden ser más
fáciles de ver en los rayos X después de que hayan estado sanando durante un tiempo.
Si las radiografías muestran una fractura en un hueso que parece anómala (por ejemplo, si
algunas zonas del hueso aparecen adelgazadas), probablemente la fractura se produjo debido a
una enfermedad (como la osteoporosis) que debilita el hueso.
Pueden realizarse una TC o una RMN cuando
 Los resultados del examen sugieren una fractura pero las radiografías no la ponen de
manifiesto.

 El especialista necesita radiografías más detalladas de la fractura para determinar la mejor


forma de tratamiento.

La TC y la RMN también pueden utilizarse para obtener detalles de una fractura que no podrían
detectarse mediante una radiografía convencional. La TC muestra los detalles sutiles en la
superficie de una articulación fracturada y zonas de una fractura oculta por una zona ósea no
dañada. La TC y la RMN en particular pueden mostrar las partes blandas, que generalmente no
son visibles en las radiografías. La RMN muestra los tejidos situados alrededor del hueso, lo que
ayuda a detectar lesiones en los tendones, los ligamentos, los cartílagos y los músculos
circundantes. Puede mostrar alteraciones causadas por un cáncer. La RMN también puede
revelar lesiones (hinchazón o hematomas) en el interior del hueso y de esa forma mostrar
pequeñas fracturas visibles antes de que puedan detectarse en las radiografías.

Se pueden realizar otras pruebas para comprobar la presencia de lesiones relacionadas:


 Angiografía (radiografías o tomografías computarizadas obtenidas después de inyectar en
las arterias un agente de contraste, que se puede visualizar en las radiografías) para
comprobar si los vasos sanguíneos están dañados
 Estudios de conducción nerviosa  para detectar lesiones en los nervios
Tipos de fracturas
Las pruebas de diagnóstico por la imagen permiten a los médicos identificar el tipo de fractura y
describirlo con precisión.

TABLA
Descifrando la terminología médica relacionada con las fracturas
Descifrando la terminología médica relacionada con las fracturas

Tipo Descripción

Los fragmentos de hueso no se ajustan a una línea recta. Uno está


Angulada
angulado con respecto al otro.

Un fragmento de hueso se arranca de la parte principal del hueso.


Un ligamento puede traccionar de un fragmento óseo si la fuerza
externa es lo suficientemente intensa, como puede ocurrir en una
Avulsión caída. Un tendón puede arrancar un fragmento de hueso si el
músculo al que está unido se contrae con fuerza suficiente, como
puede ocurrir en los deportistas jóvenes. Las fracturas por avulsión
suelen producirse en la mano, el pie, el tobillo, la rodilla o el hombro.

Cerrada La piel sobre el hueso fracturado no se desgarra.

El hueso se rompe en tres o más fragmentos. A menudo, el hueso se


rompe en muchos fragmentos muy pequeños. Estas fracturas son
Conminuta
causadas con frecuencia por un traumatismo de alta energía, como
ocurre en un accidente de tráfico. También pueden ocurrir en
personas con osteoporosis , que debilita los huesos.
Tipo Descripción

El hueso se dobla sobre sí mismo. Estas fracturas suelen producirse


en personas de edad avanzada (por lo general en las que tienen
Compresión osteoporosis). Las vértebras a menudo se ven afectadas (lo que se
denomina fractura por aplastamiento vertebral).

Algunas partes o fragmentos del hueso roto están separadas e


Desplazada
incorrectamente alineadas.

El hueso en parte está fracturado y/o doblado pero no


Fractura en tallo
completamente roto. Estas fracturas en tallo verde solo ocurren en
verde
los niños.

Estas fracturas ocurren en la placa de crecimiento, que está formada


por cartílago. Las placas de crecimiento permiten que los huesos
crezcan hasta que el niño alcanza su altura máxima. Cuando se
Placa (o
completa el crecimiento, las placas de crecimiento son sustituidas
cartílago) de
por hueso. Cuando se fractura una placa de crecimiento, el hueso
crecimiento
puede dejar de crecer o crecer torcido. Las fracturas de la placa (o
cartílago) de crecimiento se producen solo en niños y adolescentes.

Uno de los extremos del hueso roto se ha empotrado en el otro.


Impactado
Como resultado, el hueso aparece acortado.

Las fracturas se pueden extender al cartílago de los extremos de los


huesos que forman una articulación (llamadas superficies
articulares). Normalmente, este cartílago reduce la fricción que se
Articular
produce cuando los huesos de una articulación se deslizan uno sobre
(intraarticular)
otro. Cuando se fractura este cartílago, la persona afectada no puede
mover la articulación, lo que hace más probable que se desarrolle
una artrosis.

Los fragmentos de hueso roto continúan en su posición (están


No desplazada
alineados normalmente), y no están separados.

El hueso se rompe en una línea de trayecto diagonal al eje mayor


Oblicua
(diáfisis) del hueso.

Oculta Estas pequeñas fracturas son difíciles o imposibles de ver en las


radiografías, pero pueden ser vistas en otras pruebas de diagnóstico
por la imagen como la tomografía computarizada (TC) o la
resonancia magnética nuclear (RMN). Después de unos días o
Tipo Descripción

semanas, se producen cambios en la estructura del hueso conforme


éste comienza a consolidar. Entonces las fracturas ocultas pueden
verse en las radiografías. Algunas fracturas de estrés son fracturas
ocultas.

La piel y los tejidos que recubren el hueso fracturado se desgarran, y


puede verse el hueso que asoma a través de la piel. Suciedad,
Abierta
desechos o bacterias pueden contaminar fácilmente la herida y
pueden provocar una infección en el hueso roto.

Las fracturas osteoporóticas son el resultado de


la osteoporosis  (pérdida progresiva de la densidad ósea), que debilita
Osteoporótica los huesos y los hace más propensos a quebrarse. Las fracturas
osteoporóticas (en ocasiones denominadas fracturas de fragilidad) se
producen en personas de edad avanzada, por lo general en las
caderas, las muñecas, la columna vertebral, los hombros o la pelvis.

Las fracturas patológicas son producidas por un trastorno que


debilita un hueso, como la osteoporosis, ciertas infecciones óseas o
Espontánea
los tumores óseos (incluyendo las metástasis óseas producidas por
cánceres situados en cualquier parte del cuerpo).

Hay dos fracturas separadas en el mismo hueso. Las fracturas


Segmentaria
segmentarias son un tipo de fractura conminuta.

Las fracturas espirales se producen cuando el hueso se retuerce


Espiroidea (por
sobre sí mismo. Como resultado, los extremos de los huesos pueden
torsión)
ser agudos, irregulares, e inclinados.

Una fractura por fatiga tiene lugar cuando el hueso sufre presión
repetidamente como consecuencia de ciertas actividades, como
caminar con una mochila pesada o correr. Las fracturas por fatiga
suelen ser fisuras pequeñas en un hueso (a veces denominadas
Estrés
fracturas fisurarias o fracturas óseas capilares). Las fracturas por
fatiga son habituales en los huesos que cargan peso, como los del
pie y los de la zona inferior de la pierna.

El hueso se deforma abombándose en lugar de romperse. Las


fracturas de toro suelen ocurrir únicamente en niños. Los huesos de
Rodete o torus los niños pueden abombarse (fractura en rodete) en lugar de
quebrarse porque sus huesos son más gomosos que los de los
adultos.
Tipo Descripción

Transversa El hueso se rompe en línea recta.

Algunos tipos de fracturas

Tratamiento de las fracturas


 Tratamiento de las complicaciones graves

 Alivio del dolor

 Protección, reposo, hielo, compresión y elevación (PRICE, por sus siglas en inglés)

 Realineamiento (reducción) de los fragmentos que están fuera de lugar

 Inmovilización, por lo general con una férula o un yeso

 En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica

Las fracturas graves y, si están presentes, las lesiones y complicaciones graves relacionadas, se
tratan de inmediato (por ejemplo, choque o bien síndrome compartimental). Sin un tratamiento
oportuno, tales lesiones pueden empeorar, llegando a ser más dolorosas, siendo más probable
que ocasionen una pérdida de función. Estas lesiones pueden causar problemas graves o
incluso la muerte.
Si una persona cree que tiene una fractura u otra lesión grave, debe acudir a un centro de
urgencias. Si no puede caminar o presenta varias lesiones, debe ser trasladado en ambulancia.
Hasta que pueda conseguirse asistencia médica, se debe hacer lo siguiente:

 Evitar que la extremidad lesionada se mueva (inmovilizarla) y proporcionarle apoyo con


una férula improvisada, un cabestrillo o una almohada

 Elevar la extremidad, si es posible por encima de la altura del corazón, para limitar la
inflamación

 Aplicar hielo (cubierto por una toalla o un trapo) a la zona lesionada para controlar el dolor
y la inflamación

Tratamiento de los niños


Las fracturas en los niños suelen tratarse de manera diferente a las fracturas en los adultos, ya
que los huesos de los niños son más pequeños, más flexibles, menos quebradizos y aún están
creciendo. Las fracturas en los niños se curan mejor y más rápidamente que las de los adultos.
Varios años después, en la mayoría de las fracturas de los niños, el hueso aparece casi normal
en la radiografía.

En los niños, a menudo es preferible el tratamiento con yeso a la cirugía debido a que

 Los niños desarrollan menos rigidez después de llevar un yeso que los adultos.

 Son más propensos a ser capaces de moverse con normalidad después de llevar un yeso.

 La cirugía cerca de una articulación puede dañar la parte del hueso que permite a los
niños crecer (placa de crecimiento).
Tratamiento de las lesiones graves
En el servicio de urgencias, los médicos determinan la presencia de lesiones que requieran
tratamiento inmediato.

Si se ha producido un desgarro en la piel, la herida se limpia, por lo general después de utilizar


un anestésico local para adormecer la zona, y se cubre con un vendaje estéril. Además, a la
persona lesionada se le administra una vacuna para prevenir el tétanos  y antibióticos para
prevenir la infección.
Para asegurarse de que la parte lesionada no se vea privada de sangre, se reparan
quirúrgicamente las arterias dañadas a menos que estas sean pequeñas y el flujo sanguíneo no
esté afectado.

También se reparan quirúrgicamente los nervios cortados, pero esta cirugía se puede retrasar
hasta varios días después de la lesión, si es necesario. Si los nervios están comprimidos o
contundidos, pueden sanar por sí solos.

Alivio del dolor


El dolor se trata tan pronto como sea posible, por lo general con analgésicos opiáceos y/o
paracetamol (acetaminofeno) o bien mediante la inyección de un medicamento anestésico en los
nervios de la zona (lo que se denomina un bloqueo nervioso). Un bloqueo nervioso impide que
los nervios envíen señales de dolor al cerebro.

Aspirina (ácido acetilsalicílico) y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos  (AINE) a veces


no se recomiendan debido al riesgo de hemorragia. Sin embargo, si no se planea ninguna
operación, se pueden utilizar AINEs.
PRICE
El acrónimo en inglés PRICE se refiere a la combinación de

 Protección

 Reposo

 Hielo

 Compresión (presión)

 Elevación

El tratamiento PRICE también puede ser eficaz para las personas que, además de una factura,
presentan lesiones de partes blandas. El tratamiento PRICE se utiliza para tratar los músculos,
los ligamentos y los tendones lesionados.

La protección ayuda a prevenir lesiones añadidas que podrían empeorar la original. Puede


consistir en limitar el uso de la parte lesionada, evitar poner peso sobre la parte del cuerpo
lesionada, usar muletas y/o usar una férula o un yeso (o escayola).
El reposo evita una lesión mayor y puede acelerar la curación.
El hielo y la compresión minimizan la inflamación y el dolor. El hielo se aplica mediante una
bolsa de plástico, toalla, o un paño que se mantiene durante 15 a 20 minutos cada vez, tan a
menudo como sea posible durante las primeras 24 a 48 horas. Por lo general, la compresión se
aplica a la herida mediante un vendaje elástico.
La elevación de la extremidad lesionada ayuda a drenar el líquido de la lesión y por lo tanto a
reducir la inflamación. La extremidad lesionada se eleva por encima del nivel del corazón durante
los primeros 2 días.
Después de 48 horas, el paciente puede aplicar periódicamente calor (por ejemplo, con una
almohadilla térmica) durante 15 a 20 minutos cada vez. El calor puede aliviar el dolor. Sin
embargo, no está claro si es preferible aplicar calor o hielo, y lo que funciona mejor puede variar
de un sujeto a otro.

Cómo ajustar y usar las muletas


Reducción
A menudo, los fragmentos óseos se deben colocar de nuevo en su posición normal (lo que se
denomina realinearlos o reducirlos). Por ejemplo, generalmente es necesaria la reducción si

 Los fragmentos óseos están separados.

 Los fragmentos óseos están desalineados.

Ciertas fracturas en los niños no necesitan ser realineadas porque el hueso, que sigue
creciendo, puede corregir el defecto de alineación.

Si es posible, la reducción se lleva a cabo sin necesidad de cirugía (lo que se denomina
reducción cerrada), mediante manipulación de los huesos o de los fragmentos óseos para volver
a colocarlos en su lugar. Después de realizar la reducción, el médico suele solicitar radiografías
para determinar si los huesos fracturados están en su posición normal.

Algunas lesiones deben ser realineadas quirúrgicamente (lo que se denomina reducción abierta ).
Debido a que la reducción suele ser dolorosa, antes del procedimiento se suelen administrar al
paciente analgésicos, sedantes y/o un anestésico. Los tipos de fármacos que se utilizan
dependen de la gravedad de la lesión y de cómo se debe llevar a cabo la reducción:
 Reducción cerrada de fracturas menores (tales como las de los dedos de la mano o del
pie): puede que únicamente sea necesario inyectar un anestésico local, como la lidocaína,
cerca de la parte lesionada.

 Reducción cerrada de las fracturas importantes (como las del brazo, el hombro o la
pierna): pueden administrarse un sedante y analgésicos intravenosos. El sedante adormila
el sujeto, pero no le sumerge en un estado de inconsciencia. También se puede
administrar un anestésico local mediante una inyección. Por ejemplo, si el paciente tiene
una luxación de hombro, se puede inyectar lidocaína en la articulación del hombro.

 Reducción abierta: se administra al paciente anestesia general mediante inyección o


mediante una mascarilla, de forma que pierda la consciencia. Este procedimiento se suele
realizar en el quirófano.

Inmovilización
Después de realinear la lesión, se debe evitar que esta se desplace (es decir, necesita ser
inmovilizada).

Por lo general después de una reducción cerrada de una fractura se utiliza un yeso, una férula o
un cabestrillo.

Durante una reducción abierta de una fractura a menudo se utiliza material de osteosíntesis,
como clavos, tornillos, varillas y placas. Esta intervención se denomina reducción abierta y
fijación interna (RAFI).
La inmovilización reduce el dolor y ayuda a la curación al prevenir que se produzcan más
lesiones en los tejidos circundantes. Si se fractura un hueso de una pierna o un brazo, la
inmovilización puede ayudar a prevenir una embolia grasa. La inmovilización es útil para la
mayoría de las fracturas moderadas o graves. Se inmobilizan las articulaciones situadas a ambos
lados de la fractura.
Si la inmovilización dura demasiado tiempo (por ejemplo, durante más de un par de semanas en
adultos jóvenes), la articulación puede volverse rígida, a veces de forma permanente, y los
músculos pueden acortarse (provocando contracturas) o disminuir su volumen (atrofiarse). Se
pueden formar coágulos de sangre. Estos problemas pueden desarrollarse rápidamente, y las
contracturas pueden llegar a ser permanentes, por lo general en las personas mayores. En
consecuencia, el médico recomienda que el paciente mueva la parte afectada tan pronto como la
fractura consolide. También se tiende a utilizar tratamientos que permiten a las personas
mayores caminar tan pronto como sea posible (por ejemplo, la reparación quirúrgica de una
fractura de cadera), en lugar de los que les obliga a ser inmovilizados durante mucho tiempo
(como el reposo en cama o un yeso).

El fisioterapeuta puede aconsejar a la persona afectada sobre lo que puede hacer, mientras su
parte lesionada está inmovilizada, para mantener la fuerza, la amplitud de movimiento y la
funcionalidad tanto como sea posible. Una vez finalizada la inmobilización, el fisioterapeuta
puede ayudar a la persona afectada con ejercicios para fortalecer y estabilizar la parte lesionada.
Estos ejercicios pueden ayudar a prevenir futuras lesiones y discapacidades.

Si es necesaria la inmovilización y qué técnica se utiliza dependerá del tipo de fractura.

La mayoría de las fracturas se inmovilizan con un molde de yeso (escayola), una férula o un
cabestrillo hasta que se curan. Sin inmovilización, los extremos fracturados tienen mayor
tendencia a moverse, la curación es más lenta, y puede que la fractura no consolide. Si los
huesos rotos se han separado o se encuentran desalineados, por lo general se deben realinear
(reducir) antes de inmovilizarlos.

Los yesos se utilizan generalmente para las lesiones que deben mantenerse inmovilizadas
durante semanas.
Funda de escayola comercial
IMAGEN CORTESÍA DE DANIELLE CAMPAGNE, MD.

Para aplicar un yeso, el médico envuelve la zona lesionada en una tela, a la que después aplica
una capa de un material de algodón suave para proteger la piel de la presión y el roce. Sobre
este vendaje se aplica unas vendas de yeso o de fibra de vidrio que se endurecen cuando se
secan. A menudo se utiliza un yeso para inmovilizar las fracturas desplazadas ya que se moldea
bien y es menos probable que roce la piel. Las inmovilizaciones con fibra de vidrio son más
fuertes, más ligeras y más duraderas. Después de aproximadamente una semana disminuye la
hinchazón. A continuación, la férula de yeso a veces puede ser reemplazada por una
inmovilización con fibra de vidrio que en esta fase se adapta más fácilmente a la extremidad.

A los pacientes a los que se les coloca un yeso se les proporcionan instrucciones específicas
para su cuidado. Si un yeso no se cuida adecuadamente, pueden aparecer problemas. Por
ejemplo, si se moja un yeso, el acolchado protector bajo el yeso puede empaparse, siendo
imposible secarlo por completo. Como resultado, la piel puede reblandecerse y erosionarse, y
pueden formarse úlceras. Además, si un yeso se moja, puede reblandecerse y, por lo tanto, no
proteger e inmovilizar la zona lesionada.

Es necesario dar instrucciones al paciente para que mantenga le extremidad inmovilizada


elevada el mayor tiempo posible, a nivel o por encima del nivel del corazón, sobre todo durante
las primeras 24 a 48 horas. También debe flexionar y extender los dedos de forma regular. Estas
estrategias ayudan a que la sangre abandone la extremidad lesionada y a prevenir, de esta
forma, la hinchazón.

Si el yeso (o escayola) causa un dolor persistente o que empeora, se siente excesivamente


apretado o causa un nuevo entumecimiento o debilidad, los afectados deben contactar con un
médico o acudir al departamento de emergencias de inmediato. Estos síntomas pueden deberse
a una úlcera por presión o a un síndrome compartimental en desarrollo. En estos casos, el
médico puede tener que retirar el yeso y colocar otro.
Se puede utilizar una férula para inmovilizar algunas fracturas, sobre todo si la inmovilización
debe mantenerse solo algunos días. La férula permite que el paciente se aplique hielo.
Una férula (también llamada tablilla) es una tabla alargada y estrecha fabricada con yeso, fibra
de vidrio o aluminio que se aplica con bandas elásticas o cinta adhesiva. Dado que la tablilla no
rodea completamente el miembro, hay lugar para una cierta expansión en caso de que el área
lesionada se hinche. Por lo tanto, una férula no aumenta el riesgo de desarrollar un síndrome
compartimental. Algunas lesiones que en último término van a necesitar un yeso se inmovilizan
en primer lugar con una férula hasta que disminuye la inflamación.

En las fracturas de los dedos se utilizan habitualmente férulas (tablillas) de aluminio cubiertas de
gomaespuma.

El cabestrillo por sí solo puede proporcionar un apoyo y un confort suficientes para muchas


fracturas del hombro y del codo. El propio peso del brazo que tira del conjunto hacia abajo ayuda
a mantener la mayoría de las fracturas del hombro alineadas. Puede ser útil un cabestrillo
cuando la inmovilización completa tiene efectos indeseables. Por ejemplo, si se mantiene una
inmovilización estricta del hombro los tejidos alrededor de la articulación pueden llegar a
desarrollar una rigidez, a veces en días, impidiendo que el hombro tenga movilidad (lo que se
denomina hombro congelado). El cabestrillo limita el movimiento del hombro y del codo, pero
permite los movimientos de la mano.
Se puede añadir al cabestrillo una banda de tejido o una tira que pase por la espalda para evitar
el vaivén exterior del brazo, especialmente durante la noche. La banda (sistema antirrotatorio) se
envuelve alrededor del tronco y del brazo lesionado.
El reposo en cama, que en ocasiones se necesita en algunas fracturas (como en determinadas
fracturas de la columna vertebral o de la pelvis), puede causar problemas, incluyendo la
formación de coágulos, y una disminución de las condiciones físicas. Por lo tanto, no se suele
recomendar el reposo en cama.
¿Sabías que...?

 Si el yeso (o escayola) causa un dolor persistente o que empeora, se siente


excesivamente apretado o causa un nuevo entumecimiento o debilidad, los afectados
deben contactar con un médico o acudir al departamento de emergencias de inmediato.

Cuidado del yeso (escayola)


Cuidado del yeso (escayola)

 Durante el baño, se envuelve el molde de yeso en una bolsa de plástico y se sella muy
cuidadosamente la parte superior con bandas de goma o esparadrapo; también puede
utilizarse un recubrimiento impermeable especialmente diseñado para proteger un
molde de yeso del agua. Existen fundas de protección comercializadas, cómodas de
usar, y más fiables. Si un molde de yeso se moja, el alcochamiento interior puede
retener la humedad. Parte de esta humedad puede eliminarse con un secador de pelo.
Si no es posible, debe cambiarse el molde de yeso para evitar el desprendimiento de la
piel.

 Nunca se debe introducir un objeto dentro del molde de yeso (por ejemplo, para
rascarse).

 Hay que vigilar la piel que rodea el molde de yeso a diario y acudir al médico ante
cualquier enrojecimiento o llaga.

 Revise los bordes del yeso todos los días, y si están ásperos, coloque esparadrapo,
gasas, algodón u otro material blando para acolcharlos y que no lesionen la piel.

 Durante el reposo, hay que colocar cuidadosamente el molde de yeso sobre una
almohada pequeña o una almohadilla para prevenir que el borde del molde pellizque la
piel o se clave en ella.

 Se debe elevar regularmente el miembro enyesado, siguiendo las recomendaciones del


médico, para evitar la inflamación.

 Si el molde de yeso ocasiona dolor persistente o se nota excesivamente apretado, debe


contactarse inmediatamente con el médico. Estos síntomas puede ser consecuencia de
la aparición de úlceras por presión o de hinchazón, lo que puede requerir la retirada
inmediata del molde de yeso.

 Es necesario contactar con el médico si el yeso desprende mal olor o si aparece fiebre.
Estos síntomas pueden indicar una infección.

 Si el molde de yeso ocasiona un dolor que empeora a medida que pasa el tiempo o un
entumecimiento o debilidad de nueva aparición, debe contactarse con el médico. Estos
síntomas pueden indicar un síndrome compartimental.

Técnicas habituales para inmovilizar una articulación


Cirugía
Algunas veces las fracturas deben reducirse y repararse mediante tratamiento quirúrgico, como
en los siguientes casos:

 Las fracturas abiertas: dado que la piel se rompe, las bacterias y los residuos pueden
entrar en el organismo. El médico debe limpiar cuidadosamente el área alrededor de la
fractura para eliminar cualquier rastro de residuos. Llevar a cabo esta acción reduce el
riesgo de infección.
 Las fracturas desplazadas que no se pueden reducir o mantener reducidas (en su
posición) mediante maniobras cerradas: cuando un fragmento óseo se ha desplazado o
queda un tendón interpuesto, el médico puede no ser capaz de realinear los huesos rotos
mediante la manipulación desde el exterior (reducción cerrada). O bien, la fractura se
puede realinear mediante reducción cerrada, pero los músculos, al traccionar de los
fragmentos óseos, impiden que los extremos permanezcan en su posición.
 Las fracturas superficiales conjuntas: estas fracturas se extienden hacia la articulación,
fracturando el cartílago articular en los extremos óseos. Para evitar que el paciente
desarrolle con posterioridad una artrosis, el médico debe reducir casi perfectamente el
cartílago fracturado. La reducción puede ser más precisa cuando se hace
quirúrgicamente.
 Las fracturas patológicas en un hueso debilitado por un cáncer: el hueso debilitado
por un proceso canceroso puede no consolidar normalmente después de una fractura. La
cirugía puede ser necesaria para evitar que los fragmentos óseos se desplacen. Además,
la estabilización de la articulación de forma quirúrgica disminuye el dolor y permite al
sujeto utilizar la articulación con mayor rapidez.
 Fracturas que se sabe que requieren tratamiento quirúrgico: se sabe que ciertos tipos
de fracturas (como las de cadera y las de fémur) consolidan más rápidamente y tienen
mejor pronóstico cuando se reparan quirúrgicamente.
 Las fracturas que de otro modo requerirían un largo período de inmovilización o
reposo en cama: la cirugía reduce el tiempo que el paciente necesita permanecer
encamado. Por ejemplo, el tratamiento quirúrgico permite que los pacientes con fractura
de cadera comiencen a levantarse de la cama y caminar poco después de la operación,
con frecuencia incluso al día siguiente de la cirugía (con la ayuda de un andador).
 Fracturas complicadas: la cirugía puede ser necesaria para tratar ciertas lesiones que se
producen con la fractura, como una lesión arterial o una sección nerviosa.
Se lleva a cabo una reducción abierta con fijación interna (RAFI), para restaurar la forma y la
alineación original del hueso. Los cirujanos utilizan los rayos X para ver cómo alinear los huesos.
Después de hacer una incisión para exponer la fractura, el cirujano usa instrumentos especiales
para mantener alineados los fragmentos de hueso. Después se fijan los fragmentos en el lugar
correspondiente utilizando una combinación de cables metálicos, clavos, tornillos, varillas y
placas. Por ejemplo, puede darse forma a las placas metálicas según sea necesario, y estas
pueden fijarse con tornillos en la parte exterior del hueso. Las varillas metálicas pueden
insertarse desde un extremo del hueso hacia el interior de este (médula ósea). Estos dispositivos
implantables son de acero inoxidable, de una aleación metálica altamente resistente o de titanio.
Los dispositivos fabricados en los últimos 15-20 años son compatibles con los potentes imanes
que se emplean en la RMN. La mayoría de ellos no hacen sonar la alarma de los dispositivos de
seguridad de los aeropuertos. Algunos de estos dispositivos se dejan en el hueso de forma
permanente, y otros se extraen tras la curación de la fractura.
Puede ser necesaria una sustitución articular (artroplastia) cuando la fractura lesiona de
gravedad la parte alta del fémur, que forma parte de la articulación de la cadera, o del hueso de
la parte superior del brazo (húmero), que forma parte de la articulación del hombro.
Cuando el médico utiliza injerto óseo, extrae fragmentos de hueso de otra parte del cuerpo
(como la pelvis). Este procedimiento se puede realizar de entrada si el espacio que existe entre
los fragmentos óseos es demasiado grande. También se puede hacer más adelante, si el
proceso de consolidación es lento (retardo de consolidación) o no se produce (seudoartrosis).
Rehabilitación y pronóstico de las fracturas
La mayoría de las fracturas se curan bien y causan pocas complicaciones. Sin embargo, algunas
no se curan por completo a pesar de que se haya hecho un diagnóstico acertado y se haya
seguido el tratamiento adecuado.

El tiempo requerido para que la fractura se cure oscila entre semanas y meses, dependiendo de

 Tipo de fractura

 Localización de la fractura

 La edad del sujeto

 La presencia de trastornos que pueden retrasar la curación

Por ejemplo, los niños se curan mucho más rápido que los adultos, y ciertos trastornos
(incluyendo los que causan problemas de circulación, como la diabetes y la enfermedad vascular
periférica) retrasan la velocidad de cicatrización.

Generalmente el sujeto siente molestias al realizar algunas actividades, incluso después de que
las fracturas ya estén lo suficientemente curadas como para cargar todo el peso corporal sobre la
zona afectada. Por ejemplo, después de aproximadamente 2 meses, una fractura de muñeca
puede ser lo suficientemente fuerte como utilizar la muñeca. Sin embargo, el hueso todavía se
está reconstruyendo (remodelado de la fractura). Así, el dolor al apretar con fuerza utilizando la
muñeca puede persistir hasta un año. Algunos pacientes también notan dolor y rigidez en la zona
lesionada cuando el clima es frío.

La inmovilización aumenta la rigidez articular, y los músculos se debilitan y se atrofian ya que no


se utilizan. Si se inmoviliza un miembro con un yeso, la articulación afectada se vuelve más
rígida cada semana, y, finalmente, el paciente no puede extender y flexionar completamente su
extremidad. Estos problemas pueden desarrollarse rápidamente y convertirse en permanentes,
siendo más frecuentes en personas mayores. Después de haber llevado un molde de yeso largo
en la pierna (desde la parte superior de la pantorrilla hasta los dedos de los pies) durante unas
semanas, los músculos suelen encogerse hasta tal punto que la mayoría de las personas pueden
insertar su mano dentro del espacio, antes estrecho, entre el molde y el muslo. Cuando se retira
el yeso, los músculos son muy débiles y están notablemente atrofiados.

Para evitar o reducir al mínimo la rigidez y para ayudar a la persona afectada a mantener la
fuerza muscular, el médico puede recomendar el tratamiento quirúrgico (reducción abierta y
fijación interna [RAFI]), ya que después de la cirugía, el paciente puede mover la parte lesionada
de manera relativamente precoz. El médico también puede recomendar la práctica de ejercicio
diario, incluyendo los ejercicios de aumento del grado de movilidad  y ejercicios de fortalecimiento
muscular. Mientras se cura la fractura, la persona afectada puede ejercitar el resto del cuerpo.
Después de que la fractura ha cicatrizado lo suficiente, se puede retirar el yeso, y el paciente
puede empezar a ejercitar la extremidad lesionada. Al realizar ejercicios, se debe prestar
atención a las sensaciones procedentes del miembro lesionado y evitar realizar ejercicios
demasiado enérgicos. Si los músculos están demasiado débiles para que el paciente los ejercite
o si los ejercicios pudieran desplazar los fragmentos óseos, un fisioterapeuta puede mover la
extremidad (lo que se denomina ejercicios pasivos, véase la figura Aumentar el grado de
movilidad del hombro  ). Sin embargo, en última instancia, para recuperar la fuerza plena de una
extremidad lesionada, el paciente debe mover sus músculos (lo que se denomina ejercicios
activos).
Edad y salud: lesiones de músculos, huesos y otros tejidos
Edad y salud: lesiones de músculos, huesos y otros tejidos

Los mayores de 65 años tienen más probabilidad de sufrir una fractura por las razones
siguientes:

 Pueden tener osteoporosis , lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan


fracturas.
 Algunos de los cambios normales relacionados con la edad  en lo referente a equilibrio,
visión, sensibilidad (principalmente en los pies), fuerza muscular y control de la presión
arterial hacen que las personas mayores sean más propensas a las caídas. En las
personas de mayor edad, la tensión arterial tiende a caer en exceso cuando se sientan
o se ponen en pie, causando mareo o aturdimiento .
 Los ancianos tienen menor capacidad de protegerse ante una caída.

 Además, tienen más probabilidad de sufrir efectos secundarios con los fármacos (como
somnolencia, pérdida del equilibrio y mareo), lo que hace que las caídas sean más
probables.

En las personas mayores, las fracturas suelen afectar a los extremos de los huesos largos,
como los del antebrazo, brazo, pierna y muslo. Las fracturas de la pelvis, la columna
(vértebras) y las muñecas también son frecuentes en las personas de edad avanzada.

En las personas mayores, la recuperación suele ser más complicada y más lenta que en los
jóvenes porque

 Los ancianos suelen curarse más despacio que los adultos más jóvenes.

 Las personas de edad avanzada suelen tener menos fuerza general, menos flexibilidad
y más problemas de equilibrio que las personas más jóvenes. Por lo tanto, compensar
las limitaciones causadas por una fractura resulta más duro, y volver a realizar las
actividades diarias es más difícil.

 Cuando las personas mayores están inactivas o inmovilizadas (por yesos, férulas, o el
reposo en cama), pierden tejido muscular más rápidamente que los adultos jóvenes.
Por lo tanto, la inmovilización puede ocasionar debilidad muscular. A veces, los
músculos se acortan de forma permanente, y se forman cicatrices en los tejidos
situados alrededor de la articulación, como ligamentos y tendones. Este trastorno
(denominado contracturas articulares) limita el movimiento de la articulación.

 Las personas mayores son más propensas a sufrir otros trastornos (como artritis o mala
circulación) que pueden interferir con la recuperación o enlentecer la curación.

Incluso las fracturas de menor importancia pueden deteriorar significativamente la capacidad


de las personas mayores para llevar a cabo las actividades diarias normales, como comer,
vestirse, bañarse e incluso caminar, sobre todo si utilizaban un andador antes de la lesión.

Inmobilización: la inmobilización es una preocupación que afecta particularmente a las


personas de edad avanzada.
La inmovilización en personas mayores es más probable que cause

 Coágulos sanguíneos (como ocurre en la trombosis venosa profunda )


 Úlceras por presión
 Pérdida de tejido muscular
 Deterioro del estado físico

Se desarrollan úlceras de decúbito cuando se interrumpe o se reduce el flujo de sangre a


una zona. En los ancianos el flujo sanguíneo a una extremidad ya puede estar reducido.
Cuando la extremidad lesionada se apoya sobre un yeso, el propio peso de la extremidad
puede reducir aún más el flujo sanguíneo y se pueden formar úlceras de decúbito (o por
presión). Si se requiere reposo en cama, se pueden formar úlceras por presión en las zonas
de la piel que quedan apoyadas sobre la cama. Estas áreas deben ser inspeccionadas de
forma minuciosa para detectar cualquier signo que indique que la piel se está lesionando.
Debido a que la inmovilización es más probable que cause problemas en las personas de
edad avanzada, el tratamiento de las fracturas se centra en ayudar a que los ancianos
retomen sus actividades cotidianas tan pronto como sea posible en lugar de asegurarse de
que el hueso fracturado quede perfectamente alineado.

Para acortar el tiempo de inmovilización y ayudar al paciente a retomar sus actividades diarias
de forma precoz, el médico utiliza cada vez más la cirugía para reparar o reemplazar una
cadera rota. Se aconseja al sujeto que se mueva y camine (por lo general con la ayuda de un
andador), a menudo tan pronto como el día siguiente a la cirugía. También se inicia la
fisioterapia (por ejemplo, después de una fractura de cadera ). Si las fracturas de cadera no se
tratan quirúrgicamente, es necesario inmovilizar a la persona en cama durante meses antes de
que tenga la fuerza suficiente como para soportar su propio peso.
Conclusión

El papel de enfermería es fundamental para la mejora de la calidad de los cuidados del paciente
postquirúrgico de fractura de cadera. Con este plan de actuación, se pretende prevenir los riesgos
de padecer, infecciones, caídas, fracturas periprotésicas, desinformación, dudas y disminuir así los
periodos de hospitalización (colateralmente favoreceremos a la disminución de coste- gasto)Así el
paciente podrá ser dado de alta con la mayor brevedad posible a su ámbito habitual, habiendo
conseguido la mayor autonomía posible para el paciente y los cuidadores del mismo , tanto en la
deambulación , como administración de medicación, cuidados en general .

 Una fractura es una ruptura parcial o total del hueso. Hay muchos tipos diferentes de
fracturas.
 Las fracturas de los huesos pueden ser consecuencia de caídas, traumatismos o resultado de
un golpe directo o patada al cuerpo. El uso excesivo o los movimientos repetitivos pueden
causar fracturas por esfuerzo. También puede deberse a enfermedades que debilitan los
huesos. Entre ellas se incluyen la osteoporosis o el cáncer de huesos.
 El objetivo principal del tratamiento es volver a colocar las partes del hueso en su lugar para
que puedan soldar. Esto puede lograrse con una férula, un yeso, cirugía o tracción.
 Debe consultar a un proveedor de atención médica en cualquier momento en que crea que
tiene un hueso fracturado.

BIBLIOGRAFIAS

https://www.google.com/search?
q=factiura+de+huesos+&source=hp&ei=6bWIZO7rId7mkPIP5Y6UgAg&iflsig=AOEireoAAAAAZIjD-
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QCYAQCgAQGwAQA&sclient=gws-wiz

https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=fractures-85-P04012

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