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Ateneo Lihuel
Ateneo Lihuel
“Lo que se denomina afecto no es algo pura y simplemente opaco e inaccesible que
sería una suerte de más allá del discurso, una especie de núcleo vivido acerca del
cual no sabríamos de qué cielo nos cae. El afecto es, muy precisamente y siempre,
algo que se connota dentro de cierta posición del sujeto con respecto al ser”.
J. Lacan (1959)
“Yo coso”
En varias oportunidades Lihuel interrumpe ciertos relatos diciendo “y… coso”. En una ocasión
hablando de sus hermanos dice: “Adrian trabaja, Lisandro ahora juega al fútbol y yo… coso”
intervengo preguntando “¿Vos coses?”, nuevamente un disparate que ocasiona una carcajada
exagerada. Luego aclara que dice “coso” cuando no sabe qué decir o no se acuerda la palabra. A
partir de entonces, cada vez que se repite en sus relatos “coso” me mira riendo, muchas veces
aclarando que no le sale la palabra que iba a decir. Ante la iniciativa de que lo intente, algunas
veces logrará terminar el relato y otras se detendrá en ese punto.
En los últimos encuentros la madre me comenta que nota que Lihuel está mucho mejor respecto
al tema de los enojos, que este año todavía no la han llamado del colegio por este motivo y que
logra permanecer en la cancha durante todos los partidos. Sin embargo señala que comenzó a
notarlo muy triste, que llora por las noches y le cuesta conciliar el sueño.
Algunos interrogantes
- ¿Qué es lo que le enoja a Lihuel? ¿Está enojado? ¿Se trata de una posición?
- ¿Qué tipo de trabajo se podría pensar que está haciendo Lihuel por medio del armado de
los dibujos? ¿Se trata de una historieta, una ficción? ¿de qué manera acompañar su
producción? y ¿hasta dónde continuar?.
- ¿Es posible pensar aquello que la madre menciona como “tristeza" como la aparición de
un nuevo “síntoma” o manifestación de la angustia? ¿Consideran que tiene alguna relación
con el hecho de que los enojos hayan aminorado?