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DERECHO CIVIL II: LA POSESIÓN

LA POSESIÓN:

Es un estado de hecho por el cual una persona tiene una cosa en su poder, ya sea en custodia o en
propio uso, exista o no en el la intención de tenerla como propia; así pudiendo afirmar que la posesión
es un hecho juridico, porque nuestro ordenamiento juridico le otorga importantes consecuencias
jurídicas, como la protección que brinda al poseedor a través del ejercicio de las acciones interdictales;
y, incorporado al transcurso del tiempo, esta situación de hecho puede convertirse en un derecho
definitivo a través de la prescripción adquisitiva.

TEORIAS SOBRE LA NATURALEZ JURÍDICA DE LA POSESIÓN

Debido a la dificultad del estudio de la posesión y su protección legal está ah sido profundamente
estudiada en diversas corrientes doctrinarias donde se resaltan 3 vertientes principales.

TEORÍA EMPÍRICA U OBJETIVA:

Según esta teoría, la posesión es un simple hecho protegido por acciones interdictales sin tomar en
consideración que exista o no el derecho de que es apariencia la posesión. Señalan que lo que se
protege a través de los interdictos, es el mero hecho de la tenencia material de la cosa, lo cual no
puede dar origen a ningún derecho, de manera que ese estado de hecho es protegido ocasionalmente
por la acción, no siendo en consecuencia un derecho, porque no encuentra una protección total por
parte del ordenamiento juridico, es una protección provisoria.

La Ley al conceder el ejercicio de las acciones posesorias sólo atiende a garantizar un estado de
hecho, porque a nadie es lícito hacerse justicia por sí mismo, perturbando el estado o la condición de
hecho en que los demás se encuentran.

TEORÍA JURÍDICA:

Señala que la posesión no es un hecho, sino un verdadero derecho en sentido subjetivo, destacando
la circunstancia de que está protegida por acciones y de que es imposible concebir que se otorgue una
acción para la protección de algo que no sea un verdadero derecho en sentido subjetivo. Cada vez que
un poder aparece jurídicamente tutelado mediante las acciones y ante su lesión por parte de terceros
es posible mover el aparato estatal para su protección, nos encontramos ante un verdadero derecho
en sentido subjetivo.

La posesión, según esta corriente doctrinaria, reúne las características esenciales del Derecho
Subjetivo (como señorío de voluntad reconocido por la ley o bien como interés protegido por ella),
constituyendo una relación tutelada por el ordenamiento jurídico, aún contra el propietario de la cosa.

TEORÍA MIXTA:

Esta teoría señala que en la posesión hay un hecho y un derecho. Es un hecho porque la posesión se
origina con las circunstancias materiales de la aprehensión de las cosas por el individuo o en el
ejercicio de las facultades que la ley concede a otra persona titular de derechos en sentido subjetivo
(que no los ejerce); y, es un derecho, porque produce consecuencias jurídicas y además porque hay
casos en que es necesario admitir los derechos resultantes de la posesión, aun faltando el hecho que
debía servirle de base, y otros en que debemos rechazarlos a pesar de la existencia de ese hecho. Se
explica esta teoría en que ningún derecho en sentido subjetivo podrá concebirse sin referencia a una
situación material, pues el derecho es la regulación de hechos.

CONCLUSION
La opinión más generalizada hoy día, que compartimos, es que la posesión es un verdadero Derecho
real, toda vez que implica una relación directa e inmediata entre la persona y la cosa, reuniendo en sí
características comunes a los derechos de esta naturaleza; sin embargo, es un derecho real sui
generis, por cuanto es objeto de una protección provisional. Es esto precisamente lo que distingue a la
posesión del Derecho de propiedad y otros derechos reales, pues mientras éstos son objeto de
protección definitiva, aquélla es objeto de protección provisoria.

ARTICULOS DEL CODIGO CIVIL QUE NOS HABLAN DE LA POSESIÓN

ARTÍCULO 771: La posesión es la tenencia de una cosa, o el goce de un derecho que ejercemos por
nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la cosa o ejerce el derecho en nuestro
nombre.

ARTÍCULO 772: La posesión es legítima cuando es continua, no interrumpida, pacífica, pública, no


equívoca y con intención de tener la cosa como suya propia.

ARTÍCULO 773: Se presume siempre que una persona posee por sí misma y a título de propiedad,
cuando no se prueba que ha empezado a poseer en nombre de otra.

ARTÍCULO 774: Cuando alguien ha principiado a poseer en nombre de otro, se presume que la
posesión continúa como principió, si no hay prueba de lo contrario.

ARTÍCULO 775: En igualdad de circunstancias es mejor la condición del que posee.

ARTÍCULO 776: Los actos meramente facultativos, y los de simple tolerancia no pueden servir de
fundamento para la adquisición de la posesión legítima.

ARTÍCULO 777: Tampoco pueden servir de fundamento a la adquisición de la posesión legítima, los
actos violentos ni los clandestinos; sin embargo, ella puede comenzar cuando ha cesado la violencia o
la clandestinidad.

ARTÍCULO 778: No produce efecto jurídico la posesión de las cosas cuya propiedad no puede
adquirirse.

ARTÍCULO 779: El poseedor actual que pruebe haber poseído en un tiempo anterior, se presume
haber poseído durante el tiempo intermedio, salvo prueba en contrario.

ARTÍCULO 780: La posesión actual no hace presumir la anterior, salvo que el poseedor tenga títulos
en este caso se presume que ha poseído desde la fecha de su título, si no se prueba lo contrario.

ARTÍCULO 781: La posesión continúa de derecho en la persona del sucesor a título universal.

El sucesor a título particular puede unir a su propia posesión la de su causante, para invocar sus
efectos y gozar de ellos.

ARTÍCULO 782: Quien encontrándose por más de un año en la posesión legítima de un inmueble, de
un derecho real, o de una universalidad de muebles, es perturbado en ella, puede, dentro del año, a
contar desde la perturbación, pedir que se le mantenga en dicha posesión.

El poseedor precario puede intentar esta acción en nombre y en interés del que posee, a quien le es
facultativo intervenir en el juicio.

En caso de una posesión por menor tiempo; el poseedor no tiene esta acción sino contra el no
poseedor o contra quien lo fuere por un tiempo más breve.
ARTÍCULO 783: Quien haya sido despojado de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa
mueble o inmueble, puede, dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuere el
propietario, que se le restituya en la posesión.

ARTÍCULO 784: La restitución de la posesión en caso de despojo no excluye el ejercicio de las demás
acciones posesorias de parte de cualquier poseedor legítimo.

ARTÍCULO 785: Quien tenga razón para temer que una obra nueva emprendida por otro, sea en su
propio suelo, sea en suelo ajeno, cause perjuicio a un inmueble, a un derecho real o a otro objeto
poseído por él, puede denunciar al Juez la obra nueva, con tal que no esté terminada y de que no haya
transcurrido un año desde su principio.

El Juez, previo conocimiento sumario del hecho, y sin audiencia de la otra parte, puede prohibir la
continuación de la nueva obra o permitirla, ordenando las precauciones oportunas; en el primer caso,
para asegurar el resarcimiento del daño producido por la suspensión de la obra, si la oposición a su
continuación resultare infundada por la sentencia definitiva; y en el segundo caso, para la demolición o
reducción de la obra y para el resarcimiento de los daños que puedan sobrevenir al denunciante, si
éste obtiene sentencia definitiva favorable, no obstante el permiso de continuar la obra.

ARTÍCULO 786: Quien tuviere motivo racional para temer que un edificio, un árbol o cualquiera otro
objeto amenace con daño próximo un predio u otro objeto poseído por él, tendrá derecho de
denunciarlo al Juez y de obtener, según las circunstancias, que se tomen las medidas conducentes a
evitar el peligro, o que se intime al interesado la obligación de dar caución por los daños posibles.

ARTÍCULO 787: En todas las cuestiones de posesión en materia de servidumbre, el uso en el año
precedente y, cuando se trate de servidumbres ejercidas en intervalos que excedan de un año, el uso
del último período de disfrute, determinarán el estado de cosas que deba protegerse con las acciones
posesorias.

ARTÍCULO 788: Es poseedor de buena fe quien posee como propietario en fuerza de justo título, es
decir, de un título capaz de transferir el dominio, aunque sea vicioso, con tal que el vicio sea ignorado
por el poseedor.

ARTÍCULO 789: La buena fe se presume siempre; y quien alegue la mala, deberá probarla. Bastará
que la buena fe haya existido en el momento de la adquisición.

ARTÍCULO 790: El poseedor de buena fe hace suyos los frutos, y no está obligado a restituir sino los
que percibiere después que se le haya notificado legalmente la demanda.

ARTÍCULO 791: El poseedor, aunque sea de buena fe no puede pretender indemnización alguna por
mejoras, si éstas no existen al tiempo de la evicción.

ARTÍCULO 792: El poseedor de buena o mala fe no puede reclamar por mejoras, sino la suma menor
entre el monto de las impensas y el mayor valor dado a la cosa.

ARTÍCULO 793: Sólo al poseedor de buena fe compete el derecho de retención de los bienes por
causa de mejoras realmente hechas y existentes en ellos, con tal que las haya reclamado en el juicio
de reivindicación.

ARTÍCULO 794: Respecto de los bienes muebles por su naturaleza y de los títulos al portador, la
posesión produce, en favor de los terceros de buena fe, el mismo efecto que el título. Esta disposición
no se aplica a la universalidad de muebles.
Sin embargo, quien hubiese perdido una cosa o aquel a quien la hubiesen quitado, podrán reclamarla
de aquel que la tenga, sin perjuicio de que este último pueda exigir indemnización a aquel de quien la
haya recibido.

ARTÍCULO 795: Si el actual poseedor de la cosa sustraída o perdida la hubiere comprado en una feria
o mercado, en una venta pública, o a un comerciante que vendiese públicamente objetos semejantes,
no podrá el propietario obtener la restitución de su cosa, sin reembolsar al poseedor la cantidad que le
haya costado.

ELEMENTOS DE LA POSESIÓN.

Según la doctrina tradicional, heredada del derecho romano, la posesión está compuesta de dos
elementos, uno material, llamado corpus; y, el otro intencional, llamado animus.

Se confirma esta opinión con el contenido del artículo 783 del Código Civil que consagra al interdicto
restitutorio o de despojo. Donde se observan caracteres de los derechos reales entre los que cabe
mencionar la inmediatividad, el carácter absoluto de la posesión pues se ejerce contra todos incluso
contra el verdadero propietario, el derecho de persecución por cuanto el poseedor despojado persigue
la cosa de manos de quien la detente, y esta persecución es posible a través de la acción real que es
el interdicto.

EL CORPUS:

Es el elemento puramente físico o material, consistente en la relación externa o de hecho en que la


cosa se encuentra con respecto a la persona. El corpus representa el conjunto de hechos que
constituyen la posesión, son actos materiales de detentación, de uso, goce, ejercitados sobre la cosa.

EL ANIMUS:

Es el elemento psíquico o intelectual, consistente en la voluntad de tener la cosa en la disposición


propia, libremente y con exclusión de los demás, sujetándola o destinándola de la manera más
completa a los propios fines, es decir, la intención del que posee de obrar por su propia cuenta.

Ahora bien, la posesión que se ejerce tanto en las cosas como en los derechos puede tenerse en dos
conceptos distintos: o en el de dueño, o en el de tenedor de la cosa, de modo que cuando a la relación
física (corpus) no se une la intención de sujetarla para sí, se da una mera detentación o animus
detinendi, pues el elemento que convierte la detentación en verdadera posesión es el animus domini o
animus rem sibi habendi, este último lo observamos en el artículo 771 del C.C.V.

TEORÍAS DE LOS ELEMENTOS DE LA POSESIÓN: LA TEORÍA SUBJETIVA Y LA TEORÍA


OBJETIVA.

TEORÍA SUBJETIVA:

Savigny sostiene que el animus es el elemento determinante de la posesión, la voluntad, el factor


decisivo que transforma la detentación en posesión. Esta voluntad es la de tener la cosa para sí, es la
intención de ejercer la propiedad; el animus possidendi se identifica con el animus domini y se
contrapone de un modo absoluto al animus detinendi del detentador (en la detentación también se
reconoce un animus), el cual no teniendo o no pudiendo tener la intención de tratar la cosa como
propia la posee por otro.

TEORÍA OBJETIVA:

En esta teoría se priva al animus de toda importancia y a la voluntad de todo valor como elemento
decisivo para distinguir la posesión de la detentación, aunque no se niega la existencia de un elemento
intencional, pero si niega la existencia de un animus en particular, de manera que no reconoce
diferencia entre el tener la cosa para sí (animus domini) y el tenerla para otro (animus detinendi). De
manera que según esta teoría, para constituir la posesión es suficiente la relación corporal con la cosa,
acompañada de la intención de querer mantener tal relación, así que toda detentación por regla
general es posesión en cuanto que el concepto de posesión requiere un poder físico sobre la cosa,
voluntariamente querido y ejercitado.”

Planiol explica que el animus se presume. Cuando una persona detenta materialmente una cosa, no
tiene que probar que actúa por su propia cuenta y que realmente es poseedor. A su adversario toca
probar que no tiene más que una simple detentación y que solo es poseedor por cuenta ajena.

OBJETO DE LA POSESIÓN.

Si objeto de los derechos es todo aquello sobre lo que recae la potestad del hombre, a tenor de lo
dispuesto en el art 771 del Código Civil, objeto de la posesión lo son tanto las cosas corporales como
los derechos; pero, no todas las cosas corporales ni todos los derechos son susceptibles de posesión.
Entre las primeras se excluyen las cosas que están fuera del comercio, pues la posesión no puede
ejercerse sino sobre las cosas susceptibles de propiedad privada o cosas in commercium, los
particulares no podrían tener una posesión eficaz, ni sobre los bienes del dominio público, ni sobre las
cosas comunes, así lo establece el artículo 778 del Código Civil.

En cuanto a las cosas corporales in commercium sobre las que se puede ejercitar la posesión, están
tanto los bienes muebles como los bienes inmuebles, así como las universalidades de bienes muebles,
como se desprende del análisis de los artículos 771 y 782 del Código Civil.

En relación con los derechos susceptibles de posesión, se excluyen todos los derechos que no figuren
en la categoría de los derechos reales, tales como los derechos de familia, de la personalidad, los
derechos políticos, los derechos de crédito u obligación.

De conformidad con el artículo 771 del Código Civil, además de las cosas los derechos pueden ser
objeto de la posesión. La determinación de los derechos poseíbles se realiza sobre la base de los
efectos fundamentales que la posesión con- cede, esto es la usucapión y la tutela posesoria, en
consecuencia sólo los derechos reales pueden ser adquiridos por prescripción y son los únicos
poseíbles; pero, en los mismos derechos reales hay algunos que no son susceptibles de posesión.

Kummerow señala que algunas derivaciones dentro de la investigación jurídica de la posesión han
tratado de indagar en otros determinantes para decidir las posibles actuaciones posesorias
correspondientes a los derechos. Con ello se demuestra que no todos los derechos reales son
poseíbles y que en cambio, no toda la gama de los derechos de crédito queda situada al margen de la
posesión."

Todos los derechos subjetivos privados patrimoniales (derechos reales y derechos de crédito) son
susceptibles de posesión, y dentro de éstos son poseíbles aquellos cuyo ejercicio pueda ser reiterado,
sucesivo, pues de no serlo, no es posible tener sobre su objeto un poder de hecho duradero, sino
únicamente un poder de hecho que se agotaría en un solo acto, no pudiendo considerarse como
posesión. En consecuencia son derechos poseíbles:

- Derechos Reales: Todos los derechos reales principales (la propiedad. usufructo, uso, habitación,
servidumbre, etc.) y dentro de los derechos reales accesorios, la prenda y anticresis, se excluye la
hipoteca, pues se agota en un acto único. Sin embargo, debe aclararse que un derecho puede ser
poseíble pero esto no lo convierte necesariamente en prescriptible, por esa razón se excluyen los
derechos reales accesorios que aún cuando dos de ellos son poseibles (prenda y anticresis), ninguno
puede adquirirse por prescripción.
- Derechos de Crédito: Se citan el arrendamiento, el mutuo, el comodato, la renta vitalicia, pues su
ejercicio es reiterado.

ADQUISICIÓN Y TRANSMISIÓN DE LA POSESIÓN.

En la adquisición de la posesión como en la conservación de la misma, deben concurrir


indispensablemente los dos elementos conformadores de la posesión: el corpus y el animus, de no
verificarse ambos elementos no se considera adquirida la posesión.

La posesión puede adquirirse de manera originaria y derivativa, tal como se expondrá a continuación.

ADQUISICIÓN ORIGINARIA:

Esta se inicia directamente por el solo comportamiento del poseedor, es decir, que consiste en un acto
unilateral e in- dependiente del adquiriente sin el concurso de la voluntad del poseedor anterior. Esta
es un acto juridico no negocial (no requiere que el poseedor tenga capacidad negocial, basta su
capacidad de querer y de entender, además no requiere el consentimiento del anterior poseedor,
porque en este caso se trataría de una adquisición derivativa), constituye pues, un simple
comportamiento que dará lugar a la posesión propia.

Habrá adquisición originaria de la posesión, a través de la toma de posesión o aprehensión, y realizar


los actos constitutivos del poder de hecho sobre la cosa (corpus), aunado al ánimo de tenerla para sí
(animus domini).

ADQUISICIÓN DERIVATIVA:

Es un acto negocial, para que tenga eficacia supone el concurso de la voluntad del poseedor anterior
que trasmite la posesión al nuevo poseedor. Esta adquisición derivativa se puede verificar de las
siguientes formas:

 La Traditio: La tradición es la entrega que hace el anterior poseedor de la cosa al nuevo poseedor,
de modo de ponerla en poder de él, debiendo ser voluntaria para que surta sus efectos legales.
En la tradición existe el desplazamiento de la cosa de manos del anterior poseedor al nuevo
poseedor.
 La Traditio Brevi Manu: En este caso la transmisión se efectúa sin necesidad del desplazamiento
de la cosa de manos de quien ya la detenta, es decir, cuando el sujeto que detentaba la cosa en
nombre ajeno, adquiere la posesión en nombre propio con el consentimiento del poseedor en
concepto de dueño, por ejemplo, cuando el arrendatario (detentador, poseedor en nombre ajeno)
adquiere el bien que poseía, pasa a ser dueño (poseedor animo domini).
 El constitutum possessorium: Similar al caso anterior en cuanto a que no existe desplazamiento
de la cosa de manos de una persona a otra; pero se diferencia en que esta transmisión tiene lugar
cuando el poseedor en concepto de dueño enajena la cosa, pero continúa poseyéndola en
nombre del adquiriente, tal es el caso del propietario (poseedor en concepto de dueño) que vende
el bien poseído pero continúa en posesión de él como arrendatario, comodatario (poseedor en
nombre ajeno), en este caso ha habido un cambio del concepto posesorio,"

LA CONTINUACIÓN Y LA UNIÓN O CONJUNCIÓN DE POSESIONES.

La transmisión de la posesión puede ocurrir tanto por actos entre vivos como por actos mortis causa,
de esta transmisión derivan dos situaciones distintas que son: la continuación de la posesión y la unión
o conjunción de posesiones, que permiten que el poseedor actual pueda completar el tiempo necesario
para la prescripción y para el ejercicio de la acción posesoria de mantenimiento (Interdicto de amparo)
sea porque continúa la posesión del causante, sea uniendo su propia posesión a la del causante y de
esta manera podrá agregarse a la posesión propia la de una serie no interrumpida de antecesores.
 Transmisión Mortis Causa:

Se encuentra establecida en él encabezamiento del artículo 781 del CCV. La posesión ejercida por el
causante se transfiere ipso iure al causahabiente a titulo universal, sin necesidad de toma de posesión
material de los bienes" y sin sufrir modificación de ninguna especie, porque este sucesor no hace sino
continuar la posesión del causante, sucediéndole tanto en sus obligaciones como en sus derechos,

No se trata pues de dos posesiones distintas, es decir, el sucesor a titulo universal no comienza una
nueva posesión sino que continúa la posesión del causante, ésta es la que se trasmite a su heredero,
con sus cualidades y vicios.

La continuación en la posesión tiene carácter necesario y aprovecha o perjudica al heredero según


que la posesión del difunto (causante) fuese o no apta para la usucapión, exenta de vicios y digna o
indigna de proteger. Así, si el poseedor (causante) era precario, su sucesor a título universal será
necesariamente detentador del mismo título y no habrá prescripción, en tanto que su título precario no
cambie, de igual manera. Si el causante era poseedor legítimo, su sucesor a titulo universal, será
poseedor legítimo, podrá adquirir por prescripción adquisitiva y apto para ser protegido mediante el
interdicto de amparo".

 Unión, conjunción o accesión de posesiones:

Prevista igualmente en el articulo 781 del CCV. Esta es facultativa y opera en los casos de sucesión a
título particular, pudiendo ser por actos intervívos y mortis causa. En este caso no hay ni continuación
de la posesión, ni sustitución de una persona por otra en la relación posesoria, habrá dos posesiones
distintas: la del causante y la del sucesor a título particular, de manera que cada una conserva sus
cualidades y caracteres propios.

En este supuesto, como no hay continuación de la posesión, la ley permite al sucesor unir a su
posesión a la de su autor. Siendo la unión, como se ha señalado de carácter facultativa, el
causahabiente puede unir a la posesión propia, la que ejercía el causante para gozar de los efectos,
para servirse de ella, ya sea para los efectos de la usucapión o para el ejercicio de las acciones
posesorias, cuando siendo apta y eficaz su posesión, también lo fuera la precedente (la del causante);
pero, para ello tendrá que probar tanto la posesión propia como la de su causante."

Para que la unión o conjunción, pueda verificarse es preciso que ambas posesiones sean uniformes
respecto al objeto (que se ejerzan sobre la misma cosa o sobre el mismo derecho); que sean
uniformes en cuanto al título, esto es, el animus (que se ejerzan con la misma intención, a fin de hacer
valer el mismo derecho real) y que entre ambas posesiones no haya habido interrupción.

LA COPOSESIÓN.

La posesión puede ejercerse en forma singular; pero cuando la posesión corresponde a varias
personas a un mismo tiempo y sobre un mismo objeto, aparece entonces la figura de la coposesión,
que está estructurada de modo análogo a la copropiedad.

En este caso, los actos posesorios sobre la cosa, son ejercidos por una pluralidad de sujetos, cada
uno de los cuales es poseedor de la cosa entera aunque su actuación se encuentre limitada por la
concurrencia de los demás poseedores, en el sentido de que cada uno posee la cosa o el derecho por
partes intelectuales (possessio pro indiviso), de modo que la cuota sea la medida de los poderes de
cada uno sin constituir una parte real o efectiva de la cosa o del derecho sobre el cual ejercen la
posesión.

PÉRDIDA DE LA POSESIÓN.
De varias maneras puede perderse la posesión, y todas estas formas están estrechamente vinculadas
con los elementos conformadores de toda posesión:

1.º.POR DESAPARICIÓN SIMULTÁNEA DEL CORPUS Y DEL ANIMUS:

Normalmente quien pierde la posesión pierde al mismo tiempo el corpus y el animus. Al desaparecer
los dos elementos que integran la posesión, es lógico que ésta se pierda. Este supuesto se verifica a
través de:

 La enajenación de la cosa poseída: caso en el cual el anterior poseedor de la cosa entrega


al adquiriente, quien la posee en adelante en su lugar.
 El abandono de la cosa poseída: El poseedor abandona la cosa con intención de renunciar
a la misma.

En ambos casos el poseedor se desprende voluntariamente de la posesión, pierde el corpus y el


animus.

2.º.POR LA PÉRDIDA DEL CORPUS SOLAMENTE, CONSERVANDO EL ANIMUS:

Sucede cuando el poseedor es despojado de la cosa (no tiene el corpus), pero manifiesta su intención
de recuperarla a través del ejercicio de la acción interdictal correspondiente (interdicto restitutorio).
También sucede cuando sin la intención de nadie, la cosa escapa materialmente del poseedor, se
extravía.

En ambos casos el poseedor no puede ejercer de hecho los actos materiales que constituyen el
corpus, queda solo su intención de poseer (animus), ha perdido su posesión.

3.º.POR LA PÉRDIDA DEL ANIMUS, CONSERVANDO EL CORPUS:

Ocurre cuando el poseedor sigue poseyendo el bien (tiene el corpus), pero no con el animus domini
que antes tenía, porque el animus sufrió una transformación, animus detinendi, pasa a poseer a título
precario.

Se identifica esta pérdida de la posesión con el "CONSTITUTUM POSSESSORIUM". En este caso la


posesión verdadera pertenece al comprador y el vendedor que ha conservado el corpus, pierde la
posesión al perder el animus.

CLASES O ESPECIES DE POSESIÓN.


POSESIÓN NATURAL, PRECARIA O CUALQUIERA:

Según el artículo 771 "La posesión es la tenencia de una cosa, de modo que esta posesión comprende
la mera detentación. Como en toda posesión, existen los dos elementos integradores: el corpus y el
animus, solo que éste último es el animus detinendi, por tanto no da derecho real sobre las cosas
poseídas

Esta clase de posesión siempre tiene por título un acto juridico que impone el deber de restitución,
supone que una persona posea en nombre de otra. En este sentido, el profesor Aguilar Gorrondona
explica: Es obvio que si el título impone el deber de restituir a alguien en particular, expréselo o no se
lo exprese, ello implica reconocer a esa persona "mejor derecho porque, si no fuera así, el título no
impondría restitución".

Los poseedores precarios reconocen la existencia de una posesión de grado superior a la suya, tienen
la cosa con el consentimiento de su propietario. El poseedor precario se parece al poseedor civil
porque la cosa está materialmente a su disposición y porque ejercen un poder físico sobre ella, sin
embargo, la ley no los reconoce como poseedores y no los protege como tal, porque atribuye la
posesión al propietario, quien ha transmitido su cosa al detentador bajo la condición de que le será
restituida.

 La detentación o posesión precaria: no produce los efectos jurídicos de la verdadera posesión,


principalmente la acción de mantenimiento (interdicto de amparo) y la prescripción, lo cual se
explica porque no es una verdadera posesión, al detentador le hace falta uno de los dos elementos
esenciales de la posesión: el animus domini, es decir, la intención de tener la cosa como suya
propia.
Son detentadores o poseedores precarios:
1) Los arrendatarios o inquilinos, que poseen en virtud de un contrato de arrendamiento.
2) Los acreedores prendarios, que detentan la cosa mueble a título de pignoración.
3) Los acreedores anticresistas, a quienes se les ha dado un inmueble en garantía.
4) Los depositarios y secuestradores, que poseen la cosa en depósito.
5) Los comodatarios, que poseen en virtud de un préstamo de uso (comodato).
6) Los administradores de bienes ajenos ( tutores, etc.) que tienen su guarda y gestión.

POSESIÓN LEGÍTIMA, CIVIL O PROPIA:

Es aquella ejercida directamente por el poseedor, que en ejercicio de sus poderes posesorios puede
tener como título tanto un negocio jurídico como un acto material. Representa la ocupación material de
una cosa o el disfrute de un derecho, pero con intención de guardar la cosa o disfrutar del derecho
como propio, en concepto de dueño. Sus elementos serán: el corpus y el animus domini.

La posesión legítima es una sola, sin embargo, la forma o modo como ella fue adquirida nos permitirá
distinguir sus efectos, particularmente la prescripción ordinaria y la abreviada, por ello podemos
dividirla de la siguiente manera:

REQUISITOS DE LA POSESIÓN LEGÍTIMA:


Se encuentran establecidos en el artículo 772 del Código Civil:

La posesión es legitima cuando es continua, no interrumpida, pacifica, pública, no equívoca y con


intención de tener la cosa como suya propia.

Sólo con la reunión de los requisitos que señala el artículo 772, transcrito, existirá la posesión legitima,
si falta alguno de ellos, la posesión será viciosa. Estos requisitos deben ser estudiados por separado, a
los fines de una mejor comprensión de la posesión legítima y sus efectos.

a) Continua:

Consiste en la manifestación constante del ánimo de tener la cosa como propia. Es continua la
posesión que se ejerce sin intermitencia, de una forma sucesiva, sin discontinuidad, bastando al
poseedor el goce de la cosa, con la perseverancia de los actos regulares y sucesivos, porque la
continuidad es el resultado de una serie de actos ejecutados con intervalos normales. De modo que la
posesión es continua cuando ha sido ejercida en todas las ocasiones y en todos los momentos en los
cuales debía serlo.

b) No interrumpida:

La posesión será no interrumpida, cuando el ejercicio es permanente, que no ha cesado ni ha sido


suspendida por hechos jurídicos o por una causa natural, por argumento en contrario, la posesión se
interrumpe. Cuando el poseedor deja de ejercitar sus actos posesorios por un hecho que no depende
de su voluntad, que puede provenir de terceras personas o de fenómenos naturales."

Puede suceder que el poseedor haya sido víctima de actos violentos o clandestinos cumplidos por un
tercero, provocando un despojo, pero estos no originarán la interrupción de la posesión si el poseedor
intenta las acciones correspondientes que el derecho pone a su disposición para la defensa de la
posesión (interdictos) contando con un lapso de un año para promover el interdicto. Si se declara con
lugar el interdicto, le será restituido el bien poseído y no se entenderá interrumpida la posesión; pero,
si el poseedor se mantiene inerte, permitiendo que quien lo despojó efectúe actos posesorios sobre el
bien poseído por el anteriormente, si se interrumpe la posesión, toda vez que para que la interrupción
de la posesión se verifique, el despojo debe ser anual, ya que según el artículo 783 del Código Civil el
poseedor cuenta con un año para intentar el Interdicto Restitutorio, si en el curso del año contado
desde la fecha del despojo, el poseedor no ejerció la acción posesoria, hay interrupción de la posesión.

c) Pacifica:

Cuando nadie se presenta a contradecir la posesión y a pretender derechos sobre la cosa. Es pacífica
la posesión, porque se mantiene la posesión sin violencia, contradicción u oposición de otro sujeto,
vale decir, que contra la actuación posesoria no han existido actos que tiendan a excluirla, in-
quietando al poseedor. Si en la posesión se han verificado usurpaciones, discordias, y el poseedor no
ha actuado en su defensa, se pierde entonces el carácter pacífico de la posesión; pero, si por el
contrario el poseedor ha reprimido estas molestias a medida que se producen recurriendo a la vía
judicial, su posesión no pierde el carácter de legítima.

La violencia puede generar dos situaciones distintas:

Igualmente se mantenga en posesión: Puede reprimirla ejerciendo la acción interdictal de amparo con
el fin que cesen los actos perturbatorios y recobre su posesión el carácter de pacifico;

Le prive de la misma: Ejerciendo el interdicto restitutorio, cuya finalidad es la restitución de la cosa


poseída y con ello se entenderá que la posesión mantiene el carácter de no interrumpida y pacífica.

d) Pública:

Para ser útil la posesión debe ser pública. La posesión es pública cuando los actos posesorios se
realizan de manera visible, manifiesta a todos, a través de actos desprovistos de clandestinidad, sin
que el poseedor se oculte.

La publicidad en el ejercicio de los actos posesorios revela a la colectividad, que el poseedor se ha


comportado como titular del derecho que posee, pues si el propietario no oculta a los ojos de los
demás su posesión, sino que ejercita los actos de poseedor, así debe comportarse el poseedor
legítimo, ejercitando sus actos materiales de goce a la vista de todos y especialmente a la vista de
quien tenga interés en conocerlos.

e) No equívoca:

Significa que no debe haber dudas sobre la intención de ejercer la posesión en nombre propio y no en
nombre ajeno, de modo que es la expresión de un derecho que no admite o permite dudar de quien
posee o no. La posesión será equivoca cuando los actos de goce puedan explicarse de dos maneras
diferentes: duda o incertidumbre en cuanto al derecho o al ánimo del poseedor, como sería el caso de
apacentar ganado en un terreno, que puede ser ejercido por un propietario o en goce de servidumbre,
igualmente, en el caso de la comunidad, cada comunero tiene derecho a servirse de la cosa común,
pero estos actos presentan carácter ambiguo, porque puede el poseedor hacerlo por su derecho
parcial o como poseedor exclusivo. Mientras subsista la duda la posesión será equívoca.
f) Con intención de tener la cosa como suya propia:

El legislador exige un animus calificado: El animus domini, la intención de comportarse como


verdadero titular del derecho correspondiente a la situación de hecho, el animus domini constituye el
ánimo de poseer como dueño o titular de un derecho real poseíble y no en lugar o en nombre de otra
persona, por tanto se posee en nombre propio, por sí, para sí y con exclusión de cualquier otra
persona.

POSESIÓN VICIOSA:
La posesión legítima puede verse afectada de algún vicio, por carecer de alguno de los elementos
contenidos en el art 772. Será viciosa la posesión cuando es oculta, discontinua, interrumpida,
equívoca, violenta.

Anteriormente se explicó que la posesión existe a partir del momento en que se reúnen sus dos
elementos esenciales: el corpus y el animus, pero, puede quedar afectada de varios vicios que la
hacen inútil, estéril o ineficaz a los efectos de reclamar los efectos de la posesión, principalmente para
el ejercicio de las acciones posesorias para la adquisición del derecho por prescripción. Estos dos
efectos, constituyen las principales ventajas de la posesión y solo pueden producirse cuando hay una
posesión exenta de vicios, es decir, una posesión legítima.

Un vicio en la posesión es pues, cierta manera de ser, que sin destruir su existencia, la convierte
jurídicamente en inútil, se trata de hechos sobrevenidos o posteriores a su nacimiento que transforman
la posesión legítima en viciosa. Son vicios de la posesión: la discontinuidad, la interrupción, la
violencia, la clandestinidad y el equívoco. El artículo 772 del Código Civil establece en forma positiva,
la condición inversa que resulta de la ausencia de vicio, exige por tanto que la posesión sea continua
(exenta de discontinuidad), no interrumpida (exenta de interrupción), pacifica (exenta de violencia),
pública (exenta de clandestinidad), no equivoca (exenta de equívoco).

La posesión verdadera debe ejercerse a título de propietario, con animus domini, no debe ser precaria,
porque lo precario no es un simple vicio de la posesión, sino algo más grave: es ausencia de posesión,
pues la posesión precaria es la simple detentación de la cosa.

CONDICIONES NEGATIVAS PARA ADQUIRIR LA POSESIÓN LEGÍTIMA.


Para atribuir la legitimidad a la posesión se debe atender a su origen, pues existen modos de adquirir
la posesión que excluyen su legitimidad. Estas son ciertas circunstancias que crean un obstáculo para
que surja en un sujeto esta clase de posesión, o que el poseedor pueda alegar ser legitimo a los fines
de beneficiarse de esta clase de posesión.

Estas condiciones son:

 Los actos meramente facultativos:

Son todos aquellos actos que pueden ser realizados o no por su titular, si él no los realiza no traen
como consecuencia la pérdida del derecho para el titular del mismo y la adquisición del derecho para
un tercero, es decir, son actos que puede ejecutar cada quien en lo que es suyo sin necesidad de
consentimiento de otro.

Si tomamos como ejemplo el caso del propietario, él está facultado por la Ley y por su propio derecho
de cercar el fundo (Art. 550 CC), construir en él, sembrar, etc., pero, como esta es una facultad, el
propietario puede o no cercar, construir o no, sembrar o no, si no lo hace no significa que su derecho
de propiedad se extinga y nazca un derecho a favor de otra persona, porque el derecho se exterioriza
a través de estas facultades y no deja de existir porque el propietario no use de modo positivo las
facultades, de allí que es claro que la ausencia de ejercicio de estas facultades no puede derivar para
en el titular la pérdida de su derecho, y por esto nadie puede apoyar la posesión de un derecho
contrario, en la abstención del propietario al ejercicio de tales facultades, pues la omisión de actos
meramente facultativos no confiere posesión ni dan fundamento a la adquisición de la posesión
legitima.

 Los actos de simple tolerancia:

Son actos que alguien deja efectuar a su vecino o a otra persona que se sirve de aquel por razones de
vecindad o familiaridad. Ahora bien, como estos actos tienen su origen en una autorización o un
permiso, no pueden originar la posesión legítima. Por ejemplo: Un vecino permite, por cortesía, que su
vecino tome agua de su fundo, es tan solo una autorización; pero, como ésta puede ser revocada en
cualquier momento, el vecino no puede pretender tener una posesión legítima a título de servidumbre.

Para determinar si el acto que un tercero realiza en predio ajeno está comprendido o no entre los actos
de simple tolerancia, debe tenerse presente el ánimo del que lo realiza y el del propietario del predio
en que se realiza. Si por parte del primero hay la pretensión de ejercitar un derecho y de parte del
segundo se evidencia un abandono de los derechos propios, el acto no tiene los caracteres de los que
nuestro legislador califica de simple tolerancia; más si por el contrario, el propietario del predio, sin
tener la intención de renunciar a su derecho, permite o tolera que otro ejercite aquel acto y éste lo
cumple, sin pretender ejercitar un derecho, sino sirviéndose de la concesión temporal dada por el
propietario, los actos que se ejercitan son de simple tolerancia y no pueden servir de fundamento a la
adquisición de la posesión legitima.

 Los actos meramente facultativos y los actos de simple tolerancia, se encuentran establecidos
en el artículo 776 del Código Civil:
Los actos meramente facultativos y los de simple tolerancia, no pueden servir de fundamento
para la adquisición de la posesión legítima.

 Los actos violentos:

La posesión violenta es la que se adquiere por la fuerza que se emplea contra el verdadero titular del
derecho real o contra aquel que se encuentra poseyendo. La violencia por virtud de la cual se puede
llegar a adquirir la posesión, comprende tanto la violencia física como la moral, ésta última expresada
en amenazas para constreñir al poseedor a abandonar la cosa. Los actos violentos son actos
abusivos, contrarios y arbitrarios imputables al poseedor actual. La posesión que se ha originado por la
violencia es de carácter temporal porque desde que cesa la violencia, comienza la posesión útil. La
violencia también tiene carácter relativo, por ejemplo, si el poseedor actual expulsó a una persona que
se pretendía propietario, tiene una posesión violenta en relación con este anterior poseedor; pero, si el
verdadero propietario es un tercero, a quien los actos violentos no han alcanzado, la posesión estará
exenta de violencia con respecto a él y originará en su contra las acciones posesorias y la
prescripción.

 Los actos clandestinos:

Cuando el poseedor obra sin ocultarse su posesión es pública; pero, si al contrario, oculta sus actos,
su posesión será clandestina. Por esto, la clandestinidad se expresa a través de la actuación oculta en
el ejercicio de los actos posesorios con la intención de sorprender o de aprovecharse del poseedor. No
debe confundirse la clandestinidad con la ignorancia de aquel que ha sido privado de la posesión y
considerar que hay clandestinidad, siempre que el poseedor anterior hubiese sido privado de ella sin
saberlo. Los actos clandestinos también tienen carácter temporal y relativo. La posesión puede ser
clandestina para unos y para otros no, si el poseedor ha dejado conocer a los primero lo que ocultaba
a los segundos. Es temporal, al cesar la clandestinidad comienza la posesión útil y la prescripción se
inicia.

 Los actos violentos y clandestinos están consagrados en el art 777 del CCV, que además
alude a que mientras subsista la violencia no se puede fundar la posesión legítima; pero, una
vez que esta cesa, puede nacer o surgir la posesión legitima:
Tampoco pueden servir de fundamento a la adquisición de la posesión legitima, los actos
violentos ni los clandestinos; sin embargo, ella puede comenzar cuando ha cesado la violencia
o la clandestinidad.

 Los actos precarios.

Constituyen el reconocimiento de una posesión de grado superior, siendo válido cualquier acto juridico
bilateral o unilateral, como causa de detentación (contrato de arrendamiento, contrato de comodato),
pero ese título impone al detentador (arrendatario, comodatario) el reconocimiento de una posesión de
grado superior a la suya, además la obligación de reintegrarla, de modo que se posee sólo a titulo de
detentador, de poseedor precario.

El estado de la posesión precaria es perpetuo por naturaleza. En principio subsiste indefinidamente, se


transmite a los causahabientes universales del detentador y esto se comprende porque la precariedad
resulta de la existencia de una obligación de restitución contraída por el detentador con respecto a la
cosa que detenta.

El detentador puede transformarse en poseedor verdadero y detentar la cosa de una manera útil: pero
esta transformación no resulta de un simple cambio de la voluntad del detentador, debe ser por causa
proveniente de un tercero o por una contradicción a los derechos del propietario (Articulo 1.961 del
Código Civil).

POSESIÓN DE BUENA FE
La buena fe consiste en la convicción de que su adquisición no vulnera o lesiona el derecho ajeno,
esta conciencia se manifiesta en la ignorancia de los vicios del título y ello demuestra el nexo intimo en
que están los dos elementos: el título y la buena fe, porque ésta debe apoyarse en un título, sin título
no es posible la posesión de buena fe. Esta posesión se basa en un título que es incapaz de transferir
el dominio, debiendo ignorar el poseedor la existencia de estos vicios en el momento de la adquisición.

Esta se caracteriza por que se ignoran los vicios que afecten al título en virtud del cual se posee, basta
ignorar estos vicios en el momento en que por virtud del título se adquiere la posesión para que ésta
se considere de buena fe. Ahora, cuando la mala fe existe en el momento de adquirir la posesión,
porque se tiene conocimiento de los vicios que afectan al título, este hecho impide al poseedor el
calificativo de "buena fe”.

El vicio del título debe consistir en que provenga a non domino, esto es, de aquél que no tenía derecho
a disponer de la cosa que ha dispuesto, por no ser su propietario. El título que proviene de quien no
era propietario debe ser un título que jurídicamente exista, vale decir, que quien posea en virtud del
mismo, pueda pretender ser tenido como poseedor de buena fe.

El art 789 del C.C.V: nos habla de la buena fe.

Los vicios más frecuentes son:

 La falta de propiedad en la persona del autor del título.


 La incapacidad del enajenante.
 La falta de solemnidad en la donación (Art. 1.439 CC exige el registro de donación de inmuebles),
 La irregularidad del testamento (Art. 852 CC exige su registro).

ELEMENTOS DE LA POSESIÓN DE BUENA FE:

El título: Consiste en el acto jurídico que justifica la adquisición de la propiedad o del derecho real
poseído, es un acto traslativo (sea oneroso o gratuito, mediante la venta, donación, permuta, dación en
pago, etc.). El título debe existir aunque esté viciado.

La buena fe: Es la ignorancia de los vicios del título. La buena fe se basa en un error que puede ser de
hecho y de derecho, puede referirse a un hecho que el poseedor ignore (que el vendedor no era
propietario) o a una norma jurídica cuya existencia ignore el poseedor (que el vendedor era incapaz).

LAS PRESUNCIONES POSESORIAS.


La posesión produce consecuencias jurídicas a favor de quien la tiene y como principio general, quien
alega en juicio un hecho del cual quiere deducir consecuencias jurídicas a su favor, soporta la carga de
suministrar la prueba. Los elementos concurrentes del carácter legítimo de la posesión deben ser
probados, pues la posesión legítima no se presume, de allí que quien alega la condición legitima de su
posesión y quiere aprovecharse de ella, asume la carga de la prueba de los supuestos del articulo 772.

De conformidad con el art 1.394 del CCV, "las presunciones son las consecuencias que la Ley o el
Juez sacan de un hecho conocido para establecer uno desconocido" y el art 1.397 CCV, establece
que "la presunción legal dispensa de toda prueba quien la tiene a su favor".

Existen ciertas presunciones legales con las que el poseedor, sea legítimo o de buena fe, puede llegar
a beneficiarse, en el sentido de que por tenerlas a su favor, lo dispensan de la carga de la prueba, con
lo cual sólo tendrá que probar los supuestos del artículo 772 (posesión legitima) y la existencia del
título (para la posesión de buena fe). Cabe señalar que estas presunciones tienen el carácter de IURIS
TANTUM, es decir, que admiten prueba en contrario.

PRESUNCIÓN DE NO PRECARIEDAD:

Presumir que una persona posea a título de propietario, y presumir que el poseedor es propietario de
la cosa poseída, es cosa distinta, porque la apariencia no puede confundirse con la realidad de las
cosas.

La presunción de no precariedad, presupone que una persona posee siempre por si misma y a título
de propiedad, que mantiene esa posesión en el mismo concepto y sin modificación, salvo que se
pruebe que ha comenzado a poseer en nombre de otra.

En este caso la presunción se establece a favor del poseedor, quien demostrando que inició su
posesión a título de dueño le amparará la presunción, en el sentido de que se presume que continua
poseyendo de igual manera. La carga de la prueba y la destrucción de la presunción le corresponderán
al sujeto que discute al poseedor su actuación posesoria a título de dueño. El art 773 del CCV habla
de la presunción:

PRESUNCIÓN DE NO INVERSIÓN DEL TÍTULO:

Consiste esta presunción en que si alguien comenzó a poseer en nombre de otro (poseedor precario)
se presume que su posesión será en el mismo concepto, esto es, que no se presume el cambio del
título, salvo que de muestre lo contrario. En este caso, la carga de la prueba corresponde al poseedor
que inició su posesión a título precario y pretenda haber invertido la causa y el origen de su título, es
decir, que modificó su concepto posesorio, pasó a poseer en nombre propio.

Siendo la prescripción adquisitiva uno de los efectos más importantes de la posesión, y como quiera
que nuestro legislador señala como causa impeditiva de la prescripción la ausencia de la posesión
legitima (Articulo 1.953 CC), el poseedor que haya invertido la causa y origen de su titulo, debe probar
fehacientemente que hubo tal inversión para adquirir por usucapión (Art 1.961 CC). ART 774 CCV:

PRESUNCIÓN DE NO INTERRUPCIÓN Y DE CONTINUIDAD EN LA POSESIÓN:

Para que sea aplicable esta presunción, el poseedor actual que demuestre haber poseído en tiempo
anterior, se presume que ha poseído durante el tiempo intermedio, salvo prueba de lo contrario. De
manera que el poseedor tendrá la carga de probar la posesión actual y la posesión anterior (la
posesión inicial, cuando comenzó a poseer) para que se presuma que ha poseído en el intermedio.

Quien quiera destruir esta presunción establecida en favor del poseedor, tendrá la carga de la prueba,
y demostrará que durante ese tiempo intermedio hubo discontinuidad o interrupción de la posesión.
Presunción que ampara al poseedor legítimo art 779 del CCV. Se probará su posesión actual para
presumir que la anterior se inició desde la fecha de su título, así lo establece el art 780 CCV.

PRESUNCIÓN DE BUENA FE:

Basta que pruebe la existencia del título para que de inmediato lo ampare la presunción prevista en el
artículo 789 del Código Civil.

La carga de la prueba y la destrucción de la presunción inmersa en el citado articulo corresponde al


contrario, éste deberá demostrar que no se trata de un poseedor de buena fe, porque conocía la
existencia de los vicios del título para el momento de la adquisición, pues si el conocimiento fue
posterior a la adquisición de la posesión, éste no pierde su condición de poseedor de buena fe.

La buena fe se presume siempre, y quien alegue la mala, deberá probarla Bastará que la buena fe
haya existido en el momento de la adquisición.

LA POSESIÓN EN MATERIA DE BIENES MUEBLES.


Respecto a los bienes muebles por su naturaleza y a los títulos al portador, dispone el encabezamiento
del art 794 C.C.V.

El objeto de este artículo es privar al propietario de la cosa mueble por naturaleza o del título al
portador de la acción reivindicatoria respecto del tercero de buena fe. Su fundamento es un favor
concedido al comercio mueble, el cual se vería perturbado en los cambios con que se mantiene si el
propietario de los muebles pudiera siempre reivindicarlos contra cualquier poseedor.

En el caso a que se refiere el artículo no se concede ninguna garantía al poseedor de buena fe, porque
es lo cierto, que siendo los términos bastantes claros, el propietario de la cosa desaparecida o
sustraída puede reivindicarla de quien sea poseedor de buena o mala fe. En este caso se vuelve a la
regla general, por la que el propietario puede reivindicar del tercero la cosa que le pertenece.

Sin embargo, nuevamente encontramos una excepción a la regla de la reivindicación por parte del
propietario, en el art 795 CCV.

Como se desprende de este artículo, no estamos dentro de los límites precisos de la excepción
establecida en el encabezamiento del artículo 794, porque en virtud de esta excepción, el tercero
poseedor de buena fe puede rechazar la acción reivindicatoria de parte del propietario, mientras que
según el artículo 795, el tercero de buena fe no puede impedir al propietario reclamar la cosa perdida o
sustraída, sólo puede obligarle a pagarle el precio que la ha costado si quiere recobrarla. De aquí se
deduce que el tercero adquiriente de buena fe de una cosa sustraída o perdida la hace suya, pero está
obligado a cederla al propietario que la perdió o a quien se la hubiere sustraído, por el mismo precio
que le ha costado.

No obstante lo anterior, el poseedor de buena fe puede hacerse propietario de la cosa mueble perdida
o sustraída, a través de la prescripción adquisitiva, con el transcurso de dos años, pues ese es el
término que tiene el propietario para ejercer la acción reivindicatoria, según el art 1986 del C.C.V, que
expresa:

La acción del propietario o poseedor de la cosa mueble, para recuperar la cosa sustraída o perdida, de
conformidad con los artículos 794 y 795, se prescribe por dos años.

EFECTOS DE LAS DIFERENTES CLASES DE POSESIÓN.


ADQUISICIÓN DEL DERECHO CORRELATIVO A LA SITUACIÓN DE HECHO:

El efecto más importante es la posibilidad de que la situación de hecho que constituye la posesión, se
convierta en un derecho definitivo a través de la prescripción adquisitiva o Usucapión, de modo que si
se está en presencia de un poseedor de buena fe el lapso útil para usucapir será de diez años,
contados desde la fecha del título registrado y que no sea nulo por defecto de forma; si por el contrario,
estamos en presencia de un poseedor legítimo, el término útil para usucapir será de veinte años, claro
está demostrando los requisitos específicos de las diversas clases de posesión.

La declaratoria de la propiedad o el derecho real poseído, procede tanto por vía de excepción, caso en
el cual el poseedor al ser demandado en acción reivindicatoria por el verdadero propietario alega la
prescripción adquisitiva (veintenal o decenal), como también por acción principal, esto es, a través del
Juicio Declarativo de Prescripción Adquisitiva (Infra N° 69).

EJERCICIO DE LAS ACCIONES INTERDICTALES:

Ante la existencia de algún atentado contra la posesión, sea este leve o grave, el legislador crea las
acciones interdictales, que según el hecho que las origina son: Interdicto de amparo, Interdicto
restitutorio, Interdicto de obra nueva e Interdicto de obra vieja.

INDEMNIZACIÓN POR CONCEPTO DE MEJORAS:

Tanto el poseedor legítimo como el de buena fe, tienen derecho a reclamar la indemnización por
concepto de mejoras realizadas en la cosa poseída y existente al tiempo de la evicción y reclamadas
en el acto de la contestación de la demanda; art 791 del CC. No todo gasto realizado por el poseedor
da derecho a la indemnización señalada en el artículo 791 del Código Civil. Los gastos son las
expensas o desembolsos que se hacen por una cosa respecto de la cual tienen carácter accesorio;
pero tales gastos pueden realizarse con fines diversos, por ello se practica una tripartición de los
mismos en:

 Gastos necesarios: Son los que se realizan para conservar la cosa, pues de no hacerlos la cosa
perecería o se deterioraría. No son indemnizables pero si reembolsables.
 Gastos útiles: Los efectuados para aumentar las utilidades o beneficios de la cosa, serán todas
las obras que sin ser requeridas por la necesidad, incrementan su utilidad productiva. La
indemnización por parte del propietario es debida, siempre y cuando subsistan las mejoras al
tiempo de la evicción.
 Gastos suntuarios: Son los que se realizan con propósito ornamental o de recreo. En estos
gastos no procede nunca el reembolso ni indemnización.
Si fue reclamada tal indemnización en la oportunidad procesal correspondiente (contestación a la
demanda) y demostrada la existencia de las mejoras, el Juez al dictar sentencia además de ordenar al
poseedor restituir el bien, que es la finalidad de la acción reivindicatoria; a su vez, ordenará al
propietario que indemnice; y, si éste no lo hace, es cuando surge la diferencia entre el poseedor
legítimo y el de buena fe.

En cuanto al monto que habrá de constituir la indemnización por concepto de las mejoras efectuadas
por el poseedor, reclamadas por éste en juicio reivindicatorio, el art 792 del CCV nos dice.

DERECHO DE RETENCIÓN:

El poseedor no está obligado a restituir la cosa al propietario hasta tanto éste último le cancele las
cantidades de dinero a la que fue condenado por concepto de indemnización por mejoras existentes al
tiempo de la evicción, Este derecho procede siempre y cuando haya reclamado la indemnización por
concepto de mejoras en el acto de la contestación de la demanda, pues de lo contrario, no puede
hacer uso del derecho de retención; y, si retiene, al igual que el poseedor legitimo incurrirá en el delito
de apropiación indebida.

El derecho de retención a favor del poseedor de buena fe, está previsto en el artículo 793.

EN RELACIÓN A LOS FRUTOS PRODUCIDOS POR LA COSA:

En cuanto a los frutos producidos por la cosa, existen diferencias según la clase de poseedor. La regla
es que los frutos, sean naturales o civiles, pertenecen al propietario de la cosa fructifera (art. 552 CC),
de manera que si éste reivindica la cosa de manos del poseedor, también tiene derecho a la restitución
de los frutos; no obstante, esta regla tiene sus excepciones y una de ellas, es el caso del poseedor de
buena fe, a quien pertenecen los frutos.

El poseedor de buena fe, no estará obligado a restituir los frutos que haya percibido (estos frutos le
pertenecen); pero, tendrá que restituir los que perciba luego de haber sido notificado legalmente de la
demanda de reivindicación, tal como lo establece el art 790 CC:

Tratándose del poseedor legítimo y el de mala fe, no se aplica la disposición anterior, ellos deben
restituir todos los frutos, desde el inicio mismo de su posesión.

En síntesis, los efectos de la posesión dependerán del grado de la misma, si es posesión legítima (sin
título) o de buena fe, son:

1.º.Posesión legitima:
 El poseedor legítimo goza de la tutela posesión;
 Si su posesión se prolonga por veinte años, conduce a la usucapión ordinaria, convirtiendo al
poseedor en propietario o en titular del derecho real objeto de la posesión;
 Tiene derecho a la indemnización por concepto de mejoras que existan al tiempo de la evicción
en la proporción de la menor suma entre el monto de las impensas y el mayor valor dado a la
cosa.
2.º.Posesión de buena fe:
 Se encuentra protegida por las acciones posesorias.
 Conduce a la adquisición de los frutos hasta el momento de la demanda Judicial.
 Confiere al poseedor el derecho de retención por las indemnizaciones que le son debidas por
las mejoras, facultándolo para retener la cosa hasta que el reivindicante le satisfaga la
indemnización, siempre que las mejoras hayan sido reclamadas en juicio reivindicatorio.
 Conduce a la usucapión con el transcurso de diez años, cuando el título haya sido registrado y
respecto de las cosas muebles y los títulos al portador, la posesión equivale a título.

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