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COMISIÓN EPISCOPAL DE

PASTORAL FAMILIAR
HORA SANTA POR LA FAMILIA
1.
Monición
Dios no es un ser solitario, es una Familia formada por el Padre y el Hijo y
el Espíritu Santo y la Iglesia, pueblo santo de Dios, es la Familia de
Dios en la
tierra. La f
amilia, a su vez,
es imagen de Dios que «en su misterio más íntimo no
es una soledad, sino una familia» (Juan Pablo II, Homilía en Puebla 2: AAS
71 p.
184). Es una alianza de personas a las que se llega por vocación
amorosa del
Padre que invita a los espos
os a una «íntima comunidad de vida y de amor» (GS
48), cuyo modelo es el amor de Cristo a su Iglesia.
La «comunión» de las personas deriva, en cierto modo, del misterio
del
«Nosotros» trinitario y, por tanto, la «comunión conyugal» se refiere
también a
es
te misterio. La familia, que se inicia con el amor del hombre y la
mujer, surge
radicalmente del misterio de Dios. Esto corresponde a la esencia más
íntima del
hombre y de la mujer, y a su natural y auténtica dignidad de personas (Carta
a las
Familias, 8).
“La familia misma es el gran misterio de Dios. Como «iglesia doméstica», es
la esposa de Cristo. La Iglesia universal, y dentro de ella cada Iglesia
particular, se
manifiesta más inmediatamente como esposa de Cristo en la «iglesia
doméstica»
y en el amor
que se vive en ella: amor conyugal, amor paterno y materno, amor
fraterno, amor de una comunidad de personas y de generaciones” (Carta a
las
Familias, 19).
Por eso, hermanas y hermanos, vamos ahora a contemplar el Misterio
de
Cristo Esposo en su human
idad eucarística, y por él, con él y en él, contemplemos
agradecidos el misterio de nuestra familia. Con nuestros cantos y
oraciones
aclamemos el misterio del amor de Cristo que ha querido quedarse con
nosotros
para caminar juntos por la vida,
pidamos perd
ón a Dios por las infidelidades a su
Plan de Amor, démosle gracias a Dios por el don del matrimonio y
la familia y
alabémoslo por su misericordia. Participemos con grande fe y alegría
en este
encuentro con Cristo vivo, camino de conversión, comunión y soli
daridad para
nuestras familias.
Lector: “
La Eucaristía es un sacramento verdaderamente admirable. En él
se ha quedado Cristo mismo como alimento y bebida, como fuente
de poder
salvífico para nosotros. Nos lo ha dejado para que tuviéramos vida y la
tuviér
amos
en abundancia (cf. Jn 10, 10): la vida que tiene él y que nos ha transmitido
con el
don del Espíritu, resucitando al tercer día después de la muerte. Es
efectivamente
para nosotros la vida que procede de él. ¡Es también para ustedes,
queridos esposos,

padres y familias! ¿No instituyó él la Eucaristía en un contexto


familiar,
durante la última cena?” (carta a las familias, 18).
2.
ORACIÓN DE CHARLES DE FOUCAULD
Lector
: Un sacerdote francés cuya espiritualidad se alimentó del amor a los
pobres y a la
Eucaristía, Carlos de Foucauld, escribió y compartió su experiencia
ante la Eucaristía. Hagamos nuestras sus palabras meditándolas
detenidamente:
En la Sagrada Eucaristía, Tú estás todo entero, todo vivo,
Mi Bien amado Jesús, tan plenamente como esta
bas en Betania.
Como estabas en medio de los apóstoles...
¡Igualmente estás aquí, mi Bien amado y mi Todo!
¡Oh!, no estemos jamás fuera de la presencia
de la Sagrada Eucaristía
ni uno sólo de los instantes.
¡Que Jesús nos permita estar junto a ella!"
A
MÉN.
Después de prepararnos con estas palabras para el encuentro con
Jesús,
dispongámonos a recibir al Santísimo Sacramento poniéndonos todos de
pie.
3.
TRASLADO DEL SANTÍSIMO.
(El celebrante, revestido con capa pluvial y paño de hombros trae la Eucaris
tía en
medio de dos velas y una campanilla que anuncia el traslado. Toda la
Asamblea
está en silencio y de pie, en actitud de contemplación).
4.
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO.
(El celebrante expone la Eucaristía.(En ese momento se canta el
canto
"CANTEMOS AL A
MOR DE LOS AMORES"). El celebrante se arrodilla e inciensa
al Santísimo. Una vez concluido el canto inicia la oración,
introduciendo con el
canto del "OREMOS").
5.
CANTO
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos al Señor:
¡Dios está aquí!
Venid, adorado
res,
adoremos a Cristo Redentor.
GLORIA A CRISTO JESÚS:
CIELOS Y TIERRA, BENDECID AL
SEÑOR.
HONOR Y GLORIA A TÍ, REY DE LA
GLORIA.
AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS
DEL AMOR.
Por nuestro amor oculta en el
Sagrario
su gloria y esplendor;
para nuestro bien, se
queda en el
santuario
esperando al justo y pecador.
GLORIA A CRISTO JESÚS: CIELOS
Y TIERRA, BENDECID AL
SEÑOR.
HONOR Y GLORIA A TÍ, REY DE LA
GLORIA.
AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS
DEL AMOR.
Oh gran prodigio del amor divino,
milagro sin igual;
prenda
de
ami
stad,
banquete
peregrino
do se come el cordero celestial.
GLORIA A CRISTO JESÚS...
6.
ORACIÓN
Celebrante: OREMOS
Señor nuestro Jesucristo, que con tu pasión, muerte y resurrección
sellaste la nueva alianza con tu pueblo y bajo las especies del pan y
de
l vino te quedaste en medio de nosotros; concede a cuantos
reconocemos tu presencia real y verdadera en la Eucaristía, saber
descubrir tu presencia en nuestras familias, “iglesias domésticas” así
como en cada uno de nuestros hermanos y hermanas. Tú que viv
es y
reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por
los siglos de los siglos.
Todos: AMÉN.
PRIMER MOMENTO: PETICIÓN DE PERDÓN
7.
MONICIÓN
Hermanos y hermanas, ante el Señor Jesús, con un corazón
contrito,
reconozcamos nuestras fa
ltas de generosidad para con nuestras familias, por no
esforzarnos en vivir el Plan de Dios para la familia. Escuchemos al
Papa Juan
Pablo II:
8.
Lector:
“Por otra parte, no faltan, sin embargo signos de preocupante
degradación de algunos valores fundamen
tales

de la familia
-
: una equivocada
concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges
entre sí; las
graves ambigüedades. Acerca de la relación de autoridad entre padres e
hijos; las
dificultades concretas que con frecuencia experimenta l
a familia en la transmisión
de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del
aborto, el
recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de
una
verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.” (F.C. 6)
9.
Lectura Evan
gélica:
Celebrante: “Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre,
estaba
comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos,
quedó
embarazada por obra del Espíritu Santo. Su esposo, José, pensó
despedirla,
pero como era un hombre bueno, qui
so actuar discretamente para no
difamarla. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció
en
sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte
a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del
Espí
ritu
Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados»... Cuando
José se
despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a
su esposa. Y sin que hubie
ran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que
puso por nombre Jesús”.
(Mateo 1, 18
-
25)
Palabra del Señor
10.
Comentario
La fe y obediencia de José nos sirve de ejemplo para nuestras vidas,
¿cuántas veces el Señor nos dice algo y no le hacemos caso? ,
queremos hacer
nuestra voluntad y no la de El. Por nuestra fragilidad humana nos hemos
apartado
de su camino sin darnos cuenta y nuestra familia no es luz para la
sociedad.
Reconozcamos que no hemos sabido cuidar esa obediencia y fe que nos
enseño
la Sagr
ada Familia de Nazaret. En presencia del Señor, reconozcamos en silencio
nuestras fallas y nuestros pecados porque hemos permitido la
desobediencia en
nuestra familia, en nuestra mente, en nuestro corazón. Pidamos
perdón por
nuestra falta de entusiasmo, de
generosidad, de entrega en la tarea de promover y
defender a las familias.
(Todos cantando)
11.
SÁNAME SEÑOR, HOY QUIERO VIVIR
DAME TU AMOR, SIN TI NO PUEDO SER FELIZ
Para resaltar el espíritu penitencial, un esposo y su esposa
proclaman
alternadamente
el Salmo 50, lentamente y todos escuchan en silencio.
SALMO 50
Esposo
: Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Esposa
: Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente
mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
Sacerdote
: En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Esposo
: Te gusta un corazón sincero,
ye
n mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Esposa
: Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecador tu vista,
borra en mí toda culpa.
S
acerdote
: ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro
no me quites tu santo espíritu.
Esposo
: Devuélveme la alegría de tu salvación
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvad
os tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Esposa
: Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirán los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Sacerdote
: Los sacrificios no te satisfacen;
si te
ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Esposo
: Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
Reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrifi
cios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
12.
SÚPLICA COMUNITARIA DE PERDÓN
Celebrante:
Ahora, expresemos al Padre con sinceridad algunas cosas
que en
la vida de nuestras familias y de nuestra sociedad han
oscurecido
l pl
an de Dios.
Después de cada petición, respondamos:
PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN
.
Celebrante:
1.
Por las veces en que como Iglesia no hemos puesto una especial
atención a la vocación y misión de la familia y no hemos promovido
a
sus integrantes a participar de
acuerdo al plan de Dios, en la vida eclesial,
cultural, social, política y económica.
2.
Por las veces en que hemos valorado y construido a la familia más hacia
el poder y el tener que por su fe y obediencia a Dios en cumplir la misión
y función que le encom
endó como “iglesia domestica”.
3.
Por permitir que se pierdan las riquezas que sólo las familias puede
aportar a la vida de la Iglesia y de la sociedad y no valorar su
papel
decisivo sobre la defensa de la vida, en la educación y en la formación de
la socied
ad.
4.
Por las discriminaciones de las que son objeto las familias en dificultades
o en una situación irregular dentro de la Iglesia, sin tomar en cuenta que
también son parte del pueblo de Dios y están llamados a la salvación.
5.
Por la falta de compromiso de
las familias cristianas con el resto de la
sociedad, al no darles el ejemplo que deben según el plan de Dios.
6.
Por la esterilización, a veces programada, de hombres y mujeres,
sobre
todo de las más pobres y marginadas que es practicada a menudo
de
manera
engañosa.
7.
Por las veces en que el hombre y la mujer han optado por vivir su
amor
fuera del matrimonio sin aceptar el plan de Dios para los esposos y para
la familia.
8.
Por el pecado de tantos adulterios y divorcios que rompen la unidad del
matrimonio y
destruyen la vida y la paz de los hijos y de las familias.
9.
Por el rechazo y el menosprecio a la maternidad de la mujer y las
veces
en que se le ha abandonado y dejado sola con su maternidad, por
el
pecado del aborto y de la contracepción a la que a veces
es orillada.
10.
Por la difundida cultura hedonística y comercial que promueve la
explotación sistemática de las familias haciéndolas consumistas y con
falta de valores cristianos verdaderos.
1.
Por el pecado del abandono de los hijos, del maltrato de ellos y d
e la falta
de amor de los padres que no tienen la conciencia de ese gran regalo que
Dios les da.
12.
Por la desunión familiar existente y la falta de compromiso cristiano para
transmitir a los hijos y la sociedad la alegría de ser hijos de Dios.
13.
Por la lejan
ía que se ha dado entre las familias y el Pan de Vida Eterna.
13.
DINÁMICA.
Celebrante: Continuando con esta súplica de perdón, ¿de qué le pedirías tú
perdón a Dios en este momento? Dialoga con quien tengas a tu lado
compartiendo con esa persona tu petic
ión de perdón. (3 minutos)
14.
MONICIÓN
Unamos ahora nuestras voces y cantemos todos el amor de Jesús que es
Perdón, con una actitud de confianza y de gratitud.
15.
CANTO
NADIE TE AMA COMO YO
Cuanto he esperado este momento,
cuanto he esperado que es
tuvieras
así.
Cuanto he esperado que me
hablaras,
cuanto he esperado que vinieras a
mí.
Yo sé bien lo que has vivido,
yo sé bien por qué has llorado,
yo sé bien lo que has sufrido,
pues de tu lado no me he ido.
mira a la cruz esa es mi más grande
prueba,
nadie te ama como yo.
Yo sé bien lo que me dices
aunque a veces no me hablas,
yo sé bien lo que en ti sientes
aunque nunca lo compartas.
Yo a tu lado he caminado,
junto a ti yo siempre he ido
aún a veces te he cargado,
yo he sido tu mejor amigo.
Pues na
die te ama como yo
Pues nadie te ama como yo
mira a la cruz esa es mi más grande prueba,
nadie te ama como yo.
SEGUNDO MOMENTO: ACCIÓN DE GRACIAS
16.
MONICIÓN
Después de haber recibido el perdón del Señor, démosle gracias en este
segundo
momento por su
fidelidad y por el su amor manifestado en el don de nuestras
familias.
Lector
: “El deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el
bautismo y su expresión máxima es la Eucaristía, a la que está íntimamente
unido
el matrimonio c
ristiano... Volver a encontrar y profundizar tal relación es del todo
necesario si se quiere comprender y vivir con mayor intensidad la
gracia y las
responsabilidades del matrimonio y de la familia cristiana. La
Eucaristía es la
fuente misma del matrimonio
cristiano. En efecto, el sacrificio eucarístico
representa la alianza de amor de Cristo con la Iglesia, en cuanto
sellada con la
sangre de la cruz. Y en este sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza los
cónyuges
cristianos encuentran la raíz de la que brot
a, que configura interiormente y vivifica
desde dentro, su alianza conyugal. En cuanto representación del
sacrificio de
amor de Cristo por su Iglesia, la Eucaristía es manantial de caridad.
Y en el don
eucarístico de la caridad la familia cristiana halla e
l fundamento y el alma de su
«comunión» y de su «misión», ya que el Pan eucarístico hace de los
diversos
miembros de la comunidad familiar un único cuerpo, revelación y
participación de
la más amplia unidad de la Iglesia; además, la participación en el
Cue
rpo
«entregado» y en la Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente
inagotable del
dinamismo misionero y apostólico de la familia cristiana.” (Familiaris
consortio, 57).
“Coronamiento litúrgico del rito matrimonial es la Eucaristía
-
sacrificio del «cuerpo
entregado» y de la «sangre derramada»
-
, que en el consentimiento de los esposos
encuentra, de alguna manera, su expresión” (Carta a las Familias, 11).
17.
Lectura Evangélica:
Celebrante: “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad
d
e Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en
matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen
se
llamaba María.
Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el
Señor está
contigo.» Ma
ría quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba
qué significaría tal saludo.
Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el
favor de
Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre
de Jesús. Ser
á grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor
Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre
al
pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.»
María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy
virgen?»
C
ontestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder
del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá
de ti
será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un
hijo
en su vejez, y aunque no podía te
ner familia, se encuentra ya en el sexto mes
del embarazo. Para Dios, nada es imposible.»
Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como
has
dicho.» Después la dejó el ángel. (Lucas 1, 26
-
38 )
Palabra del Señor.
Todos: GLORIA A TÍ SE
ÑOR JESÚS
18.
Comentario.
El celebrante comenta brevemente el texto, insistiendo en la aceptación de
la
virgen al Plan de Dios, su docilidad y obediencia.
19.
La Familia en la Palabra de Dios (Efesios 5, 23
-
30)
Lector
: El hombre es cabeza de la mujer, co
mo Cristo es cabeza de la Iglesia,
cuerpo suyo, del cual es asimismo Salvador. Que la esposa, pues, se
someta en
todo a su marido, como la Iglesia se somete a Cristo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se
entregó a sí
mismo por ell
a. Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la
hizo santa, pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin
mancha ni
arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.
Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman a
sus propios
cuerpos: amar a la esposa, es amarse a sí mismo. Y nadie aborrece su
cuerpo; al
contrario, lo alimenta y lo cuida. Y eso es justamente lo que Cristo
hace por la
Iglesia, pues nosotros somos parte de su cuerpo.
Hijos, obedezcan a sus padres, pu
es esto es un deber: Honra a tu padre y a tu
madre. Es, además, el primer mandamiento que va acompañado de una
promesa:
para que seas feliz y goces de larga vida en la tierra. Y ustedes, padres, no
sean
pesados con sus hijos, sino más bien edúquenlos usand
o las correcciones y
advertencias que pueda inspirar el Señor.
20.
Invitación del Papa a invocar la protección de la Sagrada Familia
Lector: «Que la Sagrada Familia, icono y modelo de toda familia
humana, nos
ayude a cada uno a caminar con el espíritu de
Nazaret; que ayude a cada núcleo
familiar a profundizar su misión en la sociedad y en la Iglesia mediante la
escuela
de la palabra de Dios, la oración y la fraterna comunión de vida.
¡Que María,
Madre del amor hermoso, y José, custodio del Redentor, nos
acompañen a todos
con su incesante protección! » (Carta a las Familias de SS Juan Pablo II.
Roma, 2
de febrero de 1994 # 23).
21.
Monición.
Como familia tenemos en la asamblea dominical un lugar privilegiado
de
unidad. “En dicha asamblea, las familias c
ristianas viven una de las
manifestaciones más cualificadas de su identidad y de su “ministerio” de
“iglesias
domésticas”, cuando los padres participan con sus hijos en la única mesa
de la
Palabra y del Pan de vida.” (Dies Domini, 36).
Unidos a Jesús agra
dezcamos en silencio a Dios Padre este don que nos
une más como familia.
SILENCIO
(1 minuto)
Ahora cantemos todos
22.
CANTO
TE DOY GRACIAS JESÚS
TE DOY GRACIAS, JESÚS,
POR HABERME ENCONTRADO,
POR HABERME SALVADO:
TE DOY GRACIAS, JESÚS. (2)
Hoy y
a sé el camino, y hacia él me
dirijo:
es la senda bendita que representa el
Hijo.
TE DOY GRACIAS, JESÚS (2)
Mi amor era pequeño, pero ya lo he
encontrado,
y ese pequeño amor hoy se ha
agigantado.
TE DOY GRACIAS, JESÚS (2)
Hoy Jesús es mi guía: él contr
ola mi
vida,
y no ha ser terreno que mi cariño
mida.
TE DOY GRACIAS, JESÚS (2)
23.
MONICIÓN
Llenos de agradecimiento expresemos algunas de las muchísimas
cosas
con las que Dios ha bendecido a la humanidad por medio de las familias.
Demos
gracias al Seño
r por su designio sobre la vocación y la misión de las familias y
por lo que representan en la vida de la humanidad y de la
sociedad.
Respondamos diciendo
:
TE DAMOS GRACIAS, PADRE
.
24.
ACCIÓN DE GRACIAS COMUNITARIA
Celebrante:
1. Padre, Hijo y Espíritu Sant
o, Familia Divina; por brindarnos hoy la
oportunidad de contemplar tu imagen en la familia, por todo lo que
nos
permites ver de Ti en ella.
2. Te damos gracias porque los esposos forman una sola carne al unirse en
matrimonio, convirtiéndose en los padres
que orientan y educan a sus hijos
para que lleguen a Ti, en el c
amino de la vida, mediante la oración, la
participación en la eucaristía y el ejemplo de fe, esperanza y amor a Dios
.
3. Te damos gracias por las familias que saben acoger con amor generos
o
a sus hijos, por su esfuerzo en educarlos y guiarlos hacia ti.
4. Te damos gracias por la mujer
-
esposa y el hombre
-
esposo que unen
irrevocablemente su destino en una relación de recíproca entrega, al
servicio de la comunión y de la vida.
5.
Te damos g
racias por las familias que son comunidad de amor y
vida a semejanza Tuya y que irradian a los demás tu presencia al
vivir el
Evangelio en el interior de la familia, en su trabajo y en la sociedad.
6.
Te damos gracias por las familias que viven fieles a ti
en medio del
sufrimiento y la separación de sus miembros.
7.
Te damos gracias por las familias que rezan el rosario, para bien
propio y de la humanidad, que saben que en María tienen a una Madre Co
-
redentora que los guía hacia su Hijo Jesús.
8. Te damo
s gracias por las familias que reconocen la fuente de agua viva
en la sagrada Eucaristía y la frecuentan asiduamente, para sentirse unidos
a Cristo en su misión.
9. Te damos gracias por la familias que ejercen su apostolado en la Iglesia
por sentirse cuer
po de Cristo y que son objeto y sujeto de evangelización
progresiva y permanente.
10.
Te damos gracias por todas las iniciativas que favorecen la
verdadera dignidad de las familias en todos los campos de la
existencia,
del saber y del hacer humano.
11.
Te damo
s gracias por haber elegido a nuestras familias para vivir
el don de tu gracia y así, alimentados por ti , permitirnos poner los
cimientos de una nueva primavera para las familias del III milenio .
25.
Monición.
Con alegría y un corazón agradecid
o cantemos al Señor nuestro Dios:
CANTO
A DIOS DEN GRACIAS LOS
PUEBLOS.
ADOREN LOS PUEBLOS A DIOS
Que Dios tenga piedad y nos bendiga
y nos brinde su rostro entre nosotros.
Conozca la tierra tus caminos,
Las naciones su salvación.
Que canten de alegrí
a las naciones,
Porque riges el mundo con justicia.
Con rectitud riges los pueblos
Y gobiernas las naciones de la tierra.
La tierra ha dado sus frutos.
Nos bendice el Señor nuestro Dios.
Que Dios los bendiga y que le teman
Los confines todos de la tierra.
TERCER MOMENTO: JÚBILO
26.
MONICIÓN
Ha llegado un momento muy especial. El Salmista nos invita al júbilo:
“Alégrense
en el Señor, oh justos, exulten, griten de gozo, todos los rectos de corazón”
(Sal
32, 11). Preparemos nuestro corazón para exultar de
gozo como María, ante el
misterio del amor de Dios.
Lector
: “El buen Pastor está con nosotros en todas partes, igual que estaba en
Caná de Galilea, como Esposo entre los esposos que se
entregaban
recíprocamente para toda la vida, el buen Pastor esta hoy
con ustedes como
motivo de esperanza, fuerza de los corazones, fuente de entusiasmo,
siempre
nuevo y signo de la victoria de la civilización del amor.” (Carta a las Familias
de SS
Juan Pablo II. Roma, 2 de febrero de 1994, 18 ).
27.
LECTURA EVANGELICA:
Celebrante: “Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento
del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y
lo
acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de
la casa.
En la región había pastores
que vivían en el campo y que por la noche
se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y
la
gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.
Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a
comunicarl
es una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo
el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un
Salvador,
que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño
recién nacido, envuelto en pañales y acos
tado en un pesebre.»
De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al
ángel, y alababan a Dios con estas palabras: «Gloria a Dios en lo
más alto
del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.»
Después de que los
ángeles se volvieron al cielo, los pastores se
dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que
ha
sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.» Fueron apresuradamente
y
hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el peseb
re.
Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño.
Todos los
que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.
María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los
volvía a meditar en su interior.” (Lucas 2,
6
-
19)
28.
MONICIÓN
Sigamos en silencio esta oración del padre Charles de Foucauld, pensando
en lo profundo de nuestro corazón. ¡Qué agradable es ponernos en las
manos de
Dios!
Celebrante:
Padre mío,
me abandono a Ti.
Haz de mí lo qu
e quieras.
lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo.
Y porque para mí amarte es darme,
entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.
Con tal que tu voluntad se haga en mí y en todas
tus criaturas,
no deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en tus manos.
te la doy, Dios mío,
con todo el amor de mi corazón,
porque te amo.
29.
SILENCIO
( 3 minutos)
30.
CANTO: DIOS ESTA AQUÍ
Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro,
tan
cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes
oír.
Jesús está aquí,
tan cierto como el aire que respiro,
tan cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes
oír.
Dios está en mí,
tan cierto como el air
e que respiro,
tan cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes
oír.

Dios está aquí,


tan cierto como el aire que respiro,
tan cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes
oír.
Vengo a ti, hoy Señor,
a rendir mi corazón,
quiero más de ti
toma mi necesidad
dame tu preciosa paz
quiero más de ti.
Dame, dame, dame más de ti
bendito Señor.
Dame, dame, dame más de ti
quiero más de ti,
dame, dame, dame más de ti
quiero más, quiero más de ti.
31.
MEDITAC
IÓN EN LA PALABRA DE DIOS (dirigida por una pareja de
esposos).
Esposo
.
Jesús nos dice:
Esposa
.
Como el Padre me amó, yo también los he amado a ustedes;
permanezcan en mi amor.
Esposo
.
Les he dicho esto, para que mi gozo esté en ustedes y su gozo sea
colm
ado.
Esposa
.
Este es el mandamiento mío; que se amen los unos a los otros,
c
omo yo
los he amado.
Esposo
.
Nadie tiene más amor, que el que da su vida por sus amigos.
U
stedes son
mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Esposa
.
No les llamo ya siervos, por
que el siervo no sabe lo que hace su amo; a
ustedes les he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre les
he
dado a conocer.
Esposo
.
No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los he elegido a ustedes.
Esposa
.
Que las mujeres respeten a sus mar
idos como si se tratara del Señor.
Esposo
. Igualmente, los maridos deben amar a sus mujeres como a su propio
cuerpo.
El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
32.
SILENCIO
(3 minutos)
33.
CANTO
NO HAY DIOS
TAN GRANDE COMO TÚ
No hay Dios tan grande como tú,
no lo hay, no lo hay (2)
No hay Dios que haga maravillas
como las que haces Tú. (2)
No con espadas, ni con ejércitos,
mas con tu Santo Espíritu (2)
Y esos montes se moverán (3)
más con tu Santo Espíritu.
YO TENGO FE
Yo tengo fe, que todo cambiará;
que
triunfará por siempre el amor
yo tengo fe, que siempre brillará,
la luz de la esperanza
y no se apagará jamás.
Yo tengo fe yo creo en amor;
yo tengo fe; también mucha ilusión,
porque yo sé, será una realidad,
el mundo de justicia
que ya empieza a despert
ar.
Yo tengo fe, porque yo creo en Dios;
yo tengo fe, será todo mejor;
se callará el odio y el dolor;
la gente nuevamente
hablará
de
su
ilusión.
34.
MONICIÓN
En el júbilo de la alabanza a nuestro Dios, consagrémosle nuestra
persona y
nuestras familias a
yudándonos con una oración que compuso San Ignacio de Loyola.
Celebrante:
Toma, Señor, y recibe toda mi libertad,
también mi memoria,
mi entendimiento y toda mi voluntad.
Todo lo que tengo y poseo,
tú me lo diste con amor.
Todos los dones que me diste,
te los devuelvo con gratitud.
Dispón de ellos, Señor, según tu voluntad.
Dame solamente tu amor y tu gracia.
Eso me basta, nada más quiero pedir.
35.
MONICIÓN
En profundo silencio, centremos el pensamiento y la mirada en el
Señor aquí
presente en la Eucari
stía.
36.
SILENCIO PROFUNDO
(5 minutos)
(Se canta mientras se inciensa el Santísimo)
37.
CANTO
EN JESÚS PUSE TODA MIA
ESPERANZA.
ÉL SE INCLINÓ HACIA MÍ,
Y ESCUCHÓ MI CLAMOR, Y
ESCUCHÓ MI CLAMOR
Me sacó de la fosa fatal;
Del fango cenagoso.
Asentó mi
s pies sobre la roca,
Mis pasos consolidó.
Puso en mi boca un canto nuevo:
Una alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán y creerán
Y en Jesús confiarán.
En Ti se gocen y se alegren,
Todos los que te buscan.
Repitan sin cesar: ¡Qué grande es
nuestro Dios!
E
n Jesús puse toda mi esperanza.
Todos confiamos en Él. Todos
confían en Él.
38.
BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO.
Celebrante: Nos diste, Señor, el pan del cielo. (cantado)
Todos: QUE CONTIENE EN SÍ TODO DELEITE (cantado)
Celebrante: OREMOS.
Señor nuestro Jes
ucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el
memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados
misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas
con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de
los siglos.
Todos: AMÉN.
(Se da la bendición con el Santísimo, mientras tanto algunas
personas o parejas
repartidas entre la Asamblea tocan las campanas).
JACULATORIAS.
(Des
pués de la bendición)
Celebrante: Bendito sea Dios.
Todos: BENDITO SEA DIOS.
Celebrante: Bendito sea su Santo Nombre.
Todos: BENDITO SEA SU SANTO NOMBRE.
Celebrante:
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
hombre.
Todos: BENDITO SEA JESU
CRISTO, VERDADERO DIOS Y VERDADERO
HOMBRE.
Celebrante: Bendito sea el nombre de Jesús.
Todos: BENDITO SEA EL NOMBRE DE JESÚS.
Celebrante: Bendito sea su Sacratísimo Corazón
Todos: BENDITO SEA SU SACRATÍSIMO CORAZÓN
Celebrante: Bendita sea su preci
osísima Sangre.
Todos: BENDITA SEA SU PRECIOSÍSIMA SANGRE.
Celebrante: Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Todos: BENDITO SEA JESÚS EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL
ALTAR.
Celebrante: Bendito sea Jesús en el Espíritu Santo consolador.
T
odos: BENDITO SEA JESÚS EN EL ESPÍRITU SANTO CONSOLADOR.
Celebrante: Bendita sea la gran madre de Dios María Santísima.
Todos: BENDITA SEA LA GRAN MADRE DE DIOS MARÍA SANTÍSIMA.
Celebrante: Bendita sea su santa e inmaculada concepción.
Todos: BENDITA SEA
SU SANTA E INMACULADA CONCEPCIÓ
N.
Celebrante. Bendita su gloriosa asunción.
Todos: BENDITA SU GLORIOSA ASUNCIÓN.
Celebrante: Bendita sea María, Madre de la Iglesia.
Todos: BENDITA SEA MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA.
Celebrante: Bendito sea el nombre de Mar
ía virgen y madre.
Todos: BENDITO SEA EL NOMBRE DE MARÍA VIRGEN Y MADRE.
Celebrante: Bendito sea San José su castísimo esposo.
Todos: BENDITO SEA SAN JOSÉ SU CASTÍSIMO ESPOSO.
Celebrante: Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Todos: BENDITO SE
A DIOS EN SUS ÁNGELES Y EN SUS SANTOS.
(El celebrante retira el Santísimo y se inicia el traslado al Sagrario,
con velas y una
campanita. Una vez que ha salido, se concluye con el canto
del Magnificat)

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