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SCHAVELZON, Salvador. El - Proceso - Constituyente - en - Bolivia - 2006
SCHAVELZON, Salvador. El - Proceso - Constituyente - en - Bolivia - 2006
Resumen:
Cerrando un ciclo.
1
La investigación en que se basa este artículo consistió en seguir en el lugar el desarrollo de la Asamblea
Constituyente desde antes del periodo cubierto por la beca de CLACSO (mayo) hasta diciembre de 2007
a lo que se suma la lectura de medios de comunicación desde entonces y hasta ahora, y una nueva visita
de campo en el momento de la aprobación del texto.
4
Un camino difícil
2
La ampliación fue otorgada por la oposición como concesión al gobierno a cambio del agregado de
algunas clausulas en la reformada ley de convocatoria a la Asamblea que perjudicarían al MAS al
momento de aprobar el texto.
5
3
Los puntos que se observan del proyecto del MAS son la forma de Estado, política de tierra,
conformación de poderes, sistema electoral, autonomías, manejo de recursos naturales, propiedad privada,
reelección presidencial, sistema judicial, control social, libertad de expresión, derecho a la educación y
derecho a la vida desde la concepción.
4
En la misma sesión el gobierno aprobó la renta Dignidad, para ancianos, redistribuyendo recursos de los
hidrocarburos destinados inicialmente a las prefecturas.
5
Comenzaría una complicada discusión acerca de la legalidad de esta medida. Fue la ley que amplió la
Asamblea de agosto a diciembre del 2007 la que estableció el modo de votación con el que debería
aprobarse el texto constitucional (no quedaba establecido en la Ley de convocatoria del 6 de marzo de
2006). Esta dice que "en caso de que todos los artículos sean aprobados en detalle por el voto de los dos
tercios de los miembros presentes, el texto final de la Nueva Constitución Política del Estado será
6
Uno más de tantos intentos de diálogo fue instalado con veedores internacionales
y de las iglesias después de la masacre de campesinos con la intención de “pacificar”, y
terminó después de 24 días sin acuerdo firmado. El gobierno declaró que aunque la
oposición no avaló los acuerdos y pedía más, incluiría las modificaciones que los
aprobado mediante voto de dos tercios del total de los miembros de la Asamblea Constituyente". Este
mecanismo no podía ser implementado por el MAS porque contaba con dos tercios de los presentes para
la primera aprobación pero no del total para luego aprobar el texto. El MAS modificó por tanto el
reglamento de Debates de la Asamblea estableciendo qué hacer en caso de que no se consigan los dos
tercios de los presentes en la aprobación de los artículos. El MAS interpretó que si hay temas sin
consenso estos irán a referendo y el texto se aprobará por dos tercios de los presentes. En la Ley de
Convocatoria se dice que el congreso convocará al referéndum y el MAS estableció en el Reglamento que
también el Ejecutivo puede hacer esta convocatoria.
6
En la Asamblea los salarios de los constituyentes eran un tema de descontento generalizado de la
población. La Asamblea parecía un nido de problemas sin solución, en los que los constituyentes
contribuían rebelándose, no yendo a trabajar o con disputas internas.
7
civil y como capaz de contener a los movimientos sociales más radicalizados7 . Frente a
la oferta de las organizaciones de avanzar con todo, como en septiembre del 2007
cuando cambió el sentido de la cumbre Social, el gobierno frenó a sus bases y se sentó
negociar.
Una idea establecida en el ámbito de los movimientos sociales es que en el 2003,
cuando “Goni” deja la presidencia, era posible que una revolución tomara el poder pero
se optó por el camino institucional de esperar a ganar las elecciones. El MAS apostó a
un “proceso de cambio” en democracia que fue bautizado desde el gobierno como
“Revolución Democrático Cultural”. Desde el MAS y las organizaciones sociales se
perciben voces que sienten que el camino institucional tiene costos que se traducen en el
atraso o lentitud de los cambios revolucionarios esperados. La mención a la posible
revolución de 2003 apunta a señalar que en ese momento se podrían haber impuesto
reformas de fondo que por el camino democrático no son posibles. El comentario
muestra resignación y tiene que ver con la comprobación de que tener que adecuarse a
las normas de la democracia republicana –y así, al poder institucional de la oposición
para vetar reformas– implicaría ceder. Desde que el MAS no garantizó dos tercios en la
Asamblea Constituyente, las transformaciones en democracia debieron en parte
postergarse o flexibilizarse y abrirse a la negociación. A continuación consideraré cómo
esta realidad se vivió en la elaboración de algunos temas del nuevo texto constitucional.
Algunos atribuían el carácter moderado del proyecto no al juego democrático
que obligaba a lidiar con la oposición en el Congreso y la Constituyente, sino a algunos
miembros del gabinete de Evo. Los movimientos del MAS periódicamente exigían la
renuncia de Quintana, Rivero, Rada y Arce, los ministros considerados “neoliberales”
de Evo, por su participación en gobiernos anteriores y a veces sólo por su procedencia
social de la clase media. El Mallku Felipe Quispe diría que su gobierno “progresista” es
parte de la estrategia global de las elites dominantes (Quispe, 2006). Otros dirían que no
excede el marco establecido por el nacionalismo revolucionario de Paz Estenssoro. Las
opiniones de los que desearían más cambios suena extraña desde el punto de vista de la
oposición, que no considera para nada moderada la propuesta del gobierno. Y debe
agregarse también que hay partidarios del gobierno, especialmente dentro del mismo,
que consideran que se están realizando reformas profundas y que así es que se hace una
revolución.
Lo que es seguro es que en la Asamblea el MAS debió ceder respecto de sus
propuestas originales. Dando lugar a un texto hecho para la negociación, que si no se
lograría con PODEMOS, quizás podría acercar a partidos como Unidad Nacional del
empresario Doria Medina, y el MNR que juntos permitían al MAS orillar los dos
tercios. Estas dificultades hicieron a Hans Dieterich decir que Evo no tendría que haber
convocado la Asamblea al inició de su gestión 8 . Hicieron también que en varios
momentos se dudase si la misma iría a concluir con un texto. Pero el MAS aceptó el
reto y generó un proyecto que presentaba algunos avances y buscaba el acuerdo. Por eso
el proyecto del MAS es considerado por ellos como de transición, no rupturista como se
hubiera deseado y contemplativo de la oposición. Se priorizaba la gobernabilidad, y se
aceptaba que los cambios se implementarían en el Estado de hoy día. La
descolonización salía del horizonte para dar lugar a un “proceso de cambio” de
7
En entrevista al periódico El Deber, Linera expuso esta teoría luego del fracaso del diálogo de octubre
de 2007. Criticó a los conservadores de Sucre, y dijo que lo que conseguirían con posiciones
intransigentes era que haya reacciones populares en las que se avance contra la propiedad privada.
8
En la Cumbre Sudamericana de 2005, vaticinó que la Asamblea Constituyente traería problemas al
gobierno de Evo Morales, que debería antes consolidar su programa y sus obras. Convocando la
constituyente al final de su mandato, con consenso ganado.
9
Si por un lado la moderación del MAS trae descontento entre los partidarios de
otro tipo de proceso de cambios, por otro facilita las cosas en la Asamblea
Constituyente, o al menos parecería que eso iría a suceder. El MAS se presenta como
partido político, como grupo de poder, y ya no como portador de una lógica contraria al
Estado republicano. Eso podría haber posibilitado una Asamblea Constituyente. Pero la
oposición se puso dura y evitó el encuentro con la fase moderada del MAS. Ni siquiera
con proyecto de transición hubo acercamiento. Y los intentos no serían pocos. En cada
comisión, de inicio a fin y desesperadamente sobre el final del plazo de la Asamblea, se
buscaron los dos tercios, cediendo para eso en elementos importantes para los aliados
del gobierno. En las comisiones hubo avances en ese sentido, pero la línea política de la
oposición desde la dirección partidaria fue la de que se evite el acuerdo.
En la dinámica de la Asamblea la oposición no firmaba acuerdos a pesar de
avanzar en el diálogo y conseguir consensos. Podía identificarse un mecanismo perverso
de sentarse a dialogar para conseguir antes de retirarse que el MAS puliera al máximo
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su proyecto. Era así que las reivindicaciones indígenas o sociales iban cayendo. Debido
a las concesiones, llegó a imaginarse que el MAS conseguiría acuerdos para conseguir
dos tercios con la oposición pero serían los constituyentes cercanos a las organizaciones
indígenas los que lo impidieran. Parte de las organizaciones indígenas rompieron por un
tiempo con el gobierno porque este cedió en la defensa de sus proyectos como el de la
representación directa en un parlamento unicameral. Ese clima da cuenta que el proceso
de ceder en el proyecto original, o ideal, no fue fácil. Lealtades de los constituyentes a
veces debían ser quebradas en función de la continuidad del proceso que necesitaba un
texto constitucional aprobado. El proyecto del MAS tuvo sucesivas elaboraciones. Ante
el inicio de cada intento de acuerdo el MAS se moderaba. Cuando el diálogo se rompía
el MAS recuperaba algo del territorio perdido, pero muchas veces no tanto. Así, como
veremos, el centro del proyecto iría tomando un formato más compatible con la realidad
republicana del Estado liberal.
Y a las concesiones para buscar acuerdos se debieron sumar, también, cambios
exigidos por protestas de diversos sectores, en la búsqueda continua de apagar los
continuos conflictos que rodearon la Asamblea. Mientras avanzaban las discusiones se
hicieron presentes entre otros las universidades (cuando se habló de control social a las
universidades), los mineros (cooperativistas), los colegios de profesionales (cuando se
quiso hacer gratuita la asociación), las iglesias (con un largo temario de reclamos), la
policía (contra un informe que veían beneficiar a costa suya al ejército), los productores
de quinua (pidiendo un tratamiento semejante al de la hoja de coca), la federación de
municipios (cuando veían recortadas sus competencias), el magisterio (por la
centralización de planes de estudio). Algunos de estos sectores con dinamita o antorchas
en la calle, otros con saco y corbata en salas de reuniones, los reclamos muchas veces
eran representados por los mismos constituyentes muchas veces en contra de la
propuesta de la propia bancada. Este fue el caso de constituyentes religiosos del MAS
que votaron junto a PODEMOS un proyecto opuesto al oficialista en el tema de derecho
a la vida desde el nacimiento o la concepción. Debe mencionarse también aquí el
reclamo que influiría de forma más determinante en el curso de la Asamblea: el intento
de constituyentes chuquisaqueños de todas las bancadas por la vuelta del poder
ejecutivo y legislativo a Sucre. Los constituyentes también libraron batallas
regionalistas por demandas de sus lugares como la lucha de los departamentos chicos
contra los grandes (por diversos temas como el criterio territorial de representación), los
que defendían que partes de sus departamentos se incluyeran en lo que se considera
amazonia, el reclamo de formación del décimo departamento. También hubo los que se
solidarizaban con las madres solteras, con los derechos de los animales, y un largo
etcétera.
Un caso paradigmático de presión frente a la que el MAS cede por motivos de
gobernabilidad fue el de la Comisión de Seguridad y Defensa. En el curso de la
elaboración del proyecto políticas y militares se enfrentaron quebrando
transversalmente las bancadas de PODEMOS y del MAS. La Comisión tuvo que ser
intervenida por el Poder Ejecutivo que mandó a no modificar nada respecto a la
Constitución en vigencia. De todos modos después de esta medida siempre volvía la
acusación de que a pesar de la intervención del presidente “se estaban cambiando
cosas”. En el medio hubo cambios de discursos, reuniones con autoridades
gubernamentales y de las fuerzas de seguridad, protestas de la policía, presiones del
ejército. Todo comenzó cuando se quiso rever las competencias de cada fuerza,
quitando la potestad de los militares de ocuparse también de seguridad interior. La
respuesta fue fragmentar (“descuartizar”) a la policía federal a partir de un proyecto
presentado con los constituyentes del “ala militar”, quitándole varias de sus funciones y
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con el ejército en el mayor campo petrolero del país 9 . A esto se suma la nacionalización
de empresas, como Entel (de teléfonos) Vinto (metalúrgica) y refinerías de petróleo; las
dos rentas universales que Evo instituyó para ancianos y niños escolarizados; y la
todavía tímida política de reversión de tierras. Las medidas habrían aumentado la
participación estatal en la economía del 9% al 20% 10 .
Este tipo de medidas hicieron a algunos ver la identidad del gobierno como una
transformación del nacionalismo revolucionario que llegando al gobierno en 1952 se
constituyó el fenómeno político más importante del siglo en la política Boliviana (véase
Molina, 2006 y Stefanoni, 2006). La alianza con los militares y la idea de que el
gobierno de Evo tiene ante todo un proyecto modernizador, fortalece esa idea. El MNR
de Paz Estenssoro nacionalizó las minas, estableció el voto universal, la educación
pública gratuita y realizó una reforma agraria que otorgó propiedad individual de la
tierra. Para muchos el MAS de Evo estaría recuperando esa tradición política de la que
el MNR ya no es heredero desde que en la década del ´80 cerró las minas y en la del ´90
implementó políticas neoliberales.
Pero el gobierno se opone tajantemente a ser comparado con esa revolución.
Este debate liderado por el vicepresidente enfatiza los puntos en que la revolución
democrático cultural se separaría de la del MNR. Y lo que sería determinante para
diferenciar los dos procesos de transformaciones es la cuestión indígena. El proyecto
político del gobierno de Morales quebraría el modelo cultural homogéneo que la
revolución del ´52 se habría dispuesto a fortalecer. El actual proceso de cambio es
pensado como descolonizador. El actual gobierno se considera externo al Estado
Republicano liberal y considera a este excluyente de las mayorías indígenas. En el
discurso del gobierno el Estado anterior al 2006 se trata de un Estado de elites blancas,
continuidad de la República de los tiempos de los españoles. La revolución en marcha
se enfrenta al Estado católico y monocultural y monolingüe y es en este plano que la
Asamblea Constituyente cobra importancia. Evo siempre dice “vamos a acabar con el
Estado colonial”.
Por otra parte, Evo se declaró socialista, anti-imperialista y anti-capitalista
estableciendo una alianza con Cuba y Venezuela. Otros identifican al gobierno con las
experiencias de la izquierda boliviana de Torres en 1970 y la Unión Democrático
Popular de Hernán Siles en 1983. Desde el comienzo de la estrategia electoral de los
campesinos en el chapare hubo alianzas y asimilación de la izquierda. A pesar de esto,
en la identidad del gobierno que prevalece Evo Morales aparece especialmente como
primer presidente indígena, y su llegada al poder es incluida en el ciclo de rebeliones
indígenas que remiten a Katari. Como parte de esta idea, se separa la actual experiencia
de gobierno de la del 52, que en el marco de este imaginario político se piensa como
excluyente de los indígenas.
La figura clave en la discusión del proyecto a largo plazo del gobierno es Álvaro
García Linera, importante en la mesa chica de las decisiones tanto como voz pública del
gobierno en momentos especiales, más allá de los anuncios cotidianos. El día de los
9
El porcentaje de impuesto habría vuelto a 50% con la renegociación de contratos de octubre del 2006,
según denunció el primer ministro de hidrocarburos de Evo, luego separado de su cargo.
10
Podemos agregar la intervención en el mercado alimentario (control y prohibición exportaciones,
arancel a importaciones, control de precios, distribución directa de carne); la creación de empresas
estatales, protección de la industria (arancel a importaciones). El desarme del andamiaje legal del
neoliberalismo se anunció para el 2008 y tuvo algunos avances con decreto que combate el empleo
precario aboliendo la “libre contratación”, también del primero de mayo del 2006. Otra medidas
importantes del gobierno, son la campaña de alfabetización, a elevación del IDH, la iniciación de las
obras de la carretera Cochabamba-Beni, la construcción del gasoducto a Valle Hermoso, la explotación
del Mutún, llegada de maquinaria de perforación para YPFB en busca de yacimientos.
13
referéndums por los estatutos en Oriente, o antes del referéndum revocatorio de Evo, y
antes y después de los intentos de diálogo con la oposición el vicepresidente expone su
análisis. Por eso es importante escucharlo acerca de la importancia del componente
indígena en el actual gobierno. Años atrás escribió que el blanco debe aprender del
indio, que es “lo más verdadero de la nación” (Molina, 2006). Y en un texto de abril del
2006 presenta lo que se podría pensar como base del proyecto que la Asamblea
Constituyente debería luego desarrollar (García Linera, 2005). En este texto, se hablaba
de un Estado racista y monocultural que excluye la diversidad de lenguas y culturas que
conforman Bolivia. García Linera propone un Estado multinacional y multicivilizatorio
que no simule “lo que nunca seremos ni podremos ser” y en cambio adopte un modelo
acorde a la realidad multiétnica de Bolivia. La base de la propuesta era un sistema de
autonomías regionales e indígenas con autodeterminación, policía, impuestos e
independencia administrativa, educacional, etc. El nuevo Estado debería incluir distintas
economías, distintas cosmologías, distintas lenguas. El proyecto es el del indigenismo
aymara y se funda en la crítica a un Estado Colonial católico, monolingüe y excluyente
de las mayorías indígenas. En el texto de García Linera la crítica a ese Estado se funda
en un análisis sociológico inspirado en Pierre Bourdieu por el cual un poder simbólico
incentivado por el Estado, excluye lo indígena en un sistema cultural que beneficia a las
clases dominantes y desvaloriza la cultura que ve como atrasada y no pertinente para
cuestiones públicas. La propuesta de un Estado multicivilizatorio para un sistema
multisocietal busca revertir esta tendencia.
Este programa político da un papel importante al Estado como
instrumentalizador de un régimen político diferente que acoja las formas culturales
alternativas. Este proyecto también fue presentado por el vicepresidente como base de
lo que llamó “Capitalismo Andino”, ya presente en la campaña de Evo en el 2005. En
esta propuesta de sistema económico, los excedentes de la economía de mercado serían
aplicados al desarrollo de la pequeña economía urbana mercantil, la economía
domestica campesina y también las formas económicas de los pueblos amazónicos. Se
trata de la implementación en el nivel económico de lo que también se postula para el
nivel lingüístico, de la justicia, de las formas políticas, etc.
Es por este lado que se fundamenta el Estado Unitario Plurinacional
Comunitario que el MAS propondría en la Asamblea Constituyente. Pero es justamente
contra estos temas que conspira la necesidad del MAS de llegar a acuerdos con la
oposición para aprobar el nuevo texto. Frente a la necesidad de acuerdos era la
transformación del Estado lo que se terminaba postergado. Y esto era así aún sin
acercamientos con la oposición; el MAS generó un texto que dejaba de lado la tarea de
desarrollar el Estado Plurinacional preparándose así para conseguir consenso. Aun
aprobando un Constitución sin la oposición, el MAS quitó del proyecto los elementos
que fueran intolerables para los otros partidos. Esta “depuración” se realizó a veces de
modo imperceptiblemente y otras generando conflictos, por parte de sectores del MAS y
técnicos sin vínculos con las organizaciones, que pensaban en la necesidad de garantizar
el triunfo electoral del MAS en las ciudades y en la clase media.
Esa moderación surgía del propio MAS y bajaba del gobierno. Y sería impreciso
atribuir exclusivamente a la necesidad de acuerdos la falta de contenidos
“descolonizadores” de está “línea” para la redacción del texto. En todo caso, podría
decirse que la necesidad de dos tercios se articuló con contradicciones internas al MAS
que perfilaban la nueva Constitución para otro tipo de reformas, o limitaban las
propuestas de las organizaciones indígenas e intelectuales comprometidos con llevar
adelante la agenda de la descolonización. Por otra parte, puede pensarse también que la
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12
La oposición asociaba la representación directa al corporativismo. Esta crítica también atacó en el
proyecto del MAS la idea de establecer un nuevo poder del Estado, social. Pero si el control social al
principio sería el cuarto poder de gobierno, después fue adaptado al actual sistema estatal como parte de
los organismos de control, aún considerado excesivo por la oposición. También quedó archivada la idea
de deshacerse del Senado estableciendo una única cámara.
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13
El tema de las autonomías departamentales creció en los últimos años y en el gobierno de Evo se
transformó en el principal aglutinador de la oposición política. Cumpliendo con acuerdos que venían de la
época de Mesa, en la elección de julio 2006 en que se eligieron constituyentes, también se votó en todos
los departamentos a favor de establecer un régimen autonómico. A último momento Evo ordenó que se
iniciara una campaña en contra de las autonomías, a pesar de que algunos candidatos a constituyentes
habían estado a favor. En Beni, pando, Tarija y Santa Cruz ganó el sí. El país comenzó a dar la imagen de
partición en dos mitades opuestas más que complementarias.
14
Entrevista de radio Patria Nueva, registrado por agencia de noticias ABI, 12 de octubre 2008.
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Como si fuera poco con la disputa entre los prefectos opositores, la Comisión de Autonomías en la
Asamblea vio aflorar diferencias entre sectores internos del MAS de las distintas regiones y proveniencias
políticas. Uno de estos temas fue la consideración de las provincias, que para sectores indígenas y del
partido del alcalde de la Paz (que fueron electos en las listas del MAS) eran divisiones vinculadas al
poder tradicional que venía de la colonial y que debían ser superadas, pero para constituyentes del MAS
de regiones donde la identidad provincial era importante (Valle Grande, Chaco, norte de Potosí) las
mismas debían ser mantenidas y también posibilitadas de transformar en autónomas. Por otra parte, el
oficialismo casi no consigue aprobar por mayoría su informe porque el tema de la sede de los poderes
para Sucre había hecho que un constituyente aliado del MAS pasara a la oposición.
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El vicepresidente se reunía con cada una de las comisiones para definir temas problemáticos. Estos
temas a veces eran dejados sin resolver por constituyentes que reclamaban alguien con poder político en
el MAS para resolver. En otros casos el gobierno llamaba a cambiar algún tema contra la voluntad de los
redactores.
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había convertido en eso, en un conflicto de los que la oposición era rápida para
capitalizar.
El caso de Visión País es sólo un ejemplo extremo de algo que se vivió en todas
las comisiones como la alternativa entre la redacción de un proyecto propio y otro para
buscar consenso. En este caso se articuló un proyecto de cambio más profundo que
coincidió con una estrategia política más radical que en las otras comisiones. Por unos
días, el MAS buscó en Visión País ser lo que realmente quería ser, sin concesiones; y al
mismo tiempo fue lo que la oposición dice que es, un gobierno que no deja expresar a la
oposición. El desenlace de la Asamblea y la suspensión de plenarias que llevó a que el
MAS elaboré su proyecto a puertas cerradas, harían irrelevante los sucesos de la
Comisión Visión País.
sindicatos para conseguir la propiedad de la tierra. Pero “las bases siguieron hablando
lenguas originarias y ahora están recuperando su identidad indígena”.
Pero hay otros que antes de indígenas se reconocen como campesinos y como
clase social. Esta parece ser una distinción importante en la vida política de las
comunidades, a partir de distintas tradiciones algunos piensan la política a partir de lo
étnico y de la cultura, otros a partir de la clase. En defensa del término clase no sólo
jugaba la herencia de la reforma agraria del MNR sino especialmente la tradición
política de izquierda marxista, fuerte especialmente en las minas y las ciudades, además
de la conocida influencia de los sindicalistas mineros en la formación de sindicatos y de
cuadros políticos en el trópico de Cochabamba, donde comenzó su carrera política Evo
Morales.
Pero si los campesinos estaban más ocupados en no ser separados de los
originarios, fueron los constituyentes urbanos con identidad de izquierda los que
especialmente insistían en incluir la palabra clase. Otros constituyentes se quejaron
porque clase social sería redundante con las otras categorías, no por ser indígenas los
campesinos dejarían de ser parte de la lucha de clases, decían. Lo cierto era, sin
embargo, que en la definición del sujeto principal los constituyentes de la ciudad no se
sentían incluidos. Una trabajadora social que había trabajado con encuestas dijo que en
estas la gente se reconoce como clase baja, media-baja. Los colonizadores tampoco se
sentían incluidos ni como campesinos ni como indígenas, y también rechazaban el
termino que tradicionalmente los agrupa. En lugar de colonizadores propusieron
entonces ser incluidos como comunidades interculturales del campo, y también hicieron
ese cambio en el propio nombre de la organización.
“Nuestro aliado Cuba no tiene clases” desafió un constituyente a otro que había
militado en el Partido Comunista y quería incluir el término. Otro consideró que en
Bolivia había un régimen feudal y que todavía no había llegado el capitalismo. Por este
motivo no sería adecuado hablar de clases sociales. “Si ponemos las dos cosas en un
artículo hacemos que se opongan, desde el 70 el katarismo combina clase con etnia. Lo
primero es lo indígena campesino en este proceso, a no dudarlo, pero no hay que
olvidarse de los sectores urbanos e incluso de los empresarios que están con el cambio”.
Proponían que los urbanos estuvieran incluidos como “población culturalmente diversa
de la ciudad” pero una constituyente dijo que así ella quedaría sin identidad. Proponían
que las clases se incluyeran en la enumeración de sectores, y no modificando a todos.
Pero otros se oponían a que el término clase social se incluyera: “si se incluye ´clases
sociales´ se las estaría creando cuando se busca que desaparezcan. “En los próximos
cincuenta años existirían, no hay que ser ilusos” otro contestó. Si no existían, sería
bueno crearlas para evitar guerras étnicas como las de Yugoslavia, terció un
constituyente potosino. El término “mestizos” fue rechazado por ser colonial y un
intelectual pedía creatividad: “inventemos otra definición, pensemos una sociología
nueva”. Integrando antes que buscando defender su procedencia, un asesor de los
pueblos indígenas de las tierras bajas me decía mientras ocurría la discusión que “esta
es una revolución regional, indígena y de clase”.
“Mueves un ladrillo y se te mueve toda la pared” constataba uno, “mandémoslo
al preámbulo para no discutir más ahora” otro intentaba resolver. Además de las
injusticia contra naciones y pueblos una constituyente pedía que se acuerden de la mujer
joven. Pero un asesor critica que el artículo se convierta en una larga enumeración
cuando lo importante es incluir la idea de sujeto colectivo. Finalmente, la última versión
de este artículo fue la siguiente: “El pueblo boliviano está conformado por la totalidad
de las bolivianas y los bolivianos pertenecientes a las áreas urbanas de diferentes clases
sociales, a las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y a las comunidades
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pueblos indígenas en un nuevo congreso unicameral. Esta sería una base del Estado
Plurinacional, y había quedado de lado. Las “trillizas” no cuestionaban esos puntos 17 .
Los que conocen la realidad de las comunidades en Bolivia afirman que en las
tierras altas este conflicto entre clase y etnia, se expresa en forma de sindicato y ayllu,
como disputa de autoridades originarias y sindicales. Si la CSUTCB deriva de la
política clasista de hace décadas (la CSUTCB, fundada en 1979, tiene la palabra
trabajadores en su nombre y forma parte de la COB, Central Obrera Boliviana)
CONAMAQ es más reciente (fue fundada en 1997) y contó con el apoyo de
cooperación y organizaciones no gubernamentales extranjeras.
Las dos tendencias dentro del pacto de Unidad importan acá porque de ahí
derivan los dos grandes proyectos políticos que el MAS acoge y que se expresaron en la
redacción de la nueva Constitución. Los dos proyectos se distinguen de manera difusa y
con muchos cruces y articulaciones. Es más bien un esquema general que aquí propongo
para pensar qué está en juego en los proyectos políticos que expresa el MAS. Si por un
lado la Oposición entre Oriente y Occidente es central para pensar las disputas del MAS
con la oposición, una diferencia más subterránea que parece entre las organizaciones de
base es central para entender las reformas que hoy aparecen como posibles. Uno de los
proyectos es el de mayorías excluidas que ahora ingresan al Estado. Esto se traduce en
funcionarios que vienen de los movimientos campesinos y en un Estado que distribuye
la renta del gas y entrega tierras. Por otro lado, la otra tendencia consistiría en modificar
las estructuras del Estado y no solamente controlarlo. Si las organizaciones más fieles a
Evo Morales tienen expectativas en la entrega de tierras, especialmente a partir de la
reversión de latifundios en Oriente. Para las organizaciones indígenas, y en especial
para las organizaciones de tierras bajas que no son mayoría en sus regiones, la clave
estaría en el proyecto de las autonomías indígenas y el Estado Plurinacional, que no es
incompatible con las otras reformas pero pone el énfasis en otros elementos.
Como vimos, el proyecto político de las organizaciones del Pacto de Unidad que
no son orgánicas al MAS, quedaron destinadas a la Asamblea Constituyente y ahí no
fueron desarrolladas. Pero más allá de la posibilidad de distinguir dos proyectos, no es
esta una alternativa real en el gobierno. Este ya demostró la prioridad a partir de las
acciones que impulsó desde el Poder Ejecutivo. El otro proyecto, sin embargo, sigue
presente como objetivo de más largo alcance por ahora postergado. Mi hipótesis es que
la realidad gubernamental con que el MAS se encontró al llegar al Estado y la necesidad
adaptarse a la búsqueda de negociación con la oposición en la Asamblea fue lo que alejó
el proyecto de transformación más estructural a un plano más indefinido, o lo que hizo
que los sectores políticos internos que propiciaban este tipo de cambios, quedaran
desplazados.
En cuanto a la posición del gobierno frente a las demandas de las tierras bajas
Jaramillo (2008) encuentra “un cierto tufillo retórico, cuando en las declaraciones y
alocuciones oficiales se alude a las necesarias demandas territoriales y, ante todo
autonómicas de estos pueblos” y un “peligro que existe de que el gobierno del MAS, en
aras de superar las revueltas y sofocar la conflagración autonomista vía negociación y
concertación con el movimiento autonomista liderado por los prefectos, pueda ´dejar
17
A pesar de estar del mismo lado en el Pacto de Unidad, no es posible asimilar CONAMAQ y CIDOB.
Unos trazan continuidad con los incas, y otros con los pueblos no estatales y nómades que estos
dominaban. En tiempos más recientes los pueblos andinos comienzan a controlar tierras en regiones
indígenas de oriente (fuertemente con ayuda del Estado después del 52). Esta es una realidad de las tierras
indígenas de Oriente, con distintos tipos de relación con los migrantes del altiplano que se reconocen, en
rigor, más como campesinos que como comunidades indígenas. Pero lo cierto es que en la política actual
ambas organizaciones se encontraron del mismo lado en la búsqueda de la autonomía y el apoyo del
“proceso de cambio” liderado por Evo Morales.
24
oposición, hayan salido del primer plano de la agenda y que el gobierno de Evo pase a
ser comparado con el del MNR de los ´50.
En esta dinámica las reivindicaciones del ala más indígena del Pacto de Unidad
son las que caen en las negociaciones y son postergadas desde el gobierno que prioriza
en la nueva Constitución elementos que refuercen la hegemonía de Evo como la
reelección (que sin embargo en el acuerdo fue limitada a sólo un mandato), y las
políticas de mayor impacto económico directo sobre la mayoría de la población. De
todos modos el gobierno no renunció a impulsar las autonomías indígenas y pese a
mostrar que la agenda del gobierno es otra, las sigue apoyando.
18
Aunque en el mundo político boliviano el término indigenismo se identifica con la política aymara de la
cual surgen los proyectos políticos autonomistas y que buscan empoderar otras cosmovisiones, me parece
justo considerar a los dos extremos de esta discusión como indigenismos, dado que se distinguen de otras
ideas políticas por privilegiar lo indígena.
26
amazónicos del imaginario indígena, e incluso puede simpatizar con el proyecto del
indigenismo folclórico-cosmovisional, no busca en el corto plazo modificar la estructura
estatal actual, sino más bien gobernarla 19 . El uso o mención a elementos precoloniales
indígenas no aparece en contraposición al Estado liberal moderno, industrial y la
economía de mercado, tampoco con el idioma español ni la religión católica. Este
indigenismo es compatible con todo esto y tiene que ver con el proceso de
reconocimiento de la identidad indígena por parte de los pobres del campo y la ciudad.
El indigenismo genérico nace del desarrollo urbano, las migraciones y la hibridez
cultural. No por eso es menos indígena, pero si más distante de la vida comunitaria o al
menos de la versión política que es inmanente a ella.
Es posible cuestionar esta distinción si pensamos que nunca hubo un grupo
social puro, que no surja del mestizaje entre diversas etnias y que pueda atribuirse
contenidos cosmovisionales menos contaminados por el afuera. Todos los indigenismos
son de igual modo cosmovisionales (tanto como cualquier grupo humano), no hay
personas sin cosmovisión y tampoco sería exclusividad del pensamiento indígena el
rechazo del Estado liberal moderno. Por otra parte, los dos indigenismos son variantes
que aparecen en un sistema político moderno. Todo indigenismo surge como discurso
político en relación con el Estado y no es posible determinar si un indígena es más
auténtico. Los indígenas no contactados no se consideran a sí mismos indígenas, esta es
una construcción identitaria política moderna. Puede hablarse de una distancia con el
Estado Republicano heredero de la colonia, y de un camino más autonomista y
vinculado a tradiciones particulares. Pero la idea de cosmológico y genérico debemos
considerarla aquí como clasificación presente en el mundo político boliviano que
funciona sólo si la tomamos de modo ligero para avanzar en la discusión. Lo que
importa en la distinción de dos proyectos políticos no es la cantidad de materia indígena
o urbana moderna, sino que más bien la diferencia entre los dos modos de considerar la
relación entre el sujeto indígena y el Estado; y las prácticas políticas que de ahí se
derivan. Esto último es lo que intentaré desarrollar en esta parte final de artículo.
El indigenismo genérico, en esta distinción imaginaria, se vincula de forma más
directa a un proyecto de poder estatal. Se basa en que los indígenas entendidos de modo
genérico son mayoría en el país y no en un planteamiento desde las minorías. Es en
esencia un proyecto democratizador dentro del Estado. El Estado deja de ser gobernado
por y para elites y abre sus puertas a nuevos actores. Como proyecto de gobierno, el
indigenismo genérico se mostraba adaptable al Estado republicano. El proyecto del
indigenismo genérico busca justicia social sin necesidad de transformar radicalmente las
instituciones. Se trata de un proceso democratizador del poder, con sectores hasta ahora
excluidos que ingresan al Estado. El saldo inmediato es mejor distribución de la renta y
un Estado que interviene en la economía a favor de las mayorías. Esto se hace sin
transformación del orden institucional vigente. El Estado pasa a considerarse así un
instrumento neutro, que puede direccionarse a favor del bien común, o de causas
populares.
El indigenismo folclórico-cosmovisional no piensa en términos de mayoría
sociología, ni en distribución de la renta nacional, sino más bien en contenidos
culturales específicos. Estos parámetros se presentan políticamente quizás de un modo
un tanto esencializados como cultura ancestral que existe independientemente de que
haya diez o un millón de personas socializados en determinada cultura. Este
indigenismo sí habla desde lo minoritario y reclama derechos especiales y
compensación por injusticias históricas. Si desde esta lógica lo que importa es entonces
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¿Pueden hacerse las dos cosas al mismo tiempo? Una respuesta positiva a esta pregunta es un elemento
para deshacer el matiz entre las dos variantes que estoy presentando. La respuesta negativa, lo refuerza.
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La reelección, la unicameralidad, el voto a los 16 años y desde el extranjero, el recorte de poder a las
autonomías, el tope electoral contra representación de minorías. Varias de estas fueron eliminadas
también por la búsqueda de acuerdos. Estos temas cobran importancia cuando la pierden las reformas que
menos tienen que ver con la lucha política del MAS contra la media luna y con lo que se podría llamar vía
presidencialista y estatista de cambios.
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El gobierno de Evo no dejó de mostrar en algunas oportunidades voluntad y decisión política para
avanzar con políticas fuertemente rechazadas por la oposición, pero estas no fueron las que complacerían
a un indigenismo folclórico-cosmovisional sino más bien genérico. Con esto quiero decir que no se trata
solamente de moderación, sino de un tipo especial de moderación (o dureza) marcada por la no
contradicción con el sistema liberal republicano.
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Más allá de la Asamblea, en la conformación y funcionamiento del gobierno, el indigenismo folclórico-
cosmovisional se limitaba tal vez al discurso un tanto decorativo del canciller choquehuanca en foros
internacionales.
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Entrevista a Branko Marinkovic, 13 de Octubre 1008, Salvador Schavelzon.
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proyecto del MAS podrían construirse en cualquier parte del país y no sólo en territorios
minoritarioss donde haya comunidades indígenas folclórico-cosmovisionales vistas
como marginales y pequeñas.
Si el proyecto indigenista no es viable en una coyuntura en que se optó por el
acuerdo con la oposición. La ambigüedad en la Constitución permite que cualquier
sindicato campesino que pasa a reconocerse como indígena y originario a pesar de no
“respetar” el patrón cosmológico que algunos exigirían para considerarlos indígenas
podrá reclamar poder político autónomo impidiendo el control de ese territorio por parte
del departamento. Si vemos bien la situación de las organizaciones indígenas de las
tierras bajas, esta ya es una realidad, ya que la identidad indígena nunca se presenta de
forma pura ni aislada y las comunidades indígenas son producto del contacto continuo y
la hibridez de formas culturales, económicas y políticas. Si en Bolivia ahora se reconoce
como los campesinos son también indígenas, el reclamo indígena en Bolivia podría
aparecer generalizado y aprovechado por el 64% de la población Boliviana, que según
el último censo así se identifica.
En Bolivia el indigenismo genérico gobierna pero apuesta por el estado
plurinacional, y el socialismo. Desde el indigenismo cosmovisional o el socialismo, se
puede ver al gobierno del MAS cediendo demasiado o no avanzando lo suficiente en un
proyecto que aparece de modo difuso, pero donde todos esos elementos están en algún
modo presentes. En Bolivia actual, además de un proceso de modernización que va
dejando atrás las tradiciones y lenguas minoritarias, hay un proceso reverso en que
sindicatos se transforman en ayllus y campesinos en indígenas originarios. A partir de
este segundo vector parecería que es posible una combinación de los dos indigenismos
considerados más arriba: uno para dirigir el proceso y llegar en el corto plazo hasta las
mayorías del país excluidas hasta ahora del poder político; y otro, para pensar desde
Bolivia la superación del capitalismo y del sistema político republicano liberal. Uno se
apoya en el Estado y el otro tiene elementos contra estatales.
Por otra parte, a pesar de la permanencia de sectores urbanos y mestizos entre
los cuadros gubernamentales, la inclusión en el aparato estatal de gente que hasta ahora
protestaba contra el mismo o no participaba de modo algún del sistema político y que se
reconoce como indígena, es un proyecto del indigenismo genérico que trae como
consecuencias inevitables transformaciones en la propia estructura del Estado. Además
de ser crucial que eso ocurra en instituciones donde eso no era posible, en este punto, el
indigenismo genérico se vincula al objetivo de abrir el Estado a otras formas políticas y
culturales. La inclusión de personas con tradiciones diferentes, así, traería desde adentro
de las instituciones, la diferencia que el indigenismo folclórico-cosmovisional busca
introducir por medio de una reforma estructural, desde afuera y en teoría sin rescatar la
actual institucionalidad.
Lo que hace interesante el caso de Bolivia, en este sentido, es cómo mantiene
despiertas las esperanzas indigenistas sin dejar al mismo tiempo de avanzar con una
agenda nacionalista. El Estado que se diagrama en la nueva Constitución no avanza en
concretizar esas esperanzas pero sin duda deja mojones dispuestos en esa dirección. El
proyecto de Evo Morales no necesariamente implica comenzar a hacer reformas que
transformen el Estado dando lugar a las distintas “civilizaciones” que coexisten en
Bolivia, pero puede dar lugar a que esto ocurra. Esa posibilidad es lo que permite que en
Bolivia haya una política revolucionaria viva.
Después de levantar dudas sobre la voluntad del gobierno de defender las
reivindicaciones de las tierras bajas, Jaramillo es optimista cuando opina que “el ataque
de los separatistas por igual a indígenas migrantes del altiplano como a los indígenas
locales, considerados representantes del MAS en la región, crea un ambiente favorable
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para que funcione la alianza y el MAS defienda con decisión las reivindicaciones
territoriales y autonómicas de los indígenas de Oriente”. Esta alianza remite a 1990
cuando los indígenas de tierras bajas marcharon hasta La Paz y fueron recibidos por los
de las tierras altas con mantas y comida en un encuentro que permitió, según Jaramillo
(2008), “a los de tierras bajas comprender el sentido y la importancia de la movilización
para reclamar derechos. Los de la región andina a entender que los ayllus, markas y
suyus de la región andina y subandina deben reconstituirse con base en la noción de
territorialidad indígena de tierras bajas para reivindicar los territorios ancestrales, dando
lugar a que ayllus, markas y suyus del Qullasuyu de la región andina se organizaran en
la CONAMAQ y presentaran demandas de Tierras Colectivas de Origen”.
Concluyendo, digamos que vemos en Bolivia un cierto conflicto entre dos
formas de pensar la transformación del Estado y que el juego institucional prioriza una
en detrimento de otra. Pero la dinámica política no permite dar un juicio conclusivo
sobre un proceso que está abierto, y como en el debate de constituyentes sobre la mejor
forma de definir los componentes de la categoría pueblo, varios elementos que
provienen de lógicas diversas conforman una identidad política amplia que da lugar a la
convivencia de proyectos políticos urgentes y otros que se irán construyendo en la
continuación del proceso que ahora parece concluir con la demorada promulgación de
una nueva Constitución para Bolivia.
Bibliografía.