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SUCESIÓN AB INTESTATO

Es el llamamiento determinado por ley. La SUCESIÓN INTESTADA es aquella sucesión en la que la ley determina a los
herederos en el orden y según las reglas establecidas.

Ante la falta de manifestación de voluntad del causante, va a ser la ley la que, en función de la voluntad presunta del
causante y la naturaleza de ciertas relaciones jurídicas familiares, determina una presunción de afecto estableciendo así
las personas que van a ser llamadas a suceder al causante.

A falta de ellos, el Estado Nacional, provincial o municipal (dependiendo del lugar de situación de los bienes) va a recibir
los bienes → EL ESTADO RECIBE LOS BIENES NO COMO HEREDERO SINO COMO PROPIETARIO DE LAS COSAS SIN DUEÑO
CONFORME EL [ART. 236 INC. A) Y E)]

Principios:

A. Orden de preferencia: La prelación por órdenes significa que el orden sucesorio más cercano excluye al orden más
lejano. La excepción la constituye el tercer orden sucesorio (el cónyuge), que no es excluido por el primero y el segundo,
sino que concurren.

El orden de preferencia es el siguiente:

i) Primer orden hereditario: los descendientes y el cónyuge.

ii) Segundo orden hereditario: los ascendientes y el cónyuge.

iii) Tercer orden hereditario: el cónyuge.

iv) Cuarto orden hereditario: los colaterales (hasta el cuarto grado).

B. Prelación de grado: El segundo principio está constituido por la llamada prelación por grados. De acuerdo con el
mismo, dentro de un mismo orden hereditario, el de grado más cercano excluye al de grado más lejano. Así, dentro del
orden descendente, el hijo —primer grado— excluye a los nietos —segundo grado— del causante.

La excepción la constituye el derecho de representación, en donde alguien de grado más lejano concurre con alguien de
grado más cercano. Ello se da en línea descendente. Ejemplo: en la sucesión del causante, si uno de los hijos muere
antes de aquel de cuya sucesión se trata, sus hijos —nietos del causante— concurren a la sucesión con sus tíos. De esta
manera, los hijos del causante —segundo grado— van a la sucesión con el o los nietos —tercer grado— que ocupan el
lugar de su padre.

ARTÍCULO 2429.- Casos en que tiene lugar. La representación tiene lugar en caso de premoriencia, renuncia o indignidad
del ascendiente. No la impide la renuncia a la herencia del ascendiente, pero sí la indignidad en la sucesión de éste. Se
aplica también en la sucesión testamentaria, si el testador se limita a confirmar la distribución a la herencia que resulta
de la ley.

C. Naturaleza y origen de los bienes: la ley no tiene en cuenta la naturaleza ni el origen de los bienes de la sucesión, para
darle prioridad o preferencia a alguno de los herederos que concurren a la herencia del causante.

!!!!EXCEPCIONES!!! → cuando concurre a la sucesión del causante su cónyuge con otros herederos; y en la adopción
simple, los bienes recibidos a título gratuito por el adoptado, en relación con la familia de origen y la familia adoptiva.

- 1era: cuando en la sucesión del causante van a la herencia el cónyuge supérstite con otros herederos, en dicho
sucesorio se discrimina entre los bienes propios y bienes gananciales del causante. Ello así, porque la concurrencia de
cada uno de ellos, dependerá de la condición o calidad de dichos bienes.

- 2nda: consiste en distinguir en la sucesión del adoptado, respecto de los bienes que hubiere recibido a título gratuito,
de la familia de origen o de la familia adoptiva. Así, la familia adoptiva no recibirá los bienes que el adoptado hubiere
recibido de su familia de origen; viceversa, la familia de origen no va a recibir los bienes adquiridos a título gratuito que
el adoptado recibió de la familia adoptante.

SUCESIÓN DE LOS DESCENDIENTES → La línea descendente no tiene limitación, eventualmente, por lo que a falta de un
grado más cercano recibirán en los grados sucesivos, un descendiente de cualquier grado.

- Sucesión de los hijos: Prescribe el art. 2426 Cód. Civ. y Com.: "Los hijos del causante lo heredan por derecho propio y
por partes iguales".
- Sucesión de los demás descendientes: Determina el art. 2427 Cód. Civ. y Com.: "Los demás descendientes heredan por
derecho de representación, sin limitación de grados".

- Caso de adopción: Dice el art. 2430 Cód. Civ. y Com.: "El adoptado y sus descendientes tienen los mismos derechos
hereditarios que el hijo y sus descendientes por naturaleza y mediante técnicas de reproducción humana asistida". En la
sucesión de los descendientes, tratándose de una adopción, el régimen actual no distingue entre adopción plena y
simple.

SUCESIÓN DE LOS ASCENDIENTES → Los ascendientes llamados a la sucesión del causante, pueden serlo en cualquier
orden, de manera que tampoco aquí —al igual que los descendientes— hay límites de grados al respecto. El llamamiento
de los ascendientes está condicionado a que no haya descendientes en dicha sucesión. Por lo tanto, van a la misma a
falta de descendientes.

Caso de adopción: Se consagra expresamente que los adoptantes serán considerados ascendientes, como consecuencia
del vínculo legal derivado de la sentencia de adopción. Ahora bien, a los fines del derecho sucesorio, cuando estamos en
presencia de la sucesión del adoptado, se consagra como regla general que los adoptantes excluyen a los padres de
origen, prevaleciendo el vínculo de la adopción.

Fuera de ello, tratándose de una adopción simple los adoptantes no heredan los bienes que el adoptado hubiere recibido
a título gratuito de su familia de origen. Tampoco hereda la familia de origen los bienes que el adoptado haya recibido a
título gratuito de su familia adoptiva.

SUCESIÓN DEL CÓNYUGE → El cónyuge supérstite es llamado por ley a la sucesión del causante, si al momento de la
muerte del causante estaba vigente el matrimonio y mantenían una plena comunidad de vida.

Tal como lo hemos indicado, el cónyuge concurre, eventualmente, con los descendientes y los ascendientes a la sucesión
del causante.

i) Concurrencia del cónyuge con los descendientes. Tratándose de una concurrencia entre cónyuge y descendientes,
habrá que distinguir, en dicha sucesión, los bienes propios y los bienes gananciales del causante.

Respecto de los bienes propios del causante, el cónyuge concurre con los descendientes como un hijo más. Vale decir,
heredan por partes iguales los hijos y el cónyuge. Por caso, si el causante tenía 3 hijos y cónyuge, entonces, los bienes
propios se dividen por partes iguales entre ellos, es decir, por cuatro (25% de dichos bienes propios para cada uno de
ellos).

Respecto de los bienes gananciales del causante, cuando concurren el cónyuge y los descendientes, hay que hacer la
siguiente distinción: respecto de la mitad de los gananciales, el cónyuge supérstite retira a título del régimen patrimonial
del matrimonio, pues por la ganancialidad le corresponde el cincuenta por ciento de los gananciales adquiridos.
Técnicamente, este 50% que el cónyuge retira por liquidación del régimen patrimonial del matrimonio, no ingresa a la
masa hereditaria.

La otra mitad de los gananciales, que serían los que integran el acervo hereditario por ser del cónyuge premuerto —
aquel de cuya sucesión se trata— lo reciben los descendientes íntegramente, sin que el cónyuge supérstite tuviere parte
alguna de dichos bienes. De ahí que, en sentido técnico, puede decirse que el cónyuge no hereda nada de los gananciales
del premuerto, no obstante su condición de heredero forzoso.

ii) Concurrencia del cónyuge con ascendientes. Aquí también, corresponde efectuar la distinción, en dicha sucesión,
entre bienes propios y bienes gananciales.

Respecto de los bienes gananciales, el cónyuge supérstite retira el 50% de los mismos, como consecuencia de la
liquidación del régimen patrimonial del matrimonio. Por lo que este cincuenta por ciento es a título del régimen
patrimonial y no ingresa a la sucesión del causante. El restante 50% de los gananciales son los que, técnicamente,
constituyen el acervo hereditario del causante y se divide entre sus herederos. En el caso, se dividirán por partes iguales
el cónyuge y los ascendientes. La mitad para el cónyuge y la otra mitad para el o los ascendientes.

Adviértase que, si los ascendientes son dos, entonces estos se dividirán ese cincuenta por ciento que corresponde a los
ascendientes. Queremos decir, no se divide por cabeza, sino que la mitad va para el cónyuge supérstite y la otra mitad
pertenece a los ascendientes. Respecto de los bienes propios del causante, también corresponde la mitad al cónyuge
supérstite y la otra mitad al ascendiente o a los ascendientes, según el caso.

En efecto, establece el art. 2434 Cód. Civ. y Com.: "Si heredan los ascendientes, al cónyuge le corresponde la mitad de la
herencia".
¿Si el cónyuge supérstite se presenta a la sucesión y no concurren a ella ni descendientes ni ascendientes? → recibirá la
totalidad de la herencia.

Por lo tanto, en tales circunstancias, el cónyuge excluye a los colaterales.

En términos legales: "A falta de descendientes y ascendientes, el cónyuge hereda la totalidad, con exclusión de los
colaterales" (art. 2435 Cód. Civ. y Com.)

Causales específicas de exclusión entre cónyuges:

- Matrimonio in extremis: es aplicable para aquella situación en que, habiéndose celebrado matrimonio y encontrándose
gravemente enfermo uno de los cónyuges, se produce la muerte por esa dolencia dentro de los treinta días siguientes a
la celebración del acto.

El fundamento de la exclusión hereditaria del cónyuge, en estas circunstancias, está basada en que, si el matrimonio se
celebra mediando las condiciones referidas, entonces se presume que hubo una captación de herencia, por parte del
cónyuge sano, aprovechándose de la enfermedad del otro.

- Hipótesis de separación de hecho de los cónyuges: La causal se configura cuando los cónyuges cesan la plena
comunidad de vida, es decir, es mucho más que un aspecto material o físico —que en general va acompañado al cesar el
elemento afectivo—, pues implica que uno o ambos integrantes de la pareja ya no tienen la voluntad de mantener el
vínculo afectivo.

- Cese de la convivencia por decisión judicial: se contempla otra hipótesis de exclusión de la vocación sucesoria entre
cónyuges, consistente en que al momento de la muerte del causante los cónyuges ya no convivan como consecuencia de
alguna decisión judicial.

- Sentencia de divorcio: La sentencia de divorcio, dictada con anterioridad a la muerte de uno de los esposos, también
produce la exclusión de la vocación sucesoria entre ellos.

SUCESIÓN DE LOS COLATERALES → Los parientes colaterales también son llamados a la sucesión del causante, por ley,
con base en una presunción de afecto con el causante. En tal sentido, prescribe el art. 2438 Cód. Civ. y Com.: "A falta de
descendientes, ascendientes y cónyuge, heredan los parientes colaterales hasta el cuarto grado inclusive". Si bien los
parientes colaterales son llamados a la sucesión del causante, la ley limita el eventual llamamiento de dichos parientes al
cuarto grado. De esta manera, podrían recibir la herencia los hermanos, los tíos, y primos del causante.

DERECHO DE REPRESENTACIÓN

La representación sucesoria se origina como consecuencia de una situación derivada de la muerte del causante, siendo
ella mortis causa. En aplicación del derecho de representación sucesoria no hay dos transmisiones hereditarias, sino una
sola, pues el "representante" ocupa el lugar del "representado" en la sucesión del causante.

¿Quien goza de este derecho? En nuestro derecho positivo, gozan del derecho de representación en línea descendente,
sin limitación de grados y en línea colateral, los descendientes de los hermanos, hasta el cuarto grado en relación con el
causante.

En cambio, en la línea ascendente no funciona el derecho de representación, ni tampoco para los herederos del cónyuge.

¿Cuándo tiene lugar? Dice el párr. 1o del art. 2429 Cód. Civ. y Com.: "La representación tiene lugar en caso de
premoriencia, renuncia o indignidad del ascendiente".

No es aplicable la institución tratándose de un llamamiento testamentaria.

División

El párr. 1o del art. 2428 Cód. Civ. y Com. prescribe: "En caso de concurrir descendientes por representación, la sucesión
se divide por estirpes, como si el representado concurriera. Si la representación desciende más de un grado, la
subdivisión vuelve a hacerse por estirpe en cada rama". A su vez, el párr. 2o del art. 2428 Cód. Civ. y Com. determina:
"Dentro de cada rama o subdivisión de rama, la división se hace por cabeza".

De esta manera, cuando en la sucesión va alguien por derecho de representación, ocupando el lugar del representado, la
herencia no se divide por tantas partes iguales como cabezas hubiere, sino que los que van por derecho de
representación reciben como un tronco, de donde surgirán ramas.
¡EJEMPLO! → Supongamos que hay dos hijos en la sucesión del causante. Como consecuencia de que uno de ellos
hubiere prefallecido al causante, sus hijos —por caso, cuatro— van por derecho de representación con su tío en la
sucesión de su abuelo. En tal situación, se divide por dos troncos dicha sucesión. Un tronco sería para uno de los hijos
del causante; y el otro tronco para los cuatro nietos, que ocupan el lugar de su padre.

Por aplicación del mismo, el hijo del causante que fue a la sucesión recibe el cincuenta por ciento de la herencia.
Mientras que los cuatro nietos del causante —los cuatro hijos que van por derecho de representación del padre—
reciben la otra mitad de la herencia. A su vez, entre ellos esa mitad de la herencia recibida por derecho de
representación se dividen por partes iguales. En consecuencia, los cuatro nietos, entonces, se dividen por cabeza el
cincuenta por ciento de la herencia.

SUCESIÓN VACANTE - DERECHO HEREDITARIO DEL ESTADO

Puede suceder que no hubiere herederos llamados por ley ni que el causante hubiere efectuado testamento alguno,
disponiendo de sus bienes para después de su muerte. En tal caso, es aplicable la sucesión del fisco.

El fisco adquiere los bienes del causante no en calidad de heredero sino en virtud del dominio eminente del Estado sobre
todas las cosas sin dueño.

¿Qué es una herencia vacante? Una herencia vacante es aquella que carece de titular, es decir, que no se ha aceptado la
herencia de la persona fallecida por los herederos llamados por la ley o por el causante en testamento válido, o no se
haya agotado la herencia en legados.

Declaración de vacancia → Estando en presencia de una sucesión en la que no tiene herederos, la ley establece el
mecanismo para su correspondiente declaración de vacancia. Procede cuando vencido el plazo de publicación de edictos
no se han presentado herederos en el expediente, o los que se presentaron no acreditaron su título a heredar; lo que no
impiden que puedan hacerlo con posterioridad, mediante una acción de petición de herencia para recoger la herencia en
el estado en que se encuentre y siempre dentro del plazo de caducidad de 10 años para ejercer la opción.

De acuerdo con el párr. 1o del art. 2441 Cód. Civ. y Com.: "A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público, se
debe declarar vacante la herencia si no hay herederos aceptantes ni el causante ha distribuido la totalidad de los bienes
mediante legados".

Designación de un curador. Indica el párr. 2o del art. 2441 Cód. Civ. y Com.: "Al declarar la vacancia, el juez debe designar
un curador de los bienes".

Inscripción. Señala el último párrafo del art. 2441 Cód. Civ. y Com.: "La declaración de vacancia se inscribe en los
registros que corresponden, por oficio judicial".

Funciones del curador → Establece el art. 2442 Cód. Civ. y Com.: "El curador debe recibir los bienes bajo inventario. Debe
proceder al pago de las deudas y legados, previa autorización judicial. A tal efecto, a falta de dinero suficiente en la
herencia, debe hacer tasar los bienes y liquidarlos en la medida necesaria. Debe rendición de cuentas al Estado o a los
Estados que reciben los bienes".

Conclusión de la liquidación → Una vez producida la liquidación de los bienes y deudas de la sucesión, se termina con el
procedimiento y se procede a la entrega de los bienes al Estado.

En tal sentido, se determina en el párr. 1parr del art. 2443 Cód. Civ. y Com.: "Concluida la liquidación, el juez debe
mandar entregar los bienes al Estado que corresponde".

Finalizado el proceso sucesorio y habiéndose hecho entrega de los bienes al Estado, podría suceder que, con
posterioridad, se presentara alguien que invoque tener derechos hereditarios en esa sucesión.

En tales circunstancias, deberá el pretenso heredero iniciar una acción de petición de herencia, para demostrar su
derecho y, eventualmente, ser declarado heredero del causante.

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