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“ESCUELA DE ESCATOLOGÍA BÍBLICA”

Tema 2: INTRODUCCIÓN A LA ESCATOLOGÍA (Parte II)


TEXTO: “18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. 19 Y dijo: He
aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.” Daniel 8:18-19

INTRODUCCIÓN.
A. ¿QUE ES ESCATOLOGÍA?

I. INTERPRETACIÓN DE LOS LIBROS (textos) ESCATOLÓGICOS

II. INTERPRETACIÓN DE LOS LIBROS (textos) ESCATANÁLISIS DE LAS ESCUELAS CREADAS EN EL ESTUDIO
DEL APOCALIPSIS Y LA ESCATOLOGÍA
1. ESCUELA CRÍTICA 2. LA ESCUELA ALEGÓRICA 3. LA ESCUELA PRETERISTA

4. LA ESCUELA HISTÓRICA

En realidad hay varias escuelas que pueden clasificarse como históricas. Quizá pudiera decirse que la escuela
histórica tiene un sin número de variantes. Pero, como reconoce José Grau, las varias subescuelas históricas: “En
términos generales, estiman que Apocalipsis presenta una amplia panorámica de la historia de la Iglesia, desde el primer
siglo hasta la segunda venida de Cristo, pero muy particularmente durante la Edad Media entre los movimientos
reformistas tanto dentro como fuera de la Iglesia Romana. Hasta el siglo XIX fue la escuela que gozó de mayor
popularidad en sus varias vertientes.”

Las distintas vertientes de la escuela histórica tienen en común que ven el Apocalipsis como una descripción
panorámica de la historia. A veces parece que se refieren a la Historia de la humanidad en general. En otras, el
enfoque es hacia la historia entre la 1° y 2° venida de Cristo. Los mismis escatologos afirman esta postura así:
“Apocalipsis presenta, en suma, el gran drama del conflicto de los siglos entre Cristo y su pueblo por un lado, y el Diablo
y sus seguidores (conscientes o no) por el otro. Cubre el desarrollo de toda la historia de la Iglesia, del fluir incesante de
la dinámica del Reino desde los inicios de la era cristiana hasta el gran acontecimiento de la Segunda Venida.”

El concepto de que el Apocalipsis presenta de manera continua la historia de la Iglesia desde la primera hasta la
segunda venida de Cristo lo popularizó el católico romano Joaquín de Florís. Los reformadores, quienes identificaban
al Papa y al papado con las bestias de Apocalipsis 13, adoptaron la interpretación de Joaquín. Además de los
reformadores hubo hombres de la talla de Bengel, Wordsworth, Elliot o Faber, que creían en la interpretación
histórica continua. Lo significativo es que estos eminentes expositores diferían radicalmente en la interpretación de
los detalles históricos. Elliot pensaba que el sexto sello era una referencia a Constantino, mientras que Faber lo
relacionaba con la Revolución Francesa. Como expresa Walvoord: “La misma multiplicidad de tales interpretaciones e
identificaciones de los caracteres del Apocalipsis con una variedad de personajes históricos es su propia refutación. Si el
método histórico es el correcto, es claro que hasta ahora nadie ha encontrado la clave.”

La escuela de interpretación histórica o histórica continua pretende hacer del Apocalipsis un panorama de historia
preescrita. La gran perplejidad ocurre cuando uno trata de armonizar lo que ha acontecido con lo que se describe en
el Apocalipsis y se encuentra con contradicciones irremediables. A pesar de los respetables estudiosos que apoyan
esta escuela de interpretación, hay que decir que nada de lo que ha acontecido o acontece en la historia de la Iglesia
ha cumplido o cumple lo que se describe en el Apocalipsis. Quizá el error radica precisamente en enseñar que el libro
es «Una narración que abarca todo el curso de la historia del Reino de Dios en el mundo» . Tal vez el Apocalipsis tenga
más que ver con los acontecimientos que conducen a la inauguración del Reino de Dios que con el trazar todo el
curso de su historia.

5. LA ESCUELA TÓPICA O CÍCLICA


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Aunque hay variaciones dentro de esta escuela, por lo general, explica que Apocalipsis 4-19 o 20, consiste de visiones
paralelas o ciclos, cada una de ellas abarca la dispensación presente. Cada ciclo representa alguna fase de la historia
de la Iglesia. Hendriksen, por ejemplo, sugiere el siguiente esquema: “La Iglesia, la morada de Cristo en el mundo
(Apocalipsis 1-3); la Iglesia sufriendo pruebas y persecuciones (Apocalipsis 4-7); la Iglesia vengada, protegida y
victoriosa (Apocalipsis 8-11); Cristo combatiendo al dragón y sus ayudantes (Apocalipsis 12-14); la Ira final sobre el
impenitente (Apocalipsis 15-16); la caída de Babilonia y de las bestias (Apocalipsis 17-19); la ruina del dragón, Cristo y la
Iglesia vencedores (Apocalipsis. 20--22).”

Como puede verse, igual que la escuela histórica, la escuela tópica o cíclica, considera a la mayor parte del
Apocalipsis como una descripción de la historia de la Iglesia. Sin embargo, se diferencia en que en lugar de
contemplar una multitud de detalles predichos, ve solamente un grupo de tendencias paralelas profetizadas. De
manera que posee la ventaja de evitar ser acusada de asignar arbitrariamente porciones del Apocalipsis y algunos
episodios profeticos dela Biblia a solo incidentes históricos. Además, capta de manera inteligente el hecho de que al
final Dios será el vencedor. Esa verdad aparece prácticamente en cada capítulo del Apocalipsis de manera que no
debe soslayarse.

La escuela tópica o cíclica confronta ciertas dificultades que la exponen a una crítica severa. En primer lugar, el
Apocalipsis, Daniel y demás textos canonicos son escritos que revela acontecimientos concretos. Este libro no
considera tendencias o inclinaciones sino sucesos específicos que tienen lugar, en su mayoría, sobre la tierra. El
triunfo final de Dios se enseña en el Antiguo Testamento. Muchos Salmos, el libro de lsaías y el de Daniel enseñan
que Dios triunfará sobre todos sus enemigos. El Apocalipsis enseña de manera concreta, qué acontecimientos
tendrán lugar con relación al triunfo final de Dios.

Otro problema que surge con frecuencia en la escuela tópica es que sus promotores emplean constantemente el
método alegórico de interpretación. Como se ha observado antes, el método alegórico anula la historicidad del
pasaje, procura encontrar significados recónditos y carece de control en la interpretación. A esto hay que añadir el
hecho de que los que abogan por la escuela tópica difieren entre sí a la hora de ubicar ciertos pasajes dentro del
marco histórico y de aplicarlo a la historia de la Iglesia.

Es importante observar que el esquema de la escuela tópica va más allá de los límites que rodean los juicios de los
sellos, las trompetas y las copas; de las 70 semanas de Daniel. En las Escrituras hay un orden estricto. Los sellos son
rotos o abiertos uno por uno. Las trompetas suenan en su orden y las copas son derramadas de la misma manera.
Las 70 semanas de Daniel, queda claro que eso esta reservado para el tiempo del fin. Por ejemplo, Hendriksen hace
de las primeras cuatro trompetas, cuatro tipos de juicios a través de desastres naturales: Los que afectan a la tierra
(primera trompeta), los que afectan al mar (segunda trompeta), los que afectan a los ríos (tercera trompeta) y los
que afectan al firmamento (cuarta trompeta). Pero Hendriksen no puede afirmar que dichos juicios hayan ocurrido
en la presente dispensación de manera sucesiva tal como lo describe el relato bíblico. No es difícil observar las
distintas manipulaciones y alegorizaciones que Hendriksen hace para llegar a sus conclusiones. Ciertamente, esa
hermenéutica no hace justicia ni al texto ni al mensaje del Apocalipsis y demás textos escatológicos.

6. LA ESCUELA FUTURISTA

Esta escuela de interpretación enseña que, en el caso de Apocalipsis comenzando con el capítulo cuatro, describe
una revelación de la consumación de las edades. Los futuristas entienden que sólo los capítulos 1-3 tratan el período
de la presente dispensación; los capítulos 4-19 contienen la semana setenta de Daniel, es decir, el tiempo de los siete
años de la gran tribulación; el capítulo 20 tiene que ver con el reinado milenial de Cristo en la tierra; y los capítulos 21-
22 describen el estado eterno.

La escuela futurista entiende que el tema central del Apocalipsis es la segunda venida en gloria del Señor Jesucristo.
Esa Segunda Venida será literal, corporal, visible, judicial y gloriosa, pero además será precedida de juicios
traumáticos desencadenados por la mano de Dios sobre el reino satánico y sobre la humanidad incrédula.

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Los futuristas reconocen la presencia de símbolos y del uso de lenguaje figurado en los textos escatológicos, pero
procuran utilizar una hem1enéutíca normal o natural para interpretar dichos textos. La escuela futurista rechaza la
alegorización o la espiritualización como métodos para interpretar la profecía bíblica. De manera que entienden que
los acontecimientos predichos se han de cumplir de manera normal.

Además, la escuela futurista interpreta que el Apocalipsis tiene que ver con el cumplimiento de las profecías de
Daniel 2, 7 y en particular 9:27, y también del sermón profético de Mateo 24. Concretamente, se destaca el hecho de
que en Mateo 24 Jesucristo relacionó un número considerable de señales con su segunda venida y con el fin de la
edad presente. Las señales mencionadas por el Señor en Mateo 24 guardan una gran· semejanza con los juicios de
los sellos, las trompetas y las copas mencionados en el Apocalipsis. John Walvoord lo explica así: “De modo que los
diferentes juicios de Dios son realmente derramados en la tierra tal como aparecen en los sellos, las trompetas y las
copas. El capítulo 13 se considera como una profecía del Imperio Mundial futuro con sus cabezas política y religiosa
representadas por las dos bestias de este capítulo. La ramera del capítulo 17 es la forma final de la iglesia en apostasía.
De manera similar, todos los otros acontecimientos del Apocalipsis se relacionan con el clímax de la historia contenido en
la segunda venida de Cristo.”

Tanto el libro de Daniel como Mateo 24, Zacarías 14 y muchos otros pasajes del Antiguo Testamento, afirman que
habrá una persecución futura, escatológica, de la nación de Israel. Por ejemplo, Daniel 12:1 declara: “1 En aquel tiempo
se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que
hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.” El Señor
Jesucristo relacionó la aparición de la abominación desoladora ( “27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador,
hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” Daniel 9:27; “31 Y se levantarán de su
parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora.”
Daniel 11:31; “11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos
noventa días.” Daniel 12:11) con los acontecimientos que tendrán lugar inmediatamente antes de su Segunda Venida.

No debe negarse que hay una correspondencia manifiesta entre la bestia que surge del mar ( “13 Me paré sobre la arena
del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un
nombre blasfemo.” Apocalipsis 13:1) y que domina el escenario mundial, descrito en Apocalipsis 11-19, como dictador de
las naciones, y la cuarta bestia de Daniel 7:19-27 de la que surge el Anticristo. Ningún acontecimiento acaecido hasta
el día de hoy puede decirse que haya cumplido los juicios descritos en el Apocalipsis. Nunca ha ocurrido nada
comparable a los juicios terribles que aparecen en el Apocalipsis ni las resurrecciones que se mencionan en dicho
libro.

Quienes no comparten la postura futurista objetan que dicha escuela roba a la iglesia primitiva del consuelo práctico
que el mensaje del Apocalipsis tenía para ella y para las generaciones subsiguientes de cristianos. Así opinan Leon
Morris, Ray Summers, José Grau, William Hendriksen, Robert H. Mounce, William Milligan4 1 y otros.

Pero la impugnación de que la interpretación futurista del Apocalipsis despoja tanto a la iglesia primitiva como a los
cristianos de épocas sucesivas del consuelo práctico de dicho libro no es un juicio acertado. Los futuristas no niegan
que los cristianos primitivos fueron bendecidos a través de la lectura y el estudio del Apocalipsis ni que lo mismo
suceda a los cristianos de hoy. Como afirma Walvoord: “La cuestión es que hay porciones del Apocalipsis que pueden
ser apreciadas y entendidas ahora. Otras porciones no serán entendidas hasta que se cumplan. Sin embargo, el tenor
general del libro, incluso en las secciones no cumplidas, es la seguridad de que a la postre Dios triunfará, los santos serán
bendecidos y el pecado será juzgado. Usar el argumento de que el libro tiene que ser entendido completamente por la
primera generación de cristianos como una refutación de la postura futurista no es razonable ni es apoyado por el
estudio de la profecía en la Escritura en general.”

La afirmación de que todo pasaje bíblico debió ser comprendido por la generación que lo recibió en primer lugar no
puede sostenerse ante trozos de la Biblia como lsaías 53, Joel 2:28-32; Ezequiel 37; 2 Tesalonicenses 2:1-2; 2 Pedro

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3:10-13. Lo cierto es que muchas de las profecías bíblicas tienen que ver con el futuro lejano. Si bien es cierto que el
pueblo de Dios halló consuelo en la lectura y el estudio de esas profecías, no es menos cierto que muchos de esos
pasajes no fueron plenamente comprendidos ni se cumplieron en los tiempos de quienes primero los recibieron y
leyeron.

El apóstol Juan declara que fue transp0rtado en espíritu y colocado en medio de una situación que llama «EL DÍA DEL
SEÑOR» (“10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta” Apocalipsis 1:10). Esa
frase se usa en el Antiguo Testamento con referencia a una intervención sobrenatural de Dios (véanse JoeI 2:1,11,31;
Joel 3:14; Amos 5:18,20; lsaías 2:12; Isaías 13:6,9; Ezequiel 13:5; Ezequiel 30:3) y en el Nuevo Testamento se usa con
referencia a los acontecimientos finales (Hechos 2:20; 1 Tesalonisenses 5:2; 2 Tesalonisenses 2:2; 2 Pedro 3:10). De
modo que el Apocalipsis tiene que ver de manera primordial con acontecimientos relacionados con el «DÍA DE
JEHOVÁ» (día del Señor) de los que el suceso principal y central es el regreso glolioso de Cristo como el Soberano Rey
de reyes y Señor de señores.

La escuela futurista, sin tener que apelar a la alegorización ni a la espiritualización del lenguaje simbólico utilizado en
el Apocalipsis, proporciona un acercamiento a la interpretación de dicho libro que produce una comprensión
armoniosa de las profecías tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento tales como Daniel 2:31-45; Daniel 7:19-29;
Daniel 8:23-25; Daniel 9:24,26,27; Mateo 24-25; 2 Tesalonicenses 2:1-12; Romanos 11:25-29; y otras.

La escuela futurista de interpretación Escatológica no posee la solución a todos los problemas que surgen en el
estudio de la Escatología, pero tomada en su totalidad es la que ofrece un enfoque más objetivo y claro del mensaje
de los textos con contenido escatológico en las Escrituras. El Apocalipsis es la piedra angular con la que Dios pone fin
a su revelación escrita. Su mensaje es fundamentalmente escatológico, porque su tema gira alrededor de la realidad
de la segunda venida de Cristo a la tierra y de los acontecimientos que precederán, acompañarán y seguirán a un
hecho tan singular. Eso no milita en contra de que todo cristiano debe aprovecharse de la bendición y del consuelo
que se derivan del estudio de este Tema tan significativo.

La Escatología llama a los creyentes de cualquier época a adorar a Dios en espíritu y en verdad, reconocer la
soberanía de Dios, agradecer la obra salvadora de Cristo, dar testimonio de la gracia de Dios en el mundo, ser fieles al
Señor aun en medio de las pruebas y las dificultades de la vida, aguardar con paciencia la gloriosa venida de Cristo a
la tierra. Esas y otras verdades están evidentes en el estudio de la Escatología y cualquier cristiano puede
aprovecharse de ellas.

7. LA ESCUELA IDEALISTA O SIMBÓLICA

Según los promotores de esta escuela el Apocalipsis representa el eterno conflicto entre el bien y el mal en cada
siglo o época, pero no debe tomarse con referencia a ningún suceso en concreto, «sino como una expresión de
aquellos principios fundamentales sobre los que Dios actúa a través de la historia» . Los idealistas entienden que el
Apocalipsis expresa una filosofía de la historia que presenta al cristianismo como una fuerza triunfante sobre
Satanás y el mal.

La escuela idealista se ve obligada a utilizar el método alegórico de interpretación para intentar dar validez a sus
conclusiones. Los idealistas pretenden «contextualizar» la Escatología. Es decir, desean interpretar el texto a la luz
de alguna situación sociopolitica contemporánea. El resultado es un alejamiento de los principios controlantes que
proporcionan una hermenéutica normal, gramático-histórica y literal.

Un autor resume el problema fundamental de la escuela idealista de la siguiente manera: “Es correcta en atribuir a
Dios ciertos principios de acción que gobiernan sus tratos con el mundo en cada época, pero es manifiestamente
inadecuada cuando niega la naturaleza profética de la Escatología. El cumplimiento de acontecimientos predichos en
los Textos Sagrados, en particular el regreso personal de Jesucristo a la tierra, no se encuentra en un ciclo repetitivo

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que caracteriza a cada generación, sino que será en un punto futuro un hecho histórico en el sentido más pleno de la
palabra.

Es evidente que los idealistas se concentran más en interpretar el texto del Apocalipsis (principalmente) a la luz de
alguna situación cultural o sociopolítica que en interpretar dicha realidad a la luz del texto biblico. Quizá el afán por
hacer frente a los problemas de la vida contemporánea, tales como la opresión y la injusticia social, ha hecho que los
idealistas hayan pasado por alto la importancia de interpretar el texto bíblico dentro de su ambiente histórico,
gramatical y literario, tomando en cuenta el ambiente histórico de los autores y su intención al escribir. El error
fundamental de la escuela idealísta radica en el hecho de que su hermenéutica alegórica le conduce a negar
cualquier cumplimiento histórico concreto del estudio escatológico de las Escrituras. Los idealistas no ven la
necesidad de una consumación del proceso histórico.

III. RESUMEN
Debido al carácter complejo, las diferencias de opinión tocante a la naturaleza del reino de Dios y a la disparidad de
criterios con respecto a los principios de hermenéutica que deben aplicarse, han surgido varias escuelas de
Interpretación Escatológica de La Palabra de Dios.

La escuela crítica, usando criterios racionalistas, rechaza la inspiración y la canonicidad de algunos textos, como el
Apocalipsis. Esta escuela cree que el libro de Apocalipsis es producto de la mente humana de su autor y no de la
revelación dada por el Espíritu Santo.

La escuela alegórica intenta encontrar el significado de la Escatología Biblica en el valor recóndito de las palabras.
Esta escuela se desentiende de lo histórico y literal para buscar el significado espiritual y a veces misterioso del libro.

La escuela preterista considera que el Apocalipsis tiene que ver con el Imperio Romano, particularmente en el
tiempo entre Nerón y Constantino. Creen que Nerón era el Anticristo. Los preteristas afirman que la Escatología y el
Apocalipsis (con la excepción de los dos últimos capítulos) se cumplió en los días de Juan o no mucho después.

La escuela o escuelas históricas creen que la Escatología Biblica presenta un panorama de la historia del pueblo judío
en el Antiguo Testamento y de la Iglesia en el Nuevo Testamento, entre la primera y la segunda venida de Cristo.
Según esta escuela, la Iglesia constituye el centro de la profecía del Apocalipsis.

La escuela tópica o cíclica es muy parecida a la histórica, pues considera la mayor parte de la Escatología como una
descripción de la historia de la Iglesia y de la humanidad, pero se diferencia de la escuela histórica en que ve sólo un
grupo de tendencias paralelas profetizadas.

Por último, la escuela futurista enseña que el mensaje del Apocalipsis y de los textos bíblicos escatológicos se centra
en la revelación personal, gloriosa, literal y judicial de Cristo . Las Escrituras, además, tratan de los acontecimientos
que ocurrirán inmediatamente antes, durante y después de la aparición gloriosa de Cristo. De modo que la escuela
futurista entiende que el Apocalipsis es preeminentemente escatológico y, por lo tanto, considera que los capítulos
4 al 22 aún no se han cumplido, pero que tendrán un cumplimiento literal.

Debe decirse que, con la excepción de la escuela crítica, hay algo de verdad en las demás escuelas de interpretación.
Sin embargo, la escuela futurista hace mayor justicia a la enseñanza profética, tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamento. Por supuesto que en todas las escuelas que consideran que el Apocalipsis y todos los demás textos
bíblicos escatológicos son Palabra de Dios, hay expositores serios y piadosos quienes creen y predican con fidelidad
las Escrituras. Es importante respetar a quienes sostienen una postura diferente y nunca ridiculizar o despreciar a
quienes pudieran tener un punto de vista diferente al nuestro.

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