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Apocalipsis:
El libro de la Revelación
En el informe final del Curso de actualización bíblica para Obispos de América Latina
y el Caribe del año pasado, realizado, como muchos de los presentes recuerdan, en
Quito, se sugirieron varios temas a los organizadores. Entre ellos estaban las cartas
juánicas y el Apocalipsis. Después de algunas consultas, se llegó a la conclusión de
proponer el libro del Apocalipsis (no de Juan sino de Jesus el Cristo) como tema para
el estudio de esta semana. Quiero explicar porqué preferimos no juntar las cartas
juánicas con el Apocalipsis.
Con esta premisa argumentada, paso a proponerles la temática para esta semana:
Introducción
Apocalipsis
avpoka,luyij
Revelation
Offenbarung
Dionisio
de Alejandrí
Alejandría 275-†339
275-
Canonicidad “peri epangeliwn”
El Apocalipsis:
Demasiado judí
judío
Marció
Marción 85-
85-160
Según nos consta por Tertuliano, el más notable negador de la canonicidad del
Apocalipsis fue Marción. 3 Este había llegado a Roma hacia el 139, proveniente del
Ponto y rechazaba el libro por “demasiado judío”. Tal parece que los primeros tres
siglos de la era cristiana no conocen más discusiones fuera de autores llamados
heréticos, entre quienes están, además de Marción, Hermógenes y Montano. 4 Son, con
mucha certeza, más los autores que reivindican el escrito como inspirado y canónico, 5
además de ser atribuido a Juan, el hijo de Zebedeo, el evangelista.
Los siglos siguientes conocieron mayores controversias. La crisis más fuerte proviene
de la posición de Dionisio, obispo de Alejandría y alumno de Orígenes. Para resumir:
la doctrina milenarista (Ap 20,1) fue fuertemente atacada por oriente. Según Eusebio,
el obispo alejandrino en una obra llamada “peri. evpaggeliw/n” (sobre las promesas),
basado en las grandes diferencias lingüísticas y de estilo entre evangelio, cartas y
apocalipsis, contesta la autoría juánica del escrito y afirma que “algunos predecesores
nuestros lo han rechazado”, si bien él mismo dice que no puede condenar un escrito
que no logra comprender.6 Esta posición de Dionisio tuvo gran influjo en oriente, no
sólo en las iglesias alejandrinas sino en aquellas griegas bajo su influjo. Una
consecuencia concreta fue el no uso litúrgico de los textos apocalípticos en la iglesia
bizantina. 7
1
P. Bratsiotis, “L’Apocalypse de Saint Jean dans le culte de l’Église Grècque Orthodoxe.” RHPhR 42
(1962) 116-21.
2
Ecumenio, Andrea de Cesarea de Capadocia, Areta de Cesarea.
3
Adv.Marc. IV, 5.
4
Cfr. Corrado Marucci, “La canonicità dell’Apocalisse nel primo milenio.” En Apocalypsis: percorsi
nell’Apocalisse di Giovanni, E. Bossetti-A. Colacrai (eds.), Assisi: Citadella Editrice, 2005, pp. 649-
673.
5
Papías, Policarpo, Justino, Irineo, Melitón de Sardes, Teófilo de Antioquía, Eusebio, Orígenes.
6
Cfr. Corrado Marucci, “La canonicità dell’Apocalisse nel primo milenio.” En Apocalypsis: percorsi
nell’Apocalisse di Giovanni, E. Bossetti-A. Colacrai (eds.), Assisi: Citadella Editrice, 2005, p. 661. Cfr.
Eusebio, HE VII, 25,6-8.
7
La única excepción es la iglesia maronita.
3 categorí
categorías Atanasio
o`mologou,mena de Alejandrí
Alejandría
aceptados por todos
avntilego,mena
rechazados por algunos
no,qa 295-†373
295-
espú
espúreos o apó
apócrifos
Pero él mismo no sabe decidir si colocar el Apocalipsis entre los o`mologou,mena o los
avntilego,mena a aún entre los no,qa.8 En consecuencia afirmaba: “Por lo que respecta al
Apocalipsis, las opiniones difieren hasta hoy”. 9 Tampoco Cirilo de Jerusalén († 386)
menciona el Apocalipsis. San Jerónimo († 420) dice que en la Palestina de su tiempo
el Apocalipsis no se considera canónico,10 si bien él mismo se encargó de una
reelaboración del primer comentario al Apocalipsis de Victorino de Petovio.
Finalmente, será Atanasio de Alejandría, con gran autoridad, quien recuerde cuál es el
cánon y citando Ap 22,18, concluye: “ninguno, por lo tanto, ose agregar o quitar
cualquier cosa, refiriéndose a los libros del NT que hoy tenemos como canónicos.
Más tarde, el Concilio Ecuménico de Florencia (1442) recordará la lista de los libros
canónicos, entre los cuales, sin duda, está el Apocalipsis. Pero será sólo hasta Trento
(1546) cuando se defina el cánon por última vez.
Estos datos preliminares nos pueden ubicar de manera más precisa en el asunto que
nos concierne. Un estudio de actualización sobre el libro del Apocalipsis.
1. Cuestiones apocalípticas
8
Eusebio, HE, III, 24,17-18; 25. Estas son las tres categorías de escritos: (o`mologou,mena) aceptados por
todos; (avntilego,mena) rechazados por algunos; (no,qa) espúreos o apócrifos.
9
En 367, Atanasio en su Epistula 39 reconoce al Apocalipsis su canonicidad. Ver Enquiridion Biblico:
documentos de la Iglesia sobre la Sagrada Escritura. Madrid: BAC, 2010, p. 17.
10
Tract. in Psalmos: Anecd. Mareds. III, 2,5.
11
El primero fue el Concilio plenario de toda África en Hipona (393), Cánon 36.
12
Cfr, para el texto completo y su reconstrucción, Enquiridion Biblico: documentos de la Iglesia sobre
la Sagrada Escritura, Madrid: BAC, 2010, p. [40].
2. Macro estructura del Apocalipsis de Jesús, el Cristo
3. Textos seleccionados
4. Cuestiones abiertas
Temas
1. Cuestiones apocalí
apocalípticas 2. Macro estructura 3. Textos seleccionados 4. Cuestiones abiertas
a. Escatologí
Escatología ayer y hoy a. U. Vanni a. Ap. 1,9-20 a. Vida eterna
b. Ap. 4--
4--5
5 b. Restauració
Restauración
b. Desafí
Desafíos pastorales b. Y. Simoens
c. Ap. 12 c. Juicio
c. G. Biguzzi d. Salvació
Salvación
d. Ap. 21
e. Perdició
Perdición
1. Cuestiones apocalípticas
a. Escatología ayer y hoy
b. Desafíos pastorales
2. Macro estructura del Apocalipsis de Jesús, el Cristo
a. U. Vanni
b. Y. Simoens
c. G. Biguzzi
3. Textos seleccionados
a. Ap 1,9-20 Primera visión (visión preliminar)
b. Ap 4—5 Dos visiones proféticas: teología y cristología
c. Ap 12 La mujer apocalíptica
d. Ap 21 La Jerusalén celeste
4. Cuestiones abiertas
a. Vida eterna
i. ¿Esperanza o promesa?
ii. ¿Deseo o realidad?
iii. ¿Resurrección o …
b. Restauración
c. Juicio
iv. individual
v. final
d. Salvación
e. Perdición
Desarrollo
1. Cuestiones apocalí
apocalípticas
a. Escatologí
Escatología ayer y hoy
b. Desafí
Desafíos pastorales
1. Cuestiones apocalípticas
“La Iglesia a la que todos hemos sido llamados en Cristo Jesús y en la cual, por la gracia de
Dios, conseguimos la santidad, no será llevada a su plena perfección sino "cuando llegue el
tiempo de la restauración de todas las cosas" (Hch 3,21) y cuando, con el género humano,
también el universo entero, que está íntimamente unido con el hombre y por él alcanza su fin,
13
será perfectamente renovado (cf. Ef 1,10; Col 1,20; 2 Pe 3,10-13).”
Escatologí
Escatología
Modelo interpretativo
Elemento cronoló
cronológico
Sentido cronoló
cronológico
Es claro que se pueden encontrar en el Apocalipis elementos que apoyan las tres
opiniones. Todo el libro está empapado de una escatología siempre presente y futura
al mismo tiempo. Habrá, pues, que comprender la escatología de este escrito en el
campo más amplio de la historia. Ahora bien, si hablamos de teología de la historia,
nos podemos preguntar ¿de qué hechos se trata? Una vez más encontramos diversas
opiniones:
13
LG 48.
14
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 19.
15
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 19.
16
Representantes de esta opinión: Allo, Bonsirven.
17
De este modo piensan Cerfaux y Cambier.
18
Entre muchos autores: Baldensberger, Loisy, Gelin, y Charles.
Teologí
Teología de la historia
¿De qué
qué hechos se trata?
contemporá
contemporáneos al autor
futuros
ni contemporá
contemporáneos ni futuros
Para unos, son hechos contemporáneos al autor (Guerra de los judíos, culto
a Cibeles, a Atis, al emperador; conflicto de la Iglesia con el judaísmo y con el
estado pagano; o aún el triunfo del cristianismo sobre el judaísmo o la señal
del triunfo del cristianismo sobre la Roma perseguidora).
b. Desafíos pastorales
Sin olvidar que cada uno de ustedes vive una situación particular en cada una de las
diócesis que se les encomendó, es muy probable que, frente a las preguntas que
genera todo el discurso escatológico, haya un común denominador.
19
Para los autores de cada tendencia, ver U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino,
2001, p. 20.
20
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 21.
Los hombres y mujeres de nuestra América Latina, más allá de sus dolores diarios, de
sus angustias, de sus búsquedas de emancipación y de sus diversos contextos sociales,
se preguntan por su salvación, por la vida más allá de la muerte, por el juicio, por el
premio y el castigo. También se preguntan por el “acontecimiento” de Dios en sus
vidas y, de modo muy concreto, por su intervención en la historia presente.
No sería pertienente afirmar que el libro del Apocalipsis contenga las respuestas a
estos interrogantes. Sin embargo, los temas que desarrolla y las respuestas generales
sobre un “cielo nuevo y una tierra nueva” (Ap 21,1) sí pueden ser soportes pastorales
tanto para el “análisis de coyuntura” (que no debería faltar), como para avivar la
esperanza en comunidades sufridas, excluídas, perseguidas y, en muchos casos
martirizadas, como ustedes mismos las conocen de primera mano.
VD 33
Exegetas…
Exegetas…
Interpretació
Interpretación
Palabra actual de Dios
→En el trabajo de interpretación, los exegetas católicos no deben olvidar nunca que lo que
interpretan es la Palabra de Dios. Su tarea no termina con la distinción de las fuentes, la definición de
formas o la explicación de los procedimientos literarios. La meta de su trabajo se alcanza cuando
21
aclaran el significado del texto bíblico como Palabra actual de Dios.” (VD 33) .
Decir Palabra actual de Dios significa poner delante de nuestros ojos, como
presupuesto infaltable, la realidad que nos circunda. Este ha sido un principio de la
teología latinoamericana y que recoge el sentir de la Iglesia. Bien valdría traer a
colación a Pablo VI en la Evangelii nuntiandi, cuando nos habla de una
“interpretación recíproca entre el evangelio y la vida concreta” (29). Estos tienen que
ser los presupuestos que nos ayuden a leer un texto como el Apocalipsis. Sobre todo,
si se considera que este particular género literario, no es histórico.
Historisch
VS
Geschichtlich
21
Cita de La Interpretación de la Biblia en la Iglesia, 1993, III, C, 1.
Pero, cabe aquí un recorderis sobre la distinción entre lo que los autores alemanes han
llamado historisch y geschichtlich. “El término historisch remite al contenido estricto
del conocimiento sobre el pasado, de modo que el historiador renuncia a toda posible
relevancia o influjo sobre el presente y a la búsqueda de un significado. Geschichtlich,
en cambio, se refiere al pasado como algo que tiene significado y que supone para el
hombre de hoy un reto, un compromiso, una incitación a pensar.” 22 Es sólo en este
sentido de lo histórico que podemos abordar la temática del libro en cuestión.
VD 42
Interpretació
Interpretación
Páginas oscuras
→En el número 42 de la VD, el papa Benedicto XVI hace una invitación a propósito de las
páginas oscuras y difíciles de la Biblia: “…exhorto a los estudiosos y a los pastores a que ayuden a los
fieles a acercarse también a estas páginas mediante una lectura que les haga descubrir su significado a
la luz del misterio de Cristo.”
El mundo de hoy nos pregunta sobre el libro del Apocalipsis y no podemos responder
de un modo evasivo. Con el libro del Apocalipsis tenemos una ventaja y un terreno
ganado. Se trata de un escrito altamente cristológico. A partir de la primera visión
sabemos que el contenido teo-cristológico será la pauta para comprender las
siguientes visiones.
VD 45
Pastores
Teó
Teólogos
Exegetas
22
John P. Meier, Un Judío marginal: nueva visión del Jesús histórico, Tomo I: las raíces del problema
y de la persona. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 52.
23
Conc. Vat. II, Dei Verbum, 23.
Es claro que ello es posible sólo si nos disponemos, juntos, para esta tarea. Creo que
este curso de esta semana nos pone en esa dirección.
VD 31.45.73-
31.45.73-74.75
Impregnar de
Palabra de Dios
Teologí
Teología Catequesis
Pastoral Formació
Formación
→Por último, se nos ha pedido, sin ambigüedades, y en muy diversos numerales, impregnar de
“Palabra de Dios” la teología, la misión pastoral, la formación de sacerdotes, religiosos y laicos y,
24
especialmente la catequesis.
Pero no se trata de pensar sólo en los cursos de Biblia que podemos animar en las
diócesis. Eso es muy importante. Pero, quizás es más importante saber que todo tiene
que estar impregnado de Palabra de Dios.
a. U. Vanni
U. Vanni 1,1-3 Pró
Prólogo 1,1-3 Pró
Prólogo 4—5 Visiones teo-
teo-cristoló
cristológicas 1a
6,1—7,17 sellos 2a
1,4--3,22 1ª Parte 1,4--3,22 Cartas
8,11—
11—11,14 trompetas 3a
4—22 2ª Parte 4—22 Interpretació
Interpretación historia
11,15—
15—16,16 tres signos 4a
22,6-21 Epí
Epílogo 22,6-21 Epí
Epílogo 16,17—22,5 Conclusió
Conclusión 5a
Ugo Vanni, es quizás, uno de los estudiosos más prolíficos del Apocalipsis. Jesuita,
doctor en Sagrada Escritura del Pontificio Instituto Bíblico. Ha dedicado toda su vida
al estudio y la enseñanza de este escrito. Son, pues, innumerables las publicaciones
sobre el tema.
1,1-3 Prólogo
1,4—3,22 Primera parte: las 7 cartas a las iglesias
4—22 Segunda parte: interpretación profética de la historia
22,6-21 Epílogo
24
VD 31, Sagrada Escritura como alma de la Teología; 45, diálogo entre pastores, teçologos y
exegetas; 73, animación bíblica de la pastoral; 74, dimensión bíblica de la catequesis; 75, formación
bíblica de los cristianos.
8,11—11,14 Tercera sección: trompetas: (acentuación del problema: lucha bien y
mal).
11,15—16,16 Cuarta sección: tres señales: (desarrollo dramático de la lucha hasta su
punto culminante, el gran día (16,16).
16,17—22,5 Quinta sección: conclusión (condenación mal, exaltación bien y
Jerusalén celeste).
2. Macro estructura
a. U. Vanni
b. Y. Simoens
c. G. Biguzzi
b. Y. Simoens
Pró
Prólogo
Y. Simoens
1,9—3,22 A
4,1—8,1 B
8,2—14,5 C
14,6—19,8 B’
19,9—22,5 A’
Epí
Epílogo
1,1-8 Prólogo
I. (A)
1,9—3,22 Visión del hijo de hombre
7 cartas: aquí su criterio lingüístico para ellas serán las expresiones: “si
yo no vengo”, “hasta cuando venga”, “vengo pronto”, “permanezco en
pie junto a la puerta”, “entraré”.25
II. (B)
4,1—8,1 Cuatro grandes visiones
Visión del Trono
Visión del Libro
Visión de la aclamación litúrgica
Visión del Cordero que abre los 7 sellos
III. (C)
8,2—14,5 Dos grandes visiones, dos grandes señales, dos bestias
Visión de los 7 ángeles con las 7 trompetas
Visión de otro ángel con el librito
Primera gran señal: la mujer vestida de sol
Segunda gran señal: el dragón
Bestias: del mar, de la tierra
25
2,5 iré donde ti (e;rcomai, soi); 2,16 iré pronto donde ti (e;rcomai, soi tacu,); 2,25 hasta cuando yo
venga (a;criÎjÐ ou- a'n h[xw); 3,3 vendré como ladrón (h[xw w`j kle,pthj); 3,3 vendré sobre ti (h[xw evpi. se,);
3,11 vengo pronto (e;rcomai tacu,).
IV. (B’)
14,6—19,8 Visión de los 3 ángeles, del hijo de hombre y de los otros 3 ángeles
7 ángeles, 7 flagelos, 7 copas
Juicio y caida de la Gran Babilonia
V. (A’)
19,9—22,5 7 Visiones + cielo nuevo y tierra nueva
22,6-21 Epílogo
2. Macro estructura
a. U. Vanni
b. Y. Simoens
c. G. Biguzzi
c. G. Biguzzi
G. Biguzzi
Como para cada uno de los escritos de la Biblia, las propuestas de estructura son
tantas que, a la hora de decidirnos por una, o dudamos o nos exasperamos con los
mismos exegetas. Nos toca asumir una tarea crítica frente a estas propuestas. Dos
indicaciones de Biguzzi para excluir algunas propuestas de estructura podrían ser
útiles. La primera consiste en no aceptar la opinión de quienes retienen que el
Apocalipsis no tiene un orden. La segunda nos aconsejaría no tener en cuenta la
opinión de quienes creen que el libro del Apocalipsis esté construido según un
esquema “quiásmico”.26 “Probablemente, entonces, el Ap de Juan tiene un orden y
presumiblemente, el orden no tiene un esquema concéntrico.”27
Cristo
4—22 4—22 Cielo 4—22 Iglesia santa
4—22 Cordero
1—3 y 4—22
26
Se opone decididamente a la estructura quiásmica del Apocalipsis D. A. De Silva, “X Marks the
Spot? A Critique of the Use of Chiasmius in Macro-Structural Analyses of Revelation.” En JSNT 30
(2008): 343-371.
27
G. Biguzzi, Apocalisse: nuova versione, introduzione e commento. Milano: Paoline, 20112, p. 22.
●Todo lo que sucede en 1—3 está ambientado en Patmos, mientras que el
drama siguiente se desarrolla en el cielo (4—22).
●Mientras 1—3 se interesan por los problemas de las iglesias locales y el
Cristo es presentado como “uno similar a un hijo de hombre” (o[moion ui`o.n
avnqrw,pou [homoion hyion anthrōpou] 1,13), a partir del capítulo 4, la Iglesia es
Santa, de dimensiones cósmicas y el Cristo es presentado como Cordero
(avrni,on e`sthko.j w`j evsfagme,non [arnion hestekos hōs esphagmenon] 5,6).
●Las visiones teológicas (1,9ss y 4,1ss) abren, cada una, una sección
identificable.28
Por estos motivos, el mismo Biguzzi titula las dos secciones así:
El Cristo
1—3 y las 7 iglesias de Asia
Plan y acció
acción de Dios
4—22 en la historia y
en la escatologí
escatología
2—3 7 mensajes
6—8 7 sellos
8—11 7 trompetas
,2-17 7 copas
16,2-
Hay que notar que los septenarios tienen su preparación, de modo que los primeros
dieciséis capítulos son preparación y desarrollo de los septenarios. 29 Por otra parte,
desde el capítulo 17 hasta el fin se narra lo que Dios hará en la escatología después
que su acción en la historia, a través de las intervenciones de los septenarios de
trompetas y copas hayan obtenido sólo endurecimiento y blasfemia.
1. Cuestiones apocalí
apocalípticas 3. Textos seleccionados 3. Textos seleccionados
2. Macro estructura a. Ap. 1,9-20 a. Ap. 1,9-20
b. Ap. 4--
4--5
5
3. Textos seleccionados 3. Textos seleccionados
c. Ap. 12
4. Cuestiones abiertas
d. Ap. 21
28
La imagen del trono de Dios (4,2-11) será también la imagen conclusiva (22,3-5).
29
Lohmeyer en su comentario de 1926 había dicho que el número siete es “das Formschema” del
Apocalipsis que llega a aplicarse no sólo en la estructura de la obra, sino también en cada una de sus
unidades hasta el punto que los poemas y el epílogo se componen de siete estrofas: Die Offenbarung
des Johannes, (HNT 16 Tübingen), pp.181-184. Sobre los septenarios, dos estudios actuales: D.
Ayuch, “La instauración del Trono en siete septenarios. La macronarrativa y su estructura en el
Apocalipsis de Juan.” Bíblica 85 (2004): 255-263. G. Biguzzi, “I settenari nella struttura
dell’Apocalisse.” En Biblical Esegesis in Progress. Old and New Testament Essays. 100 anni al
servizio della Parola. J.N. Aletti-J.L. Ska (eds.) (Analecta Biblica 176), Roma: Pontificio Istituto
Biblico, 2009, pp. 501-523.
3. Textos seleccionados
El libro del Apocalipsis de Jesús, el Cristo se abre con una primera visión clave que
diseña el telón de fondo para la primera parte. Por las indicaciones hermenéuticas del
mismo libro, es necesario seguir una metodología:
¿Para qué
qué la imagen?
idea
imagen
TEXTO
imagen
idea
En primer lugar, el autor debió tener en mente una idea o ideas. Ya conoce el género
literario que va a utilizar; conoce sus claves, su hermenéutica, su impacto; conoce sus
expresiones y lenguaje. A esas ideas hay que apuntar. Ahora bien, descubrirlas,
revelarlas (avpokalu,ptw [apokalyptō]), supone seguir el proceso inverso del autor. Es
decir, de la idea habrá que pasar a la imagen. En ello no se equivocaron los cientos de
artistas que dejaron plasmadas en sus obras, la mayoría de las veces literalmente, el
texto que leían. Lo que poseemos es el texto. Nos compete un trabajo exegético y
hermenéutico juicioso que no olvide la historia y la simbólica. Este último elemento
(simbolismo) resulta particularmente difícil. En palabras de U. Vanni, “esa dificultad
se deriva de la multiplicidad de imágnes empleadas, de su juego tan complejo, de la
originalidad muchas veces desconcertante de las mismas y del despliegue, siempre
imprevisible, de la fantasía del autor.”30
Una vez definida esta metodología, podemos pasar a leer el texto, ver la imagen y
quedarnos con la idea teológica:
Texto
+ 4 diapositivas con el siguiente texto:
30
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 22.
31
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 24.
Texto
1,9-18 9 Yo, Juan, vuestro hermano y compañero de la tribulación, del reino y de la paciencia, en
Jesús. Yo me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio de
Jesús. 10 Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía:
11
"Lo que veas escríbelo en un libro y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira,
Sardes, Filadelfia y Laodicea". 12 Me volví a ver qué voz era la que me hablaba y al volverme, vi siete
candeleros de oro, 13 y en medio de los candeleros como a un Hijo de hombre, vestido de una túnica
talar, ceñido al talle con un ceñidor de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos, como la lana
blanca, como la nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 sus pies parecían de metal precioso acrisolado
en el horno; su voz como voz de grandes aguas. 16 Tenía en su mano derecha siete estrellas, y de su
boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza. 17
Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Él puso su mano derecha sobre mí diciendo: "No temas, soy
yo, el Primero y el Último, 18 el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los
siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades.
Albrecht
Dürer,
1498.
Imágen
The Burckhardt-
Burckhardt-Wildt Apocalypse. Berengaudus comm.
Latin French. Miniaturas alegó
alegóricas. Gerard von Groeningen. 1565
Imagen
1 2 3 4 5 6 7
DIVINIDAD DIVINIDAD
Dn 7
ETERNIDAD ETERNIDAD Ex 25,37
Idea CIENCIA
IGLESIAS
JUICIO
CIENCIA
IGLESIA
JUICIO
1Cro 28,15
32
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. 21.
b. Ap 4—5 Dos visiones proféticas: teología y cristología
Para sancionar las cartas a las iglesias (Ap 2—3), Juan relata dos visiones
entrelazadas y distintas: una del Trono de Dios (Ap 4), otra del Cordero con el Libro
de los sellos (Ap 5).33
En la primera visión pudimos captar una metodología, con éstas dos quisiera
adentrarme en los elementos típicamente apocalípticos atestiguados tanto en el AT
como en la literatura apócrifa.
4,1-
,1-11
Cfr. Ez 1,5-21; Is 6
1-2a Introducció
Introducción 1-2a Introducció
Introducción
2b-8a Saló
Salón del Trono
“He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo” (4,1). Este movimiento está
atestiguado en diversos textos apocalípticos apócrifos (1Hen 14,8-25; Test Leví 5,1; 3
Mac 6,18):
33
Ver X. Pikaza, Apocalipsis. EVD, 1999, pp. 75-88.
gran fuego se alza ante él,
y no hay quien se le acerque de los que hay a su alrededor;
miríadas de miríadas hay ante él,
pero él no requiere santo consejo.
Los Santísimos (ángeles) que están cerca de él
no se alejan de día ni de noche, ni se apartan de él.
Permanecí mientras tanto con el vestido sobre el rostro,
temblando de miedo.
Pero el Señor me llamó por su boca y me dijo:
-Acércate aquí, Henoc, y escucha mi Santa Palabra.
Me hizo levantar y acercarme hasta la puerta…”
“El ascenso nos lleva a un tipo de «desierto» donde se cruzan y vinculan los poderes
que parecen más opuestos (primera casa), un desierto que aparece después como
espacio lleno de atracciones (segunda casa). Centro de ese espacio y realidad
originaria es Dios, a quien podemos vislumbrar como Majestad y Gloria sedente sobre
un trono. Nunca se ha visto su figura, nadie ha podido contemplar su rostro, ni
siquiera los ángeles que habitan más cerca de su fuego.
En esa línea, superando todas las razones, viene a revelarse la Razón de Dios, como
gloria y fuerza, que se expresa a través del juicio supremo, que aparece como palabra
de condena para los pecadores. No hay en ese Dios ningún atisbo de ternura, no hay
diálogo de amor ni corazón: no existe el perdón que los grandes profetas intuyeron al
hablar del matrimonio de Dios y de su pueblo (Os, Jer, Ez...), ni tampoco la entrega
amorosa que los cristianos han visto en Jesús a quien contemplan como gracia
encarnada. El Señor a quien se busca aquí es un Dios de juicio y fuego, alguien cuyo
rostro no puede contemplarse, pues no halla encarnado en el rostro de los pobres (en
la línea de la mejor tradición canónica judía y mesiánica cristiana).
Pues bien, ese Dios sin rostro (ni Henoc le ha contemplado) es Dios de palabra, que
puede hablar, diciendo sentencias muy claras de juicio: «Me llamó por su boca y me
dijo: Acércate aquí, Henoc, y escucha mi santa Palabra» (1 Hen 10, 24). Sin duda, esa
palabra de juicio puede interpretarse como presupuesto y principio de salvación para
los justos, pero ésta es una salvación por juicio y no por gracia. Seguimos estando en
el plano del talión que el evangelio de Jesús ha superado. El Dios de Henoc no es
gracia fundante y libertad responsable, abierta al perdón, como fuente de vida que se
abre a todos los hombres, sino talión de venganza ya decidida, que planea por encima
de la historia. Sólo en ese fondo de talión es posible la gracia, entendida como
elección, para los justos o videntes apocalípticos.”34
Los otros dos textos que nos sirven como ejemplo son:
34
X. Pikaza, “Visión mística del juicio de Dios: Libro de Henoc.” En:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2006/10/25/p52326. (Consultado el 11 de julio de 2013).
TestLev 5,1: “El ángel me abrió entonces las puertas del cielo y vi el templo santo y
al Altísimo sobre un trono de gloria.”
Nota
Excursus:
Salón del trono y vivientes (diapositivas 96-118)
1-2a Introducció
Introducción AT
1
NT
Dios creador
12 Tribus 12 Apóstoles
2b-8a Saló
Salón del Trono
12
Iglesia
7
12
HIMNO LITÚ
LITÚRGICO
SANTO,
SANTO, SANTO,
SANTO, SANTO
8b-11 Liturgia celeste
4,2-11
c. Ap 12 La mujer apocalíptica
35
X. Pikaza, Apocalipsis. EVD, 1999, p. 78.
36
Sólo Juan usa, en 21,15 el término (bo,ske ta. avrni,a mou) “apacienta mis corderos”. El uso de (avmno,j)
es así: Jn 1,29.36; Hch 8,32 y 1Pe 1,19. Sobre esta discusión, ver mi excursus en: La filiación de los
creyentes en el evangelio de Juan. (Colección Monografías y Tesis 2). Bogotá: Pontificia Universidad
Javeriana, 2010, pp. 227-235. Para un estudio pormenorizado, ver la disertación doctoral de Eric E.
May, Ecce Agnus Dei: A Philological and Exegetical Approach to John 1:29.36. Washington, D.C.:
Catholic University of America Press, 1947.
37
El término (avrni,on) es usado 29 veces en el Apocalipsis, siempre referido al mismo personaje
introducido en el capítulo quinto (5,6) como el avrni,on e`sthko.j w`j evsfagme,non: un cordero de pie como
degollado, evidente alusión a la muerte y resurrección de Cristo.
Al sonido de la séptima trompeta, se oyen fuertes voces que entonan una liturgia
celeste anunciando el reinado de nuestro Señor y de su Cristo (11,15ss). Y, una vez
abierto el Santuario de Dios en el cielo y aparecida el arca de su alianza (11,19), una
gran señal se deja ver: es,
Una gran señ
señal
apareció
apareció en el cielo:
una mujer
vestida de sol
12:1-6 una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su
cabeza; 2 está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. 3 Y apareció
otro signo en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete
diademas. 4 Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El
Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a
luz. 5 La Mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su
hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. 6 Y la Mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar
preparado por Dios para ser allí alimentada mil doscientos sesenta días.
Beato de Lié
Liébana, s. VIII
Apocalipsis
Valenciennes
s. IX
Manuscrito
Bamberg
s. XI
El manuscrito denominado “The Cloister Apocalypse” que contiene todo el texto con
sus respectivas imágenes, datado en 1330, es el primer trabajo textual y artístico que
provoca un giro en la interpretación de esta mujer.
Nota: las dispositivas 137 a 172 pertenencen a toda la imaginería de la mujer
vestida de sol hasta transformarse en la Inmaculada.
Tal vez este grabado haya sido modelo de muchas de las representaciones siguientes.
Murillo, 1670
Miguel Cabrera (Oaxaca 1695). La obra (actualmente en …) reúne las tres visiones
que se abren después de la séptima trompeta: la mujer vestida de sol, el dragón y la
batalla de Miguel contra el dragón, es decir, todo el capítulo 12 del Apocalipsis.
La Vírgen alada, o la quiteña de Legarda (1734), también llamada vírgen bailarina o
vírgen del Apocalipsis, fue un encargo de los padres franciscanos de Quito. El autor
está inspirado en una obra anterior (Durero, 1498) que ya identificaba la Inmaculada
Concepción con la mujer del Apocalipsis 12.
Virgen apocalí
apocalíptica
Miguel de Santiago
Escuela Quiteñ
Quiteña
s. XVII
Nota: (En la presentación Power Point hay más dispositivas sobre la Inmaculada.)
d. Ap 21 La Jerusalén celeste
3. Textos seleccionados 3. Textos seleccionados
a. Ap. 1,9-20
b. Ap. 4--
4--5
5
c. Ap. 12
d. Ap. 21 d. Ap. 21
El libro del Apocalipsis cierra sus páginas con una imagen fuerte y vivaz. Se trata de
la Jerusalén celeste. Una ciudad ideal…
Ap 21:1 Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva - porque el primer cielo y la primera tierra
desaparecieron, y el mar no existe ya.
Kai. ei=don ouvrano.n kaino.n kai. gh/n kainh,nÅ o` ga.r prw/toj ouvrano.j kai. h` prw,th gh/
avph/lqan kai. h` qa,lassa ouvk e;stin e;tiÅ
kai. th.n po,lin th.n a`gi,an VIerousalh.m kainh.n ei=don katabai,nousan evk tou/ ouvranou/
avpo. tou/ qeou/ h`toimasme,nhn w`j nu,mfhn kekosmhme,nhn tw/| avndri. auvth/jÅ
38
U. Vanni, Apocalipsis. Estella (Navarra): Verbo Divino, 2001, p. [129].
kai. h;kousa fwnh/j mega,lhj evk tou/ qro,nou legou,shj\ ivdou. h` skhnh. tou/ qeou/ meta.
tw/n avnqrw,pwn( kai. skhnw,sei metV auvtw/n( kai. auvtoi. laoi. auvtou/ e;sontai( kai. auvto.j
o` qeo.j metV auvtw/n e;stai Îauvtw/n qeo,jÐ(
La hermenéutica no puede ser más clara cuando el autor del Apocalipsis reúne la
simbólica veterotestamentaria con la neotestamentaria: doce son las tribus de Israel,
doce los nombres de los apóstoles del Cordero:
Ap 21:12-14 12 Tenía una muralla grande y alta con doce puertas; y sobre las puertas, doce ángeles y
nombres grabados, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13 al oriente tres puertas; al
norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al occidente tres puertas. 14 La muralla de la ciudad se
asienta sobre doce piedras, que llevan los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
1. Cuestiones apocalí
apocalípticas 4. Cuestiones abiertas
2. Macro estructura a. Vida eterna
b. Restauració
Restauración
3. Textos seleccionados
c. Juicio
4. Cuestiones abiertas 4. Cuestiones abiertas d. Salvació
Salvación
e. Perdició
Perdición
4. Cuestiones abiertas
Muchas son las preguntas que se desprenden de las temáticas planteadas por el género
apocalíptico. Entre ellas, he escogido algunas muy relevantes que ya les planteaba al
comienzo de este curso: la vida eterna, el juicio individual y final, la salvación y la
perdición. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) despacha estos temas en 40
numerales (contando el resúmen). Tratándose de definiciones de una calado tan
hondo, tanto los catequistas como los catequizados quedan sorprendidos. ¿qué enseñar
sobre estos temas? ¿leer el catecismo tal como está escrito? Ustedes y yo lo sabemos,
quienes pretenden una doctrina segura acuden al catecismo sin sentido crítico ni más
ampliaciones. Prescinden de cualquier reflexión ulterior y llegan a considerar tales
verdades como dogmáticas. Para definir esas verdades se usan textos de aquí y de allá
y se pasa de un género a otro sin ninguna distinción ni discernimiento. Cuando se
afirma la existencia del infierno y su eternidad, por ejemplo (CIC 1033-1037), se
aducen palabras de Jesús
a. Vida eterna
Ahora bien, estos fenómenos, seriamente probados, que dicen relación con
experiencias de muerte, no deben ser negados sino interpretados.
i. ¿Esperanza o promesa?
iii. ¿Resurrección?
b. Restauración
Hoy en día, somos más cautos, pero a pesar de la evolución y desarrollo de las
reflexiones teológicas sobre el tema, las opiniones son divergentes.
c. Juicio
i. individual
ii. final
d. Salvación
e. Perdición
Conclusión
Tareas pendientes
para la escatologí
escatología del s. XXI
1. Necesidad de un imaginario del má
más allá
allá
2. El estado intermedio
3. Valoració
Valoración teoló
teológica de la perdició
perdición
4. Articulació
Articulación de lo histó
histórico y transhistó
transhistórico
5. El tiempo escatoló
escatológico
42
Ver, H. Küng, ¿Vida eterna? Madrid: Trotta, 2004, p. 65.
43
Condenada en el Sínodo Endemousa de Constantinopla (543), cfr. Denz. 211; en el Concilio de
Constantinopla II, cfr. Denz. 223; en el Concilio de Letrán IV (1215), cfr. Denz. 429 y en la
Constitución Dogmática Benedictus Deus de Benedicto XII (29 de enero de 1336), cfr. Denz. 530.
44
Gabino Uribarri, “La Escatología en los albores del siglo XXI”, Estudios Eclesiásticos 63/308 (2004)
3-28.
Tareas pendientes
para la escatología del s. XXI
1. Necesidad de un imaginario del má
más allá
allá
2. El estado intermedio
3. Valoració
Valoración teoló
teológica de la perdició
perdición
4. Articulació
Articulación de lo histó
histórico y transhistó
transhistórico
5. El tiempo escatoló
escatológico
Apocalipsis
Temas
1. Cuestiones apocalípticas
a. Escatología ayer y hoy
b. Desafíos pastorales
2. Macro estructura del Apocalipsis de Jesús, el Cristo
a. U. Vanni
b. Y. Simoens
c. G. Biguzzi
3. Textos seleccionados
a. Ap 1,9-20 Primera visión (visión preliminar)
b. Ap 4—5 Dos visiones proféticas: teología y cristología
c. Ap 12 La mujer apocalíptica
d. Ap 21 La Jerusalén celeste
4. Cuestiones abiertas
a. Vida eterna
i. ¿Esperanza o promesa?
ii. ¿Deseo o realidad?
iii. ¿Resurrección?
b. Restauración
c. Juicio
i. individual
ii. final
d. Salvación
e. Perdición
Bibliografía
Grandes comentarios:
Otros escritos :
Alegre, X., "El Apocalipsis de Juan", en J.-O Tuñi y X. Alegre, Escritos joánicos y
cartas católicas, Estella 1995, 213-288.
Arens, E., Apocalipsis: ¿revelación del fin del mundo? Lima 1988.
Arens, E. y M. Díaz Mateos, Apocalipsis, la fuerza de la esperanza, Cep, Lima 2000.
Barsotti, D., El Apocalipsis una respuesta al tiempo, Sígueme, Salamanca 1967.
Boismard, M.E., “El Apocalipsis de Juan”, en Introducción crítica al Nuevo
Testamento, vol. 2, Herder, Barcelona 1983, p. 127-166.
Cerfaux, El Apocalipsis de san Juan leído a los cristianos, Fax, Madrid 1972.
Charlier, J.P., Comprender el Apocalipsis, 2 vols., Bilbao 1993.
Comblin, J., Cristo en el Apocalipsis, Herder, Barcelona 1969.
Contreras, F., El Espíritu en el libro del Apocalipsis, Secretariado Trinitario,
Salamanca 1987.
Equipo “Cahiers Évangile”, El Apocalipsis, Cuadernos bíblicos nº 9, Verbo Divino,
Estella 1980.
Fernández Ramos, F., Los enigmas del Apocalipsis, Salamanca 1993.
Saoût, Y., ¡No escribí el apocalipsis para asustaros!, Mensajero, Bilbao 2001.
Wikenhauser, El Apocalipsis de san Juan, Herder, Barcelona 1969.
Toda la Bibliografía apocalíptica se encuentra en:
Recursos On Line :
http://www.ntgateway.com/tools-and-resources/bibliography/new-testament-
bibliographies/