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Estructura celular

La célula como unidad estructural de los seres vivos

Células procariontes y eucariontes

Las células de la mayor parte de los seres vivos presentan un complejo sistema de
membranas internas, similares en composición a la membrana plasmática, que divide a la
célula en diversos compartimentos, separándolos del resto del citoplasma. En cada uno de
ellos se realizan funciones específicas, lo que contribuye al mejor y más eficiente funcio-
namiento de la célula. El principal de esos compartimientos delimitados por sus propias
membranas es el núcleo, claramente diferenciable y separado del citoplasma propiamente
dicho. Las células con estas características se denominan “eucariontes”, que significa “que
tienen verdadero núcleo”.

Existen en la Naturaleza algunas células relativamente mucho más simples en su


estructura general. Ellas no poseen compartimientos internos delimitados por membranas, ni
siquiera poseen una envoltura nuclear que separe el material genético (molécula de ADN)
del resto de la célula. Estas células se denominan por ello “procariontes”, haciendo alusión a
que carecen de un verdadero núcleo.

Entre las células procarióticas y eucarióticas hay numerosas otras diferencias, funda-
mentalmente en cuanto a tamaño y a organización interna. Las procariontes corresponden a
las bacterias y a un grupo de algas llamadas cianofitas (algas azules). Las células
eucariontes son las que forman parte del resto de los seres vivos, incluidos unicelulares,
vegetales y animales. Las descripciones sobre la estructura celular referentes al cuerpo
humano, corresponden en todos los casos a la célula eucarionte.

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Organelas celulares

Recordemos que el citoplasma es el espacio celular comprendido entre la membrana


plasmática y la envoltura nuclear. Está formado por aproximadamente un 85% de agua, en a
cual se encuentra una gran cantidad de sustancias dispersas, junto a algunas estructuras
claramente distinguibles, las cuales reciben el nombre genérico de “organelas”.

El concepto de organela se utiliza para referirse a cualquier estructura celular, de


forma más o menos definida y reconocible, que cumple funciones específicas. Algunas están
rodeadas por una membrana similar en su estructura a la que rodea a la célula (= organelas
membranosas), mientras que otras carecen de membrana en su composición (=organelas
no membranosas). Muchas de las organelas están interrelacionados y se complementan en
sus funciones.

Como se indicó más arriba, las células eucariontes presentan un complejo sistema de
membranas internas que pueden llegar a ocupar buena parte de la misma. Su conjunto
constituye el sistema endomembranoso, que divide a la célula en diversos compartimentos.
Entre las organelas con membrana, figuran las siguientes:

 Retículo endoplásmico
 Sistema de Golgi
 Lisosomas
 Vacuolas
 Peroxisomas
 Cloroplastos
 Otros plástidos
 Mitocondrias
 Núcleo

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Esquema general de una célula animal con sus principales organelas

Retículo endoplásmico

El interior de la célula está recorrido por una extensa red de túbulos sinuosos que se
extienden por todo el citoplasma, denominada retículo endoplasmático o endoplásmico.
Algunas de sus porciones presentan unas pequeñas estructuras llamadas ribosomas,
adheridas en su parte externa (la que da al citoplasma), lo que le da el aspecto de poseer
gránulos o rugosidades, por lo que se conoce como retículo endoplásmico rugoso o
granular. Las porciones que no poseen ribosomas corresponden al retículo endoplásmico
liso o agranular.

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Una de las funciones del retículo es la de facilitar el transporte intracelular de sus-
tancias. Muchas sustancias “viajan” por el interior de los túbulos, de una parte a otra de la
célula, según las necesidades, con mayor rapidez y seguridad que si lo hicieran a través del
citoplasma indiferenciado. Algunas porciones del retículo pueden ensancharse o aplanarse,
y su interior servir para el almacenamiento de determinadas sustancias.

Frecuentemente se los designa con sus iniciales: REG (“Retículo Endoplásmico


Granular”) y REA (“Retículo Endoplásmico Agranular”). Ambos retículos se encuentran inte-
grados y conforman un sistema continuo.

Funciones principales del REG:

-Circulación de sustancias
-Síntesis y transporte de proteínas producidas por los ribosomas adosados a sus membranas
-Contribuir a la “armazón” o sostén mecánico de la célula

Funciones principales del REA:

-Circulación de sustancias
-Contribuir a la “armazón” o sostén mecánico de la célula
-Participar en el metabolismo de lípidos: allí se produce la síntesis de fosfolípidos, esteroides
y otros lípidos
-Participar en procesos de detoxificación
-Degradación del glucógeno para liberar glucosa

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Esquema de una porción del retículo endoplásmico granular

Sistema de Golgi
El sistema de Golgi está formado por una estructura de sacos aplanados o cisternas. Éstas
se agrupan en número variable, habitualmente de 6 u 8, con conexiones que permiten el
paso de sustancias entre las cisternas. Los sáculos son aplanados y curvados, con su cara
convexa (externa) orientada hacia el retículo endoplasmático. Las cisternas poseen una cara
cis y otra trans, con orientaciones diferentes. La cara cis se orienta hacia el REG y la trans
hacia la membrana plasmática. Muchas sustancias fabricadas en los retículos o que circulan
por el interior de los túbulos pasan a los sacos del Golgi, donde se van acumulando y final-
mente son empaquetados y liberados dentro de una bolsita o vacuola.

Funciones principales del Golgi:

-Modificación de sustancias sintetizadas en el REG


-Secreción celular
-Fabricación y regeneración de membrana
-Formación de los lisosomas primarios (vacuolas que encierran enzimas digestivas).

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El fenómeno de secreción celular se produce sobre determinadas sustancias que
luego de atravesar todos los sáculos del aparato de Golgi y llegar a la cara trans del
dictiosoma, son encerradas en forma de vesículas de secreción para ser transportadas a su
destino fuera de la célula, atravesando la membrana citoplasmática por exocitosis.

El sistema de Golgi participa activamente en los procesos de fabricación y


regeneración de estructuras de membranas, incluso de la misma membrana plasmática que
rodea a la célula. A medida que la célula crece, los gránulos de secreción provenientes del
Golgi pueden unirse a la membrana plasmática pasando a formar parte de esta,
aumentando el volumen y la superficie de la célula.

Esquema del sistema de Golgi y su vinculación con una porción terminal del REG

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Lisosomas

Los lisosomas son vesículas procedentes del sistema de Golgi que contienen en su
interior enzimas digestivas. Tienen una estructura muy sencilla, basada fundamentalmente
en una membrana plasmática que almacena en su interior las enzimas. La cara interior de la
membrana está muy glucosilada para impedir el ataque de las propias enzimas de su conte-
nido interno. Su función consiste en realizar la digestión de la materia orgánica, rompiendo
los enlaces internos de las grandes moléculas.

Los lisosomas se originan en el sistema de Golgi, o sea que son organelas derivadas
del sistema de endomembranas. Las enzimas digestivas rompen las uniones de las
moléculas mediante un proceso químico conocido como hidrólisis, por lo que se las conoce
como hidrolasas. Estas enzimas son sintetizadas en los ribosomas del REG y viajan por el
interior del retículo hasta el Golgi. Allí se acumulan hasta ser encapsuladas en una porción
de membrana que se desprende de las cisternas del Golgi, en forma de bolsita, confor-
mando así el lisosoma.

Los lisosomas contienen una variedad de enzimas hidrolíticas (que catalizan


reacciones de hidrólisis) que en conjunto son capaces de degradar casi todas las moléculas
orgánicas. Al lisosoma se lo llama primario cuando encierra en su interior solamente a las
enzimas, que no tienen sustrato sobre el cual actuar. Estas hidrolasas se ponen en contacto
con sus sustratos cuando los lisosomas primarios se fusionan con otras vacuolas. El
producto de la fusión se conoce como lisosoma secundario. Por lo tanto, la digestión de
moléculas orgánicas se lleva a cabo en los lisosomas secundarios, ya que éstos contienen a
la vez los sustratos y las enzimas capaces de degradarlos.

Una vez que se produjo la hidrólisis de las macromoléculas, lo que queda del lisosoma
secundario se designa como cuerpo residual, en cuyo interior se encuentran las enzimas,
intactas, junto a aquellos desechos que no pudieron ser digeridos. Este cuerpo residual
puede permanecer un tiempo, acumulándose en el citoplasma, o puede acercarse a la
membrana celular, fusionarse con ella y expulsar su contenido al exterior por exocitosis.

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Los lisosomas cumplen funciones vitales para el organismo, de digestión intracelular,
de control de materiales peligrosos, de “limpieza” del citoplasma y de reorganización y
optimización de los recursos celulares. El proceso de autofagia, que significa “comerse a sí
mismo”, permite la reutilización de las moléculas que ya poseía la célula para formar nuevas
estructuras o para obtener energía. Dentro de ciertos límites es un proceso fisiológico muy
útil, especialmente en situaciones de emergencia. Pero pasado cierto límite, o si el proceso
se descontrola, puede tener graves consecuencias, ya que potencialmente los lisosomas
podrían destruir a todas las estructuras de la célula.

Esquema de la acción de digestión celular del lisosoma

Diversas enfermedades son causadas por el incorrecto funcionamiento de los


lisosomas. Si sus enzimas llegan a liberarse al citoplasma, producirán la lisis de la célula.

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Peroxisomas

Los peroxisomas son organelas similares a los lisosomas pero que contienen, en vez
de hidrolasas, enzimas que participan en reacciones metabólicas de oxidación, llamadas
oxidasas. La más común es la denominada peroxidasa.

Vacuolas

Una vacuola es una estructura en forma de saco o bolsa, delimitada por membrana,
que encierra algún componente o sustancia, separándolo del resto del citoplasma. Hay
muchos tipos de vacuolas, dependiendo de qué es lo que guardan en su interior. Las
vacuolas fagocíticas son las que se forman como consecuencia del proceso de fagocitosis.

Las vacuolas se forman a partir del retículo endoplásmico, del sistema de Golgi o de
invaginaciones de la membrana plasmática. En animales suelen ser pequeñas, pero en
vegetales pueden llegar a significar gran parte del volumen celular. Sus funciones son
acumular moléculas que a la célula no le conviene que estén sueltas en el citoplasma, como
sustancias tóxicas, venenos, productos de desecho y otras.

En las células vegetales es frecuente, además, la existencia de vacuolas que almace-


nan sustancias específicas, y que se designan como plástidos. Las más abundantes son los
cloroplastos, que encierran una molécula típica de los vegetales llamada clorofila, que
permite la realización de la fotosíntesis. Se trata de un pigmento de color verde, responsable
de dar ese color al mundo vegetal. Otros ejemplos están constituidos por los amiloplastos,
que encierran almidón, el principal polisacárido vegetal, los leucoplastos, que almacenan
lípidos, y los cromoplastos, que almacenan determinados pigmentos cuya distribución y
concentración otorga colores característicos a muchas estructuras de las plantas.

Los lisosomas pueden considerarse como vacuolas, que encierran enzimas con poder
digestivo o catalítico, capaces de romper o “digerir” las grandes moléculas orgánicas.

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Las vacuolas también constituyen el medio de transporte de sustancias entre distintas
organelas del sistema endomembranoso.

Esquema de una célula vegetal

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Mitocondrias

Las mitocondrias son organelas de forma generalmente oval, aunque pueden ser casi
esféricas o muy alargadas. Están limitadas por dos membranas: una externa, lisa, separada
por un espacio o cámara de la membrana interna, que se encuentra plegada hacia adentro
formando numerosas proyecciones llamadas crestas, en las cuales se concentran enzimas
respiratorias. La membrana interna con sus crestas delimita una cámara interna ocupada por
la matriz mitocondrial.

Dentro de la matriz se encuentra una molécula de ADN, propio de la mitocondria, que


no tiene relación con el ADN del núcleo celular. También se encuentran ribosomas, por lo
cual la mitocondria puede fabricar algunas de sus proteínas.

Esquema de una mitocondria

Las mitocondrias actúan como productores de energía. La célula necesita energía para
crecer y multiplicarse, y las mitocondrias aportan casi toda esta energía realizando las
últimas etapas de la descomposición de las moléculas de los alimentos. Estas etapas finales
incluyen el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono. Sin mitocondrias, las
células no serían capaces de utilizar oxígeno para extraer toda la energía de los alimentos.
En la próxima lección se verá cono más detalle la función de las mitocondrias con relación a
la obtención de energía.

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Esquema general de una célula

1. Membrana plasmática
2. Citoplasma
3. Retículo endoplásmico
4. Ribosomas
5. Nucleo
6. Nucleolo
7. Envoltura nuclear
8. Centríolos
9. Mitocondria
10. Gota de aceite
11. Vacuola
12. Sistema de Golgi
13. Vesículas
14. Lisosoma

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Estructuras no membranosas

En la célula existen también una serie de estructuras que no se encuentran dentro de


compartimientos específicos, rodeadas por membrana. Entre ellas se destacan las siguien-
tes:

 Ribosomas
 Citoesqueleto
 Centrosoma

Ribosomas

Los ribosomas se presentan como cuerpos esféricos o elípticos, sin membrana


limitante. Cada ribosoma está constituido por dos subunidades, llamadas mayor y menor.
Estructuralmente están formadas por ARN y proteínas. El ARN que lo forma cumple función
estructural, y se lo conoce como ARN ribosómico. Unas proteínas específicas, llamadas
riboforinas, sirven de nexo entre ambas estructuras.

Esquema de un ribosoma

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Los ribosomas son muy pequeños en relación al tamaño de la célula, y sumamente
numerosos. Muchos se encuentran libres en el citoplasma, ampliamente distribuidos.
Algunos forman pequeñas hileras del orden de 6 u 8 ribosomas, que se designan como
polirribosomas. Muchos otros ribosomas se encuentran adheridos a las membranas del retí-
culo endoplasmático, conformando el REG.

La función de los ribosomas es la síntesis de proteínas. Este es el proceso mediante el


cual los aminoácidos se unen en una secuencia específica, unos con otros, mediante
uniones peptídicas, para originar un determinado polipépitido. La célula fabrica proteínas
permanentemente, y en gran número, lo que explica la gran cantidad de ribosomas. En una
próxima lección se verá con detalle el mecanismo de fabricación de proteínas y el rol de los
ribosomas.

Citoesqueleto

La membrana plasmática es sumamente delgada y flexible, y carece por sí misma de


la rigidez necesaria para mantener la forma y consistencia de la célula. Por ello existe una
red de fibras y estructuras que le otorgan sostén interno, cuyo conjunto se conoce como
esqueleto celular o citoesqueleto. Actúa como una “armazón” para la organización de la
célula y la fijación de las organelas y enzimas. También es responsable de muchos de los
movimientos celulares y permite la contracción en las fibras musculares.

El citoesqueleto no es una estructura permanente, sino que se desmantela y se


reconstruye permanentemente. Está conformado por tres tipos principales de estructuras
proteicas: microtúbulos, microfilamentos y filamentos intermedios, unidos entre sí y a otras
estructuras celulares por diversas proteínas accesorias.

Los microtúbulos son estructuras en forma de varilla, de diámetro constante y longitud


muy variable, que puede llegar a extenderse de un extremo al otro de la célula. La molécula
fundamental que los forma corresponde a una proteína llamada tubulina. En el citoplasma
suele haber numerosas moléculas de tubullina disueltas, que la célula puede ensamblar
entre sí para formar los microtúbulos. Estos se disponen en todas las direcciones del

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espacio, dando sostén a la célula. La aparente consistencia de la membrana se debe a
grupos de microtúbulos que se ubican paralelos a la membrana, justo por debajo de la
misma.

Los microtúbulos son los responsables de la emisión de pseudópodos y de los


cambios de forma de la membrana. También intervienen en diversos procesos celulares que
involucran desplazamiento de sustancias y de organelas. Juegan un rol muy destacado
durante la división celular, cuando aparecen largos microtúbulos que se disponen desde el
centro de la célula hasta los extremos, y que actúan a modo de rieles por los cuales se
orienta el material genético que dará origen a las nuevas células.

Los microfilamentos son finas fibras de proteínas, más delgadas que los microtúbulos.
Están compuestos predominantemente de una proteína contráctil llamada actina. Colaboran
en la determinación de la forma y del desplazamiento celular. La asociación de los
microfilamentos con la proteína miosina es la responsable de la contracción muscular.

Los filamentos intermedios están formados por agrupaciones de proteínas fibrosas,


semejantes a una cuerda formada por varias hebras entrelazadas. Su función principal es la
organización de la estructura tridimensional interna de la célula. Actúan como cables que
conectan las principales organelas entre sí, con el sistema de retículos y con la envoltura
nuclear, manteniendo las estructuras en su lugar. Las organelas que necesitan desplazarse
dentro del citoplasma, van desconectándose y volviéndose a conectar en nuevos sitios.
También participan en algunas uniones entre células vecinas.

Centrosoma

Además de los microtúbulos que se disponen por toda la célula, en forma muy
variable, alargándose y acortándose permanentemente, existe un conjunto de microtúbulos
que se agrupan para forman una estructura de dimensiones fijas. Esta estructura,
igualmente asociada al citoesqueleto, se conoce como centríolo, y se considera como una
organela en sí misma.

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El centríolo está formado por 9 grupitos de 3 microtúbulos cada uno, haciendo un total
de 27, que se disponen paralelos entre sí formando un círculo hueco. Toda célula tiene al
menos un centríolo, generalmente dos, en cuyo caso se posicionan perpendicularmente
entre sí. El sitio que ocupan se conoce como centrosoma o “centro celular”, que corresponde
a los centríolos y a la pequeña porción de citoplasma que los rodea. El centrosoma se ubica
cerca del núcleo y no posee membrana plasmática ni está rodeado por membrana.

La función principal de los centríolos es la formación y organización de los


microtúbulos. Allí es donde se produce la unión de las tubulinas para formar los nuevos
componentes del citoesqueleto. Los centríolos cumplen además un papel muy destacado
durante el proceso de división celular, cuando se desplazan desde su ubicación inicial hasta
colocarse a lados opuestos de la célula, fabricando en su migración los grupos de micro-
túbulos que sirven para la orientación de los cromosomas.

Esquema del centrosoma con los dos centríolos perpendiculares entre sí

El centríolo puede asimismo organizar nuevos centríolos. En algunas células el nuevo


centríolo se separa hasta ubicarse debajo de la membrana plasmática, en forma perpendi-
cular a la misma. Allí hace crecer nuevos microtúbulos, que van empujando a la membrana,
produciendo en ella una protuberancia en forma de “dedo de guante”, conocida como cilia.
Esta proyección es una prolongación de la membrana, sostenida internamente por los
microtúbulos, que le dan consistencia. El centríolo que permanece en su base se denomina
cuerpo basal o corpúsculo basal, y es responsable de mover a la cilia en varias direcciones.

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El proceso de formación de la cilia se puede repetir muchas veces, de modo que gran
parte de la superficie celular puede estar cubierta por cilias. Cada una de ellas conserva su
centríolo o cuerpo basal, los cuales están unidos entre sí por delgadas fibrillas proteicas, lo
que permite que los movimientos de las cilias se realicen en forma coordinada. Las cilias
actúan como pequeños remos o paletas, que permiten mover el líquido extracelular, o nadar
a la célula en caso de algunos unicelulares.

Las células ciliadas pueden tener cientos o miles de cilias, que son siempre de muy
corta extensión en comparación a las dimensiones de la célula. En algunos casos existe una
estructura similar, pero sumamente larga, que se conoce como flagelo. El flagelo puede
tener hasta varias veces la longitud de la célula, y generalmente se encuentra uno solo. Su
función se relaciona también con la movilidad celular.

Corte transversal de una cilia o un flagelo

Según su ubicación y sus funciones, las células pueden no tener ni cilias ni flagelos.
Determinadas células pueden ser ciliadas o flageladas, pero nunca pueden estar ambas
estructuras en una misma célula. Las cilias y flagelos están parcialmente formados por
membrana, aunque por su origen y características se vinculan con los elementos del cito-
esqueleto.

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Esquema simplificado de una célula nerviosa. Las neuronas, pese a ser células muy
especializadas, poseen la mayoría de las organelas comunes a todas las células

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Núcleo

El núcleo es una estructura característica de la célula eucarionte. Aunque existen


células con varios núcleos, en forma típica las células son mononucleadas. El núcleo posee
una doble membrana, denominada envoltura nuclear, que lo delimita perfectamente
separándolo del citoplasma. El medio interno se denomina nucleoplasma y está ocupado en
su mayor parte por la molécula de ADN, muy enrollada sobre si misma, en cuyo estado se la
designa como “cromatina”.
El origen de la envoltura nuclear es el retículo endoplasmático. Entre las membranas
externa e interna existe un espacio intermembranal o perinuclear. La envoltura presenta una
serie de poros que comunican el interior con el citoplasma. Estos poros tienen una compleja
estructura basada en la organización de una serie de proteínas que pueden regular la
abertura del poro. Numerosos ribosomas se encuentran adosados sobre la membrana
externa de la envoltura, del lado que da al citoplasma.

Esquema del núcleo celular

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Las funciones de esta envoltura son separar al citoplasma del nucleoplasma y mante-
ner separados los procesos metabólicos de ambos medios. Además, lo que resulta más im-
portante aún, brinda protección a la molécula de ADN, fundamental para la vida de la célula.
El nucleoplasma propiamente consiste en una dispersión coloidal en forma compuesta
por proteínas relacionadas con la síntesis y empaquetamiento de los ácidos nucleicos.
También posee nucleótidos, ARN, ADN, agua e iones.

En el núcleo se localizan además unas estructuras esféricas llamadas nucleolos. No


poseen membrana, y están formados por ARN condensado y algunas proteínas. Su función
fundamental consiste en ser el origen de los ribosomas, igualmente constituidos por ARN
estructural. Los nucleolos constituyen otras de las organelas no membranosas.

Esquema general de una célula eucarionte (humana)

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