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Suprema Corte de Justicia de la Nación

Novena Época Núm. de Registro: 178825


Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
  Tomo XXI, Abril de 2005 Materia(s): Civil
Tesis: I.8o.C.269 C
Página: 1327

 
ALIMENTOS. LA EXTINCIÓN O MODIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES IMPUESTAS POR LA
SENTENCIA RELATIVA PUEDE ALEGARSE COMO EXCEPCIÓN.

El artículo 94 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal prescribe que las
resoluciones judiciales firmes dictadas en negocios de alimentos, ejercicio y suspensión de la
patria potestad, interdicción, jurisdicción voluntaria y las demás que prevengan las leyes, pueden
alterarse y modificarse cuando cambien las circunstancias que afectan el ejercicio de la acción
que se dedujo en el juicio correspondiente. Ahora bien, aun si se acepta que la eficacia de una
sentencia o convenio judicial sobre alimentos no pueda ser desconocida por sí y ante sí por las
mismas partes, sin la intervención de la autoridad judicial que sancione la cesación o
modificación de las obligaciones respectivas, y admitiendo, por ello, que el deudor debe acudir
ante esa autoridad a invocar el cambio de circunstancias generador de la extinción o
modificación de sus obligaciones, nada se opone a que tal derecho del interesado, ciertamente
capaz de ser deducido a través de una acción, se haga valer como contra derecho del cual
emerge una excepción que no tiene otro objeto que el de neutralizar la acción de cumplimiento
que en su contra se haya ejercitado. La acción, entendida como actividad dirigida a pedir justicia
reclamando algo del demandado, no es solamente propia del actor, porque también el
demandado, aun cuando se limite a pedir el rechazo de la demanda, viene en esencia a solicitar
del Juez que pronuncie una declaración negativa de mera certeza. Desde este punto de vista, la
excepción es un fenómeno homólogo de la acción y, en consecuencia, una simple expresión
particular del derecho subjetivo, es decir, el derecho de contradicción no constituye un derecho
sustancialmente diverso del derecho de acción, sino sólo un diverso aspecto de este mismo
derecho, que resulta de la distinta posición que en el proceso asumen los sujetos activos de la
relación procesal. En este sentido, no hay razón para estimar que un hecho que puede dar lugar a
la acción para extinguir o modificar un estado jurídico no pueda, al mismo tiempo, producir una
excepción. La diferencia estriba en que, tratándose de la excepción, el que la opone tiende nada
más a enervar la acción y, por consiguiente, a obtener una sentencia desestimatoria, mientras que
al ejercitar la acción lleva más allá la impugnación, persiguiendo una declaración de mayor
extensión o una determinada prestación o condena, pero en ambos casos no se busca otra cosa
que el reconocimiento de la extinción o modificación de aquel estado jurídico, variando
únicamente el alcance de la pretensión y, por ende, los términos de la sentencia que el Juez
llegue a pronunciar. Por tanto, es incorrecto y constituye una denegación de justicia contraria,
además, al postulado de la economía procesal, sostener que el deudor debe promover por
separado un juicio o incidente y obtener fallo favorable a efecto de que se le considere liberado o
se modifique la obligación de alimentos que le había impuesto una sentencia o convenio judicial,
porque si en contra de la reclamación de pago enderezada en su contra en el procedimiento
respectivo, expresa el deudor que cambiaron las circunstancias en virtud de que los acreedores
alimentistas se incorporaron a su domicilio tiempo después de la sentencia o convenio, y que de
esta forma ha venido cumpliendo la obligación y, por ello, no está obligado a pagar aparte una
suma por el mismo concepto, es incuestionable que es precisamente en este procedimiento en
donde debe resolverse la cuestión, estableciendo si por la variación de circunstancias alegada
por el deudor como excepción, procede o no desestimar la demanda de cumplimiento intentada
en su contra.

OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.


 

Amparo en revisión 522/2004. 9 de marzo de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Abraham S.


Marcos Valdés. Secretario: Francisco Banda Jiménez.

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