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Kant es el mejor ejemplo de una vida retirada: nace, vive y muere en Königsberg, dedicando

su vida al conocimiento, lo que le lleva a ser uno de los más grandes pensadores de la historia.
Kant se dedica a elaborar su obra de forma intensiva, casi obsesiva; su vida personal se borra,
se diluye con su obra. Kant representa un gran viraje- lo que se conocerá como su revolución
copernicana- supone un giro en la historia del pensamiento, en él la modernidad toma
conciencia crítica de sí misma, abandona la ingenuidad cartesiana. Kant saca a la filosofía del
escepticismo generado por la polémica entre el racionalismo y el empirismo. (Rohlf, 2020)

Son los diversos conflictos de la época los que llevan a Kant a plantearse la necesidad de un
nuevo sistema; La ilustración agonizaba ya que creía que bastaba con el progreso de la razón
para sacar al hombre de todas sus miserias, y, sin embargo, el mal uso- y mala interpretación-
de la razón ofrecen las condiciones necesarias para que Kant reflexione acerca de esta. No solo
la agonizante situación de la ilustración es la que lleva a Kant a crear su sistema filosófico, sino
que también el conflicto entre la razón ilustrada y la fe religiosa genera en Kant una situación
incómoda, ya que Kant es un ilustrado, pero también es profundamente religioso, debido a su
educación rigurosamente pietista, lo que le llevara a buscar un concilio entre los intereses de la
fe y la razón. (Rohlf, 2020)

Es debido a esto por lo que la Crítica de la Razón pura adquiere el incansable proyecto de
demostrar la posibilidad de la metafísica, rompiendo, de igual manera, con la metafísica que
habían esgrimido los racionalistas- metafísica como ciencia de lo suprasensible-. Kant ofrece
con la crítica de la razón pura un nuevo ser de la razón, así como salvaguarda las condiciones
trascendentales del sujeto, es decir, como la razón humana es capaz de tener conocimiento a
priori. (Rohlf, 2020)

En busca de una contextualización filosófica acertada de la obra sobre la que he de reflexionar


me centrare en una cuestión esencial: la influencia y, posteriormente, critica de la filosofía
leibnizo-wolfiana.

A lo largo de su etapa precrítica, Kant recibirá una enorme influencia de autores como Christian
Wolff, Alexander Gottlieb Baumgarten y Gottfried Leibniz. Si bien es cierto que durante esta
etapa asumió gran parte de las tesis, y aunque “es poco razonable pensar que se pueda decir
exactamente cuándo rechazo Kant el sistema leibnizo-wolfiano y empezó a trabajar su propio
sistema. (…) Por poner una fecha, es licito tomar como año decisivo el de su nombramiento de
catedrático,1770.” (Copleston, 2011)
Tras esta fecha, y comenzada su etapa crítica- a pesar de que la crítica no es publicada hasta 1781-
Kant reconoce que “la filosofía leibnizo-wolfiana les ha asignado un punto de vista erróneo a
todas las investigaciones sobre la naturaleza y el origen de nuestros conocimientos, al
considerar la diferencia entre la sensibilidad y lo intelectual como meramente lógica; pues ella
es, manifiestamente, transcendental, y no concierne meramente a la forma de la distinción o
indistinción, sino al origen y al contenido de ellos...” (B61) (Immanuel Kant, 2010)

Con esto Kant reconoce que el error de todo sistema filosófico precrítico fue la de asumir un
“modelo teocéntrico del conocimiento” (Allison, 1992), es decir, el error radica en entender el
entendimiento como algo ajeno a las limitaciones propias o condiciones epistémicas del
entendimiento humano y, por ende, tratan a los objetos en sentido absoluto, es decir, como
cosas en sí. Debido a esta concepción "y, tan pronto como suprimimos nuestra manera de ser
subjetiva, el objeto representado, con las propiedades (espacio y tiempo)1 que la intuición
sensible le atribuía, no se encuentra en ninguna parte, ni puede encontrarse, pues es
precisamente esa manera de ser subjetiva la que determina la forma de él, como
fenómeno"(B61) (Immanuel Kant, 2010).

En la Crítica del cuarto paralogismo de la psicología trascendental (A368) (Immanuel Kant,


2010), Kant expone lo siguiente:

“Entiendo por idealismo trascendental la doctrina según la cual todos los fenómenos son
considerados como meras representaciones, y no como cosas en sí mismas. De acuerdo con
esta doctrina, espacio y tiempo son simples formas de nuestra intuición, no determinaciones
dadas por s mismas o condiciones de los objetos en cuanto a cosas en sí mismas. A este
idealismo se opone un realismo trascendental, que considera espacio y tiempo como algo dado
en si (independientemente de nuestra sensibilidad) …” (Immanuel Kant, 2010)

De manera que el idealismo trascendental defenderá, en oposición al realismo trascendental,


que “todos los objetos de una experiencia posible no son sino apariencias, es decir, meras
representaciones, las cuales en la forma en que son representadas, como seres extendidos o
como serie de alteraciones, no tienen existencia independiente fuera de nuestros pensamientos”
(A490-491) (Immanuel Kant, 2010)

Respecto a espacio y tiempo, Kant sostendrá, a diferencia de Leibniz al comprender dichos


términos como “simples productos de la imaginación cuya fuente ha de buscarse efectivamente
en la experiencia” (B57) (Immanuel Kant, 2010), que estos son las condiciones subjetivas de
la sensibilidad y, por tanto, espacio y tiempo deben ser a priori. Quizás para mostrar el
asombroso proyecto que lleva Kant a cabo no solo para demostrar el error de todos los sistemas
filosóficos precríticos, sino para darle “el camino seguro de la ciencia” (Immanuel Kant, 2010)
a la metafísica, debamos volver a la disertación inaugural, donde Kant esboza los conceptos de
espacio y tiempo al principio de su etapa crítica. En la disertación inaugural, Kant dirá que –
respecto al tiempo- “la idea de tiempo no proviene de, sino la suponen, los sentidos. Que las
cosas que incursionen en los sentidos sean a la vez, o posteriores unas a otras, no puede- ser
representado sino por la idea de tiempo, ni la sucesión engendra el concepto de tiempo sino lo
provoca.” (Immanuel, Kant. 1996). Por otro lado, y respecto al espacio, Kant dirá que “el
espacio no es algo objetivo y real; ni sustancia ni accidente ni relación; sino algo objetivo e
ideal, y proveniente de la naturaleza de la mente según ley estable, cual esquema para coordinar
para sí absolutamente todo lo externamente sensible” (Immanuel, Kant.1996) Esta necesidad
de desarrollar los conceptos de espacio y tiempo a lo largo de toda su etapa crítica, y siendo
esta definición en la crítica de la razón pura el punto álgido, demuestra el énfasis que hace Kant
por dejar claro que, al igual que Leibniz, Newton y su ciencia, tienen consecuencias
insostenibles, puesto que su teoría del tiempo y espacio, son “el resultado de una confusión de
las condiciones ontológicas y epistémicas” (Allison,1992)

Partiendo de la explicación del idealismo trascendental, explicare por qué este permite resolver
la tercera antinomia. En la antítesis sobre la tercera antinomia, Kant expone que “no hay
libertad. Todo cuanto sucede en el mundo se desarrolla exclusivamente según leyes de la
naturaleza” (B473)(Immanuel Kant, 2010). Sin embargo, es importante tener en cuenta la doctrina
del idealismo trascendental, pues en ella se encarna la respuesta a esta. Si de ser esto cierto, el
ámbito de la ética quedaría totalmente refutada ya que al considerar a las personas como
víctimas de las leyes de la naturaleza (causalidad) no habría lugar para pensar que los sujetos
puedan actuar de manera totalmente diferente a como han actuado. El libre albedrio o la libertad
queda garantizada si reconocemos que las personas no están sujetas a las leyes de la causalidad,
es decir, sus actos no están determinados por una cuestión de causa-efecto. Ante este problema
se pueden optar por dos soluciones, una acertada y otra que deslegitima todo ámbito de la
moral. Respecto a esto, Kant dirá que “(…) se sigue la limitación de todo conocimiento
especulativo posible de la razón a meros objetos de la experiencia. Sin embargo, se hace
siempre en todo ello la salvedad de que, a esos mismos objetos, si bien no podemos conocerlos
también como cosas en sí mismas, al menos debemos poder pensarlos como tales. Pues de no
ser así, se seguiría de ello la presuposición absurda de que hubiera fenómenos sin que hubiera
algo que apareciese. Ahora bien, supongamos que no se hubiese hecho la distinción que nuestra
critica torna necesaria, entre las cosas, como objetos de la experiencia, y las mismas cosas,
como cosas en sí mismas, entonces el principio de causalidad, y, por tanto, el mecanismo de la
naturaleza en la determinación de ellas. (…) Por consiguiente, yo no podría decir del mismo
ente, p.ej.del alma humana, que su voluntad es libre, y que sin embargo está sometida, a la vez,
a la necesidad de la naturaleza, es decir, que no es libre.” (B26-B27) (Immanuel Kant, 2010)

Es por esto, que podemos optar por el camino de considerar a los agentes como objetos de
conocimiento y, por tanto, desvirtuándolos de toda espontaneidadi, es decir, de "una libertad
trascendental” (B474)(Immanuel Kant, 2010) o reconocemos que el agente y sus acciones se
mueven dentro del ámbito de la moral y , por tanto, reconocemos su responsabilidad y su
capacidad de actuar con “absoluta espontaneidad causal que inicie por sí mismo una serie de
fenómenos que se desarrollen según leyes de la naturaleza” es precisamente por esto y, como
expone Manuel Sánchez, por lo que “el principio de la naturaleza y el principio de la libertad
legislan sobre lo real en dos sentidos diferentes, los cuales son distinguidos por la crítica
precisamente con el objeto de que no entren en contradicción recíproca”(Sanchez, 2019) En
conclusión, la diferencia que hace el idealismo trascendental entre fenómeno- objeto sensible
de la experiencia- y noúmeno- objeto en sí mismo- nos permite salvaguardar las leyes de la
naturaleza- causalidad eficiente- y el ámbito de la moral- libertad trascendental- “precisamente
porque hablan universalmente de la realidad en sentidos diferentes”(Sanchez,2019)

Tras resolver las dos primeras cuestiones-exposición del concepto de idealismo trascendental
y como esta resuelve la tercera antinomia- debo centrarme en si la propuesta de metafísica de
Kant obtiene el título de ciencia. Si bien Kant afirma que “este experimento alcanza el resultado
deseado, y promete a la metafísica, en la primera parte de ella, a saber, en aquella en que ella
se ocupa de conceptos a priori cuyos objetos correspondientes pueden ser dados en la
experiencia de manera adecuada a aquellos, la marcha segura de una ciencia” (B19)(Immanuel
Kant, 2010) considero que la propuesta de metafísica de Kant no obtiene el título de ciencia puesto
que-si bien es cierto que el criticismo de esta presenta necesidad y universalidad de igual
manera que lo hace una ciencia- esta no pretende ampliar conocimientos, sino afianzar las bases
de la razón que hasta ahora habían sido ignoradas, puesto que la tradición filosófica que había
influido en Kant había asumido el hecho y el estatuto de las cosas como cosas en sí. El hecho
de que considere que la metafísica propuesta por Kant no obtiene el título de ciencia, no es
afirmar que esta pierde toda utilidad puesto que “sería como decir que la policía no produce
ninguna utilidad positiva, porque su principal ocupación es la de poner freno a la violencia que
los ciudadanos tienen que temer de otros ciudadanos (…)” (B16)(Immanuel Kant, 2010). La
Critica de la razón pura tiene como objetivo la de ofrecer a la metafísica el camino seguro de la
ciencia, afianzando las bases del conocimiento y reconociendo las condiciones trascendentales
de la razón que le había sido negadas por los leibnizo-wolffianos y otros pensadores que
ejercieron gran influencia en Kant. Como mencionaba anteriormente, esta postura no es una
mera especulación, sino que me apoyo concretamente en que Kant afirma que “es un tratado
del método, no un sistema de la ciencia misma; pero sin embargo traza todo el contorno de ella,
en tanto en lo que respecta a sus límites, como también toda la organización interior de ella”
(B22-B23) (Immanuel Kant, 2010)

Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofia.: Vol. varios tomos. Ariel.

Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofia.: Vol. varios tomos. Ariel.

Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofia.: Vol. varios tomos. Ariel.

Immanuel Kant. (2010). Critica de la Razon pura (Mario. Caimi, Ed.). Fondo de cultura economia.

Rohlf, M. (2020). Immanuel Kant. In Edward N. Zalta (Ed.), Stanford (fall 2020).
https://plato.stanford.edu/archives/fall2020/entries/kant/

i Si nos centramos en esta cuestión, facilita mucho mejor la comprensión de este si lo ejemplifico, y para esto
sirve el ejemplo que se puso en una de las clases de Manuel Sánchez que ilustra de manera muy clara esto. Si
alguien me roba la cartera puedo pensar que o lo ha hecho porque no le quedaba más remedio, es decir, es el
resultado de una cadena causa-efecto, o aun pensando esto podría seguir pensando que podría haber actuado
de otra manera. Es este pensar que podría haber actuado de otra manera lo que ejemplifica el hecho de que
hay agentes dentro del ámbito de la moral, y tienen la capacidad-espontaneidad- de actuar con absoluta
libertad.

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