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EL CUENTO: UN PUÑADO DE SEMILLAS

LUZ NELLY CHAVEZ MORALES (SERVICIOS FARMACEUTICOS)

CORPORACION LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS


MODULO DE TECNICAS DE ESTUDIO
FRANCISCO JAVIER LEYES
09 DE ABRIL 2022
UN PUÑADO DE “NO ME OLVIDES JAMAS”
En un día muy caluroso, ya a lo lejos Carly podía divisar más cerca la casita añeja de su
abuela Ruby. Cada verano por el tiempo de sus vacaciones de estudios la niña pasaba en
compañía de su abuela. Ella amaba a su abuela, pero sin embargo no terminaba de gustarle la
vida habitual que se experimentaba en el campo, ella era más de Ciudad y sus tecnologías, por
ejemplo odiaba no tener señal en su celular y cosas por ese estilo. Aun con todo esto dedicaba
tiempo a ayudar a su abuela con rutinas del campo, le ayudaba regando agua a sus cosechas y a
los jardines los cuales ya se notaban algo marchitos. Le pregunto a su abuela el motivo de las
flores secas y ella le respondió que le encantaban pero debía prestarle más atención a las
cosechas de alimentos que eran los que daban el dinero para el sustento propio.
Algún día mientras Carly y su abuela preparaban las cosechas de la semana en unos
canastos, de la nada llego un vecino llamado Juver. Carly no pudo evitar ver sus vestiduras
(gorra, overol y botas) y la manera tan particular en que hablaba, inclusive le pareció algo
gracioso, ya que en la ciudad casi nunca coincidían con campesinos. Lo que más le llamo la
atención era ver que aquel hombre las ayudo a organizar todo su producido tan
desinteresadamente. Carly le ofreció un poco de jugo en la cocina y aprovecho para preguntarle
¿por qué les ayudaba sin interés en particular? a lo cual el hombre le contesto que lo hacía de
corazón ya que entre todos los campesinos siempre se ayudaban de esa manera. El hombre al ver
el sector de flores secas, saco de un costal un puñado de semilla y se lo dio a Carly. Juver le dijo
a la niña que lo sembrara en la tierra donde los jardines estaban marchitos y que si le prestaba
atención iba a brotar de la tierra algo que a su abuela le iba a encantar. Carly accedió y de
inmediato sembró debidamente aquellas semillas, de las cuales no sabía nada de su procedencia
pero aun así lo hizo.
Un fin de semana cuando iban con su producido a vender a la plaza, en el camino pasaron
por una vereda que se veía algo deplorable donde las casas eran de barro y tabla. Más adelante
vieron unas personas en un andén, entre ellas una mujer y al parecer sus 7 hijos, todos con
vestiduras y apariencia de pobreza. De la nada su abuela sin detener el auto a todos allí los
saludó, era obvio que eran sus conocidos. De todas maneras siguieron su camino. En la plaza de
mercado les fue muy bien. Y con el dinero compraron alimentos que no necesitaban en casa a lo
que Carly consideró muy extraño, mas prefirió no decir nada.
De regreso a casa, la abuela Rudy paró exactamente en el lugar donde Vivía la señora que
había saludado anteriormente, fuera de esta se encontraban los mismos niños jugando. Carly le
pregunto a su abuela que para que se detenían en ese lugar y ella le respondió que quería saludar
a la señora y que mientras tanto ella podía jugar un poco con esos niños que coincidían casi con
su misma edad. Craly extrañada y un poco dudosa se acercó a ellos, sintiéndose algo tímida y
creyendo que iba a ser duro entablar amistad con ellos. Gran sorpresa se llevó al ver lo amigables
que de inmediato fueron con ella. Juagaron con rocas, baldes, tierra. Noto que sus juguetes eran
todos de la naturaleza de allí. Estos chicos la llevaron a conocer otros lugares que normalmente
frecuentaban, entre ellos se encontraban bosques algo desolados donde buscaban alimentos, y
otro lugar muy parecido a un basurero donde buscaban cualquier material que pudiera servir de
ayuda en el hogar. Carly no podía creer como unos niños tan pequeños, careciendo de tantas
comodidades, tal vez pasando hambre y aun así sacaran el tiempo para ser niños “normales” y
jugar. Los miraba de arriba abajo, su ropa malgastada, su vivienda tan inhabitable con el
hacinamiento en que vivían. Carly de la nada entro en llanto y de inmediato entendió todo. Fue
corriendo a su abuela a decirle que ya sabía para que habían comprado alimentos que en casa no
necesitaban, la abuela le sonrió y le dijo a Charly “veo que ya entendiste todo”. Del auto sacaron
alimentos como panes, mazorcas y bebidas que le obsequiaron a aquellos niños que se
mostraron prontamente muy agradecidos y contentos con ello. Antes de irse la Abuela les dijo a
la señora y los niños que cada fin de semana pasaran por la finca para recibir unas deliciosas
frutas.
Ya estaba terminando el verano y carly pronto tendría que regresar a la ciudad a casa de
sus padres a retomar sus clases normalmente. Sin embargo antes de irse quiso dejarle una
inspiradora carta a su abuela donde le decía: contigo abuela Ruby aprendí muchas cosas y te
agradezco infinitamente por llevarme a conocer esas personas del campo. Aprendí a dar a los
demás sin recibir nada a cambio, a valorar lo que tengo, los alimentos, la manera en que puedo
vivir en la ciudad, a que valen más los valores que la arrogancia, que los verdaderos amigos son
los que están en los peores momentos y por ultimo que aquellos que menos tienen son los que
más quieren dar. Abuela, te recuerdo que esas hermosas flores que ahora están en tu jardín, las
cuide amorosamente para ti, quiero que cada vez que las veas, recuerdes cuan diferente vera la
vida tu nieta Carly después de este verano. Abuela de mi corazón no me olvides que pronto
ansiosa regresaré. Por cierto las semillas que don Juver me regalo, son el fruto de esas hermosas
flores al frente de tu casa y se llaman “las no me olvides jamás”, la dedicación que tuve con
ellas la dedico a tu grandiosa bondad con los demás.
Reflexión: quiero resaltar que este cuento fue algo diferente que al de mis compañeros, mi idea

principal fue invitar a reflexionar a las personas de como muchos pueden tener comodidades en

las ciudades, pero saben poco de lo que muchos de los campesinos que nos aportan sus mejores

productos tal ves vivan la vida de formas diferentes. La importancia de sentir empatía nos enseña

a ver la vida de una manera poco egoísta y el ayudar a los demás sin esperar nada a cambio

refleja el verdadero amor del ser humano hacia el prójimo. Aprender a ser más conscientes y

agradecidos con lo que tenemos.

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