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Texto 06 Conceptos Elementales - Unidad 2
Texto 06 Conceptos Elementales - Unidad 2
Sobre monopolio y oligopolio, el alumno puede consultar textos explicativos breces en You
tube
La oferta y la demanda. Utilidad marginal decreciente. Elasticidad y Equilibrio.
Los conceptos descritos en el título de la clase, tienen vital importancia para entender el
funcionamiento del sistema de PRODUCCION – INTERCAMBIO que corporiza la economía
de cualquier sistema económico.
Son estos realmente “nociones básicas de economía”, y es necesario que los alumnos
comprendan tanto el significado de los conceptos, como su funcionamiento, y por cierto,
las consecuencias que se derivan de su funcionamiento.
Lo primero que debemos tener en cuenta, es el carácter estrictamente racional que modula
el comportamiento de estos conceptos. Al ser racional, su funcionamiento y sus efectos,
obedecen leyes que la racionalidad humana impone. De lo expresado, advertimos que estos
conceptos no se nutren de leyes físicas (los precios nunca caerán por la ley de gravedad ni
subirán porque son más livianos que el aire). Su movimiento dependerá de la racionalidad
con que actúan los seres humanos en una sociedad en la que por su complejidad nadie
puede satisfacer por sí mismo todas sus necesidades.
Pero también es cierto, y eso es lo interesante, que nunca sabemos con absoluta certeza,
en qué dirección apunta esa racionalidad social. Y precisamente por eso, es que quienes
representan al conjunto o buena parte de la sociedad, (sea por poder político, ideológico o
económico) intentan o desean orientar esa racionalidad de los conceptos hacia donde les
parece más conveniente. Para ello se emplea fundamentalmente la ley, y/o cualquier otro
modo de poder que altere lo que normalmente debiera funcionar de modo libre,
automático y natural
No está de más decir, que esas intervenciones pueden ser beneficiosas o perjudiciales, para
todos o para algunos, efectuadas con la mejor intención o con propósitos no éticos. Lo más
grave, es cuando el efecto de las intervenciones sobre los conceptos racionales de la
economía, afectan derechos constitucionales, inherentes a la persona humana, y que por
lo tanto son de dudosa legitimidad, aunque formalmente sean legales.
Oferta y demanda
Comenzamos con el concepto de “oferta” que nos remite a “ofrecer bienes y servicios”. Su
contrapartida es la “demanda”, que nos remite a nuestra necesidad de demandar “bienes
y servicios”.
La lógica nos indica que estos dos conceptos, deben estar en equilibrio o por lo menos
buscar el equilibrio. P.ej. Habrá más médicos si hay más enfermos o la misma cantidad de
médicos trabajará más horas para atender muchos enfermos. Este ejemplo es importante,
porque no es fácil lograr más médicos ya que eso requiere más estudiantes que estudien
medicina, lo que lleva tiempo, por lo que probablemente el equilibrio se alcanzara en un
primer momento con mayor trabajo de los mismos médicos, que por esa razón tendrán
mejores ingresos y ello incentivará a los estudiantes a elegir medicina como carrera, o a
médicos de otras ciudades a trasladarse al sitio donde hay muchos enfermos y pocos
médicos.
Desde el punto de vista de la demanda ocurrirá exactamente lo contrario. Algunos enfermos
optarán por atenderse en otras ciudades, e incluso algunos se conformarán con medicinas
caseras.
Lo cierto es que esto acontece de modo natural, en un lapso de tiempo que puede ser breve
o extenso (no es lo mismo resolver el problema de ofrecer más papas o demandar más
zapallos que resolver la escasez de energía eléctrica). Asimismo, advertir una modificación
del equilibrio “oferta-demanda” puede ser instantáneo (el ama de casa que va al mercado
y descubre que no hay papas o su precio duplica el del día anterior); o puede ser una
situación que solo logran advertirla los especialistas, por ejemplo, el riesgo de una caída
abrupta de generación eléctrica por falta de inversión en maquinarias.
Precisamente, la infinita cantidad de situaciones naturales o acciones humanas, impiden
pensar que todas son controlables, ya sea por los gobiernos o por los propios
consumidores.
Lo cierto es que, dependiendo la humanidad en forma extrema de producir y consumir
bienes y servicios, las desviaciones que se producen
(particularmente cuando no son accidentales o circunstanciales, sino que son provocadas o
por alguna razón extendidas en el tiempo), motivan a las autoridades, y también a
productores y consumidores a actuar de algún modo. Los gobiernos actúan mediante leyes
o normas inferiores. En algunos casos estas son represivas y en otros casos intentan ser solo
correctivas, y también suelen ser sustitutivas. En todas las situaciones, el resultado aun
cuando sea el esperado, opera como una interferencia artificial sobre una ley natural, cuyos
efectos pueden ser no deseados.
Por ejemplo:
Cuando un producto es provisto por una sola empresa o por un pequeño grupo de ellas, es
relativamente fácil fijar condiciones de precio cantidad o calidad que favorezca al productor
y perjudique al consumidor. En este caso, Los gobiernos deben intervenir, no para definir el
valor de un producto o servicio, sino fundamentalmente para impedir y reprimir las
prácticas abusivas.
Los consumidores también pueden imponer ciertas condiciones, (aunque esto es más
difícil), cuando advierten que ciertos productos se proveen a un precio excesivo o una
calidad disminuida, o nuevos productos superan ampliamente los tradicionales.
La importancia de tender a un funcionamiento adecuado del modo más natural, radica en
que la ley (que los alumnos rearan o aplicaran en su momento), puede resolver situaciones
transitorias, pero siempre trae efectos no deseados, que luego son difíciles de corregir. Un
caso típico, es el desempleo, que a vece obliga al Estado a incorporar gente a la nómina de
empleados públicos, o bonifica a los desempleados con planes alimentarios o dinerarios.
Solucionar el problema del desempleo es moralmente aceptable, pero en el primer caso se
crea un déficit fiscal que luego es imposible de cerrar, y en el segundo caso, es imposible
retirar las ayudas alimentarias o monetarias porque con seguridad los beneficiarios no
modificaron su situación.