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arqueología y marxismo en méxico

Author(s): manuel gándara, fernando lópez and ignacio rodríguez


Source: Boletín de Antropología Americana , julio 1985, No. 11 (julio 1985), pp. 5-17
Published by: Pan American Institute of Geography and History

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/40977084

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manuel gándara*
fernando lópez*
ignacio rodríguez*

arqueología y marxismo en
méxico

Introducción informal entre nuestros colegas, rara vez hubo coin-


cidencia sobre quienes eran los arqueólogos marxis-
Hacer la historia de una disciplina es una tarea difícil,tas o si había una arqueología marxista en México.
aunque sea solo de un país y de una de sus variantesTal vez por eso tampoco existe un cuerpo bibliográ-
en particular. Es más difícil aun en ausencia de unafico con sus postulados, objetivos y logros: los que
perspectiva temporal adecuada, como han notado usan el término no incluyen una sola referencia.
algunos historiadores. El Dr. Bernal tiene sin dudaParadójicamente hoy día casi todo mundo se consi-
razón al detener alrededor de 1950 su estudio de la dera "marxista".
arqueología mexicana porque El marxismo se ha puesto de moda recientemente:
viste bien, e imparte un aire de radicalismo, libertad
...forzosamente entran en juego consideraciones per- y juventud hasta al más conservador trabajo arqueo-
sonales de amistad o de antipatía hacia los actos de lógico. La terminología marxista se usa frecuente-
personas aun vivas, imposibilitando un juicio válido mente al final de los reportes, en el momento de la
sobre sus aportaciones y su importancia en el desarrollo
de la ciencia... (Bernal 1979: 13).
"interpretación". Pero quizá sea legítimo preguntarse
si estos -a veces bien intencionados- textos constitu-

Quizá se esperaría que, bajo el título de "Arqueo-


yen el corpus de la arqueología marxista mexicana;
peor aún, para algunos colegas aparentemente ser
logía y Marxismo en México", produjéramos algo
como "la historia de la arqueología marxista" mexica-
"marxista" equivale simplemente a estar en contra
na. Una tarea así es osada y poco modesta, conside- del "neopositivismo reaccionario" de la Nueva Ar-
rando los riesgos mencionados, el tiempo y extensión
queología.
¿Qué es, a fin de cuentas, la arqueología marxista?
disponible e incluso tal vez las capacidades de los
¿Existe en México? ¿Cómo contestar sin hacer un
que esto escribimos.
catálogo en el que resulten marxistas "los arqueólogos
¿Cuál es nuestro objetivo entonces? Al plantearnos
construir un esbozo histórico descubrimos un proble-
que me caen bien" o "los que siguen la línea 02 mi
ma: aunque se usa frecuentemente la frase "arqueo-
partido" o los que simplemente se autonombran
marxistas? Claramente, para poder hacer su historia
logía marxista", e incluso se le divide en buena y
mala (Lorenzo 1980: 387, Lorenzo 1981 : 204), nadie hay que contestar a estas preguntas cuando menos
ha ofrecido una caracterización al menos general del provisionalmente.
término. En consecuencia, resulta difícil hacer la Mientras que a los seguidores de los enfoques
ecológicos les puede o no preocupar que alguien se
historia de algo que nadie ha definido ni siquiera en
autocalifique de "ecólogo" sin serlo, la poca claridad
forma provisional. Quizá todos entienden su signifi-
sobre el marxismo tiene consecuencias políticas: per-
cado o a qué arqueólogos, proyectos o publicaciones
mite erigir enemigos de paja que luego son "refuta-
debe aplicarse. Pero curiosamente, en una encuesta
dos" o descalificados como profetas de un nuevo
"dogma" (opinión que parece compartir Bernal: cf.
* Instituto Nacional de Antropología e Historia 1979: 13); resultados luego transferidos al "marxis-

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6 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 11 JULIO 1985

mo", con el dudoso objetivo compromiso


de mostrarsocial de la ciencia".
queAsí, se dice que
conduce
a conclusiones indeseables. un buen Luego se mezcla
científico nunca remata con y
ciencia y valores
serias admoniciones sobreque los peligros
el progreso en la cienciade mezclar
solo puede ser originado
ciencia y política e incluso confactores
mediante sermones sobre
internos a la propia ciencia.las
Para
tristes consecuencias de trabajar guiados
estos ¡nternalistas por
radicales "la prueba de unauna
influen-
teoría. Esto es, tiene implicaciones cia externa equivalepolíticas ySin
a la invalidación". teóri-
embargo,
cas. Creemos que esto justifica "ya que siempre
cualquier
existen las influencias
intento externas,
de el
caracterizar la "arqueologíainternalismo marxista", radical es utópico,
paray eventual-
como teoría de la
mente producir una historia racionalidad,
de su es auto-destructivo"
desarrollo (Ibid).
en El otro
Mé- ex-
xico. tremo es el de los "external istas radicales". Esta posi-
La estrategia de este trabajo es iniciar con comen- ción, popular entre algunos colegas, hace que la
tarios sobre la historiografía de la ciencia en general, Nueva Arqueología no sea sino el resultado de la
como contexto de la historia de la arqueología crisis americana de los 60's, el impacto de la guerra
marxista en particular. Luego, partiendo de la noción de Vietnam y el surgimiento de los movimientos de
de "posición teórica" (Gándara 1981), caracterizare- conservación de la ecología.
mos muy brevemente al marxismo y a la arqueología Uno de los aportes más productivos de las discu-
marxista (tan brevemente que esperamos no ofender siones recientes sobre historia y filosofía de la ciencia
a los especialistas). Esbozaremos su desarrollo, ha- ha sido el acabar con el sueño neopositivista de que
ciendo un rápido recuento de algunos autores y pro- la "reconstrucción racional" equivale al análisis de
yectos (recuento que no intenta ser exhaustivo ni alguna de sus teorías aisladas. La historia neopositi-
exclusivo) y finalmente, aventuraremos una evalua- vista de la ciencia fracasa al transportar hacia las
ción de sus perspectivas actuales. teorías analizadas sus propios prejuicios contra ele-
mentos "externos". Una historia adecuada debe con-
siderar no solo las teorías aisladas, sino los postulados
Las "historias de la ciencia"
epistemológicos, ontológicos, metodológicos, éticos,
políticos e incluso estéticos, así como las teorías tanto
Hoy día pocos especialistas creen en la historiografía
sustantivas como de la observación -que constituyen
de la ciencia que "muestra" su desarrollo como una lo que uno de nosotros ha llamado -"una posición
cadena ininterrumpida de "descubrimientos" condu- teórica" (Gándara 1981: 39-40). Sin embargo, para
centes al feliz estado de cosas actual; en "historias"
la tendencia dominante la ciencia es simplemente un
que son genealogías de los "ancestros intelectuales"conjunto de datos e interpretaciones "neutrales". Para
en las que nunca hay divergencias, en "historias" que
muchos resulta sorprendente que alguien se llame
son sólo listas de anécdotas, experimentos y proyec-marxista y pretenda al mismo tiempo ser científico.
tos que ocurren en un "vacío" teórico (Kuhn 1970). "La ciencia", se nos dice, "requiere de objetividad".
Estas ¡deas parecen no haber afectado a los historia-
Es paradójico que se reconozca el elemento político
dores de la Arqueología. Glynn Daniel (1 976: 322-3),
de la posición marxista y se nieguen sus teorías cien-
por ejemplo, nos indica que su libro no es el lugar tíficas, mientras que se pretende que las posiciones
adecuado para hacer discutir las teorías. En otras no-marxistas carecen de intenciones políticas y con-
ocasiones, parecería que se trata de un conjunto más
tienen solo teorías científicas.
de tiestos: se crean "tipos" de arqueólogos, cronoló- La Nueva Arqueología mostró como, lejos de
gicamente ordenados en "etapas" cuya sucesión es trabajar en ausencia de una teoría, los arqueólogos
un misterio (ver, por ejemplo, Willey y Sabloff 1 974).
tradicionales simplemente trabajaban con teorías no-ex-
Un historiador de la ciencia ha señalado reciente-
plicitadas y por tanto no expuestas a la crítica racio-
mente que nal; es lamentable que esa misma argumentación no
sea llevada a sus correspondientes consecuencias
...Existe una forma radical de inductivismo (en la
políticas: lejos de trabajar sin una toma de posición
historiografía de la ciencia) que condena todas las
política, tradicionalmente se trabaja siguiendo postu-
influencias externas, ya sean estas intelectuales, psico-
lados no-explicitados y por lo tanto no expuestos a
lógicas o sociológicas, ya que supuestamente crean
la crítica racional. Es necesario entender esto para
un prejuiciamiento impermisible: los inductivistas radi-
poder hacer la historia de la arqueología marxista en
cales permiten solo una selección (aleatoria) hecha por
una mente vacía... (Lakatos 1978: 105). México, so pena de simplemente condenarla a la lista
de "nuevos dogmatismos" inevitables (Bernal 1979: 13).
A veces se reconocen dichas influencias, pero no
se considera indispensable incluirlas al escribir la
historia. Se asume también que las hipótesis deforman Caracterización del marxismo como posición
la "objetividad" y resultan "encontrar lo que uno teórica
quiere encontrar".
Esta posición coincide con la ingenuidad de los Retomando la idea de que una teoria no puede ser
científicos que distinguen entre "la objetividad" (que comprendida cabalmente si es separada de su posi-
niega cualquier consideración ética o política) y "el ción teórica general, queremos describir sintética-

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GÁNDARA, LOPEZ y RODRIGUEZ ARQUEOLOGIA Y MARXISMO EN MEXICO 7

de conocimiento que tiene sentido para el hombre


es un producto histórico y social.
El sujeto es el hombre social, tal y como las
condiciones reales de su existencia lo determinan -la
razón es un producto histórico- y participa de un
conjunto de relaciones sociales dentro de las que es
simultáneamente creador y criatura (Labastida 1980:
7-35). El conocimiento se da, puesto que el objeto
sufre un doble proceso de transformación (uno en sí,
por la misma dinámica interna, y otro por acción del
trabajo humano). Con base en esta acción, el hombre
se transforma también al percibir los procesos y rela-
ciones en que está inmerso el objeto de conocimien-
to. Así, la epistemología materialista se basa en que:

/ . El objeto existe independientemente del sujeto.


2. El sujeto tiene la capacidad de conocer la
realidad objetiva.
3. El conocimiento se dá a partir de la transforma-
ción social e históricamente determinada del objeto
por el sujeto.
4. El objeto modifica al sujeto en la medida que
conoce las leyes que lo rigen.
5. La verdad absoluta es sólo una idea normativa:
el conocimiento alcanza grados sucesivos de verdad,
al ser falible pero perfectible.
6. La verdad es una relación de correspondencia
entre lo que se afirma sobre la realidad y esta corres-
pondencia que se expresa mediante la praxis.

b) Ontologia:
mente los elementos de la posición marxista. La realidad está constituida por una
Afortu-
nadamente, a diferencia de posiciones
serie de
queprocesos
nieganconcatenados, donde unos están
"presuponer" principios filosóficos y políticos,
determinados por en elProceso es materia en movi-
otros.
miento y en constante
marxismo estos siempre han sido explicitados para sucambio (sujeto de las leyes de
crítica pública (Marx 1968, 1970,la 1971; Marx
dialéctica), y tanto al mundo como al
que rigen
pensamiento
Engels 1 973-4; Marx y Hobsbawm 1 971 ; Lenin 1(Kopnin
960-1 1966).
, Existen relaciones no-
1974). Es precisamente la riqueza mológicas de este cuerpo
descritas o explicadas por las categorías
teórico la que hace que cualquier intento dialécticas.de síntesis
esté predestinado a ser injusto con la c) Metodología:
teoría. No obs-El proceso de conocimiento es
tante, ya que la concepción de la arqueología susceptible de ser guiado y codificado mediante la
marxis-
ta depende de la caracterización del lógica marxismo,dialéctica,hare-
que actúa simultáneamente como
mos una presentación informal de éste. lógica,
Nometodología
intentare- y heurística. Al conocer, las
mos aquí satisfacer a los especialistas, leyes deque segura-
la realidad se transforman en leyes del pen-
mente encontrarán deficiente nuestra samiento
imposible (pero distinta
sínte-forma , mismo contenido);
sis, sino explicitar lo que entendemos esto por
es, rigen la adquisición de nuevo conocimiento
"marxis-
mo". y las formas de evaluarlo (Ibid).
En general hay al menos tres componentes impor-
tantes en la posición marxista: el filosófico, el de la 2. Teoría general sustantiva: el Materialismo His-
teoría de la historia y el político. Evidentemente, tórico es la teoría general que expresa la concepción
conforman una unidad que separaremos aquí solo materialista de la Historia, basada en el principio de
con fines analíticos. que el Modo de Producción condiciona la vida social,
espiritual y política en general. Se tiene una concep-
7. Posición filosófica: ción jerarquizada de la realidad social, en la que la
a) Teoría del conocimiento: El proceso de conocí-,explicación se fundamenta causalmente en el Modo
miento se basa en la acción práctica del sujeto cog-de Producción; para las sociedades de clases, el
noscente sobre el objeto de conocimiento (el sujeto motor fundamental es la lucha de clases. Dada su
conoce al objeto en la medida en que actúa sobre importancia causal, el estudio del Modo de Produc-
él). Esta acción tiene como base la producción y lación como una correspondencia entre Relaciones
reproducción de la vida real, a partir de la apropiaciónSociales de Producción y desarrollo de las Fuerzas
de la naturaleza por medio del trabajo. Así, el objeto Productivas adquiere una prioridad metodológica. En

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8 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 11 JULIO 1985

Ias sociedades de clases, debe además


Esto contradice considerarse
algún postulado central del marxismo,
prioritariamente la diferente composición
al sustituir consistencia por verdad,de clases,
o invertir la rela-
ción ontologia-epistemologia,
facciones y sectores, destacando los conflictos o al seguir unade posi-
clase. ción escéptica o idealista subjetiva. Ya que los prin-
cipios filosóficos del marxismo forman parte del "nú-
3. Posición política y ética: se parte de que el cleo" de la posición teórica, para que un estudio
hombre tiene una capacidad limitada de auto-realiza- pueda calificar como marxista, deberá ser congruente
ción, que es coartada por las condiciones de la pro- con ellos.
ducción capitalista y de la imposición de los intereses En cuanto al aspecto sustantivo (o teórico en sentido
particulares de una clase como colectivos, produ- partitivo) habrá que considerar dos puntos básicos:
ciendo la alienación (Espinoza 1984: 21-22). Se 1) que la investigación sea guiada por un diseño de
busca la eliminación de las clases partiendo de una investigación marxista y 2) que este diseño sea llevado
teoría científica de la realidad para la construcción a cabo.
del socialismo -proceso en el que el proletariado 1) Por "diseño de investigación marxista" enten-
juega un papel fundamental- y eventualmente crear demos: a) que el problema teórico a resolver se derive
la sociedad comunista del futuro. Dados los intereses de alguna problemática marxista general, o bien que
de clase en juego, la transformación de la sociedad constituya un replanteamiento marxista de un pro-
capitalista es vista como inevitable y toma histórica- blema derivado de otra posición teórica, con la obli-
mente la forma de revoluciones. En este proceso gación de comparar la solución marxista con la no-
desempeñan un papel importante los partidos y sindi- marxista; b) que el conjunto de hipótesis para resolver
catos de izquierda. el problema sea derivado del Materialismo Histórico,
o constituya una aportación a éste para lo cual deberá
ser congruente con el resto de la teoría.
Caracterización de la arqueología marxista 2) Consideramos que el diseño es llevado a cabo
si los principios e hipótesis involucrados son en efecto
Somos concientes de que hablar de "arqueología contrastados con materiales arqueológicos, siguiendo
marxista" pudiera resultar problemático: se ha seña- los procedimientos generales del método científico.
lado que el objeto teórico de la antropología en su Hay que recordar que cada vez que un principio
conjunto no es el mismo que el del marxismo, por teórico es usado, vuelve a adquirir el status de hipó-
lo que hablar de "antropología marxista" haría del tesis a pesar del grado de corroboración que haya
marxismo una más de tantas teorías antropológicas alcanzado. Este requisito, introducido en la arqueolo-
(cf. Díaz-Polanco 1979: 32-37). Si bien la articula- gía no a partir del marxismo sino de la Nueva Arqueo-
ción entre marxismo y antropología es controvertible logía, es crucial ya que de otra manera el material
(Gómez Tagle 1979), para la arqueología no lo es, arqueológico se convierte solo en el instrumento de
si la entendemos como parte de la ciencia de la validación de un dogma.
historia. El aspecto más difícil de delimitar es el político.
Entre los criterios que seguimos para distinguir Claramente, alguien que se diga marxista debe estar
entre arqueología marxista y arqueología no-marxis- de acuerdo con la posición política marxista. ¿Pero
ta, está la diferencia que hay entre la teoría marxista hasta qué punto la mera convicción es suficiente?
y su terminología. Se puede adornar un trabajo con ¿Ha de considerarse, como proponen algunos, que
términos marxistas, pero esto no lo califica como la "práctica teórica" es una forma de militancia? ¿Es
arqueología marxista; tampoco es suficiente añadir indispensable que el arqueólogo marxista milite más
referencias a los clásicos, como parte sólo de una allá de la academia o deba trabajar en algún partido?
declaración de principios -en el prólogo o en las Como buenos miembros de la clase media, tal vez
conclusiones- sin que la teoría marxista tenga un nos resulte cómoda la idea de que es suficiente la
papel importante en la investigación. Estos trabajos práctica político-académica, pero no satisfactoria.
no serían marxistas bajo el criterio de que para serlo, Surgen así varias preguntas relacionadas: por ejem-
deberán respetar la integridad del programa marxista plo, ¿se puede seguir solamente la teoría del Materia-
en sus tres aspectos (filosófico, sustantivo y político), lismo Histórico sin el resto de la posición teórica
y no solo en su terminología. marxista -ser materialista histórico sin ser marxista?
Los marxistas generalmente son más auto-con- ¿Es legítimo seguir solo la parte teórica sin el compro-
cientes que otros investigadores sobre el primer as- miso con la parte política? La pregunta no es solo
pecto (el filosófico). Aun así, algunos arqueólogos retórica: hay colegas que se sienten atraídos por los
seguidores de esta corriente parecen no siempre con- logros de la teoría, pero no necesariamente compar-
gruentes con sus postulados, por ejemplo, hay quien ten sus principios políticos. Esta es una situación que,
dice que las Relaciones Sociales de Producción son aunque empieza a darse en la arqueología, se ha
inalcanzables para el arqueólogo, que solo pueden presentado ya en otras ramas de la ciencia social ,
existir aquellas cosas para las que tenemos un concep- como señala J. Guerrero:
to, que la verdad es equivalente a la consistencia o
bien que "todo es ideología" o que "todo es relativo". El marxismo de la intelectualidad burguesa y pequeño

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GÁNDARA, LOPEZ y RODRIGUEZ ARQUEOLOGIA Y MARXISMO EN MEXICO 9

burguesa se desarrolla con un carácter ecléctico donde


hemos caracterizado a la arqueología marxista es que
la simple añadidura de elementos inspirados en todo
esta no existe en México (para una opinión similar,
tipo de teorías se presenta como 'enriquecimiento
cf. Braniff et. al. 1983: 15), sino solo arqueólogos
teórico' y 'superación del dogmatismo'. En realidad,
influidos
esto último es consecuencia del enfrentam iento en mayor o menor medida por el marxismo.
crítico
Es influencia
del marxismo con otras corrientes, a partir porque para ser marxista la arqueología
de su cap-
tación rigurosa del mundo real, lo cual debe respetar
permite a la integridad de la posición teórica
sus
global y tener
portavoces descubrir y aprovechar precisamente una práctica basada en un diseño de
acier-
tos y denunciar y criticar errores (...). investigación
El marxismo consecuente con esa posición.
Es necesario en
esclerizajdo y 'enriquecido' ha llegado a convertirse hacer dos distinciones adicionales:
un instrumento más de la dominación
entredel capital y Materialismo Histórico, (cf. Kohl
materialismo
(Guerrero 1983: 35).
1 981 ) y entre interpretar datos arqueológicos y hacer
Además de que hay algo que suena aarqueología.
oportunismoEn cuanto a la primera, mientras que
existen
en la idea de ser materialista histórico sin enfoques materialistas (como la ecología cul-
ser marxista,
tural o el materialismo
habría que considerar no solo si es aceptable, sino cultural), no por esto son
Materialistas
si esta situación a la larga sería fructífera Históricos. En cuanto a la segunda,
en el propio
terreno científico. Como se mencionómientras
antes,quela todos
elec-los arqueólogos interpretan datos
arqueológicos, no de
ción de problemas a resolver no es independiente todas las interpretaciones de datos
arqueológicos son se
factores "externos" a una teoría. La problemática hechas por arqueólogos. Por ejem-
plo, algunas
genera o bien en forma "interna" (como de las de
resultado mejores interpretaciones marxistas
problemas no resueltos o de intentos sobre el siglo XVI en México han sido hechas por
de articulación
e instrumentación), o bien en forma no-arqueólogos:
"externa" (por Olivera (1 978), López Austin (1981),
Broda y Carrasco
las partes de la posición teórica normalmente no(Carrasco y Broda, eds. 1 978), entre
otros.
explicitadas, como las relativas a la intención políti-
Los trabajos de el
ca). Alguien que simplemente quisiera usufructuar los autores que mencionaremos
Materialismo Histórico podría hacerlo adelante
pero presentan
no por diferentes grados de influencia del
tiempo indefinido, ya que una vezmarxismoavanzadasy pueden
las considerarse como precursores,
soluciones a los problemas internos, pero precisamente
la fuente de porque no cumplen con alguno
nuevas problemáticas tendría que venir de los
deaspectos mencionados, generalmente el rela-
aspectos
"externos". Esto involucraría o la tomacionado
de con el diseño y su realización, no podrían
posición
marxista o alguna alternativa antagónica, ser considerados
pero encomo trabajos de arqueología
cualquier caso no se podría trabajar en marxista. Esto node
ausencia los hace menos importantes o inte-
una toma de posición política, aunque resantes, por el contrario, constituyen el sustrato
sea posible
trabajar adoptando posiciones políticas sobre
noelexplicita-
que habrá que continuar.
Hemos dividido en tres momentos el desarrollo
das y asumidas en forma inconciente.
Que el Materialismo Histórico puede de esta
serinfluencia:
explo- uno que iría desde finales de la
tado por no-marxistas es bien conocido década
y de los 40's
habla delhasta principios de los 60's, domi-
poder científico de la teoría. Buena nado por las de
parte perspectivas
las childeanas de la arqueolo-
reformas introducidas en el sistema económico ame- gía como ciencia social y por el interés en la sociedad
ricano se nutrieron del marxismo e intentaban detener hidráulica. El segundo momento, de mediados de los
la velocidad del proceso de descomposición social 60's a principios de los 70's, refleja el impacto del
(recuérdese la teoría Keynesiana, el welfare, etc.) Y movimiento popular-estudiantil de 1968 y la lectura
podríamos citar otros ejemplos, más cercanos a la de los textos clásicos marxistas. El tercero, de media-
antropología (Wittfogel, Harris, Wallerstain). dos de los 70's a la fecha, con la consolidación de
Precisamente porque el marxismo incluye los tres la influencia del Materialismo Histórico y su incorpo-
aspectos señalados antes, el cumplir sólo con el ración académica. Como toda periodización, esta es
político tampoco hace a un arqueólogo marxista real. hasta cierto punto arbitraria, y debe considerarse
Fue precisamente a partir de la conciencia de este como recurso para facilitar la exposición.
hecho que varios arqueólogos, especialmente suda-
mericanos, que estaban involucrados de una u otra
a) La influencia chi Idean a
forma en la militancia, decidieran hacer algo por
conjuntar su práctica política a su desempeño acadé-
mico. Este es un tema que reaparece durante la década Con la profesionalización de la antropología (en la
pasada, por ejemplo, el recuento personal que hace década de los 40's), se abrió un espacio para la
Diana López de Molina (1980), o en un tono menos discusión académica que inevitablemente habría de
personal, el documento de la Reunión de Teotihuacan ser crítica. El blanco era la generación anterior de
en 1975 (Lorenzo et. al. 1976). arqueólogos, la llamada "escuela mexicana de antro-
pología" (Litvak 1975a, 1975b), (Matos 1979: 15).
Breve recuento histórico
Había insatisfacción con el trabajo predominante-
mente monumental y con la construcción de "histo-
rias culturales" que en realidad eran muchas veces
Una conclusión de este trabajo y de la forma en que

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10 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 11 JULIO 1985

solo secuencias cerámicas. Queda por


lítica. Una determinar
de las tendencias fue el la ambientalista
grado de influencia que tuvieron sobre
inglesa, los arqueólo-
introducida por Lorenzo. El volumen sobre
gos los trabajos de Othón de Mendizabal (1 964)
Teotihuacan (Lorenzo, y de
ed. 1968) cristaliza esa ten-
Kirchhoff (1947, 1954, 1955a, dencia
1955b, 1967,
y muestra que1979),
la crítica a la arqueología
generalmente reconocidos como precursores
monumental tradicional de puedela apoyarse con obras
aplicación del Materialismo Histórico en la es
concretas. Lorenzo antropo-
responsable también de la
logía en general (Matos 1979), introducción
(García definitiva
Mora y1980), masiva de Childe en México,
Vázquez y Arboleyda 1977), (Daklhgren
al traducir incluso1974).
varios de sus trabajos (Childe 1 968,
En este incipiente movimientoLorenzo
de crítica sobresale
1 968). Childe pasó de ser lectura subrepticia
Armillas (Bonfil 1980: 49), generalmente
a lectura obligatoria acreditado
en la carrera de Arqueología.
como inventor del cariñoso término Al final de "piramidio-
de esta década la insatisfacción con el
ías", para describir a la generación
enfoqueanterior. En una
tradicional se evidencia en varios trabajos
fra^e extraña, Jiménez Moreno señala
que intentan que fuealternativas
proponer Armi- materialistas, por
llas quien introdujo a Childe enejemplo
la arqueología
el de Olive (1 959).mexi-
Por otro lado, la influen-
cana: "Bajo su influencia alumnos como José seLuis
cia de Wittfogel/Steward tradujo en una estrategia
Lorenzo adoptaron esta tendencia,general quepara losrepresenta
proyectos de la Cuenca de México
una aportación importantísimadepara Sandersla Escuela.
(Sanders, Parsons Más
y Santley 1979), Millón
tarde, José Luis Lorenzo se preparó adecuadamente
(1976), Armillas (1971), etc. (cf. Wolf, ed. 1977), y
en Inglaterra" (sic) (Jiménez Moreno
los trabajos 1980: 13). Fue
sobre la agricultura en el México Prehis-
importante en este momento la pánicopresencia
(Palerm y Wolf, deeds.West1972).
(Lorenzo 1980: 24-31) y su trabajo clásico
El énfasis sobre
en los factores las
materiales de la vida no
chinampas (Armillas y West 1950). Armillas
era totalmente nuevo eninsistió
el estudio del México prehis-
en que la periodificación deberíapánico,elaborarse sobre
por supuesto; existen antecedentes, sobre
una base no estilística sino económica, dando énfasis
todo en la etnohistoria, con trabajos como el de
en el análisis del aparato productivo
Monzón (1947)(Armillas 1949,Acosta Saignes
sobre el calpulli,
1951, 1957, 1971). Por desgracia,(1945)la influencia
sobre los pochtecas, y de los trabajos ya mencio-
Armillas se redujo cuando éste nados
salió del país.
de Kirchhoff.
En la década de los 50's surgen variantes en la
arqueología: la "escuela mexicana" dejó de ser mono-
b) Los años sesenta

Al final de los 50's se formaron grupos de estudio,


como el "Miguel Othón de Mendizabal", en los que
se discutían los textos marxistas. Aunque en este
grupo participaron arqueólogos, estaba básicamente
constituido por antropólogos sociales. El papel de
esta generación en el cuestionamiento de la antropo-
logía mexicana es innegable (Olivera y Gali, 1980,
Olivera y Gali, eds. 1980: 43-84, Warman et. al.).
Su interés en el marxismo no se derivó solo de la
insatisfacción académica, sino sobre todo de una
toma de posición política. En el caso de los arqueó-
logos este elemento parece haber predominado ya
que su familiaridad con los textos marxistas no se
plasma en su producción sino más tarde.
Uno de los primeros intentos explícitos, en la
primera parte de la década de los sesentas, es la tesis
de Matos (1965) (cf. Montemayor 1971). La vanguar-
dia la llevaban los antropólogos sociales: fue precisa-
mente Bartra quien produjo uno de los textos más
interesantes del momento: "Tipología y Periodifica-
ción, etc. (Bartra 1 964). Su obra, tanto sobre el Modo
de Producción Asiático (Bartra 1969, Bartra ed.,
1969) como sobre las sociedades antiguas (Bartra,
1965, Bartra ed. 1975), ha tenido un impacto consi-
derable en los arqueólogos. Durante esta década el
malogrado Proyecto Cholula intentó integrar a inves-
tigadores de varias ramas que compartían un interés
en el Materialismo Histórico. También se editan los
trabajos de Mauro Olmeda (1960a, 1960b, 1966).

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GÁNDARA, LOPEZ y RODRIGUEZ ARQUEOLOGIA Y MARXISMO EN MEXICO 11

El movimiento estudiantil-popular de Al no existirsacu-


1968 una tradición de discusión académica
dió, entre otras cosas, la estructura vertical y autori-
a veces parecía no avanzarse rápido; aun así, el
taria de muchas de las instituciones de enseñanza movimiento de democratización de la ENAH y el
superior, que iniciaron entonces procesos de demo-INAH dejaron una profunda huella. Por desgracia,
cratización. Este activismo tuvo repercusiones y sig- este movimiento fue interrumpido bruscamente en
nificó para algunos profesores el abandono forzado algunos centros de trabajo, como el Depto. de Prehis-
de la práctica docente: dejan la ENAH varios antro-pánicos, que fue "desaparecido" en 1977, y solo
pólogos sociales en protesta por el cese de Bonfil,varios años después reinstaurado.
cuyo contrato fue cancelado unilateralmente. En la ENAH se introdujo en 1 971 un nuevo anuario
Se ha hablado mucho sobre la "retirada" de estos que permitió el establecimiento más o menos regular
profesores y su efecto en la ENAH (Olivera y Gali de cursos sobre Materialismo Histórico y Dialéctico.
1980: 85-128). Se perfilaba así una tónica que duró La explosión demográfica en la ENAH significó la
algunos años; Jáuregui señala: "...nuestra generación entrada de un número considerable de profesores
mostró interés por tomar cursos de economía marxis- no-antropólogos, algunos en extrema oposición a la
ta. Autorización que nos fue negada. Y tuvimos que propia antropología; casi parecía que para que el
tomar dicho curso con otro nombre..." (Jáuregui marxismo avanzara era necesario acabar con la antro-
1980: 130). pología. Esta tendencia fue balanceada con el ingreso
La matanza del 10 de junio de 1971 mantuvo lade algunos profesores que, al ser antropólogos y al
organización alternativa generada en 1968, crucialmismo tiempo marxistas, mostraban la posibilidad de
en la democratización de la ENAH, que transformaríaligar el trabajo antropológico al Materialismo Históri-
su gobierno en uno paritario, democrático y abierto. co. Pero aun con esas dificultades, la incorporación
En este ámbito fue que el marxismo pudo adquirir yade cursos marxistas produjo un nuevo punto de vista.
no solo una dimensión política, sino académica. En Aunque algunos profesores aun insistían en que
Arqueología esto se sintió posteriormente. A partir deel marxismo es más política o dogma que teoría
1971, por razones que habría que determinar, se
científica o que no es aplicable a las sociedades
llegó a una escisión entre arqueología y antropología
pre-capitalistas, de acuerdo al nuevo anuario los
social, que produjo que se perdiera lo que la genera-
estudiantes ya habían llevado cursos sobre Materia-
ción anterior había avanzado en la construcción de lismo Histórico. Esto produjo en pocos años un nuevo
una arqueología marxista (López de Molina 1980), balance de fuerzas; ya fuera con cursos y seminarios
(Merlo 1980). sobre sociedades precapitalistas (como los que dicta-
ron E. Nalda, L. González, J. Yadeun, E. Matos, F.
c) Los años setenta Bate, L. Manzanilla y J. Montane entre otros), o con
discusiones sobre teoría, que ya no eran estigmatizadas,
La década de los setenta fue de gran importancia para sobre las ventajas y desventajas de diferentes enfo-
el desarrollo de la arqueología marxista; buena parte ques. En el Anuario de 1978 (con la entrada a las
de este desarrollo es consecuencia del impacto del especialidades desde el primer semestre), de haber
libro La Arqueología como Ciencia Social, de L. tenido una posición subordinada, el Materialismo
Lumbreras (1974), que vendría a revitalizar la discu- Histórico se convirtió en la posición teórica predomi-
sión. nante en la Especialidad de Arqueología -según se
La influencia sudamericana se estableció en defi- lee en la presentación de la carrera (ENAH 1 983 : 32).
nitiva en México en 1973-74, con la llegada de los A partir de 1 974-75 el panorama había cambiado;
arqueólogos chilenos J. Montane y F. Bate. El interés entre los vehículos de este cambio debe incluirse al
en el Materialismo Histórico en arqueología era un Taller Abierto de Antropología y sus publicaciones,
hecho a mediados de los 70's, ya que además de los y las revistas Nueva Antropología (cf. Consejo Edito-
cursos impartidos en la ENAH, se habían generado rial 1979), Antropología y Marxismo e Historia y
seminarios en varios centros de trabajo del INÁH. Sociedad. En reuniones científicas se discutían temas
Dos procesos son importantes durante este mo- marxistas (como en el Congreso de Americanistas de
mento: el de democratización de la ENAH (Olivera 1974, el de la AAA en 1974 -ambos en México-
y Gali 1 980: 1 29-1 61 ), y los intentos de democratiza- siguiendo la trayectoria iniciada en Lima, Perú, 1970).
ción del INAH. En el INAH la vanguardia la llevaron En la investigación, la intención marxista de proyectos
el Departamento de Antropología Social (DEAS), los como el de Tepeapulco (García, T., López F., y
centros regionales y el Departamento de Monumentos Rodríguez, I. 1 976), continuaban en forma más explí-
Prehispánicos, donde se crearon consejos democráti- cita la influencia de proyectos anteriores, como el
cos que discutían activamente la Política de Investiga- Proyecto Tula (Matos, ed. 1974, 1976). Por desgracia,
ción del INAH. El vehículo para muchas de las trans- proyectos como el de Tepeapulco nunca lograron
formaciones fue el Sindicato de Investigadores, donde consolidarse, y quedaron sobre todo como propuestas
la preocupación por una política de investigación a considerar en el futuro.
surge de la necesidad de apropiarse de la materia de A partir de 1978 el marxismo se popularizó entre
trabajo, contraponiéndose a la política oficial desli- los arqueólogos, siguiendo la publicación de textos
gada de las necesidades populares. como el de Bate (1977) y Montane (1 980). Por desgra-

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12 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 11 JULIO 1985

cia, se convirtió también que en nouna


es necesario:
moda; el Materialismo
para Histórico
algunos, ya
el Materialismo Histórico estaparecía
"probado" por nosu éxito
seren el sino
análisis capitalista,
un
sustituto académico y confortable suponiéndose su validez de paralalas militancia
sociedades precapi-
real. Así, aunque el número talistas; así,de
los materiales arqueológicos son
interesados ensimples
el
Materialismo Histórico aumentó, ilustraciones. Estono es en
se aprecia claro si au-
las "interpretaciones"
mentó también el númeroglobales del desarrollo Mesoamericano
de marxistas en la arqueo- que obvian
logía. el problema del significado del material arqueológi-
Otros investigadores lograron una mejor integra- co. Otras veces, aunque se ha creído necesario desa-
ción entre su trabajo y su práctica política sin muchos rrollar los indicadores, no se ha considerado posible
aspavientos, pretensiones o discursos teóricos. Me- (se dice, por ejemplo, que la Superestructura es invi-
rece mención especial el Proyecto Cuchumatanes de sible). Se confunden términos teóricos con referentes
Navarrete, quien siempre tomó en serio la unidad de observables, además de negar el principio de la con-
la ciencia social y lo mismo estudiaba las rutas de catenación de los procesos, asumiendo que la totali-
intercambio, que el culto al Cristo de Esquipulas. A dad social no repercute en los materiales arqueológi-
partir del Proyecto Cuchumatanes este enfoque pasó cos; esta posición imposibilita la aplicación del mar-
de ser antropología conciente a ser antropología po- xismo a la arqueología y no es sino una forma d€
litizada, que ve su trabajo académico como parte de escepticismo.
un compromiso político: el escribir la historia de los 2. Se ha trabajado a veces con procedimientos
pueblos en lucha, para mostrar su raíz y su continui- técnicos obsoletos o poco confiables tanto de obten-
dad histórica (Navarrete 1983). La problemática ya ción como de análisis (se utilizan tipologías tradicio-
no es entonces la de la historia cultural: lejos de ser nales, se excava con niveles métricos, etc.). Esto
inútil, como afirman algunos marxistas afrancesados, puede deberse al rechazo incomprensible a la técni-
la arqueología tiene un importante papel político que ca, la cuantificación, la computación y otras herra-
cumplir. mientas, ya que se asocian a la arqueología anglo-
Existen otros proyectos iniciados en los últimos 3 sajona "reaccionaria y neopositivista".
años, pero aun no cuentan con publicaciones. Por 3. En otros casos, el problema no está en la con-
otro lado, con dos generaciones de egresados bajo cepción misma del marxismo. Por ejemplo, algunos
el nuevo Anuario, la ENAH ha contribuído a incre- precursores en México no tuvieron acceso a textos
mentar el número de investigadores trabajando con marxistas cruciales, no se contaba con buenas traduc-
una tendencia Materialista Histórica. Por esta razón, ciones o se tenía una formación autodidáctica predo-
intentar enumerar aquí sus trabajos sería demasiado minantemente en el plano político.
tedioso. Los resultados a largo plazo aun no se ven, 4. No se ha considerado relevante desarrollar los
aunque la perspectiva es en general, optimista. vínculos entre marxismo y arqueología, ya que la
arqueología -se dice- "no sirve para nada" en la
modificación de la sociedad actual o es solo una
Evaluación general técnica complicada de la historia: los procesos que
estudia, en tanto pretéritos, "no son modificables".
El hecho de que no podamos contar con un solo caso 5. En varios casos, se ha considerado que la cla-
de arqueología marxista es ya un comentario. Sin ridad política del autor (en intención o estructura)
embargo, creemos que deben localizarse las causas basta como campo fértil para depositar en ella las
para lograr un mejor desarrollo. Vale la pena señalar observaciones arqueológicas y obtener resultados.
que esta evaluación también es autocrítica, en la 6. Tampoco puede despreciarse el contexto polí-
medida en que estamos involucrados en el proceso. tico institucional: algunos de los proyectos no se
Tal vez el problema central ha sido el que el realizaron porque los departamentos en cuestión desa-
marxismo se haya adoptado como moda. En muchos parecieron, no se contó con fondos, o incluso han
casos no se ha ido más allá de utilizar la terminología sido vistos con desconfianza o desprecio, al ser con-
marxista, o bien confundir práctica política con una siderados irreales, poco serios, demasiado teóricos,
práctica arqueológica real. Los trabajos se han que- etc., por colegas que piensan que la teoría es un
dado frecuentemente en pronunciamientos y buenas privilegio de la gerontocracia. Se teme también que
las condiciones cambien en México y haya que en-
intenciones. En particular hay que señalar los siguien-
frentar una eventual persecusión al marxismo como
tes problemas (todos ellos extensibles a las arqueolo-
gías marxistas del resto de Iberoamérica). la que caracteriza a buena parte de Iberoamérica hoy
7. No se ha sabido articular el Materialismo His- día. Incluso nos preocupó elaborar la lista de arqueó-
logos influidos por el marxismo, ya que de ocurrir el
tórico a los materiales arqueológicos (hace falta desa-
rrollar los enlaces entre indicadores y categorías). cambio mencionado, podría volverse un peligro para
ellos.
Quizá uno de los intentos más notables en este sentido
sea la propuesta para la cuantificación de las Fuerzas 7. Otro factor importante es el escaso desarrollo
Productivas que ha presentado (Bate 1982a). de algunos elementos metodológicos (como la noción
Esta falta de desarrollo puede deberse a que algu-de explicación y el análisis teórico en general): a
nos colegas simple y sencillamente parecen pensar veces los seguidores del marxismo tienen un criterio

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GÁNDARA, LOPEZ y RODRIGUEZ ARQUEOLOGIA Y MARXISMO EN MEXICO 13

extremadamente simplista de la evaluación teórica:


algo es bueno si es marxista y ya. Curiosamente, esto
contrasta con el exagerado interés que se tiene en
cuestiones de fidelidad al evangelio: la polémica se
reduce a la correspondencia con los textos y no con
la realidad, que pasa a segundo plano.
8. En el plano docente, a partir de que el Materia-
lismo Histórico ha sido la "posición oficial" de la
Especialidad de Arqueología, han sido pocos los
cursos de marxismo impartidos por arqueólogos
-abundan los economistas y filósofos bien intencio-
nados pero que saben poco sobre arqueología e
incluso se oponen a la Antropología en general.
Sin duda alguna, también se han logrado avances
importantes. La construcción de cualquier posición
sólida requiere de claridad en cuanto a los principios
fundamentales. Este trabajo se ubica sobre todo en
el plano de la teoría y es indispensable que esté
suficientemente avanzado para conducir la práctica.
La arqueología marxista va por buen camino en Mé-
xico, ya que es en este terreno donde más se ha
logrado; tenemos desde los pronunciamentos globa-
les Reuniones de Teotihuacan (1975) y Oaxtepec
(1983) y textos generales (Bate 1977, 1981, 1982),
(Montane 1980a, 1980b), hasta discusiones a un
nivel mas profundo sobre categorías cruciales, como
la de "Cultura" (Bate 1975, 1978) -este trabajo es
importante no sólo para la arqueología, los arqueólo-
gos ya no son solo seguidores de lo que sucede en
la antropología social, también contribuyen a la po-
lémica (cf. Bate 1984).
También se ha trabajado en la implementación llevar la propuesta marxista a donde recibirá la prueba
arqueológica (Bate 1981, Brüggemann 1976), sobre de fuego: en el campo y en el análisis de materiales
los diferentes tipos de consumo y su relación a la obtenidos en proyectos cuya problemática sea explí-
producción (Manzanilla 1979); sobre el diseño de citamente marxista. Un uso consistente con su capa-
investigación para algunos problemas, como el del cidad transformadora debe incluir programas de eva-
efecto de los estados tempranos sobre sus áreas cir- luación respecto a los materiales y contextos arqueo-
cundantes (García, López y Rodríguez 1976, Matos lógicos. Someter al marxismo a prueba en la arqueo-
et. al. 1981), o en la identificación arqueológica del logía lo hará más útil y menos totèmico.
estado (Rodríguez 1983), y sobre su origen (Brügge- Ya que esta labor debe ser de equipo, será nece-
mann 1 977). Se han hecho intentos de aplicar mode- sario consolidar los movimientos de democratización
los marxistas a Mesoamérica (Benavides 1976, Matospara que las estructuras de investigación sean con-
1982, Pastrana 1977, Cervantes y Yadeun 1979, gruentes con el planteamiento general y no lo obsta-
Yadeun 1975); se han evaluado algunos modelos culicen.
(Bate 1983, Olivé 1983, Gándara 1983), hay cuando Quedan también por resolver dos problemas crucia-
menos dos interpretaciones de la secuencia mesoa- les: uno es evitar el dogmatismo de muchas de las
mericana o a partes de ella (Matos 1 979, 1 982; Nalda discusiones que reflejan un momento (el estalinismo)
1981); e incluso a otras partes de Hispanoamérica afortunadamente ya superado. El otro es el de la
(López de Molina 1975, Bate 1982b). Se han organi- congruencia del trabajo académico con el trabajo
zado museos (Angulo 1979) y existe una propuesta político; es altamente indicativo que algunos de los
general museográfica (Cervantes 1976) siguiendo li- más radicales antimarxistas han sido producto de la
neamientos afines al marxismo. adopción "oficial" del Materialismo Histórico en la
ENAH: para algunos alumnos, el marxismo deja de
ser algo que se escoge por convicción, para ser una
Perspectivas forma más de "sabiduría recibida", generosamente
otorgada por aquellos que habrán de conducirlos. O
La arqueología marxista en México está apenas en bien los colegas que, después de autonombrarse
vías de formación, aunque se han logrado avances
durante algún tiempo baluartes del marxismo, hoy
importantes en el plano teórico. Habrá que resolver
piensan que "han superado esa etapa" -el marxismo
los problemas de implementación señalados para es como el acné, que se acaba al terminar la adoles-

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14 BOLETÍN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA • 11 jULIO 1985

cencía. El riesgo de academizar elBartra,


Materialismo
R. ed. His-
tórico y "compatibilizarlo" con actitudes
1969 El Modo depolíticas
Producción Asiático. Era. Méxi-
anti-marxistas debe evitarse. Reiteramosco.nuestra tesis
central; para que pueda haber una1975
"arqueología
Marxismo mar- y las Sociedades Antiguas. G
xista" en México, será necesario asumir el programa
bo. México.
marxista en su integridad y no sólo
Bate,la
F. terminología o
las formas vulgares de materialismo con que se intenta
1 975 Sobre la Categoría de Cultura y los Problemas
a veces disfrazar un trabajo tradicional.
de Método en Arqueología. ENAH. México.
1977 Arqueología y Materialismo Histórico. Edi-
ciones de Cultura Popular. México.
Agradecimientos
1 978 Sociedad, formación económico social y cul-
tura. Ediciones de Cultura Popular. México.
Varios compañeros comentaron algunas de las ¡deas
1981 "Relación general entre teoría y método en
de esta ponencia. Entre ellos, los autores agradecen
arqueología", en Boletín de Antropología
particularmente a F. Bate, A. Atollini, C. García Mora
Americana, n. 3.
y R. Brambila; reconocimiento especial
1982a "Hacia lamerece
Cuantificaciónel de las Fuerzas Pro-
apoyo generoso de A. Salazar para la realización de
este trabajo. ductivas", en Boletín de Antropología Ame-
ricana, 6.
1982b Orígenes de la Comunidad Primitiva en Pa-
tagonia. Cuicuilco-ENAH. México.
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