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Primera lectura

La salvación

La salvación se define con el término «reunir. La unidad armónica es una


esperanza; es sólo concebible bajo el signo del Dios universal. Signos particulares la
anuncian y la señalan como meta. Es DECIR ES para todos, No sólo a los miembros
dispersos de Israel (sentido ordinario del verbo) sino a todos los hombres: "las naciones
de toda lengua", "las costas lejanas", "todos los países", "todo mortal"

Segunda lectura

Los cristianos a los que se dirigen estos consejos ya han sufrido mucho y sirven
sufriendo la prueba (Heb 10, 32-34). Además, el autor de la carta invita a meditar los
sufrimientos, que condujeron a Jesús a su gloria. Esta lectura es estimulante para los
cristianos que se hallan sometidos a la prueba; es preciso dejar de considerarla como
una especie de persecución por parte de Dios y ver en ella, más bien, el signo de un
particular amor.

La vida/cristiana no es una vida en "un mundo feliz", sino lucha y responsabilidad en


medio de un mundo hostil que contradice al evangelio. El misterio del dolor y de los
sufrimientos que tenemos que aguantar por causa del evangelio se hace más aceptable
para los que creen de verdad en la pasión, muerte y resurrección de Jesús. De ello se
habla precisamente en los versillos anteriores, en los que se afirma que Jesús es el "autor
y el consumador de la fe

Evangelio:

Uno le preguntó:-Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo

¿Quiénes se salvarán? ¿Cuántos se salvarán? ¿Cuántos se condenarán? En la época de


Jesús éste era un cuestionamiento habitual; los rabinos estaban de acuerdo en afirmar
que la salvación era exclusiva para los judíos.

Jesús no responde directamente a la pregunta del v. 23 porque la considera


desacertada. ¿Dónde está el desacierto? En reducir la salvación a una cuestión de
número preestablecido. Todos pueden salvarse. El verdadero planteamiento no es,
pues, "quiénes se van a salvar", sino "qué hacéis USTEDES para salvarse

LA PREGUNTA ACETADA SERIA QUE HACEMOS PARA SALVARNOS, Por


eso que Jesús les RESPONDA:-EsforzENSE en entrar por la puerta
estrecha.

La salvación siempre supone esfuerzo, decisión, conversión continua. El Reino que se


nos promete es para los valientes, animosos y alentados. Para salvarse no basta con estar
inscrito en el registro parroquial, ni haber entrado una vez a la Iglesia por medio del
bautismo, sin querer entrar todos los días por la puerta estrecha de la fidelidad al mensaje
evangélico y del compromiso personal. Además, Su mensaje no pretendía
aterrorizar pecadores ni tranquilizar justos, sino convertir a todos.

LA RESPUESTA incomoda a los judíos, porque ellos asumían que su salvación era
cosa hecha: Esfuércense para no estar entre los que pueden perderse; ser los primeros
en haber conocido el plan de "Dios no es un privilegio o un salvoconducto". Y la
puerta estrecha es un mensaje que contradice la falsa seguridad de salvación rabínica y
la falsa predestinación apocalíptica. Desde el punto de vista profético la imagen de la
puerta estrecha es la palabra de exclusión de los judíos y la llamada de los paganos

La "puerta estrecha" es una alusión al esfuerzo que requiere


la auténtica conversión. No sólo es estrecha, sino que
además puede cerrarse en cualquier momento; de ahí la
urgencia: la conversión no puede dejarse para mañana.
Jesús hace una llamada apremiante a todos los hijos de
Israel, a quienes ha sido enviado por el Padre y que no
acaban de aceptar su mensaje y su persona. Jesús ha venido
"a los suyos", ha plantado la tienda en medio de su pueblo;
pero ni los vínculos de la sangre, ni la aproximación física del
Mesías al pueblo de Israel va a servirles de nada si no se
convierten al evangelio. Lo que importa para la salvación es
la fe y la comunión espiritual con la persona de Jesús.

Reflexión:

Son excluidos del reino

Los que dicen conocer a Jesús pero no están dispuestos a


entrar por el camino de la conversión,
Los que no están dispuestos a poner por obra su enseñanza,
Los que no cumplieron la Palabra del Señor.

Se salvara

todo el que busca y sirve a Dios con un


corazón sincero, se salvará; todo el que se
esfuerza por se fiel a Dios y a los principios
evangélicos: la solidaridad, la fraternidad,
luchar contra el egoísmo, la agresividad y la
violencia, no dejarse vencer por la idolatría del
dinero y de los bienes materiales; todo el que
se esfuerza por vivir acorde con el sermón de
la montaña (lo encontramos en los capítulos 5,
6 y 7 del evangelio de san Mateo), todos estos
son los que se salvarán.

Ver: ¿Qué habré hecho yo para que Dios me


castigue así?: Nos cuesta aceptar a Dios
como Dios. Como misterio incomprensible al
que adorar respetuosamente. Preferiríamos
poder manejar a Dios. Nos gustaría más un
Dios hecho a imagen y semejanza nuestra,
mezclado enteramente en nuestros asuntos,
para tenerlo a mano y conjurar así todos los
males y sembrar profusamente de suerte
nuestro camino.El ateísmo de los cristianos:
Puede uno ser "católico" sometido a sus padres, a sus
sacerdotes, a su religión, y sin embargo no haberse
encontrado nunca con Dios.

Juzgar: que estoy haciendo yo para salvarme: reúno, soy


signo de armonía, asumo la adversidad como una invitación
a unirme a los sufrimientos de Cristo, en su pasión para
caminar a la gloria de con cristo, me esfuerzo en la practica
del bien, de la justicia, donde esta mi meta

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