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Breiteneau
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- Habitación de aislamiento
- Fragmentan la iglesia de tal modo qe la mitad del edificio era utilizado para la masa
mientras que la otra mitad era una prisión
- Reformatorio para chicas en los años 50 y 60 Ulrick Meinhof hizo su última investigación
en los reformatorios de estas chicas. Película -> Bambule
- Salón de baile entre la casa Huguenot y el Hotel Grand City abierto en 1952 tras la
completa independencia del oeste de Alemania. Arnold Bude (fundador de documento)
diseño un segundo salón de baile.
- Verdad y reconciliación
- Salón de baile del Hotel Reiss – prominencia de la industria del cine en las fiestas de los
años 50. Nuevo inversor de Israel.
- Alto desempleo
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El camino negro.
trenes—> tanques
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Después del bombardeo en el 41 escondieron los libros en
establos y castillos
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p.26.
Walter Benjamin.
p.27
1. La Historia está formada por capas. Pero las capas no se encuentran ordenadas. La fuerza disrruptora del
presente presiona el pasado, esparciendo las piezas hacia localizaciones inesperadas. Nadie posee estas
piezas. Pensar así es permitir que categorías de propiedad privada se inmiscuyan en un espacio
comúnmente compartido en el que no se aplican las leyes de la herencia excluyente. La Historia de la
humanidad exige una lectura comunista.
2. El objetivo no es otro que un orden mundial diferente, que requerirá rescatar el pasado mediante la
desprivatización, desnacionalización de la memoria colectiva. Hay un pequeño peligro en el nuevo
triunfalismo de la tarea. La universalidad humana tiene cicatrices, y esa fuente de cicatrices debe
recordarse en momentos de inspiración. Las inhumanidades extremas son parte de la transmisión
comunista del pasado. El desastre humanitario de Gaza no puede ser provocado por el legado de Israel,
ni mucho menos la responsabilidad del holocausto no es solo de los alemanes. Ninguno de los roles
históricos, de víctima u opresor, están determinados por nuestro ADN. Las heridas del pasado no son una
licencia para matar.
p. 29.
Hace tiempo, antes del nombre de Walter Benjamin era globalmente conocida. Pregunté a estudiantes en un
seminario para considerar la novena tesis de su texto tardío “Sobre el concepto de la historia” (1940) y trazar
una imagen que corresponda a esa descripción. Les leí:
“Hay un cuadro de Klee llamado Angelus Novus. Muestra a un angel, que parece alejarse de algo sobre lo
cual clava la mirada. Sus ojos están desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. Esto es como el ángel
de la historia debe mirar. Su cara está volcada en el pasado. Cuando para nosotros aparece como una cadena,
el ve una sola catástrofe, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándose sin cesar.” (SW 4, p. 392;
GS I:2, p. 697).
Mis estudiantes dibujaron ángeles maduros, ángeles de postal navideña, cuerpos sutiles de ángeles del arte
medieval.
Ninguno de ellos elaboró el Angelus Novus pintado por Paul Klee en 1920 y adquirido por Benajamin un
poco después.
1 Utilizo la palabra Historia con mayúscula para marcar la diferencia inglesa entre History y story.
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p. 30.
La pintura de Klee es famosa en la actualidad por la recepción que tuvo ésta para Benjamin. De hecho, el
impacto teórico es tan grande que somos incapaces de contemplar la pintura sin pensar en la reflexión de
Benjamin. Es el efecto inverso: La imagen es una leyenda, en lugar de lo contrario.
Benjamin escribió sus comentarios en una situación histórica particular. Hoy, el objeto es impactado por el
pie de foto: Determinado por las diferentes catástrofes como si se extiendiera interminablemente hacia el
futuro. La filosofía de la historia (Geschichtsphilosophie) se consolida en la ontología. El mundo, sin
distinciones, es denominado como un campo de prisioneros.
p.31.
Scholem: Estoy llegando a eso. En la recepción en casa de Siegfried Unseld [ Unseld es el director de la
editorial Suhrkamp: esta recepción siguió desde el funeral de Adorno en 1969] Conocí a tu hijo.
[Stefan]. Pausa.
Benjamin: ¿Y?
Scholem: Le digo que es realmente mía… después de todo, En este tiempo había leído el testamento de
Benjamin de 1932, donde el me lo dejaba… y yo te pregunto Stefan donde le dices a tu mujer [ Gretel
Adorno] que me lo entregue. Pensé que personalmente podría llevarlo conmigo a Jerusalén.
Scholem: Tu mujer Gretel escribió a la famosa casa de subastas Kornfeld and Klipstein de Berna para pedir
presupuesto, y cuando ella lo recibió, estaba claro para todos que en 1969 estabamos hablando sobre el
objeto más valioso de la herencia de Walter. Discutimos todos alrededor de tres años… durante los cuales la
pieza de Klee estaba en casa de Gretel… hasta que Stefan murió en 1972. Así que el pobre hombre nunca
llegó a disfrutar del cuadro.
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Scholem: Convencí a Siegfried Unseld … para ser el intermediario. Fue a Londres, y se estableció con la
viuda de Stefan y consiguió el cuadro de Gretel. Yo me lo llevé a Jerusalén.
—From Carl Djerassi, Four Jews on Parnassus—A Conversation: Benjamin, Adorno, Scholem,
Schönberg, pp. 82–84. —
Unseld consiguió los derechos de autor de los trabajos de Benjamin para pagar a la viuda de Stefan
y sus dos hijas pequeñas. Scholem conservó la pintura en su casa de Jerusalén hasta su muerte, su
mujer fue convencida para donar la pintura al Museo de Israel.
p. 32.
Transitoriedad.
La propia lectura que hace Benjamin de la obra de Klee va cambiando. Los ángeles eran criaturas
efímeras. En 1922, planea un tópico viaje alrededor del Angelus Novus, donde la teología y el actual
comentario eran lo uno y lo mismo.
En 1931, Benjamin otorgó el manto del Nuevo Ángel al irreverente periodista Karl Kraus, un
“ángel poético y marcial” ferozmente crítico de las últimas noticias. La gran legislatura de la
“opinión pública ultraja a Kraus”: su satírico desorden del “proceso periodístico” de noticias.
Benjamin llama a Kraus monstruo "surgido del niño y el caníbal", su escritura "bárbara", como la
pintura de Paul Klee, en sus comienzos"desde muy al principio” (SW 2, pp. 432–57; GS II:1, pp.
335–55).
En los antiguos grabados hay un mensajero que se apresura hacia nosotros llorando en voz alta, su
cabello en punta, ondea una hoja de papel con sus manos- una hoja llena de guerra y pestilencia,
llora el asesinato y el dolor, el peligro del fuego y la sangre- difunde las últimas noticias en todos
los sitios… llenos de traición, terremotos, veneno y fuego del mundus intelligibilis (SW 2, pp. 432–
33; GS II:1, p. 367).
Quizás, alguno de estos ángeles de acuerdo con el Tamud, ha sido creado de nuevo a cada momento
en innumerables multitudes y una vez que han levantado su voz ante Dios cesan y pasan a la nada.
¿Lamentando, reprimiendo o regocijándose? No importa—en esta evanescente voz el efímero
trabajo de Klaus es producido. Angelus- que es el mensajero de los viejos grabados. (SW 2, p. 715;
GS VI, p. 522).
Dos años más tarde, Benjamin describe el Angelus como una mujer, la contraparte femenina de sí
mismo o de él mismo en busca de una mujer , pero era una mujer en concreto, Anna Maria (Toet)
Blaupott ten Cate a quién conoció en Ibiza en 1933.Benjamin es el ángel embelesado, aunque
voraz, dispuesto a abalanzarse sobre la mujer que desea. Retrocediendo al tiempo que lo lleva
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adelante, se cierne con persistencia: “En resumen, nada puede vencer la paciencia del hombre.”
(SW 2, p. 715; GS VI, p. 522).
Esto es como entiendo la relación entre la imagen y la captación Esta última era reemplazable y
borrable como las canciones de los ángeles tamudicos.
p.33.
Paul Klee, también, visualizó múltiples tópicos de ángeles. En 1905, su ángel era el Ícaro moderno,
su única ala señalaba a los primeros vuelos mecánicos. Klee a lo largo de su vida, al menos dibujó
cincuenta ángeles diferentes. (Klee y Benjamin murieron en 1940).
El título de abajo a la derecha dice: “Especialmente dotado por la naturaleza con un ala, se ha
formado la idea de estar destinado a volar, perofracasa”
p.34-
La política, el amor, autobiografía y la verdad que transciende- fue pensado por Benjamin , marcan
la pérdida de su polivalencia en el contexto del museo.
Para Benjamin, el arte es solo una forma de creación humana, no es más diferente que otras formas
materiales, por lo que es evaluado como cualquier otra—construcciones, inventos tecnológicos,
instituciones sociales o juguetes. Todos estas formas constituyen en la conformación humana de la
materia, que en sí misma no es creada humanamente.El mundo material es una creación divina. Su
signo distintivo es la transitoriedad. Se manifiesta su origen divino al perecer para siempre.
Estos dos procesos, de lo secular y lo divino, se enfrentan en direcciones opuestas, como dos flechas
paralelas lanzadas simultáneamente. A pesar de esta antitética posición, la felicidad secular y divina
están en sinergia, cada una aumenta la otra en el tiempo— “solo como una fuerza, en virtud del
camino por el que se mueve, puede aumentar otra fuerza en el camino opuesto.” (SW 3, p. 305; GS
II, pp. 203–04).
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transitoriedad porque sólo de pasada la verdad está disponible para nosotros. Su imagen es sensible
al tiempo.
El recuerdo del pasado es preservado en historias. Como parte del imaginario colectivo, que se
convierte en leyenda.( Lo que es tan terrible en la experiencia de un individuo no puede ser
recordado.)
Cuando las leyendas son apropiadas por el poder de objetos fijados, expulsando estos objetos de la
Historia y preservándolos en un limbo de absolutismo— bien y el mal, lo correcto e incorrecto,
redimido y condenado— las leyendas se convierten en la ortodoxia, establecida en los parámetros
de la creencia correcta.
Algunas leyendas se crean bajo elementos irreductibles e incambiables que hacen referencia a
construcciones mitológicas: “la nación”, “el oeste”, “el terrorismo”, “el islam”,”el judaísmo”. Estos
constructos marcan como debe leerse el pasado.
La memoria ortodoxa es capaz de transformar el asesinato del mundo material— no solo ha pasado
en la Historia, sino lo que acontece en nuestros días. La memoria colectiva se vuelve conformista.
Cualquiera que recuerda de forma diferente la Historia es sospechoso.
p.36.
Archivos, museos, bibliotecas, tradiciones legales, registros institucionales, todos estos almacenes
del pasado. Sus benefactores revisan la producción de la ortodoxia— aunque los grupos
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gobernantes religiosos y seculares están a menudo están competición con otros (y con ellos) para
determinar qué es.
Pero, incluso un libro o una imagen, pueden ser amenazadores, si escapan de la lectura particular
que afirma el poder.
Archiveros y escribas, artistas y académicos, encuentran sus patrones dentro del medio hegemónico.
Incluso, el aprendizaje es la pasión de los poderosos La relación simbiótica entre el conocimiento y
el poder es crítica a la hora de mantener el orden establecido.Los gobernantes no pueden sobrevivir
a su pérdida por mucho tiempo.
Pero la ortodoxia está en constante peligro de ser indeterminada por el mismo proceso de
conocimiento. Los almacenes del pasado albergan la evidencia de errores, ambigüedades y
complejidades, (por no hablar de evidentes mentiras) que desacreditan la creencia oficial y animan
con derribar las leyendas colectivas.
En tiempos de lucha entre los guardianes del poder y los guardianes de la verdad, la
evidencia histórica se convierte en un arma profética. Si los gobernantes reclaman el papel del
limitador (katechon) que mantiene a raya el desorden apocalíptico, los profetas protestan contra el
orden dado en nombre de la felicidad humana, la justicia social o la voluntad de Dios.
p. 35.
Archivos efímeros.
Aquello que sobrevive en los archivos lo hace por casualidad. La desaparición es la regla.
La aniquilación es el destino de la totalidad de las ciudades, borrando mucho más de lo que ha sido
registrado por los humanos que lo que es preservado. Las guerras y los desastres de la naturaleza
son destructores indiferentes. La intención humana también está en juego. Herejía, degeneración,
blasfemia, traición, incredulidad – estas son solo algunas de las amenazas hacia la ortodóxia que
piden la destrucción del registro histórico.
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Los textos y las imágenes son vulnerables a los ataques. Precisamente los objetos del pasado
que estan disponibles, cuyas fuentes escritas y visuales se conservan, son asombrosamente
arbitrarios. Solo un creyente confirmado puede ser optimista sobre su disposición providencial.
Las grandes bibliotecas desaparecen. Más de medio millón de manuscritos, seculares y religiosos,
fueron producidos, recolectados, y posteriormente perdidos en cada uno de los siguientes centros
imperiales:
La casa de la sabiduría en Fustat (actualmente El Cairo) durante el Califato Fatimí, siglos XI – XII
E.C.
Europa tardó en reunir una colección importante (la biblioteca del Vaticano solo albergaba
1,160 volúmenes cuando se estableció formalmente en 1475), pero la destrucción intencionada era
común. Dos casos conectados con la expansión religiosa e imperial dieron como resultado pérdidas
irremediables/irrecuperables:
La destrucción de libros sagrados Mayas por el obispo español del Yucatán colonial en
1562, junto a 5,000 imágenes de culto ‘‘diabólicas’’.
Wikipedia enumera ochenta y siete casos históricos de quema de libros. Pero el acto en si no es el
problema. Los contextos y las consecuencias históricas cambian. No hay continuación directa entre
pasado y presente en estas instancias, al menos no por el rumbo establecido+++
p. 38.
Estamos preocupados por la conexión política entre conocimiento y poder que nos conduce al
silenciamiento parcial y arbitrario del pasado, y es aquí donde la modernidad secular ha añadido
algo nuevo.
Si antes, se atacaba la falsa creencia, ahora el enemigo se centra en temas étnicos y raciales. Los
estados modernos establecen bibliotecas y archivos como guardianes de la comunidad nacional
imaginada, aquellos que reclaman derechos a la tierra por nacimiento (natio). El patriotismo se
apropia del aura de la religión. Purifica presentes actos de violencia contra enemigos percibidos,
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cuyo propio pasado esta primeramente profanado, y luego destruido. Los archivos étnicos son
borrados. Las bibliotecas nacionales son atacadas.
Los archivos nacionales irlandeses, conteniendo mil años de documentación histórica, destruidos
en la Guerra civil, 1922.
La biblioteca catalana fundada por Pompeu Fabra, destruida por las tropas de Franco, 1939.
La biblioteca Zaluski, Varsovia, fundada en el siglo XVIII E.C. como una de las primeras
bibliotecas públicas de Europa, destruida en la quema de la ciudad como castigo por el
levantamiento anti-nazi de Varsovia, 1944.
La biblioteca pública de Jaffna en Tamil-norte de Sri Lanka dominado, 97,000 volúmenes, incluidos
raros volúmenes de hoja de palma, destruidos por los paramilitares cingaleses, 1981. Estatuas de las
figuras culturales y religiosas de Tamil fueron destruidas o desfiguradas.
p. 39.
Hay una forma menos violenta, más común, de supresión. Es la práctica de preservar únicamente un
pasado (nuestro) que nos confiera una trayectoria continua y lineal para imaginar “nuestro’’ futuro.
Los arqueólogos excavan rápidamente a través de capas de historia para encontrar aquello que es de
interés para el poder actual. Atención a los orígenes míticos-el inventario de la leyenda nacional que
refuerza el dominio de aquellos que gobiernan-desestiman el pasado reciente como rechazo. Su
base es un mero lugar de construcción para el crecimiento futuro. En el proceso, las evidencias
materiales de los crímenes contra los seres humanos son destruidas. Sus registros, declarados como
faltos de valor, desaparecen, y con ellos la posibilidad de imaginar cualquier comunidad.
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Excavar la Tierra en busca de herencia cultural de un pueblo en particular mientras se arrasan los
venenos de la contra-evidencia de la conciencia del presente envolviéndolos en el mito. Uno solo
encuentra lo que ha sido determinado para estar ahí.
Por ello es una imagen irrecuperable del pasado que amenaza con desaparecer en cualquier presente
que no se reconozca a si mismo como se pretende en esa imagen (SW 4, p. 391; GS I;1, p. 695).
p. 40.
Pero profundiza más en la evidencia histórica, bajo el nivel de la leyenda oficial, y se vuelve
evidente que “nuestro’’ pasado no es, y nunca ha sido, el nuestro. Los objetos sobreviven a través de
manos de comercio. Los libros se mueven y prosperan en la diaspora; la escolarización florece a
través del intercambio cosmopolita. Los textos y artefactos siguen las líneas de peregrinaje, tropas,
y comercio.
El último gran movimiento de traducción tras el declive de Europa es al Inglés (el idioma original
de este texto).
Nos enfrentamos a un hecho incómodo: Sin imperios, no hay herencia cultural. Sin diásporas, no
hay pasado nacional. El museo nacional iraquí fue fundado bajo el mandato imperialista británico
(quienes están encabezando su restauración en el presente). El instituto oriental de Sarajevo,
destruido en la guerra civil, alojaba un pasado “bosnio’’ que incluía antiguos manuscritos en árabe,
persa y hebreo- no solo Adzamijski (bosnio eslavo en escritura árabe).
Así que, “nuestro’’ pasado es posible precisamente por aquellos que no son considerados parte de
nuestra historia.
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Hoy, réplicas microfilmadas de manuscritos perdidos en tiempos de guerra permiten la restauración
de centros de aprendizaje. Colecciones electrónicas prometen prevenir las pérdidas permanentes.
Entonces, ¿Ha hecho la comunicación global que la apropiación imperial del conocimiento esté
obsoleta?
p. 41.
Paciencia revolucionaria.
Este profeta flotante del apocalipsis, que no pudo encontrar ningún patrón en el poder, no fue quién
tomó las categorías morales de bueno y malo y revirtió sus referentes, por lo cual las víctimas
pasadas en la historia son glorificadas como conquistadores presentes. El escribió en 1938: “Los
errores que se soportan pueden fomentar la justicia propia. Esto ha sido verdad para los eruditos que
han emigrado’’ (SW 3, p. 310; GS III, p. 522).
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Para él, un poder mesiánico débil pertenece a la generación viva, aquellos seres humanos que
comparten este momento en el tiempo, no a un colectivo étnico, religioso o nacional en particular.
El no escogió Central Park en Nueva York, donde Adorno y el instituto de investigación social lo
esperaban, o Israel para unirse a Gershom Scholem, o Moscú donde su amor temprano Asja Lacis
estaba políticamente comprometida, o un retorno final del exilio al Berlín comunista del este, donde
su amigo Bertolt Brecht vivía de forma natural.
Debido a su indecisión (¿O era paciencia revolucionaria?), el legado de Benjamin está abierto para
nosotros a día de hoy.
p. 42.
Paciencia revolucionaria.
Nuestra situación requiere una nueva forma de interpretación, una que rescate la legibilidad del
pasado contra las convenciones de la memoria oficial.
Aquí está el pasado de alguien más, o el presente de alguien más, que necesita entrar en la escena.
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Los eventos pasados no pueden proveer la clave del presente a menos que estén radicalmente
separados de un linaje directo de herencia.
Cuando las capas de la historia son superpuestas de una forma en la que solo la propia historia de
uno mismo puede ser leída a través de ellas, los horrores del pasado son repetidos precisamente en
el proceso de pagarles una deuda infinita.
p. 43.
Benjamin habla de aplastar el continuo de la historia. Este proceso implica violencia. Usa
“terminología militante’’ y “metáforas terroristas’’ para destrozar la narrativa histórica dominante
(Werckmeister, Icons, p. 24).
El pasado rebota en el presente y se dispersa en territorio enemigo. Los fragmentos históricos son
los restos de una explosión.
Albergan una advertencia. El regalo del pasado es un caballo de Troya. Uno piensa que conoce de
donde procede y a quién pertenece. Pero el regalo es para otros, aquellos a quienes los llamados
legítimos herederos están destruyendo actualmente.
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p. 44.
p. 45.
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