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El renacimiento
El renacimiento y su época
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Alemania, 1483-1546. Teólogo y fraile católico agustino que comenzó e impulsó la reforma religiosa en Alemania, y
en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante y la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo.
Lutero se caracterizó por exhortar a que la Iglesia cristiana regresara a las enseñanzas originales de la Biblia,
impulsando con ello una reestructuración de las iglesias cristianas en Europa. La reacción de la Iglesia católica ante
la reforma protestante fue la Contrarreforma cuyos objetivos fueron renovar la Iglesia y evitar el avance de las
doctrinas protestantes. Esta Contrarreforma se centró sobre todo en cinco aspectos: doctrina; reestructuración
eclesiástica, con la fundación de seminarios; reforma de las órdenes religiosas, haciéndolas volver a sus orígenes
tradicionales; vigilancia de los movimientos espirituales, centrándolos en la vida piadosa y en una relación personal
con un sacerdote, y éste, con Cristo; creación y gestión de la Santa Inquisición.
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católica; mantiene el carácter sacramental de la confesión oral; pone énfasis en el ritual y la ceremonia;
reitera la vieja prohibición de traducir la biblia a las lenguas vulgares, y somete la interpretación de los
textos sagrados a la Iglesia. Con respecto a las artes, las orienta hacia fines propagandísticos de las verdades
de la fe. España se convierte en el principal valedor de esta reforma católica. La Inquisición adquiere
autonomía y endurece la persecución, también se prohibieron obras que hasta entonces habían circulado con
total libertad.
Resurrección de los ideales caballerescos: el caballero y el cortesano
El siglo XVI representa una recuperación intelectual de los ideales caballerescos. La corte del emperador
está empapada de estas fantasías. Las circunstancias históricas invitaban a compenetrarse con el mundo
fabuloso de las caballerías. Los prodigios que encierran las nuevas tierras, la sorprendente visión de
animales y plantas desconocidos, de gentes e imperios con insólitas costumbres recuerdan a los soldados las
aventuras de Amadís y otros paladines. Se traza un nuevo modelo en el que se funden el caballero y el
letrado. La hegemonía militar y política propicia el resurgir caballeresco, pero fundido con el interés por la
cultura. Abundan los soldados poetas, hombres de acción que se dedican a la creación literaria, como por
ejemplo Garcilaso de la Vega.
El influjo italiano asimilado - Petrarquismo
La creación literaria del renacimiento español se nutre de la literatura popular, los modelos clásicos, el
influjo bíblico y la asimilación de la literatura italiana. El endecasílabo recreado por Garcilaso se convierte
en uno de los versos nacionales y en el instrumento más adecuado para los asuntos graves y para los
géneros: epístola, égloga, elegía y oda. El petrarquismo comienza en Italia a principios del siglo XVI y se
extiende rápidamente por el resto de Europa. La asimilación del petrarquismo es paralela a la incorporación
de la narrativa caballeresca y de la novela pastoril.
Ideal de belleza clásica
Los humanistas del siglo XV trasladaron el ideal de belleza de la antigüedad a sus escritos y obras
plásticas. Había una tendencia a reproducir la naturaleza embelleciéndola, estilizándola. Lo característico
era la búsqueda de la proporción, de la armonía. Este ideal de equilibrio, de perfecta construcción se
trasmite también a las artes literarias. En la Égloga I de Garcilaso encontramos una perfecta distribución
simétrica de los materiales: empieza con la dedicatoria al Virrey de Nápoles, en tres estancias
independientes. A continuación tenemos una estancia que da paso al canto de Salicio, que ocupa doce
estancias. Hay una estancia de transición a la que sigue el lamento de Nemoroso en otras doce estancias y
acaba la égloga, que había empezado al amanecer, con el ocaso y la recogida del ganado de los pastores. La
naturaleza se eleva e idealiza y alcanza una serena belleza. El lenguaje es elegante y de buen gusto.
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Con respecto a los cambios sociopolíticos, el renacimiento trajo consigo la creación del estado
moderno y el capitalismo. La burguesía es débil, las fuentes principales de riqueza son la agricultura y la
ganadería, ambas en manos de la aristocracia. La industria tiene una existencia precaria en algunas ciudades.
El oro y la plata provocan una inflación vertiginosa que hace menos atractivo el trabajo para los españoles.
Hay un problema de castas, el burgués, despreciado recurre a todo para ennoblecerse y así abandona toda
actividad lucrativa que no sea la agricultura o la ganadería. Con respecto a la constitución del estado
moderno, confluyen un conjunto de factores como el poder real, el aparto burocrático, el nacionalismo y el
capitalismo.
Existen conflictos entre los cristianos nuevos (conversos) y viejos (que no descienden de moros ni
hebreos). Perduran los prejuicios antisemitas. En la España áurea una parte sustancial del poder económico
y el político lo detentan unas minorías ligadas a la casta maldita. Los cristianos viejos consiguen que se
apruebe un estatuto de limpieza de sangre, que les impedía el acceso a cargos públicos y a la universidad a
los cristianos nuevos. No tener sangre limpia suponía la muerte civil, pero ni las amenazas inquisitoriales ni
la discriminación social lograron evitar la permanencia de judeoconversos en puntos clave del estado. La
sociedad española se obsesionó con el concepto de honor y vivió de cara a la opinión pública. La dignidad
personal quedaba ligada a la pertenencia (real o ficticia) a la casta dominante.
Literatura y sociedad
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Periodización y generaciones literarias
Se distinguieron en este siglo dos mitades a las que se denominó primero y segundo Renacimiento.
La primera que coincide con el reinado de Carlos I es una época de ebullición y expansión en la que se
intenta crear un nuevo imperio según el modelo romano. En el campo de la literatura está representada por
Garcilaso de la Vega, poeta sentimental y sensual, militar de profesión y simpatizante del erasmismo. En la
segunda subsisten algunos de estos valores pero otros han sido subvertidos. Es el momento del desarrollo de
la literatura religiosa. Fray Luis de León puede ser una figura representativa de este segundo Renacimiento o
Renacimiento cristiano. La efervescencia ideológica de la primera mitad del siglo contrasta con el rigor que
frena cualquier novedad en la segunda. Sin embargo, es en el reinado de Felipe II cuando triunfan las formas
artísticas peculiares del Renacimiento.
Cesare Segre
Las estructuras y el tiempo
Es evidente la geometría de la égloga; también es evidente que los dos lamentos se colocan como en
un cuadro en el que se realiza una serie bien calculada de afinidades y desemejanzas. Los materiales que el
autor emplea, lugares comunes, se encuentran a menudo en los dos lamentos, pero con funciones distintas, a
veces opuestas. La estructura de la égloga se sostiene por una combinación de tensiones direccionales
opuestas.
La égloga se compone de 30 estrofas, la distribución de éstas es de una geometría rigurosa; hay tres
estrofas de dedicatoria, tres de narración y dos partes líricas de doce estrofas, es decir, de múltiplos de tres.
La dedicatoria se coordina perfectamente con el contenido de la égloga: empieza con el argumento de tal
manera que enseguida nombra a los pastores, termina con la invitación "escucha tú el cantar de mis
pastores"; muestra vínculos internos con el argumento; contiene evocaciones verbales y temáticas a los
lamentos. Al agua clara que atraviesa el fresco y verde pardo entre la verdura, de la parte narrativa, también
la describe Salicio, y Nemoroso la invoca como testigo. El arroyo a través del prado inicia la metáfora del
reguero de lágrimas a la que alude Salicio en el verso final de las estrofas de su lamento "Salid sin duelo,
lágrimas corriendo" y que reanuda Nemoroso "yo hago con mis ojos crecer lloviendo, el fruto miserable".
Salicio trata de amoldar el ritmo de su canto al murmullo del arroyo. La primera y la última de las tres
estrofas narrativas amoldan la duración de los lamentos al recorrido del sol desde el alba al ocaso. El ciclo
diurno del sol constituye un correlato del tiempo poético mientras el murmullo del arroyo constituye un
correlato del ritmo poético.
Los lamentos de los pastores se diferencian desde el punto de vista formal. En el de Salicio todas las
estrofas terminan con el mismo verso con función de estribillo, excepto la última; en el lamento de
Nemoroso el verso final cambia siempre. Los dos pastores lloran la separación de su amada que tiene causas
distintas: Galatea ha abandonado a Salicio para unirse a otro pastor y Elissa ha muerto.
Hay una distinta motivación del deseo de muerte expresado por los dos pastores, Salicio quiere
abandonar el mundo en el que Galatea ya no es suya; Nemoroso desea unirse de nuevo a Elissa en el más
allá. La muerte inminente (que amenaza o está para suceder prontamente) de Salicio depende de la pérdida
de validez de la vida, privado del amor de Galatea. El cantor se encuentra entre dos polos vida-muerte y
tiende hacia el segundo debido a la pérdida de atracción del primero al que estaba ligado a través del amor
de Galatea. En Nemoroso, en la oposición vida-muerte, Elissa ha pasado al segundo polo, mientras
Nemoroso está aún en el primero. Para él la vida es un peso, lo que le daba valor ha pasado al campo de la
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muerte. Por lo tanto la muerte es para Salicio la conclusión natural del dolor; mientras para Nemoroso se
tiñe de esperanza.
La dirección que toma Salicio hacia la muerte es una dirección opuesta a la de Galatea; mientras el
tender de Nemoroso hacia la muerte sigue la misma dirección de la forzada partida de Elissa. A este juego
de direcciones opuestas se adapta el ciclo diurno del sol: Salicio no se siente en armonía con la fase
creciente del sol, símbolo de vida y alegría que le son ajenas; Nemoroso acompaña con el espíritu la fase
decreciente del sol, símbolo de la muerte que le puede llevar cerca de Elissa.
En el lamento de Salicio hay un predominio de las expresiones elocutivas. El nombre de la mujer se
pronuncia en seguida, dentro de una pareja de comparaciones que miden su crueldad. Después se nombra a
la mujer con pronombres y adjetivos personales. Sólo una vez se apostrofa a otra persona, Dios, como
testigo del comportamiento inhumano de Galatea. Abundan las expresiones correspondientes a la
dislocación, hay enumeración de los méritos y riquezas del abandonado y hay una ruptura de sincronización
entre el movimiento de abandono de la amada y la estabilidad afectiva de Salicio. Esta estabilidad afectiva y
ahora estabilidad en el dolor se refleja en expresiones de carácter durativo "Estoy muriendo". Las lágrimas
parecen aludir a un alejamiento del cantor traicionado, se resigna al abandono y deja los lugares amados por
la mujer, quien puede tomar de nuevo posesión del paisaje querido.
En el lamento de Salicio los dos amantes están idealmente frente a frente, aunque la mujer está
ausente y la única voz es la del pastor, Galatea es la responsable; en el lamento de Nemoroso hay otros
actores sobre los que caen el peso de las recriminaciones. Nemoroso atribuye su infelicidad a personas
extrañas, le dirige recriminaciones a la muerte y a Diana que no ha escuchado sus invocaciones en el parto.
Se invoca a Elissa sólo en la última estrofa (posición inversa a la de Galatea) para que interceda por una
próxima muerte del pastor, las otras veces su nombre aparece en forma no elocutiva.
Salicio puede pedir la ayuda o el testimonio de la divinidad contra su amada ya enemiga; Nemoroso
y su amada establecen una polémica contra la divinidad que ha causado su separación. También hay una
diversidad de actitud de los dos pastores hacia la naturaleza. En Salicio su contacto con la naturaleza se
realizaba sólo a través de la mediación de Galatea, en Nemoroso se describe el pasado como una común
participación suya y de Elissa, la soledad caracteriza, por contraste, el presente. En la relación hombre-
mujer-naturaleza, Galatea ha interrumpido la mediación entre él y la naturaleza, Elissa, quitada a Nemoroso
y al mundo, ha vinculado a Nemoroso y la naturaleza en una especie de viudez común. Nemoroso considera
que todo el paisaje está desolado por la muerte de Elissa. Invoca a los arroyos, a los árboles, al prado, a los
pájaros, a la hiedra, testigos de la felicidad pasada y de la presente desesperación. Nemoroso la siente tan
interiorizada a la naturaleza que se deteriora físicamente por la muerte de Elissa: interrupción de las
actividades vitales, esterilidad de la tierra, nacimiento de hierbajos, el llanto de él que sólo riega cardos y
espinas. Desea abandonar el lugar que ha participado primero en su felicidad, después en su infelicidad, por
el espejismo de otro lugar ultraterreno en donde la felicidad puede de nuevo comenzar.
Salicio ve la traición de Galatea como una ruptura del orden natural, que implica el derrumbamiento
de toda confianza en la estabilidad de las cosas. El pasado feliz aparece como un engaño. Salicio tuvo
sueños premonitorios de la infelicidad presente, recorre su historia de amor como una toma de conciencia de
la negatividad: la perfidia de Galatea, escondida por la belleza de la mujer y por la pasión, se ha convertido
en traición definitiva. El orden de los razonamientos de Salicio reproduce las fases de alejamiento de la
mujer.
Mientras el itinerario doloroso de Salicio parte de la mujer para concluirse con el lugar, el de
Nemoroso parte del lugar para concluirse con la mujer. El pasado feliz de Nemoroso se compara con el
presente como su exacto contrario, se detiene melancólico sobre el pasado, captando instantes de sencilla
felicidad. Los recuerdos vagos de la felicidad perdida dejan paso a la evocación precisa y actualizadora. Se
acerca cada vez más a la mujer recorriendo la cronología de los recuerdos y se prepara a unirse con ella en la
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región de la muerte. El moverse acorde de los dos pastores hacia el ocaso, mientras les cubren ya amplias
sombras, es una imagen del viaje hacia los reinos de la muerte.
Lo pastoril
El amor
Toda la obra de Garcilaso gira alrededor del tema amor. La literatura del siglo XVI, y singularmente
la poesía también hicieron del amor su tema favorito. Se aplica el platonismo al amor, el amor es la fuerza
que determina la unidad del cosmos; los humanos al amarse contribuyen a la armonía total. Garcilaso cree
en la armonía del universo y en la imposibilidad del desacuerdo dentro de ella. También la hermosura
absoluta existe como una realidad para él.
Un amor real llenó la vida de Garcilaso. Cuando conoció a Isabel Freyre ya estaba casado. Se
enamoró de su belleza pero ella no correspondió a su pasión, si bien le otorgó concesiones de amistad pura.
Ciertos pasajes de la égloga I parecen indicar que entre ellos se cruzaron algunos juramentos. Isabel se casó
con D. Antonio de Fonseca, y luego murió al dar a luz a su tercer hijo. El culto apasionado que Garcilaso
rindió a esta mujer, aún después de su muerte se manifiesta patéticamente en toda su obra. El despecho, el
desengaño, los celos, la lucha entre el deseo y la razón, el dolor sereno por la muerte prematura de la mujer
amada, son el tema forzoso de sonetos, églogas y canciones. Su matrimonio, concertado por el Emperador lo
unió a una mujer que no dejó huellas en su espíritu. El hogar no le ofrecía el encanto de un amor compartido
y buscó fuera de él su vida sentimental. Tuvo dos amores, el profundo y real que le inspiró Isabel Freyre y la
aventura amorosa de Nápoles.
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El conflicto entre lo racional y lo espontáneo inquieta profundamente la conciencia del
Renacimiento. El hombre ha descubierto la razón y comienza a observar críticamente los hechos objetivos
en busca de la verdad. En amor se traza el límite que separa el amor ordenado, intelectual, del deseo de los
sentidos. Vencer los ímpetus será empresa digna de todo hombre razonable.
La hermosura de Elisa coincide con el tipo de belleza femenina que estuvo de moda durante los
siglos XV y XVI. Las bellezas sensuales y cálidas no gustaban; agradaban más el oro de los cabellos, la
claridad de los ojos y la tez pálida.
Como Garcilaso estaba casado su razón le señala la incompatibilidad entre su amor por Isabel y sus
deberes de caballero. Tenía un estado de ánimo cambiante y atormentado, en su interior se libraba una
batalla, esto se refleja en sus obras.
El estilo
La poesía de Garcilaso se apoyará firmemente en la realidad como punto de partida, pero será una
realidad estilizada, desprovista de lo artísticamente inútil. El poeta se escuda en pastor y en amante platónico
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y refrena su lengua para no revelar la totalidad de sus sentimientos. No siente el atractivo de las guerras,
escribe sus versos en medio de las fatigas militares. Nunca habla de la guerra con entusiasmo, antes la
condena y lamenta verse obligado a participar en ella. Sin embargo se complace en cantar las glorias
militares del Duque de Alba y del Marqués de Villafranca y fue muy valeroso y hábil soldado.
Los temas de la poesía de Garcilaso son el amor, los desengaños del amor, lo pastoril, la alabanza de
la aldea, las descripciones de una naturaleza llena de claridad y quietud y el mito.
Las formas métricas proceden de Italia. Petrarca es el modelo para el endecasílabo y muchas de las
estrofas. Garcilaso emplea el verso de 11 sílabas. Manejaba perfectamente su técnica, dominaba el acento y
poseía un seguro sentido del ritmo. El poeta logra siempre armonías delicadas que están en consonancia con
la sobriedad de la expresión poética. El ritmo de los versos avanzará lento, será un movimiento muy
próximo a la quietud
El poeta ama la claridad de expresión, elegancia sin afectación, sencillez, modernidad, buen gusto.
No hay pasajes que ofrezcan dificultades de lectura o de interpretación, tampoco hay dificultades de
vocabulario.
También se observa sobriedad en el empleo de adjetivos, que subrayan siempre aquello que quieren
subrayar. Abundan los de color y sonido y aquellos que sugieren mansedumbre y claridad.
En la composición también rigen normas determinadas. El poeta utiliza el "sistema de parejas":
parejas de adjetivos "de agua corriente y clara"; parejas de sustantivos "mi razón y mi juicio bien creyeron";
parejas de ideas semejantes o distintas "a quien sabrá perderme y acabarme". Estas se utilizan para reforzar
la expresión y definir más exactamente el objeto o el estado de ánimo. Se aspira a la lentitud, al
alargamiento en la expresión, a la gravedad que contrarresta el movimiento, al reposo. Otro recurso de
composición es el "movimiento interrogatorio", es una flecha disparada al azar, un gesto incompleto que
admite respuestas infinitas. Es mucho más expresiva emocionalmente que la afirmación, es empleada en los
momentos de más alta tensión espiritual, cuando Garcilaso quiere subrayar la emoción o acentuar el
dramatismo del sentimiento.
Otro recurso son las metáforas, generalmente vulgares; comparaciones que son lugares comunes de
la poesía petrarquista, del platonismo amoroso. Cuantitativamente las metáforas son escasas y las
comparaciones y símiles mucho más abundantes.
Garcilaso en sus frecuentes viajes por Francia e Italia y durante su destierro en Nápoles, se empapa
del espíritu nuevo. Conoce a los más distinguidos miembros de la academia Pontiana y fraterniza con ellos.
GARCILASO
Temas
Principal
Análisis de las propias emociones
Lirismo (no épico)
Individualismo
Subtemas
Amor (petrarquista y platónico)
Dolor (conflicto – realidad inmutable – aceptación melancolía)
Naturaleza (como mayordomo de Dios – pastoril – beatus ille)
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RENACIMIENTO
Temas Imágenes y metáforas vulgares
Neoestoicismo (virtud – suicidio razón – Melodía dulce
no adversidad) Claridad
Platonismo (armonía universal astrología Medida
– belleza) Tranquilidad
Mitos Concepción de conjunto
Carpe diem
Fortuna Ideal renacentista
Fama inmortal Elegancia
Cortesano ejemplar Moderación del sentimiento
Idealización del sentimiento y de la
Estética naturaleza
Imitación clásica Mundo limitado
Formas sencillas Plano, línea recta
Sintaxis regular Lo individual, personal y humano
Margot Arce
La Égloga I
Esta obra es un poema de amor; glosa el desdén de Galatea y la muerte de Elisa, figuraciones ambas
de Isabel Freyre. Los críticos sitúan a la égloga primera en el año 1534 poco después de su muerte. Otros
autores han deducido que fue compuesta a trozos y en fechas diferentes. El lamento de los dos pastores se
trata de un soliloquio único en que Garcilaso recuenta su amor y se purifica.
COMPOSICIÓN
Estructura
Dos partes
Dedicatoria 3 estrofas
- Introducción
- Ofrecimiento
Égloga 27 estrofas
- Amanecer – Salicio
- Lamentación de Salicio – Desdén de Galatea
- Compasión de la Naturaleza – Nemoroso – Musas
- Lamentación de Nemoroso – Muerte de Elisa
- Atardecer y salida de escena
Extensión breve en 421 versos – 30 estancias
Con respecto a la estructura, las tres estrofas de la dedicatoria podrían suprimirse sin que se rompa la
integridad del poema. La verdadera égloga está constituida por la segunda parte de veintisiete estrofas: dos
núcleos centrales extensos, las lamentaciones de Salicio y Nemoroso, cada uno de doce estrofas, separados
por una estrofa que encabeza la égloga, otra que separa los dos cantos y una tercera estrofa al final. El
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movimiento general del poema describe una curva progresivamente ascendente que alcanza sus cimas más
altas en la estrofa sexta del canto de Salicio y en la octava del canto de Nemoroso.
Forma métrica
Endecasílabos (11 sílabas)
ABCBACcdEEFeF2
Dramatismo leve
En el poema no hay drama, no hay acción. Aunque los dos pastores coinciden en escena y juntos la
abandonan, no se comunican entre sí ni dialogan. Sus dos cantos parecen soliloquios que no presuponen ni
interlocutor ni auditorio. La crítica ha establecido que Salicio y Nemoroso representan a Garcilaso. Se trata
de un soliloquio único que repasa la totalidad de la experiencia amorosa y que el desdoblamiento en dos
pastores y dos cantos responde a la necesidad de aislar artísticamente la vivencia de dos sucesos decisivos
para la vida sentimental. Expresa también la contradicción que se libraba en el alma del poeta.
Unidad de tiempo y lugar. Espacio único y bien descrito: prado entre cumbres, altos árboles y agua
clara y sonora.
No acción: soliloquio
Unidad espacio
Unidad tiempo
Fondo idílico-pastoril
Al terminar la égloga, Garcilaso insiste en rodear su canto de una atmósfera ideal. Los pastores se
levantan como si acabaran de despertar de un sueño. Las quejas se pierden en una lejanía vaga despojada de
dramatismo y actualidad. El poeta evoca experiencias del pasado ya tamizadas por el recuerdo. Se vale del
artificio pastoril para enmascarar su personalidad, para objetivar su dolor y purificarlo. Es un doble disfraz
ya que sigue la moda de su tiempo y aparenta cantar lo mismo que los demás (para esconder lo subjetivo de
su historia). Es un lirismo objetivado pero intenso.
Lo elegíaco
Género: elegía pastoril amorosa
La actitud del poeta es subjetiva y, en este sentido, moderna: se mete en la conciencia personal para
revelar la intimidad del sentimiento. Un paisaje ideal de tranquilla belleza sirve de fondo a la elegía. Los dos
pastores le confían sus dolores.
Hay dos elegías ya que cada lamento tiene su propio tema y su propia tonalidad lírica.
Los cantos contienen las partes, estilo y tono convencionales de la elegía aunque en orden arbitrario.
PARTES
- Consideraciones sobre la muerte o la mutabilidad de lo humano
- Ubi sunt ¿de quién? ¿a quién? ¿por quién? ¿dónde están?
- Alabanza de la belleza física de la amada
- Lamentos del amante
- Consolación filosófica final
- Invocación a las musas
ESTILO
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Variantes de este esquema en v. 278-281 en momentos de gran emoción.
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- Técnica evocativa por contraste o por preguntas retóricas
- Recato
- Brevedad
- Unidad
- Punto de vista del sujeto
TONO
- Melancólico (dolor templado por la meditación). Tierna añoranza.
DETALLES
1. Dedicatoria
Introducción (6 versos)
Anuncia el tema de la égloga, los personajes que intervienen, el género y el tono.
En la introducción el poeta es un mero transmisor que imita las quejas de los pastores: “he de contar
sus quejas”, lo que da inicio a la voluntad de objetivación. El poeta se ubica como mero narrador o trasmisor
que imita3 las quejas de los pastores. Así queda disfrazado bajo las figuras de los pastores.
Ofrecimiento
Garcilaso dedica la Égloga a don Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, virrey de Nápoles, bajo
cuya protección y amistad y a cuyo servicio pasó los años de su destierro en Italia. Elogia sus cualidades de
hombre de estado, de guerrero y de cazador y le formula una promesa de cantar su fama y sus virtudes en
cuanto disponga de un rato de descanso, entre tanto le ofrece la égloga primera. El poeta se siente en deuda
con su amigo y quiere excusarse por la dedicación de un poema pastoril. La gratitud de Garcilaso hacia el
Virrey era sincera, su amistad leal. El elogio lo describe como cortesano (tipo ideal del Renacimiento) varón
excelente por sus obras y fama. El poeta se compara a sí mismo con la humilde hiedra que crece a la sombra
de este laurel victorioso.
2. Égloga
Lamentación de Salicio
12 estancias.
Temas y sentimientos
- Dureza de Galatea: amor propio herido
- Traición de Galatea: celos
Estancia 1-5: tema del desdén, vergüenza y dolor del desaire, presagios
Estancia 6-10: traición y celos, confirmación de presentimientos
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Según la concepción renacentista del arte.
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Estancia 11: dureza de Galatea en comparación con la naturaleza
Estancia 12: amarga renuncia al objeto amado y al lugar de la breve dicha
Con las primeras palabras, Salicio comienza un movimiento de intensidad lírica ascendente que
culmina en la E6 (clímax lírico) desde donde desciende poco a poco hasta el remanso y el anticlímax final
de la renuncia y el desaliento.
El lirismo emerge de un fondo de constantes alusiones a la naturaleza que denotan la relación entre
el hombre y el paisaje. Salicio se entrega al dolor mientras los hombres y la naturaleza siguen
imperturbables su costumbre cotidiana; el pastor evoca su deleite en el paisaje que fue escenario de sus
amores.
Paisaje: desempeña una función importante ya que pone de relieve el contraste entre la armonía de la
naturaleza y las disonancias del dolor y la pasión; opone la dicha de ayer a la amargura del presente; registra
las variaciones del sentimiento. El dolor y la pasión rompen la armonía natural; la traición hace posible lo
difícil, la unión de lo discorde, la duda y el temor. El valor del paisaje está dado en relación a la amante: con
Galatea presente y amante, el paisaje es estimado y gozado; con la traición, es abandonado provocando un
distanciamiento entre el sujeto y el mundo exterior.
Estribillo: Salid sin duelo, lágrimas corriendo. En todas las estancias (menos en la última) hay dos
ictus : la vehemencia del apóstrofe a Galatea y el sosegado verso final en que el poeta se vuelve a sí mismo,
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se encara con sus lágrimas y les ordena que salgan fácilmente. Sus quejas son dulces y blandas y el estribillo
se contrapone como freno o regulador de sus reproches. El poeta quiere desahogarse, dar rienda suelta a su
dolor, el llanto alivia y descansa. Pero quiere, por necesidad estética, que sus lágrimas corran apaciblemente
refrenando la pasión que lo agita. El estribillo se suprime en la estrofa final ya que el pastor ha logrado
superar el despecho y los celos.
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Apoyo rítmico sobre una sílaba larga o acentuada.
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Se vuelve a evocar la leyenda de Orfeo en la que la naturaleza, personificada, se anima de compasión por el dolor
humano; el hombre proyecta sobre los seres su intimidad y los convierte en imágenes de sí mismo.
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Invocación a las musas (Piérides 6): nos descubre la identidad de Garcilaso con ambos pastores.
Enflaquece su voz porque se ha conmovido con Salicio y porque anticipa y teme expresar el dolor intenso de
Nemoroso.
Alusiones mitológicas: Eco, Orfeo, Filomeno, paradigmas del amor doloroso que preparan la
atmósfera del canto de Nemoroso.
Lamentación de Nemoroso
12 estancias.
Expresión del dolor más intensa y hermosa.
Temas y sentimientos:
- Evocación del pasado feliz en contraste con el presente: nostalgia
- Soledad del amante: dolor
Nemoroso se dirige sucesivamente a la naturaleza, a Elisa, a la muerte, a Diana, a Elisa en el cielo,
como si buscara en vano a quien confiar su dolor. Esto a veces se interrumpe para reflexionar acerca
de la intensidad de su sentimiento.
Estancia 1-5: contrastan, con la nostalgia amarga, el ayer feliz y el hoy desventurado.
Estancia 6-10: desamparo del amante en medio del mundo hostil; firmeza de su sentimiento.
Estancia 11: Reproche a Diana (dioses) por su indiferencia.
Estancia 12: oposición entre eternidad y temporalidad, en nostalgia del paraíso.
Movimiento lírico: comienza con suaves y doloridas confidencias al paisaje; se intensifica con ritmo
variable hasta culminar en la E8 en un crescendo lento, agitado e intenso. Más rápido, el decrescendo se
remansa en la estrofa final, la de esperanza y un anhelo del futuro. El centro son las E6-8 que hablan del
dolor y del estado espiritual del amante. En los versos finales, el anticlímax refleja el dolor, la soledad, la
hostilidad del mundo y de los dioses que no le dejan al pastor más salida que morir.
Paisaje: la descripción y sentimiento del paisaje sirven de trasfondo y apoyo al lirismo y registran
variaciones de intensidad y claridad. Nemoroso comienza su lamento con una confidencia a los seres de la
naturaleza. La acogedora belleza del paisaje contrasta con su amargura y hace más punzante sus recuerdos.
EL dolor es la barrera entre la intimidad del hombre y la naturaleza. El dolor por la muerte de Elisa se
proyecta sobre el mundo. Las cosas de la naturaleza pierden su objetividad y se transforman en espejismos
ya que devuelven al yo la propia imagen. E12: Nemoroso invoca a Elisa en el paraíso. Desea habitar en otro
paisaje… este adj. repetido subraya la distinción de valores entre el mundo sensible irreal, fugaz y la otra
vida donde se logra lo eterno, la validez absoluta. Esa otra vida se concibe como un lugar de belleza
semejante a la del paisaje pastoril.
LA DESCRIPCIÓN DE LO SENSIBLE
La belleza femenina: ojos claros, esbelta figura, hermosos brazos, mano blanca y delicada, cuello
redondo y erguido, cabellos rubios, tez blanca, dulce voz y habla… la descripción de las amantes se ajusta al
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ideal de belleza del primer Renacimiento. No se sabe si Isabel Freyre era así. El ideal de belleza física
presupone una correlativa hermosura y perfección espiritual.
Ubi sunt
- En Salicio: el pastor pregunta a Galatea quién es el afortunado posesor de tal belleza.
- En Nemoroso: pregunta dónde se encuentra el deseado cuerpo de la amada con sus hermosos
atributos.
Expresión del amor
- En Salicio: se lamenta por la dureza, la inconstancia, la falsedad de la amada, defectos que
son irracionales y amenazan la armonía del cosmos y hacen posible lo insólito.
- En Nemoroso: no es platonista, no concede primacía a la belleza del alma, la amada no es la
escala para ascender a la contemplación de la suma Belleza. En el recuerdo del pastor sólo
queda como algo vivo la encantadora imagen corporal de la amada, deseada como un valor
absoluto y último.
LO UNIVERSAL POÉTICO
La inspiración de la obra parte de una emoción realmente vivida por el poeta. La expresión poética
rescata lo autobiográfico bajo las formas literarias en boga en el siglo XVI y en los moldes convencionales
del bucolismo, de un petrarquismo leve y de la imitación de Virgilio. Hay una voluntad de objetivación que
transforma lo personal en experiencias humanas generales.
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A. Parker
Tema e imagen de la Égloga I de Garcilaso
Es una obra que se ajusta al artificio bucólico en una armoniosa unidad de contenido y forma. La
estructura de la obra es de un gran logro técnico ya que presenta una construcción armónica en base a partes
semejantes coordinadas entre sí.
Imágenes: son un elemento orgánico en la unidad del poema y son el vehículo mediante el cual se expresa
el asunto/tema. Tienen una función en la gradación emocional del poema.
Relación tema/imagen
En Salicio
Hay una ordenada armonía que debe existir en el universo. La naturaleza es la norma y en ella está la
ley del fin armonioso y de la correspondencia armoniosa. Esta ley debe existir en las relaciones humanas ya
que los hombres deben estar en concordancia con la naturaleza.
Las imágenes establecen la nota de correspondencia emocional entre el hombre y la naturaleza. La
sucesión del día y de la noche da a la naturaleza un ritmo fijo, al que están acordados todos los seres vivos
(amanecer, comienzo del trabajo; atardecer, finalización y sueño). Salicio no pertenece a este ritmo fijo ya
que el día y la noche no significan nada para él. La armonía de hombre/naturaleza se da mediante el amor y
la armonía entre hombre y mujer (el amor pertenece a la ley armoniosa de la correspondencia) y Salicio ha
perdido esta relación. Se instaura el desorden y el equilibrio de la naturaleza de desbarata, ya no obra como
es de esperarse: el río ya no da agua fresca para calmar la sed y contrarrestar el calor, por ej. La traición de
Galatea amenaza la estabilidad de la naturaleza. La discordia es una aceptación positiva del desorden por
amar lo que no debe ser amado. Es la unión de los contrarios, una unión antinatural.
La pena de Salicio lo aparta de la armonía de la naturaleza pero su penas es una música natural y su
fidelidad a la ley natural mueve la compasión final de la naturaleza.
La pena en discordia con la naturaleza representa la tristeza inherente a la vida, una tristeza universal
que carcome la dicha humana en el canto de Nemoroso.
En Nemoroso
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El amor de Nemoroso fue correspondido y las dos individualidades se fundieron en el universo. Hay
una comunión con la belleza natural y las imágenes expresan esa unión y paz: los árboles miran su reflejo en
el agua, la sombra refresca, canto pájaros, etc.
Pero, aunque Nemoroso alcance la unión total con la naturaleza, su destino es el mismo que el de
Salicio porque la naturaleza es imperfecta y tiene la noche y el día. La noche es la propia imperfección de la
naturaleza, el presagio de la muerte irremediable que destruye la comunión con la naturaleza. La naturaleza
posee noche, hierbas y espinas (muerte y dolor). En la esperanza del más allá se encuentra el deseo de una
belleza inmaterial e imperecedera. El amor se alza en esperanza sobre la imperfección de la naturaleza,
creándola de nuevo en una forma perfecta en “otro” espacio (otro llano, otros montes y otros ríos).
La obra presenta una coherencia entre el asunto y sus correspondientes imágenes. Los paisajes de
Garcilaso NO son “idealizados” ni “reales y localizados” sino imágenes poéticas que expresan la idea, dando
sensibilidad y claridad al sentimiento. Esto dentro del marco del neoplatonismo renacentista, en el escenario
de una naturaleza conforme a la ley natural del amor, dañada por la violación de ésta y viciada por sus
propias limitaciones. La naturaleza de Garcilaso existe en un plano filosófico.
Adrien Roig
Las lágrimas de Salicio en la Égloga primera de Garcilaso de la Vega
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Fábula del tordo (ruiseñor) y Filomena, que afligido y envidioso de verla cantar suave y doctamente, se le opuso en
desafío. Filomena canta las desgracias de un pérfido amor y por ello puede percibir y compartir el dolor de Salicio.
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