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La novela picaresca y El Lazarillo de Tormes

1. EL RENACIMIENTO: ORÍGEN Y CARACTERÍSTICAS


El Renacimiento es una transformación profunda de la cultura humana que se manifiesta en todos los
ámbitos de la vida: la sociedad, la política, el pensamiento, la ciencia, la religión, y la literatura.

Consiste, fundamentalmente, en un retorno a los ideales artísticos, literarios y filosóficos del mundo
grecolatino compatibilizados con el ideario cristiano.

Florece en Italia durante los siglos XIV y XV y se extiende al resto de Europa donde triunfa en el siglo
XVI.

1.1 Origen
El Renacimiento es el fruto de una transformación social e ideológica que se sustenta en la imitación
de los clásicos y en la aplicación de los principios del humanismo.

• TRANSFORMACION SOCIAL
A finales de la Edad Media, la burguesía adquiere una importancia capital. Se dedica a actividades
artesanales o comerciales que permiten a los ciudadanos liberarse del feudalismo. Esta prosperidad
económica genera una visión optimista ante la vida.

Nacen algunos estados modernos, asciende la burguesía y los ciudadanos empiezan a participa en las
tareas de gobierno. En Italia destacan cinco estados ricos y poderosos (Florencia, Venecia, Milán, los
Estados Pontificios y Nápoles) que actúan como mecenas de los artistas.

En cuando al ámbito científico, se descubren y conquistan nuevos mundos y, con ellos, se amplía el
universo y el conocimiento humano. Además, surgen nuevos inventos (el papel, la brújula, la
imprenta…) y los progresos técnicos son constantes (molinos de viento…)

El modelo ideal renacentista es el cortesano, hombre diestro en armas y letras.

• TRANSFORMACIÓN IDEOLÓGICA
Se realiza una crítica al pensamiento medieval y se revitalizan las ideas filosóficas anteriores:

- Escepticismo: fomenta una actitud crítica frente al dogmatismo medieval.


- Epicureísmo: invita al goce moderado de la vida y los placeres (tempus fugit, carpe diem)
- Estoicismo: exalta la dignidad del hombre y propugna una vida según el orden natural (beatus ille)
- Neoplatonismo: defiende la belleza de los seres naturales como reflejo de la divinidad (idealización
del amor y de la naturaleza –locus amoenus –)
- Erasmismo: defensor de una religiosidad íntima, centrada en la pureza de las costumbres. Defendía
una fe más auténtica que brotara de las enseñanzas evangélicas y criticaba al clero y a las órdenes
religiosas por las contradicciones entre su vida y sus enseñanzas (predicar caridad y ser avariciosos,
aconsejar la castidad y llevas una vida libertina, etc). Aunque en un primer momento tuvo buena
acogida, la Inquisición persiguió a mediados del siglo XVI todas sus publicaciones y a todos los
erasmistas.
El hombre se va a situar en el centro del universo (antropocentrismo) y el poder de la razón y el
cultivo de la inteligencia lo convierten en un ser superior. Va a aspirar, pues, a lograr un desarrollo
armónico de todas sus facultades, tanto físicas como espirituales e intelectuales.

o Baltasar de Castiglione trata de formar al perfecto caballero renacentista en Il Cortigiano,


obra que tradujo al español Juan Boscán y prologó Garcilaso.

“La claridad y la llaneza siempre andan con elegancia. Cuando haga al caso sepa el cortesano hablar con
gravedad y fuerza, y tenga entonces habilidad para mover las pasiones y sentimientos que hay en nuestros
corazones, y sea para encenderlos y trastornarlos, según fuere la necesidad del negocio, y algunas veces los
enternezca y casi los emborrache de dulzura con aquella pureza de buenas entrañas que haga parecer que la
misma natura habla”.

o Nicolás de Maquiavelo dará en su obra El príncipe consejos sobre cómo debía actuar un buen
gobernante.

Se abandona la idea del mundo como un “valle de lágrimas”, ahora aparecen como un lugar donde
deleitarse.

• ADMIRACIÓN POR LOS CLÁSICOS


Las ciudades-estado italianas convierten las culturas griega y latina en puntos de referencia. Por
ello, frente a la originalidad, toma importancia la imitación de los grandes escritores.

De esta admiración por los clásicos nace la preocupación por las lenguas vulgares nacionales
consideradas como el medio más natural de expresión.

Durante este siglo, la lengua castellana alcanza una extraordinaria difusión. En 1492, Antonio de
Nebrija elabora la primera gramática en lengua vulgar. Gracias al humanismo y a la hegemonía del
Imperio español, nuestra lengua se enriquece con préstamos del italiano, americanismos y
palabras de otras lenguas europeas.

• LOS PRINCIPIOS DEL HUMANISMO


El Humanismo fue un movimiento intelectual y cultural que tuvo su origen en Italia en el siglo XIV.
El humanista es un erudito con:

o Un profundo conocimiento de la antigüedad grecolatina.


o Anhelo de restauración de los ideales clásicos.
o Defensa del estudio, la lectura y el uso de las lenguas clásica.
o Valoración entusiasta del mundo y de la dignidad del ser humano. Triunfa la idea de
que “el hombre es la medida de todas las cosas”.

Dante Alighieri, Fracesco Petrarca o Giovanni Boccacio contribuyeron a la expansión de estos aires
renovadores humanistas.
2. EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA
En España, el Renacimiento aparece con características propias y hace coexistir lo tradicional religioso
con la nueva visión del mundo.

2.1 CONTEXTO HISTÓRICO


La muerte de Enrique IV de Castilla provocó una guerra civil que culminó con la llegada al poder de
Isabel de Castilla y su matrimonio con Fernando de Aragón. Los Reyes Católicos se dedicarán a
organizar, desarrollar y expandir los reinos de Castilla y Aragón, protegerán el desarrollo de la cultura y
de las artes y propiciarán la difusión de los nuevos aires renacentistas italianos.

REINADO DE CARLOS I DE ESPAÑA Y V DE ALEMANIA (1517-1556)

Carlos I era nieto de los Reyes Católicos y nació y se educó en los Países Bajos. Vino a España
acompañado de cortesanos y religiosos flamencos a los que colocó en cargos relevantes. Esto propició
la difusión de las ideas erasmistas que inspirarán una de las obras más importantes de nuestra
literatura, el Lazarillo.

Fruto de la política matrimonial de los RRCC, Carlos I recibió una herencia inmensa que alentó su idea
imperial. Se trataba de reunir a toda la cristiandad bajo la bandera del emperador y de luchar contra
los enemigos del catolicismo: los turcos en Europa oriental y el Mediterráneo, y la herejía protestante
en el resto de Europa. Una concepción que resulto un fracaso.

Las luchas con Francia se saldaron con la indudable preeminencia de Carlos I sobre los intentos galos
de arrebatarle la hegemonía. Como consecuencia, el país padeció una de las peores crisis del siglo y
una migración masiva del campo a la ciudad que favoreció situaciones de pobreza extrema y
desnutrición de las clases populares de los núcleos urbanos.

Las revueltas más importantes se produjeron al comienzo del reinado de Carlos I: las comunidades de
Castilla y las germanías. Ambos movimientos tuvieron como colofón la derrota de los sectores
burgueses y el refuerzo del poder de la monarquía.

Su reinado se caracteriza por su esplendor, plenitud política y prosperidad económica y apertura a las
corrientes europeas.

Carlos I se retira en 1556 al monasterio de Yuste (Cáceres) donde fallece dos años más tarde.

REINADO DE FELIPE II (1556-1598)

El reinado de Felipe II (hijo de Carlos I) queda marcado por la religión y la Contrarreforma.

Para evitar el contagio de las ideas protestantes, va a ejercer una fuerte censura con la Inquisición.

El optimismo vital y político de la primera mitad de siglo continúa durante algunos años hasta la batalla
de Lepanto (1571), que supuso la vitoria de la armada española sobre los turcos. Pero las crisis
económicas, el aumento de la pobreza, el alto coste de las guerras y la derrota de la Armada Invencible
española frente a los ingleses en 1588 señalan el inicio de una decadencia que genera un pesimismo
social.

La literatura de esta segunda etapa (segundo Renacimiento) se caracteriza por un cierre a cualquier
influencia extranjera y una exaltación de lo nacional y lo religioso.
Carlos I y Felipe II continuaron con la unidad religiosa que habían iniciado los Reyes Católicos a través
de dos instrumentos: el estatuto de limpieza de sangre y la Inquisición.

• El primero iba dirigido contra presuntos falsos conversos, tanto judíos como musulmanes,
aunque especialmente contra los primeros. Así, el hecho de ser cristiano viejo se convirtió, a
partir de 1556, en un elemento necesario para entrar en cualquier corporación eclesiástica o
civil.
• La Inquisición velaba por la pureza del catolicismo y perseguía cualquier manifestación de
herejía; para ello contaba con miles de funcionarios y tribunales en las principales ciudades y
las penas que imponía iban desde una simple multa hasta la muerte en la hoguera.

Este ambiente de intolerancia y de orgullo hacia los orígenes del individuo propició una aspiración casi
enfermiza por pertenecer a la nobleza y por ser identificado como “cristiano viejo”.

3. LAS FORMAS NARRATIVAS DEL SIGLO XVI


Se desarrollan dos tendencias narrativas:

- Idealista: abarca relatos llenos de aventuras y fantasía.


o LIBROS DE CABALLERÍAS: a la manera del Amadís de Gaula de Garci Rodríguez de Montalvo.
o NOVELA CORTA ITALIANA: de temas trágicos y burlescos, imitada por Juan de Timoneda en el
Patrañuelo (1567) y las Novelas Ejemplares, de Cervantes.
o NOVELA PASTORIL: siguiendo el modelo de Sannazaro y su Arcadia. La primera novela del
género en castellano es Los siete libros de Diana, de Jorge de Montemayor, a la que siguen La
Diana enamorada, de Gil Polo y La Galatea, de Cervantes.
o NOVELA BIZANTINA: imita un género griego de aventuras en un viaje lleno de peripecias y
azares. El género pervive hasta Lope de Vega. Cervantes escribirá Los trabajo de Persiles y
Segismunda.
o NOVELA MORISCA: tiene sus antecedentes en los romances fronterizos y desarrolla historias
amorosas entre moros y cristianos. Destaca La historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa.

- Realista: aquí encontramos El Lazarillo y El Quijote

4. LA NOVELA PICARESCA
La novela moderna se inicia en 1554 con La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades,
una obra realista que nace en un momento de éxito de los libros de caballerías y de la novela pastoril.
En ella, los personajes manifiestan una evolución psicológica y el relato se convierte en fuente de
reflexión sobre el mundo y el ser humano. Además, con esta obra se inaugura en España, y en toda
Europa, la novela realista que rechaza la evasión y acoge entre sus páginas los problemas de la época
con ambientaciones y lugares reconocibles adoptando a su vez un lenguaje espontáneo.

4.1 APARICIÓN DEL GÉNERO


En el nacimiento del género confluyen varias circunstancias:

- Ambiente social: cambios demográficos y presencia de numerosos individuos que sin trabajo
llenan las ciudades y viven del pillaje y la mendicidad.
- Creciente discriminación por cuestiones de “limpieza de sangre” que sufren los “cristianos
nuevos” (judíos conversos y descendientes) que rompe la convivencia.
- Apertura ideológica iniciada por Carlos I y las ideas erasmistas que critican el idealismo de las
novelas del momento.
- Reacción ante los libros de caballerías y sus caballeros andantes: surge el antihéroe (un
caballero al revés).

4.2 EL PÍCARO Y LA PICARESCA


Los rasgos del pícaro son:

- Actitud antiheroica: carece de ideales y vive a base de trucos y tretas.


- Origen genealógico bajo (es hijo de padres sin honra): que le condiciona y predetermina.
- Trabaja como criado de muchos amos (lo que permite al narrador hacer una crítica de todos
los estamentos sociales)
- Actúa por móviles inmediatos, principalmente, el hambre.
- Sufre con resignación las adversidades buscando ascender en la escala social.
- Tiene gran capacidad de adaptación y no es materialista.
- Pasa con rapidez de la inocencia a la malicia y posee un código de honor deformado.
- No narra sucesos fantásticos.

La novela picaresca se configura sobre una estructura que presenta los siguientes elementos:

- Es una ficción autobiográfica relatada en primera persona.


- La historia se configura sobre una sucesión de memorias por episodios desde la perspectiva
de un narrador que da su visión del mundo.
- La acción es itinerante, pues el pícaro va de amo en amo y de un lugar a otro.
- Los acontecimientos se subordinan a un final predeterminado.
- Sigue una evolución temporal desde la niñez hasta la madurez.
- Existen confluencias temporales pues se intercalan visiones del narrador-adulto y del
narrador-niño.

El Lazarillo no es la única novela que presenta estas características. De haber sido así, nunca se hubiera
considerado un género. Su fecundidad fue descubierta cincuenta años más tarde por el sevillano
Mateo Alemán, que publicó Vida del pícaro Guzmán de Alfarache. Es la primera vez que se emplea la
palabra pícaro para designar al personaje cuyo modelo había sido el Lazarillo de Tormes. El triunfo de
ambas novelas da lugar a la creación como tal de la novela picaresca, característicamente española y
de enorme influencia en Europa.

Las principales obras picarescas que se publicarán ya en el siglo XVII son:

La pícara Justina de Francisco López de Úbeda.

La vida del escudero Marcos de Obregón de Vicente Espinel.

El Buscón de Francisco de Quevedo


4.3 LA VIDA Y ADVERSIDADES DE LÁZARO DE TORMES
4.3.1 TEMAS Y EJE ARGUMENTAL
Relata en primera persona la historia de Lázaro, un personaje de origen humilde nacido a orillas del río
Tormes, que aprende a sobrevivir gracias a su ingenio y consigue asentarse como pregonero en
Toledo, logrando así un hipotético ascenso social.

El tema es la historia de un aprendizaje y se muestra mediante el relato de los episodios y peripecias


que le suceden al protagonista.

Otros temas son el hambre, la hipocresía, la falsa honra, la pobreza, la insolidaridad humana o la
mendicidad.

4.3.2 ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN NARRATIVA


La obra se compone de un prólogo y siete tratados de extensión variable que forman una carta
dirigida por Lázaro (pregonero de Toledo) a un personaje desconocido, al que se apela con el
tratamiento de Vuesa Merced, en la que el protagonista trata de justificar su “caso”, una situación de
deshonor. Es un prólogo sarcástico en el que se burla del afán de alcanzar la fama: la pretende él, que
ha llegado al poco envidiable oficio de pregonero y al estado de maridillo deshonrado –se ha casa con
la manceba del arcipreste de San Salvador).

Los tres primeros tratados tienen una organización gradual y su tema fundamental es el hambre y la
astucia de Lázaro para sobrevivir.

A partir del tratado IV, Lázaro va creciendo y mejora su situación hasta llegar a lo que él considera “la
cumbre de su buena fortuna”

En el tratado VII Lázaro es ya un hombre maduro, está casado y es pregonero. Es entonces cuando
conocemos el caso: las habladurías sobre el amancebamiento de su mujer con el arcipreste de San
Salvador.

Toda la obra muestra el cumplimiento de una profecía: el ciego, en el tratado I, dice a Lázaro: “Yo te
digo […] que si un hombre en el mundo ha de ser bienaventurado con vino, que serás tú”. Y,
efectivamente, alcanza su “ventura” cuando conoce al arcipreste de San Salvador, cuyos vinos
pregonaba por Toledo para venderlos en el último tratado.
PRÓLOGO Introducción a los temas que se van a tratar en la obra

NIÑEZ. PROCESO DE TRATADO I En estos tratados Sirve a los siguientes amos (en
APRENDIZAJE DE vemos cómo Lázaro orden).
LÁZARO (PARTES MÁS niño aprende (a * Ciego (1)

EXTENSAS DE LA palos) a ser un pícaro * Cura de Maqueda (2)


TRATADO II * Hidalgo (3)
OBRA)

TRATADO III

TRATADO IV Lázaro adolescente y Sirve a los siguientes amos (en


más consciente de la orden).
ADOLESCENCIA sociedad pecadora * Fraile de la Merced. (4)
en la que vive * Vendedor de bulas (bulero).(5)
TRATADO V (sociedad llena de
engaños)

TRATADO VI Lázaro alcanza sus Sirve a los siguientes amos (en


primeros oficios orden).
MADUREZ remunerados, puede * Pintor de panderos. (6)
vestir honradamente * Capellán. (7)
y acaba contrayendo * Alguacil. (8)
matrimonio. * Arcipreste de San Salvador. (9)
TRATADO VII
PRÓLOGO: La obra comienza con un prólogo en que Lázaro de Tormes, pregonero de Toledo,
dirigiéndose a un desconocido “vuestra merced”, confiesa su decisión de alcanzar fama contando su
vida entera, para que sirva de ejemplo de cómo, con voluntad, se puede salir adelante (se trata de un
prólogo sarcástico en el que se burla del afán de alcanzar la fama: hasta la pretende él, que ha llegado al
poco envidiable oficio de pregonero y al estado de maridillo deshonrado).

Los tres primeros tratados están unidos por el tema del hambre:

TRATADO I: El protagonista sirve a un ciego tacaño y mezquino, a quien tiene que engañar para poder
comer; al entrar a servirle es un niño inocente, pero a su lado aprende toda suerte de malicias, y
cuando lo abandona sabe ya más tretas. Recordar los siguientes episodios con el ciego: episodio del
toro de piedra; episodio de la jarra de vino; episodio de las uvas; episodio de la longaniza, episodio
final de la venganza de Lazarillo.

TRATADO II: En este tratado, Lázaro sirve al cura de Maqueda (Toledo), un clérigo avariento que lo
mata de hambre y a quien tiene que robar los panes que le daban los fieles cristianos, sobre todo
Lázaro los roba con gran ingenio (episodio del arca y la llave, la falsa culebra, los garrotazos finales).
Este clérigo es, pues, peor amo que el ciego; y Lázaro critica así en su relato la avaricia de algunos
clérigos y su inhumanidad.

TRATADO III: Cuando ya parecía que no cabía más ruindad, Lázaro sirve a un escudero (un hidalgo sin
fortuna) en cuya casa no hay absolutamente nada; pero este hidalgo lo trata bien, frente a la crueldad
que mostraron con él los dos primeros amos. Lázaro, en este tercer tratado, siente piedad por el
escudero y mendiga para alimentarlo (de esta manera queda ridiculizado en la obra el orgullo de
quienes aparentaban ser de casta superior y eran, en realidad, unos pobretes). Pero, además, este
tratado, el más importante de todos, permite contemplar el sentimiento de humana solidaridad que
mueve a Lázaro, en contraste con la presunción de aquel hidalgo fantasmón.

TRATADO IV: El tiempo pasa, Lázaro va creciendo, y ya no sufre hambre con el cuarto amo. Este
tratado es brevísimo: un apunte anticlerical que toca el tema de la homosexualidad.

TRATADO V: En este tratado, Lázaro no actúa como protagonista, sino que se limita a contemplar,
asombrado, cómo un eclesiástico, vendedor de bulas (privilegios que el Papa concedía a quienes las
compraban; eran como certificados que, por ejemplo, permitían comer carne a los cristianos en
períodos no permitidos; estaban, supuestamente, firmadas por el Papa) engaña a unos incultos y
crédulos aldeanos. Harto de ambos amos, Lázaro los abandona cuando se cansa de ellos. De esta
manera continúa la crítica anticlerical.

TRATADO VI: También muy corto, habla de su servicio a un maestro de pintar panderosTambién sirve
Lázaro en este tratado a un capellán, que lo empleaba como aguador. Con este último ahorra sus
primeros dineros, que emplea para comprarse unas ropillas que mejoren su aspecto. Lázaro, pues,
empieza a situarse en el mundo de los que aspiran a ser algo.
TRATADO VII: Por fin, tras servir como auxiliar de un alguacil (oficio que deja pronto por considerarlo
peligroso), obtiene el cargo de PREGONERO REAL. Ahora lo protege un ARCIPRESTE, el cual lo casa
con una criada suya que era su amante; esto da mucho que hablar en Toledo (el CASO que se comenta
en el prólogo y al final del libro).

La obra es en sí «episódica», en tanto que va hilando las anécdotas que suceden al narrador de uno a
otro amo. Son ciertos motivos recurrentes a lo largo del texto los que contribuyen a dar continuidad y
coherencia a la obra. Es el caso del vino y el hambre.

• El vino acompaña el itinerario vital de Lázaro. Se hace presente en su «bautizo» a la cruda


realidad de la vida, cuando el ciego rompe un jarro lleno en su cara y, posteriormente, cuando
curan sus heridas con el mismo vino que quería robar. También al final, cuando el trabajo de
Lázaro al servicio del arcipreste no es otro que pregonero, y pregonero de vinos.

• El hambre es aquello que moviliza a Lázaro a utilizar su ingenio para sobrevivir. Cada vez que
cambia de amo y asciende un peldaño en el escalafón social, así también aumenta el hambre y,
con ésta, la maña para hacerse con algo que comer. La búsqueda de sustento provoca los
episodios más cómicos de la novela y enriquece la fisonomía del protagonista y su relación con
los demás. A través de ellos vemos cómo Lázaro va evolucionando y distanciándose cada vez
más de la niñez. Paralelamente, es la carestía la que dota de singularidad a los señores a los
que sirve Lázaro, de modo que, al contrario, cuando mengua o desaparece el hambre, el
narrador apenas ofrece detalles del amo ni de las circunstancias de su servicio.

4.3.3 PERSONAJES
No hay ninguna descripción formal de los personajes: cada uno cobra vida actuando, con lo que su
retrato se completa por lo que hacen, por lo que dicen o por lo que otros dicen de ellos.

Todos los personajes son “arquetipos”, es decir, individuos que representan a una clase o grupo social
y, como tales, modelos acabados. Solo Lázaro evoluciona a lo largo de la obra.

Alto y bajo clero: clérigo, fraile de la Merced, el buldero, el arcipreste de San Salvador

Los hombres que pertenecen a la Iglesia, como el clérigo, el fraile de la Merced, el buldero y el
arcipreste de San Salvador, son tacaños, hipócritas, lascivos y mentirosos. Esta representación se
encuentra en estrecha relación con las corrientes erasmistas que circulaban por esos años. Erasmo
denunciaba la corrupción y avaricia de las clases eclesiásticas, al igual que los demasiados signos
externos con los que los cristianos sustentaban la fe, como el culto al santoral y la importancia
excesiva de las bulas papales. El espectáculo del buldero charlatán en los pueblos de la Sagra (Toledo)
y la tacañería del clérigo contabilizando los panes ejemplifican la denuncia que realiza el autor del
Lazarillo, seguramente influido por estas nuevas corrientes devotas. En la novela los religiosos utilizan
el soborno y la manipulación para aprovecharse de los feligreses, o bien la mentira y la hipocresía para
calmar sus instintos más básicos, como prueba el comportamiento lascivo del fraile de la Merced y del
arcipreste de San Salvador.
Baja nobleza y oficiales: el hidalgo

El hidalgo pertenece al escalón más bajo de la nobleza y ejemplifica los problemas ocasionados por la
obsesión por la honra y la ostentación de la limpieza de sangre. El escudero es, a este respecto,
personaje paradigmático, que se resiste a buscar trabajo pese a la miseria en la que vive, porque los
hombres de su condición no pueden ni deben servir a nadie. Su máxima ocupación es, precisamente,
demostrar de puertas afuera que su situación económica es holgada y que vive de renta. De puertas
adentro, esa «casa encantada», como la llama Lázaro, simboliza la falsedad en las pretensiones de su
clase social y las penurias que pasa en realidad sólo por mantener su condición impoluta. Su pasado en
Castilla la Vieja no es sino una burla directa a la importancia que había adquirido la honra. Así, cuando
el vecino deja de saludar al escudero correctamente, su gesto en realidad está indicando que dejaba
de reconocer su hidalguía, es decir, que perdía su identidad, estatus social y, supuestamente, poder.
Ahí radica el valor que alcanza la opinión de los demás y de ahí que el escudero se dedique a pasearse
por Toledo con aires de caballero o que quiera tener un criado aunque ni siquiera pueda alimentarlo.

Pueblo llano: el ciego

El ciego era un tipo común en la sociedad del siglo xvi. Solía sobrevivir repartiendo pliegos sueltos y
cantando coplas de ciudad en ciudad, como hace el primer amo de Lázaro, que despacha remedios y
profecías a las mujeres de los pueblos que va visitando sin fijar su residencia en localidad alguna. El
ciego pertenece a la clase social más baja por la que pasa el protagonista y es quien realmente
«alumbra» al mozo y le muestra la ruindad del mundo que le rodea. A lo largo de la obra, Lázaro echará
mano de los consejos del ciego y de sus enseñanzas, que aplicará cuando vaya a mendigar o cuando
urda los diferentes engaños con los que conseguirá sustento. El ciego es el personaje más influyente
en nuestro pícaro, pues despierta la audacia del protagonista y corrompe su moral: después de estar
con él, Lázaro deja de sentir remordimientos por sus trazas e incluso le sobrevienen deseos de
venganza, como sucede con la trampa que acaba con el viejo en el arroyo.

4.3.4 ESTILO
El lenguaje es sencillo y claro; los diálogos, a pesar de su embellecimiento literario, se animan con
frases coloquiales.

No cabe ya en esta obra lo artificioso de los libros de caballerías. La descripción más fiel del mundo y
de la realidad de sus personajes necesita un lenguaje más ajustado a la “verdad”. Con esta novela se
inicia el realismo, que cristalizará más tarde en algunas novelas de Cervantes y en la picaresca.
El narrador no renuncia en absoluto al artificio de los recursos literarios, pero prefiere elaborar su
relato mediante una palabra más cercana. De ahí que su lenguaje sea vivo y popular, lleno de colorido,
de expresiones coloquiales y vulgares, tal y como corresponde a alguien de la humilde condición del
protagonista. Son numerosos los refranes y dichos populares que aparecen a lo largo de la obra: “más
da el tacaño que el que nada tiene”, “La necesidad es una gran maestra”, “Cuando la desdicha ha de
venir, de nada sirven las precauciones”, etc.

A este registro coloquial se le suma, en ocasiones, alusiones a la Biblia o referencias a la mitología


clásica (cuando el criado recuerda, por ejemplo, el tapiz de Penélope).

Todo ellos sirve, además, para proporcionar a la obra mayor verosimilitud narrativa. En el prólogo, a
modo de disculpa, el propio autor alude ya al estilo “bajo” de su creación: “Y todo va de esta manera:
que confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nomada (obra sin importancia) que en
este grosero estilo escribo…”

Abunda también la ironía con dobles sentidos para plasmar esa mirada crítica.

4.3.5 ESPACIO Y TIEMPO



En cuanto a la localización de la acción es algo confusa. Conocemos
tres puntos de su itinerario de Lázaro: el río Tormes, Salamanca y
Toledo. También se hace referencia a otras localidades aledañas
como Tejares, Maqueda, Escalona… De la misma manera, los
espacios interiores son fácilmente reconocibles por los lectores de la
época: iglesias, mesones, plazas, patios, casas particulares… Esta
introducción de elementos reales en la ficción constituyó una de las
principales novedades del Lazarillo.

Varias son las referencias históricas que aparecen en la obra las que nos permiten ubicar la historia en
un tiempo más o menos concreto: la batalla de Gelves (en la que murió el padre de Lázaro), las Cortes
de Toledo (con las que cierra la obra) y las referencias a la penuria del rey de Francia (que recuerda
Lázaro durante su servicio al clérigo). Estas tres alusiones históricas nos permiten situar la acción en
pleno apogeo del imperio de Carlos V o a comienzos de su ocaso, es decir, en las primeras décadas del
siglo XVI pues fue entonces donde hubo dos batallas en Gelves (1510 y 1520) y dos Cortes de Toledo
(1525 y 1538).

• Algunos se decantan por precisar que la obra comienza poco antes de 1510 y que finaliza en
1525.
• Otros, sin embargo, se inclinan por la segunda opción (1515-1538). Esta segunda opción parece
la más acertada puesto que entre el principio del recuerdo y el momento presente de la
narración habrían transcurrido más de quince años. Así, Lázaro se encontraría en la “cumbre
de toda prosperidad” a la edad de 27 años.
4.3.6 AUTORÍA
Se conocen cuatro ediciones: Burgos, Alcalá, Amberes (publicadas en 1554) y Medina del Campo.

1559 Se la incluyó en el Índice de libros prohibidos. No volvió a publicarse completa hasta 1834.

Se leía en voz alta para toda la gente analfabeta.

En cuando a la fecha de composición, encontramos dos alusiones históricas:

- El padre del protagonista murió en una expedición a Gelves. 1510 y 1520.


- Hubo Cortes en Toledo presididas por el emperador Carlos I, también hubo dos fechas 1529 y
1539.

En cuanto a la autoría, todas las ediciones aparecen sin autor. La anonimia era algo corriente en el
siglo XVI. En muchos casos se debía a descuidos de los escritores; en otros, a la decisión del autor que
trata de ocultarse por temor a la Inquisición. A los problemas para demostrar que se era “cristiano
viejo”, había que añadir los peligros de plasmar en los libros ideas reformadoras. Cualquier crítica a las
costumbres de la Iglesia se percibía como signo de herejía, que era subsanada con la muerte en la
hoguera. Si tenemos en cuenta que cinco de los nueve amos de Lázaro ocupan cargos eclesiásticos y
que de ninguno se hace un retrato muy positivo, este libro estaba claramente avocado al anonimato.

Estudios piensan que podría haber sido escrito por

- Un hombre culto (Pregonero de Toledo es una ficción)


- ¿Converso? Judío mal convertido. No menciona a los santos. Característica de los autores
judíos XVI.
- ¿Erasmista? Conocedor de Erasmo, es muy crítico con la actitud de aquellos que vive mal su fe.
Crítica al estamento clerical. La crítica al estamento clerical está presente en toda la obra.
El Lazarillo de Tormes esboza los principales rasgos que definirán a la novela moderna hasta el siglo xx.
El individuo desempeña un papel esencial en el desarrollo de la acción, como demuestra la propia
exposición del prólogo. En él se dice que se publica esta epístola para que no quede en el olvido y para
que otros lectores, además de «Vuestra Merced», encuentren provecho
y deleite en el relato, «[...] viendo cómo un hombre puede sobrevivir a tantos peligros, desdichas y
adversidades».
Como aportación al panorama literario del Renacimiento, el Lazarillo adopta la realidad del siglo xvi
como escenario en el que desarrollarse. Su protagonista no es el héroe noble celebrado por su
extremo valor. Tampoco sus acompañantes. La mayoría de los personajes son seres anónimos
(artesanos, campesinos, criados…) desprovistos de cualquier utopía o idealización y que deben valerse
de mil ingenios para conseguir sustento.
Aquellos en los que recae el poder, como el arcipreste de San Salvador y, en suma, todos los
personajes que ocupan cargos eclesiásticos, dan muestra de una conducta reprobable en la que reinan
la hipocresía, la avaricia y la mezquindad. Pero los estratos sociales inferiores tampoco se salvan de
esta mirada crítica que esgrime el autor hacia la sociedad de la primera mitad del
siglo xvi. El propio pregonero que ha «redactado» esta curiosa epístola es una caricatura de sí mismo.
Se regodea de estar en la cumbre de toda buena fortuna pero su honra está en entredicho.
De hecho, esa deshonra aumentará con la publicación de la epístola que supuestamente debe explicar
su conducta.
Como era común en la época, es probable que la obra llegara al público a través de la lectura en voz
alta. La sucesión de episodios graciosos y la constante alusión a refranes y coplas populares facilitaría
también la memorización de pasajes que favorecerían la difusión y reproducción de tipos literarios
parecidos a nuestro pícaro hasta el siglo XVIII.
Fuente: Guía de lectura de Oxford.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

ALONSO, Santos et al. 1º Bachillerato Lengua Castellana y Literatura, Barcelona: Editorial Casals, 1998.

ALONSO, Santos et al. 1º Bachillerato Lengua Castellana y Literatura, Barcelona: Editorial Casals, 2014.

LÁZARO CARRETER, Fernando: Lazarillo de Tormes en la picaresca, Barcelona: Ariel, 1983.

R.O, Jones: Historia de la literatura española. Siglo de Oro: prosa y poesía. Barcelona: Ariel, 1979.

PRATS, Joaquín et al: Historia 2º bachillerato. Barcelona: Anaya, 2003.

Guía de lectura Lazarillo de Tormes de la editorial Oxford disponible en http://www.oupe.es/es/literatura-infantil-


y-juvenil/juvenil-12-15/arbol-de-la-
lectura/ellazarillonacional/Recursos%20Destacados/Gu%C3%ADa%20de%20lectura%20El%20lazarillo%20de%20Torme
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