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Coba, C Musica Etnografica-2022
Coba, C Musica Etnografica-2022
Edición y revisión de textos (2020) para versión digital: Diego Rodríguez Estrada
Diagramación: Luis Alajo Plazas
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida total o parcialmente, ni registrada
ni trasmitida por sistemas de recuperación de información de ninguna forma ni por medio, sea mecánico,
fotoquímico, electrónico, fotocopia o cualquier otro sin el permiso previo por escrito del autor o del IOA.
Información:
Universidad de Otavalo
Jorge Mantilla Salgado - Director de Investigación
jmmantilla@uotavalo.edu.ec
La Biblioteca Cincuentenario IOA, es, de manera
especial, un tributo a mi esposa Haydeé Burbano
Baquero y a mis hijos Juan Carlos y María Lorena
Cisneros Burbano, sin cuya fortaleza, comprensión
y aliento, sin duda, todos los del largo trayecto
recorrido, habrían sido sueños imposibles de
germinar.
Plutarco Cisneros Andrade,
BIBLIOTECA CINCUENTENARIO IOA
Autor y director
Plutarco Cisneros Andrade
Comisión Ejecutiva
Juan Carlos Cisneros Burbano
MÚSICA ETNOGRÁFICA
Y POPULAR
y el aporte de Imbabura a la historia de la música
Presentación 15
Introducción 25
CAPÍTULO I
La etnomúsica en las 31
culturas precolombinas
CAPÍTULO II
La etnomúsica y principales 41
festividades en el ciclo agrícola,
persistencias etnoculturales
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
Bibliografia 293
Carlos Coba Andrade
PRESENTACIÓN
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Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
esparcidas por todo el territorio nacional, aunque para hacerlo han debido
afrontar muchas dificultades.
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Música etnográfica y popular
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Música etnográfica y popular
El siguiente capítulo nos trae una selección de los géneros musicales mestizos
que se han popularizado ampliamente durante la última centuria. La
información es muy completa y presenta una descripción socio histórica de
cada uno como fundamento, para proceder después con los aspectos técnico
musicales particulares y concluir con un ejemplo transcrito en partitura.
Lógicamente que esta muestra no pretende ser un compendio acabado de
los géneros musicales populares del Ecuador, trabajo que exigiría al menos
un volumen similar a este libro, pero ofrece un acercamiento general hacia
el tema, tomando como referencia aquellos elementos que todavía subsisten
en la memoria de la población. En este punto, es apreciable el esfuerzo
realizado por el autor para incorporar la información pertinente aportada
por varios autores a través del tiempo, y solamente quisiéramos hacer una
precisión, en correspondencia con el rigor mantenido en este trabajo, con
respecto a una de las fuentes consultadas, específicamente la Enciclopedia
del Ecuador Océano, pues muchos de los datos allí contenidos respecto a
la música ecuatoriana, fueron extraídos de la monografía inédita Tonos y
bailes del Ecuador, de Pablo Guerrero Gutiérrez, borrador que tuvimos la
oportunidad de conocer algunos años antes que se editara la mencionada
publicación y que tenemos constancia que fue entregado por el investigador
a la persona que aparece como responsable de ese material. Lógicamente, el
autor de este libro desconocía este particular
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Carlos Coba Andrade
Por supuesto, a la lista se deberán añadir los datos personales del autor del
presente volumen, para que figure como completa.
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Música etnográfica y popular
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INTRODUCCIÓN
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Música etnográfica y popular
LOS SHUAR
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Carlos Coba Andrade
Los instrumentos musicales que utilizan los chachis son los mismos
del grupo afro: marimba con resonadores de guadúa o bambú, bombo
y cununo. La marimba es el principal instrumento musical en todas las
manifestaciones sociales y religiosas.
GRUPO AFROECUATORIANO
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Música etnográfica y popular
raspa, las maracas o sonajeros de calabazas. Los grupos del valle del Chota
utilizan: la bomba, maracas, calabazas, güiro, hojas de naranja , entre otros.
Característica de este grupo afro es el baile de la bomba: la mujer revolotea
picarescamente ante el hombre en son de conquista amorosa. En la cabeza
lleva una botella de aguardiente, la cual no debe ser derramada durante el
baile.
Del grupo afro esmeraldeño son los estilos musicales: el bambuco, andarele,
torbellino, arrullo, alabao, la décima de contrapunto, etc.
Constituyen el grupo étnico más grande del Ecuador, después del blanco
mestizo. Se hallan a lo largo de todo el callejón Interandino.
GRUPO MESTIZO
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Carlos Coba Andrade
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CAPÍTULO I
LA ETNOMÚSICA EN LAS
CULTURAS PRECOLOMBINAS
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Música etnográfica y popular
golpearlas dan un tono muy agradable” (Zeller, s/f: 37). Zeller presenta dos
juegos de piedras ceremoniales. El primero de ocho piedras, encontradas
en Los Esteros y el segundo un juego de seis, localizadas en una de las
tumbas de Guangala Tardío de Valdivia. Cada juego forma una serie de
tonos, de acuerdo a la extensión de las piedras.
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Carlos Coba Andrade
El rey hacía las primeras ceremonias como sacerdote que era. Los curacas
venían con todas sus mayores galas e invenciones que podían tener: unos
traían los vestidos chapados de oro y plata y guirnaldas del mismo metal
en la cabeza sobre sus hermosos tocados.
Otros curacas venían con otras diferentes invenciones de sus blasones. Traía
cada nación sus armas con que peleaban en las guerras. Unos portaban arcos
y flechas, otros lanzas, dardos, tiraderas, porras, hondas y hachas de asta corta
para pelear con la mano, y otras de asta larga para combatir a dos manos.
Traían pintadas las hazañas que en servicio del Sol habían hecho y
portaban grandes atabales y trompetas, y muchos ministros que los tocaban
(Garcilaso de la Vega, 1963: 218-220).
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Música etnográfica y popular
René de Kerret también nos habla de la fiesta de San Juan, como una
constancia de las fiestas heliolátricas, en Viajeros franceses al Ecuador en
el siglo XIX (1972: 38).
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Música etnográfica y popular
La cuarta y última fiesta solemne era llamada Citúa. Era de los ayunos
y el limpiarse de sus males. Además, era de mucho regocijo para todos
porque la hacían cuando desterraban de la ciudad y de su comarca las
enfermedades y cualesquiera otras penas y trabajos que los hombres
pueden padecer (Garcilaso de la Vega, 1963: 253-260).
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CAPÍTULO II
LA ETNOMÚSICA
Y FESTIVIDADES
ETNOCULTURALES
LA ETNOMÚSICA Y PRINCIPALES FESTIVIDADES EN EL CICLO
AGRÍCOLA, PERSISTENCIAS ETNOCULTURALES
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LOS SHUAR
LOCALIZACIÓN
DANZAS
DANZA DE LA CULEBRA
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Música etnográfica y popular
Las mujeres visten con tarachi (vestido que cuelga sobre el hombro
izquierdo oblicuamente hacia el costado derecho, cubriendo el seno y
dejando el hombro derecho desnudo). Los tarachi son de colores oscuros:
azul, marrón, violeta y otros. Del pabellón de sus orejas cuelgan los taikanká,
zarcillos de plumas; sus cuellos están rodeados de collares hábilmente
elaborados a semejanza de los cascabeles. Las mujeres ciñen su cintura de
shakáps y en los tobillos se ponen los mákich. Estos instrumentos sonarán
al son de los cantos y la danza tendrá una brillantez especial.
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DANZA DE LA TSANTSA
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Música etnográfica y popular
Poned la tsantsa
del enemigo
ponedle pronto
en la tándara.
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Carlos Coba Andrade
Los guerreros están pintados y vestidos con sus adornos de gala. Una lanza
se encuentra plantada en el centro de la casa como símbolo de la fiesta.
Al iniciar la danza sacan la lanza y la llevan donde el wea; el tzankra
recibe la cabeza y la coloca en la punta de la lanza. El wea dice: “La tsantsa
está purificada, ya no es mala sino buena y ahora es nuestra amiga...” El
ronco sonido del tuntui se deja escuchar para dar lugar a las danzas. En el
transcurso del ritual los guerreros relatan el acontecimiento.
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Música etnográfica y popular
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CANTO DE LA TSANTSA
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Música etnográfica y popular
DANZA DE LA CHONTA
Se doran los racimos de las chontas. Las mujeres se apuran a buscar quien
las recoja. Buscan al hombre bueno que no haga daño a las chontas. Él
va adelante. Le siguen las mujeres cargadas sus changuinas (canastos)
mientras recomiendan al joven que arranque los racimos y que no les deje
caer fuertemente, porque pueden dañar el alma de uno.
Hermano shuar, tú que ciñes tus sienes con la corona, monda las chontas
y ponte a masticarlas, yo te daré la chicha de yuca, para que no pierdas
6 En shuar: (Mauritia flexuosa) Palma de moriche o morete
7 Canto original en shuar, traducción realizada por el autor.
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Carlos Coba Andrade
Muy lejos se oye el redoblar del tuntui y el canto de las mujeres entremezclado
con las carcajadas y voces de los hombres, mientras la dulce chicha invita
a la embriaguez de la danza hasta la madrugada. Cantos y bailes narran el
ciclo agrícola de la chonta, desde su plantación hasta su madurez. Con esta
fiesta se inicia el Nuevo Año.
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Música etnográfica y popular
FIESTA DE LA YUCA
Los shuar la celebran una vez al año. Antes de iniciar la fiesta las mujeres
van a traer la yuca de sus huertos y los hombres, muy por la mañana, salen
de cacería. Hechos estos preparativos, las mujeres comienzan a cocinar la
yuca hasta un estado en que pueda ser masticada. Todas las mujeres se
reúnen para masticar la yuca, la misma que la escupen en unos recipientes
llamados pondos. Preparados los alimentos, y a una señal del tambor, del
tuntui, los miembros de la comunidad concurren a celebrar la fiesta.
Para esta ocasión se adornan con sus mejores atavíos y se pintan la cara y
el cuerpo con dibujos especiales.
Bailan al compás del tampur, del pinkui, shakaps, makichs, tumank, keer o
kitiar, peem o puem, wejía, yakuch, pia pia y otros instrumentos de la región.
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Carlos Coba Andrade
BAILES
Siro Pellizzaro (1977, 3-4) habla de bailes individuales, por parejas sueltas
o por hileras. Los esposos cantan sus amores matrimoniales y, en algunas
ocasiones, el esposo permite a otro hombre que baile con su esposa. Esta
generosidad puede interpretarse como una fingida infidelidad y el nampet
pone de relieve tal situación. Puede bailar el hijo con la madre, el hermano
con la hermana, entonces en el nampet se hacen ciertas confianzas de
posibles matrimonios o de experiencias realizadas en los viajes o en tierra
extranjera. Muy difícilmente se encuentran bailes entre novios. Cuando los
nampet hablan de invitación a la intimidad se refiere al baile o danza.
No se debe confundir los géneros nampet con los géneros anent. Los anent
pueden hablar de amor, de fidelidad, de mujeres, pero en ellos se suplica
para que se realice algo por medio de una fuerza misteriosa, como un espíritu
o poder mágico. El género nampet, en cambio, habla de algo realizado o
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Música etnográfica y popular
CANTOS
Los anent (género anent) son cantados por mujeres en la casa durante el
día y en presencia de la familia. Los hombres acompañan estas canciones
con la flauta (pinkui o peem) en las horas tempranas de la mañana o de la
tarde. Estos son los momentos más íntimos del día cuando toda la familia
está reunida.
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Carlos Coba Andrade
Las canciones de guerra las cantan las mujeres para asegurar que los
hombres regresen sanos.
ESTRUCTURA MUSICAL
La música shuar se caracteriza por una escala trifónica. Está compuesta por
una tercera y una quinta sobre la tónica. La extensión es muy variable,
aunque raramente es menos de un quinto o más de un quinto sobre la
octava. El contorno melódico generalmente es descendente. La tónica ocurre
frecuentemente como un ostinato prolongado. El ritmo es muy variable.
Un patrón métrico dual se encuentra presente en toda música shuar. Las
canciones están formadas por variaciones de pequeños motivos de material
tonal limitado. Las canciones, dentro de un género, parecen estar organizadas
en tipos de temas o familias de temas. La estructura es simple.
INSTRUMENTOS MUSICALES
EL TUNTUI
Es un tronco ahuecado con dos manillas para colgar. Tiene cuatro canaletes
con cuatro huecos que se comunican entre sí. Posee dos mazas para
golpear, la una llamada tuntuítiai y una varilla de hierro. Las manillas u
orejas sirven para suspender al tuntui dentro del tankamash o fuera de
la casa. Este instrumento se utiliza para comunicarse con los miembros de
la comunidad y con los centros vecinos. Se envía mensajes para la guerra,
matrimonio, muerte, cuando una persona está enferma, cuando el brujo
está tomando el natem y cuando hay una noticia especial. El tuntuí es
un idiófono de percusión de golpe directo; se lo golpea con una maza.
Veamos ejemplos de los diferentes mensajes:
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Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
EL SHAKAP
Las mujeres bailan sosteniendo el shákap con las manos. Su baile consiste
en pequeños pasos, unos adelante y otros atrás. Bailan en hileras, tanto
hombres como mujeres, los hombres en una y las mujeres en otra. Más
tarde, conforme avanza la fiesta, se toman de la mano y forman un círculo,
al grito del jefe de la danza dan la vuelta. Las danzas son rituales y tienen
un sentido de relato del hecho acontecido, sea este agrícola, festivo, de
curación o de conmemoración de un hecho histórico.
EL MAQUICH
TAMPUR
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Música etnográfica y popular
raras veces de la piel de mono sépur o tsére. Lista la caja del instrumento
preparan los parches. Los aros son de pintui o terén. Arman el instrumento
y realizan las amarras con hilo de kumai. Para templar el parche se
aprietan los hilos verticales; ponen un hilo en el parche secundario, como
redoblante. En la amarra central colocan un hilo de kumai para sostener el
tampur con la mano izquierda y con la mano derecha se golpea por medio
de un palito delgado. Es un membranófono de golpe directo, semiesférico
e independiente.
TUMANK
Hemos visto que aíslan el instrumento con una pequeña astilla de nankuchip
entre el dedo índice que sujeta el instrumento por el un lado y por el otro
con los dientes que están contiguos al arco. Con la mano derecha hacen
vibrar la cuerda tensa y utilizan el dedo índice, en posición levantada,
o una uña para oprimir la misma. La cuerda, en un primer instante, es
tensada y al oprimirla y soltarla a su estado natural vibra y produce el
sonido. Al iniciar la pieza musical abren y cierran la cavidad bucal y con
los labios dan la entonación melódica amplificada. El sonido de la cuerda
depende de diversos aspectos, según cómo y dónde se la oprima.
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Carlos Coba Andrade
KEERK
CERBATANA
PINKUÍ
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Música etnográfica y popular
PEEM O PUEM
PINKUÍ-PUNO
WAJÍA
10 Resina de copal
11 En idioma shuar: (Lasiacis ligulata and L. sorghoidea) tipo de caña, parecida a la caña
guadua.
12 Ekén y Tankamash son las dos zonas distintas en la vivienda tradicional shuar, no es
solo espacial, sino que determina relaciones y roles. Eként (femenina) y tankamash
(masculina) Ver: Parejo, P. A. (2013). Ekent y tankamash: la división del espacio
doméstico en función del género en la vivienda shuar. En Anales del Museo Nacional de
Antropología (No. 15, pp. 69-101). Dirección General de Bellas Artes y de Conservación
y Restauración de Bienes Culturales.
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YAKUCH
PIAT
KANTASH
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LOS CHACHI
LOCALIZACIÓN
FIESTAS
SEMANA SANTA
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Música etnográfica y popular
NAVIDAD
El nacimiento está arreglado con materiales del medio como caña guadúa,
guayacán y otros. El techo está cubierto con paja rampira. La escalera
que conduce al altillo es de guadúa. En la mitad de la choza se encuentra
recostado el Niño Dios y a los lados San José y la Virgen Santísima. Durante
el rito religioso cantan arrullos, agua larga, agua corta, carambas y otras
géneros tanto del cancionero negro como chachi. (Op. Cit.)
MATRIMONIO
En las dos fiestas principales del año, Navidad y Semana Santa, los chachis
celebran sus matrimonios, los que han sido pedidos por los padres de los
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Carlos Coba Andrade
novios con anterioridad, para que puedan casarse en una de las fiestas. La
novia está cubierta la cara y el novio va como viste diariamente. La música,
compuesta por marimba, cununos, bombo y maracas, comienza a sonar
y los novios bailan al compás de ella. El novio da un paso hacia delante,
lo mismo la novia; luego regresan atrás y así sucesivamente unas cuantas
veces. Los pasos de la novia son saltos pequeños llenos de mucha gracia.
Al día siguiente llegan los novios a la fiesta, los hombres se colocan al lado
izquierdo y las mujeres al lado derecho. Durante la celebración existen
inspectores para el buen desarrollo de la misma; si existe algún problema
es castigado el infractor con el cepo (madero con unos agujeros que fijaban
la cabeza y los pies del reo).
El novio está vestido con un cintillo rojo en la cabeza, una cinta de color
rojo en el pecho, el resto de ropa es de uso ordinario. La novia lleva
un cintillo de monedas colgando alrededor de la cabeza; otra cinta en
la cintura, una faldilla de colores con rayas blancas y plomas; el busto
desnudo, a la espalda un velo; se adornan con collares y chaquiras y se
pintan con achiote mientras se preparan para la ceremonia del matrimonio.
De retorno a la casa, los novios bailan entre ellos y con sus parientes.
Los marimberos, cununeros y demás instrumentistas participan del baile.
Van de derecha a izquierda, se ríen y toman mucho aguardiente. La fiesta
termina cuando la música deja de ser escuchada en casa del matrimonio
chachi. (Illanes, 1984: 80-84).
ENTIERRO
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Música etnográfica y popular
El chachi se rige por su propio gobierno liderado por el Uñi, elegido por
la comunidad. Este es confirmado por el Gobernador de Esmeraldas, quien
le da autoridad para gobernar. El uñi es el hombre-sabio, conocedor de
las tradiciones, de las costumbres, de las leyes y, en muchos casos, sabe el
secreto de la naturaleza: la hierbatería.
El uñi preside y dirige los rituales del centro (comunidad), tanto las fiestas
religiosas como las de carácter social. Se distingue de los demás por su
vestimenta: usa una túnica de varios colores, -en tiempos pasados tejidas
por ellos- y ahora trabajada por los indígenas otavaleños. El día de la
posesión existe alegría en la comunidad y el grupo marimbero chachi
se encuentra presente, a fin de poner alegría y colorido a la fiesta. Las
canciones que entonan son: agua corta, agua larga, caramba, aguileña,
toque de marimba, etc. La melodía es chachi y el ritmo afro. Se confirma el
préstamo cultural afro y el sincretismo.
El uñi y los chaitalas son los encargados de velar por la buena marcha de
la comunidad. Hacen cumplir las leyes y castigan a los infractores. Además
son los responsables de la moral del pueblo. El uñi es el hombre querido
y respetado por el pueblo (Op. Cit.).
ESTRUCTURA MUSICAL
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Carlos Coba Andrade
Las canciones que cantan las mujeres se pueden escuchar desde las horas
tranquilas, antes de la madrugada, después de la puesta del sol, a medio
día y en los ritos chamánicos.
Los términos en chachi Lla peseremo, utilizados para referirse a los tipos
del sonido organizado en esta gran variedad de contextos espaciales y
temporales, dan los primeros indicios de cómo organizar este laberinto
de comportamiento musical. Por un lado tenemos el comportamiento
chachi en la música y el canto y, por otro, encontramos el sonido afro
conjuntamente con el ritmo de los instrumentos en préstamo cultural. Es
por esta razón que tenemos que tratar de organizar lo desorganizado con
el fin de dar una coherencia de comportamiento musical. El Lla peseremo
significa que está cantando o que va a cantar; sin embargo, no existen
palabras apropiadas para designar a los instrumentos musicales, utilizan los
préstamos dialectales. Estos términos no siempre se refieren a categorías
explícitas o limitadas, muy a menudo, tratan de categorías de contextos o
función emotiva. Son límites conceptuales precisos.
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Música etnográfica y popular
INSTRUMENTOS MUSICALES
Los instrumentos musicales utilizados por los chachis son los mismos
del grupo afro: marimba, bombo y cununo. La marimba es el principal
instrumento musical en todas las manifestaciones sociales y religiosas.
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Arrullo
Ejemplo 1:
Ejemplo 2:
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GRUPO AFRO
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
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Música etnográfica y popular
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Música etnográfica y popular
LOCALIZACIÓN
BAILE DE LA BOMBA
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Carlos Coba Andrade
música y se escucharon los cantos del solista y del coro con la orquesta. Fue
grande nuestra curiosidad y deseamos ingresar al lugar, pero se había dado
inicio al rito y no se permitía gente extraña al grupo, tampoco los negros
podían entrar. Únicamente pudimos presenciar desde la parte exterior de
la iglesia. Preguntamos a don Manuel Minda, un hombre negro de unos
cuarenta años y nos respondió que se trataba de un rito secreto para pedir
a San Antonio bendito que les conceda marido. Antes, decía el informante,
los marimberos llevaban el furruco o zambomba que en este lugar se llama
kinfuiti y lleva en el cuero un palo de chontaduro, este palo servía para
introducirse en la vagina y de esta manera se iniciaban como personas
que han pasado de adolescentes al estado de mujeres. Al amanecer, las
asistentes a este ritual se retiraron a sus casas.
AGUA CORTA
Pablo Guerrero dice que el Agua corta forma parte del repertorio musical y
coreográfico de los negros esmeraldeños y de los indios chachis (Cayapas).
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Música etnográfica y popular
AGUA LARGA
ANDARELE
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BAMBUCO
Música y danza del género afro. Esta especie es interpretada por marimba,
cununos, bombo, maracas y güazá. Su música es cantada como las formas
anteriores: por un solista y el coro.
EL BUNDI
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Música etnográfica y popular
LA CADERONA
Coro
Solista
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Carlos Coba Andrade
CHIGUALO
Cornejo13 estudia con mucho cuidado los chigualos. Señala que dicha
palabra se deriva del sustantivo chigualero (el que ama chigualo) y el
verbo chigualero denota cantar, hacer chigualos o participar en ellos.
Versos de un chigualo:
AMORFINO
Género musical del cancionero afro. Es una cantilación o torneo entre dos
poetas. Se le conoce como contrapunto, indirectas y temas de contrapunto.
El amorfino, en la cultura afro, es conocido como desafío. Son competencias
entre dos poetas cantores que sostienen entre sí y usan el verso y la guitarra
para el desafío sobre un tema determinado.
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Música etnográfica y popular
ALABAO
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Carlos Coba Andrade
AGUINALDOS
ESTRUCTURA MUSICAL
Los negros crearon una nueva cultura dentro del cancionero ecuatoriano; en
sus cantares populares combinaron los elementos arriba anotados. Cantares
y/o bombas que reflejaron y reflejan los modos de producción, denuncias de
su prestación de trabajo, denuncias del medio ambiente, amoríos, bombas
picarescas, etc., los negros fusionaron el dolor pentatónico del indio, dolor
de altura y dolor del pasado, el estribillo del látigo, castigos, torturas, cepo,
etc. y la estrofa diaria del trapiche, la mina, etc. para retomar el estribillo
nocturno del esclavismo y/o la forma A - B - A, que sería: Esclavitud-
trabajo-esclavitud y alegraron con ritmos de su etnia, como un recuerdo
de su tierra, de sus costumbres y de sus tradiciones. Los Dogán del Sudán
recordaron las ocho clases de tambores que corresponden a las fases de
la creación del mundo, desde el nacimiento del Gran Monitor –Tambor
Kunyu- a la multiplicación de los hombres –Tambor Barba-; esos tambores
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Música etnográfica y popular
Estrofa:
A la culebra verde,
cholita no le hagas caso;
mete caña al trapiche,
saca caña bagazo.
Estribillo:
Meniate, meniate,
yo te daré un medio;
ele ya me menio
quierde pes el medio.
Estrofa:
Anoche yo fui por verte
por el hueco del tejado,
salió tu mama y me dijo:
¡por la puerta condenado!
Estribillo:
Meniate, meniate,
yo te daré un medio,
ele ya me menio
quierde pes el medio.
(IX) – (41)
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Carlos Coba Andrade
A la culebra verde,
cholita no le hagas caso;
mete caña al trapiche,
saca caña bagazo.
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Música etnográfica y popular
Meniate, meniate,
yo te daré un medio;
ele ya me menio,
quierde pes el medio.
Los negros esclavos no podían olvidar sus bailes, sus danzas y sus tradiciones.
En la Cédula Real dictada en Aranjuez, el 31 de mayo de 1789, en el artículo
cuarto sobre diversiones, dice: “Se exige que en los días de precepto los
esclavos no deben ser obligados al trabajo”. Este artículo fue puesto en
práctica en algunas haciendas y (en otras ponían en práctica sus costumbres
en horas en que podían hacerlo no a los ojos de sus amos) en estos días
podían danzar en presencia de los jefes de cuadrilla, administradores y
hacendados. Es de suponer que al danzar recordaban sus tradiciones y lo
hacían con contorsiones corporales o girando sobre sí mismos.
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Carlos Coba Andrade
La segunda estrofa, por los procesos de dinamización, es posible que sea una
añadidura posterior, o sea del tiempo de la manumisión. Existe en ella mayor
libertad y aun poco humor y picardía, cosa que les era negada a los esclavos.
INSTRUMENTOS MUSICALES
MARIMBA
Los músicos que tocan la marimba son dos. Se colocan frente a frente
en unas ocasiones y en otras juntos: el uno a la derecha y el otro a la
izquierda; el primero toca la parte baja del teclado, llamado bordones, y el
otro la parte de las notas altas o agudas, conocidas como tiples.
Para nuestro estudio dispusimos de una marimba afro, una chachi, una
kwaiker y una de los tsáchilas.
CUNUNO
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Música etnográfica y popular
BOMBO
ALFANDOQUE O GÜAZÁ
MANDÍBULA
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GÜIRO O RASPA
Las maracas han sido utilizadas por los negros, por los indios y por los
mestizos. Creemos que después de la llegada de los africanos se difundió
y hoy es un instrumento de todas las culturas americanas.
14 Arturo Jiménez Borja (1908-2000) es un escritor, médico y etnólogo peruano que realizó
varios trabajos sobre estudios precolombinos, las culturas andinas y sus expresiones
culturales. Ver: Jiménez, A.(1951) Instrumentos musicales del Perú. Museo de La Cultura
Peruana
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CULTURA QUICHUA
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
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Música etnográfica y popular
La danza de los Abagos está compuesta por ángeles, abagos y un músico que
toca el pingullo y un tamborcillo. Los ángeles se visten con una falda color
rosado, adornada con papel estaño: una cushma (camisa) larga del mismo
color con adornos, una gola, un capacho (sombrero) con plumas y un
cintillo, guantes, medias color carne, alpargatas, alas doradas y un machete
en la mano. Los abagos alquilan ropa usada a los mestizos; se ponen un
pantalón remendado, un chaleco viejo, un saco roto, una máscara, una
peluca de cabuya (maguey) o crin de caballo y llevan un bastón nudoso
en la mano. El músico está vestido a la usanza de la comunidad.
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Carlos Coba Andrade
Terminada cada una, los danzantes piden permiso al músico para tomar
una tauna (copa de licor o un pilche de chicha). Finalizado el baile, en la
casa del abago mayor, se procede a la procesión a la iglesia de El Sagrario.
Allí repiten las mismas danzas y entran con la Santa Patrona a la iglesia. Por
la tarde retornan a la casa del abago.
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Música etnográfica y popular
Los datos son muy escasos y no nos resta otra cosa que recurrir a fuentes de
información oral a fin de reconstruir la cadena de tradición del fenómeno
cultural.
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Música etnográfica y popular
Imbaburita,
Imbaburalla,
Yana urquito,
yana urculla.
Urcu urquito
urcu urculla.
Piña urquito,
piña urculla.
Chimboracito
chimborazulla,
Toro rumicu,
toro rumilla.
Escalerita,
escaleralla.
Mojanda urcu,
Mojanda urquito.
Cari racito
cari razulla.
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Carlos Coba Andrade
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Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
El o los priostes del año, que con tiempo están registrados en el libro
de priostazgos y cuyos nombres han sido leídos en la misa dominical,
nombran tronco y fundador, quienes apadrinarán la fiesta; además, en la
fiesta de Corpus Christi, nominan al Estado mayor: servicio, cati servicio,
ñaupadores, cocineras, dispenseras, estanquero y aguateras. Todas estas
personas serán las que lleven la responsabilidad de la fiesta.
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Música etnográfica y popular
Desde épocas muy remotas, la fiesta del Inti Raymi, concocida como San
Juan, ha sido una de las celebraciones clásicas en la que los indígenas de
todas las comunidades tienen activa participación.
Un mes antes de la fiesta del Inti Raymi se oyen churos en señal del
acercamiento de las festividades. A partir del mes de mayo inician los
preparativos y el 23 de junio tiene lugar la feria más representativa en
la ciudad de Otavalo; compran comida y atuendos para sus disfraces; al
día siguiente, llegan los danzantes (sanjuanes) disfrazados, procedentes
de las diferentes comunidades, previo el baño ritual de purificación. Cada
partida, al mando de un chaqui capitán, va interpretando diferentes tonos
(canciones), acompañados de churos, cachos, flautas traversas y otros
instrumentos musicales. Los bailes-danza, en el recorrido a las comunidades
o en la toma de la plaza, son los siguientes:
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Música etnográfica y popular
Al encuentro de dos cuadrillas es casi segura una pelea. El insulto del jefe
de una de las cuadrillas tiene respuesta del bando contrario y ahí se inicia
la pelea. (Persistencia de las antiguas purificaciones de la tierra. Debía
haber derramamiento de sangre para que la tierra fructifique).
Copleros.- Encontramos una nueva modalidad de danzantes enlas
comunidades de Araque, Abatag, Pijal y Mojanda, entre otras,
(variante del fenómeno cultural Inti Raymi) llamada copleros. Estos se
encuentran vestidos a la usanza criolla; usan pantalones de gabardina,
generalmente de color azul; chompa de variados colores, pañuelo al
cuello, gafas obscuras y una guitarra a cuestas.
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Carlos Coba Andrade
Los copleros, que tienen entre quince y veinte años de edad, van recitando
y cantando coplas, sea de carácter amoroso o picaresco, como esta:
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Música etnográfica y popular
sí solos; cada uno de ellos corresponde a épocas diferentes que se han ido
integrando con el devenir del tiempo. En primer lugar se encuentran presentes
las culturas preincásicas del norte del Ecuador, en especial las de la provincia
de Imbabura, con un componente de sacralización de algunos elementos de
la naturaleza, con prácticas rituales mágico-utilitarias y con el culto al sol.
La segunda contribución corresponde a la incursión incásica con un aporte
social, económico, religioso, político y lingüístico. Cabe destacar que el culto
heliolátrico se patentiza a través de la fiesta del Inti Raymi. Sin embargo:
“En las áreas donde el dominio incaico fue tardío, como en el caso
de la región norte del Ecuador, el culto al sol parece no haber tenido
una difusión masiva, restringiéndose en el mejor de los casos, a las
familias nobles (cacicales), en virtud de su más estrecho contacto
con las instancias del poder imperial y, por tanto, con los preceptos
religiosos oficiales” (Naranjo, 1989: 184).
Esto determina que el culto al astro rey, tal como lo practicaban los incas, fue
asimilado y practicado por las clases altas cayambes y carangues, mientras
las clases populares mantenían la tradición heliolátrica nativa. El tercer
ingrediente corresponde a la invasión española, la que ha aportado con
elementos materiales, sociales, políticos, económicos, religiosos y lingüísticos.
TESTIMONIOS PREINCÁSICOS
El culto al sol era uno de los elementos religiosos que se encontraba vigente
en las clases populares y elitescas de la cultura Carangue. Con este elemento,
las culturas del norte aportan a la fiesta de San Juan. Tal es así, que la máscara
del sol de oro laminado, repujado y recortado, pertenece a la Tolita (provincia
de Esmeraldas), cultura que se encuentra entre los 500 a. C. y 500 d. C.
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Carlos Coba Andrade
Ejemplos como este nos inclinan a creer que el culto al sol no fue privativo
de los cusqueños, sino también de las culturas que se asentaron en lo que
hoy es el Ecuador. La abundancia de dioses y seres míticos, a más de la
existencia de vasos quemadores de incienso, hacen suponer una intensa
vida ceremonial y religiosa en torno al culto heliolátrico. Por consiguiente,
se puede afirmar que la cultura de la Tolita constituyó un gran centro
ceremonial, en el que se veneró al Sol, ser etéreo con rostro humano,
esencia de la riquísima mitología de estas culturas.
Es muy claro advertir que el culto al sol se debe a esa raza quichua antigua
y que la incursión de los incas es posterior al inicio del culto heliolátrico, lo
que ratifica que la adoración al sol no era privativo de los incas, era propio,
también, de las culturas existentes en el norte del Ecuador.
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Música etnográfica y popular
que les confiere el aya en la cascada. Sobre este particular, Luis Enrique
Cachiguango (1993: 16), refiere:
Naranjo (1989: 165), al tratar de la fiesta de San Juan señala: “La primera
ceremonia de las vísperas es el baño ritual al que se someten todos los
varones, adultos, jóvenes y niños; un escenario priviligiado en la realización
de este rito es la cascada de Peguche... El baño de las vísperas tiene un
claro sentido de purificación y se vincula íntimamente a los significados
agrarios de la fiesta”.
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Bernabé Cobo (1653: 300), en Historia del Nuevo Mundo, dedicó un capítulo
íntegro a la chicha del maíz, quizás el primero con tales dimensiones. Señala
su poder de viciar, sus diferentes modos de preparación, sus propiedades
curativas, el origen del vocablo y su relación con la divinidad.
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Música etnográfica y popular
“El aya uma, para adquirir este don debe realizar un ritual de
iniciación que consiste primeramente en confeccionar una máscara
y dos días antes de cualquier evento, debe enterrar debajo del agua
en las cascadas, vertientes, lagos y otros lugares bravos, para que la
energía del lugar se concentre en la máscara y el día señalado debe
purificarse, bañándose en ese lugar y por último ponerse la máscara
mojada.
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Carlos Coba Andrade
Rubio Orbe (1956: 274, 298) registró algunas creencias ligadas al diablo:
“1) Hay un disfraz especial en los bailes de San Juan llamado ayahuma;
éste dicen que atrae al diablo, para que les acompañe en los pleitos con
los enemigos. 2) Algunos ancianos de Punyaro solían bañarse en la paccha
unos tres días antes de San Juan, para pactar con los diablos y hacerse
fuertes e invencibles en los choques anuales que debían tener con sus
clásicos enemigos, los Perugaches. 3) Dos personas ebrias cayeron en el
puente de huaicu pata y murieron. Allí asomó el diablo e hizo este daño”.
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Música etnográfica y popular
Todos los estudiosos que han tratado sobre el ayahuma han descrito
etnográficamente en los mismos términos que lo realiza Gonzalo Rubio
Orbe. Enrique Cachiguango, por el contrario, hace un estudio de dentro
hacia fuera, ya que nosotros tenemos una visión de fuera hacia dentro.
Los dos enfoques globalizan el fenómeno y lo tornan completo. A este
respecto Cachiguango (1993: 17) dice: “Esta concepción, la del ayahuma, fue
mutilada y deformada por el fanatismo religioso de los españoles, durante la
Conquista y la Colonia, llegando al extremo de satanizarlo, comparándolo
con el demonio bíblico, y el fruto de esta imposición, se comprueba con el
nombre diablo huma, con el cual se lo conoce mayoritariamente.
Las culturas del altiplano norte del Ecuador han dejado evidencias
arqueológicas importantes de instrumentos musicales, como un arte
instrumental propio en el desarrollo regional norte, donde encontramos
gran variedad de pitos, silbatos, flautas verticales y horizontales y ocarinas,
capaces de producir hermosas melodías. Sus representaciones plásticas
112
Carlos Coba Andrade
Hace mucho tiempo, en las décadas del treinta y cuarenta, los danzantes
se encontraban ataviados con trajes elegantísimos y de mucho color, de
los que colgaban monedas de plata. Vestían penacho, espada, calzones
muy anchos, con encaje; cascabeles en cada una de las rodillas, alpargatas
y medias blancas. En sus vestidos, y sobre todo en el penacho, llevaban
joyas, espejos, monedas antiguas y conchas. Portaban una espada en la
mano derecha y en la izquierda una paloma para soltarla a la salida de la
iglesia. Los indios asomaban en cuadrillas y bailaban en las calles, esquinas
y en el pretil de la iglesia.
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Música etnográfica y popular
Todos los elementos hasta aquí descritos pertenecen a las culturas preincaicas
del altiplano norte del Ecuador, los cuales forman parte de la fiesta de San
Juan e integran la herencia social de los pueblos indios de Imbabura.
INCURSIÓN INCÁSICA
Cabe destacar que existe una marcada diferencia entre los principios
religiosos cusqueños con los practicados por la cultura cara. Con mucha
razón González Suárez (1969: 201) advierte: “Hay, por tanto, una diferencia
muy notable entre la religión de los incas y la religión de los shyris y
caras: Los incas y las culturas del norte adoraban al sol, como a la primera
y suprema divinidad de su culto; pero los incas modifican notablemente
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Carlos Coba Andrade
La diferencia conceptual es notable entre las dos culturas. Los incas son hijos
y parte del Sol y hacen de él el centro de su gobierno, mas las culturas del
norte tienen al Sol como padre, como un antepasado y, por consiguiente,
son hijos consanguíneos directos del astro y forman parte de la unidad
doméstica con el sol y la luna. Dicho de otra forma, el hombre está unido
con el dios-sol y él los revela que son partícipes de la inmutable esencia
divina y del amor que les tiene. Cuando el inca muere, debe reintegrarse al
sol, ya que es parte de su esencia. Los incas, principalmente los cusqueños,
practicaron un panteísmo incipiente.
“La fiesta del sol se celebra en junio, el día del Solsticio de Verano.
Diremos cómo solían celebrar aquí en Quito. Precedían tres días del
más riguroso ayuno: el día de la fiesta, por la mañana, mucho antes
que saliera el sol, se ponía en camino el Inca y, acompañado de toda
su familia, subía a la cumbre del Panecillo; allí, en el más profundo
silencio, con la cara hacia el Oriente aguardaban todos el nacimiento
del sol: silencio profundo reinaba también en el inmenso concurso que
cubrían las faldas del Pichincha..., el majestuoso aparecimiento del sol,
que asomaba inundando de luz el firmamento. En ese mismo instante
llenaban los espacios el ruido de los innumerables instrumentos
músicos con que de todas partes se saludaba en nacimiento del sol.
Puesto luego en pie el Inca, dirigiéndose al sol, mientras con ambas
manos levantadas en alto le presentaba chicha en dos grandes vasos
de oro, le hacía una fervorosa deprecación: derramaba en una tina
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Música etnográfica y popular
de oro el licor del vaso que tenía en la derecha; tomaba un sorbo del
que llevaba en la izquierda, y lo presentaba a los que le rodeaban:
éstos bebían a su vez un bocado, y luego entraban al templo para
adorar al sol en su imagen de oro, sobre cuya faz bruñida estaban ya
reverberando los rayos del astro esplendoroso”.
Podemos decir, con toda verdad, que las fiestas en el sistema religioso y
calendario agrario de los incas se sucedían unas después de otras. Los
incas propusieron a las culturas del norte su sistema y estructura religiosa,
que fueron aceptados por la nobleza carangue, mientras la clase popular
mantenía su religión, tradición y cultura. Sin embargo, el norte del Ecuador
fue una de las últimas regiones en sufrir los embates de la conquista
incásica y, por consiguiente, sufrió influencias relativamente menores con
relación a los señores étnicos del sur.
Pese al corto tiempo que permanecieron los incas en estas tierras, creemos
que la incursión incásica aportó con nuevos elementos a la fiesta del Inti
Raymi, tales como: un nuevo concepto del sol, un reordenamiento ritual y
ceremonial para la celebración de la fiesta; la chicha constituyó el centro
ceremonial religioso, se introdujo nuevos instrumentos musicales, se
presentaron nuevas tendencias dancísticas y musicales y se introdujo una
nueva vestimenta. Es en este contexto que las culturas del norte sufrieron
una nueva transformación.
CONQUISTA ESPAÑOLA
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Carlos Coba Andrade
“Entre las cuatro fiestas que solemnizaban los Reyes Incas en la ciudad
del Cuzco, que fue otra Roma, la solemnísima era la que hacían al sol
por el mes de junio. Hacían esta fiesta al sol en reconocimiento de
tenerle y adorarle por sumo, solo y universal dios que con su luz y
virtud criaba y sustentaba todas las cosas de la tierra”.
Precisa tomar en cuenta que en aquella época todas las órdenes legales
venían de España y en ellas se encontraban mandatos expresos para
gobernar, catequizar y adoctrinar a indios y españoles, como también las
penas para quienes no acataren e infringieren las mismas. En Recopilación
de Leyes de los Reynos de las Indias, Carlos V expide el 17 de noviembre las
primeras regulaciones para la buena marcha del gobierno, administración
de justicia, guerra y hacienda, y todas las demás materias que tocan y son
de la jurisdicción y cuidado del Consejo de Indias. En el Libro Primero, de
la Santa Fe Católica, manda:
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Música etnográfica y popular
Ley ii. Que en llegando los capitanes del Rey a cualesquier provincia
y descubrimiento de las Indias, hagan luego declarar la santa fe a los
indios. Los señores reyes nuestros... ordenaron y mandaron a nuestros
capitanes y oficiales, descubridores, pobladores y otras cualesquier
persona, que han llegando a aquellas provincias procurasen luego
dar a entender, por medio de los intérpretes, a los indios y moradores,
como, les enviaron a enseñarles buenas costumbres, a apartarlos de
vicios e instruirlos en nuestra fe católica...”.
Ley iii. Que los ministros eclesiásticos enseñen primero a los indios
los artículos de nuestra santa fe Católica. Rogamos y encargamos
a los arzobispos, obispos, curas de almas y otros cualesquier
ministros, predicadores o maestros, a los cuales por oficio, comisión
o facultad pertenece la enseñanza de la doctrina cristiana, que tengan
muy particular cuidado y pongan cuantas diligencias sea posible en
predicar, enseñar y persuadir a los indios los artículos de nuestra
santa fe católica...”.
La fiesta de San Juan se inicia con el baño ritual. El culto a las aguas, como
queda dicho, es tan antiguo como el culto al Sol. Desde tiempos inmemoriales
existe la creencia de que el agua es fuente de vida, símbolo de limpieza y
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Carlos Coba Andrade
purificación. La Iglesia Católica vio una semejanza entre los ritos de ablución
de la fiesta del Inti Raymi con las aguas regenerativas del bautismo y se sirvió
de este elemento para su adoctrinamiento en la fe católica.
Este mandato demuestra a las claras que los naturales debían ser regenerados
por las aguas del bautismo para alcanzar la vida eterna. Mas, el baño ritual
que realizan los indígenas en sus comunidades la víspera de San Juan, es
un rito de purificación y no de regeneración. El agua purifica el cuerpo,
la mente y las cosas materiales. El bautismo renueva y acrisola el espíritu.
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Música etnográfica y popular
iglesia. Hacían el mismo recorrido, con las paradas en las mismas cantinas
para tomar la tauna (copa). Escuchaban la misa y después los sanjuanes
danzaban en honor del santo y del dios sol por haber fructificado la tierra.
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Carlos Coba Andrade
elementos son los que forman parte en la fiesta de San Juan y sus nombres
son un rezago de la administración hacendataria.
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Música etnográfica y popular
“El hábito que traían antiguamente los hombres antes que el Inga
viniese, era una manta de algodón grande que le daba dos vueltas al
cuerpo, y después que el Inga vino, traen unas camisetas y unas mantas
cuadradas de algodón. Las mujeres traen una manta de algodón grande,
llamada anaco, pegada al cuerpo y prendida con unos prendedores de
plata o cobre, la cual manta prenden con los dichos prendedores en
los hombros, y ciñen la manta con una faja de algodón muy labrada
y pintada de colores, traen otra más pequeña cuadrada prendida con
otro prendedero y esta manta pequeña llaman líquida (lliclla) los
indios, y la más grande llaman anaco y los prendederos llaman topos.
Y este es el hábito que agora traen estos indios”.
De este dato, citado por Hernán Jaramillo Cisneros (1990: 128), se puede
inferir que las prendas de vestir de los otavalos eran muy sencillas. Las
mujeres usaban una manta grande y otra pequeña, una faja y un tupu y
los hombres una manta pequeña. A más de esta prenda, los danzantes se
adornaban con un complejo tocado compuesto por varias aves, caracoles
marinos, una manta larga en forma de camisón, collares, narigueras y otros
adornos de oro y plata. Así enjaezados celebraron la fiesta del culto al sol.
Las incursiones posteriores les proporcionaron otras formas de vestir y han
dejado huellas imborrables en las culturas del norte.
La fiesta de San Juan, conocida desde sus inicios como fiesta del Inti Raymi,
tal como la tenemos ahora, es una fiesta sincrética con elementos nativos,
incásicos y españoles. Todo ha cambiado, somos testigos del archivo de la
historia.
La fiesta de los Corazas se realiza dos veces al año: una en Semana Santa
(Culto chico) y la otra el 19 de agosto (Culto grande), día de San Luis Obispo
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Carlos Coba Andrade
Yumbos.- Son dos o tres, elegidos de entre las amistades del Coraza.
Recibe como retribución a sus servicios comida y bebida. También
pasa el cargo de priostes como yumbo.
16 N.del E. la primera edición de este libro fue publicada en el año 2015. El autor aclara
que la variación en la cantidad de priostes se dio desde 1980 hasta ese momento. La
presente edición es cinco años posterior al fallecimiento de Carlos Coba (2017), por lo
que se debería observar si en estos años existe alguna variación a esta descripción.
123
Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
DANZANTES DE PUJILÍ
La música del danzante es una melodía que servía para las danzas rituales
de las vírgenes del sol y se ejecutaba al salir el sol, el día de la fiesta del
IntiRaymi, por haber obtenido buenas cosechas. El baile describe varias
figuras, dirigidas por un maestro de ceremonias (alcalde). Los españoles
bautizaron a las vírgenes del sol con el nombre de indias danzantes y como
consecuencia se llamó a los bailarines Danzantes de Pujilí.
Los sacerdotes cristianos reemplazaron a las vírgenes del sol con los ángeles
adornados de danzantes; al dios sol, por el Dios cristiano en la fiesta del
Santísimo Sacramento.
Los personajes, con sus atuendos y sus melodías, conservaron los danzantes
pushilíes y panzaleos en general, con un gusto y estilo propios, inigualados
por las demás culturas colindantes. Los instrumentos musicales eran el
pingullo y el tambor grande, estos eran tocados por una sola persona.
125
Música etnográfica y popular
Visten almillo o jubón de tela blanca transparente, fondo de color vivo, con
adornos de oropeles, lentejuelas, gusanillos. Llevan al cuello un pañuelo
de seda, de color muy vivo. Usan faldilla colorada, rosada o de cualquier
otro color vistoso y pantalones blancos bien planchados. Ciñen la cabeza
con una corona de madera forrada de papel plateado o dorado, en la que
embonan cuatro o más haces de plumas de aves, en forma de penacho.
De la corona caen para atrás varias franjas anchas de seda, cada una de
diverso color, con brocados y adornos valiosos, a manera de casulla u
ornamentos de los sacerdotes católicos. El despliegue de estas franjas de
colores vivos y variados, durante el baile produce un efecto fantástico por
su atrayente cromatismo. Calzan medias y zapatos y ciñen a los tobillos
cascabeles. Las manos van enguantadas, y con la derecha sostienen una
daga que, por lo general, es solamente simulada, de madera forrada de
papel platedo y dorado el puño. Ciñen a la cintura el delantal, que es la
prenda más valiosa de los danzantes de la que hacen especial ostentación.
Va adornada con soles, pesetas y toda clase de monedas antiguas de plata
y bambalinas.
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FIESTA DE CARNAVAL
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DANZA DE LA CORONA
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DANZA DE LA LLAMINGA
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DANZA DE LA CURIQUINGA
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Música etnográfica y popular
Forman dos hileras sosteniendo un pañuelo y cada bailarín pasa por medio
de las dos filas. Su música es un sanjuanito.
El ritual del entierro del niño indígena no es triste. Existen juegos y bailes,
como: del gato, del oso, del pavo, etc. imitan en sus bailes a estos animales.
Es una fiesta en honor al niño muerto. Existen rituales de purificación.
La música de la chaupi banda es indispensable en el velorio de angelito.
Cantan y bailan.
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Música etnográfica y popular
LA CANTILACIÓN
EL RECITADO
Es propio de las loas en las diferentes fiestas del callejón andino; por
ejemplo, tenemos en la fiesta del “Coraza”; es la expresión vocal, rítmica,
de altura imprecisa e intermedia entre la conversación y la cantilación.
DIAFONÍA
HETEROFONÍA CANÓNICA
CANTO RESPONSORIAL
MELODÍA LIBRE
MELODÍA INDEPENDIENTE
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CANCIÓN
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Música etnográfica y popular
Antecedentes
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Carlos Coba Andrade
del consenso social, importando poco la existencia del creador inicial. Por
ninguna parte aparece el creador de la forma y esencia del fenómeno, pero
en cambio surgen muchos recreadores y cada uno de ellos incorpora a la
muestra algo de lo suyo, dándose los agregados culturales, pero siempre
conservando mucho o poco de la constante, según los casos particulares
de la primera creación.
INSTRUMENTOS MUSICALES17
PALOS-LANZAS
BASTONES
17 Ver: Coba Andrade, C. (1981)Tomo I, (1992) Tomo II. Instrumentos musicales populares
registrados en el Ecuador. Instituto Otavaleño de Antropología
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Música etnográfica y popular
RAMAS DE ÁRBOLES
Dan un sonido de entrechoque una hoja contra otra y una rama contra otra,
dentro del mismo haz. Este instrumento pertenece al rito chamánico para
ahuyentar a los espíritus del mal. Lo encontramos en todos los grupos culturales
componentes de la nacionalidad ecuatoriana. Las ramas, dentro del contexto
chamánico, tienen un sonido oscilante vibratorio, profundo y tenebroso. Las
ramas se mueven alternativamente de un lado para otro y el sonido crece y
disminuye alternativamente, con más o menos regularidad e intensidad.
CASCABELES
CENCERROS
Bernabé Cobo (1969: 149), relata: “El instrumento más general es el tambor.
Los hacían grandes y pequeños, de un tronco hueco y tapado por ambos
lados con cuero de llama, como pergamino, delgado y seco. Los mayores
son como nuestras cajas de guerra; los menores como una cajita pequeña y
los medianos como nuestros tamboriles”. Los tambores en las persistencias
etnoculturales son grandes, medianos y pequeños.
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EL VIOLÍN
EL ARPA
LA BOCINA
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Música etnográfica y popular
EL CACHO
TUNDA
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Carlos Coba Andrade
FLAUTAS TRAVESERAS
Estas flautas son de carácter social y rirual. Son pareadas o sea son macho
y hembra. Tienen una connotación social y sexual. Las flautas traveseras
grandes se utilizan en Semana Santa.
PINGULLO
PÍFANO
Existe una diferencia entre pingullo y pífano. El pingullo tiene tres huecos
de obturación: dos en la parte superior y uno en la parte posterior del tubo.
El pífano posee seis huecos de obturación y el canalete de insuflación.
Estos dos instrumentos son acompañados por un tamborcillo que puede
tocar otra persona o la misma. Es de carácter social y festivo.
CHIRIMÍA
EL RONDADOR
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CAPÍTULO III
GÉNEROS MUSICALES DEL
CANCIONERO POPULAR
El Yaraví - Danzante - El Albazo -La Tonada - Aire Típico - El Yumbo - Alza que te han
visto - Sanjuanito - El Pasillo - La Bomba - Capishca - Pasacalle - Fox Incaico
Carlos Coba Andrade
EL YARAVÍ
El origen del yaraví, sin lugar a duda, en cuanto a sus raíces, se remonta a
los tiempos de las culturas precolombinas. Cronistas, viajeros e historiadores
insinúan su origen en el colorido de la música o en el dolor lastimero de
sus “cachuas”. Es así que, Enrique de Vedía, en Historiadores primitivos de
Indias, advierte: “Cantan las mujeres cantares tristes cuando los llevan a
casa, tañen unos sones que provocan a llorar” (Vedía, 1946: 208). De igual
manera, Fray Bartolomé de las Casas, en Apologética Historia, dice: “Los
ministros, los sacerdotes, comenzaban a tañer unos tambores muy roncos
y tristes y otros ministros a cantar, con voces bajas y llorosas alaban al gran
dios y a los otros dioses. Fenecido el canto y la música dolorosa, el gran
sacerdote iniciaba el rito de sacrificio” (Las Casas, 1958: 146). Los datos
traídos en esta ocasión demuestran que la música era triste y dolorosa, la
cual era utilizada en los ritos de sacrificio. Por el colorido de las canciones,
según el relato de los cronistas, el origen del yaraví está en las raíces de los
pueblos indios, en la tristeza de las culturas de los Andes.
Creemos, además, que esta música triste fue utilizada en la cuarta y última
fiesta, conocida como Citúa, que los indios celebraban en sus ayunos y
limpiezas de sus males. A este respecto, Garcilaso de la Vega, en Comentarios
Reales de los Incas, comenta: “Preparábanse para esta fiesta con ayunos
y abstinencia de sus mujeres; el ayuno hacían el primer día de la luna del
mes de septiembre después del equinoccio. La música que utilizaban en
esta fiesta era triste y mal concertada. Tuvieron dos ayunos rigurosos, uno
más que otro. El primero, el más riguroso era de solo maíz y agua, el maíz
era crudo y en poca cantidad; y, en el otro, más suave podían comer el
maíz tostado, en una cantidad mayor con yerbas crudas, con ají y sal. En
esta fiesta se escuchaban unas músicas tristes y mal concertadas” (De la
Vega, 1963: 252-254).
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Música etnográfica y popular
hasta nuestros días. Es por esta razón que nosotros afirmamos que el yaraví
tiene su arraigo en las culturas precolombinas.
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formas. Guamán Poma de Ayala escribe la palabra así: haraui y dice que
es un canto de amor; Diego González Holguín escribe haráhuy, que quiere
decir: canto funeral o música triste; Bernabé Cobo escribe araví y coincide
con González Holguín en el significado del término.
Para M. Cunco Vidal, también citado por D’Harcourt, yaraví, se compone aya-
aru-hui, en donde aya significa difunto y aru, hablar; yaraví entonces sería el
canto que habla de los muertos. A esto se suma lo expresado por el escritor
Carlos Aguilar Vázquez, quien sugiere que también se cantaba el yaraví
cuando se despedía a los indios que se ausentaban, “porque bien sabían que
la ausencia es una de las manifestaciones más temibles de la muerte”.
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Música etnográfica y popular
Pablo Guerrero Gutiérrez informa que a Juan Agustín Guerrero se debe una
recopilación realizada por el año 1865, que fuera publicada en Madrid en 1883
bajo el título de Yaravíes quiteños. Aunque no todas las piezas corresponden
al género yaraví, como lo afirma González Suárez, el documento en sí
encierra un tesoro documental, que da fe de la música popular e indígena
ecuatoriana de hace más de un siglo (Guerrero, 1993: 82).
Gabriel Cevallos García opina que el yaraví es la canción del destierro, acaso
la aportaron aquellos mitimaes en la incursión incaica como mecanismo
para consolidar la conquista.
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Pablo Guerrero afirma que existe un parentesco directo entre los tonos
tristes y el yaraví, al menos así parecen testimoniarlo los escritos del siglo
anterior. William Bennet Stevenson asienta, en 1810, que para los mestizos
“nada se puede igualar a la dulzura melodiosa de algunos de sus tristes, o
aires melancólicos”.
Pedro Fermín Cevallos, en Costumbres Públicas advierte que “en casi toda la
sierra se mantiene viva la afición a lo que... llaman tono triste, absolutamente
desconocido en España. Gustóles sin duda, muy particularmente a los
criollos del Ecuador, Perú y Bolivia, ya españolizados, los tradicionales
yaravíes de los indios, y de tal gusto, traspasado de generación en
generación, ha provenido el encanto con que los oyen”.
El mismo Pedro Fermín Cevallos afirma al decir que “El tono triste es en
verdad una música triste que los entendidos en la materia no aciertan
a dar con el género a que pertenece, pero que, lejos de causar tristeza,
conmueve eficaz y gustosamente el ánimo para traer a la memoria las
inocentes o no inocentes satisfacciones pasadas. Juan León Mera halla la
misma particularidad en los yaravíes. Carlos Aguilar Vázquez señala que
“los viejos se alegran con los tristes”; y, José María Ortega añade que el
prócer de la Independencia Antonio Farfán solía decir: “Mire, oiga maestro,
tóquese un tonito triste, que alegra el corazón”.
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18 Datos tomados del “Apéndice I: El yaraví, yarabí. Música indígena de origen precolombino
y canción de los mestizos ecuatorianos, peruanos y bolivianos de Pablo Guerrero
Gutiérrez. Quito, 1993: 81-83. Segunda edición: Yaravíes quiteños, Una publicación del
Archivo Sonoro del Municipio de Quito. Colección: Materiales Musicales del Ecuador,
Serie Historia, Nro. 1”.
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Música etnográfica y popular
DANZANTE
El danzante es un género musical del cancionero ecuatoriano. También
se le conoce como danza o baile del danzante. Se ha practicado en todos
los grupos etnoculturales tanto en la Sierra como en la Costa y Oriente
ecuatorianos. Tiene orígenes prehispánicos y en la actualidad se encuentra
localizado en la Sierra, principalmente en las provincias de Loja, Cañar,
Cotopaxi, Chimborazo, Pichincha e Imbabura, entre otras.
Las más grandes fiestas nativas eran las fechas del nacimiento de los hijos y
las cosechas del maíz. El contento que provocaba ambos acontecimientos
era tan vehemente que su placer lo demostraban ingiriendo inmensas
cantidades de chicha, hasta embriagarse totalmente. Invertían un gran
monto de maíz dándose casos, algunas veces, en que, por celebrar más de
dos fiestas en un año, extenuaban sus reservas dentro de la familia nuclear
(Anónimo, 1573: 93).
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Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
Lo más particular de esta procesión eran las danzas de los indios, para lo
cual los curas, así de Quito como de toda la sierra, nombraban un mes
antes de la fiesta el número de indios que habían de formarlas. Desde este
punto empezaban ellos a adiestrarse en danzas nacionales, y al son de un
tamboril y una flauta mama, tañidos por un indio hacían una especie de
enlaces de poco gusto”. (El Nuevo Viajero Universal, 1960: 263) A más de
los datos traídos, el viajero nos habla de la vestimenta que utilizaban, de
los cascabeles y de los pasos de la danza. Lo más importante de todo esto
es la música que utilizaban en esta danza y no era otra que el danzante.
Esta música podemos escucharla en las persistencias etnoculturales de
todos los pueblos de la Sierra. Su forma simple, de un período, en compás
simple, binario compuesto y con sus características síncopas, propias del
género danzante.
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Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
los “Yumbos de Cumbas”, de los “Abagos”, entre otras, siempre han sido
realizadas con este criterio. 19
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Música etnográfica y popular
Pablo Guerrero en su libro Tonos y bailes del Ecuador, nos dice: “A través
del tiempo estas danzas indígenas, que se constituían de un solo período y
en otras de dos, fueron mezclándose con formatos armónicos y estructuras
de las danzas mestizas de dos o más períodos, pero en alguna medida
conservando la parte rítmica. Se notan en compás de 6/8 y su ritmo de
base actualmente se escribe así:
Variante:
Yumbo:
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Música etnográfica y popular
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Música etnográfica y popular
El ALBAZO
El albazo es un género o una pieza musical generalmente interpretada
por grupos orquestales o por bandas de pueblo que recorren las calles
durante el alba, de ahí su denominación de albazo. Fray José María Vargas,
en El arte ecuatoriano, trae fuentes del siglo XVII en las que se menciona
al albazo en la fiesta de San Pedro. Jiménez de la Espada, en Colección
de yaravíes quiteños pauta un ejemplo en 1881, titulándolo “El albacito” y
aclara que “con este yaraví despiertan los indios a los novios al otro día de
casados”. Estos datos demuestran la antigüedad y la tradición del albazo.
Debían ser tocados en las principales fiestas y antes de la primera luz,
antes de salir el sol.
Segundo Luis Moreno insinúa que con este género musical se inicia la
creatividad de los demás géneros musicales criollos y como él dice: “rompe
el desfile de las de estilo criollo” y el prototipo de los géneros musicales
nacionales es el yaraví. Es por esta razón que nosotros creemos que todos
los géneros musicales populares tienen doble vertiente: la indianidad y la
españolidad. La melodía es india y la forma o estructura es española. Esta
doble vertiente es propia del mestizaje nacional. Aquí es donde se crea y
se recrea la melodía india dando un nuevo género musical, conocido como
albazo.
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Carlos Coba Andrade
De todo lo dicho se puede deducir que el albazo proviene del yaraví y que
a su vez el albazo genera otros ritmos como la bomba, el cachullapi y el
capishca, entre otros géneros. Segundo Luis Moreno advierte que el albazo
posee, por lo general, un ritmo caprichoso y elegante cuyo origen puede
encontrarse en ciertas melodías autóctonas de figuración sincopada. Fue
obra de los blancos, dice, pero no tiene la menor similitud con la alborada
española (Moreno, 1930: 213).
163
Música etnográfica y popular
Y, el de 3/8: corchea y semicorchea:
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Música etnográfica y popular
LA TONADA
La tonada pertenece al género musical del cancionero ecuatoriano. Es de
carácter alegre y popular. Paulo de Carvalho-Neto, en su obra: Diccionario
del Folklore ecuatoriano, al referirse a la tonada, señala: “Género de piezas
musicales de carácter popular, muy alegre, interpretado por las bandas
locales de Alausí durante las festividades de San Pedro, en ocasión de las
corridas de toros. También se escucha esta canción durante los festejos
anuales de la cantonización y en la fiesta de Corpus Christi, en Pomasqui
(Carvalho-Neto, 1964: 399).
Pablo Guerrero nos dice que es un baile y una música de los mestizos del
Ecuador y con mucha propiedad advierte que “la tonada es una composición
musical cantada, parece tener su derivación de la mixtura de los ritmos
indígenas andinos y de canciones mestizas” (Guerrero, 2003: 326).
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Carlos Coba Andrade
Pedro Pablo Traversari sostiene que no hay ninguna diferencia entre tono o
yaraví. “Tono.Nombre dado en el Ecuador a este género de composiciones
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Música etnográfica y popular
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Música etnográfica y popular
AIRE TÍPICO
El aire típico, conjuntamente con el albazo y el alza, con el correr del
tiempo, se convirtieron en exponentes del criollismo ecuatoriano. Este
género tiene fusionados dos ritmos como consecuencia evolutiva del
cancionero ecuatoriano, combinación que culminó en verdaderas danzas
criollas. El aire típico es un baile expresivo y de carácter popular. Con este
nombre se conoce a un sinnúmero de composiciones nacionales de corte
popular y de carácter alegre y bailable. Está escrito en un compás de 6/8
y/o 3/4, en tonalidad menor. El baile es suelto, con pañuelo en la mano y
con arrodilladas.
El aire típico escrito en 6/8, como vemos, tiene su base rítmica similar al
albazo, de ahí que muchas veces se los confunda, inclusive en varios casos,
una misma pieza musical es grabada e interpretada como aire típico o
como albazo. Su origen, nos dice Pablo Guerrero, parece estar en la región
norte del callejón interandino y sus raíces provienen de la música indígena
ejecutada en arpa (Guerrero, 2003: 14).
El aire típico tuvo su origen en la segunda mitad del siglo XIX y se consolidó
en el XX. Los compositores recrearon el albazo o bien el yaraví siendo los
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Carlos Coba Andrade
arquetipos del aire típico. Este adquirió una nueva forma y se constituyó
en el género que más gustó al pueblo. Pablo Guerrero en Tonos y bailes
del Ecuador nos dice que “el aire típico debió ir configurándose desde el
siglo XIX, pero tan solo desde comienzos de este siglo podemos hablar en
forma definitiva de él como género. Incluso su dicción, utilizada en forma
tan general para dar el nombre de aires típicos a todas aquellas piezas
populares que no podían ser incluidas dentro de algún género nacional
particular.
Creemos que no existía una coreografía específica para el aire típico, sino
que compartía su forma de baile con el albazo. Lo único que no podemos
dudar es que este baile era suelto. Se ejecutaba con un pañuelo en la mano
y con arrodilladas. A quien no bailaba se le “castigaba” con una copa de
licor.
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EL YUMBO
El yumbo es un género musical ecuatoriano, escrito en un compás binario
compuesto y su forma es binaria simple A-B-A. Su fórmula rítmica es una
corchea, una negra, corchea y negra.
Siempre nos ha preocupado el origen del yumbo y cuál fue el papel que
desempeñó en las provincias de la Sierra, principalmente en Imbabura.
Creemos que los yumbos y los otavaleños realizaban un intercambio de
productos y una reciprocidad intra e interétnica de los mismos, o podía
ser el envío de exploradores temporarios de etnia a etnia para obtener
el recurso necesario: complementariedad en la cual el cacique juega un
importante papel.
No olvidemos que los yumbos eran los representantes de las étnias orientales,
de ahí que tenían una relación muy estrecha con los mindalaes otavaleños,
cuya labor dependía de la administración cacical. Según Salomón (1980:
295), las operaciones de estos se centrarían en los valles productores de
coca, pero el tráfico especializado coexistía con un tipo de intercambio
más general resultando un conjunto de transacciones a larga distancia muy
desarrollado. En este intercambio general se encontraban los yumbos como
participantes de las fiestas dancísticas en las etnias serranas.
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Música etnográfica y popular
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Carlos Coba Andrade
De lo dicho se puede inferir que los yumbos eran invitados por los indios
quichuas a participar en sus fiestas calendáricas y por consiguiente había
una reciprocidad cultural. Es por esta razón que los yumbos en la fiesta de
El Coraza, conocida hoy así, pasan el cargo con el “prioste”.
Por otra parte, tenemos que actualmente la palabra yumbo para los
quichuaparlantes de las comunidades de San Rafael de la laguna, es
equivalente a brujo, pero no el brujo de la comunidad, sino los de lejos,
los de por ahí arriba. Según los esposos Costales, por el hecho de que usan
la lanza de chonta es por lo que significa o le llaman brujo, puesto que
estos, incluso los serranos, suelen utilizar en sus curaciones una pequeña
vara de dicha madera.
175
Música etnográfica y popular
Esto nos hace recordar a los danzantes, a los yumbos que van delante de
las imágenes de los santos, en las procesiones. Muchos de los sacerdotes,
en lugar de prohibir las danzas de los indios de las diferentes etnias, las
utilizaron e incertaron en las manifestaciones religiosas y cristianas. Tal es
así que los Yumbos de Cumbas Conde iban delante de la imagen de Santa
Ana danzando sus bailes, siempre acompañados del Warunchi (grupo
orquestal), esto es de pallas, pífanos y tamborcillos pequeños y medianos.
El espectáculo era impresionante, vestidos de blanco, con sus lanzas de
chonta iban danzando el yumbo o alguna otra música propia de estos
danzantes.
“Este número, nos informa Segundo Luis Moreno, a pesar de que gran
parte de sus frases está formada con la reproducción exacta de las medias
frases que sirven de modelo, es de veras interesante. Sus diversos períodos
se caracterizan por lo noble, sentimental y variado de la melodía, y el
conjunto, por la elevada inspiración y el equilibrio eurítmico.
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José Coba Robalino en su Monografía del cantón Píllaro nos informa que, en
los viejos tiempos, cuando Atahualpa visitó Píllaro, Huáscar le preparó una
traición, haciendo organizar una partida de bailarines yumbos, con afiladas
lanzas, encargados de en medio del baile asesinar a lanzadas a Atahualpa.
En efecto: “Los yumbos ejecutaron danzas tan interesantes y graciosas que
al Inca y a todos los espectadores les tenían encantados; repentinamente,
a una voz del Jefe, se precipitaron contra el Inca, hiriéndole en un brazo,
matando e hiriendo a los que le cubrían con sus cuerpos” (Coba, 1929:
187). Como en esta misma ocasión, también bailaban huacos, se armó un
combate a muerte entre estos y los yumbos. El Inca fue salvado y de los
yumbos no sobrevivió ninguno.
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Música etnográfica y popular
El yumbo es yámbico, esto quiere decir, compuesto por una célula que
incluye una figura musical constituida por una nota corta, seguida de una
larga; mientras el danzante está constituido por células rítmicas trocaicas,
es decir, una figura de valor largo y otra corta. Se supone que la conjunción
de estos dos elementos rítmicos son los iniciadores de muchos de la música
mestiza que tienen características sincopadas, consecuencia de la fusión
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Música etnográfica y popular
Entre las clases altas de la Colonia, además del Alza que te han visto, se
afincaron progresivamente el minueto, la cuadrilla y, posteriormente, la
polka y el vals, ritmos europeos asimilados luego por la cultura blanco-
mestiza, dando como resultado el sincretismo etnocultural, según lo
advierte Jorge Núnez (Núnez, 1980: 318).
Creemos que el alza que te han visto no solo bailaba la clase media, la
criolla, sino también la aristocracia. Bailaban todos debido a la fluidez
y facilidad en los pasos, como a la galanura de las mujeres. Las damas
guayaquileñas comentaban mucho el baile con que se solemnizaría la visita
del Presidente Diego Noboa. Ellos bailaban, entre otros géneros, musical
criolla, como el alza que te han visto.
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Carlos Coba Andrade
Con este dato, una vez más, queda demostrada la popularidad del alza que
te han visto. Bailan con mayor gracejo los negros que los blancos, cholos
y mestizos.
A mediados del siglo XIX el alza que te han visto se había dinamizado
tanto que en ninguna fiesta social, familiar o de cualquier otra índole,
podía faltar. Recuerdo que era un baile de parejas sueltas. La mujer bailaba
bien engaezada con un pañolón de seda y el hombre con pañuelo en la
mano y, en algunas ocasiones, con un bastón. Los pasos estaban rimados
a la música. Todo era alegría y sabor a fiesta.
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Música etnográfica y popular
El mismo maestro, líneas más abajo, refiere: “La danza es muy alegre y
animada, y posee el mérito de hallarse construida en modo mayor, que le
confiere brillantez y gallardía. Solo el estribillo está en menor” (Moreno,
1930: 228).
En cuanto a la popularidad del alza que te han visto, podemos decir que, en
el proceso de transmisión de un hecho etnomusicológico se está legando
no el recuerdo de un hombre, sino el de muchos que han creado y recreado
el hecho individual que le dio origen y que ahora se ha socializado.
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Pablo Guerrero en su trabajo Tonos y Bailes del Ecuador, nos recuerda que
“la primera partitura que se conoce del alza fue recogida por el año de 1865
por el compositor Juan Agustín Guerrero Toro (1818-1886), quien al parecer
registró la melodía en la ciudad de Guayaquil, por encargo de Marcos
Jiménez de la Espada (1831-1898), quien se hallaba en misión científica
por el Ecuador y la presentaría en el Cuarto Congreso de Americanistas
en 1881; posteriormente la publicaría en Madrid en 1883” (Guerrero, 2003:
25). Segundo Luis Moreno en su trabajo La Música en el Ecuador, trae otra
versión pautada para piano, en la que se incluye el texto; además, explica
su estructura y el baile, como lo habíamos expuesto.
Nótese que el nombre de ¡Alza!, que te han visto, encierra una oración
elíptica: ¡Alza!, anímate, porque te han visto airoso, diestro, alegre en el
baile” (Vázquez, 1940).
Segundo Luis Moreno en la obra citada indica que el alza que te han visto
era danza cantada con requinto, bandolín y guitarra, pero no tenía versos
propios, sino que el cantor usaba de los que mejor le parecían, de aquellos
que por tal o cual motivo estaban más en armonía con la condición física,
moral y social de la pareja.
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Música etnográfica y popular
El alza que te han visto ha pasado a formar parte del acervo cultural
ecuatoriano y ha cumplido una función específica dentro de la sociedad.
Este hecho pasa a integrar la herencia social que los miembros de una
generación transmitieron a otra.
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SANJUANITO
Existen algunas hipótesis sobre el origen del San Juan o Sanjuanito. Unos
dicen que los españoles pusieron su nombre, otros afirman que es un
“huayno”, alguien sostiene que apareció en San Juan de Ilumán y no falta
alguno que afirma que los incas difundieron el género musical que ahora
nos preocupa.
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Hassaurek distingue entre el aire o género que se llama San Juan al baile
que también lleva el mismo nombre. La música, el aire o género pertenece
a la fiesta del Inti Raymi que Segundo Luis Moreno llama San Juan de
indios para diferenciarlo de los sanjuanitos de blancos. Lo importante es
que nuestro sanjuanito tiene su origen en las culturas precolombinas y las
raíces son indias y la estructura europea.
Han pasado ciento veinte años, nos dice Pablo Guerrero, desde que se
publicó en Madrid una colección de melodías bajo el título de Yaravíes
quiteños y ciento cuarenta años desde que el historiógrafo español Marcos
Jiménez de la Espada solicitase al polifacético artista ecuatoriano Juan
Agustín Guerrero recogiera “todas las melodías indianas y populares” de
nuestro país para el Museo madrileño de Ciencias Naturales.
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Tanto el sanjuanito transcrito por Guerrero como los estudiados por Sixto
María Durán tienen la misma estructura de los sanjuanitos que el pueblo
canta en la época de Navidad: Dulce Jesús mío, mi Niño adorado, etc. En
este caso, melodía y estructura indígena, y en varios como Carabuela, Taita
Salasaca, entre otros, la melodía es de origen indígena y la estructura de
corte español. El sanjuanito criollo tiene estribillo, estrofa, estribillo, estrofa
y termina con el estribillo.
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EL PASILLO
Gustavo Lemos, en su obra Semántica o ensayo de lexicolografía
ecuatoriana, con un apéndice sobre nombres nacionales compuestos de
raíces quichuas, advierte que “el pasillo es un género musical y su nombre
se da no solo a la composición sino también al baile” (Lemos, 1920). Esta
acepción nos inclina a creer que el pasillo en su inicio fue bailable, como
lo afirman la tradición y los documentos de investigación.
Existen tres variantes de pasillos: los primeros, de los que habla Eugenio
de Santacruz y Espejo en el siglo XVIII, fueron alegres; los segundos, por
orden cronológico, fueron tristes; y, los terceros, fueron una mezcla de
tristeza y de alegría, de tranquilidad, de ternura y de movimiento. Estas
clases de géneros musicales son los prototipos o arquetipos de los pasillos.
193
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Del dato traído por Hugo Delgado Cepeda se puede inferir que el pasillo se
conocía mucho antes que la República haya iniciado, en esta se le conoció
más. Además, es muy categórico al afirmar que es de origen colombiano.
Hubiera sido satisfactorio que exhibiera algún documento probatorio y
con él despejar cualquier duda que pueda surgir en el análisis del origen
del pasillo ecuatoriano. Sin embargo, podemos admitir tal afirmación como
una hipótesis a comprobarse.
Del dato traído por el maestro Bueno puede deducirse que el pasillo
viene con la Independencia y son los soldados que liberaron Venezuela y
Colombia, los que tienen contacto con esas músicas y nos traen el pasillo.
No olvidemos que la corología o dispersión espacio-temporal abarca
las Antillas, Panamá, Colombia y Venezuela y es en esta zona donde
se encuentra el origen del pasillo ecuatoriano. Sin embargo, el maestro
Bueno nos dice que es de Colombia y Venezuela de donde partió el pasillo
ecuatoriano.
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Sobre este mismo aspecto Gabriel Cevallos García considera que en el “lied”
alemán se encuentra una “arquitectura similar a la del pasillo colombiano,
196
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que al cruzar nuestro país se tiñó con el alma de nuestro paisaje serrano,
gris y taciturno” La Enciclopedia Salvat nos da una connotación muy
cercana a la realidad al decir que “lied es una voz alemana que podría
traducirse por canción estrófica o una melodía escrita sobre el mismo
tema, generalmente de tipo sentimental y de origen popular (Volkslied).
Su arquitectura es muy semejante al pasillo colombiano y al trasbordar el
horizonte se tiñó de tristeza andina; pero, ¿por qué se volvió el pasillo con
dolor de altura?, la única razón que nos asiste es por la pentatonía menor.
Ella es la causante de la arquitectura armónica dolorida y triste. Ella es la
que gime en los momentos gratos de la vida. Ella gime y enluta el alma, la
pentatonía menor.
Otra propuesta interesante es la que nos trae el Padre José María Vargas
en su trabajo: La música en la Colonia sobre el origen del pasillo. El padre
cree que “circunstancias económicas, sociales y religiosas, dieron origen al
folklore de Navidad y Corpus. De este fondo popular anónimo nacieron
los pasillos para regocijo de los “Pases del Niño” y los “Sanjuanitos”, que
acompañan a las fiestas de Corpus y San Juan” y en otra parte amplía la
información al decir: “En todas estas fiestas públicas, las bandas entonaban
los “pasillos”, albazos, pasacalles y sanjuanitos” (Vargas, 1988: 16). No
podemos descartar como hipótesis que el pasillo haya surgido de las fiestas
religiosas de Corpus Christi y de la Natividad o Navidad de Cristo. En estas
fiestas las bandas debían haber tocado el yaraví, debían haber bailado el
toro rabón y el alza que te han visto, de todo este trasfondo debió haberse
dado la creatividad y en un arranque de inspiración podía haberse creado
el pasillo y es por esta razón que no podemos descartar como hipótesis
que de las fiestas religiosas surgió el pasillo.
Sobre esta misma temática, Jaime Naranjo, en Tonos y Bailes del Ecuador
de Pablo Guerrero, nos informa que el pasillo apareció durante la segunda
mitad del siglo XVI (1550-1600), durante los Pases del Niño, de ahí deriva la
palabra pasillo (Guerrero, 2003: 256). No es difícil que durante el Pase del
Niño las bandas que acompañaban en el recorrido del “Divino Niño hayan
tocado el Toro rabón y de este haya surgido el nuevo género musical.
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El baile traído por Segundo Luis Moreno y por Hassaurek es el mismo que
había observado cuando era muy niño. No era el Alza que te han visto.
Debía haber sido El toro rabón, por la forma de baile y de juego. Este
baile persistía en la ciudad de Cotacachi hasta mediados del siglo pasado,
tiempo del que puedo dar razón. Este juego-baile tiene su origen, sin lugar
a duda, en el tiempo de la Colonia y puede ser el origen de nuestro pasillo.
De este arquetipo surgieron los demás pasillos por un acto creativo.
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Pablo Guerrero en su libro Tonos y Bailes del Ecuador trae algunos datos
importantes. “Existen diversas posiciones, advierte, con respecto a sus
raíces. La primera acepta al pasillo como variante de los valses europeos
que significa dar vueltas bailando y que se introdujeron en América a
principios del siglo XIX”.
“Justo es creer, añade, que el vals fue uno de los ritmos que dio configuración
al pasillo, pero es innegable el aporte que recibirían, tanto el pasillo vocal-
lento como el de baile, de otras canciones y danzas propias de nuestras
regiones que lo impregnarían del sello y carácter ecuatoriano. Ciertamente
se fue alimentando de esa serie de elementos musicales y aún psíquicos
presentes en nuestras melodías” (Guerrero, 2003: 259).
Nuestro pasillo es fruto del vals, del toro rabón, y sobre estas está la
creatividad de nuestros músicos, de nuestra gente, ellos pusieron el sello
de identidad. Nuestro pasillo es nuestro y se diferencia de los demás.
Veamos un ejemplo:
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LA BOMBA
Viajeros del siglo XIX mencionan en sus escritos el género musical “bomba”,
el baile y el instrumento musical. Al respecto Friedrich Hassaureck, en su
trabajo “Un diplomático Yanqui en el Ecuador”, en su comentario a “Una
fiesta de negros del Chota”, hace referencia al tambor como instrumento
musical e informa: “Los negros de la hacienda, hombres, mujeres y niños, se
reunieron en el vestíbulo trayendo consigo dos característicos instrumentos
musicales, la bomba y el alfandoque. El primero viene a ser un tambor.
Es una especie de barril en uno de cuyos lados se ha templado una piel;
para tocarlo no se usan bolillos, sino los dedos o los puños, y así se da
el compás a los cantores”. En otra parte, el mismo viajero nos dice: “...
las parejas no interrumpen ni un solo momento la ejecución de la danza,
como tampoco hay interrupción en el canto. Tampoco se para el hombre
que toca la bomba. Cuando se le administra una copa de aguardiente,
alguno de la concurrencia la presenta a los labios, y él traga mientras sus
manos siguen tocando el tambor. Tiene la cara llena de sudor, pero no
halla tiempo para enjuagársela. Con la agilidad de un mono, sigue tocando
la bomba mientras haya una pareja que tenga un poco de fuerza para
seguir bailando” (Hassaurek, 1960: 348-349).
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Los dos viajeros coinciden en la esencia del hecho y registran los contextos
asociados de la bomba y le catalogan como instrumento de los negros del
Chota. Estos datos los hemos comprobado en nuestras investigaciones de
campo, tanto en Coangue conocido como Valle del Chota, como en la zona
subtropical de Íntag, en Monopamba.
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Al hablar del género bomba como baile en el libro citado, señalamos que
la mujer revolotea picarescamente ante el hombre en son de conquista. En
su cabeza lleva una botella de trago (licor), la cual no debe ser derramada
durante el baile. La habilidad de la negra es sorprendente, ya que esta le
da de caderazos a su acompañante y en no varias ocasiones le arroja al
suelo. Si la mujer derrama una sola gota de licor o el hombre es derribado
al suelo, deben pagar una botella de licor como multa.
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Los músicos del Chota dividen en dos variantes a la bomba: bomba caliente
(más movida) y bomba triste, y aunque las diferencias no son muy claras,
al parecer estas se hallan en el tiempo y en la temática. Los textos de la
bomba pueden ser clasificados dentro de un carácter narrativo y de crónica
(Op. cit.).
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CAPISHCA
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capishca; esto es, una música de guitarras, concertinas, etc., vulgar y muy
paisana, pero de acordes que producen una alegría tan excitante y general
que aún los borrachos que duermen, se levantan a bailar, prorrumpiendo
entusiastas esta exclamación: ¡Aura!” (Op. Cit. 2003: 98).
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PASACALLE
Pablo Guerrero, en su libro Tonos y Bailes del Ecuador señala que “el
pasacalle es un baile y una música propia de los mestizos del Ecuador. El
pasacalle ecuatoriano, informa el maestro, no tiene relación directa con el
passacaglia europeo (hay en Bolivia también una versión religiosa), pero
sí con el pasodoble español, del cual tiene su ritmo, compás y estructura
general, pero naturalmente con ciertas particularidades locales que lo
diferencian” (Guerrero, 2003: 250).
Segundo Luis Moreno nos dice que “el pasacalle es una danza popular con
movimiento de pasodoble, carácter rítmico y melódico de sanjuanito; indica
además que carecía de variedad y que por estar en modalidad menor es
monótono” (Moreno, 1972: 116)
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FOX INCAICO
Pablo Guerrero en su trabajo Tonos y bailes del Ecuador nos informa que
“las primeras piezas que se compusieron tenían más cercanía con las danzas
extranjeras del fox norteamericano, sin embargo en la segunda década
del siglo XX, aquellos elementos musicales se conjugaron con escalas
y modalidades pentatónicas, y nació el fox trot incaico, que más tarde
tomaría la designación de fox-incaico. Un fox incaico muy conocido es La
bocina, atribuida al compositor Rudecindo Inga Vélez” (Guerrero, 2003:
167). Este tipo de composición, advierte más adelante Guerrero, llegaría a
tocarse en tiempo lento, más propio de canción que de baile. Si la canción
se interpretaba más lento, el fox-incaico tenía íntima relación con el slow
fox, el cual se caracterizaba por tener un ritmo más lento, mas no con el
fox trot a secas. Años después aparecieron algunas otras combinaciones,
tales como el Fox-shimmy, canción incaica, fox nativo y fox indiano, entre
otras composiciones.
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El fox incaico está escrito en un compás de 2/4 o 4/4. Está compuesto por
una introducción y dos estrofas. Veamos un ejemplo del ritmo de base:
O,
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CAPÍTULO IV
APORTE DE IMBABURA A
LA MÚSICA POPULAR Y A LA
ETNOMÚSICA ECUATORIANA
219
Virgilio Francisco Chaves Orbe. Ulpiano Chaves Orbe. Alejandro Plazas Dávila.
Guillermo Garzón Ubidia. Gonzalo Benítez Gómez. Carlos Enrique Paredes Cisneros. Luis
Enrique Cisneros Jácome. Manuel Mantilla Cerón. Luis Oswaldo Paredes Montalvo. Ulpiano
Benítez Endara. Segundo Luis Moreno y el aporte a la Etnomúsica. José Ignacio Canelos
Morales. José Reinaldo Chaves Placencia. Alberto Moreno Andrade. Marco Tulio Hidrobo
Cevallos.Filemón Proaño Noboa. Carlos Urcesino Proaño Proaño. Luis Hermógenes Hidrobo
Cevallos. Carlos Armando Hidrobo Cevallos.
Carlos Coba Andrade
Entre las composiciones religiosas, las que más sobresalen son las Salves,
obras compuestas a dos y tres voces, con órgano obligado. Son verdaderas
joyas del arte religioso. Además compuso Tantum ergos y letanías, entre
otras canciones de carácter litúrgico.
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Música etnográfica y popular
Guillermo Garzón Ubidia fue una persona con grandes cualidades musicales
y una profunda creatividad para la composición popular y aporta con La
ventana del olvido, pasillo; Árbol frondoso y florido, danzante; Honda
pena, pasillo; Compadre péguese un trago, albazo; La naranja, vals; Ojos
maternales, pasillo; Pobre corazón, sanjuanito; Ali machashpa, sanjuanito;
Cuitas de amor, aire típico. Guillermo Garzón Ubidia ha sido considerado
como el compositor del sanjuanito y el formador de grupos orquestales
populares en la ciudad de Quito, juntamente con Marco Tulio Hidrobo.
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Música etnográfica y popular
CARGOS DESEMPEÑADOS
CONDECORACIONES
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OBRAS COMPUESTAS
Las obras compuestas por Virgilio Chaves son: Música Clásica de gran
formato, música religiosa, música ligera y música popular.
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DISCOS
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CARGOS DESEMPEÑADOS
CONDECORACIONES
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OBRAS INÉDITAS
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DISCO
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CARGOS DESEMPEÑADOS
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Música etnográfica y popular
CONDECORACIONES
OBRAS RECONOCIDAS
Las canciones más populares que compuso don Alejandro Plazas son:
Las tres Marías, pasillo, al que puso letra el riobambeño Evaristo García;
Esperancita, tonada; Dulzuras, pasacalle y No hay como Otavalo, chilena,
segundo himno del pueblo otavaleño. A este respecto Marcelo Valdospinos
Rubio, dice: “Y en nuestro medio, el himno mayor, el que fue creado para
inyectar amor, pundonor y civismo al alma otavaleña es: No hay como
Otavalo (Valdospinos, 2000: 36), compuesto en 1927.
CREACIONES MUSICALES
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CARGOS DESEMPEÑADOS
OBRAS RECONOCIDAS
Las mejores obras reconocidas a nivel nacional son: Honda pena, Amor
perdido, María Luisa, Resignación, La ventana del olvido, Luciérnaga,
Angustia eterna, Ojos maternales, Compadre péguese un trago, pasacalles,
tonadas y sanjuanitos. El número de canciones compuestas por Guillermo
Garzón Ubidia sobrepasa las 300.
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Música etnográfica y popular
CREACIONES MUSICALES
Ali asua, sanjuán; Ali Machashpa, sanjuán; Ama cungangui, sanjuán; Anima
llaquishpa (alma en pena), sanjuán; Amor perdido, pasillo; Angustia eterna,
pasillo; Árbol frondoso, danzante; Carabuela, sanjuanito; Caya cama,
sanjuán; Compadre péguese un trago, albazo; Curi shunguito (Corazoncito
de oro), sanjuanito; Chasma miricungui (Así verás), sanjuán; Chayay, chayay
(parapara), sanjuán; Chirajo de runa (pasillo); Chumadito cualquiera, aire
típico; Cuitas de amor, aire típico; Dulce pena, albazo; El gato encerrado, aire
típico; Flauta churi (Flauta hermana), sanjuán; Fuego fatuo, zamba; Guambra
ingrata; Honda pena, pasillo; Horas de prueba, pasillo; Huarmi huacashca
(Mujer llorona), sanjuán; Huarmi cachiyaspa(mujer salada), sanjuán;
Huacayshungo (Lloro del corazón), sanjuán; Jacu tominashun, sanjuán; Jacu
bailashum (Vamos a bailar), sanjuán; Lejanas tierras, pasillo; La ventana del
olvido, pasillo; Luciérnaga, pasillo; Mana cargo yalishpa, sanjuán; Mapa trago
de mi vida, zamba-albazo; María Luisa, pasillo; Manapinga (Sinvergüenza),
sanjuán; Mis pesares, sanjuanito; Ñuca casagu (Mi maridito), sanjuán; Ñuca
fiestaman (Mi fiesta), sanjuán; Ojos maternales, pasillo; Pobre corazón,
sanjuanito; Por fin ya tengo, albazo; Resignación, pasillo; Rumiñahui (Cara
de piedra), sanjuán; Runa chingashca (Indio perdido), sanjuán; Victoria
Fabiola, marcha; Viqui shungo, sanjuán; Virajucha, sanjuán; Yana causay
(Negro vivir), sanjuán; Yana shungo (Negro corazón), sanjuán; Yuyaringui
(acordaraste), sanjuán (Guerrero, 2002: 668-669).
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CARGOS DESEMPEÑADOS
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CONDECORACIONES
OBRAS COMPUESTAS
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GRABACIONES
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CARGOS DESEMPEÑADOS
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OBRAS COMPUESTAS
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CARGOS DESEMPEÑADOS
Fue Presidente del Club 24 de Mayo, Presidente del Centro Agrícola Cantonal,
Presidente de la Junta Administrativa del Hospital San Luis, Fundador del
Núcleo de Capacitación Agrícola, hoy Colegio Técnico Agropecuario Carlos
Ubidia Albuja.
CONDECORACIONES
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OBRAS COMPUESTAS
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CARGOS DESEMPEÑADOS
OBRAS GRABADAS
OBRAS COMPUESTAS
Las obras más conocidas del maestro Manuel Mantilla son: Ñuca llacta,
sanjuanito; Recuerdos que dan, albazo; Longuita imbabureña, sanjuanito;
En tus brazos, aire típico; Malagradecida, aire típico; Enamorado, aire típico;
Llacta pura, sanjuanito; Quisiera olvidarte, albazo; Allpa mama, pasacalle;
Desolación, chilena; A orillas del lago y Lágrimas de mi madre.
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Carlos Coba Andrade
CARGOS DESEMPEÑADOS
CONDECORACIONES
AGRUPACIONES MUSICALES
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Música etnográfica y popular
OBRAS COMPUESTAS
Sus principales creaciones son: Salomé, pasillo; Rocío, vals; Rosa Matilde,
vals; Luis Alberto, pasacalle; Quiéreme, sanjuán; Nibo, sanjuán; y, Fiesta de
casa, sanjuán.
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251
Música etnográfica y popular
Nació en la ciudad de Otavalo en 1871 y muere en 1968. Fue hijo de don Carlos
Benítez y de doña María Endara.
Marcelo Valdospinos Rubio, en su libro Los caminos del corazón, dice: “Su ‘vena’
artística le viene vía materna. Su madre era una virtuosa del arpa. Se cuenta que
la producción musical de don Ulpiano fue extensa y variada, pero de ella queda
poco. Casi con exclusividad música grabada y no partituras.
Ulpiano Benítez, es el Señor del Yaraví. Música que es una especie de cordón
umbilical de la tierra con el hombre. De la raíz con el destino. Del territorio con la
sangre. Música con versos angelicales o igníferos” (Valdospinos, 2000: 19).
Ulpiano Benítez Endara es padre del ya famoso cantante popular Gonzalo Benítez
Gómez. Tocaba la guitarra, la flauta, el bandolín y cantaba. Gustaba del dolor de
altura, del yaraví. Creemos que su afición a la música, a más de la madre, también
le viene vía paterna.
OBRAS COMPUESTAS
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COMPOSICIONES
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MÚSICA ORQUESTAL
MÚSICA VOCAL
MÚSICA POPULAR
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MÚSICA RAPSÓDICA
VALSES
HIMNOS
Entre los himnos compuestos por Segundo Luis Moreno están: A Bolívar,
A Sucre, A Calderón, A González Suárez, A la Bandera Nacional y muchos
otros apropiados para escuelas, colegios y otras instituciones. Entre sus
marchas triunfales tiene: Bolívar, García el Grande, A Maldonado, Imbabura,
que se ha cantado acompañadas de bandas militares, menos la segunda
que todavía está inédita. De las marchas patrióticas y estudiantiles, las más
conocidas son: La Patria, El soldado Ecuatoriano, A la bandera Nacional,
Las Elecciones, El Ecuatoriano, Reorganización, 28 de Septiembre, Tercer
Centenario, Regimiento Sucre, Tarqui y Club Pichincha. En total, entre
himnos, canciones patrióticas y estudiantiles, Segundo Luis Moreno ha
compuesto un número de 70, algunos conocidos y otros inéditos.
POLKAS
También han sido ejecutadas por las bandas militares sus polkas Luz
Eléctrica y El Eco del Bosque.
MÚSICA RELIGIOSA
Segundo Luis Moreno ha compuesto: dos Ave Marías, una popular, a dos
voces y armonio y la otra a cuatro voces mixtas y pequeña orquesta; dos
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PUBLICACIONES
Del maestro Segundo Luis Moreno se han publicado las siguientes obras:
259
Música etnográfica y popular
APORTES A LA ETNOMÚSICA
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SISTEMAS MUSICALES
LA BIFONÍA
LA TRIFONÍA
LA TETRAFONÍA
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Música etnográfica y popular
LA PENTAFONÍA
LOS MODOS
El maestro Segundo Luis Moreno refuta los modos traídos por los esposos
D´Harcourt y dice: “El modo, en música, es la manera de ser de las escalas
en relación con el lugar que en ellas ocupan los semitonos, en la música
moderna se han reducido solamente a dos: modo mayor y modo menor.
De aquí se desprende:
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Carlos Coba Andrade
EL CULTO HELIOLÁTRICO
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Música etnográfica y popular
El autor de Música y Danzas Autóctonas del Ecuador, dice que: “Hubo templos
al Sol y a la Luna desde antes que arribaran los Incas, templos que después
fueron reconstruidos y adornados por los señores del Tahuantinsuyo”. Es por
esta razón que nosotros creemos que el culto Heliolátrico no fue de origen
incaico sino de las culturas de la Sierra norte ecuatoriana.
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Carlos Coba Andrade
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Música etnográfica y popular
Hay otras razones que Segundo Luis Moreno trae con relación al Himno
Nacional. Son tres himnos: la introducción, el coro y la estrofa. Debería ser
corto como los himnos de Europa.
266
Carlos Coba Andrade
Desde los seis años de edad, su padre –por insinuación de los padres
mercedarios- lo adiestró en la música y dos años después ya participaba
en el coro. Por entonces, su padre era maestro de capilla del templo El
Jordán, de Otavalo y en no pocas ocasiones José Ignacio tuvo pequeñas
intervenciones en armonio durante el rito de la santa misa.
267
Música etnográfica y popular
Como era de suponer, una vez graduado, a José Ignacio Canelos los padres
mercedarios le prodigaron techo, alimentación y trabajo; aquí entonces
el maestro se inició como organista y formó el coro con los estudiantes
mercedarios. Los ritos festivos resultaron solemnes y grandiosos.
COMPOSICIONES
MÚSICA POPULAR
MÚSICA RELIGIOSA
268
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A más de esta, son de gran significación las misas, tanto de Gloria como de
réquiem; y, de mucho recogimiento y unción, los Motetes, los cánticos a la
Santísima Virgen de las Mercedes, a la Inmaculada, a San José, a San Pedro
Nolasco, las letanías y varios cánticos de carácter religioso enmarcados en
el estilo de Mozart.
MÚSICA ACADÉMICA
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Música etnográfica y popular
CARGOS DESEMPEÑADOS
CONCURSO
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Música etnográfica y popular
CANCIONES POPULARES
MARCHAS E HIMNOS
HIMNO A COTACACHI
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CARGOS DESEMPEÑADOS
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CREACIONES MUSICALES
FORMATO CLÁSICO
Cuadros bíblicos. Consta de: Ruth, 1935: Escena bíblica; María Magdalena;
Pasaje bíblico, 1936. Texto de Mencías Aus y Juan J., 1935.
Suites: Simiente del futuro. Suite–ballet Nro1; Solar nativo. Suite Nro.2: I,
Prólogo evocativo; II, Ensueños siempre vivos (sanjuanito); III, Te amaré
hasta el fin (rondeña); IV, Tu recuerdo es dulzura; Guayaquil. Suite Nro.3: I
Flor marchita, Incertidumbre sonatina; II, Una sonrisa, (rondeña); III, Lazos
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Música etnográfica y popular
MÚSICA POPULAR
OTRAS CANCIONES
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CARGOS DESEMPEÑADOS
CONCURSO
PERIODISTA Y POLÍTICO
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Segundo Luis Moreno afirma que “se distinguió desde niño por sus aptitudes
musicales como ejecutante. Tocaba el flautín en la banda de su tierra
natal y dominaba el cornetín. Pronto con su instrucción práctica y talento
artístico comenzó a componer piezas del género dancístico: marchas,
valses, pasillos, etc., y lo hizo con espontaneidad y gracia” (Segundo Luis
Moreno, en “Enciclopedia de la Música Ecuatoriana”, Guerrero, 2003: 737).
Posteriormente aprendió la guitarra, el bandolín, el violín, entre otros
instrumentos.
281
Música etnográfica y popular
282
Carlos Coba Andrade
Por muchos años, Marco Tulio Hidrobo fue director de las bandas militares,
entre ellas las de los Batallones Carchi, Esmeraldas, Policía Nacional de
Quito y las bandas municipales de Guayaquil e Ibarra.
CONDECORACIONES
Como compositor podemos anotar las siguientes obras con que aporta
al “Cancionero Popular Ecuatoriano”: Al besar un pétalo, pasillo; Anhelo
azul, pasillo; Canta cuando me ausente, pasillo; Canto de mi alma, pasillo;
Encargo que no se cumple, pasillo; Ensoñación, pasillo; Eulalia, pasillo;
Luz de luna, pasillo; Matilde, pasillo; Por qué, pasillo; Quién me diera,
pasillo; Tus besos que no han muerto, pasillo; Tus ojos, pasillo; Lejos de
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Música etnográfica y popular
mi guitarra, tonada; Sufro y lloro, tonada; Unita que otra, tonada; Anoche
estaba soñando, albazo; Mi cholita, albazo; Triste vivo yo, sanjuanito; Toros
de pueblo, sanjuanito; Caray caramba cariucho, chilena; Negrita linda, aire
típico; Alma de la raza, fox incaico; Corazón muerto, vals; Esta vieja herida,
vals; Edgar Puente, pasodoble; Félix Rodríguez, pasodoble; Tarde española,
pasodoble; La última faena, pasodoble; entre otras.
284
Carlos Coba Andrade
CARGOS DESEMPEÑADOS
Fue maestro Concertador y Director de la Compañía Española de Operetas
y Variedades, Paloú-Planels y, como tal, en 1917 realizó una gira por
Manabí, Esmeraldas, Chone y Tumaco-Colombia.
COMPOSITOR
Durante los 28 años de maestro de escuelas y colegios, Filemón Proaño,
compuso rondas, himnos y canciones, con las que aportó a la educación
de aquel entonces.
PREMIOS
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Música etnográfica y popular
MÚSICA RELIGIOSA
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Carlos Coba Andrade
OTROS GÉNEROS
287
Música etnográfica y popular
CARGOS DESEMPEÑADOS
CONDECORACIÓN
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Carlos Coba Andrade
En 1942 fue Director de la banda de San Blas de Urcuquí. Como docente fue
profesor de la escuela del Normal de Uyumbicho y Director de la banda de
ese lugar. Fue profesor Municipal de música y canto en las escuelas católicas
de Atuntaqui y Director de la banda Municipal de la misma ciudad, durante
13 años. En 1965, retorna a Cotacachi, su tierra natal, como profesor de
música de las escuelas centrales y en 1968 reorganiza la Banda Municipal
de Cotacachi. En ese mismo año pasa a prestar sus servicios como profesor
de Música en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre.
COMPOSICIONES MUSICALES
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Música etnográfica y popular
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CARGOS DESEMPEÑADOS
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MÚSICA NACIONAL
MÚSICA INFANTIL
Compuso algunas rondas para los niños de jardín de infantes, tales como:
El sapito, La salud y los negritos, entre otras.
292
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TOSCANO, Humberto
300
Carlos Coba Andrade
VÁZQUEZ, Honorato
ZELLER, Richard
301