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1 BACH LENGUA Y LITERATURA

Final 1er Trimestre


Lírica tradicional

La lírica tradicional o popular es aquella que canta o recita el pueblo, las personas del campo y
de las aldeas, sobre todo, en una sociedad rural como la de Europa durante la Edad Media
(XI-XV). Son poemas procedentes de la tradición oral, conservados en sus versiones más
antiguas, carentes de autor y transmitidos durante generaciones al margen de la tradición
culta escrita.

A continuación se señalan las características de la lírica arábigo-andaluza, lírica


catalano-provenzal, lírica gallego-portuguesa y lírica castellana.

En primer lugar, en cuanto a la localización geográfica y temporal, la lírica arábigo-andaluza se


remonta a los siglos XI y XIII en Al-Ándalus. La lírica catalano-provenzal surge entre los siglos XII
y XIII en Provenza (Francia). A continuación la lírica gallego-portuguesa alrededor de los siglos
XIII y XIV en Galicia y Portugal. Y por último la lírica castellana durante el siglo XV en Castilla.

En segundo lugar, en cuanto a la estructura se pueden diferenciar tres tipos: la zejelesca,


presente en la lírica arábigo-andaluza (moaxajas y zéjeles), en la lírica catalano-provenzal (lírica
culta) y en la lírica castellana (villancicos). El siguiente tipo es la estructura paralela, presente en
la lírica arábigo-andaluza (jarchas), en la lírica catalano-provenzal (lírica culta y lírica
tradicional) y en la lírica gallego-portuguesa (cantigas de amigo). Y por último la estructura
leixaprén presente en la lírica catalano-provenzal (lírica culta) y a veces en la lírica
gallego-portuguesa (cantigas de amigo).

En tercer lugar, en cuanto a las composiciones de los distintos tipos de lírica:


En la lírica arábigo-andaluza, las jarchas consisten en 2, 3 o 4 versos de rima consonante
y variabilidad métrica. Las moaxajas se componen de estrofas de 5 o más versos que
terminan con una jarcha. Y finalmente los zéjeles, que tienen una rima asonante, de arte
mayor y composición de estructura variable.

En la lírica catalano-provenzal, se encuentran composiciones diferentes. En la lírica


tradicional, los cançós se caracterizan por los paralelismos y estribillos además de la
rima consonante y versos simples con el mismo nº de sílabas. Y la lírica culta se
caracteriza porque no es narrativa, destaca la variabilidad métrica, el uso de un lenguaje
culto y diferentes composiciones: las églogas, las odas, el romance, el soneto, etc…

En la lírica galaico-portuguesa, las cantigas de amigo se componen de 4 estrofas, de 7


versos octosílabos o decasílabos y con una estructura de esquema abbaccb.

Finalmente, en la lírica castellana se observan los villancicos, con versos de arte menor,
con rima asonante y una gran variabilidad métrica. Se divide en; cabeza o cantarcillo
inicial (2-4 versos), glosa o mudanza, verso de enlace, verso de vuelta y finalmente un
estribillo.

En cuarto lugar, los temas de la lírica arábigo-andaluza, la lírica gallego-portuguesa y la lírica


castellana son bastante similares y tratan sobre la ausencia del amado. En la lírica
arábigo-andaluza, los zéjeles tienen temas diversos y forzados. Dentro de la lírica
catalano-provenzal existen dos tipos de lírica, la lírica tradicional que trata sobre el amor
cortés y la lírica culta en la que el trovador se convierte en el vasallo de la dama y las
relaciones de vasallaje. Luego, en la lírica catalano-provenzal existe el cançó que habla de la
dama idealizada y alabada,

En quinto lugar,en cuanto a las características estilísticas de los distintos tipos de lírica:

En la lírica arábigo-andaluza, en las jarchas: es común el uso de diminutivos, vocativos y


recursos de repetición, en las moaxajas es recurrente el uso de exclamaciones y epítetos y
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en el zéjel, el estribillo no es necesario que rime entre sí, también destaca el vocabulario
repetitivo.

En la lírica gallego-portuguesa, en las cantigas de amigo destacan las repeticiones y el


vocabulario sencillo

En la lírica catalano-provenzal, específicamente en las cançós destaca el gran


sentimentalismo, sonoridad y los juegos de palabras.

Y en la lírica castellana, en los villancicos destaca el simbolismo, el vocabulario sencillo y


repetitivo, los recursos de repetición y la escasez de adjetivos y metáforas

Por último, en cuanto a las obras y autores más destacados, en la lírica arábigo andaluza
destacan las jarchas Yehuda Halevi, las moaxajas de Ibn Bāqī de Córdoba y en los zéjeles
destaca el Diwan o Cancionero de Ibn Quzman. En la lírica catalano-provenzal es remarcable el
Sirvente de Guillem de Bergedè hacía Pere de Berga y Ponç de la Guàrdia. En la lírica
gallego-portuguesa es destacable el pergamino vindel de Martín Codax y el Pergamino Sharrer
de Don Denís. Y finalmente en la lírica castellana destaca: Entre mayo y sale abril-Anónimo y Si
la noche hace oscura-Anónimo.

Mester de juglaría y mester de clerecía.

El significado literal de mester es “oficio”. Por tanto el mester de juglaría es el arte u oficio de los
juglares y el de clerecía, de los clérigos.

En primer lugar, el mester de juglaría apareció en la Edad Media, aproximadamente del S.XII
hasta el S. XV. Sin embargo el mester de clerecía destaca durante los siglos S.XIII-XIV.

En segundo lugar, las principales formas de transmisión de estos dos mesteres son totalmente
contrarias, los mesteres de juglaría lo hacían de forma oral y los de clerecía lo hacían de forma
escrita en los monasterios, normalmente con mala calidad.

En tercer lugar, la intención o finalidad del mester de juglaría era informal y divertida, a través
de cantos y bailes a los ciudadanos de las hazañas o aventuras de héroes o caballeros
populares. En cambio, el mester de clerecía tenía la finalidad de tratar temas religiosos e
historiográficos con un fin moralizador, recogidos de otras fuentes.

En cuarto lugar, existen diferencias en cuanto a la autoría. En el mester de juglaría los autores
son anónimos, aunque los juglares que recitaban estos mesteres solían ser de Medinaceli
(Soria) o de San Esteban de Gormaz (Soria). Por el contrario, en el mester de clerecía los autores
firmaban su obra.

En quinto lugar, en cuanto a la métrica, el mester de juglaría se centra en versos agrupados en


estrofas de versos alejandrinos, predominando las de 16, con rima asonante. Además estos
textos se podían dividir en dos partes con una pausa central, para que el mester pudiese hacer
un descanso. El mester de clerecía se compone también los versos alejandrinos, pero
distribuidos en de cuaderna vía, que son estrofas de cuatro versos de catorce sílabas como
monorrimos en cada estrofa y rima consonante, generalmente.

En sexto lugar, existen diferencias en sus tipos de fuentes, en cuanto al mester de juglaría se
basaban en hechos de la vida cotidiana con toques fantásticos. Sin embargo, el de clerecía se
basaba en textos de la Biblia, ya que estos estaban escritos por monjes cristianos, o
procedentes de romances, especialmente francesas y españolas.

En séptimo lugar, cabe destacar que el mester de juglaría utiliza un lenguaje vulgar o coloquial,
para que se entienda el mensaje, usando expresiones o refranes propios de la población. En
cambio, el mester de clerecía utiliza un lenguaje más culto y refinado.

Por último, del mester de juglaría destaca el Poema de Mío Cid. Y en el mester de clerecía
destacan Milagros de Nuestra Señora y Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, El Libro de Buen Amor.
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Novela de caballerías y novela sentimental.

Las principales caracterśiticas de la novela sentimental comparadas con la novela de


caballerías son:

En primer lugar, en cuanto al origen, las novelas de caballerías surgen en Francia en el S.XV,
todo lo contrario a la novela sentimental que tiene su origen en el siglo XIV gracias a las
novelas italianas.

En segundo lugar, en cuanto a los temas que tratan, las novelas de caballería narran las
aventuras y hazañas de un caballero y sus acciones en busca del amor. En cambio el principal
tema de las novelas sentimentales es el amor cortés.

En tercer lugar, en cuanto a la estructura de las novelas, se destaca que las novelas de
caballerías tienen una estructura episódica con un final abierto. Todo lo contrario a la novela
sentimental que tiene una estructura epistolar.

En cuarto lugar, en cuanto al tipo de narrador, mientras que en la novela de caballería el autor
narra en tercera persona, es decir, es un narrador omnisciente; en la novela sentimental el autor
narra principalmente en primera persona.

En quinto lugar, en cuanto a los personajes, las novelas de caballerías están protagonizadas
por caballeros fuertes y valientes, que luchan toda su vida por causas justas, utilizando su
inteligencia, astucia y valor. En cambio, en las novelas sentimentales los protagonistas son
caballeros cortesanos, cultos, valientes que defiende su honor por encima de todo y la
protagonista femenina es una mujer idealizada que hace de amante y enamorada

En sexto lugar, en cuanto al tiempo y espacio donde suceden las historias, las novelas de
caballería no se sitúan en un tiempo o lugar real, sino que se desarrollan en un tiempo mítico o
remoto, en los que se presentan escenarios fantásticos. En cambio las novelas sentimentales se
presentan en escenarios rurales, en donde la naturaleza se presenta como el espacio puro y la
ciudad como el corrupto

En séptimo lugar, en cuanto a la acción, las novelas de caballería presentan contínuos


desplazamientos y aventuras luchando por el bien y por lograr un mundo mejor. En cambio las
novelas sentimentales presentan flechazos amorosos, los problemas sentimentales, el deseo y la
pasión sexual y por último la idealización de la amada como si se tratara de un ser divino y el
amante siempre se siente inferior a la amada.

En octavo lugar, en cuanto a la finalidad de las novelas de caballería, solía tener una finalidad
religiosa, por lo que lanzaba un mensaje moralista y vinculado al cristianismo. Mientras que, en
las novelas sentimentales, su finalidad era presentar las emociones de los protagonistas y con
ello emocionar al público.

Por último, en las novelas de caballería, cabe destacar a los autores como Ferrand Martínez,
con su obra “Libro del caballero Zifar” y a Garci Rodríguez de Montalvo con sus obras “Amadís
de Gaula” y “Las sergas de Esplandián''. Y en cuanto, las novelas sentimentales, destacan los
autores como Juan Rodríguez del Padrón con la primera obra sentimental “Siervo libre de
amor”, entre otros autores como Diego de San Pedro con su obra “Cárcel del amor” y Juan de
Flores con el "Breve tratado de Grimalte y Gradisa" y la "Historia de Grisel y Mirabella".

El Romancero

Los romances son poemas épicos o épico-líricos, casi siempre breves, compuestos
originalmente para ser cantados o recitados. La agrupación de romances se denomina
Romancero.

Los romances se transmitían de forma oral, por esta razón no conocemos el nombre de los
autores que las compusieron (son anónimos), y también, por ello, existen variantes de un mismo
romance y todas estas eran válidas.

Las características principales de los romances son:: la mezcla de narración y diálogo, en el


diálogo suele introducirse con fórmulas fijas: “Allí habló… bien oiréis lo que dirá”; “Respondióle…,
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tal respuesta le fue a dar”. Y esta mezcla se utilizaba para darle viveza a los romances. El
romance se centra en un momento determinado de la acción, fundamentalmente por su
dramatismo, y suele interrumpirse de forma abrupta, algunas veces sin desenlace claro, a esto
se le denomina fragmentarismo narrativo. Otra de las características es la sencillez de recursos
expresivos/literarios: los recursos más frecuentes son las repeticiones (ejemplo:“niño y
muchacho”), antítesis (ej:”Como menguaba y crecía”) y paralelismos (ej: ¿De qué vos reís,
señora?/¿de qué vos reís, mi vida?). Y por último abundan el uso de arcaísmos para envejecer
artificialmente el lenguaje y proveer prestigio.
En cuanto a la métrica las obras están formadas por un número indefinido de versos
octosílabos con rima asonante en los pares, manteniendo casi siempre la misma rima durante
toda la composición. En etapas posteriores se pueden encontrar algunas variaciones. Si los
versos son heptasílabos se llama romance “endecha”, si los versos son hexasílabos recibe el
nombre de “romancillo”, y si los versos son de arte mayor la composición se llama “romance
heroico”.

En función de la transmisión distinguimos dos tipos: Romancero antiguo (S.XIV), que se


transmite de forma oral, por lo que su métrica es poco correcta, constando de un estilo muy
sencillo y los autores son desconocidos. Romancero nuevo (a partir del S.XVI), cuyas obras
cultas y personales, transmitidas de forma escrita con una métrica más correcta. Destacan
autores como Cervantes, Lope, Góngora.

Por otro lado, según su temática pueden ser: inspirados en los mitos épicos (tratan asuntos y
personajes procedentes de los cantares de gesta y de las crónicas); inspirados en los mitos
caballerescos (son un testimonio de las hazañas heróicas); históricos y fronterizos (reflejan
hechos históricos recientes, como los conflictos bélicos entre musulmanes y cristianos); líricos y
novelescos (son fruto de la invención del poeta, expresan emociones, recrean motivos
folclóricos, leyendas…); inspirados en la Biblia y la Antigüedad Clásica (son piezas de carácter
erudito y artificioso).
Lírica culta del siglo XV
El siglo XV es una etapa de transición entre la Edad Media y el Renacimiento, este siglo supone
un cambio en todos los ámbitos. La sociedad abandona el modelo feudal, aumentando el
poder del monarca y de las cortes. Culturalmente se pasa de un enfoque teocéntrico a un
enfoque antropocéntrico, lo que supone un paso hacia el humanismo del siglo siguiente, y en
cuanto a la literatura, se abandona la lírica del mester de clerecía para practicar una lírica
nueva y cortesana.

La lírica culta del siglo XV es un género literario que se desarrolló en las cortes y palacios
castellanos durante el siglo XV, y que posteriormente ganó influencia en Italia con autores
como Dante y Petrarca.
Los temas de la lírica cortesana abandonan lo subjetivo para centrarse en lo social, asimismo
estos giran en torno a la política, la religión, la moral y el amor cortés, en el cual el poeta
muestra su devoción por la dama, aunque no espere ser correspondido y nunca pueda llevarse
a cabo. Se trata de un amor imposible que presenta a la mujer de forma idealizada e
inaccesible.

El marco de la lírica culta del siglo XV es típicamente cortesano (castillos, palacios…) y en


cuanto al estilo, las composiciones son extensas, formales y llenas de cultismos y refinamientos,
abundan las antítesis, paradojas y paranomasias. Su forma de transmisión era a través de la
escritura, aunque algunos poemas se siguieron transmitiendo de forma oral a través de
trovadores. Destacaron los cancioneros, colecciones de poemas pertenecientes a uno o varios
poetas cortesanos. Los más destacados fueron: el Cancionero de Baena (dedicado a Juan II de
Castilla), el Cancionero de Estúñiga (recoge gran parte de la poesía compuesta en Italia) y el
Cancionero General (el más completo de toda la época).

Las diferencias más notables entre los textos populares se encuentran en la métrica, pues los
poetas cortesanos tienden a la perfección métrica, manifestándose de dos formas estróficas:
arte real y arte mayor.

En primer lugar, se encuentra el arte real, compuesto de versos cuya expresión métrica es
igual o menor que la octosílaba (ocho sílabas), lo de Real se le atribuyó en oposición al arte
mayor castellano. Los versos de arte real se clasifican en: bisílabos (versos de dos sílabas),
trisílabos (versos de tres sílabas), tetrasílabos (versos de cuatro sílabas), pentasílabos
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(versos de cinco sílabas), hexasílabos (versos de seis sílabas), heptasílabos (versos de siete
sílabas) y octosílabos (versos de solo ocho ).

En segundo lugar, encontramos el arte mayor, se trata de un conjunto de versos cuya


métrica es de nueve o más sílabas y viene expresada a través de versos largos, sobre todo
el dodecasílabo. Este tipo de verso se suele encontrar en poemas de asunto grave o
patrióticos. Los distintos tipos de arte mayor son: los eneasílabos (versos compuestos por
nueve sílabas), decasílabos ( versos de diez sílabas), endecasílabos (versos formados por
once sílabas), dodecasílabos (versos de doce sílabas), tridecasílabos (versos de trece
sílabas), Alejandrinos (versos de catorce sílabas) y pentadecasílabos (versos que tienen
hasta quince sílabas).
Los versos de arte mayor con un número de sílabas par están compuestos por dos partes
iguales, los hemistiquios, separados por una cesura la cual puede impedir la sinalefa.

En cuanto a los autores más destacados de la lírica culta del S.XV, se encuentran:

- Jorge Manrique: Poeta del Prerrenacimiento del siglo XV, que destaca en sus obras por
temas amorosos y burlescos, y es considerado uno de los poetas más importantes
dentro del Cancionero General.
La obra más importante de Jorge Manrique son Las coplas a la muerte de su padre:
Se trata de una composición poética funeral medieval escrita por Jorge Manrique, en
ella, el autor realiza una reflexión sobre la brevedad de la vida, la fama, la fortuna y la
muerte con resignación cristiana. Las coplas están escritas en verso real (octosílabos).
En el ejemplo de la imagen, encontramos la primera copla, cuyo tema principal es la
fugacidad de la vida, en ella destacan los versos octosílabos, característicos de la lírica
culta del siglo XV.

- Juan de Mena: Es el primer poeta castellano que utiliza un lenguaje poético literario
sustituyendo al vulgar. La obra más importante de Juan de Mena es “Laberinto de
Fortuna”, también conocido como “Las trescientas”, este poema de doscientas noventa y
siete estrofas, fue compuesto por Juan de Mena durante el siglo XV, y está considerado
como uno de los poemas más importantes de la lírica castellana medieval, adelantada
al Renacimiento. El poema narra la visita del poeta al Palacio de la Fortuna, tratando
temas morales, didácticos y políticos. La obra está escrita en versos de arte mayor.

- Marqués de Santillana: Es considerado uno de los escritores más importantes del siglo
XV. En su literatura muestra una fusión entre las armas y las letras, siendo recordado
por sus serranillas y poemas de arte menor.
Su obra más importante es “Bías contra Fortuna”, se trata de un poema corto por el
Marqués de Santillana para consolar a su pri­mo el conde de Alba. La obra trata temas
como la filosofía, la política y la religión, y encarna valores como la paciencia y la
abnegación ante un destino adverso. Está escrito en castellano antiguo, por lo que es
muy difícil de leer.

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