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El Antiguo Egipto (Parte III)

ILSE - Historia
1er año

Religión y cultura
Preparado por: Prof. Federico Miliddi 1
Temario

1.- Una religión politeísta.

2.- Las divinidades de los antiguos egipcios.

3.- Los templos egipcios.

4.- Los sacerdotes egipcios.

5.- Los rituales funerarios / La momificación.

6.- El Juicio de Osiris.

7.- La arquitectura funeraria.

8.- La fabulosa tumba de Tutankhamón.

9.- El experimento monoteísta de Akhenatón.

10.- Aspectos artísticos e intelectuales de la civilización egipcia. 2


La religión, un aspecto esencial de la vida de los
antiguos egipcios

Las creencias religiosas eran un aspecto central de la civilización egipcia.


Impregnaban la mayor parte de los aspectos de la vida de los hombres y mujeres que
conformaban la sociedad egipcia en la Antigüedad.

Desde la política y la economía, hasta la arquitectura y las diversas manifestaciones


culturales, todas las dimensiones de la existencia cotidiana de los antiguos egipcios
se encontraban permeadas por los factores religiosos.

Esto hizo que la religión egipcia fuera un fenómeno muy rico, interesante y complejo,
que justifica que lo estudiemos en detalle. Veamos entonces sus características
fundamentales...
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Una religión politeísta

Lo primero que debemos resaltar de la religión egipcia es su carácter politeísta (del griego poli -muchos- y theo
-dios-). ¿Qué significa esto? Que los egipcios creían en una multiplicidad de dioses.
Los historiadores consideran que este politeísmo probablemente tenga su origen en la propia unificación política de
Egipto, a fines del IV milenio a.C., ya que cada una de las regiones que se unieron en ese momento en un solo Estado
poseía sus propios dioses. Existían divinidades locales, propias de cada nomo (recordemos que eran las unidades
administrativas del Antiguo Egipto), así como también dioses y diosas que eran adorados a lo largo de todo el
territorio egipcio.
Esto llevó a la conformación de un extenso panteón (término de origen griego que significa literalmente “todos los
dioses” y se usa para referirse al conjunto de divinidades que conforman las creencias religiosas de un pueblo) en el
que coexistían divinidades locales, regionales y generales y en el que algunos dioses y algunas diosas sobresalían
por sobre otros, como veremos.
Los cambios geopolíticos a lo largo de la larga Historia del Egipto antiguo, llevaron a que algunas divinidades
regionales pasaran a tener una mayor importancia cuando cambiaba la capital del reino o cuando una determinada
zona adquiría centralidad política.
Para los antiguos egipcios, los dioses y las diosas poseían atributos y funciones relacionadas con las diversas
actividades y aspectos de la vida de los seres humanos y también con la naturaleza (por ejemplo, con el hogar, con la
escritura, con la cosecha, con la fertilidad, con la muerte, con el sol, con la luna, con el Nilo, etc). Prácticamente no
existía aspecto de la vida egipcia para el cual no existiera alguna divinidad asociada. 4
Algunas de las principales divinidades que conformaban el extenso panteón de los antiguos egipcios

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Las divinidades de los antiguos egipcios

Las divinidades de los egipcios tenían sus particularidades. En primer lugar, no todas tenían la misma forma.
- Algunas de ellas tenían forma humana, como Isis, Osiris o Amón, por ejemplo. Cuando las divinidades tienen forma
humana se las llama Antropomórficas (anthropos, humano y morphe, forma, en griego).
- Otras poseían forma animal, como Apis, Bastet o Sobek. En estos casos se dice que son Zoomórficas (zoo, animal,
morphe, forma, en griego).
- Finalmente algunas tenían forma humana y animal, como Ra, Horus, Anubis o Thot. En estos casos, se habla de
divinidades Antropozoomórficas (anthropos, humano; zoo, animal y morphe, forma, en lengua griega).
Sin embargo, en algunos casos el mismo dios podía representarse de diferentes maneras. Así, por ejemplo Sobek
podía ser representado o bien como un cocodrilo o como una figura de cuerpo humano y cabeza de cocodrilo; Horus
se representaba como un humano con cabeza de halcón y como un halcón; o Bastet podía presentarse como una gata
o como una mujer con cabeza de gata.
También era frecuente la fusión o unión de dioses por razones políticas o religiosas. El caso más conocido es el de la
unión de dos divinidades principales como Amón y Rá en el dios Amón-Rá, aunque también está el de Horus y Ra.
Para los egipcios los dioses tenían una historia que incluía su nacimiento, los acontecimientos de su vida y un
territorio y un hogar propios. Tenían pasiones y sentimientos, rivalidades, amores, amistades y enemistades e incluso
podían haber tenido una vida en el mundo terrenal y haber muerto para pasar al mundo de ultratumba.
A diferencia de otras creencias que estudiaremos, los egipcios no contaban con un único libro sagrado que
resumiera todos los aspectos de su religión, pero sí tenían diversos textos que contaban las historias de sus dioses. 6
Tres divinidades egipcias con 1 2 3
representación antropomórfica:

1.- Amón: dios creador, una de las


divinidades principales del Antiguo
Egipto, especialmente a partir del
Reino Medio. Considerado el rey de los
dioses. Porta sobre su cabeza una
corona con dos altas plumas de
avestruz. En su mano izquierda porta el
Anj o símbolo de la vida, y en la derecha
el cetro uas que representa el poder de
los dioses.
2.- Osiris: rey y dios mítico del Antiguo
Egipto, se lo considera inventor de la
agricultura y de la religión, pero,
principalmente, es el dios del
inframundo, del reino de los muertos,
en el que es rey y juez, como veremos.
3.- Isis: diosa madre, de la magia y de la
sabiduría; esposa de Osiris y madre de
Horus. En su mano izquierda porta el
Anj o símbolo de la vida, y en la derecha
una planta de papiro. 7
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Dioses con representación antropozoomórfica, todos portan en sus manos izquierdas el Anj o símbolo de la vida, y en las
derechas el cetro uas que representa el poder de los dioses:
1.- Rá, dios del cielo, del sol, del origen de la vida, encarna al sol en su máximo esplendor y por eso se lo representa con un
disco solar rojo en su cabeza. Posee cuerpo humano y cabeza de halcón, fue una de las divinidades más importantes de toda la
Historia del Egipto antiguo.
2.- Seth, dios del desierto, de la sequía y del caos, asesinó y descuartizó a su hermano Osiris. Se lo representa con cabeza de
animal (posiblemente un cánido del desierto) y cuerpo humano.
3.- Anubis, posee cuerpo humano y cabeza de chacal, era considerado el guardián de las tumbas, estaba asociado con la
muerte.
4.- Toth, considerado el dios de la escritura, la música y la sabiduría posee cuerpo humano y cabeza de ibis (un ave del Nilo). 8
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Algunas de las divinidades con representación zoomórfica:


1.- Horus, dios creador de la civilización egipcia, se lo representa como un halcón. Es hijo de Isis y Osiris. También
es dios de los cielos, de la caza y de la guerra. Era conocido y venerado desde antes de la unificación del Estado
egipcio. En el Imperio Nuevo se lo asoció con Ra. Porta una corona sobre su cabeza.
2.- Apis, es un dios solar, relacionado con la fertilidad y el vino. Es representado como un buey. Porta un disco solar
sobre su cabeza. Es hijo de Isis.
3.- Sobek, representado como un cocodrilo, es el dios de la fertilidad, la vegetación, la vida y también de las aguas.
4.- Bastet, representada como una gata, es la diosa del hogar y la armonía y la protectora de hogares y templos. En
su representación antropozoomórfica porta el Anj en una mano y un instrumento musical llamado sistro en la otra.
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Tanto Horus, como Apis, Sobek y Bastet podían ser representados
también antropozoomórficamente.
La mayor parte de los dioses egipcios fue adquiriendo diversas formas de
representación y de veneración a lo largo de la Historia de esta
civilización.
10
Los templos egipcios

El culto de los dioses se llevaba a cabo en unos edificios


específicamente diseñados para ello: los templos.
Existía un templo en la gran mayoría de las ciudades del Egipto
antiguo, aunque algunos eran construcciones mucho más grandes
y lujosas, como el de Karnak, cerca de Tebas, o el de Luxor, más al
sur, cerca de Abu Simbel.
Allí se honraba a los dioses, se llevaban a cabo las festividades
religiosas y se realizaban los sacrificios de animales y las
ofrendas a las divinidades. Las ciudades más grandes podían
tener más de un templo, dedicado cada uno a dioses diferentes.
La población común no solía poder ingresar en estos edificios,
eran sitios reservados para los sacerdotes y las autoridades
políticas y administrativas, aunque existían algunas salas a las que
los sectores no privilegiados podían acceder ocasionalmente
El Estado era el encargado de financiar su construcción y su
mantenimiento. Además, asignaba tierras y campesinos para que
produjeran los excedentes necesarios para el sostenimiento de
sus actividades. 11
La estructura de los
templos egipcios era
semejante en todos los
nomos del reino: todos
los templos tenían unos
pilonos a la entrada, un
patio interior, al que
podía acceder la
población en algunas
ocasiones, luego tenían
una sala de las columnas
(hipóstila) y una cámara
dedicada al culto del
dios. Solamente los
sacerdotes y las altas
autoridades podían
acceder a estas últimas
dos. Algunos templos
tenían estatuas del dios
y obeliscos (destinados
al culto solar).
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Los templos de los antiguos egipcios podían formar algunas veces verdaderos complejos, que incluían graneros, viviendas para los
sacerdotes, murallas, terrenos de cultivo e incluso instalaciones portuarias, como se muestra en esta representación.
13
Los sacerdotes egipcios

Como estudiamos en la clase sobre economía y sociedad, los sacerdotes egipcios integraban el sector privilegiado de la
pirámide social, situados en el mismo escalón que los funcionarios y los jefes militares.
Eran personas muy importantes, prestigiosas y poderosas, ya que cumplían una función decisiva para la sociedad egipcia.
Los egipcios consideraban que todo lo que sucedía en el mundo tenía que ver con las acciones de los dioses: las crecidas
del río, los vientos, la fertilidad de la tierra… incluso consideraban que el día y la noche eran parte de una batalla eterna
entre el sol y la oscuridad. También, como veremos, la vida más allá de la muerte, en la que creían fervientemente. Por eso,
era necesario realizar permanentemente cultos, ofrendas y rezos a los dioses, para mantenerlos satisfechos. Esta era la
función principal de los sacerdotes, y la fuente de su enorme prestigio y poder.
Los sacerdotes podían casarse y tener hijos, vivían en las proximidades de los templos y aprendían las prácticas rituales del
culto desde muy pequeños. Al igual que lo que sucedía con la burocracia, el oficio del sacerdote era muy complejo y
requería años de formación. El saber solía transmitirse de padres a hijos. El Estado se encargaba del mantenimiento de los
templos y de los sacerdotes, asignándoles tierras y campesinos para trabajarlas.
Los sacerdotes debían dedicar su vida entera al culto de los dioses y estaban forzados a respetar ciertas obligaciones:
tenían bebidas y alimentos prohibidos (por ejemplo el pescado), debían afeitarse la cabeza y vestir determinadas prendas.
Al ser considerados los intermediarios con los dioses, eran muy influyentes y poderosos. Aconsejaban al Faraón, quien
solía consultarlos antes de tomar decisiones importantes, y eran muy respetados por la población. 14
En las imágenes de arriba se representa a sacerdotes egipcios realizando las tareas del culto religioso. Los
historiadores sostienen que en los comienzos del Estado egipcio, los sacerdotes eran quienes dominaban la
escritura y quienes llevaban el registro de las actividades administrativas. Con el paso del tiempo, esa tarea fue
transfiriéndose a los escribas y los sacerdotes se dedicaron exclusivamente a las actividades religiosas.
Más allá de esto, los sacerdotes solían tener conocimientos de astronomía, de medicina y, por supuesto, de todas
las cuestiones vinculadas con el culto de la divinidad a la cual se dedicaban.
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Los rituales funerarios

Uno de los aspectos más característicos de la religión de los antiguos


egipcios es el de sus rituales funerarios.
Los egipcios consideraban que existía una vida después de la muerte, una
existencia ultraterrena a la cual todas las personas podían acceder. Todos
los seres humanos poseían una fuerza vital, denominada “ka”, que
continuaba viviendo en el cuerpo tras la muerte, por eso era importante
conservar los restos del fallecido en el mejor estado posible y colocar en su
tumba alimentos, bebidas y objetos que pudieran servirle en el más allá.
A su vez, practicaban una serie de ceremonias y ritos antes del
enterramiento, mediante los cuales los sacerdotes buscaban que el difunto
pudiera mantener sus facultades en la próxima vida. Por ejemplo,
pronunciaban frases para que pudiera hablar y mover sus extremidades en
el otro mundo, especialmente cuando debiera enfrentar a Osiris, el
dios-rey de los muertos y de la resurrección (imagen arriba a la derecha).
Dependiendo de la riqueza y el prestigio del difunto, a veces se colocaban
en la tumba textos religiosos y objetos sagrados, como barcas funerarias o
pequeñas estatuillas llamadas ushebtis (arriba a la izquierda y abajo), que
cumplían la función de trabajar para el difunto en el más allá. 16
La momificación

Los egipcios consideraban que el alma de la persona tenía dos partes, el


“ka” (la fuerza vital) y el “ba” (la fuerza anímica o espiritual).
El “ba” salía del cuerpo al morir, pero regresaba cada noche al sepulcro,
era considerado eterno.
El “ka”, en cambio, permanecía en el cuerpo, pero sólo podía
mantenerse si los restos del difunto no se descomponían.
Esta creencia llevó a que los egipcios practicaran la momificación de los
cuerpos de las personas fallecidas, buscando preservar de este modo
esa fuerza vital que representaba el “ka”. Esta también es la razón que
explica porqué dejaban alimentos y bebidas en las tumbas, junto a los
muertos, ya que el “ka” debía alimentarse para poder seguir existiendo
por toda la eternidad.
La práctica de la momificación permitió que los egipcios adquirieran
importantes conocimientos sobre el cuerpo humano y desarrollaran,
como veremos, grandes avances en medicina.

Pero... ¿cómo se llevaba adelante este procedimiento?


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Momificar un cuerpo no era sencillo, ya que eran necesarios conocimientos sobre el cuerpo humano y dominio de técnicas
muy precisas. En general había personas encargadas de la momificación, que solían utilizar máscaras de Anubis (el guardián de
las tumbas) mientras realizaban el procedimiento… eran verdaderos artesanos que dominaban esta tarea.
Se colocaba el cuerpo sobre una tabla, se le quitaban las vísceras (que se introducían en unos recipientes llamados vasos
canopes, imagen 3) y el cerebro, que se quitaba con un gancho introducido por los orificios nasales (imagen 1). Se dejaba el
corazón, porque se consideraba que allí residía el alma del difunto El cuerpo se secaba usando una sal llamada natrón, que se
obtenía en el desierto. Se rellenaba con aserrín y se envolvía con unas vendas de lino (imagen 2) que se pegaban con betún.
Sobre la cara se colocaba una máscara que solía reproducir el rostro del difunto y se depositaba el cuerpo en sarcófagos de
madera pintada o, en caso de personas ricas, de piedra. Los sarcófagos eran depositados en cámaras ubicadas en las tumbas,
en las cuales se dejaban también alimentos, bebidas, objetos personales e incluso animales embalsamados (generalmente
gatos, imagen 4).
Por supuesto que no todos los egipcios podían acceder a la momificación o a grandes tumbas; solo las familias de los
privilegiados podían pagar por este procedimiento. En el caso de los no privilegiados, los cuerpos solían enterrarse en el
desierto, buscando que la arena y la sequedad del suelo preservaran el cuerpo. 18
19
El juicio de Osiris
Sin embargo, según las creencias de los egipcios, las personas no accedían automáticamente al mundo de ultratumba.
Para poder continuar viviendo en el más allá, debían atravesar previamente una instancia llamada “El juicio de Osiris”
o “El juicio de los muertos”.
Todos los pasos de este procedimiento se encontraban contenidos en un texto particular llamado “El libro de los
muertos”. Muchas veces un rollo de papiro conteniendo este texto se colocaba en el sarcófago de la persona fallecida,
para que lo acompañara en este viaje.
En el “Juicio de los muertos”, la persona debía someterse al veredicto de un tribunal de 42 dioses presidido por Osiris.
Thot, el dios de la escritura, anotaba lo que sucedía en el juicio y Anubis, el dios de las tumbas, conducía al difunto a
través de las diferentes etapas del procedimiento y se encargaba de pesar su alma.
El tribunal de los dioses le formulaba preguntas al difunto, quien debía probar su inocencia. “El libro de los muertos”
contenía consejos y frases que ayudaban al difunto a probar su inocencia frente al tribunal.
El momento central del juicio consistía en pesar el alma del difunto (representada en su corazón) en una balanza con
dos platillos. En uno de ellos estaba la pluma de la justicia de la diosa Maat, en el otro se colocaba el alma del difunto.
Si el alma era más pesada que la pluma, se consideraba que esa persona había cometido demasiadas faltas en su vida
terrena y era arrojada a una bestia llamada Ammyt (el Devorador de los muertos), con cabeza de cocodrilo, patas
traseras de hipopótamo y torso de león o de leopardo, que la devoraba. De ese modo, esa persona no podía continuar
su viaje al más allá. En cambio, si el difunto se había comportado correctamente en su vida terrena, su alma era más
liviana que la pluma y se le permitía seguir su camino, enfrentar a Osiris, quien le abría el paso hacia la vida eterna. 20
Arriba, una imagen de un papiro que contiene “El libro de los muertos”. En él se puede ver a los dioses que
conformaban el tribunal, a Osiris sentado en su trono, a Anubis, conduciendo al difunto y pesando su alma en la
balanza, a Ammyt junto a la balanza esperando el resultado y a Thot tomando nota del proceso judicial.
El “Juicio de los muertos” es un aspecto esencial de la religión egipcia, ya que nos marca el carácter ético de sus
creencias. ¿Qué significa esto? Que la religión establece pautas morales de comportamiento para los creyentes,
normas y criterios según los cuales las personas deben guiarse en su vida terrena para poder acceder a la vida eterna
después de la muerte. El “Juicio de los muertos” nos indica entonces que la religión egipcia era una religión ética, que
establecía cuáles eran los comportamientos rectos y cuáles los incorrectos. Solo aquellas personas puras, que se
hubieran comportado correctamente y no hubieran cometido faltas, podrían acceder a la vida eterna. 21
Para alcanzar la vida eterna, solo contaban los actos de las personas, no su poder, su
prestigio o su riqueza. Tanto los no privilegiados como los privilegiados podían superar el
juicio si habían sido buenas personas y habían actuado correctamente en su vida terrena.
Arriba, a la izquierda, Anubis pesa el alma del difunto en la balanza: se observa el corazón
en un platillo y la pluma de Maat, diosa de la justicia, en el otro.
A la derecha, imagen de la diosa de la justicia y de la armonía cósmica Maat, con la pluma
de la justicia sobre su cabeza.
Arriba a la derecha, dos imágenes de Ammyt, el devorador de muertos, una bestia que
resultaba aterradora para los egipcios. Si Ammyt devoraba el alma, se consideraba que la
persona moría por segunda vez y dejaba de existir definitivamente. 22
La arquitectura funeraria
La importancia que los egipcios le concedían a la vida después de la muerte y a
la práctica de los cultos funerarios, llevó a que desarrollaran una fabulosa
arquitectura funeraria.
Las tumbas eran consideradas la sede del descanso eterno de las personas y,
por lo tanto, era importante garantizar un espacio adecuado para que las
personas fallecidas permanecieran allí por toda la eternidad.
Solamente los sectores privilegiados, ricos, poderosos y prestigiosos, podían
acceder a las grandes tumbas. Para aquellos que ocupaban los escalones
intermedio y bajo de la pirámide social, estas grandes construcciones eran
inalcanzables. Los artesanos y comerciantes podían llegar a tener una tumba
modesta… los campesinos solían ser enterrados en fosas en el desierto, al igual
que los esclavos.
La arquitectura funeraria egipcia se caracterizó por su monumentalidad. Las
tumbas de los faraones se realizaban en piedra, ya que estaban pensadas para
durar por toda la eternidad. La tarea de construcción de estos sitios era
inmensa e implicaba la movilización de grandes cantidades de mano de obra y
la obtención de recursos costosos como la piedra y la madera. La mayor parte
del trabajo era realizada por campesinos tributarios. 23
Existían tres grandes tipos de tumbas:

- En primer lugar estaban las mastabas. Fueron


las primeras tumbas de los faraones y se las llama
a veces “pirámides truncas”. Estaban construidas
en piedra o ladrillo. Posteriormente fueron
construidas para funcionarios menores. Se cree
que las primeras pirámides (de tipo escalonado,
como la del Faraón Djoser en la imagen de abajo),
surgieron como una superposición de mastabas.

24
- También están los hipogeos, que son
tumbas hechas a partir de la
excavación en la ladera de una colina o
montaña. Los más famosos son los del
Valle de los reyes (imagen arriba).
Fueron destinados a altos funcionarios,
a familiares de faraones y a jefes
militares, pero también se
construyeron para Faraones y reinas.
También contaban con diversas
cámaras, galerías y pasillos en su
interior (imagen a la derecha).
25
- Finalmente, las tumbas más conocidas, pero no las
más comunes, son las pirámides. La imagen
tradicional es la del complejo funerario de Gizeh (o
Giza) -imagen a la derecha arriba-, donde están las
pirámides de los faraones Keops, Kefrén y Micerino,
pertenecientes al reino antiguo. La de Keops es la
más alta de todas, alcanzando los 146 metros.
Existían las pirámides escalonadas y las clásicas.
Habitualmente formaban parte de un verdadero
complejo funerario, que incluía templos, avenidas y
otros edificios. Las pirámides clásicas son
construcciones de cuatro lados en las que cada
pared forma un triángulo isósceles.
Estaban destinadas a faraones y debían ser
construcciones sólidas, duraderas y monumentales,
ya que los faraones eran considerados dioses.
En el complejo de Gizeh se construyó también una
esfinge (imagen a la derecha abajo) que, se cree,
tenía la función de convertirse en “guardiana” de las
vías de acceso a los templos y pirámides, recordando
el poder del Faraón. Esta famosa construcción posee
el cuerpo y las patas de un león y una cabeza humana
con la imagen del Faraón Kefrén. 26
Las tumbas habitualmente contaban con diversas cámaras o habitaciones, puertas, pasadizos e incluso trampas,
colocadas para evitar que los objetos y riquezas depositadas junto a los cuerpos momificados fueran saqueadas
(imágenes arriba: a la izquierda -corte lateral- y a la derecha -corte tridimensional-).

27
La fabulosa tumba de Tutankhamón

El día 26 de noviembre del año


1922, el arqueólogo británico
Howard Carter (1874-1939), líder
de una expedición arqueológica, se
asomó por primera vez al interior de
la tumba del faraón Tutankhamón.
Ese espacio había permanecido
intacto por más de 3200 años (y
continúa siendo, hasta el día de la
fecha, el enterramiento faraónico
más intacto jamás encontrado).
Cuando uno de sus compañeros le
preguntó a Carter si podía ver algo
en la tumba, este respondió “Sí, veo
cosas maravillosas”... y realmente, la
tumba del faraón estaba repleta de
fabulosos e invaluables tesoros
(todos conservados actualmente en
el Museo egipcio El Cairo).
28
Los arqueólogos encontraron la 1 2
puerta cerrada y un sello sagrado
algo agrietado pero intacto (4),
señal de que nadie había
ingresado previamente a ese
espacio funerario.
La tumba, designada con el
nombre KV62 (Tumba 62 del
Valle de los Reyes -Kings Valley, en
inglés-) (3) contenía el cuerpo
momificado del faraón,
conservado dentro de cuatro
capillas de madera, pintadas de
dorado. En el interior de la última
se encontraban tres ataúdes (uno
dentro del otro), el último de ellos 3 4
de oro macizo (1). Dentro de este
sarcófago se hallaba la momia del
faraón, cubierta por la célebre
máscara mortuoria de oro y
lapislázuli. Toda la estructura
estaba tan cuidadosamente
armada, que los arqueólogos
tardaron casi tres años en llegar
hasta los restos de Tutankhamón
(octubre de 1925) (2). 29
En la tumba de Tutankhamón se
encontraron todo tipo de objetos de lujo
(más de 5000 en total): distintas joyas,
amuletos, vasijas de vino, alimentos
diversos (panes, legumbres, verduras,
carnes), tejidos de altísima calidad, espadas,
cuchillos, escudos, coronas, cetros, plumas
de avestruz, muebles del faraón (el trono,
sillas, camas), objetos de oro, marfil, cuarzo,
alabastro, 413 ushebtis, entre muchas otras
cosas. Las paredes de la cripta se
encontraban decoradas con hermosas
pinturas representando al faraón, a su
familia y a diversas divinidades egipcias.

30
La expedición fue financiada por Lord 1 2
George Herbert de Carnarvon
(1866-1923) (1), un rico aristócrata
inglés que era aficionado a la
egiptología quien reunió un equipo en
torno a Carter para excavar tumbas
egipcias en el Valle de los Reyes. El
yacimiento fue descubierto casi por
casualidad, ya que, después de mucho
tiempo de excavar sin obtener
resultados, fue un muchacho egipcio
de solo 12 años, llamado Hussein
Abdel-Rassoul (2) y aguador oficial de
la expedición arqueológica, quien 3
encontró, sin buscarla, una piedra que
resultó ser la entrada de una escalera
que conducía hasta la tumba.
Este fabuloso hallazgo resultó un
enorme impulso para la egiptología ya
que por primera vez puso a los
arqueólogos frente a un ajuar
funerario egipcio intacto (3). El
descubrimiento y la excavación de la
tumba alimentaron también mitos y
leyendas como la de la llamada
“maldición de Tutankhamón”, hoy
desmentida por los historiadores. 31
Así se conserva la tumba de Tutankhamón en la
actualidad: el sitio arqueológico se ha convertido en un
museo en el Valle de los Reyes que puede visitarse.

32
El experimento monoteísta de Akhenatón

Pero la religión egipcia no siempre fue politeísta. En el siglo XIV a.C. (1353-1336 a.C.),
durante el Imperio Nuevo, un Faraón llamado Amenofis IV (o Amenhotep IV -imagen a la
derecha arriba-, cuyo nombre significa “Amón está satisfecho”) decidió transformar
radicalmente la religión egipcia y procuró implantar el monoteísmo (mono, uno; theos, dios,
en griego).
Las razones de esta iniciativa no están del todo claras. Según algunos historiadores, los
motivos pueden haber sido políticos: Amenofis IV habría buscado poner fin a la influencia
de los poderosos sacerdotes de Amón en la ciudad de Tebas, capital del imperio en ese
entonces. Pero esto es una hipótesis, para otros historiadores las razones pueden haber
sido principalmente religiosas.
Apoyado por su esposa, Nefertiti, Amenofis decidió implantar el culto a un único dios: Atón,
el disco solar, identificado por un sol del que salen rayos terminados en manos
(representación a la derecha abajo). Cambió su nombre por el de Akhenatón (que significa
“el servidor de Atón”), se nombró a sí mismo como supremo sacerdote de Atón y decidió
construir una ciudad, llamada Akhetatón, que quiere decir “Horizonte de Atón”
(actualmente denominada Tell el-Amarna, por su nombre árabe), a la que convirtió en
capital del Imperio, desplazando a Tebas. Creó un “Himno al sol”, suprimió el culto a todos
los otros dioses y le quitó los bienes a sus templos. Fue una verdadera revolución religiosa. 33
Las transformaciones impulsadas por Akhenatón no fueron solamente religiosas y
políticas. Este periodo conoció también una particular forma de representar
estéticamente a las figuras humanas, diferente del estilo tradicional de la pintura,
los bajorrelieves y la escultura egipcia. Las figuras humanas se muestran menos
idealizadas, con el vientre abultado, las caras más realistas y personalizadas y los
cuellos, los cráneos, las manos y los brazos alargados. Los historiadores
caracterizan a este estilo como naturalista en la representación de los paisajes y
expresionista en cuanto a la forma de mostrar las figuras humanas.
Esto puede apreciarse en los bajorrelieves que muestran al Faraón y a su familia,
en el famoso busto de la reina Nefertiti (-imagen a la derecha- conservado
actualmente en el Neues Museum de Berlín) y la escultura de Akhenatón que se
muestran en esta página y en la siguiente. 34
A la izquierda, el célebre busto de la
reina Nefertiti. A la derecha, estatua
del Faraón Akhenatón. Abajo, busto
encontrado en un taller de escultura
en las ruinas de Tell el-Amarna
En las tres obras pueden apreciarse
aspectos de la particularidad del
estilo artístico de la época, y las
diferencias que este presenta con
respecto a las formas tradicionales de
representar a las figuras humanas en
el arte egipcio.

35
Reconstrucción virtual de la ciudad de Akhetatón. El templo de Atón contaba con importantes espacios abiertos
para dedicarlos al culto de la divinidad solar.
Tras la muerte de Akhenatón, su hijo y heredero Tutankhamón (que había sido originalmente llamado Tutankhatón)
trasladó la capital nuevamente a Tebas y restauró el politeísmo tradicional de los antiguos egipcios y el poder de los
sacerdotes de Amón. Posteriormente, otros faraones destruyeron la ciudad y gran parte de las estatuas de
Akhenatón.
Como el monoteísmo terminó con el reinado de Akhenatón, los historiadores sostienen que fue solamente un
“experimento monoteísta”, ya que no perduró en el tiempo y Egipto regresó a sus tradicionales cultos politeístas. 36
Aspectos artísticos e intelectuales de la civilización egipcia

Finalmente, para cerrar este trabajo, veamos brevemente algunos aspectos culturales de la civilización egipcia.
Además de los aspectos que hemos venido estudiando en las últimas clases, los egipcios se destacan por los grandes
aportes que han realizado a la Historia de las civilizaciones.
En lo que respecta a las artes, se destaca el estilo particular de la representación egipcia en pintura y escultura. Tanto
en las representaciones de las figuras pertenecientes a los sectores privilegiados (faraones, sacerdotes, funcionarios)
como en las escenas de la vida cotidiana, los rasgos del arte egipcio son fácilmente reconocibles.
En el caso de la pintura (al igual que en los bajorrelieves), lo que se buscaba no era representar fielmente a las figuras,
sino brindar información a aquellos que las observaran. Tenía pautas precisas para retratar a las figuras humanas:
proporcionalidad, la cabeza se representaba de perfil, pero los ojos hacia el frente; las piernas también de perfil, pero
el torso hacia el frente. Los personajes importantes (especialmente los faraones) solían representarse de un tamaño
mayor que el del resto de los seres humanos. Solían pintar sobre paredes (frescos), pero también sobre madera y
papiro.
En la escultura utilizaron diversos materiales, como piedra, madera, cerámica, mármol, bronce, marfil, e incluso oro.
Solían ser realistas. En general representaban mucha rigidez, no movimiento, ya que buscaban resaltar la
permanencia y no el cambio.
Sobresalieron también en la música, que solía acompañar las ceremonias oficiales del palacio y algunos rituales
religiosos. Fabricaron instrumentos de vientos (como flautas y trompetas), de cuerdas (liras, arpas y guitarras) y de
percusión (tambores, címbalos -platillos- y sistros). 37
Los frescos de la “Tumba de Nebamon” (o Nebamun), en la
imagen a la izquierda, probablemente sean una de las mejores
expresiones de la pintura egipcia.
Arriba, dos representaciones modernas de los trabajos de
pintura sobre paredes en el Antiguo Egipto.

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Escultura egipcia:
A la izquierda, escultura del Faraón Ramsés
II (Museo egipcio de Turín).
A la derecha, escultura del Faraón Micerino
y su esposa (Museo de Boston).
Abajo, escultura en madera de Kaaper,
sacerdote egipcio del Reino Nuevo (Museo
egipcio de El Cairo).

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4
5

Músicos e instrumentos musicales del Antiguo Egipto: 1.- flautas egipcias llamadas chirimía; 2.- instrumentos
de percusión llamados sistros; 3.- arpista egipcio; 4.- arpa egipcia; 5.- címbalos; 6.- mujeres tocando el arpa y
la guitarra.
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En el plano intelectual sobresalieron en la medicina, gracias a los conocimientos de la
anatomía humana que fueron adquiriendo a partir de la práctica de la momificación.
Lograron tratar y curar enfermedades y hasta construir prótesis de madera para
reemplazar dedos cortados.
También se destacaron en la matemática, ya que necesitaban estos conocimientos para
la realización de las grandes obras religiosas y civiles que hemos estudiado. Realizaban
cálculos y conocían la aritmética y la geometría. Se han encontrado textos que
demuestran que los egipcios dominaban este saber desde el Reino Antiguo (imágenes a
la derecha).
Tenían grandes conocimientos en astronomía, a partir de la observación de los astros
que realizaban desde los templos y las pirámides (ya que el cielo y los astros estaban
directamente relacionados con la religión egipcia). Este saber les permitió elaborar un
calendario solar, que es el primero de la Historia (data de fines del tercer milenio a.C.) y
que contaba con 365 días, dividido en 12 meses (tenían tres estaciones de cuatro meses
cada una) de 30 días cada uno y 5 días festivos.
Desarrollaron un sistema de escritura propio (el jeroglífico), que fueron modificando y
simplificando con el paso del tiempo (escrituras hierática y demótica; esta última sirvió
para descifrar la escritura jeroglífica, a partir de la Piedra de Rosetta, estudiada por el
francés J. F. Champollion). Este sistema les permitió registrar aspectos administrativos
inicialmente, pero posteriormente lo utilizaron también para la narración de relatos y
rituales religiosos, para la redacción de las leyes, para la glorificación de los eventos
políticos y militares, e incluso para la redacción de textos morales, formulados como
fábulas y cuentos, que conforman una literatura egipcia.
41
Los conocimientos médicos permitieron a los egipcios
tratar enfermedades de distinto tipo (imagen a la
izquierda) y fabricar prótesis de madera (imagen arriba)
para reemplazar miembros del cuerpo humano cortados.
La medicina egipcia fue una gran influencia para los
conocimientos que en este campo desarrollaron griegos y
romanos en la Antigüedad Clásica.
42
En la cosmogonía (la
explicación sobre el
origen del universo)
egipcia, Nut, la diosa
del cielo había
parido a todos los
astros, entre ellos el
sol. A partir de lo
establecido por el
relato religioso
egipcio, Nut debe
hacer salir al sol por
su boca todos los
días.
Los astros estaban
muy presentes en la
religión egipcia y
esto justificaba que
los sacerdotes se
dedicaran a su
observación desde
las partes más altas
de los templos y de
43
las pirámides.
Papiro con una imagen del
calendario solar egipcio.
También desarrollaron un
calendario lunar a partir de sus
observaciones astronómicas.

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La escritura jeroglífica egipcia (1) fue un sistema original creado a fines


del IV milenio a.C. Contaba con más de 700 signos y era un sistema 5
extremadamente complejo, que solamente los escribas y algunos
sacerdotes, conocían en su totalidad. La escritura era un conocimiento que
los egipcios valoraban muchísimo y que hasta tenía su propio dios: Thot
(5).
Posteriormente, los egipcios desarrollaron otros sistemas más simples,
como la escritura demótica (2). Este tipo de escritura sirvió para que Jean
François Champollion (4) descifrara los jeroglíficos egipcios y pudiera
transliterarlos y traducirlos a partir del estudio de la Piedra de Rosetta
(3), que contiene el mismo texto en jeroglífico, demótico y griego
(actualmente se encuentra en el British Museum de Londres). 45
Fin de la presentación...
Tranquilo,
¡¡Se calman los dos!!
Atón… ¡ya llega
¡¡Que ahora se viene la
el descanso
¿Ya eterno!
Mesopotamia!!
terminamos?
¡Estoy hasta
las manos!

¡Nos vemos en la Mesopotamia! ¡¡Hasta la clase que viene!! 46

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