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E-mails ¿Valen como prueba?

Caso: “Bunker Diseños c/IBM”

En esta sentencia, del año 2012, la empresa proveedora le reclamó el pago de ciertos trabajos
a quien dijo que la había contratado. Como prueba de la relación, había varios correos
electrónicos, pero sin “firma digital”. Hoy en día, en Argentina, casi ningún mail sale con firma
digital.

El Tribunal igual los aceptó como “principio de prueba por escrito”. Es decir, por sí solos mucho
no aportan, pero si hay otras pruebas, entonces se puede tener en cuenta.

Otras pruebas podrían ser documentos que avalen las tratativas entre las partes y que el
servicio efectivamente se prestó.

Se ha argumentado que “el correo electrónico no deja de ser un instrumento válido a la hora
de probar los contratos. Pero su valor probatorio se limita a lo que se conoce como principio
de prueba por escrito, y esto significa que por sí solo no basta, sino que debe ser
complementado con otros medios de prueba.” (Horacio Bruera, “El e-mail como prueba de los
contratos”, http://bit.ly/JZ6fsF).

En el caso los jueces dijeron: “…aun cuando en este caso se trata de documentos que carecen
de firma digital a los que no puede otorgarse un valor de convicción preeminente por no
cumplir con los requisitos de los arts. 2 y 5 de la ley 25.506 sobre “firma digital” puesto que el
elemento de autenticación o certificación es un requisito esencial de autenticidad (conf., esta
sala, 16.02.2007 “Henry Hirschen y Cía. S.A. c/ Easy Argentina S.R.L.”), no existe impedimento a
mi juicio para que se los ofrezca como medio de prueba (c.p.c. 378:2), considerándoselos
principio de prueba por escrito como había aceptado la doctrina de los autores antes de la
sanción de la citada ley nro. 25.506. Tal valor probatorio se sustenta en las normas del c.c.
1190, 1191, 1192, pues aunque por no estar firmados no alcancen la categoría de documento
privado es admisible su presentación en juicio para probar un contrato siempre que emanen
del adversario, hagan verosímil el hecho litigioso y que las restantes pruebas examinadas a la
luz de la sana crítica corroboren su autenticidad. Por lo tanto, es decisiva la prueba
complementaria que se produzca merituada conforme con los criterios de la sana crítica y
conjuntamente con las restantes pruebas del proceso...”

Caso: La agropecuaria

El 25 de septiembre de 2007, dos empresas celebraron un contrato de consultoría cuyo


término de vigencia fijaron en un año, previendo renovaciones automáticas y sucesivas de un
año cada una. Asimismo, se reservaron el derecho de terminar sin causa el contracto en
cualquier momento luego del primer año de vigencia, mediante una notificación expresa a la
otra y con una antelación mínima de 45 días previos a la efectiva terminación del contrato.
Más aún, acordaron que cualquier notificación sería válida si fuera enviada por carta
documento o cualquier otro método fehaciente.
Sobre esta base, el 23 de noviembre de 2009, la empresa A envió un correo electrónico
notificándole a empresa B que daba por terminado el contrato de consultaría con efecto desde
el 31 de diciembre de 2009. Sin rechazar la autenticidad del correo electrónico, la empresa B
sostuvo que un correo electrónico no podía ser considerado un medio fehaciente de
comunicación de acuerdo con lo convenido en el contrato.

La Cámara de Apelaciones concluyó que en las circunstancias del caso no existía duda sobre
que el correo electrónico enviado por la empresa A constituía un medio de comunicación
fehaciente.

El Tribunal consideró que: a) que la empresa había reconocido la autenticidad del correo
electrónico enviado; (b) que el artículo 6 de la Ley de Firma Digital N° 25.506 establece que un
documento digital satisface el requisito de escritura; (iii) que las partes regularmente usaban el
correo electrónico como medio de comunicación (de hecho estaban utilizando este medio para
explorar la posibilidad de renegociar el acuerdo); y (iv) que la empresa B tomó conocimiento
efectivo de la intención de la empresa A de dar por terminado el contrato (fuente)

Caso: “Unión del Sur Calzados SA c/Salvarregui y otro”

La empresa dijo contratar con el demandado un seguro y flete de la mercadería, por un valor
de US$ 60 mil, a importarse de Brasil. Hasta ahí tudo bem. Como prueba de la carga que tenía
el demandado de contratar un seguro, dijo que se habían enviado mails. Entre otros, uno que
decía:

“Estimado amigo Mauricio me has dado una gran alegría la (al) recibir noticias tuyas el valor
para sider de 100 mts3 es de u$s 2100,00 te mando un fuerte abrazo nico”.

Es que cuando hay una oferta (con ciertos requisitos), y se acepta, la ley entiende que existe
un contrato.

Tiempo más tarde, la mercadería fue robada en el camino.

¿Correspondía que los demandados lo indemnizaran? ¿Sirvió ese mail como prueba?

La sentencia le da valor a los mails como principio de prueba por escrito, como si se tratara de
un fax: “Es que corresponde asignarle a los mensajes electrónicos la misma eficacia probatoria
que de conformidad con el CCiv., 1190:2, se le asigna al fax como principio de prueba por
escrito(CNCom., sala C, in re “Zachara, Ivone E. y otro c/Banco Itaú Buen Ayre S.A.”, del 09-02-
07)]; ello, lo confirma el hecho de que la doctrina los analiza conjuntamente (Kielmanovich,
Jorge L., “Teoría de la prueba y medios probatorios”, Ed. Rubinzal-Culzoni, 2004, pag. 394 y
ss.).”

Igual, el argumento central parece haber sido que al “correo electrónico cabe concederle plena
eficacia probatoria entre la actora y el codemandado Salvarregui, ya que éste si bien en su
escrito de contestación de demanda negó su autenticidad, luego se sirvió de él para
excepcionar su legitimación para ser demandado.” Es decir, implícitamente, reconoció que
había existido ese mail.

Finalmente, se entendió que la contratación del flete había sido con seguro y que se
encontraba a cargo del demandado la concreción del mismo. Tanto el fletero como la empresa
vendedora tuvieron que pagar los daños derivados de la sustracción de la mercadería.
Material extra: El e-mail como prueba de la relación laboral, vía ‘Derecho Activo’:
http://deractivo.blogspot.com.ar/2010/09/el-e-mail-como-prueba-de-la-relacion.html y acá
otro caso en que los jueces valoraron que «no surge prueba de que la locación de servicios
haya sido pactada por tiempo indeterminado». Por eso, la Cámara concluyó que no podían
reclamarse daños. Es decir, el mail sirvió como prueba de lo que se había contratado.

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