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Cuando el art. 509 del CC segundo párrafo expresa “interpelar al deudor”, esta es la
vía.
El texto deberá ser meditado, breve, severo aunque no duro y si se trata de una
intimación deberá expresar el término que se le acuerde, con el apercibimiento
necesario.
Débese tener presente que “La intimación sin apercibimiento concreto no causa
gravamen, pues no prevé efecto alguno” (Sasetru SA s/quiebra s/inc de determinación
de tasa de justicia. —CCom., Sala D.— Cuartero Alberti, 13-3-91-Ficha 11.833).
De otra manera cuando no consta la firma del presunto afectado, puede producirse
prueba en contrario y de todo tipo y sin necesidad de alegar la redargución de falsedad
(civil o penal) del acta en cuestión.
El juez deberá sopesar esta prueba como una más. En el caso como instrumental y
sin gozar de lo dispuesto por los artículos 993 y 995 del código civil.
Ver SPOTA “Tratado de Derecho Civil” parte general, Tº 9 volumen 3, pág. 426,
párrafo “b” de editorial Depalma año 1958 en que distingue de las declaraciones
meramente enunciativas o enunciativas indirectas.
Ver asimismo SALVAT “Derecho civil argentino” parte general, edición año 1931
pág. 812, parágrafo 1976 e importante nota al pié de página, haciendo referencia al art.
994 del código civil y la correspondiente nota del codificador.
Más entiendo que este artículo se refiere al acta notarial cuando fue protocolizada, es
decir pasó al protocolo de su registro público. De otra manera cuando se trata de simple
acta aunque fuera suscripta por el escribano, es una prueba más.
Ver LLAMBIAS “Trat. de derecho civil” Tº II Edit. Perrot año 1961 pág. 449: “...no
se requiere tachar de falso al documento porque la falsedad no está en el instrumento, ni
en el oficial público, sino en los comparecientes y en el veto juídico obrado por ellos
independientemente de la regularidad y corrección del instrumento público de que se
han servido”.
“Por lo que, si bien ha relativizado el valor de las actas notariales como prueba
extrajudicial, por provenir de quienes están interesados en producirlas a su favor y no se
extienden por circunstancias casuales, sino intencionalmente a requerimiento de las
partes comprometidas en su preconstitución; no es menos cierto que constituyen medios
admisibles, a los que no se les puede desconocer valor probatorio, el que deberá ser
apreciado de acuerdo a las circunstancias del caso y computando las pruebas restantes
(confr. Bustamante Alsina, Jorge, “La naturaleza jurídica del acta notarial y su valor
probatorio” en nota a fallo de la Suprema Corte Mendoza publicado en ED, 110-516;
CNCom., sala B, en sentencia recaída en la causa “Curtarse c. Lekeito” publicado en
ED, 131-263 y Charlín, José Antonio “Acta Notarial: valor probatorio” en nota a fallo
de la CNCom., sala B, pronunciado “in re”: “Cabal S. A. c. Muras” publicado en La Ley
1991-A, 209).”
(Doctrina Judicial pág. 1132 año X Nº 26 - 8439 CApel Concep. Uruguay, Sala Civ. y
Com., “Alvarez c/ García”).
I.— Las actas de constatación son un medio de prueba de eficacia relativa, pues el
notario sólo otorga plena fe de la existencia de hechos ocurridos en su presencia mas no
de que las afirmaciones efectuadas por quienes concurrieron al acto sean verdaderas.
Ver artículo de Pilar Rodríguez Acquarone en La Ley del día 23/11/95. Fallo
93.770: “Fe pública notarial. La redargución de falsedad”.
“Su misión es autenticar solamente. Por ello, no se observan los requisitos de las
escrituras públicas (art. 1001 y 1002 C.C.)”.
“Las diferencias más tajantes entre escritura y acta, las hace Nuñez Lagos (Rafael,
hechos y derechos en el documento público - Madrid 1950), para quien las primeras
tienen por contenido una declaración de voluntad, un negocio jurídico: las actas un mero
hecho, que no sea típicamente declaración de voluntad. Las escrituras están a caballo
sobre la esfera de los hechos y la del derecho ... Las actas por el contrario, sólo exigen
del notario una actividad (visu et auditu suis sensibus) sin entrar en el fondo,
adaptándose al derecho únicamente en cuanto a los preceptos de forma, en aquellos
casos excepcionales en que la ley lo exigiere.” (Carlos Emérito González, “Teoría
General del Instrumento Público”, Edit. Ediar, Bs. As., 1953, pág. 83).
Ver todo este tema en Planiol y Ripert tº 7 (“Obligaciones” pág. 791. Fuera
probatoria de los documentos notariales. Donde se expresa en pág. 796: “Pero nada
garantiza que esas decla-raciones (refiérese a manifestaciones hechas por las partes)
sean veraces, no tendrán mayor eficacia que si estuvieran contenidas en un instrumento
privado y, por tanto, se consideran ciertas hasta sólo prueba en contrario”.
Obtenga fotografías. La jurisprudencia como así aquello que una imagen vale por
mil palabras tiene valor. “Aun cuando el demandado haya desconocido las fotografías,
cabe otorgarles valor probatorio si coinciden con los elementos de autos”. La Ley del 28
de noviembre de 1990, 89.042, CNCiv. sala F, octubre 8-990, “García c/Deheza”. Con
voto del Dr. Bossert. En este caso el perito tuvo que peritar sobre fotos.