Está en la página 1de 13

MEDICINA TRADICIONAL.

Es la suma total de conocimientos, técnicas y procedimientos basados en las


teorías, las creencias y las experiencias indígenas de diferentes culturas, sean o
no explicables, utilizados para el mantenimiento de la salud, así como para la
prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas y
mentales. En algunos países se utilizan indistintamente los términos medicina
complementaria/alternativa/no convencional y medicina tradicional.

La Medicina Tradicional es un tema supremamente diverso dentro del contexto


multicultural del Estado Plurinacional de Bolivia. Debido a que cada Pueblo
Indígena, y no olvidemos que oficialmente son 36 en el país, contiene su propio
concepto de salud y enfermedad, nos vemos ante una amplia gama de Medicinas
Tradicionales.

La Constitución Política del Estado establece que tanto el patrimonio cultural como
el conocimiento de los Pueblos Indígenas deben ser respetados y protegidos
(Artículo 98,99 y 100 de la Sección III de Culturas de la CPE). Esto implica una
aproximación particular desde el punto de vista de la salud. En Bolivia existen 36
grupos indígenas oficiales, cada uno con una cultura y una cosmovisión específica
lo cual significa que también existen 36 conceptos de lo que es salud y
enfermedad. Si bien el concepto del Vivir Bien ya nos exige un replanteamiento del
concepto occidental de desarrollo, no está exento de tener que replantearse
también el concepto de medicina. Es por esto que la Medicina Tradicional cobra
tan grande importancia dentro del contexto boliviano del Vivir Bien y de la salud.

La salud-enfermedad y su relación con la cosmovisión de la medicina


Las categorías de enfermedad observadas en las medicinas indígenas bolivianas
se diferencian de las de la biomedicina: la enfermedad es percibida entre los
indígenas como una ruptura en el orden natural o social. Son las deidades – la
Pachamama, Dios de la sociedad o un individuo quienes causan el mal. Una
persona se enferma porque ha transgredido alguna norma establecida por la
sociedad o las deidades de la cosmovisión andina (o los espíritus del monte en el
caso de los guaraníes).

La tarea del “medico tradicional” consiste en restablecer el equilibrio, tanto en el


orden social como en el religioso, y los rituales de curación están estrechamente
ligados al mundo religioso andino o guaraníes, que a menudo se fusiona con el
cristianismo.
Para la medicina andina, la salud y la enfermedad provienen de la tierra, y toda
curación se deriva de las plantas que la tierra misma ofrece al hombre. Para curar
al enfermo el médico tradicional media entre las deidades y la tierra, entre el
mundo de los muertos y el de los vivos. El cuerpo y el espíritu son parte de un
sistema integral y armónico, de manera que una disonancia en cualquiera de las
partes cura la enfermedad. La población indígena diferencia entre la enfermedad
del cuerpo y la enfermedad “espiritual”. Cada uno de estos tipos de enfermedad se
trata de manera distinta; sin embargo, se cree también que la esfera espiritual
puede afectar a la del cuerpo, y viceversa. Por ejemplo, el hecho de “renegar” o
enfadarse puede provocar una enfermedad “espiritual” o agudizar una dolencia
existente, y afecta sobre todo a las madres que están preocupadas por sus hijos
El primer paso para enfrentar una dolencia es efectuar un diagnostico dentro del
núcleo de la familia.

Amplitud y uso creciente de la Medicina Tradicional


La Medicina Tradicional se utiliza ampliamente y es un sistema sanitario que está
creciendo rápidamente y de gran importancia económica. En África hasta un 80%
de la población utiliza la Medicina Tradicional para ayudar a satisfacer sus
necesidades sanitarias. En Asia y en Latinoamérica, las poblaciones siguen
utilizando la Medicina Tradicional como resultado de circunstancias históricas y
creencias culturales. En China, la Medicina Tradicional contabiliza alrededor de un
40% de la atención sanitaria. A las personas que practican la Medicina Tradicional
se les conoce por lo general como sanadores tradicionales, colocador de huesos,
herbolarios, etc. Las personas que practican la Medicina Tradicional incluyen tanto
practicantes de Medicina Tradicional y profesionales de medicina alopática como a
médicos, dentistas y enfermeras que proporcionan terapias de MT/MCA a sus
pacientes — es decir, doctores médicos también utilizan la acupuntura para tratar
a sus pacientes. Mientras tanto, en muchos países desarrollados, la Medicina
Complementaria y Alternativa (MCA) se está haciendo cada vez más popular. El
porcentaje de población que utiliza la MCA al menos una vez es de un 48% en
Australia, un 70% en Canadá, un 42% en EE UU, un 38% en Bélgica y un 75% en
Francia.

La Medicina Tradicional y Occidente


Es factor común dentro de las Medicinas Tradicionales comprender las
enfermedades del cuerpo en conexión con enfermedades de la mente y problemas
del entorno.
'Existe riqueza de conocimientos de los médicos locales tanto en los Andes como
en la Amazonía y el reto es reconocer y valorar formas distintas de conocimientos
y saberes en el campo de la salud, e incorporarlos de manera gradual a los
sistemas de salud 'oficiales'. Porque existe una concepción distinta de la salud
entre la población indígena, y la comprensión de la enfermedad no se basa
únicamente en patologías o aspectos biológicos que denoten algún desequilibrio,
sino que considera otros factores de ordenes social, ambiental y espiritual que
también inciden en el padecimiento.'

Desde el punto de vista occidental se comprendería esta dialéctica entre cuerpo y


mente de la siguiente manera. El cuerpo humano es un sistema perfecto y, salvo
la vejez como factor natural de la muerte, las enfermedades provienen de agentes
externos. Estos agentes externos en la Medicina Natural se comprenden como
desbalances de la dinámica natural del cuerpo. Hasta este punto la cuestión no
varía significativamente de la Medicina Occidental, pero es cuando se toma en
cuenta la importancia de la mente dentro de la enfermedad que la Medicina
Tradicional toma otro giro.

La Medicina Occidental trata los síntomas de las enfermedades con


medicamentos eficaces haciendo énfasis en la enfermedad física ya que es
inminente y la amenaza de muerte, inmediata. La Medicina Tradicional, aunque
tiene repertorios de medicamentos de origen herbal y animal, se centra también en
los hábitos del enfermo. Los hábitos del paciente son algo que desde la Medicina
Occidental se busca corregir desde la Promoción de Salud, mostrando los
correctos hábitos de vida para prevenir la enfermedad. Promocionar la salud
puede sugerir la corrección de los hábitos, o crear buenos hábitos en las
generaciones emergentes, pero en individuos donde los malos hábitos se han
cristalizado debido a que los han tenido por mucho tiempo, se vuelve difícil
combatir estas costumbres con mensajes.

Los malos hábitos de toda índole tales como los alimenticios o las adicciones,
están profundamente arraigados en la estructura psicológica del individuo.
Cualquier acción que se lleve a cabo prolongadamente deja de requerir voluntad
consciente y se convierte en un proceso automático el cual puede ser un buen
hábito o un mal hábito. Estos automatismos son creaciones naturales de la mente
(y no solo la humana) para promover la adaptación a una situación recurrente5.
Lastimosamente esta adaptación no tiene siempre una connotación positiva y
cuando el acto repetitivo es dañino, en muchos casos puede asimilarse hacia los
procesos involuntarios de la mente, generando de esta manera un automatismo de
un mal hábito.

Cualquier persona que haya sufrido enfermedades a causa de un mal hábito sabe
lo difícil que es acabar con estos hábitos automáticos de la mente, los cuales con
el tiempo se vuelven adicciones dentro del balance químico del cuerpo. En la
Medicina Occidental hay un amplio repertorio de medicamentos para atacar los
productos de estos automatismos dañinos (los síntomas) pero difícilmente se trata
el origen del problema que es la mala costumbre arraigada en el inconsciente del
individuo. El médico le sugiere, y en casos es imperante con el paciente en cuanto
a los malos hábitos que debe dejar, pero se requiere más que una amonestación
para acabar con los automatismos del cerebro humano.

Es aquí donde entra en juego el factor característico y único de la Medicina


Tradicional que es el proceso ritual. Los procesos rituales de muchas Medicinas
Tradicionales y Alternativas, si son llevados a cabo correctamente- son los únicos
que pueden, mediante la sugestión, afectar directamente los procesos
inconscientes del cerebro en donde se encuentran arraigados los automatismos.
Toda acción que se hace por segunda naturaleza deja de ser hecha por la
consciencia y se transforma en un proceso inconsciente de manera que el
inconsciente es el blanco de los procesos rituales, los cuales con música y otros
procesos de sugestión afectan directamente estas zonas. Claro está que es
supremamente complicado saber qué tipo de sugestión ritual estimula cuál parte
del cerebro en donde se encuentra tal o cual automatismo responsable de un mal
hábito que a su vez causa una enfermedad, pero precisamente ha sido este
conocimiento el que los Pueblos Indígenas han perfeccionado a través de los
siglos.

Este conocimiento debe ser protegido y estimulado para que los rituales que
desde siglos atrás han sido capaces de corregir los automatismos de malos
hábitos (los cuales en occidente son responsables de muchas enfermedades) no
pasen a ser solamente rituales de índole cultural y de identidad. Es necesario
salvar la esencia de este aspecto de la Medicina Tradicional, así como las plantas
y animales que usan para apoyar estos procesos.

Conceptos Básicos sobre Medicina Tradicional


Las definiciones pueden diferir de las que figuran en las reglamentaciones de los
países donde se utiliza la medicina tradicional, por lo que deben servir
exclusivamente como referencia.
Hierbas.
Las hierbas comprenden materiales vegetales brutos, tales como hojas, flores,
frutos, semillas, tallos, madera, corteza, raíces, rizomas y otras partes de plantas,
enteras, fragmentadas o pulverizadas.

Materiales herbarios.
Los materiales herbarios comprenden, además de hierbas, jugos frescos, gomas,
esencias estabilizadas, aceites esenciales, resinas y polvos secos de hierbas. En
algunos países, se pueden elaborar dichos materiales mediante diversos
procedimientos locales, como el tratamiento con vapor, el tostado o el rehogado
con miel, bebidas alcohólicas u otros materiales.

Preparaciones herbarias.
Las preparaciones herbarias son la base de los productos herbarios acabados y
pueden componerse de materiales herbarios triturados o pulverizados, o extractos,
tinturas y aceites grasos de materiales herbarios. Se producen por extracción,
fraccionamiento, purificación, concentración y otros procesos biológicos o físicos.
También comprenden preparaciones obtenidas macerando o calentando
materiales herbarios en bebidas alcohólicas o miel o en otros materiales.

Productos herbarios acabados


Los productos herbarios acabados se componen de preparaciones herbarias
hechas a partir de una o más hierbas. Si se utiliza más de una hierba, se puede
utilizar también la expresión «mezcla de productos herbarios». Los productos
herbarios acabados y las mezclas de productos herbarios pueden contener
excipientes además de los principios activos. Sin embargo, no se consideran
herbarios los productos acabados o en forma de mezcla a los que se hayan
añadido sustancias activas químicamente definidas, incluidos compuestos
sintéticos o constituyentes aislados de materiales herbarios.

Utilización tradicional de medicamentos herbarios.


Los medicamentos herbarios comprenden hierbas, materiales herbarios,
preparaciones herbarias y productos herbarios acabados que contienen como
principios activos partes de plantas, otros materiales vegetales o combinaciones.
Por utilización tradicional de los medicamentos herbarios se entiende un empleo
prolongado en el tiempo. Su uso está bien establecido y ampliamente reconocido
como inocuo y eficaz y puede ser aceptado por las autoridades nacionales.

Actividad terapéutica.
La actividad terapéutica se refiere a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento
satisfactorios de enfermedades físicas y mentales, el alivio de los síntomas de las
enfermedades y la modificación o regulación beneficiosa del estado físico y mental
del organismo.
Principios activos.
Los principios activos son los ingredientes de los medicamentos herbarios que
tienen actividad terapéutica. En el caso de los medicamentos herbarios cuyos
principios activos hayan sido identificados, se debe normalizar su preparación, si
se dispone de métodos analíticos adecuados, para que contengan una cantidad
determinada de ellos. En los casos en que no se puedan identificar los principios
activos, se puede considerar que todo el medicamento herbario es un solo
principio activo.
EL VIH/SIDA COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA.
ENCARGADA DEL PROGRAMA EN EL ÁREA DE SALUD. ()

¿VIH / SIDA, un problema de salud pública?


A pesar del uso exitoso de las terapias antirretrovirales que han permitido el
aumento en la esperanza de vida de las personas infectadas con el Virus de la
Inmunodeficiencia Humana (VIH), debemos ser conscientes que los niveles de
nuevas infecciones aún son muy altos en el mundo y que, además, el número total
de personas que viven con el virus como respuesta a la disminución de la
mortalidad y de las terapias arriba mencionadas amerita seguir atentos a esta
pandemia que desde finales del siglo pasado e inicios del presente ha modificado
sustancialmente los hábitos y conductas del mundo actual.
Según los últimos informes de la Organización Mundial de la salud (OMS) se
estima que en todo el mundo viven cerca de 34 millones de personas con el VIH y
en 2010 aproximadamente fueron diagnosticadas 2.6 millones como nuevas
infecciones. Aunque esta cifra representa cerca de un 19% menos de nuevos
casos comparada con iguales datos para 1999 y un 21% de menos casos que, en
1997, las cifras de nuevos casos siguen siendo alarmantes.
En 33 países la incidencia del VIH ha caído en más de un 25% entre 2001 y 2010;
22 de estos países son del África subsahariana, y en esta región es donde, a
pesar de dicha declinación, se presentaron 1.8 millones de casos nuevos durante
2009, en relación al 2001 cuando se firmó la Declaración de compromiso en la
lucha contra el VIH/SIDA. La cifra de nuevas infecciones en este país se redujo en
una cuarta parte. En Asia Oriental, las nuevas infecciones se redujeron en un
25%. En Europa Oriental, tras un aumento dramático de nuevas infecciones entre
usuarios de drogas inyectables, la epidemia se ha estabilizado considerablemente.
Sin embargo, en algunos países hay signos de que las infecciones nuevas están
volviendo a aumentar. Como un indicativo de éxitos logrados por la comunidad
mundial y las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad,
se ha logrado una reducción del 24% de infecciones intrauterinas de madre a hijo
durante 2010 si se compara con estadísticas similares de 5 años atrás. En
Colombia también se ha establecido un trabajo con seguimiento a madres con
VIH, lo cual ha tenido impacto positivo al disminuir la probabilidad de infección.
A pesar de estos esfuerzos a nivel de distintos países 370.000 niños se infectaron
in-útero por el VIH en el año 2009 en el mundo.
Esta problemática repercute en la calidad de vida del infante y sigue aun causando
estragos a lo largo de su vida debido a que estas personas son estigmatizadas y
no cuentan con apoyo social.

A pesar de los esfuerzos en términos de promoción, prevención, tratamiento,


atención y apoyo, aún queda mucho por hacer, dado que persisten
preconcepciones sobre el VIH/SIDA desde las escuelas, y de otra parte el fracaso
y la falta de adherencia a tratamientos en la población infectada. La salud pública,
las ciencias básicas y clínicas tienen un reto en común: seguir trabajando en esta
problemática para lograr mejores soluciones y alternativas ante este flagelo que
nos concierne a todos. Lograr una mejor canalización de los recursos que existen
a nivel internacional podría ser un objetivo a trazarse, con el fin de lograr la
ejecución de proyectos y planes de prevención e información que minimicen a
nivel nacional esta epidemia.

GÉNERO Y MALTRATO INFANTIL.


PSICÓLOGA DEL ÁREA DE SALUD DE JUTIAPA. (Jeymi Castillo).

¿Qué es la violencia de género?


rata de una violencia que afecta a las mujeres por el mero hecho de serlo.
Constituye un atentado contra la integridad, la dignidad y la libertad de las
mujeres, independientemente del ámbito en el que se produzca.

Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados


en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de
dominación de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como
consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales
actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el
ámbito público como en la vida familiar o personal. (Ley 11/2007, del 27 de julio,
gallega para la prevención y el tratamiento integral de la violencia de género).

El concepto "violencia de género" da nombre a un problema, que incluso hace


poco, formaba parte de la vida personal de las personas; era considerado un
asunto de familia que no debía trascender de puertas para fuera y, por lo tanto, en
el que no se debía intervenir. Entender la violencia como un asunto personal
refuerza a las mujeres a una situación de subordinación respeto del hombre e
implica asumir las relaciones de poder historicamente desiguales entre ambos y a
través de las cuales se legitima al hombre a mantener su status-quo de la
dominación incluso a través de la violencia. Esta percepción contribuye a que las
mujeres no denuncien su situación por miedo, vergüenza o culpabilidad.

La discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la manifestación


más brutal de las desigualdades entre hombres y mujeres) es un problema que
traspasa fronteras y que está presente en la mayor parte de los países del mundo
con la particularidad de que las vivencias del maltrato son enormemente parecidas
en todos los lugares y culturas.

Debe recordarse que la violencia es una estrategia de relación aprendida, no es


innata. Si esto fuera así, todas las personas serían violentas o todas las personas
ejercerían la violencia de la misma manera y en el mismo grado; sin embargo, no
siempre la empleamos en nuestras relaciones: hablamos, negociamos, pactamos,
tratamos de comprender el punto de vista de la otra persona y finalmente llegamos
a un acuerdo, aunque no obtengamos el que en principio queríamos.

Los maltratadores son selectivos en el ejercicio de la violencia, lo que demuestra


que son capaces de controlarse en cualquier otra situación.
Tipos de violencia de género
1. Violencia física. La más visible y reconocida como violencia de género, se
considera violencia física todo aquel acto en que se inflige un daño físico a la
víctima que a través de la agresión directa. ...
2. Violencia psicológica.
3. Violencia sexual.
4. Violencia económica.
5. Violencia patrimonial.
6. Violencia social.
7. Violencia vicaria.
MALTRATO INFANTIL.
El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto
los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico,
abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que
causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o
poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de
responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también
se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.
Magnitud del problema
El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que pueden
durar toda la vida. A pesar de las encuestas nacionales recientes en varios países
de ingresos bajos y medianos, faltan todavía datos acerca de la situación actual en
muchos países.

El maltrato infantil es complejo y su estudio resulta difícil. Las estimaciones


actuales son muy variables, dependiendo del país y del método de investigación
utilizado. Dichas estimaciones dependen de:

las definiciones de maltrato infantil utilizadas;


el tipo de maltrato infantil estudiado;
la cobertura y la calidad de las estadísticas oficiales;
la cobertura y la calidad de las encuestas basadas en los informes de las propias
víctimas, los padres o los cuidadores.

No obstante, los estudios internacionales revelan que una cuarta parte de todos
los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños y 1 de cada 5
mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la
infancia. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico (también
llamado maltrato emocional) y víctimas de desatención.

Se calcula que cada año mueren por homicidio 41 000 menores de 15 años. Esta
cifra subestima la verdadera magnitud del problema, dado que una importante
proporción de las muertes debidas al maltrato infantil se atribuyen erróneamente a
caídas, quemaduras, ahogamientos y otras causas.

En situaciones de conflicto armado y entre los refugiados, las niñas son


especialmente vulnerables a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte
de los combatientes, fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad,
trabajadores de la asistencia humanitaria y otros.

Consecuencias del maltrato


El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y
puede tener consecuencias a largo plazo. El maltrato causa estrés y se asocia a
trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden
alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, los
adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir
problemas conductuales, físicos y mentales, tales como: actos de violencia (como
víctimas o perpetradores); depresión; consumo de tabaco; obesidad;
comportamientos sexuales de alto riesgo; embarazos no deseados;
consumo indebido de alcohol y drogas.
A través de estas consecuencias en la conducta y la salud mental, el maltrato
puede contribuir a las enfermedades del corazón, al cáncer, al suicidio y a las
infecciones de transmisión sexual.

Más allá de sus consecuencias sanitarias y sociales, el maltrato infantil tiene un


impacto económico que abarca los costos de la hospitalización, de los
tratamientos por motivos de salud mental, de los servicios sociales para la infancia
y los costos sanitarios a largo plazo.

Factores de riesgo
Se han identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. Aunque no están
presentes en todos los contextos sociales y culturales, dan una visión general que
permite comprender las causas del maltrato infantil.

Factores del niño


No hay que olvidar que los niños son las víctimas y que nunca se les podrá culpar
del maltrato. No obstante, hay una serie de características del niño que pueden
aumentar la probabilidad de que sea maltratado:

la edad inferior a cuatro años y la adolescencia;


el hecho de no ser deseados o de no cumplir las expectativas de los padres;
el hecho de tener necesidades especiales, llorar mucho o tener rasgos físicos
anormales.
Factores de los padres o cuidadores
Hay varias características de los padres o cuidadores que pueden incrementar el
riesgo de maltrato infantil, entre ellas: las dificultades para establecer vínculos
afectivos con el recién nacido; el hecho de no cuidar al niño;
los antecedentes personales de maltrato infantil; la falta de conocimientos o las
expectativas no realistas sobre el desarrollo infantil; el consumo indebido de
alcohol o drogas, en especial durante la gestación; la participación en actividades
delictivas; las dificultades económicas.

Factores relacionales
Hay diversas características de las relaciones familiares o de las relaciones con la
pareja, los amigos y los colegas que pueden aumentar el riesgo de maltrato
infantil, entre ellas:

los problemas físicos, mentales o de desarrollo de algún miembro de la familia;


la ruptura de la familia o la violencia entre otros miembros de la familia;
el aislamiento en la comunidad o la falta de una red de apoyos;
la pérdida del apoyo de la familia extensa para criar al niño.
Factores sociales y comunitarios
Hay diversas características de las comunidades y las sociedades que pueden
aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas: las desigualdades sociales y de
género; la falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a las familias y las
instituciones; los niveles elevados de desempleo o pobreza; la disponibilidad fácil
del alcohol y las drogas; las políticas y programas insuficientes de prevención del
maltrato, la pornografía, la prostitución y el trabajo infantiles; las normas sociales y
culturales que debilitan el estatus del niño en las relaciones con sus padres o
fomentan la violencia hacia los demás, los castigos físicos o la rigidez de los
papeles asignados a cada sexo; las políticas sociales, económicas, sanitarias y
educativas que generan malas condiciones de vida o inestabilidad o
desigualdades socioeconómicas.
Prevención
La prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Los
programas eficaces son los que prestan apoyo a los padres y les aportan
conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos. Entre ellos se
encuentran:
las visitas domiciliarias de enfermeras para ofrecer apoyo, formación e
información;
la formación de los padres, generalmente en grupos, para mejorar sus aptitudes
para criar a los hijos, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y
alentarlos a adoptar estrategias positivas en sus relaciones con los hijos, y
las intervenciones con múltiples componentes, que generalmente incluyen el
apoyo a los padres y su formación, la educación preescolar y la atención al niño.
Otros programas preventivos prometedores son:
los destinados a prevenir los traumatismos craneoencefálicos por maltrato
(también conocido como síndrome del bebé sacudido, síndrome del niño sacudido
o lesión cerebral infligida por traumatismo). Generalmente se trata de programas
hospitalarios mediante los cuales se informa a los nuevos padres de los peligros
de zarandear a los niños pequeños y de cómo afrontar el problema de los niños
con llanto inconsolable.
los destinados a prevenir los abusos sexuales en la infancia. Generalmente se
realizan en las escuelas y les enseñan a los niños:
la propiedad de su cuerpo;
las diferencias entre los contactos normales y los tocamientos impúdicos;
cómo reconocer las situaciones de abuso;
cómo decir "no";cómo revelar los abusos a un adulto en el que confíen.
Estos programas son eficaces para reforzar los factores de protección frente al
abuso sexual en la infancia (por ejemplo, el conocimiento del abuso sexual y los
comportamientos protectores), pero no hay pruebas de que reduzcan otros tipos
de abusos.
Cuanto antes se producen estas intervenciones en la vida del niño mayores son
los beneficios que le pueden aportar a él (por ejemplo, desarrollo cognitivo,
competencias conductuales y sociales, logros educacionales) y a la sociedad (por
ejemplo, reducción de la delincuencia).

Además, el reconocimiento precoz de los casos y la asistencia continua a las


víctimas y sus familias pueden ayudar a reducir la recurrencia del maltrato y a
paliar sus consecuencias.

definición del problema;


identificación de las causas y los factores de riesgo;
creación y puesta a prueba de intervenciones destinadas a minimizar los factores
de riesgo, y
difusión de información sobre la eficacia de las intervenciones y expansión de la
aplicación de las intervenciones de eficacia demostrada.

La respuesta de la OMS
En colaboración con distintos asociados, la OMS:
ofrece orientación técnica y normativa basada en datos científicos para prevenir el
maltrato infantil;
promueve el aumento del apoyo a la prevención del maltrato infantil basada en
datos científicos y las inversiones internacionales en esta esfera;
presta apoyo técnico a los programas de prevención del maltrato infantil basados
en datos científicos de varios países de bajos y medianos ingresos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1
 Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la
Salud. Pautas generales para las metodologías de investigación y evaluación de
la medicina tradicional. Ginebra, OPS/OMS, 2002. Disponible
en: http://www.ops.org.bo/textocompleto/pi31763.pdf
2
 Escobar Alcón, Lucio. Coordinador Nacional de la Dirección General de Medicina
Tradicional e Interculturalidad del Ministerio de Salud de Bolivia. Investigador de la
Cultura Andina. Salud e Interculturalidad en Bolivia.
3
Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la
Salud. Estrategia de la OMS sobre Medicina Tradicional 2002-2005.
Ginebra:OPS/OMS; 2002. Disponible
en: http://www.ops.org.bo/textocompleto/pi31676.pdf
4
 Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud: Una
visión de salud intercultural para los pueblos indígenas de las Américas.
Washington D.C: OPS/OMS; p. 35
5
 Organización Panamericana de la Salud: Oficina Regional de la Organización
Mundial. Pautas generales para las metodologías de investigación y evaluación de
la medicina tradicional. Ginebra:OPS/OMS; 2002. Disponible
en: http://www.ops.org.bo/textocompleto/pi31763.pdf
(1) Onusida. Informe ONUSIDA para el día mundial del SIDA (2) UNAID.
Report on the global AIDS epidemic. (3) Garcia R, Prieto F y col. Reducción
de la transmisión madre hijo del VIH en Colombia: dos años de experiencia
nacional, 2003- 2005. Biomédica,2005; (25):547-64
(2) UNAID. Report on the global AIDS epidemic. (3) Garcia R, Prieto F y col.
Reducción de la transmisión madre hijo del VIH en Colombia: dos años de
experiencia nacional, 2003- 2005. Biomédica,2005; (25):547-64 (4) Trejos
A, Tuesca R y col. Niñez afectad

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/child-
maltreatment

También podría gustarte