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Hilemorfismo

Carlos R. Hernández

El Hilemorfismo es una doctrina aristotélico-tomista que explica la composición


metafísica de la realidad empírica, el concepto etimológicamente está compuesto por
los conceptos hyle y morphe. “Hyle” significa “materia” y “morphe” significa
“forma”. La forma responde a la pregunta ¿por qué es? y la materia responde a la
pregunta ¿de qué es?, dichas nociones son fundamentales para entender el
hilemorfismo. Véase una mesa, está compuesta de materia y forma, su forma es ser
mesa y su material es la madera, ni la materia sola ni la forma sola componen al ente
mesa. Como dice Edward Feser: “la forma en sí misma tampoco es la pelota, ya que
no puedes rebotar enrojecimiento, redondez o incluso rebotar por el pasillo, estas son
meras abstracciones” [1]. Pero tampoco la mera materia es una mesa o una pelota ya
que falta la forma para que la materia se ordene y así exista el ente mesa o el ente
pelota. En efecto, la “mera materia” que he mencionado es llamada “materia prima” la
cual es pura potencia en relación a la forma, y no tiene forma alguna, junto con la
forma que actúa como principio sustancial la cuales está en potencia de estar en un
determinado cúmulo de materia. En suma, “[...] materia y forma coexisten en este
mundo sensible como dos aspectos inseparables de una sola realidad” [2]. Aunque es
discutible si son inseparables, esto lo responderé más adelante.
Es necesario hacer una aclaración sobre lo que tanto Aristóteles —y por consiguiente
Santo Tomás— entendía por “materia” en sentido estricto, en palabras del filósofo
David Ross: “la ‘materia’ no es para Aristóteles una cierta especie de cosa, como
cuando hablamos de materia por oposición al espíritu. Es un término puramente
relativo a la forma” [3]. También es necesario hacer una aclaración sobre lo que no se
entiende por "forma" en sentido estricto, el filósofo Adolfo Carpio explica: “forma,
entonces, no significa ‘figura’ de algo, como podría ser ‘cuadrada’ en el caso de la
mesa, pues esto es un accidente” [4].
En el léxico aristotélico-tomista “sustancia” (ousía) es el ente que existe en sí mismo,
en el caso un ente hilemórfico se le puede llamar “todo sustancial” aquel ente que no
se reduce (o que es irreductible) a sus partes, que tiene un poder causal y capacidades
superiores a sus partes materiales, un perro olfatea, ladra, percibe otros entes, etc, y
eso es algo que no puede hacer los átomos que los componen, sus células, tejidos,
órganos, etc. El principio sustancial es el principio (valga la redundancia) que hace
que un ente sea como es —su forma sustancial— independientemente si existe con o
sin materia, pero en este contexto hablaré de los entes que existen con materia, en el
caso de las sustancias materiales estas tienen una consistencia y solidez por encima de
sus partes materiales. También al principio sustancial se le llama “esencia” o
“naturaleza” que vendrían a ser lo mismo semánticamente desde una perspectiva a
prima facie, i.e., a primera vista, porque si se quiere profundizar en los términos la
forma sustancial es realmente distinguible a la esencia y naturaleza e incluso la
esencia y la naturaleza se diferencian realmente una de la otra, pero eso solo es en un
caso de exigencia semántica.
Con respecto a la materia prima Santo Tomás de Aquino dice: “sólo a la materia que
está sin cualquier forma y privación, pero sujeta la forma y privación, se le llama
materia prima, a causa de que antes de ella no hay otra materia; y también se llama
hyle” [5] es decir, lo que está en potencia de existir como una sustancia es materia
prima la cual no posee forma alguna, pero como explica Feser: “[...] esta distinción es
para él puramente conceptual [...] La noción de materia prima es sólo la noción de
algo en pura potencialidad con respecto a tener cualquier tipo de forma y, por lo
tanto, con respecto a ser cualquier tipo de cosa” [6]. Pero es de suma importancia
aclarar que la materia prima realmente existe y que por ende no es solamente un
concepto, la razón de ello es que la materia prima existe siempre como materia
segunda o configurada debido a que el conocer ocurre actualmente, con esto no quiero
dar a entender que algo puramente potencial existe realmente sin ninguna actualidad
previa pues como dice Aquino: “sólo a la materia que está sin cualquier forma y
privación, pero sujeta a la forma se la llama materia prima” [7]. Porque si se dijese
lo contrario entonces se caería en un absurdo, la materia prima se conoce por
comparación con la materia segunda ya que en la materia segunda hay actualidad y
por ende ya hay una organización ontológica (es decir, una organización con respecto
a la estructura de una sustancia), así como la figura actual en la estatua de bronce nos
remite a que antes de la materia organizada existía una materia inorganizada, porque
de suyo no se podría explicar racionalmente a partir de qué la materia segunda pudo
unirse con el acto, entonces queda aceptar que existe una materia predecesora.
Llegado a este punto se sobreentiende que el hilemorfismo es opuesto a un
materialismo como el de Feuerbach o Marx, frases como “sólo hubo, hay y habrá
materia” desde una postura hilemorfista es completamente falso ya que la sola
materia —como se ha explicado anteriormente— no constituyen a los entes
sustanciales de nuestra experiencia y todos aquellos que existen en la realidad
hilemórfica. Es decir, “materia” en el sentido aristotélico no significa lo mismo que en
su sentido materialista, en palabras de Carpio: “[...] lo que
el materialismo llama ‘materia’, como, por ejemplo, un bloque de mármol, no es para
Aristóteles pura ‘materia’, sino materia ya dotada de forma, ya informada: puesto
que es ‘mármol’, es decir, tiene la forma ‘mármol’, y no bronce, o hierro. Podría
decirse,
entonces, que el término aristotélico de ‘materia’ equivale, hasta cierto punto, al de
‘contenido’, que no tiene por qué ser nada ‘material’ en el sentido del materialismo;
por ejemplo, cuando se habla del ‘contenido’ de un libro, de la ‘materia’ de que
trata” [8].
Ahora bien, el hilemorfismo es un dualismo filosófico dado que se acepta que la
forma puede existir sin materia, escribe Aquino: “tal es la relación de materia y
forma, puesto que la forma da el ser a la materia, y por esto es imposible que haya
alguna materia sin alguna forma, en tanto que no es imposible que haya una forma
sin materia” [9]. Por eso Carpio erró al afirmar que son inseparables, debido a que la
forma existe como principio de sustancias inmateriales (como los ángeles o Dios)
teniendo en cuenta que no implica ningún absurdo metafísico, en cambio la materia al
ser el principio de la potencialidad sólo existe en virtud de lo actual.
Cabe aclarar que no se debe relacionar el Hilemorfismo con la metafísica idealista de
Platón, ya que la forma no existe en otro mundo trascendente separada de la materia
sino que existe junto a la materia, por ésta razón Aristóteles critica y refuta la Teoría
del Mundo de las ideas de Platón, “Aristóteles observa que no se ve cómo ni por qué,
dadas las ideas —que son estáticas, inmutables—, tenga que haber callosas sensibles
—que son esencialmente cambiantes. ¿Cómo y por qué la idea de casa produce esta
casa concreta y singular en que nos encontramos? Supuesta la naturaleza inmutable,
autosuficiente, de las ideas, no se comprende de manera ninguna cómo puedan ser
‘causa’ (tal como tienen que serlo, según Platón) de las cosas sensibles, de su
generación y corrupción, de su transformación constante: lo permanentemente
estático y siempre idéntico a sí mismo no puede ser causa del devenir. La idea de
casa, por sí sola, nunca hará surgir la casa real (hará falta, además el arquitecto o el
albañil, según Aristóteles)” [10] (por recomendación véase la nota 1).

1. La forma

Como mencioné anteriormente, la forma es lo que hace que en la materia se constituya


un X ente, de manera más amplia la forma es el principio que hace que esa
configuración de materia adopte la forma del ente que se abstrae, en otras palabras, la
forma particulariza a la esencia la cual es universal, la forma le da el modo de ser a la
materia de modo que un perro existe como perro porque su forma lo particulariza

1
Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, ed. Paidós, cap. VI, 4, pp. 188-191.
como perro. En palabras de Oderberg: “[...] la forma es el principio de la unidad”
[11].
Como anteriormente he explicado, la forma sustancial porque también existe la forma
accidental a la cual se llamó “figura”.
La forma —sustancial— viene a ser el principio sustancial, aquello que hace que una
sustancia corpórea (o sustancia incorpórea) sea lo que es por el mismo principio
sustancial. La forma también llamada “identidad” puede ser objetiva o subjetiva, a lo
largo de la historia de la filosofía ha sido un debate metafísico apasionante, debate el
cual finalizar y con conclusivos argumentos. Si bien he dicho que “la forma es el
principio que hace que esa configuración de materia adopte la forma del ente que se
abstrae” esto no se debe entender meramente en un sentido físico sino metafísico,
porque la forma (aquel principio qué particulariza a la materia) es aquello que hace
que un determinado ente sea lo que es por su forma, en palabras de Feser: “cualquier
patrón determinante y actualizador cuenta como una ‘forma’ en este sentido: una
forma no es simplemente la forma de una cosa, ni siempre una cuestión de la
configuración espacial de las partes (aunque la forma y la configuración espacial son
tipos de formas). Ser azul, estar caliente, ser suave,etc. son todas formas en el sentido
relevante” [12].
Entiendo por objetivo aquello que depende del ente con independencia de la mente
humana o bien, con independencia de la perspectiva humana, por otro lado, entiendo
por subjetivo aquello que depende de la mente, visión, interpretación humana. Ahora
bien, la pregunta es si dicha forma que conocemos es una proyección humana
(subjetiva) o es algo del ente (objetiva).
En efecto, alguien puede afirmar lo primero alegando “la forma no es nada más que
mera invención humana” y que dicha forma que se le da a los entes de la experiencia
parten de nuestra razón como sostenía Immanuel Kant2. Pero dicha postura presenta
una serie de problemas insuperables. Llamaré a la tesis que defenderé (que la forma es
objetiva) objetivismo formal.

Primer argumento: Cuando percibimos X ente, sea un perro, según la epistemología


kantiana (por poner como ejemplo a dicha epistemología) nosotros le damos a esa
cantidad de materia una forma la cual es dada por nuestras categorías de la razón, las
personas que sostengan la idea de que la forma es subjetiva estarían de acuerdo con
esto. El problema es que no hay razón para justificar que toda la realidad es una
interpretación de la mente exceptuando al ser humano, porque, no tendría sentido
decir que cuando yo veo a una persona yo soy el que le da forma a esa persona a partir
de las categorías de mí razón, cuando esa misma persona diría lo mismo si me
percibiese, esto iría ad infinitum lo cual no es razonable, por lo que —al menos— ser
2
Immanuel Kant, Crítica a la Razón Pura, Ed. Gredos, parte I, primera división, sec. II, p. 105, B 106. Ahí Kant
describe y esquematiza las categorías de la razón y cómo son aplicadas en la experiencia.
humano tiene una forma la cual no es determinada por las categorías de la razón de
otro ser humano, es decir que al menos la forma del ser humano es objetiva, porque
decir que la forma del ser humano en las demás personas las pongo yo y a su vez las
demás personas ponen en mí la forma de ser humano, es una afirmación que es
abundante en irracionalidad. Por lo tanto, el kantiano (o mejor, el subjetivista formal)
si quiere ser coherente debe afirmar que al menos la forma del ser humano es algo
propio del ser humano, de su ontología, naturaleza o esencia.

Segundo argumento: Siguiendo con el argumento anterior, suponiendo que el


subjetivista formal es intelectualmente honesto y desea ser coherente, se enfrenta al
segundo problema: es una arbitrariedad enorme sostener que el ser humano tiene una
forma objetiva y el resto de la realidad tiene una forma la cual es por derivación de
nuestra interpretación mental, ¿qué razón suficiente habría? Ninguna, en verdad
ninguna, todo intento de aportar una razón suficiente va a caer inevitablemente en una
arbitrariedad, lo cual no es razonable.

Conclusión: Dado lo concluido en el argumento anterior, entonces se puede afirmar


sin problemas que cada ente que observamos en la realidad es eso realmente, la forma
ya no es algo dado por el sujeto, sino que es propio del ente, es objetivo.

Consecuencia de negar todo lo expuesto: Si alguiendudase todavía de lo explicado,


pues solamente habría que aplicar la reducción al absurdo, es decir, afirmar la
proposición contraria, en este caso sería "la forma no es objetiva" tal afirmación se cae
por todo lo explicado, ya que el objetivismo formales inevitable dado el primer
argumento. Por lo que el subjetivismo formal como postura metafísica (ya que
sostiene que el sujeto se impone a la realidad, que el sujeto la crea) es insostenible.

2. La materia

Como expliqué anteriormente, la materia prima es in-forma (sin forma), está libre de
cualquier forma pero no de toda forma porque en ese caso no existiría. La materia
organizada, configurada o segunda es lo indeterminado que responde al “de qué” está
hecho un ente, su sustrato ontológico que siempre refiere a un elemento físico, así
como una estatua de bronce está hecha de bronce, una vez que la materia prima se une
con la forma sustancial ésta última le da una determinada configuración a la materia
prima. Ya que es “[...] aquello 'de que' este algo está constituido; y su determinación
no la tiene de por sí, sino que la recibe de la forma” [13]. En palabras de Aristóteles:
“[...] llamo materia a aquello que en acto no es algo determinado, pero en potencia
es algo determinado” [14]. Cabe añadir que la materia como principio de la
naturaleza3 es el principio de la potencialidad, todo lo que es material tiende a
dividirse o cambiar de ubicación especial, es sólo con la unión de la forma que la
materia —prima— adquiere actualidad y es cuando adquiere actualidad que puede
actualizar las potencias anteriormente mencionadas.
Algo que se podría objetar es que el concepto materia es de la Física como ciencia, no
de la Metafísica, que ya existe una definición de materia y por tanto todo lo que se ha
expuesto y explicado sobre la materia en términos metafísicos, es falso e inútil. En
otras palabras: “es arbitrario y epistemológicamente erróneo ya que se extrapola
arbitrariamente un concepto que ya pertenece a un campo epistemológico (la Física)
a la otro campo epistemológico y así aplicar el concepto acorde a los criterios de ese
campo epistemológico (la Metafísica)” esto es falso inevitablemente, el concepto de
materia se usa en sentido metafísico para hablar del ente, evidentemente no se habla
del ente en términos físicos. Además de que la Metafísica aristotélico-tomista al
buscar el fundamento de la realidad debe usar necesariamente el concepto de materia.
Si no se tiene claro el por qué la Metafísica aristotélico-tomista usa el concepto de
materia puede surgir objeciones similares a ésta “las partículas subatómicas son
masas de energía que componen a la materia, por lo que no hay composición de
materia en las partículas subatómicas” objeciones así se responde fácilmente si el
lector interpretó bien todo lo que se viene explicando, se dará cuenta que las partículas
subatómicas (o los átomos) están compuestas de materia, después de todo ¿de qué
están hechas las partículas subatómicas? De energía dada la visión cuántica, ese es su
material, la energía es lo que las compone. Otra objeción de se puede plantear es “las
partículas elementales no están en potencia de dividirse puesto que son los entes
físicos físicos” a lo que respondo: en el enfoque aristotélico-tomista incluso las
partículas elementales tienen materia, porque en este enfoque, “materia” es aquel
substrato receptor de una determinada forma (en este caso, la forma de partícula
elemental). La materia es lo determinable y la forma es lo determinante. Por eso se
habla de materia prima como lo indeterminado y la forma sustancial es lo que
determina a lo indeterminado. En términos de física se sabe que el protón y el neutrón
no son esencialmente distintos, sino que son dos estados de una misma partícula
denominada nucleón (análogamente al quark down y quark up que son estados del
quark), de tal modo que un neutrón puede desintegrarse en un protón más un electrón,
sin que signifique que el electrón existiese anteriormente sino que se forma en el
momento de la desintegración. Dicha desintegración implica un cambio sustancial,
una corrupción del modo de ser.

3
Santo Tomás de Aquino, De Principiis Naturae, c. 1.
Bibliografía

[1] Edward C. Feser, Aquinas, 2, p. 24.

[2] Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, Ed. Paidós, c. VI, 4, p. 196.

[3] David Ross, Aristotle, p. 73. En: Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, Ed.
Paidós, c. VI, 4, p. 195.

[4] Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, ed. Paidós, c. VI, 4, p. 194.

[5] Santo Tomás de Aquino, De Principiis Naturae, c. 2.

[6] Edward C. Feser, Aquinas, 2, p. 25.

[7] Santo Tomás de Aquino, De Principiis Naturae, c. 2.

[8] Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, ed. Paidós, c. VI, 4, p. 195.

[9] Santo Tomás de Aquino, De Ente Et Essentia, c. IV.

[10] Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, Ed. Paidós, c. VI, 4, p. 190.

[11] David Oderberg, Real Essentialism, Ed. Routledge, c. 5, 5.4, p. 80.

[12] Edward C. Feser, Scholastic Metaphysics, Ed. Editiones Scholasticae, c. 3, 3.1.1,


p. 178.

[13] Adolfo P. Carpio, Principios de filosofía, Ed. Paidós, c. VI, 4, p. 194.

[14] Aristóteles, Metafísica, Ed. Gredos, VII, c. 1, 1042b 25, p. 284.

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