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Lectura reflexiva.

“No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la
experiencia. Pues, ¿por dónde iba a despertarse la facultad de conocer,
para su ejercicio, como no fuera por medio de objetos que hieren nuestros
sentidos y ora provocan por sí mismos representaciones, ora ponen en
movimientos nuestra capacidad intelectual para compararlos, enlazarlos,
o separarlos y elaborar así, con la materia bruta de las impresiones
sensibles, un conocimiento de los objetos llamado experiencia? Según el
tiempo, pues, ningún conocimiento precede en nosotros a la experiencia y
todo conocimiento comienza con ella. Más, si bien todo nuestro
conocimiento comienza con la experiencia, no por eso origínase todo él en
la experiencia. Pues bien, podría ser que nuestro conocimiento de
experiencia fuera compuesto de lo que recibimos por medio de
impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer (con ocasión
tan sólo de las impresiones sensibles) proporciona por sí misma…”
(Emanuel Kant, Crítica de la Razón Pura).

OPINIÓN

El texto trata de dar respuesta a la pregunta ¿qué es el conocimiento?, que, en


definitiva, es la cuestión que guía el discurso de la Crítica de la Razón Pura. Con
los empiristas, Kant va a estar de acuerdo en que el conocimiento comienza en
la experiencia. Pero en el conocimiento no todo es experiencia, realidad
objetivamente reflejada en nuestro entendimiento, pues el conocimiento es
también organización de esa experiencia por nuestra facultad de conocer.

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