Está en la página 1de 2

La púrpura

La púrpura trombocitopénica es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de


plaquetas.
Está causada porque los órganos inmunitarios producen anticuerpos contra las plaquetas, lo que
hace que el bazo reconozca a las propias plaquetas como células extrañas y las destruya.

La púrpura ocurre cuando pequeños vasos sanguíneos dejan escapar sangre bajo la piel.

Los pacientes con púrpura trombocitopénica pueden permanecer asintomáticos, o presentar


hemorragia cutánea persistente (sobre todo en áreas expuestas a los traumatismos) o
hemorragias por las mucosas (sangrado nasal, o sangrado vaginal,). Las hemorragias internas
son raras.

Diagnóstico:
El diagnóstico de la púrpura trombocitopénica se establece a través de la historia clínica, la
exploración física y el recuento de plaquetas.
Los demás estudios de coagulación habituales suelen ser normales.

Manifestaciones:

Es la presencia de parches y manchas de color púrpura en la piel y en las membranas mucosas,


incluso el revestimiento de la boca.

Tratamiento:

El objetivo de la terapia consiste en detener las hemorragias y elevar la cifra de plaquetas por
encima de 20.000/mm3.
 
El tratamiento consiste en:
● Corticoides. La prednisona se puede emplear durante 63 semanas y proporciona un
porcentaje de éxito de hasta el 80 %.
● Esplenectomía (Extirpación quirúrgica del bazo). La esplenectomía se reserva para los
casos resistentes a la terapia conservadora, es raro en la infancia. Proporciona un
porcentaje de éxitos del 60 % al 80 %.
● Fármacos inmunosupresores. Estos fármacos se emplean si la cifra baja de plaquetas
persiste a pesar del tratamiento con corticoides o esplenectomía. El más empleado es el
rituximab (anticuerpo antiCD-20). La vincristina es otro agente empleado con menor
frecuencia.
● Gammaglobulinas I.V.: La gammaglobulina intravenosa a dosis de 1g/kg/día durante 2 días
se ha empleado con éxito en casos de hemorragia grave.
Cuidado de enfermería:

– Valorar signos vitales constantemente.


– Colocar al paciente en una habitación individual para mantenerlo aislados se agentes
patógenos.
– Mantener la piel caliente y seca para evitar infecciones.
– No administrar fármacos vía intramuscular ya que existe riesgo de hemorragias o
hematomas. Pero si se realiza, hay que observar los puntos de punción cada 15min.
– Observar diariamente las heces y orina, para detectar la presencia de sangre oculta o
fresca.
– Examinar características de la piel, para detectar lesiones, enrojecimientos y otras
alteraciones en la piel.
– Vigilar el crecimiento y desarrollo de la púrpura.
– Ayudar y orientar al paciente a cambiar de posición cada 2h si hay riesgo de deterioro
cutáneo.
– Aplicar sobre las lesiones agentes protectores,tópicos, vaselinas; todo según las
indicaciones del médico.

También podría gustarte