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derecho no resulte desmedido en comparación con la graved histórico. Pero son distintas y plantean problemas de naturaleza muy dife-
hechos. rente. De ahí la necesidad de estudiarlas separadamente.
Por lo demás, en lo que a la limitación del derecho en el “nterior Su ubicación en el texto constitucional no ha podido ser más acertada,
de establecimientos penitenciarios se refiere, el Tribunal Coastitucior ya que si el derecho a la vida es el soporte para el ejercicio de todos
ha considerado que la orden impartida a un preso de que se desnudara los demás derechos, la libertad ideológica es la condición sine qua non
€ hiciera varias flexiones, sin que se haya producido queja respecto de para la comprensión de los mismos.
la duración o el número de las flexiones, no ha podido «acarrear un
Lo es por algo que ya sabemos, El derecho exige no sólo una relación
sufrimiento de especial intensidad o una humillación o envilecimiento
entre individuos, sino una relación entre individuos con voluntad propia.
del sujeto pasivo y constituir, por tanto, un trato vejatoric o degr:
El reconocimiento social de la individualidad, es decir, el reconocimiento
prohibido por el artículo 15 CE» (STC 37/1994, FJ 49) De L a 16 cae individuo es portador de una voluntad propía, eslo que
manera, la STC 2/1987 considera que «la sanción de aislamiento en celda,
relaciones entre los seres humanos en releciones mrídicas.
como tal y de acuerdo con las garantías que para su imposición y apli-
cación establece la legislación penitenciaria vigente, no puede a: Para que ello sea posible, cada intividuo tiene que tener garantizada
siderada como una pena e trato inhumano o degradante» (EJ 2, la liberta u propia voluntad sin interfere ere
último, en relación con la privación de relaciones sexuales de , El proceso de Tormaci e la voluntad propia en libertad es el sine que
la SIC 89/1987 afirma: «Que la sexualidad sea parte importante de la non de la relación jurídica, de toda relación jurídica sin excepción. La
vida del hombre es, desde luego, afirmación que puede ser asumida sin libertad ideológica es el instrimento a través del cual se garantiza la
Teparo, pero de ella no se sigue, en modo alguno, que la abstinencia autonomía individual en el proceso de formación de la voluntad. Esta
sexual... resultado de la privación legal de libertad ponga en peligro la libertad, mediante la cual se puede «adoptar una determinada posición
integridad física o moral del abstinente, tanto más cuanto se trata de intelectual ante la vida y cuanto le concierne y a representar o enjuiciar
una abstinencia temporal como aquí es el caso... Por la misma razón la realidad según personales convicciones» (STC 120/1990, FJ 10%, es
hay que afirmar que esa negativa y la consiguiente imposibilidad de mar- la que posibilita que rodo individuo sea sujeto de relaciones jurídicas y
tener relaciones sexuales no implica tampoco la sumisión a un trato inhu- 10 simplemente obieta de las mismas. Por eso el cada y el todo individuo
mano o degradante... La privación de libertad, como preso o como pena- son importantes y van en cursiva. Porque individuos que han gozado de
do, es, sin duda, un mal, pero de él forma parte, sin agravario de forma libertad para formar autónomamente su voluntad los ha habido siempre
especial, la privación sexual» (EJ 2.9). a lo largo de la convivencia humana en el planeta. La novedad de la
Constitución es que garantiza dicha libertad a todos. Tiene razón, en
consecuencia, la STC 20/1990 cuando dice: «Sin la libertad ideológica
12.3. Libertad ideológica consagrada en el artículo 16.1 de la Constitución, no serían posible los
valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico que se propugnan
El primero de los derechos fundamentales propiamente « : : en el artículo 1.1 de la misma, para constituir el Estado social y demo-
libertad ideológica y religiosa reconocidas conjuntamente en el artículo 1 crático de Derecho que en dicho precepto se instaura. Para que la libertad,
CE: «Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los indi- la justicia, la igualdad y el pluralismo político sean una realidad efectiva
viduos y las comunidades, sin más limitación, en sus manifestaciones, que y no una enunciación teórica de unos principios ideales, es preciso que
la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por ! a la hora de regnlar conductas y, por tanto, de enjuiciarias, se respeten
ley», dice el apartado 1. Dicho reconocimiento viene acompañado de aquellos valores superiores sin los cuales no se puede desarrollar el régi-
una proscripción general de la obligación de declarar sobre la propia men democrático que nos hemos dado en la Constitución de 1975»
ideología, religión o creencia en el apartado 2 y de la afirmación del
carácter no confesional del Estado en el apartado 3. Se trata, sin embargo, de una libertad de reconocimiento reciente.
Nos encontramos, pues, ante el reconocimiento de dos libertades di En España es la Constimción de 1978 la que por primera vez la reconoce
tintas, aunque conexas tanto desde un punto de vista sistemático « de manera expresa. En las constituciones españolas anteriores sé con-
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LOS DERECHOS CONSTITUTIVOS DELA PERSONALIDAD
templaba úni 347
€ la vertiente religiosa de esta
libertad, optándose
A veces por la esionalidad y a veces por la no de manera autónoma, sin injerencias externas no consent
Estado. Pero no se contemplaba la libertad conf esionalidad del idas. Pero una
ideológica en cuanto tal. Ni ue la hemos formado y [a exteriorizamos, ya 90 es la
siguiera le nstitución de 1931 garantizaba libertad ideo-
la libertad ideolégica en sino otra libertad u otro derecho el que estamos ejerc
ino que se limitaba a garantizar iendo.La
una manifestación particular zación de la libertad ideológica sólo puede hacerse
tad cral es la Hbertad «de creencia a través del
dependencia de la vertiente religiosa s», La conexión e mchiso “de otros derechos.En cualquier actividad humana está present
de esta libertad salta a la vista. e
d ideológica. Como lo está el derecho a la vida. Pero
La razón de que así sea es sencilla. justamente
Hasta que no culmina plenamente ar presente en todas, no está específicamente en ñingun
el proceso de secularización del a o en casi
Estado, es la libertad religiosa la La libertad ideológica en su exteriorización no puede
forma de manifestación de la liber única existir
tad ideológica que es tomada en autónoma.
ción. La libertad religiosa ha sido El motor con-
plurisecular del proceso histórico ora bien, precisamente por eso, por ser una libertad
que acabaría conduciendo a la impo radical, en
itucional en sición del Estado Cons- an todas las demás libertades y derechos, su garan
ninente europeo y en lo que sería tíaes
los Estacos ca, Sin la intolerancia religiosa y la
n ncia extraordinaria. Cuando la libertad ideológica se cons-
tente a ella, resulta inexplicable rebelión : ema, es un síntoma inequívoco de una gravísima patología
el proceso histórico de formación
Mucional, de la misma manera que del La libertad ideológica tiene que ejercerse sin que se
resulta inexplicable su note, Si su
cons:olidación sín la culminación - lo resulte visible, malo. No news, good news,
del proceso de seculari que con-
dice un conocido afo-
Guciría a la separación jurídica de rismo inglés. Así debe ser con la libertad ideológica.
la Iglesia y el Estado, His came Cuanto menos se
pues. la líber: igiosa ha sido ant nte, ¡enga que hablar de ella, mejor,
*emáticamente, sin embargo, lógica. Sis-
icligiosa, que no ta ibertad
Está bien, po: a de ella.
ión. Se desarrollo del apartado 2 del artículo 16: «Nadie
podrá ser obligado
ica es una libertad tan raclic sia, religión y creencias», pero no del apartado 1
una libertad
;. No es uma libertad púb
no una libertad finalidad de conseguir una mayecr seguridad
1alquier agresión Pero en positivo gislador podría dictar normas que contemplaran algunas
de
siercicio de otras | “esIONes que contra la libertad ideológica pueden perpetrarse.
as sí públicas, No
Tictamente necesario, porque el apartado 2 del artículo
16 CE
En cierta y Star para la protección frente a tales agresiones. Pero
: alge parecido a podría ser
lo que ocurre > la libertad ideológica tal como está reconocida en el apartad
a. El derecho a la vida no se
ejerce, o 1
El ejercicio ida consiste en el ejercicio eptible de regulación. En esa libertad es la decisión de
derechos fund s de los demá cada
es. Obviamente cuando constitu ue lo único que puede ser tomado en consideración.
imos una sociedad Todo indi-
0 participamos en una manifestación estamos ue puede consentir que otros individuos o incluso represe
1 ejerciendo el derecho a ntantes de
la vida.- Pero . IA
e consider a cuando hace algun > tituciones públicas o privadas participen en el proceso
su derecho a a de esas cosas que es a través del
2 lo que está en juego. Si se nos prohí cualél va a formarse su voluntad en el terreno que sea. Ése
concentración en lugar de tránsito be hacer una es un derecho
público o una manifestación, enten que no puede ser privado. Pero si él no da su consentimiento
demos que se nos es - , nadie,
uinerando el derecho de reuión Dsolutamente nadie, puede tratar siquiera de intervenir.
festación, pero no el derecho a la v de mani-
vida. Y si recurriérar ntra la deci- s la razón
sión gubernati zando que se nos de que la libertad ideológica en sentido estricto,
cho ala vida, el recu ado del ejercicio del dere. en su dimensión negativa, tampoco pueda tener límites,
simplemente no sería admitido a En mi
trámite. A. el inciso final del apartado 1: «... sin más limitación, en
. Con la Hit sus mani-
"50 parecido. No idéntico, pero S. que la necesaria para el mantenimiento del orden
Sí parecido. L público
ca nos permite Sons i por la ley», es aplicable a la libertad religiosa y de culto,
pero
[a
=
=

rtad ideológica. Sobre esto volveremos más adelante.


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. Tras lo expuesto, creo que se entenderá perfectamente por qué que los parlamentarios electos pudieran adquirir la condición de tales.
jurisprudencia constitucional respecto de la libertad ideológica no e:
El recurso de amparo se basaba en la incompatibilidad de la decisión
jurisprudencia sobre la libertad ideológica en cuanto tal, sino
de la Mesa del Congreso con la libertad ideológica garantizada en el
rencia a la libertad ideológica aparece siempre integrada en la ju
artículo 16.1 CE. El Tribunal Constitucional no otorgará el amparo, al
dencia relativa al ejercicio de otras libertades o derechos o al cumpli
entender que nos encontramos ante la exigencia del cumplimiento de
miento de otros deberes constitucionales.
un deber para todo ciudadano que ocupa un cargo público y que no
. Así ocurre en las SSTC 5/1981 y 47/1985, en las que la libertac se puede recurrir a la libertad ideológica para eximirse del cumplimiento
lógica aparece en conexión con la libertad de enseñanza. En a STC 5, de un deber. «Las manifestaciones de la libertad ideológica de los titulares
se afirma que la libertad de enseñanza es «una proyección de la ii de los poderes públicos... ha de armonizarse en su ejercicio con el nece-
ideológica y religiosa», de lo cual deduce el Tribunal Constituciona sario cumplimiento del deber positivo inherente al cargo público de res-
q
la libertad de creación de centros docentes incluye el «derecho petar y actuar en su ejercicio con sujeción a la Constitución y, por ello,
a ss
blecer un ideario del centro», ideario que tiene que ser respetado si se pretendiera modificarla, de acuerdo con los cauces establecidos por
los profesores, ya que «la libertad del profesor no faculta... para la misma, En definitiva, cuando la libertad ideológica se manifiesta en
dir
ataques abiertos o solapados conira este ideario» (FFEJJ 8.9 y 10,93, el ejercicio de un cargo público, ha de hacerse con observancia de deberes
Respeto no quiere decir que el profesor tenga que hacer suyo el inherentes a tal titularidad, que atribuye a una posición distinta a la
To del centro y orientar le enseñanza en función del mismo, correspondiente a cualquier ciudadano» (53 5.9.
pues
simpie disconformidad de un profesor respecto del ideario La libertad ideológica incluye, por tanto, el derecho a tener una ideo-
del Te
no puede ser causa de despido, si no se ha exteriorizado o puesto de
manifiesto en alguna de las actividades del centro» (STC 47/1985, ET 1.9).
! Con base en esta doctrina el Tribunal Constitucional, en l: constituyen un límite para el ejercicio de todas las libertades públicas
STC 47/1985, otorgó el amparo a una profesora que había sido desp
por ataque al ideario del centro, sin que la dirección del colegio y para todos los derechos fundamentales, incluida la libertad ideoíógica,
habi
aportado la más mínima prueba de en qué había consistido dicho atan
La profesora había obterñido en la jurisdicción laboral la declarac También en relación con el dever constitucional de defender a España
ión y su exteriorización a través de la prestación del servicio militar 0, en
despido improcedente, pero no la de despido radicalmente nulo por
vi el supuesto de objección de conciencia, a través de la prestación social
lación de derechos fundamentales. Ésta es la pretensión que haría
ante el Tribunal Constitucional, que le otorgaría el amparo al enl sustitutoria, el Tribunal Constitucional en numerosas sentencias (SSTC
321/1994, 55/1996, 88/1996) ha considerado que «el derecho a la libertad
que el despido había sido un despido causalmente ideológico y
Ello se vulneraba la libertad ideológica garantizada en el artículo ideológica no resulta suficiente para eximir a los ciudadanos por motivos
de conciencia del cumplimiento de deberes legalmente establecidos con
el riesgo aparejado de relativizar ios mandatos legales». Se puede objetar,
en consecuencia, a la prestación del servicio militar con base en Ja libertad
ideológica, pero no se puede objetar con base en dicha ibertad a la pres-
tación social sustitoria. La libertad ideológica no protege la llamada insu-
misión.
En conexión con ello, el Tribunal Constitucional considera que no
se produce una vulneración de la proscripción general establecida en el
artículo 16.2 CE de la obligación de deciarar sobre la propia ideología,
En la STC 101/1983 se resuelve un recurso de amparo por part:
religión o creencias, por el requerimiento del Consejo de Objección de
un parlamentario electo de HIB contra el acuerdo de la Mesa del f
Con ; Conciencia al objetor para que exteriorice los motivos por los que objeta,
de los Diputados de exigir el juramento o promesa de la Constitución
para ya que «el mismo ejercicio del derecho a la objección, lleva en sí la renun-
LOS DERECHOS CONSTITUTIVOS DE LA PERSONALIDAD 351
“or a maniener en el ámbito secreto de su conciencia sus
ideclós - bisa entendido que la libertad de expresión (art. 20 CE) comprenden el dere-
sin esa vol iuntad del objetor manifestaciones, expresiones o campañas de carácter racis-
T consecuencias jurídicas —y por tanto exteriores a su
su objección, nadic podrá oo » puesto que, tal como dispone el artículo 20.44, no existen
garle a declarar sobre su ideología, entrar en su intimidad ni obli 1 ilimitados y ello es contrario no sélo al derecho al honor de
religión o creencias». 12 9 personas directamente afectadas, sino a otros bienes cons-
. la afiliación sindical es también
una proy
ección de la libertad ideo- ales como el de la dignidad humana (art. 10 CE) que han de
lógica, ya que, como dice la STC
292/1993, «siendo los sindicatos for. ar tanto los poderes públicos como los pr opios ciudadanos, de
naciones con rele vancia social, ¡miesrantes de Ta
estructura pluralista de erdo con lo dispuesto en los articulos 9 y 10 de la Constitución»
la sociedad democrática, no pued
e abrigarse duda alevma que la n esta sentencia el Tribunal Constitucional no considera que
3 Te sindicato es una opción afiliación
ideológica prote gida por el artí rtad idectógica sean distintos de los límites para el
entiza al ciudadano el derecho a culo 15 de
negarse a declarar sobre
a sentencia anterior, en la STC 206 e sin embargo, que es
De aquí extrae el Tribuna!
itucional la consecuencia de que
Co mportante de todas las Sictadas por el Tribunal Constitucional
15 00 puede exigir a un delegado un
sindical que revele la condición tad ideológica, el Tribunal Constitucional sí se ocupa
do de un trabajador y no puede negar gic a en relación con el derecho a la información
le al delegado la condición
L si no lo hace. Pues «la revel
ación de la afilieción sindical > de los límites para ambas libertades. El Tribunal
echo personal y exclusivo del es..
trabajador, que están obligados E ¡Ó en esa sentencia un recurso de ar o interpuesto
lar tanto el empresario como los a a
Propios órganos sindicales, Es cier- revista Punto y Mora contra una sentencia del Tribunal Supremo
to que el empresario puede negar n artículo s a del Campeonato Mundial de Fútbol de 1982. La
su reconocimiento al delegado sindi
que esulte habe r sido ilegítimamente elegido, cal
DETO para veri car el cum ía _Vasiona ! había dictado sentencia absolutoria, por entender
T le los requisitos legales, no le
es lícito Exigir una conducta go tanto la libertad ideológica como el derecho a la
al delegado que es contraria a un
derecho constitucional. Deberá "mación y que la ublicación del artículo estaba amparado por ambas
caso verificar ese cumplimiento en todo
por procedimientos respetucsos al Supremo, por el contrario, consideró que úni-
derecho de libertad ideológica con
ajadores» (STC uego el derecho a la informació 18, EN ESE CASO,
£

los límites para el ejercicio derecho esta-


culo 20.4 CE y procedió a dictar sentencia condenatoria.
titucional aborda el problema
1 ejercicio del derecho al matri- endo entre
0 cio de tal derecho, En el recur ormación desde la perspectiva

=a
so

Le
ostenía que la desprotección de liber ideológica, vor ser esencial,
uniones
a pensión de viudedad constituía los va ore superiores y espe-
nu N , ralismo político, hace necesario que el ámbito de este
ológica. El recurrente en amparo
! nía que no sos-
"Ido matrimonio por ser anarquis Se recoríe ni tenga “más limitación (en | singular utiliza esta
exigencia del ta y que la
io matrimonial como requisito impr
escindib le para la
i cart. 16.1 CE) en sus manifestaciones que la necesaria para
nsión de viu dedad vulneraba imiento del orden público protegido por la No La limitación,
su derecho a la libertad idesl

5
ibunal Constitucional no lo ágica. El
entendería así (FJ 3 lau idad y necesidad con que se precisa en e | propio precepto
- : determina, no puede hacerse coincidente en términos absolutos...
es son quel las en las límites que a los derechos de libertad de expresión e información
contempla |la liber :deo:óg:ca en relación con |] : cidos o ela ríículo 20.1.a) y d) CE, impone el núm. 4 de esta
resión o Son el terec información. En la STC 21471 991
<l Tri i norma. La equiparación entre una y otras limitaciones, requiere, en todo
Trad ideológica no ampara , como ocurre en este supuesto, cuando el hecho imputado a
a

«Di la fibertad ideolágica E CIN año afecte principalmente a su derechoa la libertad ideológica,
JAVIER PÉRFZ ROYO

[a]
[A
Le
LOS DERECHOS CONSTITUTIVOS DE LA PERSONALIDAD 353

su enjuiciamiento ha de ponderar y analizar también principa imente de


qué manera a través de su manifestación externa se ha vulnerado el * Con la libertad religiosa ocurre algo parecido, Si la libertad religiosa
den público protegido por la ley”. Con ello no se trata, 1 ha sido tan importante en el proceso de imposición primero y de afir-
alm mación después del Estado Constitucional, ha sido por su carácter pro-
de que la libertad ideológica en su manifestación externa a través
un artículo periodístico, pueda ser utilizada para eludir los ls blemático durante los siglos que van de la «Reforma» y «Contrarreforma»
a la libertad de expresión impone el artículo 20.4 de la Co a las Revoluciones americana y francesa. La libertad religiosa ha sido
pero la visión globalizada de ambos derechos, o de las f importante para el devenir del Estado Constitucional por si no reco-
limitacior nocimiento durante todo ese período. La hicha por su reconocimiento
que han de ser ejercidos, no puede servir solamente “de interés
graduar el alcance de la faceta injuriosa del escrito e incivídual y garantía ha sido el motor que acabaría desembocando en el Estado
pena”, como afirma la sentencia recurrida, sino que ha de servir ta Constitucional. Durante la primera fase de afirmación del Estado Cons-
"y principalmente para determinar si la “faceta injuriosa”, por no titucional en el continente europeo la libertad religiosa continuó siendo
se: un problema importante y un obstáculo significativo en el proceso de
la finalidad del artículo —como claramente resulra de la total
del mismo—, puede o debe desaparecer ante la protección de ia afirmación del Estado. En unos países más y en otros menos. En España,
ideológica del autor que consagra el artículo 16.1 de la Cons entre los países europeos occidentales, de los que más. Unicamente cuan-
Hay, pues, que partir de este derecho fundamental y no entenderlo do culmina el proceso de secularización del Estado con la afirmación
sim- de su carácter democrático, la libertad religiosa deja de tener el carácter
plemente absorbido por las libertades de expresión e información
de problemático que había tenido en el pasado y se convieris en un elemento
artículo 20» (FJ 3.9.
más en el sistema de derechos y libertades,
“Cuando se produce la coincidencia en el ejercicio de la libertad
lógica y del derecho a la información hay que examinar, en cada Asi ha venido a ocurrir en España. La experiencia constitucional ini-
si prevalece la libertad ideológica sobre el derecho a la informa ciada en 1976 es la primera en la que la libertad religiosa ha dejado
a la inversa. Si la libertad ideológica es el derecho dominante, el Y de ser un problema para la convivencia ciudadana, La primera en la que
sólo puede consistir en el amantenimiento del orden público», el carácter aconfesional del Estado se está afirmando sin estridencia y
q sin agresividad y en la que el reconocimiento de la presencia de la Iglesia
relación con este derecho el Tribunal Constitucional no ha de
qué consiste, pero que sólo puede ser un límite extremo. Y es Católica en la sociedad española, expresamente mencionada en el apar
como dice esta misma STC 20/1990, la libertad ideolózica ha tado 3 del artículo 16, no se traduce en discriminación para las demás
sid confesiones religiosas.
socida en el artículo 16 CE con la «máxima amplitud» (FJ 49%.
La
tección que dispensa es, por tanto, superior a la que proporciona
tículo 20 CE,
a) Delimitación de la libertad religiose de la libertad ideológica
En su dimensión negativa la libertad ideológica es, pues, una liberrad
absoluta, que no tolera la existencia de aingún límite, En su La libertad religiosa es una libertad que está en conexión con la liber-
Mr
zación es la libertad más fuerte de todas, incluso más que el tad ideológica, pero es una libertad que se diferencia de esta última desde
a la información, que, como veremos en su momenio, también los siguientes puntos de vista.
es m
derecho extraordinariamente protegido.
Es, en primer lugar, una libertad no solamente negativa, sino también
positiva. La libertad ideológica, como vimos, era una libertad exclusiva
12.4. La libertad religiosa o casi exclusivamente negativa, en la medida en que su exteriorización
tiene que hacerse a través del ejercicio de cualquier otro derecho e liber-
Acabamos de decir al estudiar la libertad ideológica que fo m
que puede ocurrir con ella es que no se note. Cuando se hace tad. La libertad religiosa, por el contrario, tiene una verbiente negativa,
es porque resulta problemática y tiene que ser defendida. En pero también otra positiva,
que aunque entra en confacto con el ejercicio
se puede apostar sobre seguro que nos encontramos ante una grave de otros derechos y libertades no se confunde con ellos, sino quese man-
tiene como tal libertad religiosa. Cuando los ciudadanos acuden a misa
logía del cuerpo social,
los domingos,no cabe duda de que se están reuniendo, pero no es el
355 JAVIER PÉREZ ROYO

nión, sino el de libertad religiosa y de culto el que estár

E
ando acuden masivamente a recibir LTDA al no es el dere-
ción o de reunión en lugar de tránsito público el que
está en juego, sino el de libertad religiosa. e presencia de
iauu. silo, la Eberra staciones externa o. Únicamente de esta mane ¿
imilaridad TO también sa en su vertiente negariva dejaría de verse afect:
civa. Los errade 5 no pueder ser ; i por la titularidad comunitaria de dicha
no pueden 5 hizada, Mientras no se interprete2 así,
siempr i TT ser una p sona física eo una per- e negativ a 0 podrá proporcionar la
ara ser titular de derecho hay que ser in
Una persona s portac lantad exactamente
igual que : unque dicha velun tad se forme colegi
m
damente. formación colegiada1 de la volunt igguiendo El procedi
miento previsto en los estatutos de la sociedad no conv : oficial
tad en col . a vonmiad ¡ncivicual consti ¡adame: n su vertiente ne bían

rminos. Acierra, por tanto, el constimyente


2iosa y de culto «de los in mues y las comu-

orizar
pación

A los 1d
1
356 JAVIER PÉREZ ROYO 108 DERECHOS CONSTITUTIVOS DE LA PERSONALIDAD

[E
[e
1
a) Reconocimiento de su personalidad jurídica una vez inscritas en
e) Dimensión positiva, Libertad de los individuos y de las comunic el registro del Ministerio de Justicia (art. 5). !
b) Autonomía plena para establecer sus propias formas de orga-
Mientras que en su vertiente negativa la libertad religiosa <estna
nización, régimen interno y régimen de su personal (art. 6).
tad exclusivamente individual, en su vertiente e e) Derechos para el ejercicio de su misión, como el establecimiento
de lugares de culto o de reunión con fines religiosos, designar y formar
viduos 2006os que se$ comparte las mismas creencias, Ése
a sus ministros y a mantener relaciones con sus propias organizaciones
del término griego ecclesia. Es la congregación de fieles, La I
o con otras confesiones religiosas en el territorio nacional o en el extran-
mstitución es una derivación posterior.
2). T ambien contempla la Ley el derecho a crear asociaciones
Ambas perspectivas tienen, pues, que ser tomadas en consi
a la hora de desarrollar normativamente la Constitución, Y itación en singular ya que así aparece en la Constitución, es
así lo ha hecho el legislador español en la LO 7/1980, de 5
ada por la Ley en el artículo 3, definiendo cuáles son los ele-
de libertad religiosa.
m constitutivos del «orden público protegido por la ley», que son
La Ley es una ley breve. Enuncia, en primer lugar, los principios 5 «la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades
cos en los que descansa y regula a continuación la libertad religiosa d públicas y derechos fundamentales, así como la salve guardia de la segu-
una perspectiva individual y desde una perspectiva comunitaria, Pc ridad, de la salud y de la moralidad pública». Este es el contenido del
mo concreta qué debe entenderse por «orden público» comc lími den público en uma «sociedad democrática» y es, en consecuencia, «el
el ejercicio de la libertad religiosa. ico límite» que tal derecho puede tener,
En el artículo 1 se recuerdan los principios básicos de libertad, igua Hay que añadir como elemento complementario al desarrollo legis-
y aconfesionalidad del Estado. En realidad, el legislador se limita a jativo del derecho de libertad reli igiosa, que ha sido considerado por el
ducir casi textualmente el artículo 16 de la Constitución en los a: legislador merecedor de protección penal dose tipificado en el
y 3 y a concretar en el apartado 2 la proscripción de toda discrim Código Penal, en los artículos 522 a 525, los delitos contra la libertad
por motivos religiosos, añadiendo gue «no podrán alegarse i de conciencia y los sentimientos religiosos.
giosos para impedir a nadie el ejercicio de cualgu
o el desempeño de cargos o funciones públicas»,
dy) Aconfesionalidad del Estado y relaciones de cooperación con la iglesia
£ continuación, en el artículo 2 se regnla el ejercicio del ica y las demás confesione.
individual de libertad religiosa, que comprende lo siguiente:
a) La libertad de profesar creencias religiosas o no profesar La libertad religiosa en su vertiente positiva y en particular el reco-
cambiar de confesión o abandonar la que se tenía; manifesta nocimiento constitucional de dicha libertad a «las comunidades» suscita
las creencias religiosas o abstenerse de declarar sobre ellas, el problema de las relaciones entre dichas comunidades y el Estado. ¿ uál
6) Libertad para practicar actos de culto y recibir asisten debe ser la posición del Estado ante la existencia de comunidades reli-
y derecho a no ser obligado a hacerlo. giosas a través de las cuales los individuos ejercen su derecho de libertad
c) Libertad de enseñanza, que comprende la libertad pera in religiosa?
a los hijos y menores bajo su dependencia la educación religiosa y La Constitución responde a este interrogante en el apartado 3 del
que esté de acuerdo con las propias convicciones. artículo 16, en el que establece como principio general la no confesio-
ad) ¿Libertad de reunión, asociación y manifestación con f nalidad del Estado, al que sigue un mandato de reconocimiento estatal
giosos. de las creencias religiosas de la sociedad española y de mantenimiento
Una vez contempladdede libertad religiosa como derecho de colaboración con la Iglesia Católica y las demás confesiones religiosas.
la Ley se ocupa del ejercicio del derecho por las comunidades, =a desarrolio de este mandato constitucional el Estado español sus-
prende las siguientes facu ades: cribió el 3 de enero de 1979 unas Acuerdos con la Santa Sede sobre

ii
LOS DERECHOS CONSTITUTIVOS DE La PERSONALIDAD 35

das: «No padece el derecho a la libertad religiosa o


ue los ciuda tanos Tmiembros de las susodichas Fuerzas,
ar o rechazar la prestación que se les ofrece; y hay

“eipl
smc tampoco se lesiona el N .. a la igualdad,
católicos no queda
r Constinuci iosa a los miembros de pe confesiones, en
tes: «El ar lp i 1 e éstos pueden reclamar funda-
Estado que desovera los requerimientos
a en Ja eventual violación analizada» (FJ 4.9).

Ál mismo tiempo, nal veda cualoui1


nes estaral A»

Constitución garantiza la
mo «libertad física»
£ mba (ATC
er fundamental que se :
. la posibilidad
ies de la con-
aq

con u teoría

ES poder hacer todo


:ley. La fibertad cons-
Tual con el límite de la
d : É : Tel Le cundamento 0 con base en la
TT Derec! 1 Estado er lución dictada n E y: ne 5 la libertad s iencaloag e permiedo

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