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Edad de Oro (1938-1956)

Artículo principal: Edad de oro de los comic-books

Desde finales de los años 1920, el concepto se estaba incubando en las series de aventuras de
grafismo realista y las revistas pulp. Lee Falk sería el guionista de The Phantom (1936), que
puede considerarse un precursor estético del género, cuando no su pionero.19 Se discute el
comienzo preciso de la Edad de Oro de los cómics, aunque la mayoría coincide en que inició
con el lanzamiento de Superman en 1938.20 Superman sigue siendo uno de los superhéroes
más reconocibles,20 y su éxito generó un nuevo arquetipo de personajes con identidades
secretas y poderes sobrehumanos.212223 Superman (1938) de DC Comics, tuvo un éxito
enorme y generó un sinfín de imitaciones que sostuvieron la industria del comic book durante
años. Pero es imprescindible observar que, antes que los estadounidenses The Phantom y
Superman, en Japón surge Fantasmagórico (1930 o 1931),2425 personaje que anticipa
características obvias (apariencia espectral así como la habilidad para volar) que luego se
asocian con The Phantom, Superman y Batman. Hay que recordar que Fantasmagórico es el
nombre castellano del héroe japonés; su nombre original es Ōgon Bat; el Murciélago Dorado.

Después de Fantasmagórico, The Phantom y Superman, nacen superhéroes como Namor en


abril de 1939 (primer superhéroe de Timely, predecesora de Marvel Comics), Batman en mayo
de 1939, la Antorcha Humana en octubre de 1939 y al año siguiente Flash o Linterna Verde.
Como señala Oscar Masotta, "no es casual que el período que va desde el "crack" del 29,
pasando por los años de la guerra civil española, hasta el comienzo de la segunda guerra
mundial, coincida con la aparición de Superman, Batman o Capitán Marvel".26

Las primeras historias de superhéroes contenían esquemas narrativos muy parecidos a los de
las más recientes tiras de aventuras:[cita requerida] historia entre la realidad y la ficción, en
forma de serie continua, basada en un protagonista carismático con doble identidad, máscara
o disfraz y otros complementos. Bien visto, lo único que añadieron algunos superhéroes
fueron los superpoderes, pero desde el punto de vista industrial acabarían revolucionando el
mercado.

Igual que las historietas japonesas coetáneas, pronto se dejarán imbuir del espíritu bélico de la
segunda guerra mundial, presentando en muchas ocasiones nombres o uniformes
relacionados con sus símbolos nacionales y enfrentándose a los enemigos del país. Es el caso
de The Shield de MLJ Magazines y Uncle Sam de Quality Comics,27 que surgieron en 1940, y la
Mujer Maravilla de William Moulton Marston y el Capitán América de Joe Simon y Jack Kirby,
ambos de 1941. Gracias al marco histórico en el que nacieron lograron un gran éxito comercial,
pero al finalizar la guerra fueron cayendo en el olvido. Muy diferente es el renovador The Spirit
(1940) de Will Eisner.

En Italia, Vincenzo Baggioli y Carlo Cossio crean en 1938 a Dick Fulmine, un superhéroe
autóctono, aunque carecía de poderes.
Superhéroe de un comic-book de 1945.

Tras la segunda guerra mundial, el éxito de las historietas de superhéroes empezó a disminuir,
fueron sustituidas por todo tipo de géneros como la serie negra, historietas infantiles,
románticas, de monstruos, westerns, etc. Por si esto fuera poco, el psiquiatra Fredric Wertham
(en su obra La seducción del inocente) afirmaba a finales de los años 1950 que los superhéroes
creaban una distorsión de la realidad. Citaba, entre otros ejemplos, que el hecho de que
Superman pudiera volar generaba falsas esperanzas, que Batman y Robin tenían una relación
pedófila y que la Mujer Maravilla no podía estar como igual en un grupo de hombres como la
Liga de la Justicia. Además afirmaba que todos estos ejemplos eran una mezcla volátil que
daba como resultado conductas agresivas así como el desencadenamiento de la violencia
juvenil/adulta.

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