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Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales

Vol. 9 N° 2, Año 2021 pp. 163-171


ISSN 2362-1958

VIOLENCIA COLECTIVA: ESPACIO Y FOSAS CLANDESTINAS


EN EL MÉXICO CONTEMPORÁNEO

Arturo Aguirre Morenoa & Oscar Moisés Romero Castrob

RESUMEN
Se presenta un análisis conceptual del problema de la violencia colectiva manifiesta en las fosas
clandestinas en México hoy. Esto se realiza desde el giro espacial y filosofía forense de finales del siglo
xx y principios del xxi. El objetivo es tematizar la evidencia antropoespacial de las fosas clandestinas
como un espacio de violencia extrema, desde prácticas eliminacionistas, para entender la posibilidad
y reconfiguración de las relaciones civiles de los vivos dentro de un horizonte de muerte colectiva
intencional. Desde la complejidad de conceptos como violencia y espacio, se busca reflexionar sobre
eventos de aniquilación en el territorio mexicano, en los últimos 15 años.

PALABRAS CLAVE: Fosa clandestina; Violencia colectiva; Eliminacionismo; México; Homicidio.

ABSTRACT
A conceptual analysis of the problem of collective violence in clandestine graves in Mexico is presented.
This is done from the spatial turn and forensic philosophy of the late twentieth and early twenty-first
centuries. The objective is to thematize the anthropospatial evidence of the clandestine graves as a space
of extreme violence, from eliminationist practices, to understand the possibility and reconfiguration of
the civil relations of the living within a horizon of intentional collective death. From the complexity of
concepts such as violence and space, it seeks to reflect on events of annihilation in Mexican territory in
the last 15 years.

KEYWORDS: Clandestine grave; Collective violence; Eliminationism; Mexico; Homicide.

Manuscrito final recibido el día 15 de noviembre de 2021. Aceptado para su publicación el día 10 de febrero de 2022.
Fecha de publicación agosto 2022.

NECROESCENA MEXICANA de los agentes de violencia (estatales, paraestatales


América Latina se encuentra en el vórtice de la y civiles ilegalmente armados) (HIIK, 2021, pp.
violencia contemporánea (Asmann y Jones, 2021): 112-133). La región incrementa, así, sus cifras
puesto que uno de cada tres delitos, a nivel mundial, con el tráfico de armas, el fortalecimiento de la
se comenten en la región; al resguardo de la delincuencia organizada, la desestabilización
impunidad creciente (Le Clerq, 2016, pp. 69-91), la política, la explotación desaforada de sus recursos
corrupción de las autoridades y el desbordamiento naturales y la movilidad humana (con carácter de

a
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Avenida Don Juan de Palafox y Mendoza 219 altos, Col. Centro
Histórico, Puebla, México, C.P. 72000, arturo.aguirre@correo.buap.mx
b
Colegio de Filosofía, Facultad de Filosofía y Letras, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Avenida Don
Juan de Palafox y Mendoza 219 altos, Col. Centro Histórico, Puebla, México, C.P. 72000, moiromero08@gmail.
com

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forzada, intra y extra regionalmente) (OIM, 2020, (Feierstein, 2011). Todo ello a partir de las formas
pp. 101 y 113). de la legitimación espectacularmente política y
De esta manera, violencia, delincuencia organizada la normalización social de quienes viven en un
y subdesarrollo marcan la pauta de lo que antes se ambiente criminógeno (Simpson, 1970, pp. 22-35).
pensaba una situación crítica y, poco a poco, se Todo lo cual da como horizonte de reflexión una
avizora hoy como la consolidación de conflictos variada victimogénesis que altera los vínculos, no
por el tránsito y capitalización de los más diversos solamente entre los grupos victimizados –muertos
recursos tangibles e intangibles. o sobrevivientes, víctimas directas o indirectas–;
En este contexto regional, los habitantes de sino también en los mismos victimarios y testigos,
México (con sus altas tasas de homicidio, 27 por que ven modificadas sus relaciones, a partir de la
cada 100 mil habitantes) (Asmann y Jones, 2021), emergencia de dicho eliminacionismo:
se encuentran en una situación de emergencia
humanitaria –como también lo están Haití, Jamaica, Un ámbito de producción industrial, cuya
Venezuela y Honduras, entre otros países– bajo el mercancía es la desaparición de seres
signo de la violencia y el daño que, en poco más de humanos; la producción no sólo de su muerte
15 años de conflicto de alta intensidad, incrementó sino de su definitiva “desaparición” material
el número de homicidios, intensificó la cualidad (la de sus huesos, su piel, sus dientes,
de crueldad aplicada a una diversidad creciente cualquier rasgo de su existencia. […] La
de víctimas, así como su extensión espacial por el industrialización de la muerte termina
territorio mexicano.1 instalando una relación de anonimato. No
Conflicto, o mejor dicho, constelación de se ve a la víctima cuando muere, tampoco
conflictos fratricidas que se despliegan de nadie es el encargado de darle muerte; lo
manera inédita, en secuencias miméticas de cual diluye la responsabilidad moral […].
mutaciones, combinaciones y fragmentaciones, Instala una nueva situación en la cual las
muchas veces aleatorias e inesperadas; cuya fracciones dominantes le han demostrado al
fisonomía se comienza a perfilar en un proceso conjunto de la sociedad (…) la instauración
de violencia eliminacionista como práctica social del asesinato serial (Feierstein, 2011, pp.
235-236).
1
La intensidad de los conflictos en zonas de México
y la cantidad de homicidios dolosos son resultado de
En este sentido, el eliminacionismo en México
la violencia generada en aras del control de territorio, se evidencia en las violencias feminicidas,
pues destaca el hecho de que ésta no es una violencia infanticidas y juvenicidas, desplegadas en un
motivada por ideologías políticas o religiosas, sino por proceso de muerte y desaparición innegable en
la disputa de fuentes, redes y rutas de capitalización
económico-política. Hay un incremento sin precedentes
los más de 40 mil desaparecidos (entre los que
en la cantidad, pero esto es acompañado, además, debemos reconocer a los más de 4 mil niños
por la extensión de ese incremento: en 2020 la tasa sin localizar) (Data cívica, 2019, pp. 32-37), así
de homicidios dolosos se incrementó en 26 de las 32 como en los más 250 mil muertos, las más de
entidades del país. 80% de los homicidios dolosos
son ejecuciones de la delincuencia organizada (Roel,
dos mil fosas clandestinas (Anaya, 2021), el
2021). De un estudio de 238 municipios en México, que desploblamiento de más de 691 municipios a causa
tenían 100 mil o más habitantes en 2019, con lo cual del desplazamiento forzado por la violencia y el
constituían 66.30% de la población del país, tuvieron incremento de buscadores desaparecidos (quienes
lugar también 83.25% de los seis delitos intencionales
de alto impacto (homicidio doloso, secuestro, accidente,
rasguñan el suelo mexicano para localizar a sus
lesiones dolosas, robo con violencia y extorsión). familiares). Todas estas prácticas eliminacionistas
Específicamente en estos municipios ocurrieron se dan de cara a un Estado mexicano que –cuando
72.43% de los homicidios dolosos en el país; 65.20% no es agente directo de violencia a la población– es
de los secuestros; 76.55% de las amenazas; 77.86% de
las lesiones dolosas; 88.03% de los robos con violencia
un ente “adelgazado” en sus capacidades de acción
y 79.89% de las extorsiones (SPJ: 2020). e institución (Villoro, 2001, p. 19), para lo cual ha

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tenido que implementar tecnologías del afecto ss.). Una mínima atención nos permite comprender
para la administración de la memoria y el miedo, que cavar fosas para depositar cuerpos –como
a través de la espectacularización de la violencia y acción deliberada del enterramiento– supuso una
la criminalización de las víctimas (Ovalle y Tovar, revolución en el espacio humano. Fue la creación
2019, p. 29-57). comunitaria de un espacio material, un hueco,
Entre toda esta necroescena mexicana, convocada oquedad, concavidad, incisión, y un lugar en
bajo los más diversos neologismos como donde los cuerpos fueron depositados, muchas
narcoviolencia, necropolítica, capitalismo gore, veces colectivamente, como una continuación de
horrorismo y más, resalta para la discusión de la comunidad de los vivos (Llorente, 2015, pp.
hoy cuáles categorías y conceptos harán posible 65-67).
cuestionar una realidad poliédrica y convulsa en Inclusive a lo largo de la historia humana, como
su violencia. ¿Con qué criterios se cuenta o cuales nos indica Michel Onfray (2005), la forma de
se pueden crear para llevar a cabo la crítica de la referir a los cadáveres supuso un rasgo plenamente
política, justicia e historia, en un país con más humano; por ejemplo, en el “caso del canibalismo
de dos mil fosas clandestinas? ¿Cómo pensar la ritual y sagrado, los hombres escenifican una
relación de los vivos con los vivos, y de quienes teatralización precisa que supone la trasmisión
sobreviven en este proceso con los muertos, así dentro de la tribu, de maneras de pensar y actuar”
como con los que aún no han nacido? (pp. 49-50).
La apropiación afectiva y memorial de los
MUERTE Y SEPULTURA cadáveres dentro de la comunidad suscitó y
Por principio, la muerte humana se ubica en una adquirió el carácter social en forma de prácticas
relación que está más allá del evento de la finitud o funerarias, “la conservación del cadáver implica
cesación del operar orgánico del cuerpo (Ferrater, una prolongación de la vida. El que no se abandone
1947, pp. 183-279); puesto que se trata de una a los muertos implica su supervivencia” (Morin,
construcción social y comunitaria, la muerte 1974, p. 23). Reconocer a la comunidad en el
humana deja huellas en el espacio habitado. Así, espacio de los cadáveres como parte de la historia,
los primeros asentamientos humanos hablan de de la memoria, formó los sentimientos y razones
una mutación en la consideración del vínculo de para dejar el nomadismo a los primeros seres en
los vivos con sus muertos. Mutación cultural no este mundo (pp. 23-24).
en el hecho del morir, sino el cómo conformó En contraste, la emergencia de tanta violencia
una voluntad indicadora de “maduración de la colectiva y sus mecanismos de eliminación de los
condición de humanidad y que se debió instaurar cuerpos victimados hace cuestionar ¿qué se entiende
lentamente entre quienes formaban el género de por fosa común en la actualidad? La Organización
nuestros antepasados” (Llorente, 2015, p. 22). Mundial de la Salud (oms, 2009) entiende que es
De esta manera, para Marta Llorente (2015) la una excavación que contiene un número múltiple
referencialidad de los muertos con los vivos de cadáveres, a partir de tres; sin embargo, como
materializa espacialmente el rasgo humano de se ha afirmado con Guilaine y Zammit, la fosa
actos que dejan el rastro físico para la memoria de refiere a la forma más simple de la sepultura de la
los muertos en el mundo (p. 23). cual existen vestigios inmemoriales (2002, pp. 61-
Los cadáveres formaron, por ello mismo, el lazo 100). En consecuencia, nos permite comprender
comunitario más antiguo dentro de la comunidad que la fosa –como estructura del enterramiento–
humana, el enfoque categorial del enterramiento implicó una revolución en el espacio humano: fue
fue determinante dentro de las ideas para referir la creación colectiva del espacio específico para
a los muertos humanos y determinar una posición crear una estancia en donde los cuerpos fueron
frente al morir de cada uno. De la forma más simple depositados. Dichos enterramientos fueron las más
de la sepultura humana (fosa) existen vestigios de de las veces realizados comunitariamente, como
120 mil años (Guilaine y Zammit, 2002, pp. 61y una continuidad de la memoria de la comunidad de

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los vivos (pp. 65-67). Las fosas colectivas fueron Por lo tanto, cobra sentido que a lo largo del tiempo
estructuras de sepultura para los cuerpos muertos, se construyeran comunidades bajo el trato de los
protegidos bajo la tierra o con piedras, pero cadáveres, al pensar en la acción comunitaria de
también relación íntima de la memoria espacial realizar la cavidad de una sepultura en el mundo, se
y la vinculación afectiva en el duelo, simbolizada piensa en las huellas dejadas en el entorno natural,
mediante inscripciones, ofrendas funerarias y en el espacio abierto o en la cueva; la instalación
otros detalles simbólicos. más o menos temporal de una estructura artificial.
La fosa representó, de este modo, la incisión vertical, Siguiendo a Llorente, esto implica reconceptualizar
subterránea, del espacio frente a la horizontalidad incluso los hitos territoriales que anuncian nuestras
del paisaje. Una infraestructura espacial que no comunidades pasadas (Llorente, 2015, pp. 65-67),
solo requirió de esfuerzos colectivos y voluntarios presentes y venideras cimentadas en una memoria
para el enterramiento, sino, además, el esfuerzo de los cadáveres. Lo cual transforma una forma de
de su mantenimiento, es decir, una fosa en este percibir a nuestras comunidades en la actualidad.
contexto no solo se produce, sino que también
se cuida y se protege (mantengamos la atención VIOLENCIA DE LAS FOSAS
sobre esta signatura tripartita de la fosa, misma CLANDESTINAS
que recorre la historia de las necrópolis postreras: Vinculados con los sitios de enterramiento, los
producción, cuidado y protección). seres humanos han generado en las culturas y a
En este tenor volver a los primeros asombros de lo largo de milenios espacialidades en la memoria
estas estructuras espaciales de la fosa que son y cuidado de los muertos. Los enterramientos son
antecedente; del túmulo, el corredor, el sarcófago, espacialidades que vinculan con los antepasados.
la cripta, se patenta en la capacidad tanto técnica Aquéllos, por cuanto estructuras de referencia
como simbólica de los vivos para humanizar humana, son formas de la correlación para habitar;
el espacio del cadáver, nutriendo una relación espacios donde hay cuerpos, cuyas relaciones
afectiva-espacial entre el vivir y el morir, entre el producen no únicamente el arriba, abajo, o los
poblar y el conmemorar. aquí, ahí y allá, sino también el en y entre, el con
Bajo la misma línea argumentativa, Reyes Mate y contra, así como el dejar y rechazar tensiones
(1991, pp. 61-100) plantea la pregunta: ¿por qué es y oposiciones producidas por prácticas espaciales
importante darles una sepultura a los cadáveres en el (Lefebvre, 2013, p. 244). Esta construcción,
mundo y si tiene consecuencias para la humanidad? esta forma de hacer espacio es nuestra forma de
Para una posible respuesta a esta interrogante, haber, de tener y ocupar un lugar como realidades
explorar la configuración lingüística es de ayuda. espaciales; por ello, el espacio no es, de tal manera,
Así, dentro de los estudios del vocabulario latino, una cosa terminada por otros, existe en relaciones
la raíz humus es la raíz etimológica de la palabra que pueden continuarse, no hacerse o modificarse
humanidad, al decir que somos seres terrenales, se por un insistente, nosotros; heterogéneo y
desprende de la palabra latina: homo (hombre) que dinámico que hace del espacio algo común como
se deriva de humus (tierra) (Benveniste, 1983, pp. forma compartida de ser construido.
345 y ss.). Bajo esas precisiones del término, la Espacio siempre dinámico y plural en el proceso
humanidad sería sepultar al muerto para identificar de construirse, pues nunca está finalizado ni
y simbolizar la memoria de los restos de los pares; definitivamente cerrado para la intervención
de ahí, lo que distinguiría al humano del resto de
los animales sería el enterramiento, el cubrir con reflexiones se presenta bajo el análisis del diálogo
tierra el espacio cadavérico. Ese gesto es el giro platónico el Menéxeno: “No ha imitado, en efecto, la
que dota de significado a los cadáveres y restos tierra a la mujer en la gestación y en el alumbramiento,
humanos.2 sino la mujer a la tierra” (Platón, 238a). En ese sentido
enterrar a los cadáveres y restos humanos es volver al
lugar al que pertenecen los seres humanos: al vientre
2
Véase a Loraux (2007), donde el centro de sus ontogenerador y receptor de la tierra.

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de los otros (Massey, 2012, p. 161). Abordar el creadas artificialmente, en las cuales se manipula
espacio en términos de afecto y relación quiere técnicamente las referencias espaciales por la
decir que éste no es “ni `sujeto´, ni `objeto´, desfiguración, alteración, creación y ocultamiento
sino una realidad social, es decir, un conjunto de para la reordenación o devastación de vínculos con
relaciones y de formas” (Lefebvre, 2013, p. 170). el mundo; esto es, las relaciones espaciales que
Se trata de un espacio que “no coincide ni con el produce la existencia humana como cuerpo (que
inventario de los objetos en el espacio […] ni con es y hace espacio), en nuestra ilación ontológica
las representaciones y discursos sobre el espacio” de espacios diferenciados: referencialidades y
(p. 170). relaciones variables en extensión e intensidad con
Abierto a la intervención participada por las uno mismo, con los otros y con lo otro (Nicol,
relaciones y referencialidades que implica, 1946, p. 18-21).
entonces, el espacio de cara a las violencias se ve Asistimos, con dichos espacios contemporáneos
alterado en su eje de la referencialidad (Heidegger, de violencia, a la difusión de procedimientos de
2003, pp. 199-201); puesto que es la capacidad denigración, exclusión, coerción, vulneración,
antropoespacial la que edifica habitaciones, exterminio y desconfiguración humana en
puentes, ciudades, etcétera. dimensiones masivas de indefensión; esto es,
En contraste, por tanto, ¿qué tipo de problema prácticas espaciales recurrentes en su reiteración
es la violencia perpetrada hacia las víctimas de que extrapolan y mantienen el sello de los lugares
la fosa clandestina, en el horizonte de conflictos de ejecución de violencias homicidas (Sofsky,
de alta intensidad? ¿cómo formular la pregunta 1996, pp. 223-272). Las fosas clandestinas son,
que transita de la muerte a la eliminación como por ello, un acto de fuerza-daño agenciado por una
cualidad no de la finitud sino de la extensión del acción colectiva y organizada en su ejecución, que
daño y ensañamiento a los cuerpos victimados? busca alterar la cualidad espacial de la vivencia.
La cavidad térrea ilegal o paralegal, o sea Remitáse al hecho de que las fosas clandestinas
clandestina, en su realidad material y discursiva, no son producción de un individuo aislado, sino
es producción de lugar y disposición para ocultar parte y secuencia de un esquema de desaparición
cuerpos en donde prima el espacio de vulneración, ontológica, social y política a lo largo y ancho
suspensión, e incluso negación, no sólo jurídica del mundo (Ferrándiz y Robben, 2015, p. 1-32).
o política; antes que todo, la vulneración a la Así, la fosa clandestina señala directamente la
condición corpoespacial de la existencia de las oclusión producida como parte de un proceso
víctimas depositadas en la fosa clandestina. reiterativo de violencia que activan tanto grupos
Bajo este horizonte, la fosa clandestina constituye criminales, grupos subestatales, así como agentes
un paradigma pertinente de reflexión sobre los gubernamentales.
espacios de violencia contemporáneos; entiéndase Si bien las comunidades se construyen bajo el
en el sentido de lo que Agamben denomina modo del ser de la muerte en común (“hay tantos
“paradigma”: “un caso singular, ejemplar, cuya muertos como personas”) (Ferrater, 1947, p. 277),
función es la de constituir y hacer inteligible la lo cierto es que, por aquella mutación cultural
totalidad de un contexto histórico-problemático respecto de los vivos con los muertos, el cuerpo
más vasto” (p. 11). Dado que como paradigma no humano (aun como cadáver) teje una red de
se limita a un mero carácter ilustrativo, antes bien, referencialidades sociales, políticas y religiosas.
establece una “forma peculiar de conocimiento” Bajo este registro, advirtamos que:
(Agamben, 2010, p. 25). La fosa clandestina, por
tanto, permite develar formas del eliminacionismo la observación –que impacta a cualquiera
contemporáneo en México. que simplemente lea las noticias– es que la
Atiéndase al hecho de que esta violencia se última década del siglo xx y los primeros
manifiesta en un acontecimiento antropoespacial, años del siglo xxi fueron testigos de un
por cuanto las fosas clandestinas son estructuras tremendo resurgimiento de cadáveres

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producidos por la violencia extrema, este punto el ejercicio de la violencia en cantidad,


decenas de cadáveres y, a veces, cientos esto es, colectivamente, y con la diversificación
de miles en muchos países (Dreyfus, et al., de agentes de violencia, así como la diversidad
2017, p. 10). de víctimas en procesos complejos de apropiación
territorial. En tal sentido, Lorenz (2012) sostiene:
Lo cual motivó una transformación en las
humanidades y ciencias sociales, dado que: Distinguiré cuatro formas de violencia
colectiva: 1) la violencia como el resultado
nos plantean preguntas acerca de la de acciones más o menos espontáneas de
aparición de un “giro forense”, en palabras pequeños o grandes grupos o colectividades
del historiador RobertJan van Pelt en la que carecen de una organización rigurosa
Conferencia de París en septiembre de 2012. [...]. 2) La violencia perfectamente regulada
En primer lugar, este giro forense puede ser de los grupos organizados (llamadas
caracterizado por la llegada de los patólogos organizaciones terroristas) [...]. 3) La
y antropólogos forenses al escenario violencia de las instituciones (violencia
de la violencia masiva y del genocidio institucional) como la del Estado, la Iglesia,
como decisivos agentes de prácticas en la las religiones, etcétera [...]. 4) La violencia
búsqueda de cuerpos cuyas dimensiones de los ‘sistemas’, como lo que sería hoy
políticas, sociales y diplomáticas se llamado por muchos, por ejemplo, el
manifiestan inmediatamente (Dreyfus, et capitalismo (p. 45).
al., 2017, p. 13).
¿Cómo puede pensarse el espacio de conflicto
Más allá de los grandes procesos de aniquilación en que es hoy por el territorio mexicano? ¿en
masa que caracterizaron al siglo pasado (genocidios, él se produce o es coproducido por las fosas
guerras étnicas, ocupaciones militares y urbicidios clandestinas? Este es un momento de inflexión
aéreos), hoy por hoy el eliminacionismo paulatino en la intrahistoria de la violencia contemporánea
y constante de colectivos o sectores sociales en México, por ser las fosas clandestinas en sus
es una realidad, la cual no se limita a conflictos dimensiones multitudinarias, pero sobre todo, por
bélicos internacionales o intraestatales (guerra la violencia reiterada y producción de muerte,
civil) declarados entre enemigos mutuamente un hecho que en pocos años ha transitado de la
identificados (Goldhagen, 2011, pp. 23-40). Los excepcionalidad del uso reiterado en la violencia
conflictos de mediana y alta intensidad (violentos) colectiva (agenciada por pequeños y grandes
son diversos y sus agentes son múltiples; entre grupos, grupos organizados, instituciones de tres
ellos se disputan el protagonismo de un siglo órdenes de gobierno y una violencia sistémica
criminógeno como éste: perpetradores estatales, sobre los recursos naturales) a la regularidad de
paraestatales y civiles organizados. su presencia en la producción del espacio social
Pero, ¿qué tipo de problema es la violencia (Králová, 2015, pp. 235-248).
manifiesta en una fosa? Con el término violencia se
remite a aquellas situaciones, relaciones, hechos, Cuestionar la fosa clandestina
mediaciones, funciones y estrategias, cuya agencia En este punto, la atención deberá orientarse para
promueve e infunde daño en la integridad de otro realizar la siguiente delimitación: ¿qué es una
u otros, daño deliberadamente optado e infligido fosa clandestina? Una cavidad producida en aras
por parte de agentes individuales o colectivos que
pudieron ser evitados y que son indeseados por orden de derechos que el acto violento transgrede: la
quien o quienes lo padecen.3 Vale la pena ampliar violencia o violación de leyes, de derechos, de normas,
daños psicológicos, etcétera; minimalistas, a su vez, en
el entendido de que esos mismos actos son referidos a la
3
Las definiciones sobre la violencia pueden ser amplias relación de agente de fuerza y el daño (Bufacchi, 2015,
o minimalistas. Amplias en el sentido que refieren a un pp. 13-37).

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de producción espacial bajo factores como la somete la vida impide distinguir su carácter
invisibilidad, anonimidad y olvido, una estructura espacial en la referencialidad.
no solo fuera de la ley (criminal), sino también a Al mismo tiempo, siendo la fosa clandestina un
contracorriente de la relación entre la producción, acontecimiento antropoespacial, producto de
el cuidado y la protección de los muertos. prácticas espaciales en la ejecución colectiva de
Los conceptos más cercanos para referir a las muerte intencional, se sostiene que la violencia
fosas encontradas mes tras mes en México, en colectiva llevada a cabo exige una necesaria
los periodos del 2006 al presente año, al contrario reconsideración crítica de la geografía en México,
de involucrar a la fosa como un evento propio enmarcada en las distintas formas de morir y
de sufrimiento social y de duelos públicos, fue de los lugares de violencia e injusticia (Guillén,
orillado hacia la clandestinidad como parte de 2018). Lo que pondría en entredicho que las fosas
los discursos de neutralización de una guerra clandestinas hasta hoy exhumadas (más de dos mil)
contra el crimen organizado que resultó fallida, en todo el país sean eventos aislados, sino que ello
entre otras cosas, por extender su nivel de demuestra que su rasgo distintivo es la alteración
ejecución de violencia de Estado hacia una acelarada y multitudinaria de la referencialidad
aleatoriedad en orden civil (falta de inteligencia de las relaciones que se tenían en el territorio y la
en la administración del monopolio de la fuerza creación de espacialidades hasta hace dos décadas.
por parte del Estado) (UIA, 2016). Así, el Consecuentemente, la relación de los vivos
término clandestino fue parte de un proceso de con tal cantidad de asesinados y desaparecidos
“inmunización de la violencia” (Esposito, 2009, deja un trazado de espacios vividos en donde la
p. 109) como momento secundario a lo fallido: un inestabilidad afectiva entre la amenaza y el odio,
proceso de neutralización en donde los enemigos así como la capitalización del territorio son la
eran lo narco y lo clandestino, promovido por las constante creciente de un país con más de dos mil
instancias de seguridad pública del país y aplicado fosas clandestinas.
a través de los medios de comunicación masiva;
por lo cual, en un registro podrá advertirse que BIBLIOGRAFÍA
entre 2006 al 2015 las fosas antes mencionadas Agamben, G. (2010). Signatura rerum. Sobre el
como comunes comenzaron a ser mencionadas método. Barcelona: Anagrama.
como clandestinas (CNDH, 2016).
La administración de dar muerte dentro del Anaya, S. (2021, 15 septiembre). Plataforma
proceso de la violencia eliminacionista no se ciudadana de fosas: un registro público de las más
reduce, por ello, a la materialización de quitar la de 2 mil fosas clandestinas localizadas en México.
vida, se extiende a la valoración afectiva de cómo Recuperado 28 de octubre de 2021, de https://www.
se comprenden las relaciones entre los vivos, zonadocs.mx/2021/09/14/plataforma-ciudadana-
y de los vivos con los muertos en un contexto de-fosas-un-registro-publico-de-las-mas-de-2-
extremo de conflicto de alta intensidad, como el mil-fosas-clandestinas-localizadas-en-mexico/
que se sufre en México. Se trataría, en todo caso,
de hacer una profunda revisión de las categorías Asmann, P. & Jones, K. (2021). Balance de InSight
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309-314). balance-insight-crime-homicidios-2020/
Por último, el problema en la comprensión de la
violencia perpetrada en las fosas clandestinas no Benveniste, E. (1983). Vocabulario de las
solo atenta a un marco de legalidad jurídica, sino instituciones indoeuropeas. Madrid: Taurus.
que se extiende a otras esferas como el ámbito
cultural, antropológico, social y político; porque Bufacchi, V. (2015). Dos conceptos de violencia.
las simplificaciones o reducciones a la que se En A. Aguirre (coord.). Estudios para la no-

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