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Lectura N° 06: “Acción de sustancias contaminantes en los

metales”

Oxidación de los cuerpos


La corrosión es un proceso espontáneo de destrucción que
experimentan los metales en contacto con el ambiente,
convirtiéndose en óxidos y produciendo un gradual
deterioro de los mismos.
Este es el proceso que se produce en clavos y otros objetos
metálicos. Cuando se expone un clavo a la intemperie
durante un período de tiempo prolongado, este
experimenta una serie de cambios que alteran su dureza y
durabilidad.

¿Qué es la oxidación?
La oxidación es un proceso químico que se produce cuando se combina un metal con el oxígeno
que se encuentra en el aire.
En el caso del clavo de hierro (Fe) reacciona con el oxígeno del aire o el agua presente en la
humedad para dar un producto que carece de las propiedades estructurales del hierro metálico,
como lo es el óxido de hierro (III) de color café rojizo. Ese proceso, generalmente es muy lento. En
cambio, en zonas costeras o de ambiente húmedo, el hierro se oxida mucho antes y en mayor
cantidad que en zonas secas. Esto se debe, a que las moléculas de agua presentes en la humedad
actúan como acelerador de la reacción de oxidación, potenciando el proceso. Si además hay
cloruro de sodio (sal) presente, como por ejemplo en el agua de mar, la corrosión será más rápida.
Otra forma de obtener óxidos, es mediante la combustión
el cual se produce por la quema de cualquier sustancia
llamada combustible, ya sea gaseosa, líquido o sólida. En
este proceso, el combustible se oxida y desprende calor. El
oxidante, es el oxígeno que se obtiene del aire.
El oxígeno tiene la capacidad de combinarse con diversos
elementos para producir óxidos. En definitiva, la oxidación
es la combinación del oxígeno con otra sustancia. Existen
oxidaciones que son sumamente lentas, como por ejemplo
la del hierro.
Cuando la oxidación es rápida se llama combustión y se producen tipos de combustión:
 Combustión incompleta: es la que se produce con carencia de oxígeno, al aportarse una
cantidad de aire menor a la necesaria para quemar completamente el combustible disponible.
Este tipo de combustión favorece la formación de monóxido de carbono (CO) que es
altamente tóxico. Este es el caso cuando se utiliza leña húmeda.
 Combustión completa: se produce con abundancia de oxígeno, lo que garantiza la
combustión total del combustible, como la leña seca. De esta forma, se aprovecha al máximo
el combustible disponible, de esta reacción se produce la emisión de dióxido de carbono
(CO2) y no se emite monóxido de carbono (CO).

Principales causas de corrosión en el metal

El contacto del material metálico con el oxígeno y


con la humedad produce un fenómeno electroquímico
complejo. La presencia de agua en el
ambiente provoca corrosión, mientras que la reacción
de los metales con el aire es la causa de la oxidación. 
En los materiales metálicos la corrosión más común es la que se genera por una reacción química
por la que se transfieren electrones de un material a otro. Podemos decir que la oxidación es el
ataque del oxígeno (en forma de aire o agua) y la corrosión es el deterioro que provoca.
Pero, además de la humedad, hay otros agentes corrosivos: es el caso de las altas temperaturas,
de la salinidad ambiental propia de la cercanía al mar y de la contaminación industrial con dióxido
de azufre concentrado.

Según el tipo de metal y las condiciones ambientales, variará la forma y velocidad en la que se


presenta la corrosión. Casi todos los metales pueden sufrirla, si bien la de los férricos es la más
conocida al ser la más frecuente y rápida en producirse. Por su parte, los metales preciosos, al
tener muy poca reactividad, es difícil que se corroan, si bien su escasez y alto precio no los
convierten en un material muy empleado en la industria.

Los factores que más influyen en el desencadenamiento de un proceso de corrosión son los


siguientes:
 La acidez de la solución: las más ácidas son las más corrosivas, por encima de las neutras y las
alcalinas, puesto que permiten una reacción mayor en la zona de ánodo.

 Las sales disueltas: la presencia de sales ácidas acelera el proceso de corrosión. Por su parte,
las alcalinas pueden inhibir el proceso.
 Las capas protectoras: su existencia puede limitar la aparición de la corrosión, ya sean
recubrimientos aplicados sobre el material o capas fruto de la pasivación.

 La concentración de oxígeno: según el material, la cantidad de oxígeno presente puede


afectar al proceso corrosivo. En los metales férricos, a mayor cantidad de oxígeno, más rápida
es la corrosión. Sin embargo, en los materiales pasivados sirve para potenciar la capa
protectora.

 La temperatura: la velocidad del deterioro suele aumentar a mayor temperatura, siendo el


factor que más influye en la corrosión por oxidación.

Existen múltiples formas de proteger los materiales metálicos de la corrosión, algo sin duda
imprescindible en la actividad industrial. Asimismo se pueden emplear aceros de alta resistencia
e inoxidables, que están muy presentes en la construcción porque permanecen inalterables frente
a la acción de la humedad y otros procesos degradantes.

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